La noche había caído y el único ruido que mantenía vivo al oscuro bosque eran las pisadas del gran sauroposeidon.
La fatigada triceratops camina atrás a una considerable distancia, mira al cielo y sonríe agradeciendo que al menos la luna y las estrellas en este tiempo son lo suficientemente brillantes como para iluminar el camino.
De repente el gigante se detiene y se queda quieto por algunos minutos.
La triceratops se acerca lentamente para preguntar el por qué no se mueve pero al acercase lo suficiente ve que el cuello largo está comiendo.
Ella suspira y se cae al suelo para descansar.
Después de la merienda el cuello largo se acuesta y todo queda en un silencio absoluto.
La triceratops estaba acostada mirando la gran luna, al ver que el gigante se acostó ella también se propone a dormir.
Cada noche el saurópodo tenía que de ubicar su ojo colgante sobre su hocico para que no se golpee con nada en el suelo o no termine aplastándolo por error.
Este gigante mira las profundidades del bosque, toda esa oscuridad hace que su mente comience a formar escenas que preferiría no haber pensado.
Girma, el sauroposeidon que una vez fue el líder de una manada de herbívoros, recuerda a sus amigos, su familia, a las demás especies que se volvían amigas.
Y entonces recordó ese trágico día, se sintió tan culpable de haber cambiado de ruta aunque fuera para ayudar a los demás.
El viento de la noche hace que las hojas suenen y que algunas ramitas viejas caigan.
Esos ruidos para el gigante solo le hacían recordar los rugidos de pánico, los huesos rotos, los chillidos finales, todo aquel día en que por su decisión la manada fue exterminada.
Pero en medio de todo eso estaba la figura de aquel gran tiranosaurio negro, un ser monstruoso que lideraba a los demás carnívoros que le arrebataron todo.
Seguía viendo la oscuridad cuando un pequeño destello de luz apareció en medio.
Girma se sorprendió por ver tal cosa, el destello comenzó a moverse y formo una figura, una cría de sauroposeidon.
Esa figurita comenzó a moverse, como si corriera y disfrutara del lugar en el que está.
De repente se formó una segunda figura también de una cría, la cual se puso a saltar y jugar con la anterior.
Las figuras seguían apareciendo hasta ser siete crías que juegan y corren, el gigante no parpadeaba, no quería perderse ningún segundo de lo que estaba ocurriendo.
Entonces las siete crías se sentaron y parece que miraron directamente a Girma.
El cuello largo levanto un poco su cabeza y las siete figuras le brindaron una sonrisa, quizás la más hermosa del mundo.
El gigante por un momento también quiso sonreír.
Entonces en medio de esas siete figuras se forma una mucho más grande y Girma la reconoció inmediatamente.
Esa última figura era su pareja, ella también sonrió y le hizo una señal de que se acercara.
El moviente del viento hizo que esas figuras desaparecieran.
El gigante miro al cielo, como si el polvo brillante de esas figuras hubiera subido, contemplo las estrellas por un momento y volvió a acostarse.
La triceratops tampoco lograba dormirse, estaba alejada del gigante con los ojos cerrados esperando que el tiempo haga su trabajo.
Aunque no hiciera frio la triceratops tiritaba como si lo hiciera.
Abrió los ojos y miro el cielo para distraerse un momento, cuando era una cría había visto a una estrella moverse, esperaba ver alguna después de tanto tiempo.
Se puso a recordar lo que le dijeron esas voladoras, su rostro se sonrojo y también se enojó que esa noticia estuviera esparciéndose por todas partes.
Se calmó y dijo-Estarás bien?
-Abras encontrado lo que sea que hayas estado buscando?
Ella miro al gigante esperando que no haya escuchado lo que dijo y suspiro aliviada al ver que no se movía.
Seguía temblando de frio y recordó a los carnívoros que había vencido hace dos días atrás y a los que hoy se fueron corriendo.
Nunca antes lo había logrado y ahora que si lo ha hecho no podía celebrar eso con nadie.
Recordó como Ragnarok le ayudo a poder derribar árboles y parecía que se en contentaba cuando ella lograba tumbar alguno.
También llego a su mente cuando juntos pudieron alejar a ese gigantesco carnívoro aunque ella se desmayara por ver sangre en sus cuernos.
Sonrió un poco por esas memorias y de nuevo tembló de frio.
Se puso de pie y se acercó a la cola del gigante, con cuidado dijo-Oye, estas despierto?
No hubo respuesta.
La triceratops suspiro decepcionada y con cuidado se acostó apegada a la cola del gigante.
Cerró los ojos esperando ya no tener frio y entonces sintió que la cola se levantaba.
Ella se puso de pie y el gigante acerco su rostro molesto, ni siquiera dijo algo, solo la miro.
La triceratops dijo-Oh…estaba…tenía un poco de frio y quería saber si…
El sauroposeidon le contesto-Te dije que no estorbaras.
Ella se quedó viendo al grandote con algo de pena.
El gigante acerco más su rostro hasta ella y con un tono fuerte le dijo-Largo.
Ella retiro un poco su cuerpo estando nerviosa.
El gigante volvió a acostarse y la triceratops se alejó a donde estaba para dormir aunque sintiera frio.
Ya amaneció y los voladores cantan.
El gigante estaba comiendo hasta que escucho un ruido, miro abajo y era la tres cuernos que derribaba árboles.
El suaroposeidon no le dio importancia y seguía comiendo.
La triceratops vio un árbol más grueso que los otros y dijo-A ver necesito una frase intimidante…
-Ya lo tengo…''hasta la vista dientón''
Ella corrió y choco contra el árbol, aunque le hizo un gran agujero no pudo derribarlo por lo grande que era.
-Ah quieres más, arreglare eso.
Siguió golpeando y el ruido le pareció molesto al gigante, ahora dondole importancia bajo la cabeza un poco y dijo-Deja de hacer ruido.
Ella le miro desde el suelo y dijo con confianza-Estoy practicando un poco, ya sabes, por si algo peligroso ocurre.
-Como sea, solo guarda silencio-Le contesto él y regreso a comer.
Después de una hora más de caminata lograron salir del bosque y ahora debían pasar un gran lugar con muchos espacios abiertos.
La triceratops vio varias huellas de herbívoros en el suelo y eso la hizo sonreír.
Caminaron por un buen tiempo y la tres cuernos dijo-Rayos, tantos lugares y ninguno tiene agua.
El gigante de repente como que el lugar le comenzó a parecer familiar, no era el sitio que conocía pero estaban muy cerca.
-Oye tres cuernos-Dijo de forma seria.
Ella se sorprendió que le dirigiera la palabra primero, le miro y contesto algo contenta-Que sucede?
-Este lugar es territorio peligroso, será mejor que estés alerta, a ver si ese entrenamiento tuyo vale la pena.
El gigante continúo caminando y la triceratops se sintió algo nerviosa al escuchar que podrían estar en peligro.
Recorrieron ese lugar y entonces el gigante logro ver que a varios metros fuera del camino estaban tres allosaurus.
El cuello largo se desvió del camino y la tres cuernos le dijo-Oye aquí es donde nos separamos?
El gigante no respondió, la triceratops sintió algo de curiosidad el saber a dónde iba, también no quería estar muy sola en estos lugares.
Ella fue detrás hasta que llegaron a un punto donde ella podía ver a los allosaurus que comían los restos de un herbívoro muerto hace días atrás.
La triceratops los reconoció al instante, era esa familia que la ataco hace tiempo atrás cuando ella intento escapar de Ragnarok.
Los tres carnívoros los vieron y el padre dijo-Je, quizás deberíamos comérnoslos también.
La hembra contesto-Ya tenemos suficiente, además mira a ese cuello largo, es gigantesco.
Ferrus, la cría de esta pareja, masticaba la carne miro a la tres cuernos y al gigante, pero como ya tenía comida los ignoro.
Sus padres hicieron lo mismo, ese cuerpo era suficiente y dejaron el camino abierto para que ellos pasen.
La triceratops alegre pero sin querer sonreír por el herbívoro muerto dijo-Bueno tenemos paso libre, pero nuestro camino original estaba mejor, vámonos no crees?
El gigante no respondió pero sus piernas temblaban.
El gigante comenzó a correr en dirección de esos carnívoros.
La triceratops se quedó sorprendida por esa acción.
El gigante seguía corriendo pero los carnívoros no le dieron importancia hasta que estaba demasiado cerca y usando su cabeza le dio un fuerte golpe al macho que lo arrojo a varios metros.
La cría y la hembra rugieron para intimidar al gigante pero este se levantó en sus dos patas y volvió a dejarse caer sobre ellos.
-Ferrus corre!
La hembra salió corriendo con su cría logrado salvarse pero el gigante se puso a perseguirles.
Los dos carnívoros se separaron y la hembra corrió directo a una de las patas del gigante y le mordió.
Girma el sauroposeidon no rugió por la mordida y solo agito su pata quitándose a la allosaurio.
Pero entonces el macho llego del otro lado y le mordió muy fuerte en el estómago tratando de arrancar mucha carne.
El gigante se levantaba y pisaba con fuerza pero no dejaba de perseguirles.
La triceratops estaba sorprendida y confundida así que comenzó a acercarse con cuidado.
La pareja de carnívoros le ordeno a su cría alejarse.
El macho dijo-No nos dejara en paz, ve tu primero por atrás y cuando se distraiga yo le morderé el pecho.
Ella contesto-Si lo derribamos, nos largamos de aquí me oyes.
Ella fue primero distrayendo al gigante pero entonces este logro darse cuenta que el macho venia por el frente y levantándose en dos patas lo hizo detenerse.
Todos vieron con ojos muy abiertos como el gigante caía y aplastaba al allosaurio.
Pero no era suficiente, el sauroposeidon volvió a levantarse y aplasto de nuevo y de nuevo y lo hizo una vez más hasta que los huesos del macho sean solo trisas.
La hembra rugió muy molesta y ataco al gigante mordiéndole la pierna trasera y no lo soltaba.
El gigante pataleo hasta poder quitársela y entonces muy rápido le dio una fuerte mordida en el cuello a la carnívoro y la levanto.
La arrojo desde lo más alto haciéndole caer sobre una roca puntiaguda, lo que la dejo herida.
El gigante estaba por aplastarle pero entonces la cría se puso en medio y le rugió de forma intimidante-Deja en paz a mi madre!
El gigante le contesto-Pronto te tocara a ti-Y le dio un cabezazo que lo arrojo lejos fracturándole la pata por la caída.
El gigante con sus patas delanteras pisoteo la cara de la carnívoro haciéndole volar los ojos y separando la mandíbula del cuerpo.
Cuando acabo con ella miro a la cría herida y estaba por atacarle pero la triceratops se puso al frente diciendo.
-Ya basta!
El gigante se detuvo y le contesto-Muévete o no me importara aplastarte.
La triceratops con un rostro compasivo dijo-Por favor, ya has hecho suficiente, vámonos.
El grandote le dijo-Si tanto lo deseas entonces lárgate, yo tengo algo que terminar.
El gigante paso y la triceratops quedando atrás le dijo-Pero somos herbívoros...
El sauroposeidon se quedó quieto esperando que ella continuara.
-Somos herbívoros, ya sabes, nosotros...no hacemos eso.
El gigante dio la vuelta y comenzó a acercase a la triceratops de forma muy molesta.
Ella retrocedió mientras el cuello largo decía-Nosotros no hacemos eso…nosotros no hacemos eso…
Puso su rostro cerca de la tres cuernos y decía- Por no hacer eso es que los carnívoros se aprovechan de nosotros!
-Nos creen débiles que solo sabemos defendernos y no atacar primero!
-Mientras no hagamos algo ellos seguirán matándonos como monstruos, solo les importa matar y ya!
La triceratops seguía retrocediendo y dijo-Pero…nuestra naturaleza, digo…se compasivo…es, es solo una cría débil.
El gigante enojado reprocho-ES NUESTRA NATURALEZA! POR ESO SOMOS LOS DÉBILES POR COBARDES COMO TÚ QUE SOLO SIGUEN LAS REGLAS!
El gigante le dio un empujo a la tres cuernos dejándole de espalda contra el suelo y puso su pata sobre ella.
El gigante comenzó a presionar su pata dejando sin aire a la tres cuernos y hundiéndola en la tierra.
Ella tosía intenta pedir que se detenga pero no podía.
-Es solo una cría…pero crecerá y será tal como los demonios de su especie…y cuando eso llegue, crees que será tan compasivo como tú has querido ser?
El gigante dejo de aplastarle, la triceratops tosía recuperando el aire y cuando logro levantarse vio como el gigante caminaba en dirección a la cría diciendo.
-Ya basta de esconderse, los herbívoros deben aprender a atacar tal como ellos lo hacen con nosotros.
La cría de allosaurio lloraba por el dolor y su rostro parecía pedir piedad.
El gigante le escupió y luego se levantó en dos patas listo para aplastarle.
La triceratops aterrada se acostó y se tapó los ojos con las patas delanteras y solo escucho como el gigante caía destrozando el cuerpo de la cría.
Todo lo que quedaba era un charco de sangre, el gigante volteo y vio como la tres cuernos estaba temblando.
El gigante rugió enojado, la triceratops se levantó y se fue huyendo lo más rápido que podía de ese lugar.
El gigante comenzó a perseguirle rugiendo como un demente.
La triceratops corría como nunca lo había hecho hasta salir de ese lugar y escapar, el gigante se detuvo y respiraba muy agitado.
Gruño con ira y dio la vuelta para seguir su camino, miro los cuerpos de los carnívoros muertos pero no sonrió ni se contentó, solo aumento su ira.
