El Ascenso de un Científico Loco

¡Descubriré como funciona el mundo!

Terminando las clases

El resto de la semana Dregarnuhr hiló de verdad lento. Las clases escritas para todos los de tercero las aprobé con rapidez, mientras que en la clase de música nos evaluaron con la misma pieza a todos, lo cual hubiera sido un alivio si no estuviera tratando de ignorar la voluntad divina que ahora podía sentir en mí. Para tratar de distraerme y siguiendo la recomendación de Rozemyne, toque por primera vez algo 'compuesto' por mí, aunque en realidad solo era una canción de anime que recordaba vagamente.

Mi hermano había aceptado que incluso en la academia, mantuviera mi habitación vacía durante las noches, lo cual fue bueno, porque no pude ignorar ni una noche que ahora ya tenía un schtappe, y comencé a practicar mi manejo sobre él.

Por alguna razón, terminé con una varita al estilo de Harry Potter.

Mis recuerdos viajaron a cuando aún era Tetsuo. Shuu había comprado varias varitas que eran plumas para regalarlas a sus amigos, por alguna razón que nunca entendí, ni me confeso, a mí me dio la de Fleur y, quizás porque había tenido por tanto tiempo la varita de Fleur Delacour, mi schtappe terminó con esa forma. Traté de modificar la forma, pero seguía volviendo a la varita de Fleur.

Me rendí y acepté que eso sería mi schtappe.

Tenía varios apuntes con las palabras para transformarlo, por lo cual lo intenté. Lo transformé en una pluma, un palo mezclador, un cuchillo, unas tijeras. Estos eran los hechizos básicos y las formas más relevantes a dominar.

Pasé cada clase y examen a la primera, como había pasado en primero y en segundo, llegando al fin al tan esperado día de la fruta.

'Dos días en serio pueden sentirse como una eternidad.'

Los maestros dieron las indicaciones, el grupo de candidatos a archiduque sería el primero en pasar. Nos pidieron que tuviéramos cuidado, ya que con nosotros también iban los estudiantes de primero, cuyo plan de estudios había cambiado, pues debido a la purga, se vio la necesidad de que los estudiantes obtuvieran sus schtappes más temprano. Los estudiantes que en la actualidad estaban en segundo, mantendrían el mismo plan de estudios que nosotros, sería complicado tener tres grados obteniendo y aprendiendo a usar sus schtappes al mismo tiempo.

Los niños de primero estaban emocionados y los de segundos insatisfechos, pero no podía pensar mucho en todo esto. Necesitaba entender como había conseguido mi voluntad divina al momento de realizar la ceremonia de protección divina.

Los estudiantes de tercero entraríamos de inicio y luego los de primero.

Entré junto a todos los candidatos y seguí caminando, subiendo una escalera tras otra hasta que me quedé solo y por fin, después de mucho caminar, llegué al lugar donde debería haber tomado mi voluntad divina. Me sorprendió que logré llegar a ese cuadrado de mármol blanco con el gran árbol en el centro, claro que esta vez, no había nada aquí, yo ya tenía mi voluntad divina y, según los maestros, solo teníamos una oportunidad para recogerla. Solté un suspiro y volví a bajar por las escaleras de caracol por las que subí, fingiendo traer mi voluntad en brazos cuando encontré a alguien conocido.

"¿Ferdinand?"

"¿Brunhilde?"

"Oh, mi. Imagine que me encontraría contigo", me dijo sonriendo, "no te vi regresar. Dime ¿falta mucho para que encuentre mi voluntad divina?", preguntó.

"Supongo que no. Al final de las escaleras hay un cuarto blanco. Encontré mi voluntad divina ahí."

Mi compañera me sonrió antes de hacerse a un lado para que yo pudiera pasar sin contaminar mi voluntad divina. Cuando terminé de bajar me detuve un momento, confundido.

"Brunhilde, ¿Cuántos atributos tienes?"

"Me volví omnielemental en la ceremonia de obtención de protección divina."

Asentí a sus palabras, viendo como avanzaba por las escaleras hasta desaparecer de mi vista.

Salí del salón más lejano fingiendo llevar mi voluntad divina.

.

No regresé a Eisenreich esa semana. Según había escuchado de mi hermano, entre más maná tuviera una persona, más tardaba en absorber su voluntad divina, por lo cual fingí que la estaba absorbiendo todo el fin de semana hasta el día del agua en la mañana.

Por la tarde tendríamos la clase de fundamentos del schtappe, lo cual era bueno porque estaba muy, muy aburrido ahora.

El schtappe era la prueba de un noble. Los profesores comenzaron a explicar todo esto, pero apenas los escuché. En este momento me sentía aliviado de que nadie se hubiera dado cuenta de mi desliz con mi voluntad divina.

"Empezaremos por formar un schtappe", indicó la profesora Hirschur y vi a los estudiantes comenzar a practicar, "asegúrense de elegir una forma que les resulte cómoda de usar, cuando lo tengan vengan conmigo."

"Querido hermano, que alegría tener la ocasión de tomar una clase juntos" me saludó Eglantine quien venia junto al príncipe Anastasio.

"Lo mismo digo, princesa Eglantine."

"Hermana, ¡dime hermana!", pidió con un ligero puchero que me hizo pensar en Rozemyne.

"Muy bien, hermanita", le sonreí consiguiendo que también sonriera.

La vi comenzar a experimentar para formar su schtappe cuando me di cuenta de una cosa. Rozemyne entraría el próximo año en la academia. ¡Ella tendría que tomar este curso con Galtero…!

'Principito Galtero más le vale que no la moleste mucho o encontraré la forma de cancelar su adopción y usarlo para experimentos poco éticos.'

"Lord Ferdinand, parece muy feliz, ¿consiguió un schtappe que le resulta oportuno?" me preguntó la profesora Hirschur llegando hasta mí.

"Por supuesto", sonreí antes de formar mi propio schtappe.

"Vaya, esto luce muy elegante", comentó Hirschur, "¿realmente se siente cómodo con esta forma?"

'No. Preferiría la varita de Harry Potter o la de Draco Malfoy, que son más sencillas, pero tengo la de Fleur y no puedo cambiarla', "Si profesora, usaré esta forma".

"Muy bien. Por favor, hágalo aparecer y desaparecer tres veces en rápida sucesión", hice como la profesora me indicó, pero por alguna razón se tomó la frente y negó un poco, "supongo que era inevitable que una persona como usted superara a la clase… Su curiosidad es un arma de doble filo, Lord Ferdinand, no lo olvide". Sonrío entonces, "Ya que tu control sobre tu schtappe es tan bueno, puedes pasar con Rauffen para la siguiente prueba", me indicó.

"Hermano, antes de irte, ¿cómo escogiste esa forma?"

"Bueno, solo pensé en algo que me gustaría usar, y (por desgracia) tenía una idea clara en mi cabeza de cómo debía verse una varita."

"¿Varita?" cuestionó Eglantine, confundida.

"Un schtappe", corregí, "pero antes, cuando era un niño en el templo, tomaba una varita y jugaba a que era mi schtappe", le dije como si fuera un secreto, aunque si era un secreto y una mentira a medias. Solía tomar una rama y jugar con mi difunta hermana a que éramos nobles y teníamos suficiente dinero para pagar un doctor…

"Entiendo, realmente me gustaría usar algo elegante como tú, querido hermano, así que me tomaré mi tiempo para imaginarlo".

Con mi pequeña conversación concluida me dirigí al profesor Rauffen, quien comenzó a explicarme la actividad y lo importante que era para un noble aprender la forma correcta de usar un ordonannz; un ordonannz era una herramienta mágica con forma de feystone. Se golpeaba con la punta del schtappe, tan pronto como el ave se formaba y abría la boca dábamos nuestro mensaje.

"Si lo ha entendido, intente enviar un mensaje a Hirschur"

"Bien", golpee la herramienta mágica como se me indicó. El ave se formó y abrió pico hacia mí "Habla Ferdinand, profesora Hirschur, e finalizado el ordonannz."

"Muy bien. Antes de enviarlo, golpea su cabeza y agrega algo más. Esto es importante en caso de que debas avisar algo o agregar algo que olvidaste, de esa forma no necesitas enviar un segundo ordonannz"

Asentí y golpeé el ave, "y este es el añadido, profesora Hirschur".

"Ha aprobado esta parte, Lord Ferdinand. Puede continuar", respondió el ave que vino en mi dirección. Sonreí satisfecho y devolví la herramienta al profesor, esperando las indicaciones.

"Muy bien, Lord Ferdinand. Lo siguiente es aprender a usar el Rott", celebró Rauffen, "Concentre el maná en su schtappe, así y luego empújalo fuera de tu cuerpo, ¡Rott!" gritó al tiempo que mostraba cómo funcionaba.

Convoqué de nuevo mi schtappe y comencé a acumular el maná tal y como el profesor me había indicado.

"¡Bien! Perfecto ¡A eso me refería!"

El profesor Rauffen aún me recordaba a un líder de animadores, por lo que me concentré en lo que estaba haciendo, medio ignorándolo, medio escuchándolo.

"¡Ahora hazla aún más grande! ¡Sigue vertiendo maná en tu schtappe! Ahora ¡Déjalo salir!" gritó el profesor en algo similar a un rugido "¡Grita 'Rott' y lanza tu maná al cielo, tan fuerte como puedas!"

"¡Rott!" grité. La luz roja salió hacia el techo antes de desaparecer. Sonreí complacido habiendo conseguido terminar esta parte.

"Muy bien, Lord Ferdinand. Ha pasado", me sonrió el profesor.

"Lo siguiente que debe aprender es a transformarlo", me informó la profesora Hirschur llegando hasta nosotros, "ya que seguro experimentará cuando tenga tiempo libre, bien puedo decirle lo que hará la próxima clase. Deberá transformarlo en un bolígrafo, un palo mezclador y en un cuchillo. Lo importante es tener la imagen clara de lo que quieres hacer."

"Disculpe, profesora. ¿Puedo hacerlo ahora? No me siento realmente agotado y creo que puedo continuar", me rasqué la nuca un poco incómodo antes de continuar, "ya me había matriculado para los cursos de erudito y caballero antes de mi adopción… necesito cualquier tiempo libre para estudiar, principalmente porque volveré a Eisenreich para el ritual de dedicación"

"… si está seguro de que puede, pero no se exceda, Lord Ferdinand", pidió el profesor.

Sonreí y convoqué mi schtappe otra vez antes de cambiar su forma según me indicaron.

"… realmente pudo terminar" Rauffen parecía aturdido. Su habitual personalidad bulliciosa no se veía por ningún lado.

"¿Finalizó la clase, Lord Ferdinand?" me preguntó Laurenz acercándose junto al resto de mis compañeros/sequito.

"Si, termine, ¿ustedes?"

"Acabamos de terminar con los ordonannz. Aún tengo algo de maná, así que puedo llegar a lo siguiente", contesto Tuuri, "¿Qué sigue?"

"Lanzar un Rott y la transformación del schtappe". Observé al profesor Rauffen enseñarles como lanzar un Rott y mirarlos preocupado después de que todos lo hicieron.

"Creo que hasta aquí llegue", murmuró Tuuri, "obtuve la protección divina de 23 dioses. Pensé que podría terminarlo, pero ya no puedo seguir", se lamentó.

"También obtuve la protección de muchos dioses, pero estoy cerca de mi limite", coincidido Damuel

"Talvez podría con una transformación, pero no más. Lo dejaré hasta aquí", decidió Brunhilde y los demás estuvieron de acuerdo con ella.

"No debería sorprenderme que llegaran tan lejos", murmuró la profesora Hirschur, "Ninguno de ustedes obtuvo menos de 20 protecciones divinas. Su consumo de maná debe haberse reducido bastante".

"Después de ver a los antiguos sacerdotes azules solo recibir una o dos protecciones por atributo que tenían, no esperaba que obtuvieran tantas", continuó el profesor Rauffen.

Intercambiamos miradas entre nosotros antes de sonreír un poco incómodos.

Tuuri, Damuel y Dirk se habían convertido en cinco atributos cada uno después de obtener la protección de varios dioses. Damuel había obtenido Oscuridad, con la bendición del Dios oscuro, Chaosfliehe, Verbergen y Verdräos; Agua con Untergeld, el atributo de Fuego con Angriff, Vulcanift, Arnvax, Schlageziel, Elbberg, Brennwarme, Erwachlehren y Glücklität; Viento con Ordoschnelli, Steiferise y Duldsetzen. Vida con Ewigeliebe, Dauerleben y Schlaftraum, y por último Tierra con Geduldh.

Tuuri había obtenido bendiciones de las 12 diosas del otoño y la misma Schutzaria, agua con Flutrane, Heilschmerz, Entrinduge y Greifechan. Fuego con Leidenschaft, Brennwarme y Angriff, y obtuvo la bendición de Ewigeliebe, Cuococalura y Geduldh, obteniendo así vida y tierra.

En cuanto a Dirk, obtuvo la protección divina de la pareja suprema, Chaosfliehe, Verdräos, Unheilschneide, Gebordnung, Anhaltung, Flutrane, Verdrena, Greifechan y Verführmeer para agua, Leidenschaft, Angriff, Schlageziel, Vulcanift, Siegstamm para fuego, Ordoschnelli, Steiferise, Jugereise, Duldsetzen, Grammalatur, para viento.

Sabía que Brunhilde se había vuelto siete atributos, aunque no mencionó nada sobre los dioses invitándola a las alturas, pero no estaba seguro de los demás. Rozemyne me había pedido que corroborara las bendiciones para los antiguos plebeyos ya que estaba preocupada por su falta de atributos, con eso no había tenido ocasión de hablar con los demás.

Fue sorprendente cuando nos percatamos de que sus colores cambiaron en relación con el atributo del cual habían recibido más bendiciones. Ahora eran de verdad nítidos y no con ese tinte transparente de antes.

"Milady suele alentarnos a rezar mientras dedicamos nuestro maná a los dioses del templo", explicó Tuuri, "también cuando compartimos maná y nos ayudamos a hacer crecer nuestras manablade… aunque tenemos que tener cuidado cuando hacemos eso…"

"¿De que hablan?", preguntó el profesor Rauffen con curiosidad, luego de llevarnos a parte para conversar sobre nuestras capacidades diferentes a las del grupo y excepcionales, según parecía.

"Oh, cielos… en realidad no deberíamos mostrarlo aquí", murmuro Brunhilde un poco incómoda. "Deberíamos contactar a Lady Rozemyne, si lo autoriza se lo mostraremos, profesores."

La clase concluyó al mismo tiempo que nuestra conversación. En realidad muchos alumnos ya se habían retirado. Envié una nota a Rozemyne y ella pidió que fuéramos prudentes.

Invitamos al profesor Rauffen a cenar… comeríamos en una sala de té ya que él era de Dunkelfelger.

Mantuvimos una conversación tranquila por un tiempo hasta que llegó el momento del té. De alguna manera, Sylvester se coló a esta reunión. Preparamos una barrera de rango especifico antes de mostrar nuestro mayor secreto.

"¿De qué se trata esto?" preguntó Rauffen confundido cuando colocamos las manáblades en la mesa.

"Esto no puede salir de aquí, profesor. Aun no entendemos como es esto posible así que es un nuestro mayor secreto… guardado celosamente por todos nosotros." Informó Margareth mirando a los supervisores de dormitorio, quienes no tardaron en asentir con solemnidad, "Angélica".

"¡Por supuesto!" Angélica se adelantó colocando su mano en la piedra de su espada "Shisho, ¿Qué debo estudiar para mañana?"

"Maestra, ¿acaso ya lo olvidó?", Rauffen y Hirschur casi se atragantaron con su té cuando una voz similar a la de Rozemyne salió de la espada "mañana tiene los exámenes sobre herramientas mágicas de servicio. ¿Debería informar a su maestra que no ha prestado atención?"

"¡NO! Solo quería asegurarme de que no me había confundido", aclaró Angélica a su espada.

"Entonces estudie correctamente. Tendremos un repaso a la primera campanada."

"Increíble", murmuró Hirschur.

"Anneke, ¿puedes informarme de mi agenda para mañana?"

"Por supuesto, Lady Brunhilde. Además de sus clases, no tiene ninguna cita programada", habló la espada. Su voz era suave, pero no sonaba para nada como Rozemyne. Fue muy difícil para mi compañera, pero logró modificar la voz.

"Ayame…"

"Ferdinand, ¿No has descansado correctamente por ofrecer tutorías otra vez, cierto? Siento tu maná inestable. ¡Reprograma ahora y ve a dormir!" me regañó mi propia espada… la cual sonaba como la misma Rozemyne.

Suspiré mientras Ayame seguía predicando sobre la importancia de dormir de forma adecuada. Era cierto que mi maná estaba inestable, pero solo se debía a lo vergonzoso de esta situación. No pude evitar recordar cuando pasó.

Como cada día de agua habíamos colocado las manáblades en la mesa. Mientras que las alimentábamos, Angélica se sentó junto a Rozemyne, qué en ese momento aún era mi señora, y recibió los elogios y algunas feystone entre otras cosas como premio por su excelente desempeño.

Recuerdo haber estado dándole de mi maná a las espadas cuando pensé que Angélica en verdad necesitaba la guía amable de Rozemyne para mejorar. Después me cuestioné si podría crear una espada inteligente y recordé que en los animes de Shuu, a veces salían objetos mágicos de ese estilo…

Una espada con la voz de Lady Rozemyne sería un tesoro, fue mi vergonzoso pensamiento mientras terminaba de ofrecer mi maná a las espadas de mis compañeros y a mi propia espada. En ese momento pensé que, si Rozemyne fuera una espada, siempre podría estar conmigo y cuidarme.

Laurenz se había reído antes de sugerir que le pusiéramos nombre a nuestras espadas con una cara de fascinación que distaba mucho de nuestros rostros de sorpresa. Aunque solo Angelica aceptó su ayuda, sonriendo con el nombre 'Shisho' que él escogió pese a lo raro que sonaba.

El peliverde nombró Narsil a su propia espada… antes de que el resto de las espadas pidieran que se les nombraran también.

Gracias a los dioses, todas las espadas tenían una personalidad suave y eran prudentes, solo hablaban cuando hablábamos con ellas y sus personalidades, así como su voz, se fueron modificando a lo largo de las estaciones.

"No entendemos como sucedió esto, pero al inicio todas sonaban igual a Rozemyne", informé tomando a Ayame y colgándola de mi cinturón, "actualmente solo mi Ayame y la Rozesanra de Hartmut suenan como ella… en mi caso no conseguí que su voz cambiara. En el de Hartmut, ni lo intento", expliqué.

"¿Desde cuándo sus manáblades hablan?", Hirschur quiso saber.

"Desde la primavera. Estábamos alimentándolas cuando de pronto comenzaron a hablar. Hemos intentado averiguar cómo sin mucho éxito", explicó Philine tomando su propia manáblade, "Beate dice que fue nuestra oración deseando la guía de Milady antes de que ella misma nos ofreciera su maná, pero no podemos corroborarlo."

Los profesores nos hicieron algunas preguntas más, e insistieron en que lo presentáramos como investigación. Pero nos negamos. No podíamos presentar algo que no entendíamos.

.

Tuvimos los exámenes para los estudiantes de tercero, finalizando así todos los temas en conjunto antes de volver a dividirnos por cursos el segundo día de la hoja. Ahora, por fin podríamos tener la primera clase práctica del curso de candidatos a archiduque.

Algunos asistentes dejaron cajas frente a nosotros antes de salir del lugar con rapidez.

"Su primera tarea es teñir el jardín frente a ustedes", la profesora ya nos había explicado todo esto la semana pasada.

Comencé a teñir la herramienta mágica. Era más grande que la caja que había usado con mi padre durante las practicas, pero no parecía ser más difícil que en ese momento.

"Parece que está por terminar de teñir la herramienta, Lord Ferdinand." observó la profesora Briggita, "cuando termine, siga tiñendo su jardín hasta que los brotes surjan", me indicó.

Hice como me dijo, pero no me llevó mucho tiempo. Mi consumo de maná se había reducido, quizás en un 50 %.

Terminé antes que todos mis compañeros. Muchos aun seguían tiñendo su fundación cuando mi pequeño ducado se había teñido de verde por completo.

Dibujé los planos de una ciudad. Hice explotar feystone hasta convertirlas en polvo de oro y me enseñó el circulo para realizar el Entwickeln. La maestra me guió hasta que el tiempo de la clase llegó a su fin. No me sentía para nada agotado, pero si con un nivel bastante bajo de maná. Me sorprendió que algunos de mis compañeros aun seguían tiñendo sus fundaciones cuando la clase finalizó.

"Lord Ferdinand", me llamó la profesora cuando estaba por salir del salón, "quizás le tome una o dos clases más terminar todo el curso, aunque estoy muy segura que terminara la próxima clase." Comentó mientras se daba golpecitos en la mejilla, pensando. "Le sugeriré que haga los exámenes del curso de eruditos y vuelva la próxima o dentro de dos semanas, de lo contrario no podrá continuar después del Entwickeln hasta que alguno de sus compañeros lo alcance. Le enviare un ordonannz".

"Gracias profesora".

.

"Ferdinand realmente eres algo más", dijo Sylvester durante la comida.

"Lo escuché de la profesora Hirschur. La princesa Brigitta estaba en verdad asombrada", continuó Karstedt con una sonrisa, "ella habló con el profesor Faramond para ayudar a Ferdinand con los exámenes que se perdió."

"¿En serio terminarás el curso de candidatos y eruditos al mismo tiempo, Ferdi?" me preguntó Constance y tuve que respirar para no mirarla mal y aplastarla por accidente.

"Me llamo Ferdinand, no Ferdi", le recordé mientras una sonrisa molesta tiraba del borde de mi labio, "y sí, creo que los terminaré al mismo tiempo. La profesora Brigitta piensa que concluiré el curso la siguiente clase, así que me dijo que me avisaría cuando regresar y con el profesor Faramond aplicándome los exámenes que no hice, creo que acabaré todo la próxima semana." Expliqué. "Solo necesitaré terminar el curso de Caballeros antes del ritual de dedicación".

"De verdad me alegra que hayas aceptado la adopción de padre… hubiera sido un desperdicio de talento dejarte como archinoble", me dijo Karstedt con una sonrisa sincera.

"¿Estas listo para los giros de dedicación?", quiso saber Eglantine, uniéndose a la conversación. "Este es mi primer año, pero también será la primera vez que tome la clase, hermano."

"No me siento especialmente nervioso o preocupado. Estoy acostumbrado a rezar por el templo, así que los giros no fueron demasiado complicados, aunque en realidad, disfrute más de la danza de espadas".

"¿Qué tiene que ver el templo con los giros de dedicación?", preguntó Sylvester, confundido.

"No estoy seguro, pero creo que está relacionado. Los giros de dedicación y el ritual de dedicación son en inverno. Incluso los trajes parecen ser similares a las túnicas ceremoniales", intenté explicar. "Rozemyne dijo algo sobre eso".

Traté de recordar. Mi mano se elevó y comencé a darme golpecitos en la sien, un viejo habito de mis días como Tetsuo. Solía usarlo cuando desperté como Ferd, cuando trataba de mezclar y crear medicinas. Mamá decía que me dañaría si me golpeaba tan fuerte.

Este hábito no se había manifestado desde que me volví Ferdinand hasta ahora, quizás por el hecho de que me veía a mi mismo como un reflejo de Rozemyne y mantenía mis hábitos controlados o porque no había podido hablar con tanta libertad.

"Ella dijo que los nobles pertenecemos al templo, pero no entiendo porque lo dice. Tampoco me lo ha explicado".

Después de la comida y dejar una duda enorme en mis hermanos adoptivos y primos me dirigí al salón pequeño donde todos los candidatos a archiduque de todos los grados tomaban clases juntos. Los de primero aprendían con el ejemplo de los mayores, iniciando con los de sexto.

Constance giraba como diosa de la luz y fue ella quien dirigió la oración… tendría que estudiar historia, mi mente seguía volviendo al templo con las clases.

"Profesor, quizás Lord Ferdinand deba esperar con los de primero. Este es su primer año aquí, después de todo". Soltó Galtero apenas los de tercero terminaron.

"Aprecio la preocupación, Lord Galtero, pero estaré bien girando con mis compañeros. Si el profesor lo permite, claro". Agregué con una sonrisa mirando a los maestros.

"Dejemos que lo intente ahora. Si su giro no resulta satisfactorio, solo deberá seguir practicando", sonrió Primevere.

Me acomodé junto a mis compañeros y comencé la danza. Mantener el equilibrio no me costó, y había ensayado la coreografía con los candidatos en edad escolar en el castillo y junto a Rozemyne en el templo.

La figura de Rozemyne mientras me enseñaba como girar volvió a mi mente. Su rostro suavizado con una sonrisa real. Sus ojos cerrados. Sus dedos estirados mostrando una figura elegante con cada fibra de su cuerpo y su voz que tarareaba la melodía.

Abrí los ojos cuando la música finalizó, notando entonces que todos me miraban con los ojos muy abiertos. Los mayores parecían tener problemas para disimular, pero no eran tan descarados.

"Para alguien que apenas comenzó a practicar en el otoño… lo ha hecho muy bien, Lord Ferdinand", dijo la profesora Pauline acercándose a mí, "creo que la preocupación del príncipe Galtero era infundada." Agregó mirando de soslayó al peliazul.

Sonreí y me alejé junto a los de mi grado. Estaba confundido por las reacciones de todos. Pero debía esperar al descanso para preguntar.

"¡Hermano!", me llamó Eglantine llegando hasta mí, "¡Eso fue increíble! Nadie cree que esta sea la primera vez que gira."

"Pero es la primera vez", aseguré.

"No parecías ser tan bueno cuando estábamos en el castillo", comentó Sylvester, "¿Cómo mejoraste tanto en un mes?"

"Rozemyne me ayudó en el templo."

"Rozemyne aún no ha aprendido los giros", me interrumpió Constance, "cumple diez el próximo verano, sus clases comenzaran en la primavera".

"No sé que decirles. Rozemyne de verdad fue la que me ayudó", aseguré "fue mientras me preparaba para dejar el templo durante el invierno. Comencé a repasar y estudiar en mis tiempos libres. Un día me encontró practicando y me preguntó si necesitaba ayuda"

No era una mentira, realmente sucedió, pero fue una noche mientras esperaba a que llegara. Ella me v y comenzó a corregir mis posiciones. "Dijo que era importante cuidar nuestros pasos para rezar correctamente a los dioses", dije recordando lo que dijo.

"Bueno, mi hermanita esta adelantada en sus estudios, supongo que no debería sorprenderme que haya comenzado a practicar los giros", razonó Sylvester.

"Primo, Rozemyne no ha recibido una sola clase sobre los giros de dedicación." Nos informó Eglantine como si recordará algo. "Después de que se decidió mi adopción, me preguntó por la melodía para los giros y me preguntó si habían comenzado ya mis clases de danza. Le tarareé la melodía y algunos días después, cuando fui a visitarla en primavera, me obsequió una pequeña caja de música. Giré para ella y dijo que no podía esperar por aprender ella misma ¿realmente tuvo ocasión de aprender con los nobles de Dunkelfelger en el templo?" cuestionó.

No hubo más tiempo para hablar, yo asumí que ella ya sabía danzar, así que todos quedamos más confundidos con lo que comentó Eglantine.

Rozemyne había trabajado en la caja de música como una forma para que Eglantine tuviera una tendencia en su primer año. Trabajamos junto a ella y algunos carpinteros para crear la caja de música. Escribimos la melodía en una partitura, cortando tiras de papel Effon y uniéndolas. La melodía era tan larga como el papel, y la tira podía unirse para que la canción siguiera sonando tanto como quisieras. Usábamos dos rodillos y el papel pasaba de uno a otro, mientras rosaba una pequeña plaquita que hacía sonar el papel debido al maná.

Había encargado a algunos herreros engranes. Si podía hacer una caja mecánica, ahorraríamos el maná que desplaza la partitura de un rodillo a otro, así incluso los plebeyos podrían tener sus propias cajas de música. Eisenreich, la tierra del viento, era un lugar donde el arte era parte del día a día, después de todo.

La clase terminó con los estudiantes de primero.

"Realmente fue una gran clase. No puedo creer que hayas aprobado, Ferdinand", me dijo Sylvester.

"Yo tampoco, no pensé que me dieran el aprobado", les dije un poco incómodo.

"Tus giros fueron algo difícil de ignorar, hermanito. Parecía que habías practicado toda tu vida", agregó Karstedt revolviendo mi cabello y soltándolo del chongo en que lo usaba, "lo lamento." Se disculpó.

"No te preocupes". Desestimé soltando del todo mi cabello. Había crecido hasta llegarme por debajo de los hombros, a la altura de los omoplatos "creo que ahora puedo trenzarlo", murmuré mientras verificaba el largo.

"¿Por eso te lo estabas dejando crecer? ¿para poder trenzarlo?", me preguntó Sylvester con una media sonrisa que no me gustó nada, "Dime, querido primo, ¿de dónde sacaste esa idea?"

"Solo pensé que se me vería bien", respondí mientras trataba de mantener mi expresión en blanco, pero su sonrisa solo se amplió e intercambio una mirada con su hermana mayor.

"Una vez Rozemyne me dijo que le gustaban los hombres con el cabello largo", canturreo Constance mirándome de soslayo, "fue adorable cuando me confesó que le gustaría poder peinar a su dios oscuro cuando fuera adulta, ¿No lo sabias?"

"No, ¿Por qué Rozemyne me diría tal cosa?", les pregunté.

Era cierto que me lo había dejado crecer por su sugerencia, pero también era cierto que no me dijo que le gustaban los hombres con pelo largo.

"Muy bien, digamos que te creó", sonrío mi primo, antes de mirarme seriamente, descolocándome. "Ferdinand, ahora que eres un candidato a archiduque, ¿me dejas unirme a tus juegos semanales?"

"No creo que sea buena idea. Mis compañeros de juego pueden sentirse un poco incomodos con eso…", me disculpé.

"Vamos Ferdinand, por favor, este año el ditter del torneo cambiara a Ditter de velocidad, ¿sabes lo aburrido que puede ser eso?"

"¿De qué hablas?", preguntó una muy confundida Eglantine. "¡No escuche nada de eso!". Chilló.

"Me lo dijo el profesor Rauffen. Con la purga y lo debilitado que quedó el país, no hay recursos para el Ditter de robo de tesoros", continuó Karstedt. Ya que estaba programado como próximo comandante de la orden de caballeros, a menudo tomaba algunas clases con los caballeros, aunque no tomara el curso de forma oficial. Cuando se decidió mi adopción, hizo los exámenes para acreditar el curso de caballeros durante la temporada baja.

"NO, ¡eso no puede ser!", gritó Eglantine golpeando la mesa, "¡¿Qué pasa si alguien intenta atacar solo porque el país esta debilitado y quiere aprovecharse de eso para invadir Eisenreich?! …o cualquier otro ducado", agregó después de un momento. "Los aprendices deben saber del Ditter ¡Es importante! hablaré con mi padre adoptivo para que arregle esto", decidió saliendo como Steiferise del comedor, parecía realmente furiosa.

.

Pronto tuve el primer partido de Ditter semanal. Comenzó durante la noche del día del viento.

La misma estrategia no funcionaría dos veces, así que tuvimos que planear otra ofensiva, aun así, el partido terminó antes de que el día cambiara de fecha y pudimos volver a Eisenreich a la segunda campanada del día de la fruta.

Durante la mañana siguiente, antes de partir, nos enteramos de que no se cambiara el tipo de ditter.

"Bienvenidos", nos saludó Rozemyne en la sala de teletransportación.

La pequeña Freida y Conrad venían con ella. "Estaba por dirigirme a la sala de juegos cuando recibí la notificación de que volvían hoy".

"El partido de Ditter finalizó con el cambio de fecha", informé llegando hasta ella, ofreciéndole mi brazo en una escolta que recibió con una suave sonrisa.

"Recibí una carta de la profesora Hirschur. Todos los profesores están asombrados con tu desempeño, Ferdinand. Terminar dos cursos al mismo tiempo, no es sencillo".

"Bienvenido Ferdinand", me saludó la primera dama, quien venía junto a Aub, antes de que pudiera responder a Rozemyne.

Sentí la mano de Rozemyne sujetar con un poco más de fuerza mi brazo, aunque el cambio fue tan pequeño que dudé. La miré de soslayo un segundo, pero nada en ella pareció cambiar. Su sonrisa de dama estaba firme en su rostro. Su postura era elegante, erguida. Su rostro nunca bajó. Una candidata a archiduquesa perfecta. Lucía justo como recordaba a Lady Georgine.

"Pensé que te quedarías en la academia durante algunas semanas para observar a los estudiantes y elegir tu sequito" continuó la primera dama con la conversación.

"Eh estado observando eruditos potenciales durante las clases, Lady Verónica. Mis hermanos y hermanas dijeron que recomendarían estudiantes para mí, además buscare caballeros cuando termine el curso de erudición y de candidatos a archiduque", expliqué con una sonrisa.

"Pensé que era una broma de Hirschur, pero realmente estas completando el curso de candidato a archiduque en dos clases". Murmuró el Aub, parecía conmocionado.

"Tres en realidad. Obtuve el nombre de la pareja suprema la primera clase".

"¿Obtuviste el nombre de la pareja suprema…?"

Todas las miradas se dirigieron a Rozemyne tras su murmullo. Sus ojos observaban algún punto en la nada. Sus labios se movieron sin emitir sonido alguno. Pequeñas luces similares a las de una bendición salieron desde su brazalete, envolviéndola. Joseph me alejó de ella con rapidez, pero cuando las luces desaparecieron ella seguía ahí. Una sonrisa real iluminaba su rostro y sus ojos adquirieron un brillo que ahora rara vez veía. Sus brazos y pierna se alzaron en una oración.

"¡Alabados sean los dioses! ¡Gloria a los dioses!" gritó y una segunda explosión de bendiciones salió desde su anillo mientras ella se levantaba y giraba de forma similar a los giros de dedicación, "Ferdinand, vuelve al círculo mágico y ofrece una oración a la pareja suprema una vez más. Reza desde el fondo de tu corazón y agradece, ¡Alabada sea la pareja suprema que te ha permitido conocer su nombre!", celebró sin percatarse de las miradas aturdidas que la familia archiducal le dedicaba.

"Rozemyne, ¿de qué hablas?", preguntó su padre.

"¿Cómo sabes el lugar donde se obtiene el nombre de la pareja suprema?", preguntó ahora mi padre adoptivo.

Siguió girando un momento antes de detenerse y parpadear dos veces, recomponiéndose a su expresión habitual.

"No lo sé, pero escuché sus voces diciendo, 'no está completo, ahora tiene su voluntad divina, debe volver y orar'", explicó con calma.

"… hablaremos después sobre esto", decidió el Aub mirando a su hija.

"Debo volver al templo. Ahora." dijo ella con una mirada intensa, "Los dioses esperan."

"Esta bien… esto fue demasiado." Aceptó Aub. "Solo… ¿puedes dejar a Brunhilde en el castillo? Necesitamos hablar con ella".

Rozemyne miró a mi compañera, quien aceptó. Nosotros nos adelantaríamos al templo, así que le dejamos el carruaje a Brunhilde y nos preparamos para volver en highbeast.

"Ferdinand, ¿puedo montar contigo…?" me preguntó Rozemyne sin mirarme. Parecía avergonzada con su petición. "U-use mucho maná hace un momento… N-no tengo pociones que me ayuden ahora".

Tenía una poción experimental, pero el sabor era horrible. No se lo daría a ella hasta que mejorara la receta. Sonreí y formé mi caballo antes de tomarla de la cintura y hacerla montar.

"Sujétate para no caer", le pedí y sentí sus brazos apretarse a mi torso apenas monté. Use uno de mis brazos para sujetarla de la cintura, acercándola lo suficiente para poder cubrirla del frio usando mi propia capa.

Pronto llegamos al templo, nuestros asistentes grises esperaban por nosotros, de modo que estuvimos cambiados de ropa a la brevedad, usando nuestras túnicas azules. Volver al templo, era volver a casa.

Brunhilde llegó cerca de la cuarta campanada. Se veía un poco cansada.

Se reunió en el despacho con nosotros, revisando su trabajo pendiente por un momento antes de mirar a Rozemyne.

"Milady ¿usted sabia?" preguntó, confundiéndome.

"Sabia." Acepto ella, mirándola con una sonrisa suave, "No te dije nada porque quería que fuera tu decisión. ¿Puedo saber que respondiste?"

"Gracias, pero no gracias. No tengo intención de aceptar una adopción en Dunkelfelger, soy su asistente."

"Ser ascendida a candidata a archiduquesa es un gran honor y creo que te lo mereces. Cualquiera de ustedes lo merecería, y me llena de orgullo que te consideren de esta forma".

"Y lo agradezco, en serio. Pero, Milady. No dejare Eisenreich. No ahora."

"¿Estas segura?" preguntó.

"Lo estoy", respondió con una sonrisa confiada. "Cuando desarrolle mi detección de maná, podré considerar casarme fuera del ducado, pero hasta entonces, la serviré. Ya he rechazado la adopción de Aub Dunkelfelger y no cambiare de opinión".

Las observé a base sonreír y no pude menos de sonreír también, incrédulo. Brunhilde debió dejar una profunda impresión en el hijo de Aub Dunkelferger si la contactaron para ofrecerle una adopción.

.

Disfruté bastante de comer y cenar con Rozemyne. Cuando estuve listo para dormir, ella llegó. Ya era para mí una costumbre esperarla despierto cuando estaba en el templo para hablar un poco sobre todo y nada antes de quedarnos dormidos.

El día del agua llegó y regresamos a la academia. Me había olvidado de darle el circulo mágico del altar a Rozemyne, así que lo dibujé y lo guardé en mi habitación oculta. No quería olvidarlo por error.

Como los maestros sospecharon, antes de que terminara la tercera semana completé el curso de eruditos y candidatos. Mis compañeros también terminaron el curso de eruditos.

Ahora debíamos acreditar el curso de caballeros y asistentes, según estábamos organizados.

Las clases fueron más fáciles de lo esperado. El entrenamiento de mi padre adoptivo hace unos años había sido más intenso y, cuando Rauffen se dio cuenta de que tanto yo como mis compañeros parecíamos aburridos con las clases, tuvimos que contarle el motivo. Eso lo emocionó y dijo que, ahora que el curso estaba cambiando, bien podría solicitar una visita a Eisenreich para aprender el entrenamiento que hicimos y agregarlo a sus clases.

También me preguntó por mi gimnasio y las regaderas, lo había escuchado de los nuevos sacerdotes nobles de Dunkelfelger que nos visitaron en el verano y otoño. No tenía una respuesta. Podría vender los planos y especificaciones y cobrar comisiones por cada gimnasio y cuarto de baño con regadera nuevo que se hiciera.

'Hablaré de esto con mi padre adoptivo el fin de semana.'

Las clases finalizaron para mí sin que me percatara de ello, dejándome mucho tiempo libre. Philine, Grettia, Roderick y Brigitte se convirtieron en mi sequito permanente hasta que los de tercero y cuarto terminaran sus clases.

Fue emocionante descubrir una biblioteca a la que solo tenían acceso los candidatos a archiduque. En ese momento me alegré de manera genuina de haber aceptado la adopción.

'Rozemyne se matricula el próximo invierno. Seguro que le gustara venir aquí.'

Pasé mucho de mi tiempo libre con la profesora Hirschur desarrollando algunas herramientas mágicas que tenía en mente, incluida la herramienta de proyector. Mi supervisora de dormitorio parecía en verdad feliz con eso.

.

Notas de las Autoras:

Debido a que tenemos DEMASIADOS capítulos que queremos que lean, hoy estamos publicando dos capítulos y mañana dos más. Este es el primero del lunes.

SARABA