Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del libro "Desaparición para expertos" de Holly Jackson, yo solo busco entretener y que más personas conozcan este libro.


Capítulo 30

Otro pasillo lleno de miradas. Corrillos.

Bella mantuvo la cabeza baja mientras se abría paso hacia su taquilla. Ya habían acabado las clases, así que había habido tiempo de sobra para que el artículo se extendiera por todo el instituto, evidentemente.

Y no podía llegar hasta su casillero. Había un grupo del último curso justo delante, hablando en un círculo cerrado de mochilas. Bella se paró y los miró hasta que una de las chicas la vio. Abrió mucho los ojos mientras codeaba y hacía callar a sus amigas. El grupo se abrió de inmediato y sus compañeras se apartaron, dejando de lado los susurros y las risillas.

Bella abrió su casillero y metió los libros de Política. Al retirar la mano, notó un pequeño trozo de papel doblado que alguien debía de haber metido por la rendija de la puerta.

Lo agarro y lo abrió.

Con letras negras muy grandes, decía: «Es la última advertencia, Isabella. Aléjate».

El grito en su interior volvió a aparecer y trepaba por su cuello. Cuánta imaginación. La misma nota que Elliot Greengrass había dejado en su taquilla el pasado octubre.

Bella cerró el puño con el papel dentro, convirtiéndolo en una bola que tiró al suelo antes de cerrar de un portazo la taquilla.

Tori y Harry estaban esperándola detrás.

—¿Va todo bien? —preguntó Tori con preocupación.

—Sí —contestó Bella dándose la vuelta para caminar con ellos por el pasillo.

—¿Lo has visto? —preguntó Harry—. Hay gente que se lo está creyendo, dicen que les había parecido que era todo como demasiado elaborado. Como si hubiera un guion.

—Te lo he dicho mil veces —dijo Bella. Le salió una voz grave, transformada por el enfado—. Nunca leas los comentarios.

—Pero…

—¡Ey! —La voz de Sam gritó cuando doblaban la esquina tras pasar junto al departamento de Química. Él, Leah y Theo estaban detrás de ellos y venían desde la otra dirección.

Esperaron a que llegaran y se colocaran a su lado.

—Todo el instituto está hablando de ti —dijo Sam.

Bella vio que la estaba mirando de reojo.

—Es que todo el instituto está lleno de idiotas —dijo Tori acelerando el paso para colocarse al otro lado de su amiga.

—Puede ser. —Sam se encogió de hombros mirando a Leah—. Pero hemos pensado que… No sé, sí que es verdad que parece todo un poco oportuno.

—¿Qué es lo que parece oportuno? —dijo Bella. Y ahí estaba ese gruñido en su voz. Puede que nadie más lo escuchara, pero ella sí.

—Pues todo esto de Jamie —intervino Leah.

—Anda, ¿en serio? —Bella le lanzó una mirada de advertencia, intentando hacerle daño con los ojos—. Harry, ¿te parece oportuno que tu hermano haya desaparecido?

La boca de Harry se abrió, pero no estaba seguro de cómo responder y lo único que le salió fue un graznido entre sí y no.

—Ya sabes lo que quiero decir —continuó Sam—. Todo eso del impostor, para no tener que nombrar a un culpable, porque no existe. Que todo ocurriera la noche del homenaje de Sid y Billy. El cuchillo perdido y que lo encuentres junto a esa granja abandonada. Es todo un poco… oportuno, ¿no?

—Cállate, Sam —dijo Theo en voz baja, rezagándose para mantener la distancia, como si supiera que estaba a punto de pasar algo.

—¿Qué mierda dices, tío? —Tori se quedó mirando incrédula a Sam—. Vuelve a decir la palabra «oportuno» y te reviento.

—Eh, tranquila. —Sam se rio nervioso levantando las manos—. Solo he hecho un comentario.

Pero Bella no estaba escuchando sus comentarios porque le pitaban los oídos, como un silbido estático roto por su propia voz que le preguntaba: «¿Colocaste tú el cuchillo? ¿Podrías haber colocado el cuchillo? ¿Jamie ha desaparecido? ¿Layla Mead es real? ¿Algo de esto es real?».

Y no sabía cómo podía seguir andando porque no se notaba los pies. Solo sentía una cosa. El grito se le había enrollado en la garganta, apretándola cada vez más, como si buscara su propio final.

—No me enfadaré —estaba diciendo Sam—. Sinceramente, si todo esto está preparado, me parece una idea increíble. Solo que, eso, te pueden pillar. Y no nos dijiste nada a Leah y a mí.

Tori no aguantó más.

—O sea, que básicamente estás llamando a Harry y a Bella mentirosos, ¿no? Madura un poco, Sam, y deja de dedicar tu vida a ser un pendejo.

—Oye —lo defendió Leah—. Eres tú la que está siendo una pendeja.

—Ah, ¿sí?

—Chicos… —dijo Harry, pero la palabra se perdió en cuanto la pronunció.

—¿Dónde está Jamie? —preguntó Sam—. ¿En algún hotel de lujo o algo así?

Bella sabía que solo la estaba haciendo rabiar, pero no podía controlarlo, no podía…

La puerta doble se abrió al final del pasillo y apareció la directora, la señora Morgan, con los ojos entornados y la mirada encendida.

—¡Bella! —gritó desde el otro lado del pasillo—. Tengo que hablar contigo urgentemente, antes de que te vayas a casa.

—Te han pillado —susurró Sam provocando una risotada en Leah—. Venga, se acabó el juego. Ya nos puedes contar la verdad.

Pero bajo la mirada de Bella todo se había convertido en fuego.

No podía controlar los pies.

Balanceó estrepitosamente los brazos.

Golpeó las manos contra el pecho de Sam, lo empujó, arrastrándolo con todas sus fuerzas por el ancho del pasillo.

Lo golpeó contra los casilleros.

—¿Qué…?

Bella apretó el antebrazo contra el cuello de Sam, impidiendo que se moviera.

Lo miró fijamente a los ojos, aunque los suyos se habían quemado hasta quedarse en cenizas, y lo soltó.

Le gritó en la cara. Un alarido que le desgarró la garganta y le llenó los ojos de lágrimas, alimentándose de aquel agujero sin fin que tenía en el estómago.

Bella chilló y en ese momento solo existían ellos: ella y su grito.


NOTA:

Pobre Bella, todo se le esta complicando y Mike quedo como un inocente.

Hoy les traigo 4 capitulos porque ya termine de adaptar este libro, gracias por esperarme con paciencia, gracias por todos los reviews y las lecturas.

Nos leemos mañana.