( ASH: Fate Apocrhypha, opening 2)
(Cuando la música comenzó a sonar, los símbolos de los elementos Bakugan pasaron como guiados por el viento hasta aparecer el símbolo de los seis atributos juntos, y adelante apareció el titulo)
Tal como gotas de lluvia que caen sin rumbo, sin fijar dirección.
(De noche, Dan ve la luna con algunas hojas llevadas por el viento pasando. Las hojas pasan cerca de su rostro, que se alzo al frente con ojos llenos de determinación. En una toma diferente, se ve a Camilo de espaldas a Dan, quien bajo la mirada con algo de tristeza. Se ve por unos instantes el domo de acceso al Interespacio de día)
¡Nuestros sentimientos siguen el camino que eligen!
(Luna mira a la luna con tristeza, para ver a Marduk ponerse a su lado y sonrió. De manera consecutiva se ve al resto de peleadores: Shun sentado en la rama de un árbol, Snow chocando sus puños con una sonrisa, Marucho tecleando en su computadora, Felipe de pie en una arena de combate, Page, Rafe y Serah hablando hasta ver hacía adelante).
Un negro amanecer, verás que pronto llega. Pronto vendrá...
(Goodwin, usando una armadura de plata encima de su traje camina por los pasillos del castillo, su capa blanca ondeo. Paso al lado de Kazarina, quien sonrió cruelmente al verlo. Se ve desde abajo y subiendo rápidamente el oscuro castillo, hasta la punta, donde Goodwin estaba de pie, a su izquierda estaban Kazarina y Sellon, y a su derecha, Anubias y Caligula. Los cuatro con sus Bakugan).
(Se ve una imagen dividida de la Puerta y la Llave que tienen Dan y Drago).
Los pedazos de este sueño solo pueden causar dolor. Incluso llegar a tener miedo a creer.
(Selen lanzo un rayo de luz que Fury aparto fácilmente retrocediendo en el aire. Vladitor se acerco a Fury y choco su espada con las cuchillas de su enemigo, soltando chispas. Caligula tenía una mirada de oscura excitación al ver la batalla).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión? Yo quiero saber...
(H y Abbott miran al cielo azul con una mirada preocupada. Abbott y H se miran, asintiendo y el segundo se retira. El escenario cambia al Interespacio, donde Lumagrow salta en el aire y el cielo es rojizo).
Superándome a mi mismo se que yo volveré a nacer. ¡La fe es lo único que me podrá fortalecer!
(Xerxes choca sus armas con las garras de Lumagrow en un combate intenso donde ambos caen en el aire. Al mismo tiempo, Horridian esquivo una flecha, e Artemis cargaba en su arco otra flecha que disparo al mismo tiempo que Horridian lanzaba rayos de energía de sus bocas, creando una explosión al chocar. Entre las llamas de la explosión, Lirian desvía los ataques de Isis mientras ambas pelean en el aire).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión?
(Drago hace a un lado las llamas mientras ve como un ejercito de Bakugan Caos se acerca a él. Wolfuro y Boulderon se alzaron con sus Bakunanos. Secuencialmente, se ve el ojo de Leonidas cambiar de su color normal a un tono rojizo, a Ginebra viendo el amanecer, a alguien usando una armadura oscura, un cuerpo en el suelo con un agujero en el pecho y sangrando y a Claire con las manos juntas como si estuviera rezando).
¡La oportunidad llegara!
(En un destello, se ve a Camilo abriendo los ojos y la imagen lo rodea para ver que estaba de pie frente a Goodwin. En su espacio oscuro, el Dragón Carmesí extiendo sus alas para que en otra toma, se vea a un individuo de armadura negra de espaldas viendo al horizonte desde el castillo negro de Goodwin con su capa roja ondeando).
Capitulo 46: Consecuencias
-Veo que llegaste-.
Kazarina, en la zona del laboratorio del castillo de Goodwin, estaba revisando las terminaciones del aparato que su "socio" quería completo y fue la razón de que la trajera hasta aquí.
El aparato era un contenedor y conductor de energía, pero que almacenaba energía negativa. Como el nombre dice, absorbía la energía negativa y también podía transferir esa energía a otra parte.
La forma del aparato tecnológico era un cilíndrico del tamaño de una persona que era portátil gracias a un carro equipado con cuatro ruedas. El cilindro era de color metálico y tenía 4 anillos por donde se podía ver la energía contenida, pero que en este momento estaba vacío al no probarse. En la parte trasera del cilindro que era una zona plana estaba el panel de control.
Este era la versión final de lo que quería Goodwin. Un aparato que parecía sencillo, pero fue desafiante para el intelecto de Kazarina, ya que crear una maquina que pueda absorber energía, sobre todo energía negativa, era muy difícil de hacer. La Gundaliana mentiría si dijera que no disfruto el reto. No siempre ha tenido la oportunidad para usar su intelecto en cosas que no sean experimentos Bakugan o equipo militar. No es que le desagradaran esas tareas, pero algo diferente era un gusto.
La atención de la hija de Apocolyps ahora estaba en el último lacayo leal de su padre, que había vuelto de su prueba con el arma que hicieron para la venganza.
-¿Qué tal fue la prueba?- Pregunto Kazarina.
-Perfecta. Mis enemigos probaron ser mayor reto de lo esperado, pero eso solo sirvió para familiarizarme con el arma y conocer su poder- respondió Dukhan.
-¿Y bien?-.
-Es más poderoso de lo que pensé, lo cual era esperable, considerando que es un clon de Drago cuando derroto a mi señor y sus mejoras. Tal vez sea más poderoso de lo que alcance a ver hoy. También presento una situación de ira que tuve que calmar antes de que me perjudicara-.
-Te lo dije: Némesis tiene los poderes de Drago, más las mejoras por la unión de los ADN del dispositivo Galvan que robaste, pero sin las funciones neuronales que le permiten pensar racionalmente. Es puro instinto, una bestia en todo sentido, con apenas la inteligencia suficiente para saber como dar golpes y esquivar. Por eso mismo es que el porcentaje de que se pierda en sus instintos es muy alto, que fue la razón de los implantes cerebrales para mantenerlo bajo control- explico la científica. -No me digas que es demasiado para ti-.
-Claro que no; un poco de jaqueca no es nada para mi- dijo Dukha, restándole importancia la dificultad que es mantener a Némesis bajo control. -Pero, aun con la prueba de hoy, no sé si Némesis será lo suficientemente poderoso para derrotar a Leonidas-.
-Entonces no compitas en poder con él- Goodwin entro en el laboratorio como si estuviera en su casa, cosa que así era. -Compite en paciencia-.
-¿A que te refieres?- Cuestiono.
-¿Le mandaste mis saludos a Camilo Navas?- Pregunto Rex de vuelta.
-Si-.
-Entonces no dudo él estará destrozado por la muerte de un amigo cercano, y cuando un hombre pierde a un ser querido por culpa de alguien más, la ira y rabia del momento hace al más prudente ser el más impulsivo-.
Dukhan abrió los ojos al comprender lo que decía Goodwin. Este hombre no imponía respeto con poder como Apocolyps, sino que lo hacía con su mente, sus planes y tácticas para dañar a sus enemigos. Era un estilo parecido al de Youma, pero más elegante y menos retorcido.
-¿Y como harás para que venga solo?- Pregunto al meollo del asunto.
-Distracción y una llamada-.
(Tres días después)
El clima del día era oscuro con vientos fríos. Nubes oscuras tapaban el sol, dando el aspecto de llover aun cuando en los noticieros no dijeron nada de lluvia en las siguientes semanas.
El estado del día combinaba perfecto con el sentimiento que compartían cierto grupo de personas hoy.
-Él era un alma piadosa que siempre velaba por todos, amigo de todos nosotros. Devoto camarada y amigo para sus cercanos era. Aunque huérfano, esa soledad no le impidió prosperar en la vida. Ahora en el regazo del señor esta-.
Las palabras del sacerdote para la ceremonia antes de enterrar a Snow eran bonitas y lo que uno esperaría de un sacerdote.
Pero esas palabras caían en oídos sordos para los Peleadores.
Después de llorar y lamentar por minutos que le parecieron horas, Camilo se comunico con H que estaba cerca y cuando llegó a la escena, no fue necesario palabras. El agente estaba tan impactado y furioso que dio un golpe a uno de las cajas del almacén.
La noticia fue dada a todos los demás por H. Camilo no tenía el valor ni las fuerzas para ser quien lo hiciera.
Como se esperaba, la reacción de todos fue chocante, por decirlo menos. A pesar de todos los peligros que enfrentaron, de todas las dificultades y batallas, siempre habían salido bien librados todos. Esta era la primera vez que perdían a uno de los suyos, que los peligros finalmente superaron su suerte y la muerte se llevo a uno de ellos, tal vez por compensación de todas las veces que salieron vivos en situaciones de muertes casi seguras.
La noticia golpeo a todos y cada uno lo ha demostrado de diferente manera: Marucho lloro durante horas desde que se entero. Dan arremetió con furia, desordenando y votando todo lo que estaba a su paso antes de llorar en silencio. Shun se mantenía más serio y estoico de lo normal, pero se podían notar los restos de bolsas debajo de sus ojos y sus nudillos dañados. Marduk estaba mortalmente serio y esa expresión no ha cambiado hasta ahora.
Pero no solo los Peleadores, sino también los que conocían a Snow y lo querían como amigo: Claire lloro y cuando vio llegar a Camilo, lo abrazo fuerte, llorando más en su hombro de dolor, tanto el de ella como por el chico que amaba. Ginebra no dijo ni una palabra del asunto. Julie derramo un lágrimas de pena, porque aunque no conocía bien a Snow como el resto, si tuvo interacciones divertidas con él y le dio consejo como la Peleadora Subterra Superior que era. Sus lágrimas fueron por lo injusto de su partida muy temprana.
No supieron de H, pero O les había comentado en secreto que la noche de su muerte, H se había ido a emborrachar en una taberna y ella tuvo que ir a sacarlo a altas horas de la noche.
La que tuvo la peor reacción fue Serah, quien lloro desconsoladamente al punto de que Paige y Rafe, que la estaban acompañando, tuvieron que consolarla ya que no dejo de llorar.
A todos se les rompió el corazón al ver a la dulce y siempre sonriente Serah tan triste y apagada, como si la felicidad se hubiera ido de su ser. Ella y Snow eran muy cercanos, al punto de que varios sospechaban que iban a terminar en una relación tarde o temprano. La historia de dos personas de mundos diferentes unidos por el amor.
Ya no.
Y no solo Snow, Onix también murió, pero con él no había cuerpo que enterrar. Según los datos que Marucho recoleto el día anterior por la pulsera de Snow, tuvieron una batalla y como Camilo dijo que Dukhan estaba en la escena, no fue difícil asumir que paso.
Que Bakugan uso Dukhan para hacer desaparecer a Onix era un misterio. La pulsera que es el lanzador solo registra los poderes que usa el propietario, no al oponente que enfrenta. Lo único seguro es que era muy poderoso para no haber dejado ni rastro del poderoso Subterra.
Marucho pago y preparo todo para el entierro funerario. Con la velocidad de la preparación fácilmente pudieron haber hecho la ceremonia en la tarde del día siguiente, pero todos acordaron que Fabia y sus demás amigos en Neathia y Gundalia supieran de la tragedia, ya que Snow, al igual que el resto, era un héroe para Neathia y había llegado a ser buenas amistades con casi todos.
Al enterarse de la noticia por Paige y Rafe, sus respectivos lados dejaron sus asuntos para asistir al funeral para honrar al gran amigo y valiente héroe que era Snow.
Cuando Fabia y Relena llegaron a la Tierra con sus apariencias humanas, lo primero que hicieron fue abrazar a Serah, quien volvió a llorar en los brazos de sus mejores amigas, casi hermanas. La Reina Serena (en forma humana que era igual a la de Fabia, pero con rasgos mayores) también dio su pesar a la joven y al resto de Peleadores.
Nurzark, Ren y Mason fueron los únicos de Gundalia en asistir por ser quienes conocieron a Snow. Nurzak reconocía el valor del joven y vio trágica su partida, además de maldecir el nombre de Dukhan. Mason, aunque no se llevaba precisamente bien con el rubio en el tiempo que estuvieron juntos, si habían generado una especie de respeto mutuo entre ambos, Ren era el más triste de todos al ser quien mejor conoció a Snow de los tres.
Paige, Rafe, Luna y Felipe era los que menos reaccionaron por la muerte, no sintiendo más que pena por el fallecido y sus amigos, sobre todo los primeros tres, pues Felipe si había derramado un par de lágrimas. Esto se debe a que al ser los más nuevos y no haber conocido tanto a Snow como el resto, su muerte no los afecto de la misma manera que al resto. Eso no quiere decir que no estuvieran tristes, solo que estaban a un nivel menor que el de Dan y el resto que si lo conocieron bien.
Todos los mencionados se reunieron en el cementerio, vistiendo ropas funerarias. Se había hecho la tumba de Snow en el cementerio general de la ciudad, en una parte lo suficientemente cercana para que cualquiera de ellos pudiera llegar caminando y sin perderse. el ataúd donde estaba guardado el cuerpo estaba dentro de un agujero en la tierra, con los trabajadores con palas esperando la señal para llenarlo. Alrededor de la tumba estaba decorada con flores y una foto de Snow con su característica sonrisa.
Encima del ataúd, estaba la cruz de oro que era la mayor pertenencia de Snow junto a su pulsera de peleador.
-Ahora, que descanse en paz- el sacerdote finalmente termina sus palabras, por lo que los trabajadores empezaron a enterrar el ataúd al comenzar a cubrirlo de tierra con palas.
Mientras lo hacían, Serah se apoyo en Fabia al no soportar ver. La princesa la abrazo reconfortantemente, de la misma manera que Serah había hecho por ella cuando murió Jim, solo que con él no hubo cuerpo que enterrar, aunque el dolor era el mismo y ahora era su turno para estar para su amiga.
Marucho luchaba inútilmente de contener las lágrimas que escapaban de sus ojos, Shun apretaba tan fuerte sus puños que enterró sus uñas en su palma, comenzando a sacar sangre, Marduk se mantenía fríamente estoico y Camilo y Dan tenían los ojos cubierto por sus mechones de cabello con la mirada en el suelo.
Los trabajadores finalmente terminan de cubrir el ataúd y comenzaron a dispersarse.
Tras unos minutos de silencio, algunos comenzaron a acercarse a los que claramente fueron más afectados por esta perdida que otros, iniciando charlas.
-Realmente sentimos su perdida. Se bien lo doloroso que es enterrar a un ser querido- hablo Nurzak con dolorosa experiencia.
-Gracias por tomarse la molestia de venir- dijo Dan con una sonrisa que no engaño a nadie.
-Es lo menos que podíamos hacer- dijo Serena. -Se que los Peleadores enfrentan problemas y nuevos enemigos... si necesitan ayuda, nosotros...-.
-Agradecemos su ayuda, pero no es necesario- interrumpió cortante Shun. -Neathia y Gundalia ya tienen las manos ocupadas recuperándose tras décadas de guerra, no podemos pedirles ayuda-.
-Este es un asunto exclusivo de los Peleadores. No se metan- dijo Marduk.
Ambos líderes entendieron que ninguno estaba dispuesto a hablar y que esto se había vuelto un tema personal para ellos, por lo que no insistieron.
-Respetamos sus decisiones, pero no olviden que siempre tendrán aliados en Neathia- señalo Serena.
-En Gundalia también- agrego Nurzak.
Fabia mantuvo su abrazo en su mejor amiga hasta que sintió como su llanto se hacía más débil hasta desvanecerse, aunque aun la sentía temblar ligeramente.
-¿Te sientes mejor?- Pregunto Fabia, separando a Serah de ella lo suficiente para verla a los ojos. -¿Llorar sirvió?-.
-...No- confeso la pelirosa. -¿Por que tuvo que pasar así? ¿Por que Snow?- Pregunto llena de tristeza. -Él no era alguien malvado o ambicioso, él siempre busco hacer el bien por y para todos. No merecía terminar así. Onix tampoco...- se cubrió la cara con ambas manos. -No pude cuidarlo como se lo prometí a mi hermana. Él... él también...-.
-Onix murió luchando, como hubiera querido. Él ahora esta con Snow y seguramente, también con Lightning- comento Aranaut desde el hombro de Fabia. -Usted hizo más por él de lo que se imagina, señorita Serah, él no la hubiera querido ver así de triste. Ninguno lo hubiera deseado-.
-Ese viejo barbón no te abandonara. Su espíritu estará contigo siempre- dijo Relena, tomando una de las manos de Serah, destapando un poco su rostro. -Créelo-.
-Ya no se que creer...- sollozo Serah. -Primero mi hermana y ahora esto... no es justo, ¿por que todas las personas que quiero terminan muertas?-.
Ante eso, ni Relena ni Fabia tenían respuesta. Primero sus padres, luego su hermana, ahora su enamorado y el Bakugan de su hermana... la vida había sido muy injusta con Serah al quitarle a las personas que más quería.
-Si quieres... puedes volver a Neathia. Yo puedo quedarme con Paige y Rafe, o tal vez lo mejor sea que ellos vuelvan...-.
-No...- Serah interrumpió a Fabia, sorbiendo fuerte su nariz. -Gracias Fabia, pero...- con sus dedos se limpio el rastro de lágrimas de su rostro. -Tengo que quedarme. No puedo volver y solo llorar, no mientras Dukhan sigue libre-.
-Pero Serah…- Relena intento decir algo para convencerla, pero otra vez, Serah interrumpió.
-Agradezco su apoyo amigas, en serio... pero necesito quedarme, necesito luchar. YO necesito saber que se hizo justicia-.
Fabia sabía como se sentía Serah en este momento, demasiado bien. Lo había sentido por Kazarina y todos los Gundalianos tras la muerte de Jim. Esa sensación de venganza fue sofocada en gran parte gracias al apoyo constante de Aranaut y su hermana, pero siempre quedo esa espina rencorosa contra la bruja que le arrebato a Jim y a los Gundalianos en general por comenzar la guerra. No fue hasta que conoció a los Peleadores, hasta que se acerco a Shun, conoció a Ren y supo la verdad de Relena que esa espina comenzó a retirarse gradualmente.
Actualmente, no culpa a los Gundalianos en general, ya que aunque comenzaron la guerra, muchos solo seguían ordenes de sus reyes. A quienes siempre odiaría y culparía por el sufrimiento de su gente eran a Barodius y Apocolyps. También odiaba a Kazarina y quería derrotarla, pero ya no por venganza, sino porque era demasiado peligrosa dejarla libre, ella debía afrontar la justicia por todos los crímenes que cometió.
Pero el caso de Serah es más fresco y esta vez, tal vez no haya nadie que pueda ayudarla a sofocar ese deseo de justicia (que esperaba que eso fuera) que tenía la actual Comandante del ejercito de Neathia, ya que los Dan y los demás estarían tan o más deseosos de encontrar a Dukhan y hacerlo pagar.
Pero si insistía más solo se ganaría el rechazo de Serah, que no desistiría para nada, y si usaba su autoridad real, Serah la obedecería, pero se ganaría su desprecio por eso. Ninguna de esas cosas ella quería de su amiga.
-...Como digas, Serah. Confiare en ti- acepto con un suspiro resignado.
-Gracias, Fabia, significa mucho esto-.
-Solo... cuídate, ¿ok?-.
Serah asintió. -Bien, aunque si apoyo que Paige y Rafe vuelvan. Tal vez esto sea demasiado para ellos-.
-Hablaré con ellos más tarde- dijo Relena.
Tras unos minutos en los que hubo diferentes conversaciones: Ren dando su pésame a Marucho, Mason intercambiando cortas palabras con Shun, Page y Rafe conversando con Felipe y Claire de esto con Luna al margen y en silencio de todo... Nurzak tomo la palabra.
-Este realmente es un día trágico para todos, y lamento aun más tener que partir tan pronto acabo, pero debo volver a Gundalia para cumplir mis responsabilidades-.
-Al igual que yo y Fabia a Neathia- agrego Serena. -Relena y Ren se quedaran con ustedes y mañana volverán, ¿no hay problema?-.
-Ninguno, Nurzak-.
-Tampoco conmigo, su majestad-.
Los primos no se quejaron y agradecieron el gesto.
Serena miro uno a uno a los Peleadores. -Lo único que puedo hacer por ustedes es desearles suerte y fuerza, y recordarles de nuevo, que Neathia siempre estará disponible si un día nos necesitan-.
-Permítanos- hablo Marduk. -Vladitor-.
El Bakugan salió y lanzo un rayo al aire, abriendo un portal interdimensional con destino a Neathia.
-Gracias- agradeció Nurzak el gesto.
Mientras Serena, Nurzak y Mason ingresaban, Fabia se quedo unos momentos más atrás y se acerco a Shun.
-Shun... yo...-.
-No digas nada- detuvo el pelinegro a la princesa. -No hace falta. Yo... agradezco que vinieras-.
Fabia solo pudo sonreír débilmente. Ambos saben que tienen cosas que hablar, pero este no es el lugar ni el momento. Por ahora, estar para él cuando lo necesite es suficiente para Fabia.
Despidiéndose del resto, Fabia ingreso al portal de vuelta a casa.
(Una hora después)
Dan estaba en la sala de mando del domo de acceso del Interespacio. Estaba sentado en una de las sillas con la mirada perdida, mirando a la nada.
Después del funeral cada quien se fue a su lado. Camilo se fue con Ginebra y Claire, Marucho volvió a su departamento con Ren, Relena, Serah y Felipe. Marduk se fue por su lado con Luna, mientras que él y Shun vinieron acá, Shun entro al Interespacio mientras él se quedo sentado... haciendo nada.
-¿Cómo pudo pasar esto, Drago? ¿Cómo Snow...?- Ni siquiera era capaz de decir esa palabra.
-No fue tu culpa, Dan, fueron Dukhan y nuestros enemigos los responsables de su muerte y la de Onix- dijo Drago. -No puedes desmoronarte, no ahora que el equipo te necesita-.
-Pero esto... nunca habíamos perdido a nadie...-.
-Sabes que eso no es verdad. En cada batalla, perdimos a buenos amigos-.
Dan sabía a quienes se referían. Contra Naga, Nobilion y Weivern se sacrificaron. Contra Zenoheld, los 6 Antiguos Guerreros de Vestroia lucharon con todo y al fallar, les dejaron el resto a ellos. Incluso contra el tonto de Barodius y Apocolyps, muchos soldados Neathianos murieron, también amigos de Ren, y sobre todo, el sacrificio de Dragonoid Colosus para hacer más fuerte a Leonidas y darle la oportunidad de dar el golpe que lo acabo, o Nio antes que él, quien dio El Elemento a Leonidas, lo que le permitió evolucionar tras volver con ellos y evitar que sus enemigos lo tuvieran como ventaja momentánea.
En cada lucha, pierden a amigos por la causa, pero sus muertes fueron por algo y significaron mucho para la batalla; esta era la primera vez que un miembro de los Peleadores muere, esta vez asesinado y no sacrificándose por una oportunidad de victoria, sino porque sus enemigos fueron más rápidos y despiadados a la hora de darles un golpe. Nunca había pasado antes... una muerte tan cercana y dolorosa como esa... no sabía que hacer o como afrontarla. Menos de como ayudar a sus amigos a hacerlo.
Tan atrapado estaba en sus lamentos que no escucho la puerta abrirse y los pasos acercarse, hasta que la sombra de la persona tapo la luz que le llegaba por la lampara en el techo.
-¿Te arrepientes?- Pregunta Marduk, haciendo que Dan levante un poco la cabeza. -¿Te arrepientes de luchar y que Snow se viera envuelto en todo esto? Él sabía de los riesgos y los acepto igual, todos lo hacemos. ¿Qué paso con ese valor y determinación tuyas, Kuso?-.
-¡Cállate!- Ordena Dan, no mirando a Marduk.
-Resulta que eres más blando de lo que pensé- bufo el peleador Darkus. -¿Pensaste que todo esto era un juego? Ya has matado a buena cantidad de personas, por si no lo notaste, ¿o no me digas que creíste que Naga y Zenoheld solo "desaparecieron"?- Hizo énfasis en la última palabra a modo de burla. -También están los soldados Gundalianos y los de Apocolyps que recibieron los ataques de Drago junto con sus Bakugan, o los que estuvieron en el fuego cruzado-.
Dan sigue manteniendo la mirada baja. -¡Cállate, Marduk!-.
-Sin importar que tan retorcidos eran, todos tuvieron o aun tenían familia y amigos, gente que los apreciaba o adoraba al punto del fanatismo, como es el caso de Dukhan- Marduk mira a Dan con una mueca burlona. -¿De verdad después de tanto me estas diciendo que aun no lo habías comprendido? Pensé que estabas mejor preparado-.
-¡Cállate!- Grita Dan, finalmente perdiendo los estribos. Se puso de pie y miro enfurecido a Marduk. -¡Estoy preparado! ¡Lo estoy desde el momento que decidí salvar a los Bakugan! ¡No tengo miedo a morir!-.
Dan nunca olvidaría aquel día que tomo la decisión de pelear para salvar su mundo y a Vestroia de la destrucción hace tantos años en el Valle Bakugan, cuando aun era un niño de 12 años arrogante y tonto. Ese día fue donde tomo la decisión que marcaría su destino. ¿Cómo se atrevía Marduk a burlarse de eso?
-Entonces, ¿por que esta vacilación? ¿Te ha sacudido tanto?- Cuestiono Marduk duramente. -Eres el líder del equipo, eso significa que debes guiarnos y estar listo para todo. Puede que estés dispuesto a dar tu vida, pero no es solo tu vida la que esta en juego, sino la de todos los que te siguen. ¿Estas dispuesto a soportar esa sangre en tus manos?-.
-Yo...- Dan aun ve con furia a Marduk, pero dudo unos segundos ante las últimas palabras del peleador Darkus.
-Es suficiente, Marduk- intervino Drago, sabía que Dan necesitaba unas palabras para volver a concentrarlo en la amenaza aun presente, pero se estaba pasando.
Marduk lo ignoro.
-Entonces, a pesar de todo tu valor y código, en realidad eres solo un niño arrogante con el ego en las nubes y la boca grande y gorda-.
Al no aguantarlo más, Dan le da un golpe en la cara a Marduk, quien da un paso atrás por la fuerza del impacto. El golpe fue tan fuerte que dejo una marca roja en su mejilla izquierda.
Drago estaba impactado por tal acontecimiento. Dan nunca arremetía a golpes, menos contra un camarada y amigo. Si, Marduk no era la mejor definición de compañero y sus palabras recientes afectaron al castaño, pero no creyó que al punto de darle un puñetazo.
A pesar del golpe, Marduk muestra una expresión sin emociones. -Estamos demasiado metidos en esto para retroceder ahora. Si retrocedes, si te arrepientes ahora, la muerte de Snow será en vano-.
Dan abre los ojos como plato al oír eso.
Marduk gira y camina hasta la puerta de la sala, pero se detiene en el marco y mira a Dan una última vez.
-Sabes mejor que nadie que esto dejo de ser un juego de niños hace mucho. Eres el líder de los Peleadores. Las personas necesitan un símbolo, una chispa que encienda la luz que los guie... y tu eres ese fuego que enciende la chispa de esperanza, siempre lo has sido. Por eso fui tras de ti la primera vez-.
Con esas palabras, Marduk salió, dejando solo a Dan y Drago.
-¿Dan?- Drago mira preocupado a su compañero, quien solo puede sentarse en la silla donde antes estaba sentado.
-La chispa... de esperanza- reflexiona el castaño en su mente. -Marduk, tu...-.
-¡Marduk!- Luna se acerca a Marduk al verlo salir y nota el moretón en su mejilla. -¿Qué te paso?-.
-Charla de hombres- fue su única respuesta.
-¿Qué le dijiste a Dan?-.
-Lo que necesitaba oír. Si no puede soportarlo, si no sabe soportar esa verdad, entonces no tiene posibilidad de seguir adelante-.
-Entiendo eso pero...-.
-Jeje...-.
Marduk se detiene, haciendo que Luna también lo haga. La chica estaba confundida al escucharlo soltar una risa.
-Aunque... no creo haber sido el mejor para eso... pero nadie más lo iba a hacer, pero…- golpeo con fuerza la pared, sin importarle el daño que pudiera hacerse. -Es hilarante-.
-¿Marduk?- Luna mira preocupada al joven.
-Y es que…- el cuerpo entero del peliplata empieza a temblar levemente. -Siempre me irrito lo animado que era... la facilidad con la que sonreía...-.
-¿Le tenias envidia, no?- Pregunto Luna.
-Tal vez... sea eso, ¿no? Porque... jamás pensé que sentiría tanto dolor y odio por ese idiota que no pensaba nunca en lo que hacía-.
Marduk nunca pensó que se sentiría lástima por Snow, nunca pensó que su muerte lo afectaría tanto, que sentiría dolor por escuchar que murió y ver su cuerpo sin vida, con la consciencia de que nunca volvería a escucharlo hablar tan animado y despreocupado que lo irritaba, que no volvería a hablarle con confianza como si fueran amigos de siempre... nunca pensó que odiaría tanto al asesino de Snow. Un odio que solo ha sentido una vez, pero que ahora siente por alguien más.
Luna se acerca con cuidado hacía él, el sonido de sus tacones resonando en el pasillo. Es cuando esta más cerca que nota la sangre que estaba en su mano estrellada con la pared... una sangre que salió por enterrarse tanto las uñas.
-Marduk...- Luna posa suavemente sus manos en los hombros de él, -Tenemos un contrato, ¿recuerdas? Estaré contigo-.
Y es con ese apoyo silencioso, que Marduk se permite soltar un pequeño sollozo junto con un par de lágrimas.
-Realmente me he vuelto un blandengue, ¿no?-.
(Con Shun)
-Basta, Shun- dijo Taylean, deteniendo a su compañero.
Desde que llegaron al Interespacio, se adentraron en la zona de entrenamiento que Camilo había usado anteriormente, y todo este tiempo se pasaron entrenando destruyendo rocas y haciendo combinación de movimientos.
Taylean había dejado que su compañero lo hiciera, se dejo hacerlo de tal modo que calmara a Shun lo suficiente para que fuera receptivo al escuchar. Tal parece que ya es el momento.
-¿De que estas hablando, Taylean?- Cuestiono Shun. -El enemigo puede llegar en cualquier momento, debemos tener tus habilidades al máximo para...-.
-Ambos sabemos que no es por eso que estamos aquí- interrumpió el Bakugan ninja seriamente.
Shun se mordió el labio inferior, sabiendo bien de lo que hablaba su compañero, pero no quería hablar de eso, no ahora.
-Son las heridas externas las que sanan rápido-.
-No quiero hablar de eso ahora, Taylean-.
-¿Y entonces cuando? Tu lo dijiste: el enemigo puede llegar en cualquier momento- señalo el Bakugan Ventus.
Si fuera por Taylean, le daría tiempo a Shun para curar, procesar el duelo y hablar, pero tal como señalo, no tenían el tiempo. Dukhan no pudo actuar solo en esto y era obvio quien lo ayudo, así que si se quedaban de brazos cruzados por más tiempo el enemigo atacaría.
-Debí haberlo visto venir, yo...-.
No fue tu culpa y lo sabes. No había nada que pudieras hacer-.
Shun sabía que Taylean tenía razón, claro que la tenía, pero eso no aliviaba la frustración que sentía. Puede que Snow y él no fueran los amigos más cercanos, pero era un amigo y camarada a quien acepto como un miembro del equipo, uno más de esta familia que había hecho con Dan y los demás. El que muriera no era algo fácil de digerir.
Uno de sus problemas es que siempre ha tenido problemas para lidiar con el abandono. Cuando su madre murió, se sintió tan solo y vacío por dentro, aun con la compañía de su abuelo y Skyress, ese vacío no disminuyo, haciendo que se retirara de las batallas Bakugan y se alejo de todos sus amigos y no los vio hasta que la amenaza de Masquerade y la falta de un Peleador Ventus para el equipo hicieron que se involucrara.
Uno pensaría que su reacción era normal para un chico de su edad en ese entonces, pero no era solo eso. Cuando se entero que su Padre los había abandonado y dejo solo a su madre, cuando tuvo la capacidad de entender los motivos y que clase de persona era, sintió rabia hacía su progenitor que ni se molesto en ir al funeral de su madre, dejándolo solo con su abuelo.
Esa rabia no había disminuido ni un poco aun cuando volvió, de hecho, aumento al ver como ese hombre ni siquiera hacía el intento de acercarse a él, sino que apenas lo veía antes de quedarse solo con su media hermana, a quien comenzaba a querer como otra más de su familia lentamente.
Y ahora paso esto... lo de Snow fue un golpe amargo de realidad, uno que rompió la burbuja en que los Peleadores habían estado hasta ahora, una que se creo en base de que siempre saldrían todos bien sin importar las dificultades.
Esto les enseño lo verdaderamente peligroso que era su lucha, lo que le paso a Snow podría pasarle a cualquiera, porque a diferencia de antes, sus enemigos no estaban jugando ni lo subestimaban, sino que los tomaban en serio, y un enemigo preparado era un enemigo peligroso.
-Shun, sabes que te apoyo y cualquier decisión que tomes, la respetaré y te apoyaré, pero no puedes darte por vencido. Ese no eres tú- dijo Taylean.
Shun le alegraba el apoyo incondicional que Taylean mostraba y el valor de saber enfrentarlo cuando debía, como lo hacía ahora. A pesar de solo haber sido compañero por algunos meses, se sentía más cercano al Bakugan de Neathia que con el resto de sus anteriores compañero, incluso más que Skyress, que fue con quien tuvo el lazo más fuerte.
Tal vez se debía a que Skyress había sido una especie de madre sustituta que lo apoyaba y cuido en todo el tiempo que estuvieron juntos, mientras que con Taylean, más que compañerismo, sentía un sentimiento de hermandad.
-Mi intención de seguir luchando no ha cambiado, nunca lo hará, pero aun así...-.
-¿Temes que lo que le pueda suceder a Snow le pase a Dan o al resto?- Termino Taylean.
-Si. Se que ellos están dispuestos a recorrer el mismo riesgo y no puedo pedirles que no luchen, sería hipócrita, pero aun así...- Shun sabía que no era el más expresivo de sus amigos, pero eso no quería decir que se preocupara o les importara menos. Los Peleadores eran su familia y todos eran como sus hermanos y hermanas, por lo que siempre se aseguraba de cuidarlos de una forma más silenciosa. -No se que hacer...-.
Taylean dio un par de pasos hasta estar al frente del lado en donde estaba de pie su compañero y se hinco para que su rostro este a la altura del pequeño tamaño que era Shun en comparación suya.
-Entonces no lo enfrentes solo, Shun. Los Peleadores son un equipo, tu familia, ¿verdad? Estoy seguro que todos sienten lo mismo que tu en este instante, y creo que al final, todos estarán dispuestos a seguir luchando, pero no deben enfrentar su duelo solos. Tienes a Dan y Marucho, y siempre me tendrás amigo-.
Shun alzo la cabeza, viendo con una gran emoción en su pecho a Taylean. Agradecía mucho el apoyo que le estaba dando en este difícil momento.
-Tienes razón, Taylean. Creo que necesitaba oír eso-.
-Ni lo menciones. Para eso son los amigos, ¿no?- Taylean se irguió. -¿Ya quieres irte?-.
Shun iba a dar una respuesta afirmativa, pero las palabras quedaron en su garganta cuando una idea surgió en su mente.
-¿Shun?- Taylean ladeo la cabeza al ver al pelinegro con un gesto pensativo. -¿En que piensas?-.
-En algo arriesgado, pero si funciona...- hablo en voz baja. -Creo que debemos entrenar con el Mechtogan-.
Desde que invocaron su propio Mechtogan en el escenario de Batalla Real, no lo habían vuelto a invocar, aunque según Marduk y Vladitor, eran capaces de volver a invocarlo si se concentraban y sincronizaban, aunque era casi seguro que aparecería de manera salvaje y no los obedecería, así que no lo han invocado.
-¿Estas seguro? Sabes lo peligroso que es-.
-Lo se, pero la amenaza que nos acecha es la más peligrosa que hemos enfrentado, y si Snow murió en una batalla Bakugan, quiere decir que son capaces de cazarnos uno a uno, lo cual nos pone a todos en peligro...- explico el ninja. -Y si llega el momento, debemos estar listo, eso incluye contar con todas las herramientas disponibles, incluyendo el Mechtogan-.
-Entiendo tu razonamiento y no estoy en desacuerdo, pero el Mechtogan es demasiado poderoso. Nuestros ataques no le hicieron nada en aquel entonces- recordó Taylean.
-Estábamos desbalanceados y agotados por las diferentes luchas, esta vez es diferente- replico Shun. -Si queremos enfrentar lo que va a venir, si queremos evitar que otro de nuestros amigos acabe como Snow... tenemos que ser más fuertes, eso incluye hacer que el Mechtogan nos obedezca, porque ambos sabemos... que esto apenas es el comienzo-.
Y ahí, Taylean no pudo decir nada, porque todo lo que dijo Shun era cierto, malditamente cierto; el ataque de los Bakugan Caos, la muerte de Snow... todo solo había sido un inicio de lo que vendría, un antesala de una lucha más grande.
-...De acuerdo, estoy contigo, Shun-.
Shun sonrió, profundamente agradecido por el apoyo. -Gracias, Taylean- tomo aire y soltó un suspiro para aclarar su mente. -Entonces comencemos-.
Peleador y Bakugan se concentraron, sincronizándose de una forma que no se podía explicar más allá del lazo entre Peleador y Bakugan. Del cuerpo de Taylean comenzó a salir energía verde que se elevo al cielo digital, donde comenzaron a aparecer nubes de tormenta. De las nubes, se formo un portal verde, y de ese portal, el Mechtogan salió.
Cuando aterrizo en la arena al otro lado, se sintió un leve temblor. Cuando los dos puntos amarillos que eran sus ojos se fijaron en ellos, soltó un rugido como una bestia, como si los retara a desafiarlo.
Y para proteger a sus amigos, para hacerse más fuertes ante la lucha que viene, Shun y Taylean aceptaron el reto.
(Con Marucho)
El pequeño rubio trabajaba en su computadora para distraerse, pero no funcionaba. No podía quitar su mente del funeral, de la injusta muerte de uno de sus camaradas, de un hermano para todos.
-¿Estas bien, Marucho?- Pregunto Tristar, aunque sabía que era una pregunta tonta, tenía que hacerla.
-No estoy seguro- respondió Marucho, dejando de teclear.
Tristar no sabía como animar a su amigo. Si, le pudo ayudar con evitar que abandonara a los Peleadores, pero eso solo era una mala decisión que evito que tomara, algo totalmente diferente a lo de ahora mismo.
-Yo... se lo difícil que debes ser para ti. Snow era un tipo muy agradable y Onix, aunque gruñón, era un buen camarada y sabio guerrero, pero no puedes desmoronarte, no ahora. Créeme, lo se-.
-¿En serio?- Cuestiono Marucho.
-En Gundalia, tuvo a muchos amigos Bakugan que se unieron a la guerra contra Neathia. No estuve de acuerdo con su decisión, yo no le veía interés en luchar una guerra por un rey que se notaba que estaba loco, pero ellos decidieron hacerlo y respete su decisión. No volví a ver a muchos de ellos después de eso- narro con amargura el Bakugan Aquos. -Me tomo tiempo superar el hecho de que se fueron. De hecho, una de las razones de venir a la Tierra fue para alejarme de todo eso que me recordaba a la guerra-.
-¿Y los superaste?-.
-Lo hice cuando te conocí-.
Marucho abrió los ojos sorprendido. No se esperaba esa respuesta.
-Hablo en serio- Tristar floto hasta estar frente a la cara del pequeño. -Tú has hecho más por mi de lo que te imaginas, Marucho. No eres solo mi Peleador, eres mi mejor amigo, mi hermano, y odio verte así de decaído. Me odio aun más por no saber que hacer-.
Marucho estaba sorprendido. Tristar antes había dejado en claro lo importante que era para él, pero no ahondo que fuera tan importante para su actual compañero su relación y lo que significo.
-Aprecio mucho lo que dices, Tristar, en serio, es solo...- Marucho agacho la cabeza. -Nunca me he arrepentido de luchar por mis amigos y por lo que creo justo, que siempre me decía a mi mismo que peleaba por la causa correcta y eso no ha cambiado, pero...- apretó las manos. -Si el costo de ganar es la vida de mis amigos... ¿realmente vale la pena esta lucha? Cada que vencemos a un enemigo otro nuevo aparece, ¿realmente estamos haciendo una diferencia para mejor?-.
Cuando derrotaron a Naga creyeron que eso sería todo y aun con la triste que era separarse de sus amigos Bakugan, Marucho pudo aceptarlo de buena gana con el conocimiento de que hizo algo correcto. Después llegó Drago a contarles lo de la invasión a Nueva Vestroia y lucho junto con la Resistencia. Después Zenoheld amenazando con extinguir a los Bakugan. Y por último, los Gundalianos secuestrando Peleadores y Apocolyps queriendo conquistar Neathia para posterior ir a Nueva Vestroia y la Tierra...
Cada que han derrotado a un enemigo, otro más poderoso aparece y hasta ahora han podido ganar aun con las dificultades, pero con la muerte de Snow, le hizo no solo consciente de la amenaza actual, sino de lo que podría significar.
¿Qué pasaría si otro enemigo surge al vencer a este? Puede que si eso suceda, pierdan a otro amigo importante, o incluso puede que no ganen la batalla. Él no soportaría enterrar a otro amigo.
-...No se que decirte, Marucho- hablo Tristar. -Puede que lo que hagamos ahora no sirva para nada, o tal vez si, pero te diré lo que creo: creo que si nos detenemos ahora, si dejamos que los malos ganen, las muertes de Snow, Onix y mis amigos habrán sido en vano. Creo sinceramente que debemos luchar hasta el final, no solo por nosotros, sino por nuestros amigos que nos apoyan y por los que ya no están-.
Tristar no era del tipo filosófico o profundizaba las cosas, su estilo era tomarse las cosas a la ligera y dejar que otros pensaran esas cosas; pero hasta él tenía momentos como este en donde debía dejar su deseos de lado para ponerse serio cuando la situación lo requería.
Marucho miro con sorpresa a Tristar por sus palabras, palabras que esperaría de Drago o de los Bakugan de Shun, pero no de uno suyo. Se había malacostumbrado a que tuviera los compañeros más bromistas y hasta algo tontos del grupo, los que servían como alivio cómico para aliviar las tensiones que llegaban a formarse en el equipo.
Pero Tristar era diferente a Preyas, Elfin o Aquimos. Aunque tenía la característica de sus anteriores compañeros, era más serio e inteligente, siendo capaz de entender algunos algoritmos cuando trabajaba en computadora y de decir cosas como el discurso de recién.
-Gracias, amigo- dijo Marucho, más renovado. -Yo también creo que debemos seguir luchando, por todos ellos-.
-Una sonrisa sin duda te queda mejor en el rostro- dijo Tristar, feliz de que sus palabras tuvieran un efecto positivo.
(Con Paige y Rafe)
Ambos novatos estaban caminando por los pasillos del domo que era el lugar de acceso al Interespacio. Hace apenas unos minutos, Relena les propuso la opción de volver a sus respectivos planetas y terminar su entrenamiento en esos lugares, eso es porque la situación en la Tierra se estaba volviendo más peligrosa para unos novatos sin experiencia en batallas como ellos.
Paige se lo tomo como un insulto a su fuerza, pero Rafe, siendo el más tranquilo y analítico de los 2, entendió la intención de Relena y su razonamiento. Si Snow, un Peleador que lucho en la Guerra Imperial y fue un héroe de guerra, fue asesinado por el enemigo, ¿que oportunidad tenían ellos, que eran novatos? El talento no se podía comparar con la experiencia de la realidad. Aunque ambos habían aprendido mucho desde que llegaron a la Tierra, eso no significaba mucho.
Y aunque les doliera a ambos jóvenes, sabían que comparado a los Peleadores, estaban leguas atrás de su liga. El funeral fue un amargo recordatorio de que hasta los héroes pueden caer, de que las batallas eran más que un deporte, era una lucha en que el Bakugan y su compañero arriesgaban la vida por lo que creían justo.
Rafe estaba inseguro, y para que mentir, temeroso de que hacer a continuación. Sabía que Paige se sentía igual aunque intentara ocultarlo con una actitud de chica de marimacha dura.
Tal vez por eso mismo es que vinieron a buscar algún consejo de alguien con más experiencia como Dan. Tal vez no afecte en nada, o tal vez si en su decisión de quedarse o irse, pero debían intentarlo al menos.
Cuando llegaron a la puerta de la sala principal donde se reunían, vieron al líder de los Peleadores sentado en una silla con su chaqueta colgando de la silla y con una toalla en la cabeza, ocultando un poco sus facciones.
-¿Hm?- Dan alza un poco la mirada, viendo a los 2 novatos. -¿Qué hacen aquí?-.
-Bueno...- Rafe de repente no sabía que decir. Era difícil para él ver a Dan Kuso, un héroe entre héroes tan decaído, casi derrotado. Tal vez por eso mismo era difícil verlo en ese estado y no como hasta ahora.
Fue Paige quien hablo. -Tenemos ciertas cosas en la cabeza y este de aquí...- señalo con el pulgar a Rafe. -Sugirió buscarte para pedir consejo- explico. -Pero si estas ocupado...-.
-¿Tienen dudas?- La pregunta de Dan detuvo a Page, dejando congelados a ambos por las palabras que eran ciertas. -¿Tienen dudas sobre involucrarse en todo esto?-.
-Bueno...- Paige se rasco la cabeza nerviosa, siendo incapaz de mirar al Peleador Pyrus. -Yo no lo diría así, pero...-.
-Se supone que debemos luchar por la justicia- Rafe continuo. -No tengo dudas de que hacemos lo correcto pero... ¿como seguir tras ver a un camarada morir? ¿Cómo luchamos con ese riesgo?-.
Esa puede que sea la duda que atormente a ambos novatos. Paige y Rafe están dispuestos a luchar con todo, nunca han dudado de eso, pero el saber que pueden morir, el que uno de ellos podría perder la vida es lo que los asusta. Ambos sabían que al ser parte de la milicia de sus respectivos ejércitos cabía esa posibilidad, pero una cosa era saberlo y otra verlo con tus propios ojos en la forma de la muerte de un camarada.
El deseo de no querer morir es natural, nadie desearía morir o que alguien cercano muera. Por eso, ante ese tipo de peligros, que surjan dudas es normal. Es lo que les pasaba a ambos.
Vieron a Dan considerarlo un momento, como si sufriera la misma lucha en su corazón. -Debía ser un par de años más joven que ustedes cuando comencé este viaje por primera vez. En ese entonces, aunque sabía de los peligros, no estaba totalmente consciente de lo que implicaban, de lo que podría sucederme a mi o a cualquiera de mis amigos- miro sus manos, antes de formarlas en puños. -Al crecer, comencé a ser consciente de lo que antes no lo era, de lo difícil que era realmente cada batalla, de lo peligroso que eran nuestros enemigos... de que no siempre podía salvarlos a todos-.
Ambos jóvenes solo se quedaban en silencio, escuchando al peleador más experimentado hablar.
-¡Aun así!- Grito Dan. -No puedo dar marcha atrás, ni mucho menos rendirme. De lo contrario, todos los sacrificios dados, toda esa sangre y lágrimas habrán sido en vano. Las vidas de los que ya no están habrán sido en vano-.
Dan había reflexionado mucho rato las palabras de Marduk, encontrándole sentido a todo lo que dijo. Él era el líder de los Peleador, el compañero del descendiente del Dragonoid Original, tenía en sus hombros la responsabilidad de guiar y mantener unido a su equipo como uno, como la familia que eran. Sabe que no es perfecto y tiene muchos fallos, pero aun así debe esforzarse en cada palabra que diga, en cada batalla que libre, no por su ego, sino porque es su responsabilidad luchar y proteger a otros.
Por que si se detiene ahora, todo lo que ha hecho antes habrá sido en vano. Como dijo Marduk, si se arrepiente ahora, la muerte de Snow y de cualquier amigo que dio su vida por la victoria habrá sido en vano.
Y nunca se perdonaría si eso sucediera.
La convicción y el tono decisivo de la declaración de Dan llegaron muy hondo en Paige y Rafe. Ambos sabían de los riesgos al unirse a los ejércitos de sus planetas, fue de las primeras cosas que le dijeron, pero aun así decidieron hacerlo, no por la emoción (aunque Paige si se unió en parte por eso) sino porque era correcto.
Rafe se unió para proteger a la gente de su mundo, para defenderlos de otra amenaza, de evitar que más vidas se pierdan en una guerra causada por un hombre loco de poder.
Y Paige se unió para ser fuerte, para demostrar que los Gundalianos no eran una raza fuerte pero sin ser malos, para evitar que otro loco mande a sus tropas a morir en una guerra, porque creía en las palabras de cambio de Nurzak y Ren, aunque no lo dijera.
-Pero no los forzare- dijo Dan a ambos. -Si desean retirarse, lo entenderé. Ahora es el momento-.
Paige y Rafe se miraron un segundo, asintiendo con decisión en sus ojos.
-No te libraras de nosotros tan fácil- dijo Paige.
-Hemos tomado nuestra decisión. Seguiremos con ustedes hasta el final- secundo Rafe. -Si nos permite, maestro Dan-.
Los labios de Dan se torcieron en una pequeña sonrisa agradecida. -Gracias, chicos-.
N/A: Hasta aquí el capitulo. Aquí vemos la consecuencia de la muerte de Snow, como afecto a todos e intentan recuperarse con el apoyo de sus compañeros Bakugan.
Este capitulo esta fuertemente inspirado en el capitulo 13 de la primera temporada de Code Geass.
Y como pueden notar, la muerte de Snow trajo desarrollo para todos. En este capitulo vimos como lo afrontan Dan, Shun y Marucho. Los tres intentando aceptar ese hecho a su manera y sabiendo que el riesgo es más real que nunca.
También vimos a Marduk, como si le llego a importar Snow, además siendo él quien le dijo las verdades a Dan, lo que le permitió a Dan aceptar más que nunca el peso de la responsabilidad de ser el líder del equipo. Shun va a domar su Mechtogan y Marucho, como el inocente que es, brilla por Tristar, quien demuestra ser el mejor compañero de todos.
Taylean también brilla por lo mismo. En mi opinión, los dos son los mejores compañeros de Marucho y Shun, sin desprestigiar a los otros.
También le di atención a Paige y Rafe, que los he dejado de lado un poco. Pueden ser secundarios, pero no me he olvidado de ellos ni de Felipe. Les tengo preparado su momento de brillar para más adelante.
Estoy seguro que todos quedaron: "¿y Camilo?" A él lo verán en el siguiente capitulo y que pasara. Por que la bomba para que todo estalle esta cerca de explotar.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
