Stan Marsh:
Estaba mirando por la ventana del aula, en el intermedio de clases, Kenny hace tres días que está todo reacio conmigo, después de las últimas palabras que manifestó durante el ensayo de la escena, presentía que algún comentario malintencionado le hicieron saber acerca de mi persona y por eso él no quería hablar de nuestra relación, tan solo... un saludo gélido que provenía de su boca al besarme en los labios.
O a lo mejor, yo era el culpable de que nuestra relación se viera como un juego de coger y unos cuántos besos fueran el inicio de vivir algo gay y luego seguir con nuestras vidas, como si nada hubiera pasado. Me sentía mal por ello, de que él pensará que yo no lo valorará como el novio que es, para mí. Cuando en realidad, mi cobardía de asumir esta nueva existencia, hacía que lo hiriera más, que una traición jugando a sus espaldas.
Me levanté tan pronto de la silla, cuando lo vi conversando muy a gusto con Butters, debajo del marco de la puerta del aula, quería enfrentar ese miedo que tanto me acobardaba de negar en público mi relación con Ken; pero Kyle se interpuso en mi camino, retomando esa pregunta que él hizo en el baño.
—Ahora no, Kyle. No es el mejor momento de que ahora me estés preguntando, acerca de ese asunto.
—Entonces, ¿Cuándo?
—No sé, otro día.
—No Stan. No vengas con eso... —Reprochó Kyle con esa mirada que denotó decepción al fijar su mirada en mí —Estoy harto de tus respuestas tan culas que solamente han hecho evadir el interés que tengo sobre ti —Agregó al tratar de cogerme; pero se arrepintió de hacerlo—.
—¿El interés en mí? —Interrogue con algo de sorpresa—.
—Sí, pero ya no va al caso... —Afirmó al dirigir la mirada hacia Kenny —Nos vemos más tarde, adiós —que seguramente la mirada del rubio hizo que se retirará de mi lado—.
Acaso, ¿Él estaba enamorado de mí?
Fin de Stan Marsh
—Y, ¿Kyle qué te dijo? —Cuestionó Kenneth al distraerlo de sus pensamientos, acercándose a él en un espacio de un centímetro, haciendo notar los celos que tenía con Broflovski, ya que algo dentro de sí, le indicaba que el pelirrojo andaba detrás de su novio—.
—¡Ehh...! Pues no mucho. Simplemente me estaba diciendo que si hoy nos reuníamos en la base de Cartman —Mintió Stanley, por no desatar ahora una discusión entre Kyle y Kenny en frente de todos sus compañeros—.
—¿Solamente fue eso? —Interrogó Ken al levantar una ceja—.
—Sí... Y, ¿Tú qué hacías con Butters?
—Nada, conversando.
—Mira Ken, sé que estás así porqué ese día no estuvimos juntos o a lo mejor porqué tú piensas que yo no te tomó enserio, ¿Cierto?
—Stan, ahórrate las explicaciones. No tengo ningún interés en escucharlas. Igual, haz con tu vida lo que se te plazca. Ahí te ves...
—¿Me estás terminando, Kenny? —Arguyó el pelinegro con una voz interesada en lo que el rubio acabo de decir—.
—¿Mucha prisa por andar con Broflovski?
—No, claro que no. No seas estúpido.
Kenny levantó el brazo en señal de que le importaba poco lo que su novio supuestamente negará acerca del interés que tenía con su mejor amigo. Aunque por dentro sentía que esto le ardía más que cualquier otra cosa, al retirarse de su lado.
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Esa tarde, después de la escuela. Stanley subió a su habitación todo cabizbajo y con lágrimas que derramaron su bello rostro, lastimado por la relación con su pareja sentimental que acabo de completar una fuerte discusión en el baño, al final de la jornada. Sharon quien lo vio así, al borde del llanto dejo lo que estaba haciendo y subió a averiguar lo que le estaba pasando a su hijo.
—Stanley, amor... ¿Qué tienes? —Inquirió su madre al entrar a su habitación de todos modos, sin anunciarse primero, sentándose en los pies de la cama—.
—¡Ay mami! Ahorita no. Por favor, déjame solo... Es que no entenderías... —Respondió el pelinegro con una voz que se ahogaba entre el llanto y la articulación de contarle lo sucedido, al fregarse un poco los ojos con la manga de su chaqueta—.
—No Stan... Dime, ¿Qué pasó? —Insistió su madre —¿Peleaste con Wendy? —Preguntó Sharon tomando como una opción de que no era la primera vez que él estaba así supuestamente por ella—.
—No, con Kenny —Aclaró Stan—.
—Últimamente esa amistad, está muy rara, ¿Cierto? —Detalló la Señora Marsh de lo que pasó el otro día—.
—Él y yo, ya no somos amigos -Dijo su pequeño ojiazul al insinuar su separación con el rubio —Él es mi no-vi-o —Musito Stan con un leve sonrojo en sus mejillas—.
—¿Qué?, ¿Novio? —Inquirió la mujer anodadada por la declaración de su hijo —¿Es enserio, Stan?, ¿Dímelo? —Cayendo en cuenta que a lo mejor ese día iban a tener sexo, casi en frente de ellos—.
—Sí, amo a Kenneth McCormick —Confesó su bebé todo colorado como un tomate al enfrentar la reacción de su madre —Me vas a odiar por esto, ¿No? —Añadió, siendo lo último que rebasaría el vaso de su día tan portentoso.
Sharon Marsh trago saliva en seco, no supo que responder en ese momento, tratando de asimilar que ahora su hijo le gustaban los chicos.
Ese mismo día, sobre las ocho de la noche, Kyle llegó a la casa de Kenny para conversar sobre su mejor amigo que él vió como esa relación le estaba afectando más que todo a Marsh. El rubio abrió la puerta, pensando que podría ser su hermano mayor que aún no llegaba del trabajo; pero al ver que era su supuesto rival, cambio de parecer.
—¿Qué mierda haces aquí? —Cuestionó Kenneth al levantar una ceja, lanzando miradas de desprecio que en estos momentos tendría por el que fue alguna vez, llamado amigo—.
—Kenny, vine hablar contigo sobre Stan —Respondió Kyle en un tono natural y sereno—.
—Nada raro, ¿Cierto?
—Por favor, ¿Puedo pasar? —Insistió el pelirrojo—.
Kenneth le hizo un ademán de bienvenida, para que él pudiera entrar a su morada; mientras que él lo acompañaba detrás, siguiéndole el paso a su habitación.
—Ahora sí, ¿Qué tienes por decirme? —Preguntó el rubio al cerrar la puerta de su habitación de una manera suave, sentándose en los pies de la cama con las piernas cruzadas una sobre otra, recargándose en el muslo debajo de su trasero—.
—Mira Kenny, yo me he dado cuenta que entre tú y Stan hay algo más que amistad, aunque no lo quieran demostrar —Respondió Kyle al tomar asiento, sentándose en la cabecera de la cama —Pero, quiero que me confirmes ante está sospecha que tengo —Añadió al mirarlo fijamente—.
—¿Qué es? —Interrogó Kenny cortante, sin quitarle la mirada—.
—Ustedes dos, ¿Son pareja? —Indagó el pelirrojo, estando a la expectativa de su amigo y/o rival que ahora son por el amor al pelinegro—.
—Supuestamente lo somos; pero él parece que tuviera un amigo al que se coge y ya. Kyle, yo lo amo —Explicó el rubio al desviar un poco la mirada—.
—Yo también lo amo, Kenny... Y, no me gusta como lo estás tratando —Apunto Kyle al tomar como observación las veces en que vió a su mejor amigo acongojado por los distintos reclamos que le hacía su novio—.
—Acaso ¿Pretendes quitármelo? —Kenny tomó como referencia lo último que dijo Kyle —Eres un arrastrado, solo estás buscando la oportunidad de bajármelo —Arguyó el rubio, al levantarse de la cama —Entiende, él es mío—.
—No claro que no; pero entiende... que tú no puedes obligar a que Stan te amé, independientemente de lo que haya pasado entre ustedes —Replicó Broflovski al levantarse de la cama sobresaltado por la actitud de McCormick, dando por terminado la pésima conversación que tuvo con el rubio, retirándose enseguida de la vista de Kenneth—.
El rubio lo siguió, enceguecido por los celos, la traición y el desamor por parte de su novio, cogiendo el primer objeto contundente que encontró por el camino, para lanzárselo a Kyle; pero se detuvo al ver que su hermana menor lo vió con esas intenciones. Solo por hoy lo dejaría ir, porqué mañana quién sabe si se detenga.
Un mes después...
Durante la filmación de otra película que iba para Netflix se encontraba Kenny vestido como Mysterion, alejado de todos sus compañeros, pensativo, acerca de su relación con Stan; mientras la mirada se enfocó perdidamente hacia un punto que parecía desconectarse de lo demás, dejando a un lado el libreto que descansaba en sus piernas.
Ese día, fue cuando más se le rebosó la copa al ver a Kyle cerca de su novio.
—Butters, ¿Tú has visto a Stan y Kyle? —Interrogó Kenny, buscando a esos dos idiotas que se le perdieron de vista, después de que se levantaran de sus asientos—.
—Sí, yo los ví, ellos se dirigieron al baño —Respondió el rubio Stotch al encontrarse con McCormick en el camino—.
—Gracias...
Kenny apresuró el paso, presentía lo peor y que su corazón estaba a punto de estallar si los llegase a ver en una situación comprometedora. Tal vez, en ese momento, le patearía el culo a Kyle por traidor; pero ¿Y Stan? Él lo quería a pesar de todo. Estaba en una situación complicada, no quería golpear al amor de su vida. De igual forma, tal vez, no razonaría al verlos cerca, menos de un centímetro.
Efectivamente, la escena parecía ser tal cual. No había otra explicación. Sentía como el corazón se le desgarraba al verlos así juntos, quería que fuera mentira; pero sus ojos vieron otra cosa.
—Kenny, no es lo que tú piensas —Afirmó el pelinegro al dirigir la mirada atónita ante su pareja—.
—¡Aaaah no!, ¿Entonces qué es? —Cuestionó el rubio, cerrando la puerta del baño de un solo golpe—.
—Escúchame, por favor... Antes de que ataques a Kyle, ¡Escúchame! —Intervino Stanley en medio de ellos dos, para evitar un mal suceder—.
—¡Suéltame! Porqué voy a moler a golpes a este hijo de puta —Objetó el rubio al tratar de zafarse de los brazos de su pareja—.
—Listo, cabron. Yo no quería llegar a esto por Stan; pero así lo quieres, adelante —Kyle le siguió el juego, de irse a los golpes —Suéltalo Stan—.
—No Kyle, no. Me lo prometiste —Afirmo el pelinegro al tratar de que no esto no fuera a mayores—.
Ellos empujaron a Stanley, entre el forcejeo y la discusión que estaban teniendo, haciendo que él perdiera el equilibrio y se diera contra el filo de la puerta de unos cubículos del baño.
Ambos dejaron de discutir al ver la escena provocada por su estúpida pelea, entonces Kyle fue a buscar ayuda; mientras Kenny lo cargaba entre sus brazos, llevándolo a la enfermería para que le prestarán los primeros auxilios.
Stan solo deliro el nombre de su novio.
—¡CUIDADO TOOLSHED! —Grito una voz del set, alertando el peligro en que se encontraba Stan, presintiendo que el objeto contundente estaba en movimiento—.
Kenneth volvió a la realidad, al levantarse de la silla apresurado y se balanceó sobre el pelinegro, salvándole la vida, dejando que esa vara afilada de metal pesado le ensartará la espalda baja, dañando varios órganos internos que le provocaron enseguida la muerte. Stan abrió los ojos como platos, estando debajo del rubio, lo que hizo que lo abrazará fuertemente entre sus brazos, mientras la mayoría de los presentes escucharon sus lamentos.
Las lágrimas de Kyle se escurrieron al ver esa escena tan conmovedora, él nunca pretendió quitarle el novio a Kenny, reconoció que estaba enamorado de Stan; pero se dió cuenta que él siempre amó al rubio, parecía que todo esto podía ser una horrible pesadilla, durante la grabación de la escena.
El paso de la transición de la muerte a la vida del rubio, volvió otra vez, cuando se despertó en su cama con la misma ropa vieja que siempre usa. Su novio, entró con una charola muy temprano, no se explicó que hacía Stan allí en ese momento; pero lo que sí, es que le dió felicidad de verlo nuevamente con esa sonrisa que lo caracteriza en su bello rostro, diciéndole:
—Te amo Kenny. Perdona por haber sido un idiota.
—Yo también te amo, Stanley. Eres lo mejor que me ha pasado. Nunca te dejaré.
El beso que se dieron fue un nuevo comienzo en sus vidas.
