El Ascenso de un Científico Loco
¡Descubriré como funciona el mundo!
Los Nobles del Templo
El segundo día de clases teníamos matemáticas, teología y magia, por lo cual estábamos bastante tranquilos. Cuando llegamos al salón, vimos al príncipe mustio de pie frente al escritorio que usaríamos, mientras sus asistentes revisaban las sillas y las mesas.
"Profesor, ¿Qué está sucediendo?" pregunté, acercándome al profesor Faramond.
"El príncipe Sigiswald pensó que era posible que hubieran escondido algo, así que hizo que sus estudiantes revisaran" me explicó con un suspiro cansado "¿Han encontrado algo, príncipe Sigiswald?" preguntó el profesor "Si no lo ha hecho, por favor, vuelvan a su asiento. Es hora de comenzar el examen."
Los pergaminos y los bolígrafos especiales se repartieron y el profesor comenzó a dictar las preguntas, repitiendo tres veces cada una de ellas. Las ecuaciones aun me parecían bastante sencillas y ya que estaba seguro de que volverían a responder conforme fueran dictando, yo también lo hice.
"Profesores, deténganse por favor" habló el principito. "¡Se están haciendo señas con las manos!"
"¡Es obvio que se están pasando las preguntas!" protestó otro alumno.
Miré a mis compañeros, cuyas manos seguían en el aire
"¿Podrían explicar que hacían?" pidió la maestra Hirschur
"Vaya, lo lamento profesora. Es un hábito." Respondió Matthias. "Estamos tan acostumbrados a usar el ábaco que en algún momento dejamos de necesitarlo, es como si lo tuviéramos en frente y podemos hacer las cuentas solo imitando los movimientos."
"Ferdinand y nuestra señora en realidad son aún más inteligentes. No necesitan hacer los movimientos que nosotros hacemos, pueden hacer las cuentas en su mente."
"Eso es un problema porque parece que hacen trampa", dijo la profesora Hirschur, ampliando su sonrisa al hablar. "Tengo una idea", declaró dando una ligera palmada al aire, "yo y otros profesores escribiremos las preguntas para ustedes, incluso podemos dejar que varios de sus compañeros revisen que en realidad todos los pergaminos sean diferentes y estén en blanco." Añadió mirando a los demás, "entonces los dejaremos resolver como están acostumbrados. De esa forma, estarán seguros de que no están haciendo trampa, ¿correcto?"
"Incluso les pondremos un examen más complicado que el del resto. Claro, Si alguno piensa que los exámenes de ellos son más sencillos, con gusto les dejaremos hacerlo en lugar del que se está dictando ¿les parece bien?"
El hecho de que los profesores en realidad tuvieran exámenes preparados para nosotros me hizo darme cuenta de que esto también estaba planeado. La profesora Hirschur debió observarnos mientras estudiábamos con un examen de práctica.
Tan pronto como el profesor terminó de dictar las ecuaciones, llamó a estudiantes que habían obtenido un rango de honor el año pasado para que revisaran nuestros exámenes y, a juzgar por las reacciones de todos ellos, en realidad eran bastante más complicados.
Apenas recibimos los pergaminos comenzamos a contestar, pero los números que manejábamos en el templo eran más difíciles que estos, así que terminamos con prontitud.
.
La clase de teología no fue difícil. Los maestros nos indicaron que escribiéramos los nombres de cuatro de los dioses pilares y todos sus subordinados. El doble que el resto.
En cuanto a las clases de magia… en realidad habíamos trabajado con círculos más complicados que estos al prepararnos para los diferentes rituales y las recolecciones de Lady Rozemyne.
Para el momento del almuerzo todos estábamos agotados. Estar bajo escrutinio público era agotador
"¿Cuánto tiempo seguirá esto?" se quejó Philine "Por favor, quiero que ya sea el día de la fruta para volver al templo" sollozó
"Solo resistan un poco más, Philine, Grettia. Estoy segura de que terminaremos todo para la segunda semana, después podremos relajarnos" la consoló Tuuri
"¿Van a regresar al templo tan pronto?" intervino Galtero. Nuestros compañeros de primer año lo miraron con cansancio apenas escucharlo. Roderick no tardó nada en pararse entre el recién llegado y las chicas.
"Milord, ¿qué le disgusta ahora? El profesor de geografía le dijo que bien podía ponerle un sitio en nuestra mesa si estaba tan ansioso de recibir atención especial."
'¿Atención especial? ¿A ellos también los está incordiando un idiota?'
"¡No quiero atención especial!" aseguró Lord Galtero quedando a unos cuatro pasos de nosotros, mirándolos a todos hacia abajo antes de mirarme a mí "¿solo me preguntó si mi adorada prima no se habrá equivocado al ennoblecerlos?"
"¿Duda acaso de la sabiduría de Lady Rozemyne, la más amada por los dioses?" preguntó Harmut con un gesto aterrador.
"Incluso mi prima puede cometer errores, después de todo, solo tiene ocho años."
Mis compañeros se pusieron de pie en ese momento. Todos sentíamos que era nuestro deber proteger el honor de Lady Rozemyne. El comentario de Lord Galtero no hizo más que alterarnos.
"Lord Galtero" hablé ahora "¿Cómo puede acusar a alguien tan bendecida por Mestionora, Anhaltung, Seheweit y Gebotordnung de cometer un error? ¿Cuál error? A pesar de tener solo ocho años, nuestra señora se ha encargado de pulirnos y prepararnos para desenvolvernos de manera apropiada aquí."
"Eso solo demuestra cuan asertiva y bendecida es Lady Rozemyne" comentó Muriella está vez.
"Ustedes pueden mostrar buenas calificaciones y hasta tocar de manera adecuada al rango que les han regalado" nos respondió de forma mordaz, mirando con especial saña a los más jóvenes de entre nosotros "pero a pesar de ello, siguen siendo solo sacerdotes y doncellas."
"¿Qué insinúa, Lord Galtero?" preguntó Laurenz conteniéndose apenas para no saltar a golpearlo.
"Puedes sacar a las doncellas y sacerdotes del templo e incluso ponerles ropas nobles, pero… ¿Puedes sacar el templo de ellos?"
Su respuesta era un poco desconcertante. No sé qué pensaron mis compañeros en ese momento, pero yo lo comprendí a la perfección. Sin importar cuánto nos esforzábamos, en el fondo seguíamos prefiriendo la vida en el Templo y actuando como sacerdotes y doncellas bajo la tutela de nuestra señora.
"Lord Galtero" dije antes de que se retirara con toda la calma que pude reunir y una sonrisa que intentaba ocultar mis ansias de romperle el cuello a este y al otro idiota que teníamos en nuestro propio curso "tal vez tenga razón. Somos lo que somos… Solo recuerde que quién más tiempo ha estado en el templo de entre nosotros, es Lady Rozemyne… y ella exuda excelencia, ¿no lo cree?"
Fue gratificante verlo perder su fachada noble o escuchar sus dientes rechinando con enfado. Mi sonrisa se agrandó en lo que esperaba a que escupiera pedazos de dientes o alguna muela. Una pena que no mordiera más fuerte este insecto con el ego demasiado inflado.
.
Para el momento de la clase de música estaba un poco preocupado. En realidad, nunca los había escuchado practicar, así que no podía evitarlo. Debía recordarme que habían hecho los exámenes de primero hace poco, así que su nivel no podía ser malo.
"Muy bien, esta es la canción que deben tocar" informó la profesora Pauline golpeando la gran pizarra donde la partitura estaba escrita "menos ustedes ocho. Ustedes tocaran esta" sonrió señalando una segunda pizarra que sus asistentes sacaron de detrás de algún lugar. La canción era considerablemente más complicada, "supongo que no les será difícil ya que es una pieza que Lady Rozemyne compuso para ustedes"
"Profesora, ¿a qué se refiere?" preguntó Tuuri mirando el escrito.
"¿No se los dijo la profesora Hirschur?" preguntó con fingida sorpresa "parte de los exámenes que les estamos poniéndo fueron enviados por su señora cuando solicitó matricularlos. Dijo que podrían resolverlos o en este caso, tocar."
"¿Profesora, no deberían tocar lo mismo que nosotros?" preguntó el príncipe Sigiswald sin haberse dignado a mirar la partitura que nos tocaba interpretar.
"Temo que la melodía con que los mediremos a ustedes es un poco insuficiente para ellos, alteza" explicó la profesora Pauline "si gusta, usted también puede interpretar la misma que ellos, príncipe Sigiswald."
El príncipe se puso de pie, observando ambas partituras, mirando ambas como si nada extraño estuviera pasando. Por su rostro me fue imposible saber si interpretaría ambas partituras o solo la normal.
Tenía sentimientos encontrados ahora, por suerte teníamos autorización para dejar la academia los días de la fruta y la tierra.
.
Los profesores me invitaron de nuevo a una fiesta de té, también invitaron a Tuuri, Philine y Brunhilde. Todos habían acreditado, pero parecía que no todos tenían el nivel para considerarse prodigiosos. Tuuri me confesó que, en realidad, solía tocar para su hermanito y por eso había mejorado tanto, mientras que Philine practicaba junto a su hermano. Se había esforzado por ser una digna hermana mayor. Brunhilde por otro lado, ella si era un prodigio musical.
Durante la tarde elaboramos la piedra fey de compromiso. La profesora Hirschur primero dictó el método, sin embargo, terminamos elaborando la piedra de propuesta con rapidez. Lo más difícil era teñir las piedras.
No por primera vez noté que los colores de Tuuri, Dirk y Damuel eran bastante similares, como si solo tuvieran viento. Pero en realidad era muy tenue como para solo tener un atributo.
"Tenemos todos los atributos, pero delgados, muy delgados. Milady piensa que es la falta de teñido en nuestro nacimiento." Me explicó Damuel con una herramienta de evita de escuchas "por lo pronto no lo mencionaremos, porque no sabemos a qué se debe, pero Milady nos sugirió investigar si teníamos tiempo."
Eso me hizo preguntarme porque mi color era más nítido. Yo también nací siendo un devorador al igual que ellos. ¿Cuál era la diferencia entonces?
La frase que escribí en mi piedra de práctica era sencilla. El texto más común era, permíteme ser tu dios oscuro, pero por alguna razón me sentía incomodo con esa frase.
Te protegeré, incluso de los dioses. Me pareció más adecuado.
No sé cómo, pero sobrevivimos a la primera semana de clases. Habíamos acreditado todo con los exámenes. Literatura y sociología eran los últimos para los de segundo año.
Las pociones de recuperación tampoco fueron un problema. Estábamos demasiado acostumbrados a todo esto para nuestro propio bien.
.
Ahora que Eisenreich era el tercer ducado, mis compañeros se inscribieron en la biblioteca en la segunda campanada y pudimos partir, escapar, al ducado.
Lady Rozemyne nos estaba esperando cuando llegamos. Tenía una sonrisa suave en el rostro y nos felicitó por acreditar.
Hicimos el trabajo en el templo como de costumbre. Lo cual nos permitió descansar de todo lo que pasamos esa semana. Aun teníamos algunas clases prácticas, pero teníamos confianza en que lo terminaríamos la próxima semana.
De alguna manera Lady Rozemyne terminó colándose en mi dormitorio ambas noches, pero ya que siempre desaparecía antes de que despertara, no había tenido ocasión de hablarlo.
Milady nos despidió a todos el día del agua por la mañana cuando regresamos a la academia real. Nos dividimos según nuestro grado y acordamos usar el tiempo libre para conseguir material para nuestra señora.
'Solo espero que Lady Constance desista de sus juegos ahora que no estoy solo.'
Y por esa semana no tuve que ver a la desagradable muchacha y a su desvergonzado séquito. Incluso Lord Galtero estuvo demasiado ocupado como para tratar de molestarnos. Un alivio en verdad.
.
Terminamos las clases en la segunda semana, así que retomamos la idea de aprovechar nuestro tiempo libre investigando y copiando libros que pudieran servirnos y servirle a nuestra señora. Les mostré cómo solía hacer mis guías de estudio cuando era Tetsuo, tomando varios documentos de un mismo tema y complementando la información de uno con otros, de esta forma podíamos estar seguros de que cubríamos lo más importante.
Estábamos trabajando en preparar el material de estudios cuando se me ocurrió subir al segundo piso para seleccionar algunos libros sobre bestias Fey. Pokemones o no, sería útil conocerlas y llevarle la información a mi señora, quién sin duda le sacaría el mejor partido a ello.
Estaba leyendo los títulos de un tercer ejemplar que usaría para la guía de feybeasts cuando dos cuerpos femeninos, más familiares de lo que quería admitir, se pegaron a mis brazos, asegurándose de que pudiera sentir la curvatura y suavidad de sus formas, sonrojándome por haber caído de manera estúpida en una emboscada y que siguieran usando ese sucio método de persuasión.
"Pero ¿Qué tenemos aquí?" canturreó Lady Constance con fingido asombro "pero si es nuestro tutor de lenguaje antiguo favorito."
Las chicas se rieron ante su broma y yo respiré hondo, haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad para controlar mi cara y dejarla tan inexpresiva cómo me fue posible.
"Lady Constance, ¿Qué desea?"
Alerah y Teresia comenzaron a moverse sin soltar mis brazos, obligándome a girar con ellas para encarar a la hermana mayor de mi señora.
"Ferdinand, que manera tan fría de saludarme" suspiró ella con fingido dolor, paseando uno de sus dedos sobre mi rostro y mi cuello, haciéndome sentir incómodo, cómo si alguna sustancia desagradable estuviera mordiendo mi piel ahí donde sus dedos me tocaban. "Me preguntaba si podrías darme más asesorías de lenguaje antiguo y… no sé, escuché el rumor de que puedes hacer cuentas muy altas sin calculadora y de forma muy rápida. Quiero que me enseñes el truco."
Mantuve mi boca en una fina línea horizontal, mirándola con desprecio por lo que estaba haciendo. No tengo idea de quién le está enseñando a manipular hombres de esta manera, pero me pareció bastante enfermo que sus asistentes se prestarán… ¿o sería idea de ellas?
Como si me hubieran escuchado, Alerah pasó su nariz por la piel de mi cuello, respirando despacio hasta alcanzar mis orejas traidoras.
"Lord Ferdinand, mi ofrecimiento de darle mi primer beso sigue en pie. Incluso le dejaré probar un poco más de mí si accede a ayudar a Lady Constance."
La ignoré, despegándome de ella tanto como pude antes de mirar a Alderon sonriendo con burla y luego a Constance, quién apretaba sus brazos contra ella de un modo que la hiciera ver un poco más voluptuosa.
"¿No sería más sencillo pedir estás cosas por favor?" le reclamé "¡Es humillante que trates de forzarme de esta manera!"
"Nosotras lo hacemos con gusto, Lord Ferdinand" me comunicó Teresia pegándose más a mi, escondiendo su nariz en mi cabello antes de aspirar "¡Es usted tan lindo y huele tan bien! ¿Qué tan seguido podríamos tener el calor de un hombre tan adorable como usted por el bien de nuestra señora? Los chicos suelen apestar a sudor."
"Coincido con Teresia" apoyó Alerah "¡Adorable! ¡Hermoso! ¡Y taaan tentador, Lord Ferdinand! ¡Por usted estaría muy tentada a tomar los hábitos y ser su hermana de prácticas para su educación de caballero!"
'¿De qué demonios está hablando ahora está idiota?'
"Además" continúo ahora Lady Constance "no paras de decir que mi hermana te protege igual que al resto de su séquito y que tú no sientes nada por ella. ¿Qué de malo habría entonces en pulir nuestras habilidades de seducción contigo, Ferdinand? No voy a ser Aub jamás, ni siquiera seré una ministra y las primeras damas no siempre son escuchadas por sus dioses oscuros… a menos, claro, que sepan cómo convencerlos, y es divertido practicar contigo."
Estaba sin palabras, a punto de arruinar mi rostro estoico por lo cerca que estaba Constance de mi, tanto que podía oler lo que había comido esa tarde cuando un ángel intervino para salvarme.
"¿Cómo se sentiría mi señora de saber que su hermana usa los dones de Efflorelume para conseguir sus deseos?"
Lo primero que noté fue como las tres mujeres palidecían, luego el sonrojo y la mirada cargada de vergüenza de Constance, así como la presión decreciente en mi brazo por parte de Teresia, Alerah solo se me pegó más, tanto que tuve que cerrar mi puño y pegarlo contra mi muslo para no tocar algo que no debía.
Tuuri, Brunhilde y Philine avanzaron entonces hacia nosotros, cada una interponiéndose entre Lady Constance y sus asistentes, cuando al fin me soltaron, y yo. Era casi como si mis compañeras de hábito me estuvieran protegiendo de un montón de peligrosas feybeasts.
"¡Y usted, Lord Alderon!" sonó la voz de Damuel, quién se dejó ver entonces junto con Dirk "¿Cómo permite tal comportamiento? ¿No te importa acaso los ordonannz que vuelan y dañan la reputación de su señora y sus compañeras?"
"No solo de ellas, sino también la suya." Prosiguió Roderick parándose junto a mí "Chaocipher seguro se divertirá al asegurar que usted recibe ofrendas de sus compañeras."
Alderon parecía un niño mimado al que han pillado haciendo justo lo que su madre juraba que no estaba haciendo, cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado, como si de esa manera pudiera evitar el regaño de mis compañeros.
Roderick no parecía feliz con esto, así que prosiguió con una sonrisa amable que pronto imitaron mis compañeros.
"Si nos permiten seguir trabajando, no le reportaremos a nuestra señora como suelen convencer a Lord Ferdinand de apoyar a Lady Constance. Seguro que Lady Rozemyne aparecería de inmediato para llevarse a Lord Ferdinand."
Sonrisas burlonas y miradas de comprensión aparecieron en Constance y su séquito haciéndome sentir incómodo.
'¡Roderick idiota! no era necesario que dijeras una estupidez como esa.'
"Parece que la ceguera no es un mal que se contraiga en el templo" respondió Constance "dejaremos de jugarle bromas a Lord Ferdinand y los dejaremos trabajar. Ya que vamos a ser más formales, enviaré una solicitud a mi adorada hermanita para que me permita hacer uso del tiempo de SU Ferdinand cómo tutor en lenguaje antiguo y que nos preste a alguno de ustedes para mejorar en matemáticas. Si nos puede dar el secreto de Lord Ferdinand para hacer las cuentas de manera mental, mejor aún."
Las luces que anunciaban el final de un periodo de clases nos interrumpieron en ese momento. Brunhilde junto sus manos antes de ladear su cabeza un poco sin que su sonrisa cambiará en ningún momento.
"Parece que Dreganurh, la diosa del tiempo ha hilado con singular rapidez y elegancia. Esperemos que la próxima vez que nuestros hilos se entrecrucen sea bajo circunstancias más decorosas y tranquilas, Lady Constance."
"Estoy de acuerdo" respondió la joven candidata antes de mirarme cómo si ella fuera un enorme gato y yo una pobre ave que ha caído del nido antes de tiempo "Esperaremos con ansias para que la diosa del tiempo reúna nuestros hilos de nuevo bajo el auspicio de Mestionora y tal vez bendecidos también por Vantole y Cuococalura."
Lady Constance salió entonces, seguida por su séquito, no sin que Alerah me mirara antes con algo que me hizo estremecer, guiñándome un ojo y lanzándome un beso fugaz. Todo mi aplomo y mi rostro entrenado se derrumbaron en ese momento por el miedo. Esa mujer estaba más que loca y su forma tan poco digna de llevarse me ponía los cabellos en punta.
"Ferdinand es sin duda popular" comentó Dirk "Laurenz comenzará a imitarlo si se entera."
"¡Pero lo vimos todo!" Escuchamos la voz de Laurenz, quién apareció junto con Matthias por entre los estantes por los que Lady Constance y su sequito habían huido "Y sigo preguntándome porque no me pasa lo mismo."
"¡Porque a veces eres muy idiota, Laurenz!" Masculló Matthias de inmediato.
"¡Eso no es ser popular, es acoso!" estallé de inmediato, sintiéndome sucio ahí donde los cuerpos de ese trio de arpías me habían tocado, "si no tuviera que volver a verlas sería mejor, en especial a Alerah."
Risillas de diversión me hicieron olvidarme de mi enfado por un momento y mirar a mis compañeros, quienes cubrían sus bocas sin dejar de mirarme.
"No te preocupes, Ferdinand" dijo Philine de repente "las chicas y yo nos turnaremos para asegurarnos de que ninguna de ellas vuelva a molestarte."
"Incluso vigilaremos el pasillo esta noche para que tú acosadora favorita no intente colarse en tu habitación" bromeó Brunhilde provocando que todos se rieran. Incluso yo sonreí ante aquello.
"Gracias chicos." 'En verdad les agradezco. Esas locas podrían intentar colarse a mi cama con malas intenciones… no como mi señora, que solo busca protección.'
.
Más pronto que tarde, el rumor sobre los extraordinarios miembros del clero se extendió por la academia, y las invitaciones para socializar comenzaron a llegar, no solo a mí, a mis compañeros también. Los juegos de gewinnen en realidad llegaron a todos los varones del sequito de mi señora, las mujeres estaban atrapadas con fiestas de té donde hablaron de moda. Algunos querían saber sobre el cabello brillante de mis compañeras y sus adornos, incluso el brazalete que todos usábamos.
El día del viento, mientras nos encontrábamos reuniendo el material que llevaríamos para Lady Rozemyne esta semana, fuimos interrumpidos por el pesado de Sigiswald. Venía junto a Lord Werdekraft y Heisschitze, los dos que me retaron a Ditter el año anterior y habían perdido. Desde entonces, todos los días desde nuestro ingreso a segundo, Heitzchite no dejaba de retarme a un ditter apenas verme en el salón de clases.
"El año pasado tuvo suerte de contar con el apoyo de dos eruditos confiables y tres caballeros en formación, Ferdinand" dijo Sigiswald con esa sonrisa amable que tan bien lo hacía parecer una persona civilizada "este año estuve hablando con el profesor Rauffen sobre permitirnos tener un juego amistoso de ditter, ya sabe, con la regla de descalificar a cualquier equipo que maté algún miembro del equipo rival."
'Este idiota, ¿Cómo puede hablar tan a la ligera de una posible muerte accidental cómo si no fuera nada de preocupación?'
"Príncipe Sigiswald, me honra que se tomará tantas molestias, sin embargo, debo regresar para…"
"Creo que mi primo no se expresó bien" me interrumpió Lord Galtero, saliendo de detrás del grupo de recién llegados con una sonrisa similar a la del rubio y molesto principito "Lord Werdekraft y Heitzchite desean una revancha. Ferdinand, además, ha llegado este año con más compañeros… del templo. ¿No sería un ditter una excelente oportunidad de demostrar que su éxito del año pasado fue algo más que buena fortuna y nobles entrenados cómo compañeros?"
"Su estrategia, aunque poco caballeresca, fue increíble y eficiente, Lord Ferdinand" dijo Heitzchite mirándome de un modo similar a como me miraba Alerah cuando llegamos a toparnos o yo estoy ocupado dándole asesoría a su señora "en verdad nos gustaría repetir y limpiar su nombre de ordonannz mal intencionados. Mi primo y señor, Lord Werdekraft, está de acuerdo que tener un ditter contra usted y sus compañeros de templo, sería una excelente demostración de lo que una mente tan bendecida por Angriff y Seheweit puede lograr en el campo."
Miré a mis compañeros, todos parecían convencidos, sin embargo, quedaba un asunto a tener en cuenta.
"Cómo Lord Galtero debe recordar" dije mirando al peliazul, tratando de averiguar cuáles eran sus verdaderas intenciones "provenimos del gran Ducado de Eisenreich. Al ser sacerdotes y doncellas, estamos en la obligación de volver intactos al templo para llevar a cabo el ritual de Dedicación. No podemos dejar la carga de nutrir nuestra Geduldh solo a los sacerdotes adultos y a nuestra señora."
"Y de nuevo con la excusa del templo", se mofó Sigiswald haciendo que pareciera un mero comentario cortés "¿En verdad no pueden jugar un ditter ANTES de ir a rezar y quemar incienso?"
Brunhilde dio un paso al frente, haciendo una leve reverencia antes de mirarme a mí y al resto de mis compañeros.
"Majestad, mis compañeros y yo estamos dispuestos a participar de este simple juego en cualquier momento que ustedes decidan. Cómo meros vasallos, no estamos en el ánimo de negarnos a sus deseos"
Sigiswald y Galtero sonrieron aún más. Ambos se veían complacidos y a punto de dar la orden de hacer algo realmente estúpido.
"Sin embargo, creo que somos aquellos quienes vamos a participar de esta ofrenda a Angriff quienes deberían acordar el lugar, la fecha e incluso las reglas para no ofender a los dioses ante una imposición que podría ser tomada a mal por la espada y el escudo de Zent."
'En pocas palabras, si no van a arriesgarse con nosotros, dejen de estar fastidiando.'
Lord Werdekraft pareció entender todo a la perfección, estallando una carcajada ruidosa que nos descolocó a todos. Peor aún, el tipo llegó tan lejos como dejar caer una rodilla al suelo y cruzar sus brazos frente a Brunhilde antes de mirarla con un fuego extraño en la mirada.
"Pequeña doncella del templo, no solo Efflorelume y Mestionora parecen darte su bendición. Angriff y Anhaltung hablan a través de ti, impulsados por Seheweit sin lugar a dudas. Tienes mi respeto y mi admiración, incluso elevaré una plegaria a Dreganurh y Liebeskuhilfe para que nuestros hilos se crucen más seguido."
Estaba atónito. ¿Era mi imaginación o Brunhilde acababa de ganarse un admirador en la línea de sucesión de otro Ducado?
Werdekraft se paró entonces, encarando a los dos príncipes sin dignarse a cruzar sus brazos o arrodillarse en modo alguno.
"La dama del templo tiene razón, altezas. Los asuntos de Angriff y Vantole solo atañen a aquellos involucrados en la batalla. Agradezco que ambos intervinieran para convencer a Lord Ferdinand y sus compañeros de tomar nuestras invitaciones en serio, incluso agradezco que el príncipe Sigiswald nos consiguiera este nuevo permiso especial. A partir de aquí, seremos nosotros quienes invoquen a Grammalatur para asentar una cita digna del panteón del fuego."
La cara de Sigiswald no cambio mucho, pero la muñeca de Lord Galtero dejaba mucho que desear. Su desencanto era tan obvio que me sorprendió que nadie lo señalará.
"Comprendo, Werdekraft de Dunkelferger." Respondió el príncipe Sigiswald con la amabilidad anterior "solo le ruego que nos informe de sus planes y acuerdos. Mi primo y yo estamos muy interesados en ver el desenlace de este nuevo enfrentamiento previo al Torneo Interducados."
Los príncipes se retiraron y Lord Werdekraft acordó esperar a que volviéramos de nuestras obligaciones en el templo. Su equipo comenzaría a prepararse en cuanto nosotros volviéramos a la academia y el enfrentamiento tendría lugar dos semanas después para que nuestros preparativos y los de ellos no interfieran con los preparativos para el Torneo.
Para no reclamar ninguna ventaja o desventaja, teníamos la posibilidad de reclutar a tres estudiantes más de grados superiores y ellos permitirían la participación de alumnos de primero y segundo grado en su equipo a fin de que nuestros números, habilidades y conocimientos fueran similares.
Por último, se nos ofreció una recompensa si ganábamos. Lord Werdekraft y Heitzchite nos darían varios frutos e ingredientes raros de su Ducado si perdían, a cambio nosotros jugaríamos al ditter con ellos cada semana del próximo año sin falta si perdíamos. Bajo estos términos extra, Lord Werdekraft y yo nos estrechamos las manos y por supuesto, apenas volver a los dormitorios, mis compañeros y yo informamos a la profesora Hirschur y redactamos los correspondientes informes para Aub Eisenreich y para Lady Rozemyne.
.
Ese fin de semana, nuestra señora nos recomendó permanecer juntos y trabajar en nuestra estrategia para el ditter cuando tuviéramos tiempo libre.
Casi no tuve tiempo de hablar con ella a solas, ocupados como estábamos con nuestras respectivas ocupaciones y estudios. Eso no evitó que mi señora se colara en mi cama, lo cual empezaba a parecerme normal, o casi.
"Ferdi, ¿sigues dormido?" Escuché que mi señora me llamaba al tiempo que una sensación agradable y reconfortante recorría mis mejillas.
"Un poco", respondí algo confundido con pedazos de un sueño extraño danzando todavía en mi mente.
"Lamento haberme colado de nuevo y…"
"Está bien. Si mi presencia la ayuda a dormir, úseme tanto como lo requiera" murmuré antes de frotar mis ojos y levantar un poco la cortina de mi cama. Estaba muy oscuro afuera, era seguro que la primera campanada estaba por sonar o eso esperaba.
"Soñé con muchos tú de diversas edades, pero no recuerdo que hacíamos."
"Creo que soñé algo similar." Le respondí, recordando haber soñado con muchos otros yo cuyos cuerpos iban de los 3 a los 40 años… y a mí antiguo yo… 'pero ¿qué hacíamos todos ahí con diferentes Rozemyne?'
Tal vez por seguir exhausto luego de aquel sueño poco común me reacomodé en la cama, envolviendo el cuerpo de mi señora entre mis brazos y dejando escapar un poco de maná en su espalda. Si ella pensaba que no noté las bolsas debajo de sus ojos el día anterior, estaba muy equivocada.
"Solo olvídelo, milady. No es algo importante. Prefiero que duerma un poco más. Necesita descansar."
"Me iré pronto a mi recámara."
"Lo sé. Aun así, duerma un poco más, por favor. No hay manera de que su maquillaje me oculte su cansancio."
La sentí tensarse un momento. Yo solo apliqué un poco más de maná y eso pareció vencerla del todo. Ambos nos quedamos dormidos de inmediato.
.
Mientras nos preparábamos para volver a la academia real, un ordonannz llegó a Margareth. El mensaje venía de Lord Bonifatius, avisando que el señor del invierno había aparecido.
Lady Rozemyne formó a Lumi en la puerta noble y nosotros comenzamos a llevar las cajas con viales y nuestras armas especiales, así como la espada de Ewigeliebe que usaría nuestra señora. Solo tres personas en nuestro grupo tenían schtappe.
Nos cambiamos rápidamente, incluso Tuuri y los demás del curso de asistentes cambiaron su ropa por una armadura para ayudarlas a manejar el frío.
Cuando llegamos al campo de entrenamiento vimos a Lord Bonifatius junto a una veintena de caballeros.
"Rozemyne, estamos aquí para darles apoyo, no hagas nada demasiado imprudente" le pidió su tío.
"Ten seguridad, querido tío, que los dioses no permitirán que nada malo suceda. Tu ofrenda a Angriff sobre mis preciosos sacerdotes y doncellas a rendido sus frutos."
Lady Rozemyne entonces se arrodilló, juntando sus brazos sobre su pecho "Dios de la guerra Angriff, Dios de la caza Schlageziel, Dios de la orientación Erwachlehren, Dios de la victoria Siegstamm, de los doce exaltados del Dios del fuego Leidenschaft, Diosa del vuelo Ordoschnelli, Diosa del vendaval Steiferise, Diosa de la paciencia Dultzetsen, de las doce exaltadas de la Diosa del Viento Schutzaria. Diosa de la curación Heilschmerz, Diosa de la fortuna Greifechan, Diosa del trueno Verdrena de las doce exaltadas de la diosa del agua Flutrane."
Recitó mi señora y su anillo comenzó a brillar con fuerza. Nos arrodillamos tan pronto como entendimos sus intenciones. Los caballeros que nos acompañarían también se arrodillaron. No era la primera vez que Lady Rozemyne les otorgaba bendición, pero parecía ser la primera que invocaba simultáneamente varios dioses a juzgar por la mirada preocupada de Lord Bonifatius.
"Les ofrezco mi corazón, mis oraciones, mi gratitud y pido su santa protección divina, ágora de conceder a los que amo, prístino chiripá para enfrentar el Averno. Maguer del cencio que os aguaitara".
Las luces de tres colores cayeron sobre nosotros. Cuando me levanté, sentí el cuerpo más ligero, me sentía más fuerte también. Todos formamos nuestras highbeast y nos dirigimos al lugar donde se había avistado el señor del invierno. Las asistentes iban dentro del shumilbus, el cual mi señora había crecido hasta el tamaño de un camper, cuyas puertas permanecieron abiertas para que pudieran proveernos con pociones de rejuvenecimiento y asistirnos de ser necesario.
La vimos sentarse sobre el techo de su montura con la espada de Ewigeliebe entre sus manos, mientras la alimentaba con maná. Nosotros debíamos concentrarnos en mantener controlado al señor del invierno hasta que ella terminara.
Los caballeros se encargaron principalmente de los sirvientes del señor del invierno, mientras que nosotros comenzamos a atacar las patas de ese Zantze gigante. Un Goltze de invierno.
De alguna manera esto resultaba más complicado que el señor del verano, quizás debido al viento o al tamaño, no estábamos seguros.
Con cada rugido, los sirvientes del señor del invierno surgían. Una campanada más tarde, escuchamos el grito de Lady Rozemyne, quien nos ordenó retirarnos y resguardarnos tras los escudos que los asistentes habían formado.
La misma vista que me había atormentado por varias noches durante el verano se presentó ante mi. Lady Rozemyne descendiendo en picada montando una highbeast más tradicional, pero esta vez portaba la espada de Ewigeliebe en lugar de la lanza de Leidenschaft.
Un fuerte haz de luz de todos los colores del arcoíris descendió entonces al tiempo que mi señora blandía la espada, atacando con su maná al Goltze, haciéndolo desaparecer tan rápido que parecía mentira. Milady se acercó a la feystone que había caído al suelo, tomándola entre sus manos y terminando de teñirla antes de guardarla.
"Fue realmente sorprendente. Todos ustedes, temía que algo les pasara" nos dijo Lord Bonifatius mientras bebíamos las pociones para no caer desmayados como sucedió en el verano.
"Apenas hicimos nada, fue nuestra santa princesa quien hizo la mayor parte" alabó Hartmut
"Aun así, fue impresionante. Vuelvan al templo y descansen. Enviaré una notificación a Hirschur de que no regresaran esta semana" nos informó.
"En realidad, Lord Bonifatius, el ritual de dedicación comienza la próxima semana. Si se nos permite descansar, solo podríamos volver una vez que finalicen nuestros deberes en el templo", dijo Margareth al hombre quien pareció ser el único que no se sorprendió con ella.
"Muy bien. Avisaré a la profesora Hirschur. Descansen y recupérense para cumplir sus deberes" luego miró a su sobrina "Rozemyne, ¿algo más que pueda ser tan peligroso como esto?" la cuestionó.
"No tío. Lo que sigue puedo tomarlo sin peligro. Gracias por su ayuda" sonrió mi señora haciendo una reverencia ligera antes de subir a Lumi y regresar al templo con nosotros.
Después de la comida se nos permitió retirarnos a nuestras habitaciones y descansar. Los siguientes días traté de descubrir como Milady se colaba a mi dormitorio, ya que nunca la escuché abrir la puerta, pero no tuve una respuesta.
La semana previa al ritual, Lady Rozemyne iba al castillo desde la segunda campanada hasta la sexta.
Decidimos aprovechar ese tiempo para diseñar estrategias y trampas, preparar pociones con los suministros que teníamos, repasar la información que teníamos sobre bestias fey y crear diversas estrategias entre otras cosas. El equipo que debíamos formar era de quince personas. Nosotros éramos doce, sin contar a Hartmut, Angélica y Margareth, por lo cual no tuvimos margen para invitar a nadie más.
El ritual de dedicación llegó y finalizó sin ningún problema, en parte porque algunos caballeros que no participaron en la subyugación ofrecieron piedras con maná para ayudarnos.
Antes de volver a la academia, Hartmut informó que había pasado de tres a cinco atributos después de la ceremonia de adquisición de protección divina. Él solo poseía tierra y agua, pero había adquirido fuego, viento y Luz. Angélica también se había vuelto cinco atributos, adquiriendo vida y viento a los tres que ya tenía. Fuego, tierra y oscuridad.
Mi Lady los felicitó porque sus oraciones habían complacido a los dioses y nos pidió que disfrutáramos lo último de nuestro tiempo en la academia.
"Milady" me atreví a preguntar la noche previa a volver a la academia.
Esa noche me había estado aguantando el sueño para hablar con ella en cuanto se colará en mi cama. Mi señora no debió esperarlo porque se tensó de inmediato.
"No quise despertarte, Ferdi. Yo…"
"No lo hizo. Ya estaba despierto."
Mi señora enterró su rostro en mi pecho haciéndome sonreír. Si pudiera verla seguro era como un pequeño conejo tímido… un shumil bebé cuyos movimientos harían suspirar a cualquier niña de pura ternura.
"Lord Sylvester estaba emocionado cuando llegó su broche para el cabello. Yo mismo he atesorado el mío… sin embargo, me preguntaba si no hizo uno para Lord Galtero o fue una confusión de mis compañeros. Hasta el momento no se le ha entregado nada a él."
Sus pequeñas manos se aferraron a mi camisa de dormir, retorciéndola sin piedad alguna. Al estar tan cerca uno de otro pude sentir a la perfección como su maná se arremolinaba con furia a su alrededor. Imagino que para otra persona sería doloroso. Yo solo sentí más curiosidad al respecto.
"Sé que debería haberle enviado algo… pero Lord Galtero…" la sentí morder su labio con el rostro todavía oculto contra mí. La cepillé un poco.
'Seguro ese mocoso malcriado también la fastidia por pasar tanto tiempo en el Templo.' "Entiendo, milady. Si no desea presentarle obsequios, la estaremos apoyando."
milady. Si no desea presentarle obsequios, la estaremos apoyando."
"Gracias" musitó luego de un rato, cuando su maná se calmó lo suficiente para que lo mantuviera bajo control "Avísenme si… les causa problemas. No es mucho lo que puedo hacer para protegerlos fuera del Templo, pero…"
"No diga eso. Nos preparó lo suficiente para que nadie pueda dudar de nuestra valía por mucho que lo intenten. Estoy seguro de que es más de lo que otros harían por los miembros de su séquito."
Su mano se aferró de nuevo a mi ropa, con menos presión que cuando le pregunté por su primo, pero lo hizo.
"Ferdi, ¿me cantarías algo en voz baja? No creo que podamos vernos de nuevo en un largo tiempo."
Lo pensé un momento. Debía ser difícil cumplir con todo lo que se le exigía. La pobre niña ni siquiera podía divertirse como una pequeña normal de ocho años. La aferré con algo de fuerza. Mi difunta hermana al menos pudo correr y divertirse con los otros niños antes de morir, pero mi señora… dudaba que alguna vez tuviera tiempo… salvo cuando venía a mi cama, como una niña asustada buscando la calidez y seguridad de la cama de sus padres.
"¿Qué le gustaría escuchar?"
"Lo que sea está bien, mientras lo cantes tú."
Lo pensé apenas un poco. La voz de la madre de Tetsuo comenzó a resonar en mis oídos cantando una canción de cuna que comencé a tararear. No entendería la letra por estar en japonés. Cuando la canción terminó, seguí cantando. Esta vez pronunciando las palabras que mi madre solía cantarle a mi hermana menor en sus últimos momentos.
No supe en qué momento me quedé dormido, solo sé que cuando abrí de nuevo mis ojos, mi señora ya no estaba en mi habitación y mi rostro se sentía acartonado en surcos que iban de mis ojos a mis mejillas. Hacía mucho que no lloraba por las familias que había perdido.
