Hola lectores de la sección de "A song of Ice and Fire", les saludos cordialmente trayendo con ustedes el segundo capítulo del El Cuento del Lobo Negro de Fuerte Terror.
Sí, hanllegado a este segundo capítulo solo puedo expresar mi agradecimiento, mis estimados lectores. Al final hablare con mayor detalle de ciertas cosas.
Disclaimer: Todo lo relacionado al universo de A Song of Ice and Fire, pertenece a George RR Martin.
La Dama de la casa Lothston
El sabor de la sangre continuaba permaneciendo en su boca. A pesar de los platillos servidos y el vino degustado en la cena. Se lavaba la boca con hojas de menta.
En un intento de sacarse el asqueroso sabor a metal.
—Soy una abominación. Mis cachorros no deben heredar este terrible mal de mis sueños— se dijo.
Y llevando solo una túnica hasta la altura de los muslos por debajo iba desnuda.
—Me duele la cadera…— lanzando una rápida mirada hacia su esposo.
Lord Jon Stark de Fuerte Terror pasaba gran parte del día reclutando a caballeros y fallando en sus intentos. Ellos se negaban a una estadía en el Norte.
Y ella quería tener atención de su señor esposo.
Lady Serena Lothston nunca tuvo pretendientes y menos propuestas matrimoniales a pesar de tener 17 años de edad. Su señor padre Manfred Lothston ofreció una dote generosa y recibiendo el repudio por sus supuestos lazos sanguíneos de lady Danelle Lothston o Danelle la Loca.
La conspiración del príncipe Daemon y la reina Visenya para unir a la casa Stark de Fuerte Terror y la casa Lothston de Torre de la Viuda de Harrenhal. Lord Manfred Lothston prefería que su hija Serena fuera desposada por un señor de la Tierra de los Ríos y permanecer cerca de la Torre de la Viuda de Harrenhal. El príncipe Daemon ocupando hábilmente su labia para garantizar un matrimonio beneficioso para Serena debido a la carencia de hermanos o hermanas de Jon Stark.
Los hijos e hijas, de dicha unión prácticamente gozarían de toda la herencia de Fuerte Terror y hasta aspirar a gobernar Invernalia solo sí sus actuales ocupantes llegaban a morir.
Jon Stark de Fuerte Terror necesitaba engendrar a un heredero. Apenas colocará un pie en el Norte, los señores norteños enviarían a sus hijas en un intento de engatusar al heredero de Fuerte Terror. La casa Lothston tenía una infame reputación que perfectamente se asemejaba a la herencia Bolton de Jon Stark.
Las dos casas estaban malditas.
Nada parecía indicar que sus terribles reputaciones serían simplemente levantadas con un decreto real y los Targaryen requerían ocasionalmente a fieles vasallos que ayudarán a recordar el sentimiento de ¡Horror!.
Los dragones de los Targaryen servían como último recurso. El acero de vasallos tenebrosos debían ser más que suficiente. Podrían aspirar a gobernar Invernalia solo sí sus actuales ocupantes llegaban a morir.
Los exiguos invitados a la boda, disfrutaron del festín; entretenidos con los artistas como escupes fuegos, lanzadores de cuchillos, malabaristas, contorsionistas y un conjunto de músicos cantó tres canciones en específico; el Cocinero Rata, Danny Flint y la Noche que acabo… relacionadas con un Jon Stark que gobierna la Guardia de la Noche.
—¡Lord Jon Stark!— cantaron los músicos. En honor del Bastardo de Invernalia legitimado por el rey Aegon y la reina Daenerys.
La boda celebrada hace dos semanas se asemejó bajo su perspectiva como si fuera una princesa de cuento de hadas con la sutil diferencia que se casaba con el lobo feroz del cuento. El festín tuvo una docena de diferentes platillos y bebió vino del Rejo que degustó. La reina Visenya Targaryen de Harrenhal se encargó de organizar el entretenimiento.
Jon junto a Serena ocupaban el principal puesto. La ceremonia realizaba por el septo fue bastante significativa y ninguno de los presentes volteo su copa, disfrutando del vino y el festín… la ceremonia de encamamiento fue realizaba apenas llegó el crepúsculo.
El rey Maekar Targaryen de Refugio Estival y la reina Visenya Targaryen de Harrenhal personalmente dieron su bendición.
Serena esperaba que su señor esposo cumpliera con la consumación del matrimonio, sería frió, sin cariño, nada de palabras y menos caricias. Jon Stark fue todo lo contrario y en la privacidad de la habitación preparada para la feliz pareja… solo susurró palabras secretas. Serena las resguardó en lo más profundo de su corazón y cedieron a la pasión por completo.
Podía decir que sus sentimientos hacia su señor esposo habían sido resguardado por cerca de 7 años. En el día que le fue anunciado su matrimonio… se volvió loca de alegría y apenas creyendo que su inocente sueño de infancia se cumpliría. Tuvo que fingir cierta actitud de menospreció por casarse con un señor de una rama cadete con menos de un siglo de existencia.
Reconocía que Jon Stark tenía varios defectos y especialmente ese carácter oscuro natural de su herencia Bolton. Nunca había sido grosero con ella y daba uno que otro modesto obsequió. El viaje al Norte estaba cerca con lord Stark junto a sus hombres de armas supervisando los regalos del rey Maekar II.
En las noches, la dama de la casa Lothston se encargaba de reconfortarlo. Cumplía su segunda semana de casados. Los miembros de la corte reconocían que extrañamente la pareja funcionaba fuera en público y en privado disfrutaban de su compañía mutua.
Unas damas de la corte le preguntaron sutilmente sí. Lord Stark de Fuerte Terror, solía transformarse en un hombre-lobo en las noches de luna llena Lady Serena Lothston conocía esa absurda historia y una vez le preguntó a Jon sí podía transformarse en un hombre-lobo.
—Sí, suelo comer carne de doncella y beber su sangre— fue la respuesta de Jon Stark de Fuerte Terror.
Ella le replicó con algo más absurdo.
—Yo soy la reina vampira que sale a beber la sangre de inocentes, Stark— y ambos se rieron.
En cuanto a esas damas de las cortes obtuvieron una respuesta con una serie de afirmación.
—Sí, en las noches de luna llena. Tengo una daga con una hoja de plata que suelo esconder bajo mi almohada— fue su respuesta.
En la intimidad del cuarto. Lavándose la boca con menta, desesperada por notar en parte el mal sabor a sangre.
—La menta ayuda… en parte— limpiándose los labios con una toalla inmaculada y dirigiéndose a la cama junto a su señor esposo. El sabor a sangre animal continuaba persistiendo en su boca y oraba a la Madre y la Vieja para dejar de tener tan terribles pesadillas.
Jon permanecía recostado pensando sobre la urgente necesidad de contar con caballeros o por lo menos un caballero de renombre.
—¿Qué sucede? — preguntó Serena apagando la lamparilla de aceite y acomodándose junto a su señor esposo. —Soy la única que puede perturbar tus pensamientos— apoyando su cabeza sobre el pectoral de Jon.
—Lo sé…— riendo y besándola tiernamente. —Intente enviar un cuervo a Refugio Estival— comentó.
—¡Refugio Estival!— dijo. —¡Refugio Estival!... pero le escribiste a él— frunciendo el ceño.
—Sí, a Aerion… pero Maekar me habló que nadie sabe de su paradero y debía permanecer encerrado en Refugio Estival por lo sucedido con el heredero de Swann. Solo desapareció junto a su escudero… abordó un barco a las Ciudades Libres y posiblemente se unió a la primera compañía libre que pudo encontrar— comentó.
Aerion Targaryen aunque carecía de un señorío propio y solía permanecer entre Harrenhal o Refugio Estival. Su falta de títulos se compensaba con su habilidad con la espada, cabalgaba como si fuera un verdadero centauro y le gustaba meterse en cualquier trifulca que pudiera encontrar. Había ganado un sinfín de torneos pero siempre terminaba en las mazmorras de Harrenhal o la Fortaleza Roja por unas semanas. Maekar le señaló a Jon sobre su repentina desaparición por golpear al heredero de Swann en un torneo celebrado en Bastión de Tormentas.
—Aerion. Se encuentra a medio mundo de distancia— dijo Serena apegándose a Jon.
—¿Lady Gwenys?... tiene agentes a lo largo y ancho de Poniente— dijo Serena. —Ella es la consejera de los rumores.
—Me entreviste con ella. Solo me habló que nadie sabe de Aerion y su escudero. Los agentes siguen buscando— dijo Jon. —Reclutare a un caballero y partiremos. En dos semanas, los barcos proporcionado por Maekar y sus artilugios… otros obsequios para mi campaña en el Norte. ¡Estarán listos!...
Una suave caricia. Un beso apasionado y buscando que la semilla dieran sus frutos en el interior de Serena. El recuerdo de un niño con rostro alargado, cabello oscuro y ojos grises amparado por el príncipe Daemon y proclamando ser su pupilo. Un lobo criado por dragones. Extrañamente el desaparecido Aerion en sus visitas a Harrenhal le decía a viva voz ¡Primo! y mandado a callar por el difunto rey Aemon.
Los Targaryen lo trataban con grata familiaridad. Serena acostumbraba a verlo sentado en los puestos de honor en los banquetes y fiestas de la cosecha.
—Mi padre me habló que tienes sangre salvaje— dijo Serena apartándose —Val del pueblo libre. La princesa salvaje.
—No era una princesa. Solo Val. Maldijo a su pueblo por traicionar a mi bisabuelo.
El rostro de su señor esposo ensombreció por unos instantes. Jon delicadamente acarició el rostro de Serena. La noche siguió su curso y el sueño vívido le reclamaba a volar por el cielo nocturno sobre Desembarco del Rey. Dio tres veces vuelta a la Fortaleza Roja, gruñía y batía sus alas.
Los murciélagos iban de un lado a otro. Serena acostumbrada a la presencia de estas alimañas por nacer y criarse en la Torre de la Viuda de Harrenhal. Luciéndolo en el blasón de su casa. Un compañero de colonia chillaba y naturalmente lo siguieron más allá de las murallas.
Hundió su hocicó en la piel de una vaca y saciando su hambre. Serena saboreo la sangre y bebió hasta quedar hinchada emprendiendo el vuelo con dificultad. Despertó repentinamente y saboreando la sangre en su boca pero no había ningún indicio del líquido escarlata.
Habitualmente se sentía confundida y lentamente iba recuperado conciencia de su entornó. Notando los brazos de su señor esposo alrededor de su persona.
Serena intento dormir.
Días después, y permaneciendo en el jardín de la Fortaleza Roja acompañada por Luton. Jon Stark, Ser Odrick Blacksmith, Karl de Viejo Wyk, Odo y el maestre Martyn inspeccionado los artilugios obsequiado por el rey Maekar II. Luton mantenían lejos a cualquier prominente joven de la ilustre corte de la Fortaleza Roja buscaba ganarse el favor de la señora de Fuerte Terror o tuviera intensiones por una tarde de pasión para alardear con sus semejantes.
Serena, despreciaba a cualquier necio y solo tenía ojos para su amo lobo negro.
Y Luton ayudaba a mantenerlos lejos.
—¡Fuera, infeliz y buitre de poca monta!— rugió Luton, desvainando su espada. —¡Lady Serena! desea leer tranquila.
Luton resaltaba por su robustez, cabello corto, vello facial y múltiples cicatrices en el rostro. Portaba una armadura completa con diversas marcas de batallas pasadas, blandía una espada forjada en las fraguas de Harrenhal y rugía si se tratará de una bestia. Lord Lothston destinaría a cincuenta hombres de armas de su casa e iban en camino hacia Desembarco del Rey… para apoyar a Jon Stark y proteger a Serena.
—Mocosos…— bufó Luton, escupiendo al suelo. —Mi señora— notando la mirada de Serena.
—Intenta a la próxima que se orinen encima— dijo Serena concentrada en su lectura.
—¡Por supuesto!— replicó Luton posando su mano hábil en la espada envainada. —Lord Jon… es cariñoso con usted, mi señora. Karl y Odo suelen decir que es difícil imaginar que siempre solía meterlo en problema y ahora es su señora esposa.
Luton pasó una buena parte de su vida al servicio de la casa Lothston y el propio señor del blasón del murciélago enfureció en el día que él anunció al seguir a Jon Stark. Viendo crecer a Serena y convertirse en toda una dama.
—Y tendremos cachorros de lobos con alas de murciélagos que comerán y beberán la sangre de las doncellas— contesto Serena.
—¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja!...— la carcajada de Luton se escuchó por todos los jardines.
Serena rió entre dientes y notando la figura que iba aproximándose hacia ella.
—¡Luton!— dijo y señalado con la mirada.
El imponente hombre no podía repeler esta nueva amenaza. La consejera de los rumores Gwenys Mares con sus ropas finas y cabello blanco como la leche hizo una reverencia sencilla.
—Lady Stark…— dijo Gwenys Mares, hablando con familiaridad.
—Lady Gwenys…— dijo Serena invitándola a tomar asiento. —Visenya me advirtió sobre ella y debo cuidar mi lengua— y cuidando sus palabras.
Luton retrocedió unos metros y la mirada fija en la bella mujer.
—¿Ser?— preguntó Gwenys Mares.
—Él no es un caballero— dijo Serena. —Es un hombre que sirvió a mi casa. Solía ser mi niñero y mi espada juramentada en ciertos eventos. Es mi amigo Luton.
—Amigo Luton— dijo la mujer de exhuberante figura. —No quiero desviarme de mi pequeña visita. El amigo Luton es libre de visitar mi habitación y puede encontrarla ocupando una excusa simple con cualquier guardia— esbozando una sonrisa seductora.
Luton apartó la mirada.
—Luton debe escoltarme a todas partes. Solo en la noche podría ir a visitarla. Sí solo quiere— contesto Serena.
—No era mi intención ofenderla.
—No es un problema— dijo Luton.
Y Serena asumió que su fiel espada juramentada iría por una noche a visitar a esa mujer.
—¡¿Cuál es su propósito?!... por supuesto ya sedujo a mi espada juramentada. ¿Mi esposo? y ¿mi lugar en Fuerte Terror?— preguntó.
—Nada de eso. Lady Stark— contesto Gwenys. —Mis agentes siguen buscando a Aerion. Lord Stark habló sobre su necesidad de caballeros pero he venido hablar con usted y un problema con su homónima en Invernalia. ¡Jeyne Rowan!...
—¿Jeyne Rowan?— dijo Serena dudando por unos instantes e intentando recordarla. —Tuve el placer de conocerla en el torneo realizado por Lord Tyrell. Ella me súpera con unos siete años.
—Ella no ha dado un heredero a Brandon Stark— indicó Gwenys. —Ella es estéril.
—¿Enserio?— Serena sintió un escalofrió por toda su espina dorsal. —Qué culpa tengo por su "esterilidad".
—Es joven, mi señora. Una dama joven y desposada con un descendiente de Jon Stark y su princesa salvaje. Una señora esposa suele verse amenazada con la llegada de otro más joven y hermosa. Media corte de la Fortaleza Roja admite que su señor esposo es un hombre con suerte. Él pudo llegar al Norte y recibir a un centenar de doncellas norteñas para escoger ser su esposa y madre de sus hijos e hijas. El príncipe Daemon y la reina Visenya fueron astutos de asegurar su posición— dijo Gwenys Mares.
Ahora tenía toda su atención y escuchó.
—Lord Brandon Stark de Invernalia deberá reconocer como su "heredero" a su señor esposo. Un embarazó es propició que pueda reafirmar su posición. Invernalia y Fuerte Terror bajo el control de Jon Stark— logró decir Gwenys. —Nada despreciable. La influencia nociva del Dominio en el Norte tiene una fuerte oposición por parte de las casas norteñas, mi señora Serena.
—Un embarazó permitiría reclamar Invernalia— replicó Serena, escuchando a la mujer y sus intenciones de ayudarla en todo lo necesario para concebir un heredero.
Y continuará en la siguiente publicación que he titulado El Caballero Libélula.
En este punto me gustaría reflexionar brevemente sobre los nombres que uno elige con una profunda revisión a los nombres que suelen señalar los libros y se repiten a lo largo de la historia creada por George Martín.
Otro punto es posible que una u otra casa nueva del quinto libro pueda participar activamente en la trama a futuro. Igual señale anteriormente que toda la historia se ambienta en el Norte pero ya quedan pocas publicaciones para dejar Desembarco del Rey y las Tierras de la Corona.
Eso es todo, nos vemos mis estimados lectores.
