Los personajes no me pertenecen.

Advertencias: Lenguaje soez, violencia. Algo cliché, personajes OoC. +18

Prohibido el plagio, solo está escrito en FanFiction por mí: clafer97. Si ven mi historia regada por otro lado, favor de comunicarme.

POV. Uraraka

n/a: abajo

¡Disfruten la lectura!

Yo debería hablarte de Usted, si acaso haz de merecer.

Abrí mis ojos de par en par para adaptarme a la luz del sol que se colaba entre las cortinas de la ventana de mi habitación y bostece profundamente al tiempo que estiraba mi cuerpo para despabilar mis músculos entumidos a causa de la inactividad de estos por la noche.

Me sorprendí al no sentir dolor en mi abdomen así que pensé en que tomar la semana de descanso no era necesario, de todas formas más tarde iría con la doctora Chiyo para que me revisara y me diera luz verde en continuar con mis actividades cotidianas. Ya después se los haría saber al maestro Aizawa o All Might.

Volteé a ver mi reloj de pared y marcaban las 10:00 a.m. aún era temprano así que comencé a cambiarme de ropa para salir a desayunar algo. Me puse lo primero que encontré que era mi uniforme azul de entrenamiento para estar más cómoda y al estar lista abrí mi puerta pero me detuve en seco al ver a alguien parado afuera de la habitación. Alce mi vista hacia arriba rápidamente para ver de quien se trataba y era nadie más que Deku. Los dos miramos mutuamente a los ojos y pude sentir como mis mejillas se sonrosaban al igual que las de él. El chico peliverde dio medio paso hacia atrás para guardar distancia al sentir su cuerpo tan cerca del mío.

—Ah… buenos días Uraraka. — saludó nervioso.

—Buenos días, Deku. — correspondí de igual manera, al parecer estaba a punto de tocar la puerta pero yo me había adelantado en abrirle. Fue inevitable no sentirme asombrada, ya que no era usual que me visitara.

—Te traje esto…—dijo inmediatamente tendiéndome una bolsa de supermercado delante de mí a lo que yo la tomé y pude ver de reojo que dentro de ella había muchas golosinas.

—Compre algunos de tus dulces favoritos. — comentó sonriéndome con los ojos cerrados.

—Gracias. — dije bastante encantada. — ¿A qué se debe? — pregunté algo confundida.

— Por tus heridas. — contesto automáticamente. —Mientras reposas. — justifico.

—-No te hubieras molestado. — dije apenada.

—No te preocupes. Me alegró que te gustara. — seguía sonriendo tiernamente mientras veía como miraba con ilusión todos aquellos dulces.

—Ni que lo digas. — reí.

— ¿Acaso ibas a entrenar?—preguntó bastante sorprendido y yo en ese momento caí en cuenta que vestía el uniforme de entrenamiento.

—Ah... no, no. — corregí. — Me lo había puesto para estar más cómoda, simplemente iba a ir a desayunar. —dije rápidamente aclarando la situación.

— ¿Gustas que yo te traiga algo? Creo que no fue buena idea después de todo regalarte dulces desde temprano. — su rostro mostraba vergüenza y yo inmediatamente quise remediar esto.

—No te preocupes, estoy bien. — pero apenas pude decir esto mi cuerpo traicionó a mis palabras ya que el dolor en el abdomen otra vez se había hecho presente y fue inevitable no externarlo ya que emití un pequeño quejido de dolor y llevé mi mano hacía la zona afecta por lo que Izuku se preocupó rápidamente.

—Deja que yo te ayude con eso, ¿qué se te antoja desayunar?— insistií pero yo me sentí avergonzada por la molestia que podría llegar a ser.

—Pero es que…— comencé a lo que él me interrumpió.

—Uraraka, deberás no es ningún problema, permíteme ayudarte. — dijo casi suplicante por lo que yo termine aceptando.

—Está bien… Tal vez tengo ganas de un sándwich dulce con frutos rojos. — reflexioné poniendo mi dedo índice en el mentón. Era lo más sencillo que se me había ocurrido para no quitarle el tiempo después de todo.

—No se diga más, entra a tu habitación y en seguida te lo traigo. —apenas acabo de decir esto se marchó rápidamente de mi habitación así que lo único que pude hacer es quedarme a esperar a que volviera.

Me adentré a la residencia y me senté a la orilla de mi cama esperando a que llegara, en eso sentí un cosquilleo en el estómago y esta vez no era de dolor sino todo lo contrario, tomé la almohada y solté un pequeño grito ahogado de emoción. Deku realmente llegaba a ser bastante lindo.

Me obligue a tranquilizarme ya que sentía que estaba siendo una exagerada, así que inhale y exhale profundamente para poder relajarme y no perder la cordura, abrí el cajón de mi escritorio al lado de mi cama y saque la dichosa pulsera.

Jugué con ella mientras la tenía en mis manos y pude apreciar cada detalle que había puesto, era algo sencillo pero bastante lindo a decir verdad, ¿sería lo correcto dársela? No lo sabía, algo en su interior le decía que aún no era momento. No me di cuenta en que momento me había quedado absorta en mis pensamientos perdiendo la noción del tiempo hasta que escuché como llamaban a la puerta. Volví a guardar rápidamente aquel objeto para ir a abrir la puerta y en mi rostro se dibujó una gran sonrisa al volver a ver a Midoriya.

—Bienvenido, otra vez.- bromeé.

—Traje lo que me pediste e inclusive un café capuchino como te gusta—comentó bastante animado a la vez que me tedia la caja con todo lo que me había comentado a lo que yo la tome entre mis brazos para llevarla dentro de mi habitación. Cuando estaba acomodando todo me percaté de que Izuku no había entrado, por lo que giré mi cuerpo para ver qué es lo que estaba pasando.

— ¿Tu no almorzaras?— pregunté.

—Ah… lo haré en la cafetería, no te preocupes. — se puso nervioso mientras desviaba su vista hacia otro lado, tal vez estaba así por si quiera pensar en entrar a mi cuarto, después de todo nomas estábamos él y yo; pero no es como si fuéramos a hacer que así que me acerque a él para tomarlo de la mano y "arrastrarlo" hacia dentro, fingió poner resistencia ya que fue fácil moverlo y cerré la puerta tras nosotros. Acomode una silla para que tomara asiento y yo sentarme frente a él

—Vamos te compartiré de mi comida. — dije mientras le repartía la mitad de mi sándwich. Midoriya lo tomo bastante nervioso y los dos comenzamos a comer. Fue inevitable no sentir la tensión por parte de él pero traté de no darle importancia.

Después de un par de minutos volteé de reojo hacia él y me sorprendí al ver como este comenzó a comer rápido, tal vez tenía mucha hambre o tal vez ya quería irse de ahí, después de todo nunca habíamos estado completamente solos en una habitación.

— ¿Hoy habrá alguna misión?—dije sacándole platica.

—No nos han dicho nada, tal vez este día sea libre aunque no es seguro— comento.

—Qué bueno, podrías aprovecharlo para entrenar por la tarde. — dije alegre.

—Sí, de hecho aún estoy viendo que mejoras le puedo hacer a mi traje con Hatsume. — me dijo y yo sentí fastidio al escuchar su nombre.

— ¿Han estado muy ocupados, no es así?— pregunte con intensión de saber qué es lo que pasaba entre ellos dos. Deku terminó de comer y comenzó a recoger su respectiva basura.

—Algo, he aprendido bastantes cosas de las cuales le puedo sacar más provecho a mi Quirk por lo que ha sido importante estar con ella. — decía y yo solo lo miraba en silencio. —Inclusive ayer que salimos de misión me di cuenta que había sido excelente idea la mejora que hizo. Es bastante buena en lo que hace. —complementó.

—Qué alegría. — corte intentando no ser suficientemente obvia.

—Sí, fue bueno. — dijo mientras se preparaba para retirarse.

Volvió a cruzar por mi mente si era prudente darle la pulsera o no pero al haber mencionado nuevamente a Mei me dio un vuelco al corazón.

—Bien Uraraka, creo es momento de que me vaya. — dijo sonriéndome. Estaba volteando a otro lado así que tome rápidamente del cajón la pulsera sin que se diera cuenta y cuando lo volteé a ver me di cuenta que aún estaba mirando a otro lado. Pensé en mis posibilidades y reflexionando si era lo mejor, ¿de verdad lo haría?

— ¿Qué harás?—pregunté para desviar la atención pero instantáneamente me di cuenta que me había visto muy chismosa por lo que me recrimine a mí misma en mi mente.

—Iré con All Might y tal vez mas tarde con Mei si es que no hay alguna misión de por medio— contesto sin problema como si no hubiera actuado tan metiche, caminó hacia la puerta estando a punto de irse cuando lo llame.

— ¡Espera Deku!— grité y él se volvió hacia a mi expectante de lo que le iba a decir pero en ese momento me arrepentí.

— ¿Si? — pregunto. Me quede helada por un par de segundos hasta que volví en sí cambiando totalmente de tema. Qué vergüenza.

—Ah… espero estos días poder entrenar contigo. — dije finalmente. Agh, idiota.

—Por supuesto. Si nos dan el día libre podría ser mañana o pasado mañana, dependiendo de cómo te sientas, claro. — Sugirió y yo solo sonreí.

—Sí, de hecho iré con la doctora Chiyo para ver si puedo entrenar mañana y continuar con las misiones. — dije como si en verdad fuera mi intención decirle eso.

—Bien nos vemos. — se despidió y yo lo vi alejarse de mi habitación desde el marco de la puerta, contemple su cuerpo enfocándome en su espalda y sus brazos y fue inevitable no sentirme atraída a él, en verdad Midoriya se había puesto muy guapo. Cuando se perdió en los pasillos yo suspire y me adentre nuevamente en mi cuarto soltando un suspiro de derrota.

Más tarde iría con Chiyo por lo que repasaría un poco las tareas teóricas en la academia y sirve que también haría las de Bakugo.

Bakugo… pensé. Es cierto.

¿Debería seguir en pie lo del pacto? Deku era tan lindo conmigo… no podría seguir haciendo cosas a sus espaldas… y menos intentar darle celos aunque él no lo supiera en realidad. Pensé que tan conveniente podría ser ya que tal vez la que saldría perdiendo sería yo. Mordí mi uña del dedo pulgar pensando en mis posibilidades pero no estaba segura de que hacer, así que me recosté boca arriba de mi cama para tomar una pequeña siesta, después de todo lo necesitaba.

Cuando desperté después de un par de horas decidí que lo mejor era ir al consultorio de la doctora Chiyo, salí de mi habitación comenzando mi recorrido y en el camino me encontré con mis demás amigos que se encontraban en un área de descanso. Al parecer estaban platicando.

— ¡Ochaco! ¿Ya estas mejor?—saludo mi mejor amiga Tsuyu mientras los demás volteaban a verme expectantes.

— ¡Uraraka!— dijeron otros cuantos alegrándose de verme.

—Si estoy bien, iré con la doctora Chiyo para asegurarme de que ya todo este bien — dije algo apenada por toda la atención que estaba recibiendo.

—Bien, espero te recuperes. —dijo Momo con entusiasmo.

—Gracias chicos. — sonreí. — ¿Saldrán de misión?—pregunte por ultimo antes de irme.

—Sí, haremos un breve recorrido, y ya en la noche nos juntaremos a cenar, ¿vienes?—pregunto Kaminari.

—Claro, nos vemos en la noche.— dije alejándome del lugar para llegar a mi destino y cuando por fin llegue toque la puerta un par de veces antes de que la doctora me recibiera.

— ¡Oh Ochaco! Te ves muy bien. — dijo la pequeña doctora mientras me recibía en su consultorio y me hacía pasar.

—Hola, doctora. — saludé mientras ingresaba.

—Bien quiero examinar el golpe— comentó y después de esto yo me alce mi ropa dejando expuesto la zona afectada. Miro detenidamente el lugar para después sonreír.

—Todo está en perfecto estado ya nomás parece como si tuvieras un hematoma gigante. — comunico y después me volví a acomodar mi ropa y pensé en el dolor que me había dado cuando estaba con Deku así que decidí notificárselo.

—Hoy por la mañana me dio una punzada de dolor, aunque fue fugaz pero lo sentí fuertemente—comenté preocupada.

—Es normal debido al musculo que se está recuperando, nada de qué preocuparse. Solo sigue tomando tus analgésicos—contesto con una sonrisa mientras se dirigía hacia su escritorio.

—Haré un reporte dirigido a tus profesores para que te dejen ir a misiones nuevamente. — dijo mientras tecleaba en su computadora.

— ¿Y Cuándo será eso?—pregunte intrigada.

—Podrías comenzar pasado mañana, inclusive si quisieras seguir entrenando, hazlo. — dijo con una sonrisa en su boca. Me alegre al escuchar esto ya que podría aprovechar el tiempo, todo iba bien.

—Gracias doctora, nos vemos después. — me despedí y agradecí por la atención que me había brindado, después de esto decidí dar una pequeña caminata, de cualquier manera me ayudaría a despejar mi mente.

Me senté en una banca después de 10 minutos de paseo y toque mi bolsillo trasero de mi pantalonera dándome cuenta que había escondido la pulsera conmigo, tal vez era momento de hablar con Deku. La volví a guardar y antes de ponerme de pie para continuar mi camino y buscarlo vi al otro lado del campus a la persona de la cual había pensado.

— ¡Deku!—le grité mientras me incorporaba sobre mis pies para llamar su atención pero este al parecer no me había escuchado así comencé a seguirlo y pude notar como se había perdido entre los pasillos.

— ¿Deku? — volví a preguntar pero no obtuve respuesta. Detuve mi caminar pensando en donde pudo haberse metido hasta que lo volví a ver a lo lejos como daba la vuelta por el área de laboratorio. Acelere mi paso para alcanzarlo pero nuevamente se había perdido de mi vista.

Al darme cuenta del área en donde me encontraba deduje que tal vez iría con Hatsume por lo que fui directamente al laboratorio en donde ella siempre hacía sus experimentos. Tal vez se iban a ocupar con las mejoras que me había mencionado Deku por la mañana, así que solo opte por ir a saludarlos e irme.

Me acerque al aula y con cada paso que daba iba incrementando mi inseguridad, no sabía si entrar o no ya que sentí un mal presentimiento pero cada vez estaba más cerca por lo que no decidí arrepentirme, de todas formas, solo estaban trabajando, ¿no es así?

Lo primero que me alerto fue el hecho de no escuchar ningún ruido, Hatsume solía ser muy ruidosa pero esta vez el silencio fue el protagonista, mis manos comenzaron a sudar y mi corazón latía cada vez más rápido, sentí como mí alrededor se distorsionaba hasta que empuje la puerta suavemente hasta abrirla un poco.

Asome mi cabeza dentro del laboratorio y después de esto sentí como mis ojos se abrían con sorpresa y mi alma abandonaba mi cuerpo, Deku estaba dándome la espalda mientras Hatsume estaba "encima" de él plantándole un profundo beso.

Entre abrí mi boca incrédula de lo que estaba presenciando así que me aleje rápidamente de ahí sin hacer ningún ruido y mis piernas temblaron, como si en cualquier momento fuera a caerme por lo que busque abandonar inmediatamente aquella área y cuando estuve a varios metros de ahí me recargue sobre una pared hasta dejarme caer poco a poco al frío suelo. Respiraba con dificultad por la escena impactante que acababa de ver y mi primer pensamiento fue auto engañarme de que todo había sido una mentira, a Deku no le atraía Hatsume, ¿o sí? Hasta ese momento desconocí que era verdad o que era mentira así que pensé que tenía que hablarlo con alguien.

Saque rápidamente mi celular pero mis ojos se encontraban llenos de lágrimas por lo que mi visión se volvió completamente borrosa, quise llamarle a Tsuyu así que seleccione el primer contacto que me había presentado mi celular pero no me di cuenta a quien realmente le había marcado. Así que solamente comenzó a dar a línea y esperaba a que contestara mientras yo sollozaba quedamente.

—-¿Si?- contesto una voz bastante ronca que evidentemente no era la de Tsuyu. Me extrañé ante esto así que aleje el dispositivo móvil de mi oreja para ver en la pantalla a quien le había marcado, talle mis ojos para despejar mi vista y al parecer le había marcado por error a Bakugo.

— ¿Uraraka? — volvió a hablar pero esta vez bastante confundido. No respondí nada pese a que se escuchaban mis mocos así que decidí colgarle sin decir nada.

Mi celular vibró indicándome que me estaba entrando una llamada y al verlo pude darme cuenta que era el rubio devolviéndome la llamada pero yo lo mandé directo a buzón ya que no quería saber de nadie en este momento, me había arrepentido de intentar hablar con alguien, de hecho no quería saber nada del mundo alrededor.

Me abrace a mis rodillas buscando consuelo para tratar de calmarme y en eso me acorde de la estúpida pulsera, la mire con odio así que la aventé sobre el balcón del pasillo sin importarme quien pudiera encontrarla. Por suerte esa tarde no había nadie en los pasillos de la UA por lo que retomé llorar en silencio mientras intentaba calmarme.

Pasaron un par de minutos hasta que decidí tranquilizarme e irme a mi habitación, recordé que esta noche era la cena pero verdaderamente no tenía ganas de nada. Sabía que no era el fin del mundo y que la vida no se iba a acabar, solamente que esta vez sí había sido muy duro para mí.

Me puse de pie y caminé pesadamente para llegar a mi cuarto, la distancia pese a ser corta se me había hecho una eternidad, así que cuando llegue lo único que hice fue tumbarme en la cama boca abajo hundiéndome en mi miseria, traté de dormir como si eso fuera a solucionar mis problemas pero mis planes habían fracasado al escuchar como alguien llamaba a mi puerta. Lo ignore por completo para que no me molestaran pero al contrario de eso solo escuche como volvían a tocar pero más fuerte que la vez anterior.

Gruñí con fastidio, al parecer aquella persona no se iba a dar por vencida y no tenía idea de quién diablos era, así que me obligue a ponerme de pie para abrir pero antes de esto me dirigí al espejo para ver qué tan mal me veía y si es que podría arreglarlo pero al ver mis ojos súper hinchados iba a ser un total fracaso. Los toques se escucharon nuevamente así que fui a abrir inmediatamente y al hacerlo pude ver que se trataba de Bakugo por lo que lo miré bastante sorprendida. Comencé a pensar porqué estaba ahí y recordé que le había llamado por error y que había escuchado como sollozaba. Mierda, que vergüenza.

Me vio inclinando su cara con aburrimiento y no supe que decirle, esto no era muy común por lo que no había podido pensar bien de qué manera reaccionar.

—Te ves del asco. — dijo por fin mientras me veía.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté ignorando completamente la ofensa y en eso rodó sus ojos con pesar

—Sabes Uraraka. —comenzó con tono amenazante mientras acerca su rostro al mío provocando que me pudiera nerviosa. — No me importa la vida de las demás personas incluyendo la tuya. — ¿Gracias? Pensé, pero no interrumpí ya que al parecer aun no había terminado de hablar.

—Pero no soy lo suficientemente mierda para ignorar el hecho de que me hayas marcado a mí para escucharte como llorabas. —dijo enfatizando el "mi". Pensé en que sería prudente contestarle pero no tenía ánimos de dar explicaciones.

—Te marque por error. — dije simplemente. Ni más, ni menos, solo la verdad. —Ya estoy mejor. — complementé como si le importara.

—Bien, entonces vamos a la cena. — ordenó.

—No me interesa. —dije dejándolo plantado al marco de la puerta mientras me iba nuevamente a mi cama para acostarme.

— ¿Por qué no? —gruñó entre dientes desde su lugar.

— ¿Por qué a ti si? —contesté abrumada por su presencia, no me estaba ayudando de nada.

— ¡Pues el pacto estúpida!— regañó exasperado.

—Ah… eso. —dije sin ánimos.

—Vamos vístete decentemente para ir, ahora más que nada necesito de tu ayuda para los exámenes. —

—Tal vez ya será mañana. —Dije mientras me hacía un ovillo con mi cama. —Si te preocupan las tareas no te preocupes las seguiré haciendo. —

— ¿Ya no vamos a continuar con el pacto?—dijo expectante.

Me senté a la orilla de la cama pensando en esto y mi mente volvió a revivir todo lo que presencie por la tarde, me olvide por completo de la presencia de Bakugo por lo que me termine hundiendo en mi propios pensamientos comenzando a desasociar las cosas de mí alrededor y las lágrimas comenzaron a derramarse por mi rostro.

Estaba cabizbaja por lo que no supe si Bakugo seguía ahí o no hasta que vi cómo me tendía un pañuelo posicionándolo frente a mi rostro, lo volteé a ver con mis ojos llorosos sin entender el gesto amable que había tenido hacia conmigo y me pude dar cuenta como este lo sostenía sin mirarme, como si lo estuviera evitando. No lo pensé más y lo tomé de su mano para limpiarme los mocos y a su vez mis lágrimas.

Me sentí una idiota por estar dando ese espectáculo pero me fue inevitable que el sentimiento me asaltara en ese momento. El rubio se sentó a un lado mí con una distancia prudente en la que no invadiera mi espacio personal y a decir verdad, después de esto comencé a relajarme. Es como si eso fuera su intento de consolarme pero realmente sin saber cómo.

—Mentiste. — dijo seriamente refiriéndose a lo que le había dicho que estaba bien cuando no era así.

—Perdón, esto no era parte del trato. — me sentí bastante apenada con él. Reino el silencio un par de minutos antes de que el volviera a hablar.

—Ayer estuviste fatal. — dijo sin intentar ser imprudente con lo que me pasaba, tenía sentido el no querer involucrarse en mis sentimientos, después de todo, nuestra relación era bastante inusual.

—Lo sé, necesito mejorar. — comente con mi voz ronca.

—Podría ayudarte a entrenar. —propuso y yo me extrañe ante esto.

—Tampoco es parte del trato. — reitere con una sonrisa mientras alzaba un poco mi mirada para verlo.

— ¿Quieres mi ayuda o no?—pregunto más exasperado que antes, algo me decía que ya le había colmado la paciencia así que lo único que pude decir fue soltar una pequeña risita.

—Bien. —dije un poco más tranquila, sorbiendo mis mocos.

—No creas que lo hago de a gratis, todo tiene un precio. — reprocho volteándome a ver bastante enojado y yo lo miré confundida por su comentario.

— ¡Pero si tú te ofreciste!— reproche un poco más calmada.

— ¡Ya dije!—sentencio y estaba a punto de reclamar pero mejor guarde silencio.

— ¿Está bien?— dije resignada con una media sonrisa en mi rostro. — ¿Cómo les fue en la misión?—pregunte para continuar desviando la atención sobre lo que acaba de pasar, era una escena bastante surrealista pero debía admitir que me sentía más calmada.

—Mejor que ayer, hoy no hubo ningún monstruo, por suerte. — contesto igual de sereno.

—Tal vez yo fui la mala suerte. —dije mientras me ponía a pensar en esto.

—No te creas tan importante. — sentencio y yo infle mis mejillas ofendida.

—No puedo creer que no tengas sentido del humor. —

— ¿En serio?— preguntó sarcásticamente, obviamente con él nunca se podía bromear.

—En realidad no, transpiras rechazo hacia los demás. Deberías ir a terapia. — dije como si nada.

—Me desagradan las personas. —

— ¿En serio?—pregunte imitando su sarcasmo de hace poco y este solo me volteo a ver con el ceño fruncido.

—Si mañana te sientes mejor podemos entrenar por la tarde, te espero en el gimnasio a las 4:00 pm. No tardes. — dijo a modo de despedida mientras se levantaba para salir de mi cuarto. Yo me quede en silencio y él se giró hacia a mi antes de irse, al parecer estaba esperando una respuesta de mi parte.

— ¿Te sientes mal?—pregunto

—No. — conteste.

— ¿Te duele algo?—

—No. — volví a responder algo incomoda.

—Entonces si te interesa mejorar deja de lado las estúpidas excusas. Si no vas y me entero que estas perfectamente te pateare. — me sorprendí ante esto pensando que era una broma.

—Ah... Okay. — conteste no muy convencida.

—Bien, adiós. — dijo y se retiró de mi habitación dando un leve portazo. Admitía que todo eso había sido bastante extraño pero al menos la ayudo en despejar su mente. La manera de ser de Bakugo era pesada pero lo había sentido bastante agradable, me había hecho olvidarme un poquito de mis pensamientos por lo que me sentí bien de cualquier manera y eso era algo de lo que estaba agradecida.

—00—

En cuanto me levanté decidí correr unos cuantos kilómetros por la cancha del campus, no era fan de hacer ejercicio tan temprano pero sentía que verdaderamente necesitaba mantener su mente ocupada para que no la invadieran sentimientos negativos por lo que había pasado ayer.

Estaba escuchando música en mis audífonos con el volumen al máximo así que eso me ayudaba a ignorar a mí alrededor, por lo que solo era la música y yo en ese momento pero lamentablemente su mente no la dejaba estar en paz por lo que me encontraba en una lucha constante sobre que debía hacer de ahora en adelante, si debía hablar con Deku o alejarse… Sacudí mi cabeza ante ese pensamiento, no me iba a presionar a mí misma sobre tomar una decisión inmediata, así que dejaría que las cosas fluyeran.

Seguí corriendo perdida en mis pensamientos hasta que sentí la presencia de alguien detrás de mí, por lo que me quite un audífono mientras me aseguraba de quién podría ser y me sorprendí que se trataba de Deku, que me había alcanzado con facilidad poniéndose a la par de mi cuerpo. Me puse nerviosa y comencé a temblar pero me obligue a guardar la compostura para no perder la calma.

— ¡Buenos días Uraraka!.— saludó mientras corría.

—Buen día. — conteste a secas. Me sentía extraña hablándole así pero verdaderamente no quería hablar con él, y no fue difícil que él se diera cuenta por lo que me miró confundido por mi actitud. Baje la velocidad y el conmigo ya que pensé que era lo mejor irme y no seguir platicando con él.

— ¿Sucede algo, te sientes mal? Ayer ya no tuvimos oportunidad de volver a vernos — dijo mientras trataba de recuperar el aliento y sentí como la furia se apoderaba de mí ser al escuchar la palabra "ayer" así que decidí cortar la plática y seguir con lo mío.

—Si estoy perfectamente, si me disculpas tengo cosas que hacer. — conteste con una sonrisa fingida mientras me despedía de él y me alejaba en la dirección contraria.

—Uraraka…- me llamó pero ignore totalmente sus palabras mientras me perdía en el camino. Me sentí culpable por haber sido grosera con el e inclusive considere el regresar a pedir "perdón" pero me aguante para no hacerlo, así que simplemente me marche.

No sabía bien a donde me dirigía así que tomé asiento en una banca y saque mi celular para ver qué hora era, y me sorprendí que apenas eran las 10:00 AM, tal vez era momento de desayunar para después ir a llorar. Me levanté para ir hacia la cafetería y en el trayecto me había encontrado con Tsuyu.

—Buenos días, Ochaco. ¿ya estas mejor?— saludo y yo le sonreí correspondiendo el gesto.

—¡Hola Tsuyu! Si, de hecho ayer me la pase reposando mis heridas. — "mentí"

—Con razón no te vi ni en la cena, pero que bueno que ya estés mejor, ¿ya vas a poder realizar misiones? —pregunto intrigada.

—Si al parecer hasta mañana—conteste alegre. En ese momento quise contarle todo lo que había tenido que pasar el día anterior y llorar en su hombro buscando consuelo pero simplemente me limite a mantenerme al margen y actuar como si nada hubiera pasado. No quería armar una escena ahí después de todo, ya luego le contaría la verdad cuando estuviera más tranquila.

—Me alegro. — dijo amablemente. —Esta noche habrá una fiesta y toda la clase A, asistirá, ¿vienes? Si es que no te sientes mal. — invito y yo lo pensé un poco.

— ¿Una fiesta? Pero si se acaban de juntar ayer, ¿no? —pregunte confundida, no era normal que se la pasaran juntándose y menos dos días seguidos.

—Si pero estuvo bastante aburrida por lo que mejor optaron por hacer un "pequeño convivio" hoy—explicó y yo me quede pensando en esto.

—Ah bueno… supongo que si iré entonces. — no estaba segura de ir pero no quería dar explicaciones si le decía que no así que solo mentí, ya después le inventaría que se había sentido mal.

—Súper. — contesto. — ¿vienes a almorzar?—

—Para allá iba. — afirme con entusiasmo y las dos partimos hacia la cafetería.

Al llegar pedimos de almorzar y comenzamos a hablar de temas sin sentido, nos reíamos y nos sorprendíamos de las novedades que había en la UA y poco a poco fueron llegando nuestros demás amigos como Momo, Shoto, Kaminari, Kirishima, Mineta, Iida, Mina y hasta Bakugo.

— ¡Ochaco!— saludaron al verme.

—Hola chicos. — correspondí el saludo.

—Nos enteramos que estabas herida pero al parecer ya todo sigue mejor, ¿eh?— pregunto Iida observándome con una sonrisa.

—Si, a decir verdad no entiendo porque me dieron una semana, ayer fui con la doctora Chiyo y dijo que todo estaba perfectamente bien— dije mientras le enviaba una mirada disimulada al rubio que solo gruño por lo bajo.

—¡De lujo!.— menciono Mina igual de alegre.

—Eso significa que iras a la fiesta de la noche, ¿no es así?—me pregunto Mineta.

—Claro, estoy más que puesta. — volví a mentir.

Las horas se fueron volando después de seguir platicando por lo que después de un rato cada quien se fue para hacer sus respectivas actividades y yo aproveche a irme a mi habitación para tomar un baño, aún faltaba una hora para la hora que había acordado Katsuki de entrenar así que decidí relajarme un poco antes de irme.

Tomé una ducha y al salir del baño me puse mi uniforme de entrenamiento color azul de la UA para después dirigirme al gimnasio donde muy seguramente Bakugo ya estaría esperándome.

Al llegar a mi destino pude darme cuenta como Bakugo ya había empezado, su entrenamiento constaba de correr para hacer estallar unos obstáculos instalados en el suelo y en el techo del luchar para así ser más dinámico. Pude darme cuenta que era bastante rápido ya que se movía con mucha agilidad entre sus objetivos y lo miré bastante asombrada por el desarrollo que había tenido de sus habilidades.

— ¿Qué, te vas a quedar viendo todo el día? —me pregunto mientras hacía explotar un último obstáculo y yo me puse nerviosa ante esto. —Con que viniste. — dijo seriamente mientras se acercaba a mí.

— ¿Ya habíamos quedado, no?—pregunte recuperando mi postura.

—Llegas tarde. — regaño. — ¿ya calentaste?—

—No— dije avergonzada.

— ¿Y qué esperas?— fruncí el ceño pero fui obediente por lo cual comencé a calentar estirando mis músculos hasta que estuve lista.

—Bien, de algo de lo que pude darme cuenta es que eres demasiado lenta. — dijo a manera de conclusión y yo lo mire con reproche.

—A que no— mentí a sabiendas que si sabía eso.

—Como sea. — comenzó mientras daba unos cuantos pasos lejos de mi posicionándose al frente. Adopto una pose relajada por lo cual me sorprendí ante esto esperando a saber qué es lo que estaba tramando. No era el mismo de cuando fueron los exámenes que me tuve que enfrentar ante él que en ningún momento había bajado la guardia pero esta vez era diferente.

—Ven atácame. — dijo tranquilamente. Su orden había sido directa pero aun no entendía a qué quería llegar con eso, así que me limité a obedecer y salí corriendo directamente hacia él para poder darle un golpe y al intentarlo este lo esquivo con facilidad. Me saque de onda ya que había actuado lo más rápido que pude así que comencé a asestar más golpes que él evadía con facilidad por lo que paré para tomar aire por el agotamiento sintiéndome completamente humillada.

—Ves a lo que me refiero. — regaño.

— ¿Por qué no me atacaste?—dije enojada y este levanto una ceja.

— ¿Acaso quieres que te mate?—pregunto expectante.

—No lo harías. — reproche.

—Quizá. — corto mientras lo miraba con el ceño fruncido ante su comentario.

—Un consejo que podría darte es que dejes salir tu furia. — ¿Ah? — Piensa en algo que te haga enojar. — aconsejo y no lo pensé dos veces antes de cerrar mis ojos y concentrarme en lo que me había pedido así que comencé a recordar todo lo que había pasado con Deku y de pronto sentí una extraña energía negativa que emanaba de mi cuerpo y Bakugo se percató de esto.

—Eso es. —dijo bastante excitado. — Ahora vuelve a atacarme. — ordenó y esta vez sentí mi cuerpo moverse más rápido que antes y aunque él seguía evadiendo mis golpes ahora podía alcanzar a darle pequeños roces con mis puños hasta que lance un golpe más potente que provoco que esta vez el rubio se tuviera que defender lanzándome a unos cuantos metros lejos de él. Inhalaba y exhalaba tratando de recuperar el aire, ya que esta vez sí había sido más intenso.

—Bien, esa es la idea pero ahora canaliza tu furia. — dijo acercándose a mí mientras yo alzaba mi vista con duda, yo pensé que eso había sido suficiente.

— ¿Qué? —preguntó alzando su ceja. — No pensaras en que solo es estar enojado y ya, ¿o sí? Controla tus movimientos. — me dijo mientras estiraba parte de su cuerpo. —No quiero ni imaginarme al futuro idiota de tu novio cuando estés enojada. — dijo soltando una carcajada, yo lo mire seriamente sin ánimos. ¿Ahora quien me quitaba lo enojado? —Estas perfectamente en condición solo te falta pulirlo. — dijo mientras se ponía a seguir entrenando por su cuenta.

— ¿Eso es todo?—pregunte asombrada.

—Sí, te pondré a prueba hasta que me conectes 5 golpes seguidos, por mientras ponte a entrenar. Te vendría bien agarrar condición en tu estado. — resople fastidiada ante su comentario así que solo alcance a imitar lo que estaba haciendo, obviamente adaptado a mis super poderes.

Seguimos así durante media hora y estaba tan concentrada en lo que estaba haciendo que no me había dado cuenta que Deku había ingresado al área de entrenamiento acercándose hacia mí, y al percatarme de esto comencé a ponerme nerviosa pensando en cómo podía sacarle la vuelta y volteé a ver a Bakugo pero este seguía haciendo lo suyo, inclusive no creo que hubiera sido de mucha ayuda de todas formas.

—Hola, chicos. — nos saludó a los dos y Katsuki solo gruño en respuesta a su saludo.

—Hola. — saludé mientras fingía seguir entrenando y este me miro con preocupación.

—Uraraka, ¿todo bien? Te he sentido extraña desde en la mañana—pregunto acercándose a mí.

—Sí, todo bien. — corté. — ¿Cómo me encontraste? —pregunté tratando de guardar la calma.

—Tsuyu dijo que tal vez podría encontrarte aquí. — Gracias amiga, pensé. Aunque en verdad ella no tenía culpa de nada, al fin y al cabo no sabía nada de lo que yo me había enterado. — Y no parece que estés bien, ¿acaso hice algo malo?— preguntó yéndose al grano, esto me puso a dudar si en verdad él sabía que yo sabía o en verdad mi actitud lo provocaba desestabilizar sus emociones.

—No, tal vez sean las hormonas. — mentí esperando que se lo creyera.

— ¿Quisieras salir a tomar un café conmigo para platicar?—me invito pero una furia interior comenzó a aflorar de mi ser, ¿en verdad quería seguir como si no hubiera hecho nada?

—No gracias, seguiré entrenando con Bakugo. — dije mientras el rubio se posicionaba a un lado de nosotros expectante por aquella situación.

—Vamos Uraraka, quisiera hablar contigo. — suplico pero en eso mi vista se nublo y apreté mis puños inconscientemente.

—No tengo nada de qué hablar contigo Deku. —dije entre dientes y sentí las miradas de asombro por parte de los dos chicos.

—Pero…— comenzó pero no lo deje terminar

— ¡Suficiente!— grite con lágrimas en mis ojos. —Estoy harta de ti y de tu estúpida "inocencia"— Escupí sin pensar en lo que estaba diciendo y este solo me miro impactado.

— ¿Pero de que estas hablando? — volvió a preguntar más impaciente. Dude si reclamarle ahí mismo pero ya no lo soportaba más, mi pecho no era ninguna bodega por lo cual terminé explotando.

— ¿Crees que no supe que besaste a Hatsume ayer?—solté de golpe, Deku solo me miró sin saber que decir mientras que Bakugo estaba totalmente impactado por mi declaración.

— ¿Cómo es que...?—empezó Deku.

— ¿Me di cuenta? ¿Es lo que de verdad te importa?— pregunté irónicamente.

— ¡No es lo que tú piensas, yo...!— dijo tratando de defenderse pero inmediatamente lo interrumpí.

—Oh… Claro que si es lo que yo pienso. — interrumpí.

—Uraraka déjame explicarte…— dijo rogando que lo escuchara pero en ese momento estaba tan molesta que no quería saber nada de él.

—¡Déjame en paz!.— grité fuera de mí.

—Uraraka...—susurro impaciente mientras se acercaba a mí pero en eso vi como Bakugo se acercó a Midoriya frenándolo al instante y le susurró unas palabras que solo pudo escuchar él, por lo que después de esto Deku me miró triste pero terminó dándose la vuelta para retirarse silenciosamente.

En ese momento mi corazón dio un vuelvo y estaba a punto de arrepentirme para ir detrás de él y escuchar su versión de la historia pero… ¿valía la pena? ¿Qué ganaba yo con eso? ¿Ser su novia? Me paré en seco sin saber que hacer por lo que me quede expectante de su partida mientras las palabras se ahogaban en mi garganta.

—Vaya, debiste haber tenido un golpe de realidad bastante duro. — dijo Bakugo mirándome con sus brazos cruzados.

—No quiero hablar de eso. — corte.

—No me interesa de todas formas. — en verdad a veces parecía competencia de ver quién era el más cortante entre los dos y resople con resignación. — ¿Aun quieres seguir con esto?—pregunto mientras esperaba una respuesta aunque no sabía a qué se refería.

— ¿De qué hablas, el pacto o el entrenamiento? —pregunté aburrida.

—El trato. — contestó.

— ¿Sería prudente?—resople.

—No. —dijo finalmente y yo solo suspire. —Yo pensé que en verdad te correspondía. — Auch, eso había dolido bastante. — ¿No quieres hablar con él?

—La verdad es que no. — corté.

—Bien. — dijo. — Ya veo porque ayer estabas más extraña de lo normal.— complemento pensativo pero yo no conteste nada. —En fin, la vida sigue Uraraka, animo— comentó mientras se alejaba de mí pero yo no quería que se fuera.

—¡Espera!— lo llamé, no sabía que decirle pero no quería quedarme sola.

—No… olvídalo. — dije arrepintiéndome de llamarlo, él no tenía por qué cargar con mis problemas emocionales, así que tal vez era mejor quedarme sola. Vi cómo me miraba incómodo y yo pensé que se iba a ir pero en vez de eso revolvió sus cabellos y se dirigió nuevamente a mí, sentándose a mi lado.

—¿Iras a la fiesta de hoy?—preguntó desviando un poco el tema.

—No lo sé. —dije no muy convencida.

—Aunque me gusta ver la miseria en los demás, extrañamente me incomoda la tuya, así que vamos. — sugirió.

—¿Me estas invitando a ir contigo?—pregunté con la ceja alzada.

—No solo iras conmigo, tienes más amigos, ¿Qué no?—dijo fastidiado.

—Lo pensaré —dije soltando un gran suspiro mientras me levantaba para irme

— ¿A dónde vas? — preguntó con frustración, ya que hace menos de 5 minutos le había dicho que no se fuera y la que se estaba yendo era yo. Era algo contradictorio de mi parte pero en verdad necesitaba irme.

Pensé en la dichosa fiesta y no sabía qué hacer, ¿en verdad podría ir y actuar como si nada? Me giré para ver a Bakugo que se encontraba con el ceño fruncido y mi mente se echó a volar, pensando que tal vez podría aprovechar para "véngame" de Deku y que mejor ir acompañada de aquel rubio por lo que sonreí con complicidad.

—Nos vemos en la noche. — dije despidiéndome de él.

— ¿Entonces si irás? — preguntó confundido.

—Claro que iré. — contesté con una sonrisa fingida en mi rostro.

—Estas loca. —

No tuve nada de reviewwws pero no importa, seguiré con la historia mientras tenga inspiración para poder terminarla y que no quede inconclusa y al parecer hasta ahorita siento que va a terminar siendo un Kachaco, con escenas de IzuOcha, lo siento.

Quiero volver a aclarar que esto es desde el POV de Uraraka, en realidad lo que saben ustedes lo sabe ella, me explico? Así que… ¿en verdad creen que Deku lo hizo conscientemente o solo fue un error? En fin, el próximo capítulo se tratara de la dichosa fiesta, ¿Qué creen que pase? Yo digo que nada bueno… o tal vez si? Bueno, nos vemos en el próximo capítulo. Bye!

PD: a quien le hablas we *(T.T)*