Hola! Continuamos!
La historia de LUCY HEARTFILIA.
Sabía que me estaba mirando, vio algo esa mañana en el restaurante y esperaba que se mantuviera indiferente a todo como siempre. Pero el día que Natsu Dragneel hiciera lo esperado, me caería un rayo del cielo. Aunque debo darle puntos por el intentar hacerlo pasar como un comentario sin importancia. Me hizo sentir mejor el arrastrarlo conmigo para averiguar sobre un asunto importante con referencia a mi hobby.
Quería ver si se vendería alguna de las pinturas que entregue de manera anónima y de paso admirar los trabajos ajenos. Mientras Belo caminaba con el señorito, aproveché para buscar a la curadora. Me dijo que no se había vendido ninguno aún, pero que eran bastante populares. Es la segunda vez que trato que se conozca mi arte, aunque no está saliendo demasiado bien. Tal vez no soy tan buena. Los encontré admirando una de mis últimas obras, la cual hice mientras estaba encerrada en la azotea del departamento el día de mi cumpleaños. No puedo describir la alegría que sentí cuando la compró, cómo pudo interpretar lo que sentí ese día. Soy una persona colorida, con un gran deje de soledad en mi interior. Sonará mal, pero es así. El único ser humano que realmente se preocupa por mí, es quien menos debería.
Esa noche Natsu me caía un poco mejor, no sería mi mejor amigo, pero estoy segura de que si dejo de pre juzgarlo tanto, podremos llevarnos bien – No es necesario que me acompañes hasta mi departamento. Tu padre no está mirando, tampoco Belo.
-Gracioso me saliste. Vivo en el 716 – Abrió los ojos sorprendido - ¿No lo sabías?
-No, no me dijiste nada.
-Pensé que era obvio ¿De verdad pensabas que te estaba siguiendo? – Por su cara, puedo entender que sí.
-Eso explica muchas cosas – Traté de no reírme, pero fue en vano
-Tendrías que ver la cara que estás haciendo.
-Solo estoy desconcertado.
-Se movió un poco tu mascara de perfección – dije con la sonrisa bailando en mis labios. No salió una sola queja de los suyos, pero tampoco me paso desapercibida la manera en que su mirada cambió.
-Iré a dormir. Que descanses Lucy – No espero mi respuesta, simplemente cerró la puerta en mi cara. Esta vez sí me sentí algo mal, quería que fuera una broma más, pero no creo que haya salido de ese modo.
Intenté pensar en qué había dicho mal, no es la primera vez que le digo lo de su máscara. O tal vez nunca mire a sus ojos para ver el cambio en su expresión como hoy. Al final de todo es solo eso, un simple disfraz usado para que nadie conozca sus verdaderos sentimientos. No podía dormir, me quedé pintando hasta las cinco de la mañana y no entendí lo que dibujaba, pero cuando volví en mí, tenía el boceto de un hombre sobre el lienzo – Ese no es él – intentar mentirme a mí misma es imposible – No debe ser él…
Me tiré en la cama con la intensión de dormir algo, pero lo que venía a mi mente eran los ojos sin expresión de Natsu. Tomé una de las drogas que usaba para conciliar el sueño y luego de 30 minutos caí rendida. Desperté al escuchar los fuertes golpes en la puerta, así como estaba fui a abrir – Tenemos una queja de nuevo, su vecino dijo que escucha ruidos fuertes durante toda la madrugada.
La odiosa recepcionista estaba haciendo la vez de casero – No he movido nada, solo estaba pintando sentada sobre mi butaca – Me dolía un poco la cabeza, mire la hora en la mesita de entrada; nueve de la mañana.
-Su vecino del 715 no opina lo mismo – rodé los ojos.
-Dígale a ese inadaptado que yo no me quejo cuando se pasa fumando yerba hasta el amanecer, y que la próxima vez haré ruido de verdad – iba a cerrar la puerta justo en el rostro de la amargada, cuando una voz interrumpió el silencio.
-No Jude, yo soy quien está indispuesto. Discúlpame con arquitecto – A quien había garabateado en el lienzo estaba con ropa deportiva, sudado de pies a cabeza. Para mi mala suerte, igual se veía apuesto - ¿Hay algún problema? – Le preguntó a la recepcionista. Ella solo suspiro por algunos segundos, hasta que volvió a preguntar.
-Sí, tuvimos una queja del vecino 715 ¿Usted escucho algún ruido molesto en la madrugada? – Se secó el cuello con la toalla.
-No – hizo un intento de ingresar a su departamento, más ella lo volvió a llamar.
-¿Y el resto de las noches? ¿Durmió bien? – Enarcó una de sus cejas.
-Como un bebé – disfrazo la molestia con una sonrisa - ¿Necesita algo más?
-No señor – Por primera vez desde que comenzó el interrogatorio me miró. Pasó saliva y se metió en su departamento si despedirse. La chica suspiró por su amable trato, yo quiero saber si le falta algún tornillo. Es evidente que lo último no fue para nada bueno, incluso se marchó sin más. De verdad lo molesté esta vez… y peor aún, ni siquiera lo había intentado.
La historia de NATSU DRAGNEEL
Me sorprendió que viviera tan cerca, con razón la veía hasta en la sopa y pensé que nos estábamos llevando mejor, incluso parecía una niña normal cuando reía. Pero su mención de la máscara por algún motivo que desconozco me molesto de sobremanera. Fui muy descortés con ella y no dijo nada que no fuera verdad. No pareció decirlo con mala intención, igual me sentí falso. Nunca muestro como realmente me siento, por más pequeña que sea la emoción tiendo a suprimirla y hasta ahora siempre ha funcionado; es un mecanismo de defensa
Esa noche tomé, no tanto como para embriagarme, pero los suficiente para poder dormir. Por la mañana no tenía ganas de verla, no me sentía dueño de mí mismo. Me coloqué los audífonos y fui a matar mi estado de ánimo en el gimnasio. Levanté más peso que de costumbre e hice muchas más series de las que normales. Aun así no lograba recuperar mi sonrisa fingida, por lo cual culpaba a Lucy Heartfilia.
Cancelé todas mis reuniones y le avise a Jude que fue decisión mía. Por lo menos de ese modo no culparía a su hija. Regresé al departamento, para mi mala suerte ella estaba ahí. Con un bata negra y un conjunto de lencería. Hablaba con la recepcionista así que traté de evitarlas, pero no pude ir muy lejos ya que ambas me observaban. Hablo sobre queja de ruidos y algo más, como yo no había escuchado nada, pensé que acababa ahí; aunque me equivoqué. Ahora esto de ser amigable me pasa factura. Justo como me había dicho Lisanna en el pasado.
Una vez que me duché, sequé y vestí; Me quedé admirando la pintura que compré, se veía muy bien una vez que estaba colgada. Los golpes en mi puerta interrumpieron el trance, menos mal me había puesto la ropa - ¿No te aviso tú padre? – Tenia las cejas curvadas hacía abajo.
-Sí, me dijo que es día libre por hoy – Lucy me miraba de brazos cruzados - ¿Te… Te molestó?
-¿Qué cosa?
-Lo que dije ayer – Ya estaba vestida de manera presentable.
-No, me lo has dicho muchas veces – Suspiró sonoramente y se paró derecha.
-Lo sé, pero… - me miro por entre las pestañas. Ya llevaba maquillaje, tal vez si la hubiera mirado mejor esta mañana, entendería que le pasó en el rostro.
-¿Pero? – Le estaba costando encontrar las palabras, eso me divertía un poco.
-No sé si sea necesario que me disculpe – Una risa murió en mi garganta ¿Ahora si quiere disculparse? ¿Y el resto de las veces que se comportó como una chiquilla?
-Deberías disculparte, pero no por lo de ayer – Me apuntó con el dedo.
-¡Entonces si te molesto! – Acaricie mi barbilla.
-Casi todo lo que has hecho me molestó – se encogió de hombros - ¿Por eso no planeas pedir perdón?
-Eso no te afectó el humor, además te lo merecías – seguíamos en la puerta y ya comenzaba a escuchar movimiento en los demás departamentos. Por lo cual le pedí que pasara. Desconfió un momento, pero luego accedió.
-¿Por qué me lo merecía? – No llegó a pronunciar palabra, estaba muy concentrada en la pintura colgada en la pared. Camino hasta ella y paseo sus dedos por el marco – Creí que no te gustaba.
-Me gusta – me coloqué a su lado y una vez que vi el brillo en sus grandes ojos chocolates mi molestia bajo algunos grados.
-… ¿Por qué ahora si quieres disculparte? – hable más calmado.
-Por primera vez no quería… - Me miró a los ojos – Lo siento.
-¿Por todo? – Pregunté despreocupado.
-La mayoría – Sonrió, parecía sincera – Porque logras sacarme de quicio, casi siempre.
-¿Haciendo qué? – De verdad no sabía que le molestaba tanto de mi actitud. A todos les encantaba que fuera afable y cálido.
-¿No te molestará que lo diga?
-No lo sé – sé cruzó de brazos y agregó.
-En ese caso no te lo diré – Parecía feliz de dejarme con la duda.
-En ese caso, tal vez debería decirle a tu padre para retomar las actividades de hoy. Así por lo menos entendería tu molestia – Arrugó la nariz y luego puso los ojos en blanco.
-Escondes cosas – levanté una ceja – Dices lo que todos quieren escuchar y no lo que piensas.
-¿Cómo sabes lo que pienso? – Volteó la cabeza, mirando a la ventana. No se ve nada más que el cielo desde aquí.
-Por supuesto que no lo sé – No podía ver su rostro, pero si un pedazo del moratón.; este se extendía hasta su oreja. Lo que sea que le haya dejado esa marca era grande cómo para cubrir su mejilla completa y parte del lóbulo.
-Entonces como sabes que no hago exactamente lo que estoy pensando – se volteó.
-Exacto – Mi ceja iba cada vez más arriba – Haces lo que piensas y no lo que sientes. Es diferente, lo que muestras al público no parece auténtico.
-Soy auténtico – nuevamente puso los ojos en blanco – y al final creo que si llamaré a tu padre.
-¡No! – Comprendí lo que quería decirme, eso no lo hacía menos frustrante. Lucy tiene razón – Prometo no fastidiarte una semana si me dejas el día libre.
-Dos – me tendió la mano.
-¿Tenemos un trato? – asentí y estreche su pequeña palma. Era muy diferente a Lisanna, ella expresa exactamente lo que piensa y siente. No mide sus comentarios u opiniones; por lo cuál le tengo algo de envidia. Es evidente que no tiene nada que ocultar.
Se despidió de mí poco después, odio admitirlo pero gracias a esa niña mejoró bastante mi mal humor. Aproveche el resto de la tarde para pasear por la ciudad, sin importar el rumbo que tomaría y sin necesidad de usar mi mascara más que un par de veces.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Nos vemos en el siguiente capitulo.
