Capítulo 6.5 – Responsabilidad, Parte 2 – Determinación Parte 2


Puente Akemi, Odaiba, 11 de julio de 2005, 17:58 hrs.

Mimi sintió que fueron minutos lo que todos corrieron sin detenerse, evitando a las patrullas estacionadas en los alrededores del parque. Yamato y Kirishima habían entrado al parque para sacar a todas de allí, escondiéndose para no ser interrogados por la policía, ya que esta vez ellos no habían actuado bajo el cobijo de la agencia a la que pertenecía el Profesor Nishijima.

Luego de alejarse a más de 5 cuadras del parque, Koushiro, sin dirigirle la palabra a Mimi, abrió la puerta al ciberespacio en la laptop para evacuar de emergencia a las malheridas Palmon y Meicoomon. El resto de los digimons se encargaron de darles los primeros auxilios, con los materiales que Momo había creado poco antes de la batalla contra Alphamon.

Ya habiendo evacuado a los digimons heridos, hubo un consenso entre todos de llegar al sitio de reuniones en el puente Akemi. Iida, junto a Todoroki, Uraraka, Jirou y Kaminari preguntaron a Momo si ella se encontraba físicamente bien, mientras la chica creaba compresas frías para sí misma y les respondía que sí. Solo aquellos que participaron en el rescate de Bakugo, y el mismo rubio explosivo, notaron que la chica permanecía perdida en sus pensamientos, respondiendo en automático.

Una vez que todos entraron a un quiosco en el punto de reunión, estos podían escuchar aún el ruido de los helicópteros a lo lejos. Las chicas de U.A. y Odaiba se sentaron en los asientos, mientras que los chicos las rodearon, excepto Bakugo e Iida, el primero, separado al estar vigilando las calles de alrededor, y el segundo, ubicado entre los escalones y el interior del quiosco.

Meiko sentía que debía dar una disculpa a todos en nombre de ella y sus amigas, pero justo antes de que abriese los labios, otra voz rompió el incómodo silencio.

Momo: Disculpen todos, de verdad. – dijo la chica con arrepentimiento, manteniendo un poco de su semblante formal.

Takeru: No fue culpa de ustedes. El helicóptero se acercó demasiado. – justificó Takeru la inocencia de sus amigas.

Momo: Aun así, Togemon atacó siguiendo mis instrucciones. Si yo me hubiera percatado antes… - siguió ella disculpándose hasta que Mimi se levantó.

Mimi: ¡No es culpa de Meimei ni de Momo-chan! Yo dije que me encargaría. – argumentó la chica de pelo castaño, girándose hacia el resto de sus amigos con la mirada cabizbaja.

Koushiro: ¿No les dije a ustedes que esperaran? – interrumpió el chico pelirrojo, apretando el agarre a la laptop que llevaba consigo.

Mimi: Pero estoy harta de que todos se la pasen criticando a Palmon y los demás. – dijo la chica furiosa cerrando un puño, mirando a los ojos al chico peliverde. - ¿Qué acaso ustedes no? – cuestionó ella al resto.

Taichi: Si, pero… - quiso contestarle Taichi a Mimi, pero no sabiendo qué decir.

Kirishima, Uraraka y Kaminari sabían que la tensión empezaba a escalar rápidamente. Incluso Jirou podía escuchar los corazones del chico pelirrojo y la chica de pelo castaño tensionarse con cada intervención.

Koushiro: Se que lo hiciste con buenas intenciones. Pero mira ahora el resultado. – le dijo Koushiro a ella, mirándola fijamente a los ojos, con Mimi respondiendo el gesto por instinto. - Es un problema muy serio y delicado. – continuó Koushiro reprendiendo a la Niño Elegido de la Pureza.

Kaminari se preparaba para intervenir y evitar que Koushiro dijese algo de lo que se arrepintiera después, pero sorpresivamente fue detenido discretamente por Bakugo, quien le sujetó el brazo.

Koushiro: Mimi-san… a veces solo piensas en ti. – soltó finalmente el chico, provocando una ligera reacción en la chica y otra algo menor en el resto.

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Pero para desgracia de Koushiro, este olvidó que había dejado la conexión al ciberespacio abierta, permitiendo que los Digimons oyesen la discusión.

Palmon: Mimi... – se escuchó por los altavoces la débil voz de la digimon planta, recostada en el regazo de Biyomon, mientras que Terriermon y Gatomon ponían cómoda a una inconsciente Meicoomon.

Sora: Esta vez te pasaste. – le dijo Sora a este mientras ella se levantaba de su asiento y caminaba hacia la chica que mantenía la expresión de enojo, al borde del llanto.

Incluso con Sora llegando con una sonrisa maternal a tomar el hombro de la chica, Momo no veía que Mimi retirase la mirada de furia a Koushiro.

Mimi: Me voy a casa. – dijo la chica con el rastro de tristeza y enojo en su voz, alejándose a gran velocidad del quiosco.

Sora: ¡Mimi-chan! – gritó esta, esperando que Mimi se detuviera.

Hikari/Momo: ¡Mimi-san! – gritaron ellas, viendo que Mimi tampoco les hacía caso.

Meiko: ¡No, espera! – gritó Meiko con timidez, en un último intento de detenerla.

Uraraka veía a Izuku permanecer en su propio mundo, extrañándole que este no intentara detener a Mimi, dándose ella cuenta ahora de que el chico estaba muy distraído desde que Kirishima y Yamato fueron a rescatar a las chicas.

Sora: Dejémosla sola un rato. – sugirió finalmente Sora al resto, seguido de un momento de silencio entre todos, con Koushiro mirando a Mimi alejarse.

Momo: Lo siento. – se disculpó una vez más Momo, siendo ahora reconfortada por Jirou, quien se movió de asiento a su lado.

Jirou: No te preocupes, Yaomomo. Takeru-kun ya lo dijo, no fue culpa de ustedes. ¿No es así, Iida-san? – dijo la chica volteando a ver al presidente de la clase, el cual no confirmó nada, alejando la mirada de ambas.

Iida: Koushiro-kun tiene razón. Ellas debían de habernos esperado. Y Yaoyorozu-san debió limitarse a sacar de allí a Palmon y Mimi-kun, pero aun así…, ella hizo lo que pudo. – dijo el chico sin alzar la voz, queriendo evitar una nueva discusión.

Kaminari: Hey, si Jo-senpai y Gomamon hubiesen sido los que pelearan contra Ogremon, apuesto que tú también habrías hecho lo mismo, Iida. – contrargumentó el rubio eléctrico al presidente.

Otro silencio se hizo cuando el chico peliazul se quedó callado, reflexionando aquella idea de Kaminari y reprimiéndose para no decir nada sobre Jo Kido.

Yamato: ¿Qué pasó con Jo? – preguntó ahora el rubio, cambiando el tema para olvidar el reciente altercado.

Koushiro: Le mandé un correo electrónico. – informó Koushiro, apagando con un botón lateral su computadora para cerrar la conexión al ciberespacio.

Sora: A mí no me respondió el teléfono. – le informó la chica a Yamato.

Iida: Cuando llamé a Gomamon para saber si él estaba en casa, me dijo que este iba camino a sus clases particulares. - compartió el chico peliazul, reflexionando las actitudes de su anfitrión.

Yamato: Con todo lo que está pasando, ¿sus estudios siguen siendo más importantes? – comenzó Yamato a decir molesto, notándose que el mensaje iba para alguien de los presentes también.

Taichi: Ya basta. – dijo el chico de forma tajante, mirando a Yamato.

Yamato: Jo puede ser lógico y responsable con todo, pero él también sabía qué esto era importante y qué debía hacer. Y aun así... – decía el chico, comenzando de nuevo a enojarse, mirando fijamente a Taichi a los ojos.

Taichi: Ya fue suficiente. – dijo el chico, con un tono más calmado que Yamato.

El chico con don de explosiones, y el de don mitad frio mitad caliente, veían la discusión de un modo diferente a los demás, mientras que Izuku fue sacado de su introspección cuando Yamato comenzó a alzar la voz.

Taichi: Seguro que Jo sabía que debía venir. Aun así, no debió poder hacerlo. – decía el chico, sintiendo dentro de sí que estaba mordiéndose la lengua.

Yamato: Lo sé. – dijo este, con resignación forzada.

Todos se quedaron viendo entre sí hasta que uno de ellos rompiese el silencio.

Todoroki: ¿Y ahora qué? – preguntó el chico bicolor, cambiando de tema.

Bakugo: ¿Cómo que qué, medio medio? - preguntó Bakugo con su tono insolente.

Kirishima: ¿Deberíamos ir a revisar si los digimons heridos están bien? – preguntó Eijiro, dirigiendo la pregunta a Koushiro.

Hikari: Eso podemos hacerlo en casa. – dijo la hermana menor de Taichi.

Izuku: Pero… ahora que recuerdo, Mochizuki-san aún no tiene acceso al servidor como nosotros. – dijo el chico peliverde.

Koushiro: En ese caso, vayamos mejor a mi oficina. Además, hay cosas que debo mostrarles. – dijo esto mirando a Sora e Izuku.

Todos estuvieron de acuerdo, y comenzaron a movilizarse. Durante el trayecto, Uraraka se acercó a Izuku para preguntarle algo.

Uraraka: Deku-kun. ¿No sería bueno que tú hablaras con Mimi-san? Ella se veía enserio muy molesta. – preguntó la chica a Izuku.

Izuku: Conociendo a Mimi-neesan, será mejor que la dejemos sola un rato como dijo Sora-san. – justificó el chico de inmediato.

Momo: Yo hablaré con ella cuando regrese a su casa. – de inmediato se ofreció la chica, recibiendo el apoyo del resto.

Mirando fugazmente por su vista periférica, el chico peliverde podía sentir la mirada de Bakugo seguirlo sin perderle pista.


Familia Kido, 11 de julio de 2005, 18:15 hrs.

Jo Kido había regresado a casa luego de que su escuela particular suspendiera actividades debido al pánico por el operativo de las autoridades aquella tarde. El chico peliazul de lentes intentaba enfocarse en una hoja con ejercicios de una asignatura que, a pesar de sus esfuerzos, no lograba comprender. Encerrado en su habitación todavía sin cambiarse el uniforme escolar, el chico trató de enfocarse en aquellos ejercicios hasta que una voz detrás de él lo llamó.

Gomamon: Oye, Jo… ¿estás seguro de que no debemos ir? Todos están ahí. – preguntó el compañero digimon del chico, sentado en un cojín a ras del suelo.

Jo: Te diré lo que va a pasar si voy. – dijo el chico dando la espalda a su digimon, dejando en el escritorio la hoja con su trabajo escolar.

El tono de voz que Jo utilizó y el fastidio que esta reflejaba, hicieron al digimon acuático tensarse preocupado: su amigo humano casi nunca le habla así.

Jo: Me regañarán por no ir. Después, alguien se pondrá de mi lado. – dijo el chico recargándose en el respaldo de la silla. - Y yo no seré capaz… de decir nada. – concluyó el Niño Elegido abatido.

Gomamon sentía el cómo su propio rostro expresaba la decepción que la actitud de Jo le provocaba. El digimon no podía verle el rostro a su compañero humano, ya que este seguía dándole la espalda, resistiendo el impulso de llanto de impotencia. Del otro lado de la puerta se escuchó sonar el teléfono de la casa, siendo atendido por la madre de Jo.


Familia Tachikawa, 18:38 hrs.

Mimi se encontraba en ropa casual dentro de su habitación, mirando la televisión furiosa debido a que ese sentimiento aumentó por lo que veía. La cadena de noticias estaba pasando las imágenes de Momo lanzando una de sus barras eléctricas hacia la toma de la cámara, para luego pasar a Togemon realizando un ataque que se apreciaba como si fuera dirigido al propio camarógrafo.

La toma comienza a difuminarse con errores digitales de la imagen, para luego restablecerse cuando el helicóptero cayó al agua, dejando ver la ciudad de Tokio por un momento, y congelar la imagen con la toma de Mimi, Momo y Meiko, paradas juntas cerca de los digimons. Mimi leía que el texto en pantalla estaba a solo una coma de ser amarillista: "Criaturas no identificadas regresan a Odaiba. Helicóptero se estrella, "superhumanos" implicados: Todos los detalles aquí."

Reportera: Como pueden ver, las criaturas no identificadas y una de esos superhumanos nos atacaron, estrellando nuestro helicóptero. – dijo la reportera al resto de panelistas del programa, dejando ver su ira contra los digimons y héroes.

Cuando la pantalla mostró un mosaico con las imágenes de Togemon, Ogremon y Momo, Mimi apagó el televisor para dejar caer el control remoto en su cama.

Palmon: ¿Mimi? – preguntó Palmon, sentada en la orilla de la cama viendo a la chica humana recostarse en el colchón con una expresión de frustración, perdida en sus propios pensamientos.

Mimi había abierto repentinamente la puerta al servidor desde su computadora, y esta le pidió a la digimon planta que se quedarse con ella esta noche, sin mencionar nada de la discusión que los humanos no sabían que los digimons habían escuchado.


Familia Kido, 18:40 hrs.

Gomamon se hallaba frente a la estufa, subido encima de una silla para alcanzarla, preparando la cena de esta noche: ramen de sal. Tenya Iida todavía no regresaba a la casa, pero el padre de Jo había llegado de improviso, después de haber cubierto 2 guardias seguidas.

Mientras veía el agua hervir, a la memoria del digimon foca regresó la primera ocasión en la que se habían conocido ambos en persona. Luego de las historias contadas por Jo y su hermano Shin, la imagen que Gomamon tenía del Sr. Kido era la de un hombre de pocas palabras e ideas concretas. Fue una vez pasada la crisis de Año Nuevo del 2003 cuando el hijo menor decidió presentar a su camarada con sus padres, ya que ahora contaba con el apoyo de sus hermanos mayores para respaldar la historia.

Gomamon podía escuchar de fondo a los padres de Jo ver las noticias de lo sucedido esa tarde, lo cual hizo que en la mente del digimon aquellos recuerdos fuesen reemplazados por las últimas conversaciones con Jo.

Sr. Kido: Mira que desastre. – dijo el hombre a su esposa, sentado frente a él.

Sra. Kido: Al parecer, la escuela de Jo cerró hoy debido a esa calamidad. – informó la mujer al médico.

Sr. Kido: ¿Y cómo le ha ido últimamente a él? – preguntó dejando de lado el televisor y encarando a la mujer.

Sra. Kido: Bueno, a pesar del esfuerzo de él… - dijo ella, entrecerrando un poco la mano que apoyaba sobre la mesa.

Sr. Kido: Ya veo. Deseo que dé su mejor esfuerzo. – dijo el hombre con sinceridad.

Sin que ninguno de ellos se percatase, el chico aludido oía la conversación con la puerta de su habitación entreabierta.

Sr. Kido: Ese chico, Iida, es uno de ellos también, ¿no? – preguntó el hombre, regresando la mirada a la pantalla con la imagen completa de Yaoyorozu.

Sra. Kido: Es un buen niño. La prensa lleva atacándolos así desde que ellos llegaron. – dijo la mujer a su marido.

Sr. Kido: ¿Y por eso él no ha regresado todavía? Jo está en casa desde hace horas. – dijo este, atrayendo de nuevo la atención de los oídos del digimon.

Sra. Kido: Él llamó diciendo que está en la oficina de Koushiro-san para checar el estado de su amiga. – dijo ella, haciendo que Jo finalmente entrase a la habitación, fingiendo no haber oído nada.


Cerca de la oficina de Koushiro, 18:45 hrs.

Izuku sostenía bolsas mientras sentía a Terriermon moverse sobre su cabello. El chico peliverde siguió mirando al frente antes de girar para ver la cara de sorpresa de Taichi y Agumon, por la revelación dada hace unos momentos.

Taichi: ¿Estás diciendo que Gabumon también puede usar un don? ¿Y que es el de Shoto? – preguntó con sorpresa el chico de cabello alborotado.

Terriermon: Si. Se la ha pasado estornudando y sudando todo el día, además de que quema y congela las cosas con cada mano. – dijo este, mirando al chico humano prestarle atención.

Agumon: Eso significa que yo… - decía anonadado el dinosaurio.

Izuku: Si. Tú puedes usar el don de Kacchan, Agumon. – dijo serio el chico al dinosaurio.

Taichi: ¿Estás completamente seguro? – preguntó el chico, antes de que Agumon aplaudiese con sus manos.

La explosión que se generó fue suficiente para hacer que el dinosaurio tosiera por el humo generado, y los humanos se apartasen de él un momento.

Izuku: Creo que con esto lo confirmamos. – dijo el chico pasmado, con Terriermon sujetándose de los hombros de Izuku.

Luego de un regaño de parte de Taichi a Agumon por hacer eso en plena calle, la cual para fortuna se hallaba desierta, todos continuaron el camino de regreso.

Taichi: ¿Pero… por qué él sería sucesor del Emblema del Valor? Pensé que Daisuke ya era el nuevo portador del Emblema. – dijo este, intentando explicarse cómo aquel odioso mocoso poseía su misma cualidad especial.

Izuku: No lo sé. Koushiro tampoco está seguro a que se deba. Quizá sea algo parecido a la Divievolución DNA, pero desconocemos a que se deba. Pero… aunque sea algo difícil de creer… yo pienso que Kacchan se parece a ti, Taichi. – dijo el chico, llevándose una mirada de molestia del chico mayor. – D-DIGO, en el sentido de que los dos siempre actúan a pesar de sentir miedo, e inspiran a otros a actuar. Por eso mismo Kirishima-kun y Kaminari-kun se han vuelto amigos de él en los últimos meses. – dijo este, chocando sus dedos índices apenado.

Agumon: Izuku tiene razón Taichi. A pesar de lo orgulloso que parece, cuando Bakugo y yo peleamos juntos, me di cuenta de que él efectivamente ha cambiado. – dijo el dinosaurio a su compañero. – Al menos de cómo era desde la última vez que lo vimos. – puntualizó Agumon.

Aquel comentario hizo que Izuku recordase el fugaz encuentro entre un Taichi de 11 años y un Bakugo de 8 años durante el tiempo fuera del Digimundo, después de derrotar a Etemon, cuando ambos terminaron topándose con este, camino a la casa de Izuku.

El chico peliverde vio a Taichi tomar una respiración, y exhalar como si se resignase a los hechos presentados.

Taichi: Todavía no puedo creer que no me haya reconocido a mí y a Agumon. -dijo el chico al peliverde.

Terriermon: Te recuerdo que tú tampoco recordabas que Koromon fue a tu casa, y solo Hikari se acordó de él y de Izuku cuando nos conocimos. – dijo con algo de soberbia el digimon perro.

Izuku: Te-rrier-mon. – llamó con autoridad el chico al digimon.

Terriermon: ¡¿Qué?! Es la verdad. – dijo este en su defensa.

Taichi: ¿Y ustedes creen que él vaya a acceder a enseñarle a Agumon a controlar este poder, así como Shoto lo hará con Gabumon? – preguntó Taichi a Izuku.

Izuku: No sé cuál vaya a ser su reacción cuando se entere. - dijo el chico, llevando una mano detrás de su cabeza. – Y más sin darle una explicación que lo convenza. – dijo este, al ver que se hallaban a una cuadra de la oficina.

De pronto, Izuku sintió que Terriermon y Agumon se tensaron.

Terriermon. Deténganse. – dijo el pequeño digimon, bajando al suelo y extendiendo sus brazos para detener a los humanos.

Agumon: Hay algo siguiéndonos. – dijo Agumon, mientras Terriermon alzaba sus orejas para captar mejor a su perseguidor.

Izuku se preparó para pelear cubriendo a Taichi también, dispuesto a usar su don en caso de ser necesario. De pronto, los cuatro vieron a una enorme figura salir de entre los arbustos.

Taichi / Izuku / Agumon / Terriermon: ¡¿Tú?! – exclamaron todos sorprendidos.


Yamato veía la pantalla gigante de la oficina apagada, mirando el reflejo del cuarto a través de esta. En ella el chico podía ver a Gabumon caminar para quedar justo a su izquierda, a Biyomon observando a Koushiro manipular los servidores, a Sora y Meiko sentadas una frente a la otra, con esta última abrazando a Meicoomon sentado en su regazo. También veía a Bakugo, recargado contra las cortinas mirando fijamente a la puerta, esperando que tanto Taichi como Izuku regresasen de la tienda de conveniencia con el té oolong para Koushiro.

Por otro lado, Uraraka y Jirou se hallaban sentadas en el mismo sillón junto a Momo, la cual se había cambiado a su uniforme escolar, cortesía de Meiko, quien logró traer consigo la pequeña red de ropa creada por la chica héroe antes de lanzarse a la batalla. Todoroki y Kirishima se hallaban sentados en los descansabrazos entre ambos muebles de Momo y Meiko, mientras que Kaminari se había sentado en el sillón individual, observando a Tentomon regresar a la pequeña sala con té caliente.

Iida por su cuenta acababa de volver de llamar a la madre de Jo para avisarle que él tardaría un poco en regresar. En medio de todo ello, el chico de pelo azul veía a Tentomon acercar un vaso de té a Meiko Mochizuki.

Meiko: Gra-gracias. – dijo ella, tímida como siempre.

Tentomon: En mi opinión, creo que ustedes lo hicieron bien. – dijo el digimon insecto, mirando primero a la nueva "Niño Elegido" y después a la chica héroe.

Biyomon: ¡Sí! Y sin nuestra ayuda. – dijo la digimon ave, saltando para quedar colgando sobre el respaldo del mueble.

De pronto, todos oyeron el timbre de la puerta junto a la voz de Taichi invitando a pasar a alguien. Los humanos venidos de un mundo alternativo se sorprendieron casi tanto como los Niños Elegidos al reconocer al acompañante de Taichi e Izuku.

Kirishima exclamó asombrado al ver entrar al imponente digimon a la habitación, mientras que Kaminari, Uraraka y Bakugo casi se caen de espaldas.

Bakugo: ¡¿Un furro?! – exclamó el chico con su habitual tono, colocando las manos en pose para usar sus explosiones.

Momo: Tú eres… - dijo la chica, poniéndose de pie como el resto.

Yamato: ¿Leomon? – exclamó sorprendido el chico.

Sora: ¿Por qué está él aquí? – preguntó sorprendida la chica, todavía asombrada, mirando a Agumon y Terriermon pasar para reunirse con los demás digimons.

Taichi: Él dijo que tenía algo que contarnos. – comentó el líder de los Niños Elegidos a estos.

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Leomon: Es un gusto volver a verlos, Niños Elegidos. – dijo el digimon mirando a la habitación en general. – Y nuevos amigos también. – dijo este ahora enfocándose en los estudiantes de U.A.

Izuku: ¡Ah, sí! ¡E-Ellos son mis compañeros de escuela en mi mundo! – dijo el chico señalando a varios estudiantes del Curso de Heroísmo.

Uraraka: ¿Tú... tú eres el digimon que ayudó a Deku-kun y los demás a pelear contra Devimon y los Dark Masters? – preguntó la chica, queriendo confirmar la identidad del recién llegado.

Leomon: Así es. Al parecer Izuku ya les ha contado algo sobre mí. – dijo este, con su actitud de siempre.

Todos los que acababan de conocer al digimon león se presentaron con este, incluyendo el distante chico de las explosiones, quien mantenía su mirada vigilante sobre el digimon casi tan alto como All Might en su mejor momento. Una vez que acabaron las presentaciones, Leomon comenzó su exposición a los humanos.

Leomon: Últimamente han ocurrido mutaciones a lo largo de todo el Digimundo. He venido para contarles lo poco que sabemos sobre eso. Apenas nos dimos cuenta de ello hasta que Ogremon comenzó a comportarse extraño. Y no sabemos por qué. Al parecer hay otros digimons que están actuando de la misma manera también. – terminó de exponer su caso el digimon león.

Mientras el relato de Leomon contaba lo que había llevado a Ogremon a aparecer en el Mundo Real horas antes, Izuku recordaba una vez más la pesadilla en donde ambos digimons peleaban en la Ciudad del Inicio.

Koushiro: Sí. Los llamamos "Digimons Infectados". ¿Sabes si una de esas mutaciones son las distorsiones en el espacio que conecta el Digimundo con el nuestro? – preguntó el portador del Emblema del Conocimiento.

Leomon: Sí. Así es como pude venir aquí. Vigilaba a Ogremon para mantenerlo bajo control, pero cuando una de esas distorsiones apareció fue demasiado tarde. – dijo el digimon a los humanos.

Momo: Pero cuando tú lo devolviste a la distorsión, esta se cerró casi de inmediato. ¿Cómo es que estás aquí si no ha habido distorsiones desde entonces? – preguntó la chica al digimon.

Leomon: Cuando regresamos al Digimundo lancé a Ogremon lejos de allí, y me introduje en la distorsión antes de que se cerrase. Cuando llegué aquí, aparecí cerca del mismo lugar donde nos vimos, y me di cuenta de que el tiempo entre nuestros mundos corre distinto una vez más. – explicó este su teoría a la chica.

Taichi: Tú no pareces infectado, ¿por qué? – preguntó él de inmediato a Leomon.

Leomon: No lo sé. Pero, recuerdo que cuando Ogremon se infectó, fue como si algo dentro de él se alterase. Muy distinto a los Engranes Negros de Devimon, o los Aros Malignos del Emperador de los Digimons.

La mención de aquel último villano, trajo una vez más a la mente de Izuku aquella aparición que lo dejó helado. Era imposible que el "Digimon Kaiser" estuviese en este mundo, ya que él era Ken, y Ken se encontraba bien en casa de los Motomiya.

Kaminari: ¿Koushiro? – preguntó extrañado el rubio eléctrico al ver al niño pelirrojo inmerso en sus pensamientos, antes de que este se levantase a toda prisa y se moviese a su computadora de escritorio.

Koushiro: ¿Puedo preguntar algo? ¿Qué ocurrió primero en el Digimundo, las distorsiones o los Digimons Infectados? – preguntó el chico curioso.

Leomon: Primero fue la infección. – respondió el digimon al humano luego de cerrar los ojos y enfocar sus recuerdos.

Uraraka: ¿Por qué es importante saber qué fue primero? – preguntó la chica, sin comprender lo que el chico se estaba planteando.

Koushiro: Pensaba que las distorsiones eran las que estaban causando todo, pero ¿será al revés? – hablaba el chico mientras buscaba los archivos de los incidentes de distorsiones registradas.

Izuku: ¿Hablas de que las infecciones provocan distorsiones? – preguntó el chico peliverde al pelirrojo.

Koushiro. Así es. Podría haber algo que esté causando las infecciones, como datos, algún programa o alguna criatura. Si las distorsiones son un fenómeno nacido de la infección, todo encajaría. – dijo el chico mientras continuaba buscando entre sus archivos.

Momo: Si las distorsiones se generan como un efecto secundario de las infecciones… - comenzó a teorizar la chica para sí misma.

Todoroki: Nosotros llegamos a través de una distorsión que apareció en nuestro mundo… - continuaba el hilo el chico, deteniéndose para tragar saliva con espanto al darse cuenta de algo, al igual que el resto de sus compañeros de U.A.

Uraraka: ¡¿Eso quiere decir que puede haber Digimons Infectados llegando a nuestro mundo también?! – preguntó con voz de urgencia.

Kaminari: Wow, wow. Eso si sería una locura. ¿Es cierto, Koushiro? ¿Midoriya? – preguntó ahora el rubio eléctrico a Koushiro e Izuku.

Izuku: Las anteriores veces los efectos de la inestabilidad entre los mundos no llegaron a afectar mucho nuestro hogar. Excepto por la aparición de Tyranomon… y de la Montaña Espiral… y Malomyotismon llenando de oscuridad todo… - decía el chico, sudando más por cada dedo que su mano agregaba al conteo.

Jirou / Kaminari: ¡Deja de contar! – gritaron ambos ante las evasivas del chico.

Koushiro: Chicos, tranquilos. Cuando Izuku-kun está con nosotros, el tiempo en su mundo transcurre diferente por alguna razón. De acuerdo a mis cálculos, solo han pasado horas desde que desaparecieron. – decía el chico genio, en un intento de calmar al histérico Kaminari.

Todoroki: Eso tampoco es tranquilizador, Koushiro. – dijo Shoto en tono neutro.

Escondidos detrás de uno de los muebles bajo la televisión, los digimons tenían su propio conclave luego de lo que escucharon.

Agumon: Esa conversación da miedo. – dijo el dinosaurio al resto de digimons, alzando la cabeza lo más que podía para ver sin que los muebles le estorbasen.

Gabumon: ¿Qué haremos si nos infectamos? – preguntó el digimon lobo.

Biyomon: ¿Nos ponemos repelente de insectos? – sugirió Biyomon.

Meicoomon: ¿Y eso funcionará? – preguntó Mei-chan a Agumon y Tentomon.

Biyomon: ¿Qué tal bloqueador solar? – cambió la digimon ave su propuesta.

Terriermon: Pero ese es para los días de playa. Yo digo que tomemos vitaminas. – dijo el pequeño digimon, llevando una mano a su barbilla en pose pensativa.

Agumon: Tal vez necesitemos usar mascarillas también. – propuso una idea, que hizo a Meicoomon llenarse de energía.

Meicoomon: ¡Sí, Agumon-senpai! – dijo esta, alzando una pata al aire e imaginando a todos los digimons con mascarillas en sus bocas y repelentes de insectos en la mano.

Bakugo: ¡Eso no va a funcionar con esta infección, tontos! – espetó el chico, parado justo frente a ella delante de la persiana.

Agumon: ¿No? – preguntó dudoso al chico rubio.

Iida: Esas cosas solo funcionan para virus humanos... ¿Los digimons han sufrido por alguna enfermedad por la que no tengan defensas? – preguntó el chico peliazul, hablando por primera vez desde que llegaron a la oficina.

Koushiro: No. Ellos no tienen sistemas inmunológicos como los nuestros. – explicó el chico tecnológico al chico de lentes.

Jirou: ¿De verdad? ¿Pero Gabumon no se resfrió cuando la pelea contra Devimon en la Isla File? – preguntó la chica, ante un posible agujero argumental.

Koushiro: Los digimons tienen pocas enfermedades en el Digimundo. Pero en el caso de nuestro mundo, ellos no han presentado nunca síntomas de enfermedades humanas, como la varicela o resfriados. – dijo el chico, recordando ciertas ocasiones en que eso pasó.

Izuku: Recuerdo que una vez, cuando a Takeru-kun le quiso dar un resfriado, todos en la casa nos contagiamos, menos Terriermon y Patamon. – dijo el peliverde, recordando el tiempo que vivió en el hogar de los Takaishi.

Koushiro: Ustedes no se preocupen. – dijo este ahora hablando a los digimons. – Todos ustedes estarán a salvo mientras estén dentro del servidor. Generalmente este trabaja en un entorno aislado. Pero al conectarlo al exterior, tiene un fuerte sistema de tres capas contra intrusos que yo mismo creé. Y se necesita mi propia autorización para entrar. – dijo el chico, mientras todos volteaban a ver los servidores tras las puertas de cristal.

Taichi: Si la infección tiene un origen... – comenzó a reflexionar el chico, llevando la mano a su barbilla.

Sora: ¿Se te ocurrió alguna idea? – le preguntó la chica a su amigo de la infancia.

De repente, todos vieron a Leomon tensarse y movilizarse rápidamente a las ventanas del balcón, pasándole incluso por un lado a Bakugo, quien fue el primero en seguirlo antes que Izuku. Cuando el chico peliverde pudo ver la calle, se topó con una figura encapuchada pequeña, que desde esa distancia parecía un digimon, el cual desapareció rápidamente sin darles más tiempo para identificarlo.

Izuku: Leomon, ¿qué ocurre? – preguntó Izuku, saliendo de inmediato al balcón Taichi, Yamato, Koushiro e Iida.

Sora: Kyouka-chan… - habló ella a la chica de pelo purpura, quien se acercó a la pared y clavó rápido uno de sus jacks.

Yamato: ¿Qué fue lo que ustedes vieron? – preguntó el chico, estirándose en el balcón lo más que podía.

Izuku: Parecía ser un digimon… - dijo el chico, teniendo la vaga sensación de haberlo visto antes.

Leomon: Tampoco pude identificarlo bien. Apenas pude sentir la sensación de que éramos vigilados. – les dijo el digimon a todos, sin despegar la mirada de la calle.

Una vez que Jirou dijo que no podía detectar nada cerca del edificio, todos aceptaron el hecho de que ese digimon se había ido por ahora. Cuando Kirishima le dijo a Bakugo que ya era hora de que regresasen a casa de Takeru, Koushiro miró un momento a Taichi e Izuku, quienes asintieron de inmediato al pelirrojo.

Koushiro: Yamato-san, Todoroki-san. ¿Pueden quedarse un momento por favor? Hay algo que necesito confirmar con ustedes. – dijo el chico, recibiendo miradas confundidas de parte de Uraraka, Jirou, Kirishima, Kaminari y Meiko.

Yamato: Está bien. – dijo el chico mirando que Todoroki no estaba igual de sorprendido que sus compañeros de U.A.

Sora: Bueno, creo que también es hora de retirarnos Biyomon. – le dijo la chica, cargando a la digimon ave como un muñeco.

Jirou: Yaoyorozu. ¿Te acompañamos de camino a casa de Mimi? – preguntó la chica de pelo púrpura, recibiendo una respuesta afirmativa de Momo.

Luego de ello, las tres chicas se despidieron de los demás desde la puerta.

Biyomon: Siento que muero de sueño... – dijo Biyomon a Sora.

Jirou: Igual que todos… - complementó la chica a la idea del ave.

Kirishima se despidió del resto llevando casi empujando a Bakugo, quien simplemente se retiró con las manos en los bolsillos con expresión neutra, siguiendo entonces el camino hasta el ascensor.

Taichi les dijo a Uraraka e Izuku que se fuesen ellos solos a casa, ya que él tenía un pendiente más que hacer, saliendo rápido con Agumon a sus espaldas. Estos invitaron a Meiko a acompañarlos, ya que prácticamente eran vecinos, por lo que tomarían el mismo camino de regreso.

Meiko: Momo-san. Aquí está también el cuaderno de Mimi-san con el diseño. – dijo la chica de lentes, dándole a Momo el cuaderno con el boceto abierto.

Momo: En medio de todo, me preguntaba dónde había quedado esto. Gracias, Meiko-san. Yo se lo entrego a Mimi-san. – le contestó Momo a Meiko antes de retirarse.

Iida optó por quedarse en la oficina hasta que Todoroki y Kaminari se retirasen, teniendo el visto bueno de parte de Koushiro para escuchar lo que debían hablar. Leomon, al ser un digimon sin compañero, se le ofreció darle alojamiento en el hogar de los Izumi, pero este se negó con su actitud formal, quedando el acuerdo de que podía dormir en la oficina, la cual contaba con una habitación especial para empleados del edificio.


Bakugo miraba de frente a Taichi y Agumon, con las manos dentro de sus bolsillos. Estos últimos le habían dado alcance a él y a Kirishima para tener una conversación con el rubio explosivo, a lo que el chico de dientes afilados accedió, tomando rumbo del departamento de los Takaishi por su cuenta.

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Bakugo: Bien, ¿de qué demonios quieren hablar? – dijo el chico con cara de pocos amigos.

Taichi: Antes que nada, necesito saber si notaste algo extraño durante la pelea con Alphamon. – preguntó el chico, intentando poner el semblante de autoridad que su edad reflejaba.

Bakugo: ¿Qué es lo que mierda extraña tendría que notar? Eran dos gigantes peleando en medio de una ciudad. – dijo Kacchan, claramente a la defensiva.

Agumon: ¿No sentiste una sensación de calidez extraña en tu pecho durante la pelea? – preguntó el digimon, dejando a un lado las evasivas de su compañero.

Bakugo intentó responder, pero el recuerdo de aquella sensación hizo que su mente lo traicionara sin querer.

Bakugo: ¿Y qué tiene que ver eso conmigo? – respondió el chico, nervioso al sentir que su expresión lo había delatado.

Taichi: Entonces… el emblema si brilló en ti. – dijo Taichi con tono de resignación.

Bakugo: ¿Qué? – preguntó el chico, como si no comprendiese lo que Taichi decía.

Taichi: Al parecer tú y Todoroki-san son capaces de hacer brillar los emblemas de Yamato y de mí. – le dijo Taichi, volviendo a ver al chico a la cara.

Bakugo: ¿Y eso qué? – volvió a preguntar intentando mantener su cara de póker.

Taichi: Creemos que eso tuvo un efecto secundario en nuestros digimons, y ahora ellos son capaces de utilizar sus dones. – dijo el chico antes de moverse para mirar ahora a la calle y no a Bakugo.

Bakugo: ¿Qué demonios…? – preguntaba el chico con su cara gruñona.


Iida: ¡¿Estás seguro de eso, Koushiro-kun?! – preguntó Iida sorprendido junto a Kaminari, quien mantenía la boca abierta de par en par.

Koushiro: Ahora sí. Analicé los datos de Terriermon, Agumon y Gabumon y los comparé con los registros de datos que ustedes dejaron cuando entraron al ciberespacio. Encontré un patrón de dígitos que es casi idéntico al de los miembros de la clase "1-A". – terminó de decir Koushiro, mostrando con uno de sus monitores gráficas con los nombres de Agumon, Gabumon, Terriermon, Bakugo, Todoroki e Izuku.

Kaminari: ¡Qué malote! – gritó el chico, acercándose al monitor con su cara de sorpresa. - ¡¿Pero por qué esto está sucediendo?! ¿Acaso alguien está escribiendo una novela dictando que estas cosas pasen así de improviso? – preguntó Kaminari con voz de nerviosismo.

Todoroki: En ese caso, es como si ese alguien estuviese forzando las cosas para conseguir algo. – complementó el chico bicolor la idea alocada del rubio.

Leomon: Aún me cuesta aceptar el hecho que los humanos pueden tener habilidades como nosotros los digimons. Pero suena aún más increíble que eso ocurra a la inversa también. – dijo el sorprendido digimon león al mirar la pantalla.

Gabumon: ¿Entonces ahora soy capaz de usar el don de Shoto? – preguntó el digimon, mirando sus manos igual de sorprendido que los demás.

Tentomon: Es lo que Koushiro-han e Izuku-han piensan. – dijo el digimon insecto.

Iida: ¿Cómo? – preguntó el chico, ahora confundido.


Taichi: Cuando Daisuke obtuvo el Digiegg del Valor, el también fue capaz de usar el Digiegg de la Amistad, porque poseía ambas cualidades dentro de sí mismo. No sabemos por qué, pero creemos que tú y Todoroki también poseen dichas cualidades y por eso los Emblemas resonaron con sus corazones durante la batalla con Alphamon. O al menos eso piensan Koushiro e Izuku. – dijo el chico castaño, explicando todo al callado rubio explosivo.

Bakugo: Tonterías. Me voy de aquí. – dijo este, girándose en sentido contrario a Taichi antes de que Agumon se plantase frente a él y aplaudiese.

Una nube de humo delgada se levantó de las manos del digimon después de que una explosión ocurriese en las palmas del dinosaurio.

Bakugo: ¿Qué mierda...? – preguntó anonadado, al ver a Agumon utilizar "su" don.


Todoroki: Concéntrate en la sensación del lado que piensas usar. – le dijo el chico a Gabumon, quien cerraba los ojos y se concentraba.

De un momento a otro, el brazo derecho del digimon lobo se comenzó a cubrir de escarcha, sorprendiendo a todos.

Tentomon: Increíble. – dijo con sorpresa el digimon insecto.

Gabumon: ¿Cómo lo hice? – preguntó este a todos, mirando más a Yamato.

Yamato: Eso explica por qué la leche sabía caducada esta mañana. – dijo este con una sonrisa sarcástica, haciendo que Gabumon se llevase la mano izquierda detrás de la cabeza, apenado.

Gabumon: Lo siento. – respondió el digimon, alejando la mirada de Yamato.

Yamato: Oye, no fue culpa tuya. Ahora sabemos que debes tener cuidado al abrir el refrigerador. – dijo este agachándose y colocándole una mano en el brazo helado de Gabumon, retirándola de inmediato por lo frío del hielo.

Todoroki: Yo sugeriría probar el lado izquierdo en un lugar abierto. – dijo el peliblanco a todos, incluido Leomon.


Bakugo: ¡¿Quieres que le enseñe a la lagartija como controlar mi don?! – exclamó el chico, con una vena resaltada en su frente.

Taichi: Solo lo hago para estar seguro de que Agumon no va a reventar el servidor o la casa por accidente. Tampoco es que te esté obligando a hacerlo. – le respondió el chico.

Bakugo: ¿Y por qué eres tú y no Deku el que vino a pedírmelo? – preguntó él, entrecerrando los ojos hacia el humano.

Taichi: Porque Agumon es mi compañero Digimon… y porque, Izuku no sabía cómo reaccionarías tú si él te lo decía. – dijo Taichi, mirando al suelo.

Bakugo: ¡No mientas! ¡El maldito nerd es lo bastante molesto como para pedirlo él mismo! – dijo este, avanzando para quedar más cerca de la cara de Taichi. - ¿Por qué viniste tú? – le dijo este, alzando el rostro para alcanzar la altura de Taichi.

Taichi: Yo… - vacilaba Taichi para hablar, tragando saliva por responderle.

El chico con el don de explosiones comenzó a reír con soberbia.

Bakugo: Porque no querías que yo dijese nada sobre tu falta de agallas aquella vez, ¿verdad? – dijo el chico, mostrando una sonrisa sádica.

Taichi: ¿Qué? – preguntó confundido sobre de qué estaba hablando Kacchan.

Bakugo: Que ahora que me dijiste esto, todo me queda más claro. – dijo este todavía con la sonrisa de burla hacia Taichi. – Tienes miedo de pelear. – le dijo Bakugo al chico.

Agumon: ¿De qué estás hablando? Taichi y yo siempre peleamos con la fuerza del valor de él. – reclamó el dinosaurio molesto.

Bakugo: Tu "compañero" está evitando enfrentar algunas "cosas". No voy a decírtelo, eso debería hacerlo él. – dijo este comenzando a retirarse.

Agumon: ¡Espera, Bakugo! – gritaba el dinosaurio al chico humano, el cual se detuvo sin voltear a verlo.

Bakugo: Te voy a enseñar a controlar "mi" don, cuando el cabeza de paja decida enfrentar esas cosas. – dijo el chico, alejándose con las manos en los bolsillos.

Agumon y Taichi vieron al chico avanzar hasta perderlo cuando giró en un edificio.

Agumon: Taichi… - llamó Agumon con voz suave a su compañero.

Taichi: Vamos a casa. Se hace tarde. – le dijo este, comenzando a moverse.

Bakugo caminaba sumido en sus pensamientos, recordando la sensación en su pecho durante la batalla contra Alphamon, y haber visto fugazmente el símbolo que Deku les había dicho era el Emblema del Valor. De pronto, sintió que alguien chocaba contra él con poca fuerza, por lo que ninguno acabó en el piso.

Desconocido: ¡Lo siento! – dijo un chico de baja estatura, vestido con camisa y pantalón de vestir, con un enorme libro bajo su brazo.

Bakugo: ¡Fíjate por dónde vas, maldito mocoso! – dijo este con rabia, reanudando de nuevo el paso e ignorando al desconocido.

Desconocido: Y yo que creí que Ren era el más gruñón del mundo. – dijo este antes de ver su reloj de pulsera. ¡Ah, llego tarde a clase! – gritó asustado el chico, con cabello castaño hasta la altura del cuello, asustado y metiéndose en un cementerio perdido en la inmensidad de Tokio.


Cerca del edificio de la Familia Yagami, 20:13 hrs.

Uraraka caminaba a la par de Meiko, quien seguía cargando en brazos a Meicoomon, mientras que Terriermon descansaba en la cabeza de Izuku, el cual iba pensativo detrás de las chicas.

Meiko: I-Izuku-kun, ¿algo te molesta? – preguntó tímidamente la chica.

Izuku: ¿Eh? No, ¿por qué preguntas, Mochizuki-san? – dijo nervioso el chico.

Meiko: Es que… desde que salimos de la oficina de Koushiro-san, te veo preocupado por algo. – dijo la chica, intentando darse a entender sin cohibirse.

Uraraka: Meiko-san tiene razón Deku-kun. – le dijo la chica de frente a Izuku. - Tienes la misma expresión que cuando te visitamos en el hospital luego del campamento. – dijo Ochako a Izuku.

El chico se quedó callado luego de ello, mirando a ambas chicas a los ojos y sintiendo a su digimon moverse en su cabeza.

Terriermon: ¿Qué es lo que ocurre, Izuku? – preguntó este con su voz infantil.

Izuku: Yo… no he dormido bien estos días. Solo estoy cansado. – dijo el chico, sobándose la cara con su mano izquierda.

Uraraka: ¿No duermes bien? – preguntó ella, alerta por lo que Izuku les contara.

Izuku: Creo que la falta de sueño me está empezando a afectar, porque veo cosas durante un momento y al siguiente no están allí. – dijo el chico peliverde, recargándose en un poste de luz cercano.

Terriermon: ¿Cómo un fantasma? – preguntó el digimon a su compañero.

Meiko: ¿A-Alucinaciones? – preguntó ella mirando a Uravity.

Izuku: Yo diría que sí. Creí ver a alguien en el parque Shiokaze que no es posible que estuviera allí. – dijo el chico, cubriendo su rostro con una mano.

Uraraka: ¿Y… a quién viste? – preguntó la chica sintiendo un mal augurio.

A la mente del peliverde volvieron los sueños inexactos que ha tenido en el último mes, recordando lo que Leomon les contó recién en la oficina de Koushiro.

Izuku: Creí ver a Ken-san como el Digimon Kaiser, yendo hacia donde apareció Ogremon. – dijo el chico, sintiendo plena confianza con ambas chicas.

Terriermon: ¡¿Qué?! – exclamó el digimon, tapándose la boca de inmediato. – Lo siento. – se disculpó este rápido con el chico.

Meiko: ¿Digimon Kaiser? – preguntó completamente perdida la chica.

Terriermon: Pero eso es imposible. Acabas de hablar con Ken hace unos días. – dijo el digimon a su compañero.

Izuku: De hecho, hablé con él hoy poco antes de la pelea. Se está quedando en casa de Daisuke por un viaje de sus padres. – le dijo el chico a todos.

Uraraka: ¿Y dices, que él estaba en el parque vestido como el Emperador del que nos contaste? – le preguntó la chica al peliverde, recibiendo un asentimiento.

Meiko: Perdón. ¿Quién es el Digimon Kaiser? – preguntó tímida Meiko a ambos.

Izuku entonces le dio a Meiko una breve descripción del "Digimon Kaiser" o "Emperador de los Digimons", alter ego malvado de Ken Ichijoji durante la segunda aventura del peliverde en el Digimundo.

Mientras Izuku y Terriermon ponían al tanto a Meiko de los demás detalles, Uraraka comenzó a reflexionar si ese "cansancio" del peliverde era también producto de los extraños sueños premonitorios de este, de los cuales profundizó muy vagamente durante las clases sobre el Digimundo a los estudiantes de la U.A.


Familia Tachikawa, 20:20 hrs.

Momo: Con permiso. – dijo la chica con cola de caballo, anunciando su llegada.

Sra. Tachikawa: ¡Momo cariño, bienvenida de vuelta! – dijo Satoe a Momo, juntando las palmas para demostrarle felicidad a la chica decaída.

Momo: Buenas noches, Satoe-san. – dijo la chica forzando una sonrisa antes de volver a su expresión seria. - ¿Mimi-san ya llegó a casa? – preguntó Momo, mirando por impulso a la puerta con el nombre "Mimi" en un letrero colgante.

Sra. Tachikawa: Si. – dijo esta, sujetando con una mano nerviosa la orilla de su delantal. - Momo-chan. ¿puedes acompañarme al balcón? – le preguntó la mujer de manera formal, recibiendo un ligero y confundido asentir de parte de la chica.

En menos de un minuto, ambas mujeres estaban detrás del cristal, contemplando la noche en la ciudad de Tokio. Luego de varios segundos en los que ninguna dijo nada, la mujer tomó un respiro de relajación y comenzó a hablar.

Sra. Tachikawa: Dime la verdad, Momo-chan. ¿Qué tan malo fue lo que ocurrió hoy? – le preguntó la mujer adulta a la chica de preparatoria.

Momo: Yo… - decía Momo antes de mirar dentro de la casa, observando el televisor silenciado mostrando las imágenes de la caída del helicóptero y la última toma donde ella miraba a la cámara, distorsionada por agrandar mucho la imagen.

Sra. Tachikawa: Mimi llegó sin decir nada, pero se veía bastante irritada y no quise importunarla. Creo que ella también estaba llorando antes de llegar. – le contó la mujer sus sospechas a Momo.

Luego de tragar saliva ante ese último detalle vertido, la chica le resumió a Satoe lo mejor que pudo los hechos que la televisión relataba, mirando Momo como la madre de su amiga se llevaba la mano con preocupación a la boca varias veces.

Momo: Yo me quedé con Koushiro-san en su oficina junto con los demás para ver que Meicoomon estuviese bien. – le dijo la chica a la mujer. - Pero surgieron otros asuntos antes de que yo pudiera regresar a ver a Mimi-san. – terminó ella de explicar.

Sra. Tachikawa: Ya veo. – dijo la mujer a la chica. – Sabes, Mimi no nos ha contado muchos detalles sobre sus aventuras. Lo poco que sabemos ha sido lo que ella nos contó luego de ese suceso 6 años antes, y cuando Palmon regresó a casa en Navidad hace 3 años. – dijo Satoe a Momo, la cual escuchaba con atención a la madre de su amiga abriéndose con ella, una desconocida. - Aun cuando nos mudamos a América por cuestiones del trabajo de mi marido, en el fondo los dos deseábamos alejarnos de todo aquello que había pasado en Odaiba. Y resultó que una de las primeras cosas que Mimi hizo después de llegar allá fue ir a socorrer a los heridos de aquel atentado en 2001. Esa fue la primera vez que le alcé la voz en su vida, pero a la vez, fue cuando comencé a comprender que mi niña era alguien especial, que lucha por lo que ella quiere. – terminó de decir Satoe, limpiando una pequeña lágrima de su cara. – Por eso te digo que sé que no hay muchas cosas que la pongan así, con esa rabia en su mirada. – dijo la mujer, jugando nerviosa con los dedos de la mano.

Momo: De cierta manera la entiendo. Incluso yo aprendí que las personas tienen diferentes formas de expresarse, y que debemos cuidar cómo hacemos eso con los demás. – dijo Momo, mirando hacia la calle mientas en su mente veía a varias niñas de primaria alejándose de ella. – Iré a ver si puedo hablar con ella. – le dijo Momo a la madre de su amiga.

Sra. Tachikawa: Adelante. – le dijo Satoe, tomando las manos de la chica, para que justo después se escuchase el sonido de un estómago gruñendo.

Momo: ¡D-discúlpeme! – dijo la chica llevándose las manos a la cara completamente avergonzada. – No-no comí nada en la oficina de Koushiro-san, y hoy utilicé mucho mi don en un corto periodo de tiempo. No sé por qué eso se me había olvidado. – dijo la chica todavía cubriéndose la cara.

De pronto, Momo escuchó a la mujer reírse de manera mesurada, quitando esta poco a poco las manos para ver con libertad.

Sra. Tachikawa: No te preocupes. El estómago de Palmon también hace eso luego de convertirse en el cactus gigante y en el Hada de Odaiba. Ve tú con Mimi, y mientras tanto, te prepararé algo para cenar. – dijo ella, abriendo la puerta y dirigiéndose a la cocina.

Una vez frente al cuarto que compartía con Mimi, Momo tocó la puerta, escuchando a la chica negarse a cenar creyendo que quien llamaba era su madre.

Momo: Mimi-san, ¿puedo pasar? – le pregunto la chica, esperando unos segundos antes de oír abrirse el seguro de la puerta.

Cuando la chica de pelo azabache entró se topó con la Niño Elegido de la Pureza arrinconada en su cama contra la pared, abrazándose las piernas contra el pecho y ocultando su cara en las rodillas. Palmon permanecía sentada del lado derecho de la chica humana, sobándole ligeramente el brazo para tratar de consolarla.

Momo: Mimi-san… - llamó gentilmente Momo a la chica.

Mimi: Lo siento. – dijo únicamente Mimi, sin dejar de ocultar su rostro. – No quería que esto pasara. – dijo la chica, limpiándose una lágrima de la cara.

Momo: Koushiro-san no quiso ser duro con lo que dijo. – decía la chica, mirando como el ceño de Mimi se frunció ante la mención del chico pelirrojo.

Mimi: No menciones a Koushiro. – dijo con audible molestia la chica, desviando la mirada. – Es un tonto cuando se trata de la gente. Lo único con lo que si sabe lidiar es con las computadoras. – dijo Mimi como agregado.

Momo: No estuvo mal lo que dijo, sino cómo, ¿verdad? – preguntó la chica, aplicando sus conocimientos para lidiar con personas en situaciones de riesgo.

Mimi: Siento que a nadie más le importa que ellos sigan despotricando contra ti, Izu-nichan, los demás y los digimons. – dijo ella molesta, señalando con su mano abierta a la televisión apagada.

Momo: Opino que ignoremos a la televisión por ahora. Mejor tengamos una pijamada. – dijo la chica, con una expresión demasiado seria.

Palmon: ¡¿Haremos una pijamada?! – exclamó emocionada Palmon, la cual se había mantenido callada en toda la conversación.

Momo: Si. En el campamento del verano, las chicas de la clase 1-A y 1-B hicimos una improvisada. Hablamos de muchas cosas al azar. – decía la chica, casi presumiendo de su conocimiento en el tema (escaso).

Mimi: ¿Y de qué quieres que hablemos? – dijo la chica, un poco más interesada, sentándose de forma que las dos chicas humanas quedaran sentadas en semicírculo, con la digimon planta en medio.

Momo: ¿Alguna vez te molestaste cuando alguien te dijo algo de frente? – preguntó de manera directa la chica, exhibiendo su falta de tacto en habilidades sociales informales.

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Mimi: Bueno, yo… hubo una vez que me molesté con Koushiro. – dijo la chica, arrugando la boca porque una vez más el chico volvía a amargarle el momento.

Momo: No es necesario que sigamos, puedo cambiar la pregunt… - decía la chica antes de que Mimi le sujetase las manos a la cama.

Mimi: No, fue hace años. Cuando viajamos por primera vez al Digimundo. – dijo la chica con seriedad.

Palmon: ¿Hablas de cuando Tentomon y tú entraron a ese laberinto y fueron atacados por Centarumon? – preguntó la digimon, mirando a su compañera.

Mimi: Si. – aclaró la chica al digimon.

Momo: Midoriya-san no profundizó mucho en esa parte. Dice que eso se lo contaste hasta que todos viajaron al Continente Server. – puntualizó ella a Mimi.

Mimi: Así es. – dijo Mimi, procediendo a relatar la batalla con el Digimon Guardian, controlado por los Engranes Negros de Devimon.

Momo: Así que Koushiro-san siempre ha sido alguien con "bastante" curiosidad. – dijo la chica, sintiendo una gota de sudor caer por su frente.

Mimi: Pero, esa no fue la última vez que alguien me dijo que no le agradaba mi actitud. – dijo la chica, mirando hacia el lado opuesto de Momo.

Palmon: Mimi… - llamó la digimon a la humana, tocando su brazo.

Momo. Mimi-san, yo… - comenzó ella a intentar hablar delicadamente a Mimi.

Mimi: Fue Izuku-kun. – dijo con una seriedad atípica en ella.

Momo: ¿Midoriya-san? – preguntó Momo con duda, sin imaginarse al tímido peliverde decirle a una chica eso.

Mimi: Esa fue la última vez que alguien me dijo algo que no me gustó. Lo terminé encerrando a él en un calabozo junto con Palmon. – dijo Mimi con una risa irónica.

Momo: Lo sé. En el castillo de ShogunGekkomon. – puntualizó Momo.

Mimi: ¿Izu-nichan también les contó las cosas horribles que le dije esa vez a él y a los demás? – preguntó la chica, temerosa de la respuesta de Momo.

Momo: Si. – contestó con seriedad la chica.

Mimi: ¡¿Y por qué sigues intentando hacerme sentir mejor?! – preguntó la chica, con una voz con mezcla de exasperación y tristeza.

Momo: Mimi-san… - intentó ella tocar a Mimi en su hombro, deteniéndose esta al tener Mimi un arrebato de nuevo.

Mimi: ¡¿Por qué seguir siendo amiga mía si solo pienso en mí?!, Koushiro, idiota. – dijo la chica, llevando sus manos a los ojos para contener lágrimas de enojo.

Momo: Mimi-san… - dijo la chica, esta vez alcanzando el hombro de Mimi.

Mimi. No me enoja que él dijera eso, me enoja que lo dijera él. Se supone que somos amigos. No debía decirme eso así. – terminó confesándole ella a Momo.

Palmon y Momo se quedaron calladas un rato al igual que Mimi, mirándose la humana con superpoder y el digimon entre sí.

Momo: Creo… que es mi turno de contestar la pregunta. – dijo la chica, jugando con uno de sus mechones de cabello.

La Niño Elegido y el digimon la miraron, en espera de que la chica continuase.

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Momo: La última vez que alguien me dijo algo que no le gustaba de mi forma de ser fue en la primaria. – dijo Momo, dejando de jugar con su cabello y recargando sus brazos en las rodillas. – Crecer en un entorno diferente a los otros siempre ha sido algo que me hace diferente a los demás inevitablemente. Pero recuerdo que mis primeros años en la escuela fueron muy distintos hasta el quinto grado. – dijo la chica, con melancolía en su voz.

Mientras hablaba Momo, Mimi se enderezó y se colocó a Palmon en su regazo.

Momo: Mi don siempre me ha impulsado a tener gran conocimiento de muchas cosas. Necesito saber la composición atómica de algo para poderlo crear. Y eso te puede llevar a creer que lo sabes todo. – dijo la chica, mirando la mano con la que crea muñecas matroska a menudo.

Palmon: ¿Qué fue lo que te hicieron en la primaria, Momo? – dijo la digimon planta, con genuina curiosidad y preocupación por la chica humana.

Momo: En una ocasión, una niña llevó un nuevo brazalete que le había regalado su padre para su cumpleaños. Ella le decía a toda la clase que el collar era de cierto precio, haciendo énfasis en que el material era oro puro. – paró de hablar Momo para exhalar de manera pesada. – En ese entonces yo ya conocía la composición de todos los elementos de la tabla periódica, y sabía exactamente la composición del oro. Fue lo primero que hice luego de muñecas en masilla. Así que le dije que eso no era oro de verdad. Al principio ella lo negó y no le dio importancia. Al final resultó que la empresa de su padre hacía falsificaciones de oro, por lo que fue detenido por la policía por fraude a los clientes. – terminó de decir la chica, ahora tan decaída como Mimi hace un momento.

Mimi: Pero ¿cómo fue que tuviste que ver en eso? – preguntó Mimi, luchando con sus impulsos de destacar el hecho de que la chica iba a una primaria de niños de alta sociedad.

Momo: Resulta que una de nuestras maestras era cliente frecuente de la tienda de su padre. Y ella comenzó a difundir lo que escuchó de mi como un hecho. Antes de que aquella niña dejara de ir a la escuela, les dijo a sus amigas eso, ya que su padre se enteró cuando comenzó el juicio. No podían hacerme responsable ya que los clientes comenzaron a hacer valuaciones de sus joyas y confirmaron lo que yo le había dicho a ella. – dijo Momo, tomando un descanso para tomar aliento de nuevo. – El resto del año escolar y el sexto grado las chicas dejaron de acercarse, y solo lo hacían cuando era alguna obligación escolar. Algunas de ellas acabaron estudiando en la misma secundaria que yo, y solo bastó con que comenzaran a repetir aquella historia. – dijo la chica, mordiéndose un labio para no romper en llanto.

Mimi: Momo-chan… - hablaba Mimi, comenzando a sentir empatía por la chica, antes de formar una sonrisa de ironía. – Creo que las dos somos complicadas. – dijo Mimi con una sonrisa.

Momo. ¿Mimi-san? – preguntó la chica, antes de recibir un abrazo sorpresa de Mimi. - ¿Q-qué…? – preguntaba confundida la chica, viendo al digimon acercarse para envolver la también en un abrazo.

Mimi: Momo-chan. Gracias por dejarme ser tu amiga. – dijo la chica a Momo con una sonrisa.

Momo todavía no sabía que había hecho para que Mimi dijera aquello, pero la chica recibió sin protesta el abrazo.

Momo: Se supone que yo venía a alegrarte. – decía la chica, limpiándose la nariz con un pañuelo que creó en un instante.

Antes de que alguna pudiera decir algo, el estómago de Momo volvió a gruñir.

Mimi: ¿Tienes hambre? – preguntó Mimi, soportando las ganas de reír.

Momo. Si. - Respondió esta con pena.

Mimi: Creo que si quiero cenar también. – le dijo Mimi, manteniendo el abrazo. - ¿tú qué dices, Palmon? – le preguntó la chica a su digimon.

Palmon: ¡Si! – contestó la digimon planta, completando el abrazo con sus lianas.

Las tres permanecieron así durante lo que parecieron horas, hasta que la puerta se abrió repentinamente.

Sra. Tachikawa: ¡Chicas, acabo de terminar de hornear un pastel! ¡Vengan todas a probar un poco! – irrumpió en la puerta de pronto la madre de Mimi.

Mimi: ¡Mamá! ¡Interrumpiste un lindo momento! – recriminó la chica a su madre.

Sra. Tachikawa: Lo siento. ¿Ustedes quieren pastel? – preguntó Satoe, cerrando tímidamente la puerta hasta dejar una franja abierta.

Mimi: Si, en un momento vamos. – dijo la chica, mostrando irritación ante la actitud de su madre.

La mujer cerró la puerta, pasando algunos segundos a antes de que Mimi y Momo rieran por lo cómico del momento.

Momo: Vamos. Todavía estoy débil por usar mi don esta tarde. – dijo la chica levantándose junto a Mimi.

Palmon: ¡No se olviden de mí! – exclamó la digimon planta.

Momo: Por supuesto que no. Los héroes merecen recibir pastel como recompensa. – le dijo la chica a Palmon.

Mimi: ¡Qué profundo se escuchó eso, Momo-chan! – dijo Mimi a la chica.

Momo: Es una frase que vi en un programa de televisión americano. Tsunori-san me lo recomendó cuando fuimos al campamento. – aclaró Mimi.

Mimi: ¿Tsunori-san? – preguntó con duda Mimi.

El resto de la cena, Momo le contó a Mimi sobre la chica del salón 1-B del Curso de Heroísmo con el don de Horn Cannon, lo cual dio rienda suelta a la imaginación de la hija del matrimonio Tachikawa.

Desde uno de los edificios de enfrente de menor altura, una figura observaba en la oscuridad al ventanal que mostraba a las 3 mujeres y digimon degustando un pastel blanco, mirando como Momo corría al recibidor y volvía con un cuaderno, el cual pasó a Mimi. Luego de espiarlas unos momentos más, la misteriosa figura comenzó a caminar a la puerta de la azotea, oyéndose un par de tacones golpear el concreto del tejado.


Preparatoria Tsukishima, 12 de julio de 2005, 7:45 hrs.

"La mañana después es más difícil", reza un antiguo dicho en el mundo de Momo. Cuando ambas chicas salieron rumbo a la escuela llevaban una misión en concreto: llegar temprano a la escuela para entregar el boceto del diseño de vestuario que ambas hicieron ayer con Meiko.

Durante el camino, ambas fueron conversando de trivialidades, pero en específico, la chica de pelo castaño dejaba claro que todavía no perdonaba al chico pelirrojo, al menos no hasta que este se disculpara con ella, dejando a Momo con la mala sensación de que el problema todavía persistía, y ella esperaba por el bien del grupo que se resolviese en buenos términos.

Pero al cruzar la entrada principal, Momo detectó rápidamente que algunos alumnos del patio principal las miraban a ambas de manera extraña, murmurando entre ellos. La chica volteó a ver a Mimi, quien continuaba reflexionando sobre la conversación con Momo la noche previa, así como la pelea que ella tuvo con Koushiro, por lo que esta no notaba las miradas y murmuros de todos.

Mimi: ¿Eh? ¿Qué ocurre Momo-chan? – preguntó ella a Momo, al verla tomar una actitud seria de forma repentina.

Momo: Mimi-san, tú ve a mostrarle el diseño a la presidenta del comité. Te alcanzo en el salón. – le dijo la chica a Mimi, observando ahora a los alumnos desde las ventanas de los salones hablando sobre ellas.

Momo vio a Mimi pasar la entrada al edificio, en la cual no había muchas personas cerca, por lo que la chica castaña pudo pasar sin contratiempos. Enseguida, Momo se acercó para interrogar a un grupo de estudiantes conformado por chicos y chicas, que las habían visto raro.

Momo: Disculpen… - habló la chica con tono de autoridad.

Cuando ella se acercó, estos se separaron alejándose del círculo que formaban por la repentina irrupción de la chica, dejando a Momo apreciar a un estudiante con un periódico de esta mañana. La imagen impresa en primera plana de ella, reproducida anoche en televisión, la dejó helada de inmediato, sintiendo su respiración acelerarse por pánico.

Estudiante 1: ¿Sí?, ¿Qué se te ofrece? – preguntó este, sujetando el periódico mientras veía la expresión de la chica, más cercana al miedo que al nerviosismo.

Momo: ¿Po-podrían decir si hay algún problema conmigo? Me percaté de que nos miraban fijamente a mí y a mi amiga hace un momento. - dijo la chica, luchando contra su cerebro que conectaba puntos a la velocidad de la luz.

Todos negaron rápidamente, dejando a Momo sin motivo para interrogarlos.

Momo: Ya veo. Perdonen la intromisión. Buenos días. – dijo ella, dándose media vuelta para entrar al edificio y alcanzar a Mimi.

Pero Momo se detuvo cuando escuchó a uno de ellos discutir con murmullos.

Estudiante 3: Te digo que ella es "Creati", son prácticamente iguales. Además, la otra también estuvo allí. Ellos son peligrosos. – susurró ella al dueño del periódico.

De inmediato, Momo se aferró a su mochila marrón y aumentó su velocidad al caminar, mirando hacia el suelo la tormenta que ella misma había provocado. Necesitaba hablar con los otros de inmediato.


Mimi: ¡Buenos días! – exclamó ella con vigor en la entrada del salón de tercer año.

Presidenta: ¿Tachikawa? – preguntó la estudiante mientras se movilizaba hasta la puerta donde la esperaba la estudiante de primer grado.

Mientras tanto, el resto mantenía su vista en la recién llegada.

Mimi: El diseño está listo. – le dijo Mimi a ella, mostrando el cuaderno de ayer.

Presidenta: Oh. Excelente. – decía la chica mirando con duda el dibujo, para después volver a mirar a Mimi. ¿Eh? ¿Es el diseño final? – preguntó ella a Mimi.

La Niño Elegido de la Pureza quedó pensativa un segundo, durante el cual las palabras dichas por Koushiro la tarde de ayer volvieron a provocarle una punzada de enojo, pero recuperándose de inmediato y contestándole a la chica.

Mimi: Si. – dijo esta, sin dar más detalles.

Mimi entonces recibió instrucciones de que se fabricaran los uniformes y que la senpai llevaría el diseño con el maestro encargado del Comité. La chica se fue tan rápido del salón que esta ignoró al resto del aula murmurando al verla pasar, con algunos desplegando el mismo periódico que los chicos de la entrada, abierto con la imagen a página completa de Mimi mirando a la cámara.

Durante el camino a su salón, la chica hacía una reflexión de su actitud de ayer, aún sin comprender por qué Koushiro había dicho eso de ella.

Mimi: No solo pienso en mí. No soy tan egoísta. – pensó para sí misma antes de ver a Meiko entrando a su propio salón. - ¡Meimei! – llamó la chica a Meiko.

Mimi aprovechó para comunicarle a Meiko el visto bueno al diseño, y encargarle que esta le pidiese ayuda a Sora-san, quien no estaba en el salón, para fabricar los uniformes entre las cuatro lo más rápido posible, ya que quería practicar con las otras chicas la rutina para el Festival. Una vez más, Mimi no se percató que todos dentro del salón de Meiko, Yamato y Taichi, estos dos últimos ya sentados en sus pupitres, murmuraban entre sí.

Inserte Boku No Hero Academia - "Kokoro o shihai shite iku yami" (Darkness In Heart)

Cuando Mimi vio el reloj a punto de marcar el inicio de clases, dejó la charla para después y se movilizó rápido a su salón. Justo después de que ella se fue llegó Sora corriendo lo más que tenía permitido, jadeando exhausta en la puerta.

Sora: ¡Mimi-chan! – gritó una exhausta Sora desde la puerta del salón, viendo que no había alcanzado a llegar a tiempo para hablar con Mimi.

De inmediato, Taichi y Yamato se pararon de sus asientos hasta donde estaba Sora, con Meiko parada a lado de la chica.

Yamato: ¿Qué ocurre? – le preguntó el rubio preocupado a Sora.

Taichi: ¿Por qué saliste corriendo así? – preguntó ahora el chico castaño.

Sora: Kyouka-chan acaba de decirme algo muy malo. Debemos hablar con Nishijima-sensei pronto. – dijo la chica recuperando el aliento.


Un grupo parado en la puerta hizo que Mimi detuviese su carrera por llegar, sintiendo que su boca se retorcía por el enojo una vez más. La chica se acomodó la correa del maletín al hombro, y decidió que ella pasaría con la frente en alto.

Kirishima: Oh. ¡Allí está ella! ¡Mimi-san! – saludó el chico con cabello negro caído, parado fuera del salón junto a Bakugo, quien estaba recargado en el marco de la puerta, pero dejando paso libre.

Kaminari: ¡Jirou-san acaba de volver de irte a buscar! Tenemos un problema. – dijo el chico ya dentro del salón, susurrándole la última parte al oído a Mimi, teniendo este a su lado a Koushiro.

Mimi: Buenos días Kirishima-san, Kaminari-san, Bakugo-san. – saludó la chica de manera alegre a los tres chicos, dejándolos sorprendidos cuando pasó de largo a Koushiro, ignorándolo para saludar al resto.

Para sorpresa de ella, Izuku se le acercó de inmediato a susurrarle al oído mientras sonaba la campana, obligando a la chica a sentarse en su asiento y procesar lo que el chico peliverde acababa de decir.

Flashback

Los héroes y Koushiro vieron a Jirou tensarse y acercarse a la ventana, mirando justo cuando Mimi y Momo se separaron, y esta última se acercó a un grupo en el patio. Cuando la chica de pelo azabache parecía querer escapar a toda velocidad de allí, "Earphone Jack" captó con más volumen los murmullos de alrededor.

Jirou: ¡Maldición! – espetó ella bajo, para no llamar la atención del salón.

Sin dar más explicaciones a sus amigos, Kyouka se acercó a susurrarle a Uraraka lo que acababa de enterarse, sacó el teléfono de esta dimensión y envió un mensaje de urgencia a Sora, para de inmediato salir corriendo por la puerta.

Iida: ¡Jirou-san! ¡No corras! ¿A dónde vas? – preguntó el chico peliazul, asomándose desde la puerta, junto a Izuku y Kaminari.

Jirou: ¡A buscar a Mimi-san! ¡Uraraka ya sabe qué hacer cuando Yaomomo llegue! – dijo la chica mientras se perdía por el pasillo.

Fin de Flashback.

Inserte Boku No Hero Academia - "De hisa no pinchi" (Threat Incoming)

Fue hasta el receso cuando hubo una reunión de emergencia en la oficina del profesor Nishijima, quien pasó a los salones a solicitar formalmente que los adolescentes se reuniesen con él en la hora de la comida, intentando el hombre con esto hacerle ver a los otros estudiantes que debían mantener su distancia de la chica de pelo azabache y la de pelo castaño.

Ninguna de las dos chicas pudo cruzar palabra con la otra en los intercambios de maestros sin provocar murmullos y miradas del resto del salón, limitando a Momo lo que podía informar a Mimi. Reunidos todos en la oficina de Daigo Nishijima, Momo y Kyouka fueron las que informaron al resto de lo que habían visto y escuchado a lo largo de la mañana.

Jirou: Toda la escuela habla sobre lo que pasó ayer, pero algunos poco son los que están atando cabos con el reportaje de anoche. – dijo la chica de manera seria a todos, mirando especialmente a Mimi.

Momo: En esencia el periódico dice lo mismo que ese programa, pero lo complementa con el reporte de la policía. – dijo la chica mirando su comida apenada, alzando la mirada a sus compañeros presentes. – Lo siento chicos. Por mi culpa nuestras tapaderas están en peligro. – decía la chica con arrepentimiento.

Uraraka: ¡N-no te agobies, Yaoyorozu-san! – dijo ella, alzando las palmas al aire.

Izuku: Si no hubieras actuado, Mimi-neesan y Palmon no habrían resistido. – defendió el chico peliverde las acciones de la chica de pelo azabache.

Taichi: Las noticias también están siendo tendenciosas. Tú les advertiste que no se acercaran demasiado, ¿no es así? – preguntó el chico, recibiendo un asentimiento de cabeza de Momo.

Koushiro: Yo no vi que ellos dijesen eso en el programa. La reportera ni siquiera lo mencionó. – habló el genio tecnológico, mostrando su apoyo también a Momo.

Sora: Ochako-chan tiene razón. Seguro encontraremos una forma de lidiar con esto. - ¿Nishijima-sensei? - preguntó la chica.

Nishijima: He estado toda la mañana haciendo control de daños en la sala de profesores, pero no hay mucho que pueda hacer con los alumnos. Y no todos los profesores se convencieron de la explicación que di. – dijo Daigo a todos.

Yamato: Debemos hacer algo pronto o será muy difícil despejar las sospechas de nosotros si los rumores siguen creciendo así. – planteó Yamato al resto.

Todoroki: Ojalá pudiéramos convencer a todos de que Creati no es en realidad Yaoyorozu. – dijo el chico, viendo luego a Kaminari nervioso jugar con sus manos.

Kaminari: Quizá… podamos solucionar esto con el Festival Escolar. – dijo el chico agachando la cabeza, temeroso de ver al resto.

Bakugo: ¡No digas idioteces, tonto! – gritó el chico en su habitual furia.

Nishijima: Lenguaje. – replicó de inmediato el hombre adulto al adolescente, quien se quedó callado gruñendo.

Todoroki: Kaminari. Este es un tema delicado. No creo que los isekais puedan resolver esto también. – dijo el chico bicolor al rubio eléctrico.

Kaminari se veía inseguro de decir su idea, volteando a ver a Kirishima e Iida, quienes le comunicaban con la mirada que dijera toda la verdad de una vez.

Kaminari: Pues verán… - dijo el chico comenzando a dar el contexto.

Los siguientes minutos Kaminari confesó su travesura y el precio que ahora debía pagar toda la clase 1-A por ello. El caos generado ante dicho relato, incluyendo varios intentos de Bakugo por explotar al chico, exilió por unos momentos de las mentes de Momo y Mimi la preocupación por ser objetos de ataque y señalamientos de toda la escuela, siendo más fuerte este shock en Mimi.

"Se que lo hiciste con buenas intenciones, pero mira ahora el resultado. Es un problema muy serio y delicado.", fue lo que le dijo Koushiro ayer y que ella rechazó en su rabieta, y a pesar de haber perdonado al chico dentro de ella misma desde la primera clase, dichas palabras volvían a Mimi cada vez que veía a Koushiro.

La reunión terminó con la idea de usar los "cosplays" para el concurso de disfraces como una forma de convencer a la escuela de que la heroína "Creati" y la estudiante Momo Yaoyorozu eran solo 2 personas muy parecidas. Mientras tanto, la agencia de Procesamiento de Datos debería hacer horas extras para frenar los esfuerzos de la televisión y la prensa escrita para seguir reproduciendo la imagen de Mimi, para que no fuese objeto de ataques en plena calle.

El almuerzo finalizó con Momo enfocando su capacidad cerebral en una manera de limpiar también la reputación de su amiga, ya que esta sentía que era responsabilidad suya por no haberla frenado antes de que se lanzara a la batalla.


Inserte 16 Hidari wa Zettai Tsukawanee

Salón 1-C, Preparatoria Tsukishima, 15:10 hrs.

Al terminar la última clase, Koushiro fue arrastrado por Kaminari y Kirishima fuera del salón a toda velocidad. Jirou por su lado salió corriendo a la práctica de la banda, e Izuku dijo que debía ir a un sitio del centro por su cuenta. Bakugo, Todoroki e Iida se habían marchado, dejándo solo a Mimi y a Momo en el salón.

La chica de pelo azabache no era tonta. Durante el último segmento del día Momo había notado que los murmullos sobre ella y Mimi continuaron en los cambios de clase. Pero lo que más preocupaba a Momo era la Mimi inmutable que contrastaba con la chica en shock que vio cuando esta llegó al salón esa mañana. Al sonar la campana y comenzar todos a retirarse, Momo se acercó a Mimi al ver que ella tardaba en guardar su maletín.

Momo: Mimi-san, ¿segura que estás bien? – le preguntó Momo a Mimi.

Mimi: Si, en un momento te alcanzo, Momo-chan. La reunión del Comité ya debió comenzar. – le dijo esta con una sonrisa que trataba de mostrar tranquilidad.

Momo salió del salón con dudas dejando a Mimi sola con el resto de estudiantes que aún no se iban. Mientras veía a la chica azabache partir, Mimí notó un grupo de chicas arremolinadas cerca de la puerta murmurando, y cuando ella comenzó a guardar sus útiles escolares, algunos de ellos llegaron a sus oídos.

Estudiante 3: Yo escuché que ella salió en la televisión anoche. – dijo una al resto.

Estudiante 4: No puede ser. – dijo otra con fingida sorpresa al resto.

Estudiante 5: ¿En las noticias del helicóptero de Odaiba? – preguntó otra para confirmarlo.

Estudiante 6: ¡Yo también lo vi! – exclamó la última, emocionada por estar en la misma sintonía que las demás.

Repentinamente, Mimi movió la silla para ver con una expresión de fastidio al grupo de chicas murmurando, golpeando tan fuerte su mochila sobre la mesa que las hizo callar de inmediato.

Mimi: Díganmelo a la cara. – dijo ella cerrando la mochila y levantándose para salir del salón, sintiendo la mirada de todos encima de ella cuando cruzó la puerta.


Sora acababa de dejar a Kyouka con Yamato y su banda para el ensayo de su actuación para el Festival. A punto de cruzar la puerta del Taller de Costura, ella escuchó algo golpeándose contra la mesa de trabajo, por lo que apresuró el paso.

Sora: ¿Estás bien? Eso sonó muy fuerte. – preguntó ella, viendo que quien se había golpeado era Meiko.

Meiko: Estoy bien. – respondió la chica, sobándose el cráneo.

Sora: Ten cuidado. Hay agujas, tijeras y otras cosas peligrosas. – le dijo ella a Meiko, ayudándola a levantarse del suelo.

Meiko: Sí... Me corté por todos lados al intentar hilvanar. – dijo con su timidez alegre, mostrándole a Sora sus dedos parchados.

Sora: Menos mal que vine a ayudar. – dijo Sora sonriéndole a Meiko. - ¿Dónde está Mimi-chan y Momo-san? - preguntó ella al no ver a las chicas allí.

Meiko: Ah. Ellas tenían que ir a recibir más indicaciones del Comité, así que me ofrecí para ir adelantando trabajo. – respondió Meiko todavía con una sonrisa feliz.


Inserte 16 Hidari wa Zettai Tsukawanee

Salón del Comité del Festival, 15:45 hrs.

Mimi tardó más de 15 minutos en llegar hasta el aula y, para su fortuna, a diferencia de la gente en los pasillos nadie parecía prestarle más atención que a quien abre la puerta para entrar. Lo primero que ella notó fue que no estaban ni Momo ni la presidenta del Comité ni las otras chicas sorteadas para porristas.

Una vez que ella tomó el mismo asiento que el día anterior, sacó su celular para enviar un mensaje a Momo preguntando si ya venía de camino y avisándole que ya se encontraba ella en el aula. Tan inmersa estaba Mimi escribiendo el mensaje que no escuchó la puerta abriéndose, pasando por esta Momo y las otras chicas, estas últimas murmurando entre ellas con visible molestia. La voz de Momo fue lo que sacó a la chica de su concentración en el aparato.

Momo: Mimi-san, ¿tienes un momento? – le dijo la chica, con un tono que reflejaba seriedad, sorprendiendo esto a Mimi.

Sugiyama: Queríamos hablar contigo de esto. – dijo Mai, sosteniendo frente a ella el diseño fotocopiado del cuaderno de Mimi.

Estudiante 6: No vamos a ponernos esto. – dijo esta tajante junto a Sugiyama.

Estudiante 7: No podríamos vestirnos así para atender a los clientes. – terminó diciendo molesta la última de las chicas.

Estudiante 6: Nunca nos lo preguntaste, lo decidiste tú sola. No aceptamos esto. – le dijo la chica, mirando fijamente a Mimi.

Sugiyama: Eres una ególatra. – dijo Mai a Mimi, ahora con mayor molestia.

Mimi: Esperen, chicas. La presidenta no dijo nada cuando lo entregué esta mañana. – comenzó a explicarse Mimi. - ¿Eh?, ¿ególatra? – repetía la palabra Mimi, sospechando qué significaba.

Estudiante 7: ¿No sabes qué es? Significa que eres molesta y que solo piensas en ti, gaijin… – dijo esta última, llevando una mano a su cadera.

Momo: De eso necesitaba yo hablar contigo, Tachikawa-san. – dijo Momo ahora en tono de regaño, sorprendiendo a Mimi por haberla llamado por su apellido. – Todas dicen que no le preguntaste a ninguna, por eso fuimos a hablar con la presidenta del Comité, y ella dijo que no preguntó porque pensó que tú lo hiciste antes de ir a verla. – dijo la chica de pelo azabache a Mimi, con una mirada que reflejaba culpa por tener que reprender a su amiga de esta manera.

Mimi: Yo… - habló Mimi recordando que, en efecto, ella no había consultado con las demás si les gustaba ese diseño y actuó por su cuenta.

Sugiyama: Y ella nos acaba de decir que ya no puede cambiarse, y que atenderemos con los uniformes. – recriminó más la chica a la estudiante del 1-C.

Mimi se sentía desesperada al no saber que decirles o qué hacer para remediarlo.

Momo: Mimi-san, ayer me diste permiso para detenerte si te excedías con algo. – comenzó a hablar la chica bajando la mirada al suelo, siendo incapaz de mirar la expresión de tristeza y enojo que comenzaba a formarse en Mimi. – Mimi-san. Te pido que te retires. Yo me hago cargo. – terminó la chica, levantando la vista para mirar de nuevo a Mimi.


Sora: ¡Listo! – dijo con emoción Sora, sujetando la parte superior del uniforme diseñado por Meiko, Momo y Mimi, elaborado con las maquinas del taller.

La prenda de color naranja tenía una faja para kimono de color morado y blanco, junto a un moño morado con patrón de flores adornando la espalda baja.

Meiko: ¡Qué bonito! – dijo contenta ella, abrazando la prenda que Sora le dio.

Sora: Si quieres más retazos de kimonos, hay muchos ahí. Usen los que quieran. – dijo contenta Sora a la chica.

Meiko terminaba de agradecerle a Sora cuando ambas oyeron que la puerta se abría, viendo a Mimi pasar al interior.

Meiko: Mimi-san. – llamó emocionada la chica al ver a Mimi entrando.

Sora: ¿Cómo les fue en la reunión a ambas? – preguntó ella a Mimi, extrañándose porque solo llegó ella. - ¿Dónde está Momo-chan? – le preguntó Sora a ella, notando hasta ahora los ojos decaídos de la chica, y cómo esta se miraba la palma.

Meiko: Mimi-san, Sora-san hizo unos adornos muy bonitos. Con esto, incluso yo... – decía la chica sonrojada por su timidez, antes de ser cortada de tajo.

Mimi: Lo siento, no los usaremos. – dijo Mimi a secas.

Tanto Meiko como Sora se sorprendieron de lo que acababa de decir Mimi.

Sora: No hace falta que usen mi diseño de color. – dijo ella con preocupación, apoyando las manos en la mesa.

Meiko: Eh... ¿Sucedió algo? – preguntó la chica a Mimi decaída.

Mimi: Nada. – volvió a contestar a secas la chica.

Meiko: Pero, nosotras ya hicimos este... – siguió Meiko intentando ver qué hacía falta al uniforme para que Mimi lo aceptara.

Mimi: ¡Te dije que te olvidaras de eso! – gritó Mimi con exasperación y enojo.

Las tres chicas se quedaron congeladas, viendo Meiko y Sora el exabrupto de Mimi, y esta última, mirando primero a las chicas y luego a su palma izquierda.

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Mimi: Lo-Lo siento. – dijo Mimi antes de correr fuera del salón, con llanto ligero.

Meiko / Sora: ¡Mimi-san! / ¡Mimi-chan! – ambas chicas llamaron a su amiga, intentando que no se fuese sola luego de lo ocurrido.

Ambas chicas continuaban viendo a la puerta cuando escucharon a alguien más llamar a Mimi para que no se fuera. En el momento que dicha persona alcanzó la puerta abierta, esta se percató de la presencia de Sora y Meiko.

Momo: ¡Sora-san! ¡Meiko-san! – llamó la chica, recuperando el aliento.

Meiko: ¡Momo-san! A-Algo le pasa a Mimi-san. – le dijo la chica a Momo con urgencia, la cual bajó la mirada avergonzada, atrayendo la atención de Sora.

Sora: ¿Qué ocurrió, Momo-san? - preguntó la Niño Elegido del Amor a Momo.

La mejor estudiante de la clase 1-A tragó saliva antes de contestarle a Sora.

Flashback

Minutos antes

Mimi seguía sentada en el pupitre, sin hacer caso a la petición de Momo de retirarse al ser relevada de sus funciones como organizadora del Café "DATERS". La chica movió sus labios, gesto que Momo detectó como un intento de contener las ganas de gritar, tomó su celular y se retiró levantándose del asiento en dirección a la salida, siendo seguida únicamente por Momo.

Momo: No es personal, Mimi-san. – dijo la chica tratando de que Mimi la mirase.

Mimi: Es tu culpa. – espetó Mimi, con la misma amargura que había declarado su odio a las personas indecisas el día de ayer en las tiendas departamentales.

Momo: ¿Cómo? – preguntó ella con sorpresa, deteniéndose al igual que Mimi.

Mimi: Tu dijiste que yo entregara el diseño a la presidenta. – recriminó la chica, sintiendo su mano temblar por la ira que estaba reprimiendo.

Momo: Lo sé. Lo lamento. Pero las demás querían que la presidenta te expulsara del Comité, y accedieron a desistirse si yo me hacía cargo. – comenzaba a explicar Momo a la chica.

Mimi: ¿Y por qué decirlo así? – cuestionó la chica, con la furia de su estómago.

Momo. Porque necesitas entender que la opinión de los demás también cuenta. No solo la tuya. – le dijo la chica, retomando un semblante de autoridad.

Mimi: ¿Entonces tú también crees que soy ególatra? – cuestionó la chica, volteando a verla con el ceño fruncido por la ira.

Mimi entonces vio a Momo vacilar, sin decir ni una sola palabra.

Mimi: Ya veo por qué tus viejos amigos no te hablan. Crees que tu opinión es la única que vale, pero cuando son tus fallas las que sobresalen te victimizas. – respondió Mimi con un tono de veneno. – Eres una hipócrita por decirme eso anoche. – dijo la chica dando media vuelta, deslizando la puerta antes de sentir que le sujetaban la otra mano por la muñeca.

Momo: ¡Espera, Mimi-san! – gritó la chica, evitando que Mimi se fuese.

El sonido de una mano golpeando a alguien hizo que toda la habitación quedara en silencio. Todos veían a las dos chicas del 1-C congeladas en la puerta: Momo, con la marca de una mano formándose en su mejilla derecha, y Mimi, con la mano izquierda en el aire en posición de haber soltado un golpe.

La Niño Elegido de la Pureza se quedó helada mirando su propia mano y luego la marca en la mejilla de Momo. La chica solo corrió sin importarle el límite de velocidad del pasillo, oyendo a lo lejos a Momo correr tras ella.

Fin de Flashback.


Puente Akemi, 17:30 hrs.

Mimi perdió la cuenta de cuánto tiempo llevaba deambulando hasta que notó que el sol casi se ocultaba en el cielo con nubes de tormenta. Cuando ella recogió su mochila a toda prisa, apagó su celular y salió huyendo de la escuela, lejos de aquellos a los que había dañado a lo largo del día.

Dependiendo de quienes de los Niños Elegidos y los Héroes de U.A. la persiguiesen, ella sabía que el primer lugar donde la esperarían sería en su casa. Por lo que deambular por Odaiba a pie no sonaba tan mala idea ahora.

Fue hasta que llegó al puente de las reuniones estratégicas cuando Mimi sintió el dolor de pies que le provocaban las largas caminatas por el Digimundo. En su periferia ella vio que alguien estaba en la parte baja del puente, mirando el rio.

Mimi: Jo-senpai... – dijo la chica al reconocer a Jo Kido, mirando que tenía una expresión pensativa en su rostro.

A pesar de que él también podría estarla buscando junto a los otros, Mimi sentía que necesitaba escuchar una tercera opinión, de alguien que hubiese estado alejado de los últimos eventos y pudiera dar una opinión más basada en la experiencia. Y quien mejor para darla que el experimentado Jo-senpai. El chico se sobresaltó cuando notó a Mimi, parándose ella a cierta distancia de Jo.

Mimi: ¿Te saltas las clases particulares? – preguntó la chica mirando al rio, cuidando por el rabillo del ojo que Jo volvía a mirar el rio en lugar de contestarle. - ¿Va todo bien con tus exámenes? – siguió preguntando Mimi, sujetando ella detrás de su espalda el maletín.

Jo: ¿Y qué me dices tú? ¿No estabas ocupada preparando el festival? – preguntó el chico como réplica a Mimi.

El silencio entre ambos fue lo que quedó luego de que ninguno quisiera responder lo que preguntó el otro.

Pasando por la acera de la calle, Hikari volvía a casa luego de salir de la escuela, antes de ver llegar en contrasentido a Momo, acompañada de Izuku e Iida.

Hikari: ¿Izuku-kun? ¿Iida-san? ¿Momo-san? – preguntó extrañada de verlos regresar juntos, en especial con Momo.

Izuku: Hikari-chan. Estamos buscando a Mimi-neesan. ¿No la has visto? – preguntó el peliverde con preocupación.

La chica de secundaria negó con la cabeza. Rápidamente, Iida e izuku resumieron lo ocurrido en la escuela, y Momo fue la encargada de contar lo que ocurrió tanto en el Comité del Festival como en el Taller de Costura.

Hikari: Ya veo. Mimi-san apagó su celular. ¿Han hablado con Palmon? – sugirió nuevas ideas la chica.

Momo: Ella se quedó hoy en la casa de Mimi-san para descansar un poco más. – respondió la chica, todavía con la cara reflejando culpa.

Hikari: ¿Y estás segura de lo que harás cuando la veas, Momo-san? – preguntó ella a la chica.

Hikari escuchaba la respuesta de Momo antes de distraerse por algo que llamó su atención en el fondo del puente.

Hikari: ¿Mimi-san y Jo-senpai? – preguntó la chica, sorprendida de toparse por azar a sus dos compañeros Niños Elegidos.

Tanto Izuku como Iida, y en especial Momo, brincaron sorprendidos ante lo que acababa de decir Hikari, siguiendo a la chica que comenzó a correr hacia donde estaban ambos chicos mayores. Cuando estaban ocultos por una pared circular, todos se detuvieron al escuchar lo que Mimi preguntó a Jo.

Mimi: Jo-senpai, dime, ¿soy ególatra? – preguntó la chica mirando el rio.

Jo: ¿Eh? Yo... – comenzó a trastabillar Jo mientras él intentaba responderle a ella.

Mimi: Ni siquiera lo niegas. – dijo ella reflejando la resignación en su voz.

Jo: Lo siento. – se disculpó Jo, mirando el rio luego de esa pregunta de Mimi.

Mimi: Está bien. De alguna manera, ya lo sabía. Últimamente me lo han hecho notar bastante. – dijo la chica con un dejo de tristeza en la voz.

Hikari e Iida no podían ocultar su sorpresa ante lo que escuchaban, mientras que Momo volvía a bajar la mirada al suelo e Izuku oía atento el sentir de su "Onee-san".

Mimi: Cuando algo me gusta o me parece bien, actúo como si fuera igual para todos. Pero últimamente, no presto atención a la opinión de los demás. – continuó la chica su monólogo. - Termino haciendo que se sientan mal. Palmon terminó lastimada también. Incluso me molesté con Momo-chan y le di una cachetada. – dijo esta sin saber que, detrás suyo, a la mencionada se le retorcían los labios por la culpa acumulada. - Y le grité a Meimei. Me doy asco. – terminó concluyendo Mimi Tachikawa, apretando el agarre sobre la correa de su maletín escolar.

Cuando Iida estaba a punto de intervenir en la conversación, este se detuvo al escuchar lo que Jo respondía a la franqueza de Mimi.

Jo: Está bien ser ególatra si al menos haces algo. – dijo Jo, sorprendiendo también a Mimi, la cual se giró para verlo. - Yo doy asco. Soy un cobarde. – terminó de decir el chico, comenzando a dejar su frustración conforme hablaba.

Mimi: Jo-senpai... – habló Mimi a Jo, notando que él estaba mucho peor que ella.

Jo: ¿Por qué tenemos nosotros que arreglarlo todo de nuevo? ¿Porque somos los Niños Elegidos? ¿Quién nos eligió? – preguntó el chico sin parar, producto de su frustración latente.

Mimi: ¿Todavía te preguntas eso? – dijo ella mientras comenzaba a reír por lo obvio de la pregunta.

Jo: Lo sé. Ya lo había superado. Pero, aunque lo superes una vez, las dudas vuelven. – dijo el chico, conteniendo su exasperación, sintiendo una gota de lluvia caerle en la cara.

Hikari salió un momento de su concentración en la plática cuando Iida le pasó un paraguas en el cual ella e Izuku se refugiaron, mientras veía otro más salir de la mano brillante de Yaoyorozu, quien aún tenía una expresión decaída en su rostro.

Jo: ¿Cuánto tiempo debemos ser Niños Elegidos? Tengo mucho que hacer con mi vida. Para unirme a la sociedad. Convertirme en adulto. Debo elegir mi propio camino. No ser solo un Niño Elegido. Por eso he estado estudiando. – le dijo Jo a Mimi, sintiendo este inconscientemente que con ella sí podía desahogarse.

Mimi: ¿Y aun así te saltas las clases? – le preguntó ella a Jo, con un tono irónico.

Jo: Me atrapaste. Me voy a clase. – dijo el chico con una sonrisa de ironía en el rostro, caminando hacia la salida contraria a donde estaban Hikari y los demás.

Mimi: ¡Jo-senpai! – llamó más fuerte Mimi al chico, en un intento de retenerlo más tiempo, logrando que Jo se detuviera un segundo en medio de la torrencial lluvia.

Jo: Es mejor ser ególatra...que ser cobarde. – dijo él antes de reanudar su camino con paso moderado, dejando atrás a una preocupada Mimi que ahora veía su discusión con Momo como una pequeñez, arrepintiéndose más de sus actos.

Hikari mantenía una expresión neutral igual que Izuku, Iida y Momo por lo que acababan de oír.

Mimi: Hora de ir a casa. – dijo la chica todavía con el ánimo decaído, tomando la misma ruta que Jo, evitando descubrir a los oyentes de la plática también.

En ese momento, el celular de Izuku sonó avisando de un mensaje de Sora, preguntando si ya habían encontrado a Mimi. De inmediato el peliverde informó que habían encontrado a la chica, y que esta ya iba camino a su hogar.

Izuku: Será mejor irnos ya, es tarde. – dijo Izuku a todos cuando miró la hora.

Iida siguió la ruta que tomó Jo, llevándose consigo el paraguas creado por Momo, la cual hizo uno extra para Izuku, compartiendo ella entonces el último con Hikari.


Justo cuando Iida estaba a punto de alcanzar a Jo, al estar de espaldas el chico que estudiaba para convertirse en médico soltó un último pensamiento antes de dejar salir las lágrimas de frustración que contuvo con Mimi.

Jo: ¿Tengo que ser un adulto? ¡Cobarde! – exclamó el chico, limpiándose este las lágrimas y preparándose para partir.

Iida: ¡Jo-senpai, espere! – le gritó Iida a Jo, quien se sorprendió al verlo llegar.

Jo: ¿Iida-kun? – llamó Jo al chico de lentes, que podría ser su yo de otro universo.

Iida se apresuró a cubrir a Jo con el paraguas para que no se siguiese mojando.

Jo: No traje mi paraguas hoy. Se suponía que no llovería. - dijo el chico intentando excusarse ante Iida.

Iida: ¡Yo tampoco! ¡Yo estaba con Yaoyorozu-san cuando la lluvia comenzó, así que ella creó algunos para los otros! – le dijo el chico peliazul al otro.

Así fueron conversando ambos al reanudar el camino de vuelta al departamento de la familia Kido, informándole Iida a Jo en resumen de todo lo ocurrido en la escuela con Momo y Mimi.


Familia Tachikawa, 18:00 hrs.

La madre de Mimi esperaba sentada en la mesa del comedor a que su hija llegase, mirando por la ventana la lluvia que continuaba afuera. Como ella había prometido anoche a las 2 chicas, un pastel de 3 niveles yacía recién horneado sobre la barra de la cocina. Fue mientras ella observaba el pastel fijamente cuando escuchó la puerta del departamento abriéndose.

Mimi: Estoy en casa. – avisó la chica, recargándose sobre el recibidor para dejar su mojado calzado en la zapatera.

Sra. Tachikawa: Bienvenida… ¡Mimi cariño, estás toda mojada! ¿Por qué tardaste en llegar entonces? – preguntó la mujer, pasándole a su hija una toalla del recibidor para que se secase. – Ve a bañarte enseguida, o te vas a enfermar. – le "ordenó" la mujer a su hija.

Mimi: Si. – decía ella, abriendo la puerta para ver a Palmon acostada en la cama.

Pero lo que extrañó a Mimi fue el hecho de que Momo no estaba en la habitación, o en la casa. Ella se había preparado mentalmente luego de su charla con Jo-senpai para lidiar con las consecuencias de sus actos la tarde de ese día, así que ella no quería seguir postergando aquel momento incómodo entre ambas.

Mimi: Mamá. ¿Momo-chan todavía no llega a casa? – se acercó la chica, recargándose en el marco de la puerta de su habitación.

Sra. Tachikawa: Creí que ella te lo había dicho primero a ti. Llamó diciendo que se quedaría en casa de una compañera de la escuela por lo del Festival. ¿No estás tú también en el Comité? – preguntó la mujer, mientras preparaba la mesa para tres personas.

Mimi: ¿Ella no vino aquí? – preguntaba la chica, sintiendo el golpe de lo que esto significaba.

Sra. Tachikawa: No, ¿por qué? – preguntó la mujer mirando a su hija leer un mensaje en su teléfono con cara de incredulidad y miedo. - Mimi, ¿qué ocurre? – le preguntó la mujer a la chica.

Mimi dejaba caer el celular cuando bajó su brazo, mirando a su madre sin saber cómo explicarle por qué Momo no regresaría hoy a dormir a la casa. Palmon, quien se levantó cuando Mimi entró a la habitación, recogió el aparato y leyó también el mensaje.

[Momo]: Mimi-san. Lo mejor para ambas es que nos mantengamos lejos un tiempo. Le pedí a Meiko-san asilo en su casa. Deseo que este tiempo a solas te sirva para resolver todas las dudas que te agobian, y a mí también. Atentamente, Yaoyorozu Momo. – concluía el mensaje.


FECHA DE ÚLTIMA EDICIÓN: 25 JUL 2023 01:16 HRS.

FECHA DE PUBLICACIÓN: 02 SEP 2023

AQUÍ TERMINA EL CAPITULO 2 DE LA OVA "DETERMINACIÓN" DE DIGIMON TRI. AHORA MISMO EN ENCUENTRO ESCRIBIENDO, APARTE DE LA OTRA HISTORIA, EL CAPÍTULO 7, QUE TODAVÍA NO SE SI SE DIVIDIRÁ EN DOS PARTES O NO (ESO DEPENDE LA EXTENSIÓN FINAL). TENGO PLANEADO TERMINARLO DURANTE EL MES DE SEPTIEMBRE Y PUBLICARLOS LOS PRIMEROS DÍAS DE OCTUBRE. PERO MANTENGANSE AL PENDIENTE DE LAS NOVEDADES EN MI OTRA HISTORIA (MY DIGIMON ADVENTURE ACADEMIA).

SIGO EDITANDO LOS CAPITULOS 3.0, 3.5, Y 4.0 EN BUSCA DE CORRECCIONES GRAMATICALES, Y LA CONTINUIDAD DE DIALOGOS Y NOMBRES.

DE NUEVO, LAS MISMA RECOMENDACIONES DE SIEMPRE: DENLE LIKE, COMPARTAN Y SUSCRIBANSE. SE ACEPTAN TODO TIPO DE COMENTARIOS CONSTRUCTIVOS EN LOS MENSAJES PRIVADOS DE WATTPAD, AO3 Y (LA HISTORIA SE PUBLICA EN SIMULTÁNEO EN LAS 3 PLATAFORMAS, LAS 2 PRIMERAS CON LOS FANEDITS).