La mañana ha empezado muy brillante y el día avanza como deba hacerlo.
Ragnarok va cojeando lentamente, mira y olfatea todo a su alrededor pero no hay nada más que plantas y el movimiento del viento.
El tiranosaurio parece un poco mareado, agita la cabeza, consigue calmarse y rehabilitarse para no perder el tiempo descansando aunque eso le vendría muy bien.
Camina por un buen tiempo y todo en el bosque sigue igual, silencio y plantas.
Aunque los lugares son nuevos no son tan diferentes a otros, mismos árboles, mismas rocas y demás.
Y sigue caminando, camina que te camina mientras el día avanza.
Entonces en medio del camino se encuentra con un riachuelo, mira que no hay nadie alrededor y se agacha para beber.
Pero cuando bebe un poco su estómago comienza a dolerle mucho, Ragnarok resiste el dolor el minuto completo que dura.
Al no haber comido nada beber inmediatamente le genero ese dolor.
Regresa a caminar esperando encontrar algún otro dinosaurio.
Se imagina estar llegando al gran valle, no ha escuchado mucho de eso pero se decía que era un lugar hermoso y seguro.
Levanto la mirada para olfatear que no haya humo en el aire y para suerte no hay nada de eso.
Y siguió cojeando, lo mismo hasta el mediodía.
Llego hasta una zona del bosque donde los árboles se separaban un poco y dejaban que la luz del sol iluminara con más intensidad formando un círculo.
Se paró en medio de esa zona y se quedó mirando el cielo.
-Ja…jaja….jajaja.
-Jajajaja…jajajajajajaja.
-Jajajajajajajajajajajajaja.
Ragnarok comenzó a reírse, no como un lunático sino como una burla de sí mismo, le pareció gracioso su situación.
-Jajajajajajajajajaja.
-Que tonto soy, es verdad, por que estoy desanimado?
-Soy un tiranosaurio rex, el mejor de los dinosaurios, no necesito de nadie.
-Je, estar lloriqueando por esas cosas es una tontería.
-Solo necesito comida y ya, todo puedo hacerlo solo porque soy el mejor jajajajaja.
Ragnarok sonrió muy confiado y rugió diciendo-¡No necesito de nadie, VERDAD!
Y entonces el eco hizo su presencia.
¡VERDAD!
…¡VERDAD!...
…...¡verdad!...
...verdad…
Ragnarok escucho ese eco hasta que desapareciera al igual que su sonrisa la cual fue cambiada por una especie de asombro y tristeza.
El tiranosaurio miro a su alrededor y toda esa risa y confianza nuevamente era pena.
Recordó las palabras del pterodáctilo, suspiro y continúo caminando.
Camino y camino.
La noche llego pero no pudo encontrar alguna cueva donde dormir así que siguió avanzando hasta toparse con una zona que al menos le de confianza de que será segura.
Se acostó e intento dormir pero no podía.
Por un momento creyó que era el frio, pero la noche estaba bastante bien.
No conseguía dormirse hasta que vio una gran roca a unos metros más allá, fue hasta la roca y se acostó bien pegado a ella y por fin pudo dormir.
Al día siguiente se despertó temprano y continuo su recorrido.
El sol no estaba tan brillante como ayer pero al menos no había señales de lluvia.
Llego la tarde y Ragnarok se encontraba descansando en un montón de hojas secas que el mismo había reunido.
Mientras tenía los ojos cerrados extendió sus bracitos y su mente le hacía imaginar que Tria estaba dormida a su lado.
Intento abrazarle pero no había nada, abrió los ojos e igualmente se topó con la nada.
Ragnarok se acomodó y recordaba las palabras que ese volador le había dicho.
-Mmm…tonto.
Cerró los ojos y su estómago comenzó a dolerle.
Intento ignorarlo pero el hambre era demasiado, aplasto su estómago contra el suelo y presiono fuerte hasta que el dolor cesara.
Pero el dolor seguía.
De repente comenzó a captar un aroma muy delicioso, abrió los ojos y vio que a varios metros estaba un iguanodon comiendo un arbusto.
Ragnarok se levantó y comenzó a acercarse con cautela ya saboreando la comida.
Entonces el iguanodon se dio cuenta de la presencia del tiranosaurio y se puso a correr.
Ragnarok intento correr pero su pierna herida no se lo permitía, lo intento de todas formas y termino cayendo bruscamente contra el suelo.
Hasta darse cuenta el herbívoro ya se había escapado.
Se levantó y gruño enojado hasta darse cuenta que atrás había un estegosaurio.
-Tú no te me escaparas.
Corrió hasta el herbívoro sin importar el dolor, el estegosaurio rugió asustado y comenzó a huir.
Ragnarok ya estaba cerca y preparo sus mandíbulas para morderle cuando de repente choco violentamente de cabeza contra una gigantesca roca.
La roca se hizo pedazos y Ragnarok cayó mareado, tardo unos momentos en recuperarse y el estegosaurio ya no estaba.
Pero el tiranosaurio estaba confundido, no entendía como el herbívoro paso la roca sin golpearse con la misma.
Se levantó y vio otro herbívoro y otro y otro y cientos de ellos.
Todos corrían de un lado a otro sin darle espacio al tiranosaurio, eran de todas clases corriendo desordenados.
Ragnarok agito la cabeza pero los herbívoros seguían corriendo.
Ragnarok volvió a agitar la cabeza y rugió con todas sus fuerzas.
Cuando se dio cuenta ya ningún herbívoro estaba ahí, todo fue falso incluyendo al iguanodon y al estegosaurio.
Su estómago seguía rugiendo y doliendo, Ragnarok continuo caminando tratando de no volver a imaginar nada.
Después de unos minutos su visión se tornó borrosa y su equilibrio comenzó a fallar.
Ragnarok agito la cabeza pero seguía igual y entonces cayó al suelo otra vez.
Se levantó pero seguía mareado, después de unos minutos pudo calmarse pero su estómago le dolía más que nunca.
Respiraba muy fuerte y se exigía no dejar de caminar.
-Vamos, yo puedo….yo puedo.
Caminaba de la forma más rápida que su cuerpo podía y se cayó de nuevo.
-Auch…vamos, tu puedes…arriba.
Se levantó y camino persistente por varios minutos pero la visión borrosa y el mareo le hicieron chocar contra un árbol y caer de nuevo.
-No puedo…ya…ya no puedo.
-No…si puedes…vamos…
Intento levantarse pero ya no podía, gruño en sus intentos pero seguía tirado en el suelo.
-No puedo.
Después de casi tres horas de estar acostado logro ponerse en pie y siguió su camino.
Sujeto un tronco que estaba el suelo y lo arrojo al frente.
Cuando llegaba hasta el tronco volvía a arrojarlo, volvía a acercarse y otra vez lo arrojaba.
Estaba muy aburrido y lanzaba ese tronco como una especie de juego.
El hambre seguía y Ragnarok se quedó viendo ese tronco que arrojaba.
Le dio un gran mordisco y mastico por unos segundos, tenía ganas de vomitar pero se aguantó.
Cuando el tronco estaba lo suficientemente triturado se tragó los pedazos pero le dolió.
-Qué asco….
No volvió a comer el tronco, en cambio fue por un arbusto y comenzó a masticar las hojas.
Pensaba-No vomites…no vomi…
Y entonces vomito.
Tosió y vomito un poco más.
Intento comerse diferentes plantas pero todas le causaban mucho asco y no conseguía tragárselas.
Se dio por vencido y siguió caminando.
Por fin logro salir de ese bosque y ahora el camino tenía espacios muy abiertos.
Ragnarok vio todo lo que tenía que pasar y comenzó a caminar.
Y camino y camino esperando que la noche llegue para dormir.
Caminaría como lo hacía antes, como parece que siempre lo ha hecho.
Siempre…
Solo
