El Ascenso de un Científico Loco.
¡Descubriré como funciona el mundo!
Empezando el Segundo Año
Los bautizos de invierno este año fueron realizados por Milady, así como el debut. Aunque estuve de pie a su lado, en realidad no hice nada.
Este año me perdí la ceremonia de regalo, ya que no tenía relación con el templo por lo cual Lady Rozemyne y yo aprovechamos ese tiempo para cambiarnos.
Durante la socialización observe a Margareth usando dos pequeños adornos de flores tejidas en la parte baja de sus trenzas.
Estábamos de pie junto a Milady cuando presento a las esposas de Aub una caja ornamentada a cada una.
"Lady Verónica, Lady Irulmide. Si me permiten, tengo un presente para ustedes. He estado entrenando a mis artesanas por un año y finalmente hicieron algo con lo cual la familia archiducal no se vería avergonzada si lo usara".
Un pequeño jadeo de sorpresa escapó de los labios de las asistentes, antes de que colocaran las cajas en la mesa para que las esposas de Aub pudieran ver el contenido
El adorno preparado para Lady Verónica usaba detalles dorados que combinaban con el color rojo de invierno, que también era su estación de nacimiento, en tanto el de Lady Irulmide tenía detalles en verde, combinándolos con el amarillo de otoño.
Se habían diseñado específicamente para la diosa de la luz y la diosa del agua, como se les llamaba a la primera y segunda esposa de Aub respectivamente.
Lady Irulmide estaba encantada e incluso ordeno a su asistente que lo colocara de inmediato en su cabello, sin embargo, Lady Verónica observo el adorno por mucho tiempo, observando a mi señora y el adorno que ella usaba, el cual, a pesar de ser más discreto, era un poco más elaborado, tres grandes flores rojas reposaban sobre su cabello parcialmente trenzado, mientras que pequeñas hojas y flores caían sobre su cabello color medianoche.
"Vaya, que regalo más encantador, me sorprende que, con tus obligaciones en el templo, tuvieras tiempo para entrenar artesanas".
La sonrisa de Lady Rozemyne se profundizó mientras la primera esposa de Aub entregaba el adorno a su asistente para que lo colocara en su lugar.
"Por supuesto, no fue sencillo. Tuve que esperar todo un año para poder estrenar esta moda, Eglantine, también tengo uno para ti, querida prima"
"¡Oh, cielos! Me encanta" celebro la niña con una sonrisa, tomando el suyo que era como una diadema con un adorno similar a un ramo a un lado de su cabeza, y dándoselo a su asistente para que se lo colocara de inmediato.
Mi señora regresó al templo diciendo que tenía algunas cosas que hacer apenas la comida finalizó.
La volví a ver a la mañana siguiente. Esta vez Margaret y yo estábamos con ella cuando recibió los saludos de los niños que acababan de bautizarse y debutar.
Lady Eglantine parecía llevarse muy bien con Milady y Milady parecía cómoda junto a ella. Por otro lado, Lord Galtero parecía estar rondando alrededor de mi señora. Me hacía sentir incómodo la forma en que la miraba. O las miradas cargadas de odio que dirigía a mí, confundiéndome.
'¿Lo habré ofendido sin darme cuenta?'
Pronto fue el turno para los de segundo de partir. Ese día en la mañana Milady me llamó a una fiesta de té privada. La Kunoichi que mi señora tenía por asistente ya había partido a la academia junto a los demás estudiantes de su grado. Así que solo éramos ella y yo.
"Ferdinand, lamento la demora, pero pude terminarlo a tiempo" me dijo con una sonrisa entregándome una caja.
Cuando la abrí recibí mi capa. Lady Rozemyne había estado preocupada por mi seguridad, sobre todo desde que le dije que era probable que me invitaran a jugar partidos de Ditter nuevamente este año, por lo cual me preguntó si podía bordar algo para mantenerme seguro.
¡El bordado era hermoso!
No conocía los círculos que usó, parecían bastante complicados. Junto a mi capa había un broche que me recordaba a los pasadores nórdicos, pero este tenía forma de hoja y había algunas hojas tejidas para adornarlo en lugar de flores. Me dijo que era para sujetar mi cabello, ya que se había dado cuenta de que a veces me estorbaba, pero eso se debía más que nada a que no estaba acostumbrado a usar el cabello largo. Cuando me creciera un poco más podría trenzarlo si me molestaba, pero ahora mismo solo me llegaba a los hombros.
Lo até lo mejor que pude en una pequeña cola de caballo antes de enrollarlo en una especie de cebolla
"¿Puedo ayudarte?" me preguntó mirándome con suplica "Margareth me ayudo a hacerlo. Tiene un encantó para mantenerte seguro hasta el ritual de dedicación, cuando vuelva a verte."
Sus ojos se habían humedecido ligeramente, por lo que, aunque era impensable que mi señora me ayudara a peinarme, solté mi cabello y me acerque a ella. Sus manos me hicieron cosquillas en la nuca mientras recogía mi cabello y lo enrollaba como yo había hecho anteriormente, usando el broche para mantenerlo todo en su lugar, aunque algunos mechones se escaparon por aquí y por allá.
"¿Cómo se ve, Milady?"
"¡Se ve increíble en ti, Ferdinand!", me sonrío complacida.
"También tengo algo para usted"
Lady Rozemyne me miró expectante, recibiendo la bolsa donde había guardado su regalo. Yurgenschmidt no tenía una cultura de envolver los regalos, pero había querido envolverlo, por lo cual lo guardé en una bolsa de tela.
Cuando sus ojos vieron el zantze de peluche se abrieron con sorpresa y se humedecieron ligeramente, arrugándose felices.
"¡Gracias Ferdinand! ¡me encanta!" sonrió apretándolo contra su pecho.
Cuando fue mi momento de partir, me dirigí a la sala de teletransporte donde Joseph esperaba junto a mi equipaje, así como mis padres, Aub Adalbert y la primera dama. Yo sería el ultimo archinoble en partir.
"Sigue esforzándote, Ferdinand." Me dijo mi madre.
"Estamos muy orgullosos de ti, Ferdinand." Comentó mi padre. Ambos habían colocado sus manos sobre mis hombros antes de dejar pasar a la pareja archiducal.
"Rozemyne me solicitó extender un permiso especial para que regreses al templo los días de la fruta y de la tierra" anunció el Aub "solo recuerda cumplir primero con tus obligaciones y compromisos en la Academia Real, Ferdinand."
"Por supuesto, Aub. Muchas gracias."
"Ferdinand" me llamó ahora Lady Verónica agachándose apenas un poco para poder mirarme a los ojos "no dejes de servir a tu Ducado. La excelencia solo sirve cuando se pone al servicio de los demás. Nada es más satisfactorio que saber que nuestro trabajo duro trae honor y gloria a nuestro alrededor, ¿tengo razón?"
"La tiene, Lady Verónica. Haré todo lo que pueda para apoyar a mis compañeros y a mi Ducado."
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Cuando llegué a la sala común me percaté de que todos mis compañeros de grado estaban esperando por mí. Había querido llegar el día de la reunión de confraternidad como el año pasado …pero esta vez no tenía escusa.
"Bienvenido al dormitorio, hermanito" me saludó Justus "¿Peinado nuevo?"
"Milady me regaló un pasador", respondí señalando el adorno en mi cabeza, "está relacionado con su nueva moda." Me apresuré a explicar antes de que comentara nada. "Les regaló flores tejidas a sus madrastras, a sus primas y me parece que también a su hermana. De seguro también le regaló uno de estos a Lord Sylvester y a Lord Galtero."
"En realidad no me regaló nada" Masculló Lord Sylvester tomando mi cabeza para observar el broche "Mi pequeña y linda hermana se olvidó de mí" sollozó.
"Lord Galtero tampoco está usando un broche, hermanito" me señaló Gudrun.
"Y no es por falta de cabello" remató Justus, haciéndome notar que el peliazul en cuestión solía llevar su cabello amarrado en una cola de caballo baja que le llegaba a media espalda.
Sonreí un tanto incómodo, pero no dije nada más.
Los estudiantes de segundo nos dividiríamos en grupos e iríamos al sitio de recolección a buscar materiales. El grupo de Archinobles era el último en buscar por su seguridad.
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A la mañana siguiente llegaron los nuevos alumnos y, con ellos, Lord Galtero. A diferencia de los hermanos de Milady y Lord Karstedt, él me veía con superioridad.
"Como que apesta a incienso, ¿no creen?" dijo Lord Galtero a los que, imagino, eran sus amigos o bien parte de su séquito.
"¿No debería traer un hábito puesto?" murmuró el chico con uniforme de asistente sirviéndole el té al hermano de Lady Eglantine" Usar el uniforme de estudiante no le queda para nada.
"No le hagas caso, hermano" me advirtió Gudrun.
"Es cierto. Los tipos como él solo ladran, pero no muerden" respondí para tranquilizar a mis hermanos. Aunque no entendieron mi referencia.
La profesora Hirschur entró en ese momento con su usual sonrisa maternal, dedicándole una mirada reprobatoria a Lord Galtero y a su séquito, los cuales guardaron silencio y miraron hacia otro lado.
Nuestra supervisora de cuarto sonrió de nuevo e informó las reglas del dormitorio, recordándonos que la ceremonia de avance era en tres días después de hoy y que las clases iniciaban al día siguiente. Que lo dijera mientras me sonreía me provocó escalofríos.
'Otra vez me usarán como material educativo.'
La profesora nos sugirió aprovechar nuestro tiempo para estudiar, apenas escucharon esas palabras, me vi rodeado de alumnos que querían asesorías con alguno u otro tema, por supuesto, se formaron por estatus, siendo Lady Constance y Lord Sylvester los primeros…
La mañana siguiente, me vi rodeado por la gente que no pude ayudar ayer.
"Oh, vaya. Ferdinand parece ser realmente popular."
Casi salté a la voz conocida qué no debería estar aquí.
"Tuuri, Philine… ¿qué, que están haciendo todos aquí?" pregunté al ver a mis compañeros, incluso Hartmut y Angélica estaban aquí.
"¿Te sorprendimos?", preguntó mi ángel con una sonrisa suave "Esa no era la intención para nada, pero nuestros uniformes se retrasaron. Si tu pregunta era, porque estamos aquí, Milady lo arregló desde el verano."
"Hicimos los exámenes de nivelación después de la noche santa de Schutzaria." Me explicó Damuel antes de señalar a Hartmut. "También este chico. Nuestra señora quería que entrásemos en el curso que nos correspondía".
"¿Qué hacen ustedes aquí?" preguntó Lord Galtero llegando hasta nosotros, "No son nobles"
"Lo somos, Lord Galtero", respondió Brunhilde con una sonrisa divertida en el rostro, "fuimos bautizados bajo la tutela de Lady Rozemyne, con la aprobación de Aub Eisenreich." Explicó antes de girarse para verme. "¿Qué te tiene tan ocupado?"
"Bueno, la mayoría me está preguntando sobre las clases escritas." Continúe con mi conversación ignorando a Lord Galtero.
"Vaya, ¿necesitas ayuda?" me preguntó Damuel.
"Sería agradable. Si, por favor."
"Se creen la gran cosa por contar con el favor de Lady Rozemyne, ¿Verdad?" rugió Galtero en un tono de reproche que solo intentaba ganar nuestra atención de vuelta. "Y encima se ofrecen a ayudar a otros cuando son simples sacerdotes y doncellas del templo."
Algunos parecieron dudar sobre si aceptar o no la ayuda ofrecida. Lord Galtero sonreía con suficiencia, orgulloso, como si acabará de descubrir a un criminal buscado y lo hubiera capturado para la policía
'Dañar a un candidato a archiduque es traición', me recordé. En ese momento. la profesora Hirschur decidió entrar en la conversación.
"Lord Galtero, no tengo idea de que nivel esté manejando ahora, pero puedo dar fe de que los compañeros del templo de Lord Ferdinand son tan habilidosos y capaces como él. Después de todo, fui de las profesoras encargadas de evaluarlos."
Galtero chasqueo la lengua dedicándonos miradas de abierto desprecio con los brazos cruzados como si lo acabaran de ofender.
'Este idiota no será capaz de pasar la clase de la profesora Primevere si sigue con esa actitud odiosa.'
"Como maestra, considero que es una pena que los nuevos alumnos de segundo no hayan cursado primero con los demás. Habrían sido nombrados estudiantes de honor."
Luego de eso, el enorme círculo de alumnos intentando engullirme se repartió entre mis compañeros del templo y yo.
Estábamos tan acostumbrados a trabajar en equipo en el templo, qué pronto habíamos dividido a los alumnos según sus necesidades y comenzamos las tutorías.
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"Antes de que lo olvide. Lord Sylvester, tengo un regalo de Milady para usted." Le dijo Grettia durante la cena, "Lady Rozemyne pide una disculpa por la demora, pero tardó un poco en estar listo" explicó con una sonrisa amable, mostrando un broche más elaborado que el mío. Lord Sylvester sonrió complacido recibiendo el regalo de su hermana pequeña y casi me lo restregó en la cara.
'El suyo es un broche tallado por artesanos, mientras no se percate de que el mío además es un amuleto, todo debería estar bien…'
Lord Galtero nos observaba desde el otro extremo de la mesa como si esperara algo. Mis compañeros y yo solo nos vimos, asintiendo de un modo apenas perceptible.
"Lady Rozemyne se veía apenada esta mañana cuando nos pidió entregar el broche", comentó Tuuri haciendo un pequeño puchero, "es un alivio que solo uno de sus obsequios se retrasara. Con esto, milady ya ha entregado todos los presentes a sus amados familiares."
Todos sonreímos y yo miré de soslayo a Lord Galtero, cuyo rostro parecía a punto de reclamar algo, eligiendo irse, agitando su capa de manera dramática. Las conversaciones siguieron su curso luego de esto.
"También, los socios comerciales de Lady Rozemyne al fin tienen todo listo para inaugurar el restaurante de alta cocina el próximo verano, por lo cual, Milady envió a tres de sus cocineros con nosotros. Ella espera que todos tomen un momento durante los almuerzos para escribir sus honestas opiniones sobre los platillos que se servirán."
Varios vítores fueron lanzados por todo el alumnado, los pocos que aun estaban insatisfechos con mis compañeros, dejaron de protestar por los sacerdotes que ahora eran nobles y comenzaron a discutir las comidas que podrían tener de ahora en adelante.
Cuando la guerra terminó, hubo una reunión extraordinaria de archiduques, en la cual el quinto príncipe asumió como Rey. La iglesia se negó a reconocerlo como Zent, ya que no poseía el Gutrisheit.
En esa reunión, se había revelado el nuevo ranking de los ducados. Eisenreich obtuvo el tercer lugar, mientras que Dunkelfelger tomó el segundo lugar y Klassenberg se mantuvo en el primer lugar.
Justus me informó que en esa reunión solo se distribuyeron los nuevos rangos. Los castigos y regalías serían informados en la conferencia de archiduques de primavera.
Todos mis compañeros fueron bautizados por su nivel de maná, lo que significaba qué habían adquirido el rango de archinobles. Incluso Angélica, quien había comprimido demasiado durante sus primeros años en la academia y ahora en el templo. Hartmut ya tenía un nivel archinoble, por lo cual nos dirigimos todos al mismo lugar.
Con la socialización finalizada volvimos al dormitorio, debíamos estudiar para el inicio de las clases.
"Lord Ferdinand, tengo una consulta para usted." La profesora Hirschur parecía preocupada cuando se acercó.
"¿En qué puedo ayudarla?" pregunté dejando a un lado mis hojas de debilidades.
"Esto debe ser un error, ¿Angélica hará dos cursos?" preguntó dándome unos tablones de madera.
Leí lo que decía antes de devolverlo a la profesora y mirar a mis compañeros buscando una respuesta. Yo no sabía nada sobre esto.
"En realidad, es correcto." Respondió Tuuri por mí, sonriendo a la profesora para tranquilizarla.
"Sin embargo, debe acreditar primero el curso de asistentes antes de que pueda comenzar el de caballeros" dijo Hartmut mirándola con seriedad.
"Lo sé, Hartmut. Estudié mucho" dijo la niña inflando su pecho con orgullo "Milady dijo que me recompensará según mis calificaciones."
"¿Están seguros de eso?" preguntó ahora mi hermano, "apenas pudo acreditar su segundo año. Reconozco que ustedes en verdad son excelentes, pero Angélica…"
"No se preocupe, Lord Justus. Ella aprobara", aseguró Philine. "Milady en persona la ha ayudado a estudiar."
De pronto todos nos miraban como si nos hubiera salido una segunda cabeza. No los culpaba, había visto el nivel de Angélica por mi mismo, pero era cierto que la niña se había esforzado.
Milady la hacía trabajar como asistente cinco días, si lograba hacerlo bien le permitiría trabajar como caballero una semana completa, si fallaba, no se le permitía entrenar, y su trabajo como escolta ni siquiera se requería durante las comidas.
Además, la niña provenía de una familia de excelentes asistentes. Con la motivación adecuada, la cabeza hueca de Angélica pudo demostrar la excelencia de su linaje.
Ignoramos los murmullos incrédulos y nos concentramos en repasar.
El primer día de clases Hartmut y Angélica se dirigieron a sus clases, mientras que los alumnos de primero y segundo nos dirigimos al edificio central y nos dividimos. Las clases de esta mañana eran Leyes e historia. Cuando entramos en el salón nos topamos con una vista… interesante. En el frente del salón había una mesa con ocho sillas.
"Oh, muy bien. Llegaron temprano", nos saludó el profesor Faramond, sonriendo con un brillo divertido en los ojos. Suspiré. "Lord Ferdinand, usted y sus compañeros se sentarán en la mesa que hemos preparado para ustedes. No queremos acusaciones infundadas que lentifiquen el examen"
Muriella, Brunhilde, Matthias, Laurenz, Damuel, Tuuri, Dirk y yo nos miramos por un momento, observando el frente cuando una risa mal disimulada del príncipe Sigiswald me llamó la atención.
"Oh cielos", musitó Muriella llevando su mano a su mejilla "profesor ¿esto es realmente necesario?" preguntó ella.
"Algunos estudiantes piensan que los sacerdotes y doncellas son tramposos, así que sí. Es necesario, tanto por ustedes como por los demás que verifiquemos que acrediten sin hacer trampa."
"Eso significa que… ¡oh, mis dioses! Pobres Philine y Grettia. Ellas son realmente tímidas", se lamentó Brunhilde, "aunque deberían estar bien ya que Brigitte y Roderick están con ellas ¿Angélica y Hartmut también?" preguntó.
"Si, también ellos, pero en el caso de Lady Angélica… bueno lo de ella se debe principalmente a que los profesores estamos confundidos y un poco preocupados por la decisión de la niña de tomar dos cursos. Apenas acreditó el año pasado."
Compartimos miradas una vez más antes de pasar al frente del salón. Les indiqué que esperaran a terminar de copiar las preguntas antes de responder, pero parece que se sintieron ofendidos por haber sido llamados tramposos y, a juzgar por las sonrisas que todos portaban, planeaban humillar a esos niños.
Apenas el maestro terminó de repetir por tercera vez la pregunta, Tuuri se levantó reuniendo nuestros exámenes para entregarlos.
"¿Tan pronto?" preguntó el profesor, sorprendido.
"El trabajo del templo es bastante complicado, por lo que el tiempo que tenemos para estudiar y hacer exámenes de prueba es mínimo, por otro lado, estamos bastante acostumbrados a escribir con rapidez, profesor. Aunque estas preguntas son más sencillas de responder que nuestro trabajo usual, o el lenguaje antiguo que a menudo debemos leer para las ceremonias en el templo"
O si, me olvidé de que algunos ángeles también tienen cola y cuernos…
El silencio se extendió por todo el salón, ya que los estudiantes y profesores nos miraban sin decir palabra. Mi lindo ángel llevó una mano a su mejilla, girando inocentemente su rostro con fingida preocupación.
"¿Sucede algo malo?" preguntó con inocencia, fingiendo no haber humillado estrepitosamente a todo el alumnado.
'Debo recordar nunca, nunca ponerme en el lado malo de Tuuri.'
Tuvimos ocasión de repasar para la clase de Historia, que en realidad era la que me preocupaba.
Cuando fue el momento de la clase de historia se repitió lo mismo. Aun se sentían ofendidos, así que me rendí y comencé a responder conforme iban dictando. Terminamos al mismo tiempo que el maestro terminó de repetir la última pregunta y nos retiramos a nuestro dormitorio.
"¿Alguno de ustedes me puede explicar que paso hoy durante las clases?" preguntó Lord Karstedt
"Por supuesto. Angélica acredito sus exámenes y a juzgar por la mirada en el rostro de los profesores, con buenas calificaciones" respondió Hartmut con una sonrisa, provocando que más de uno se atragantara con la comida.
"¡No me refiero…! espera, ¿Qué?"
"Tengo prohibido hacer cualquier entrenamiento o incluso recolectar hasta acreditar mi curso de asistente. No tengo tiempo para tomar las clases. ¡Debo acreditar los exámenes!" respondió ella comiendo un poco de pan.
Angélica estaba de mal humor, pero de alguna manera ninguno de nosotros pudo contener la carcajada que su protesta nos provocó. La situación fue más risible cuando algunos preguntaron si en verdad ella era hija de Lord Baldrich y Lady Isolda, y Angélica respondió que ya no era hija de ellos, ya que la habían abandonado en el templo.
De alguna manera superamos el almuerzo sin contestar el interrogatorio.
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Las clases de la tarde eran prácticas. Iniciaríamos con un repaso de lo que vimos el año anterior. Les advertí de que pasaría lo mismo que en la mañana. Así que ninguno se sorprendió cuando nos llamaron al centro.
"Comenzaremos con un repaso sobre lo que vimos el año pasado." Informó el profesor Rauffen señalando una mesa "todos tomen una feystone, veremos su control de maná", luego nos miró, "ustedes ocho, preparamos unas piedras especiales para ustedes" nos informó señalando el contenido de una segunda caja.
De forma mal disimulada varios alumnos que se encontraban cerca se asomaron antes de que pudiéramos tomarlas. Las piedras eran más grandes, pero también tenían maná en ellas. Con una sonrisa divertida, el profesor nos explicó que debíamos teñirlas hasta que solo nuestro maná estuviera en esas piedras. También debíamos tener cuidado de no romperlas por accidente.
No fue nada complicado. Teñir los materiales que recolectamos en realidad había sido más difícil, por lo cual terminamos con rapidez, aunque yo terminé antes que mis compañeros.
Lo siguiente fueron las highbeast. Era evidente que muchos no estaban acostumbrados a usarlas cuando tardaron en formarlas, y fue evidente que la imagen de sus propias monturas no estaba fijo en su cabeza cuando algunas quedaron deformadas ante la vista de los distintos tipos de Highbeast que usábamos.
"¡Oh, vaya! pero que desfile tan interesante" celebró la profesora Primevere "estas son realmente encantadoras. Puedo guardar mi equipaje e incluso montar con vestido."
"Debo preguntar, ¿La montura de Lady Rozemyne se parece a las suyas?" preguntó la profesora Hirschur mirando a mis compañeras.
"En realidad, la de Milady resulta más practica que la nuestra" respondió Tuuri con una sonrisa suave.
"Entiendo. No puedo esperar a que se matricule" se río antes de ordenarnos subir a nuestras monturas y dar una vuelta de práctica alrededor de la academia.
El año pasado había estado tan irritado por el príncipe que en realidad solo volé en el interior del edificio, pero esta vez sí hice el recorrido correcto. La escuela era de verdad enorme, ya lo imaginaba, pero verlo desde el cielo fue muy interesante.
"Les recuerdo que algo necesario para volar, es mantener la concentración. Esto es especialmente cierto para aquellos que tomaran el curso de caballeros, ya que distraerse podría hacerlos perder sus monturas." Nos recordó la profesora.
Como si hubiera sido algún tipo de señal, algunos de nuestros compañeros perdieron la concentración y sus monturas desaparecieron.
Más por instinto que por otra cosa volamos en picada, atrapándolos en el aire antes de que tuvieran un accidente.
Algunos se golpearon bastante fuerte cuando los atrapamos. No podíamos hacer nada al respecto, por lo cual Tuuri ofreció una oración de sanación por aquellos que habían sido heridos. La luz verde salió desde su anillo y los golpes de los que estaban cerca desaparecieron.
"¡Eso fue asombroso!" gritó Rauffen cuando regresamos al auditorio "¡Serán excelentes jugadores de Ditter!" celebró observando nuestros cinturones, donde todos teníamos nuestras manáblades.
"¡Oh, mis dioses! No, profesor, nosotras tomaremos el curso de asistentes y eruditos. No está en nuestros planes jugar ditter, solo brindar asistencia" explicó Tuuri.
El profesor se desinfló un poco a su negativa, "Entiendo Lady Tusnelda" murmuró. Aun no me acostumbraba al nombre noble de mi ángel. "¿Qué hay de ustedes cinco?"
"Haremos el curso de eruditos y caballeros."
"Entonces los esperaré con ansias el próximo año Lord Diederick" aulló lleno de emoción.
"Bien, volvamos a la clase" pidió la profesora Primevere, siendo la profesora Hirschur quien diera un paso al frente para continuar.
"Ahora estudiaremos los fundamentos de la elaboración de brebajes. Como alumnos de segundo año, tendrán que elaborar pociones de rejuvenecimiento, Ordonannz y piedras feys para proponerle matrimonio a alguien. Todo esto será necesario para sus vidas en el futuro", dijo.
"Hoy nos centraremos simplemente en aprender a fabricar piedras de compromiso, por lo que trabajaran con piedras feys de baja calidad. Estas no van a tener ningún valor, a pesar de sus concepciones de lo que debería ser una piedra fey de propuesta. Cuando llegue el momento de la proposición, querrán hacer una con la piedra fey de mayor calidad que puedan adquirir por sus propios medios", explicó Hirschur. "Algunos pensarán que es demasiado pronto para que todos ustedes aprendan esto, pero también son convenientes para formar relaciones más casuales y solicitar acompañantes para la ceremonia de graduación."
"¿Los sacerdotes se casan?" pregunto el príncipe fastidioso. "Supongo que puede resultar incómodo para ustedes las clases prácticas. Quienes sirven a los dioses solo sirven para ofrend…"
"¡Independientemente de si los sacerdotes y doncellas del santuario contraerán matrimonio o no!" interrumpió la profesora al príncipe Sigiswald con una cara molesta, haciéndolo callar antes de que dijera lo que, estaba bastante seguro, era más que un insulto "¡esto es parte de la clase! así que no entiendo su comentario, príncipe Sigiswald. Ahora, estos son los materiales que necesitarán, asegúrense de traer sus materiales a la clase."
Nuestro día concluyó con un repaso. Philine y Grettia habían estado demasiado nerviosas al inicio, pero con la ayuda de Bridget y Roderick pudieron superar su malestar inicial.
Por otro lado, Angélica estaba bastante segura de que terminaría en dos semanas su curso de asistentes. Ya que prácticamente lo gritó, nuestros compañeros interrogaron a nuestra supervisora de dormitorio, quien solo asintió diciendo que en realidad aprobaría con buenas calificaciones.
"Mi hermanita es de verdad sorprendente" comentó Lord Sylvester sentándose con nosotros después de la cena "No entiendo como transformó a Angélica en esto" dijo señalando a la niña.
"Milady me dijo que confiaba en mí, así que me permitió dejar el curso de eruditos y tomar el de asistente."
"¿Es en serio?" preguntó mi hermano, que había llegado en algún momento junto a Gudrun
"Angélica tiene un conocimiento superficial del curso de erudición", informó Margareth, sobresaltando a los candidatos a archiduque. "aunque está más enfocado a la medicina que a todo lo demás."
"El curso de asistencia es más sencillo y no me hace doler la cabeza todo el tiempo."
"Angélica es la única de nosotros que no hará el curso de eruditos. Todos los demás lo haremos" informó Tuuri con una sonrisa.
"Tengo curiosidad sobre sus capas…" dijo Justus, cambiando el tema, "¿Quién las bordo?" preguntó, "el bordado decorativo es hermoso, pero apenas tienen un círculo mágico en ellas."
"El bordado decorativo se encargó a Gilberta, la tienda exclusiva de Milady. Los círculos los hemos estado bordando nosotras. Ya que fuimos bautizados como nobles bajo la tutela de Lady Rozemyne, en realidad no tenemos quien lo haga por nosotros." Explicó Brunhilde con una sonrisa amable.
"Margareth nos enseñó a teñir el hilo, pero ya que nosotras también hemos bordado las capas de nuestros compañeros, apenas tuvimos tiempo de bordar uno en cada capa. Bordaremos los demás en nuestros ratos libres. Incluso la capa de Hartmut y Angélica son nuevas"
"Entonces… ¿Quién bordo esos nuevos círculos en la capa de Ferdinand?" preguntó Lord Sylvester con una sonrisa que me recordaba a Cheshire, el gato de Alicia en el país de las maravillas "uno de esos se parece a los que ustedes usan".
Dudé un momento en responder, pero no tenía caso.
"Milady estaba preocupada por mi seguridad después del partido de ditter del año pasado. Me pidió que la dejara bordar algo en mi capa" respondí sintiendo como mis orejas se calentaban cuando las sonrisas de mis hermanos, Lord Sylvester y Lord Karstedt se ampliaron.
"¿Al fin aceptaste el rafel de mi hermana?" me preguntó Lady Constance entrando en el salón de té donde estábamos reunidos "y antes de que lo niegues, eres el único en cuya capa bordó."
El sonido de algo romperse en pedazos nos hizo voltear a todos.
Al otro lado de la habitación, Lord Galtero miraba con fijeza los pedazos de cristal de lo que debió ser una copa o un vaso. El peliazul me dedicó una mirada de odio absoluto, con los puños apretados con fuerza por un segundo o dos antes de mostrar una sonrisa noble.
"¿Cómo puedes ser tan torpe, Ismail?"
"¿Yo? Ahm ¡Lo lamento ¿Mucho?!"
Lord Galtero miró a Lord Sylvester y Lady Constance todavía sonriendo antes de mirar a su séquito.
"Limpien bien. Estaré haciendo un repaso ligero en mi habitación. No quiero estar en un lugar tan… desordenado."
Galtero se fue. Su asistente se quedó limpiando y Constance me miró de un modo que me hacía pensar en una alarma sísmica en ese momento.
"¿Entonces, Ferdinand? ¿Vas a aceptar ese Rafel? Casi quiero escuchar que excusa pondrás ahora."
Fruncí el ceño a su comentario "Milady no tuvo tiempo de bordar más. Mi propia capa fue devuelta el día en que tenía que partir. Lo más probable es que también planée bordar en las demás, solo no ha tenido tiempo", tomé mi capa, quitándola de mis hombros para mirar los círculos. "Lo más seguro es que aún se sienta insegura para bordar algo más grande. Parecía muy nerviosa cuando me preguntó."
Por alguna razón, todos me miraron como si fuera una especie de idiota. Solo los ignoré, cambiando el tema de inmediato.
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Notas de una de las Autoras:
Perdón, pero es que a mi coautora y a mi nos mata de risa que este Ferdinand sea tan borde y negado como la Rozemyne del canon, jejejejejeje.
