El tiranosaurio rojo estaba dormido tranquilamente intentando abrazarse con su propia cola para abrigarse hasta que de repente este dinosaurio respiro muy profundo.
Respiro tan profundo que termino absorbiendo a un compsognathus con su nariz.
Al sentir que se le había metido algo en la nariz el tiranosaurio se levantó con prisa y trataba de estornudar.
-achuuuu…achUUUU…
Se agito como un lunático e incluso se golpe contra la pared con tal de sacarse esa cosa.
El tiranosaurio tomo una gran bocanada de aire y estornudo con tanta fuerza que logro sacarse al pequeño de su nariz pero algunas piedras pegadas a la pared le cayeron en la cabeza.
-Ayyyy…ayyyy…pensé que…moriría, ahogándome de la forma más ridícula posible…-Decía el tiranosaurio con una respiración de fatiga y con lágrimas en los ojos.
El tiranosaurio miro al piso donde se encontraba un grupo de compsognathus rodeando al amigo que había sido absorbido, uno de estos pequeñines miro directamente al tiranosaurio y comento- comida?
-ROOOOOOOOOAR.
El tiranosaurio rugió con todas sus fuerzas haciendo que los pequeñines huyeran con lágrimas en sus ojos.
El tiranosaurio camino hasta la salida de la cueva y grito-VUELVAN A MOLESTARNOS Y ME COMERE A TODA SU ESPECIE HASTA EXTINGURLA.
El tiranosaurio dejo salir humo de su nariz y miro al cielo.
-Bueno, al menos aún es muy temprano y el sol todavía no ha salido, jeje-Dijo con una sonrisa picarona.
El tiranosaurio regreso al interior de la cueva y dijo-Perdón por despertarte de esa forma, es que estuvo feo sentir eso.
El tiranosaurio se volvió a acostar y después de bostezar continuo diciendo-Como es temprano podemos dormir un poco más, luego quizás hagamos algo 0/0.
El tiranosaurio intento abrazar con su cola a la triceratops pero solo sintió mucho frio.
-Vaya, estas muy fría, déjame y te caliento un po…
El tiranosaurio miro a su lado y la triceratops no estaba.
Se levantó y miro a todas partes pero Tria no aparecía.
-Oh no…OH NO.
El tiranosaurio se sintió un poco asustado así que salió de la cueva y comenzó a correr en búsqueda de la triceratops pero seguía sin aparecer.
El tiranosaurio se detuvo y levanto la cabeza para olfatear, lo hizo por unos momentos y dijo con un poco de alivio-Bien, no huelo nada parecido a un incendio pero tampoco percibo el olor de Tria.
Volvió a moverse rápido mientras decía-Tengo que encontrarla pero ya, corre mucho peligro estando sola.
Nos alejamos de ese lugar y ahora estamos en la parte más frondosa del bosque donde Tria se encuentra corriendo lo más rápido que puede.
La triceratops rompe todo arbusto que se entrometa en su camino, por un momento quiere mirar atrás para asegurarse que ese malvado diente filoso rojo no este acercándose pero sabe que eso la hará ponerse más paranoica así que no lo hace.
Sigue corriendo pero el miedo le gana y mira hacia atrás, su imaginación le juega en contra y le hace creer que ese tiranosaurio ya viene a toda velocidad.
Ella grita intenta huir pero se tropieza con una piedra y cae de cara contra el suelo rompiendo algo de césped.
Se cubre los ojos con las patas y tiembla esperando que el diente filoso rojo la atrape pero pasado un minuto deja de temblar y mira a su alrededor.
Ella suspira aliviada y vuelve a levantarse.
Intento calmarse mientras trata de ver si puede encontrar una salida de ese bosque.
Camina con mucho cuidado hasta encontrar un riachuelo al cual se acerca y comienza a beber muy rápido.
Después de beber se queda mirando su propio reflejo, en su mente comienzan a pasar muchas imágenes sobre su familia y es como si pudiera oírlos.
Recordó lo amorosa que era su madre y el carácter estricto de su padre.
Cada cierto tiempo solían emprender largos viajes para encontrar comida y lo que siempre temía era que se toparan con los diente filoso pero su padre siempre estaba ahí para protegerles.
Tarde o temprano ella también tendría que aprender a defenderse pero siempre que llegaba la oportunidad ella retrocedía por el miedo.
Cuando llego casi a la edad actual comenzó a sentir algo de ternura al ver como algunos de la manada formaban una relación, su madre decía que llegara el día en que ella también tendrá alguien con quien pasara días muy felices.
Pero nada es eterno y fueron atacados por varios dientes filosos similares al que la tenía cautiva, perdió a su familia ya que el miedo hizo que no pudiera ayudarlos.
Mientras recordaba unas lágrimas caían de sus ojos al riachuelo.
Detrás de unos árboles se encontraba un grupo de traviesos velociraptores que espiaban a la triceratops rosa.
-Imagínate, si la atrapamos tendremos comida para varios días, yomi, yomi-Dijo uno de ellos.
-No lo sé, es muy grande, quizás termine aplastándonos-Dijo otro mientras miraba a la tres cuernos con algo de nerviosismo.
-Shhh, escuchen nosotros somos los mejores que existen, solo debemos matarla y ya está, así de fácil-Dijo el que parecía ser jefe del grupito mientras rompía una rama con sus dientes.
-Mejor vamos por otra cosa-Volvió a decir el velociraptor nervioso.
El jefe cruzo los brazos y se acercó al temeroso para decirle-A mí se me hace que eres marica.
Todos comenzaron a reírse y el temeroso contesto enojado-Claro que no!
-Entonces ve tu primero y demuestra que no es así-Dijo el jefe.
-Ya verán-Respondió el temeroso y salió del escondite para atacar a la tres cuernos.
Se acercó un poco y sin darse cuenta sus piernas comenzaron a temblar, miro hacia atrás y el grupo estaba atento a ver que hacía.
La triceratops suspiro para dejar de llorar y volvió a beber un poco más hasta que sintió algo doloroso en su pata.
Miro y se topó con el velociraptor que mordía sin parar, ella agito su pata y logro soltarse del ataque pero el velociraptor rugió para atemorizarle.
Ella mostro una molesta mirada y escucho como el resto del grupo se acercaba.
El velociraptor temeroso dijo-Ven, les dije que no era un…
La triceratops aplasto al velociraptor y se fue para evitar problemas.
El grupo se acercó a mirar el cuerpo muerto de su amigo y el jefe dijo-Ehm…bueno…al menos murió demostrando que no era un marica no?
La triceratops se movía a paso rápido hasta que otro de esos velociraptores le salto encima para morderle.
Ella se agito tratando de quitárselo pero entonces otro se atacó en el cuello y otro en la ata trasera así hasta que todo el grupito estaba encima tratando de debilitarle.
-ya verás gorda te vamos a derribar- Dijo el líder de forma orgullosa mientras le mordía el cuello.
La triceratops se golpeaba contra algunos árboles y poco a poco logro quitárselos hasta hacer caer al jefe.
Ella molesta aplasto la cola del jefe con su pata delantera y acerco su cabes hacia el mismo para mirarle de forma muy agresiva.
-POR FAVOR NO, AUN SOY MUY JOVEN PARA MORIR APLASTADO, HARE LO QUE QUIERAS PERO POR FAVOR NO ME LASTIMES-Grito con miedo le jefe.
La triceratops lo amenazó con el cuerno de su nariz y lo dejo libre.
El jefe se levantó y huyo con el resto de los suyos.
La triceratops se marchó del lugar.
-Bueno, he sido amable con esa gorda por hoy, pero la próxima no tendré compasión-Dijo el jefe mientras se ocultaban detrás de un arbusto.
Paso un par de horas que la triceratops continuaba buscando una forma de salir.
Vio que un árbol estaba lleno de frescas hojas, sabía que debía apresurarse así que se acercó para comer solo un poco y tener más energía.
Pero entonces vio que en lo más alto de los árboles se encontraba sentado un pterodáctilo pero ella no le dio importancia.
Dio el primer mordisco e intento comer tranquila pero nuevamente vio al pterodáctilo ahí sentado, no parecía tener intenciones de atacarle pero por algún motivo sentía un mal presentimiento.
Intento seguir comiendo pero ese extraño pterodáctilo comenzó a ponerle nerviosa hasta que decido irse antes de seguir siendo observada por ese volador tan extraño.
En su recorrido varias lianas se enredaban en sus cuernos.
Entonces vio detrás de unos arbustos como esos compsognathus perseguían a un mamífero.
Esa criatura peluda corría con su cría en brazos mientras gritaba pidiendo ayuda.
Los pequeñines ya estaban por alcanzarle cuando sintieron como el suelo temblaba y vieron que la triceratops se acercaba muy rápido para atacarlos.
Los pequeños dieron la vuelta y huyeron pero la triceratops continuaba persiguiéndolo y pisando con fuerza.
El grupo de compsognathus vio un agujero en una gran roca y entraron para protegerse, la triceratops freno y miro por el agujero.
Ella podía romper la roca si quisiera pero en su lugar vio que a su lado había una piedra de buen tamaño la cual ella empujo tapando el agujero y dejando atrapados a los pequeños ahí dentro.
La triceratops se acercó a la criatura peluda.
-Se encuentran bien, hay alguien más por ahí?-Pregunto la triceratops.
La peluda bajo a su cría y respondió-No, solo somos nosotros dos, muchas gracias por salvarnos te debo un favor.
La cría dijo-Si, muchas gracias señorita gorda.
Su madre molesta lo reprendió-No seas grosero.
La triceratops sonrió y dijo-No pasa nada ya estoy acostumbrada pero será mejor que te muevas rápido, hay peores cosas rondando por aquí, adiós.
Ambas estaban por retirarse pero entonces la triceratops se detuvo y dijo-Oye espera un momento quisiera que me ayudes con algo.
Los mamíferos regresaron y la madre dijo-Claro lo que quieras.
-Quisiera saber cómo puedo salir de este bosque, quizás si hay un camino más seguro mejor-Dijo la tres cuernos.
Los mamíferos aceptaron ayudarla y subieron a los árboles para saltar de rama en rama mientras la triceratops los seguía hasta que finalmente salieron del bosque.
-Oh genial esto es lo mejor, muchas gracias y cuídense-Dijo la triceratops con alegría y se puso a correr.
-Espera-Dijo la cría peluda que se acercó a la triceratops y le entrego una fruta.
-Jeje, gracias pequeñín-Dijo ella.
La cría levanto la fruta y la clavo en el cuerno de la nariz y luego se fue agradeciendo por la ayuda.
La triceratops intento ver el centro de su cuerno pero mejor volvió a correr para alejarse del bosque.
El pterodáctilo de hace rato sonrió de forma maliciosa mientras veía como la tres cuernos se alejaba.
La tirceratops se movía con mucha energía, el cielo estaba brillante y despejado.
Ella intento ubicarse para saber por dónde habrá ido el resto de la manada.
Busco hasta toparse con unas huellas, eran de un grupo de herbívoros, junto a ellos podría estar más segura y entonces se puso a ir tras las huellas.
Recorrió una buena distancia asustando a algunas criaturas pequeñas y las huellas llegaron hasta un lugar con muchos árboles.
Ella entro en ese lugar y después volvió a salir en un espacio muy abierto pero inmediatamente se escondió detrás de los árboles.
La triceratops comenzó a respirar con mucho pánico, trago saliva por los nervios y volvió a mirar ese lugar con mucho cuidado.
Toda la manada de herbívoros que ahí estaba había sido asesinada por un gran grupo de tiranosaurios.
Pero entre todos ellos el que más destacaba era un tiranosaurio negro muy grande que aplastaba la cabeza del último hervido sobreviviente.
La triceratops al verlo se quedó con los ojos muy abiertos y sentía que su cuerpo se convertía en piedra.
Aquel enorme tiranosaurio devoraba a su presa cuando de repente detecto el aroma a carne viva.
Dejo de comer y levantó la mirada, olfateo un poco más y miro hacia taras donde había un gran conjunto de árboles.
La triceratops vio esos ojos brillante sin pupilas, la boca llena de sangre, quiso huir pero su cuerpo no respondía.
El tiranosaurio comenzó a correr en dirección de los árboles, la triceratops seguía quieta.
-Muévete, muévete, muévete-Pensaba la triceratops.
Logro reaccionar, dio la vuelta y comenzó a correr, le tiranosaurio estaba por entrar a perseguirla pero se detuvo y miro atrás.
Todas las tiranosaurio se lo quedaron mirando, el malvado pensó que quizás si perseguía a la tres cuernos algunas o todas ellas escaparían así que dejo que la triceratops huyera por esta vez.
La triceratops corría más rápido que nuca, y se volvió a meter en un bosque intento que los arboles detengan el paso de quien le persiguiera.
Pero de repente pasó en medio de dos árboles y se quedó atorada justo por el estómago.
Intento salir pero no podía, quiso retroceder pero seguía atorada, intento, intento e intento pero seguía igual.
