Ringe der Torheit
Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama
Prólogo
Corría el año 854 cuando se dio inicio a la Última Guerra Titán, también llamada Guerra de Paradis, la cual, en un principio fue una guerra entre dos bandos: los eldianos, el pueblo maldito de Ymir y el imperio de Marley. Sin embargo, para desgracia de Marley, también se rebelaron algunos de sus soldados voluntarios, además de que Hizuru apoyo abiertamente al gobierno de Paradis. La guerra fue cruel y bastante destructiva, se cobraron vidas tanto de soldados como de civiles, de eldianos y marleyanos; pero la guerra también fue rápida, pues al tratar de invadir la isla, Marley recibió aquel ataque que tanto había temido desde hace un siglo: "El Retumbar de la Tierra". Miles de titanes colosales salieron de la muralla María, la más grande de Paradis, para aplastar todo a su paso, aun con la mas avanzada tecnología marleyana, le fue imposible al imperio contener el poderío titán. Una tregua entre las sombras, fue el factor para detener el caos, marleyanos honorarios decidieron hacer equipo con los residentes de la isla para parar al causante de tanta destrucción, al Demonio de Paradis.
El Demonio fue vencido, y su plan de sacar a más titanes de las murallas restantes se vino abajo, más sin embargo, la paz no llego pronto. Primero Eldia debía convencer a sus propios aliados de que no eran peligrosos y que la maldición de Ymir había desaparecido por completo; después negociar con un debilitado Marley, que ahora que estaba expuesto a otros enemigos, no le quedaba de otra que estrechar la mano de Eldia y llamarlo "Aliado"; y por último, contener sus propios problemas, pues los remanentes Jaegeristas aún se mostraban al grado de hacer revueltas.
La calma por fin llegó a la isla gracias y con ella cambios al por mayor. El nuevo Estado de Eldia se abría paso a la internacionalización, si bien aceptaba que su ejército renunciaba a la guerra y solo podía actuar por motivos de autodefensa; también se actualizaba y se expandía. Las tres ramas antiguas cambiaron de nombre y de propósito, y fueron reajustadas para los nuevos retos de la isla, bajo la supervisión del Comandante en Jefe. El gobierno también cambio, si bien la monarquía no se abolió, si quedaron atrás los nobles y toda su influencia, pues se dio paso a un Parlamento que de inmediato diseño leyes para el recién creado Estado, además de discutir los temas mundiales que podrían surgir, por lo que también se eligió un Canciller, que diera la cara de Eldia ante el mundo.
La sociedad fue la que mayor cambio tuvo, pues no solo soportó los efectos de la post guerra, sino los cambios políticos, económicos, tecnológicos e ideológicos a los que la isla se embarcaba. Eldia empezó a ser visto como un prometedor nuevo socio para algunas naciones y muchos curiosos empezaron a viajar a esa tierra. Algunos encantados con la isla y sus habitantes, se quedaron a vivir ahí, incluso formaron familias. El encuentro entre varias culturas fue un impacto sorprendente para los de Paradis, que los llevo a ser más abiertos a nuevas ideas y pensamientos. El turismo cobraba fuerza entre los extranjeros, tanto que se empezó a destinar presupuesto a la conservación y reconstrucción de sitios históricos. Mitras la capital, se alzaba majestuosa como sede de la realeza y la elegancia, así como Trost y Shiganshina como distritos heroicos donde aún quedaban vestigios de los titanes, de hecho, este último contaba con el Museo de la Memoria donde se explicaba todo lo que aconteció en la larga lucha titán y de modo simbólico se alzaba un Monumento a los Caídos, de los cuales no había ni un nombre, pero se daba a entender que cientos perdieron la vida. También se crearon nuevas ciudades como Frieda en el puerto principal y Uri en el aeropuerto norte; en el territorio que ocupaba la muralla María se crearon los distritos de Abel en el noreste, Dirk en el sureste, Ulklin en el suroeste y Florián en el noroeste.
El día de en qué por fin se reconoció a Eldia como una nación fue a finales del noviembre del año 862, después de contener, aún a costa de vidas inocentes, la Rebelión de los Muros. En sólo diez años se dio un giro de ciento ochenta grados, todo lo que empezó con el titán colosal derrumbando la puerta de la muralla María estaba llegando a su fin con los Tratados de Hizuru y su apertura al mundo. Ese día supo a victoria, pues la larga lucha por fin terminó y con ella una nueva oportunidad de probarle al mundo que no eran demonios; ya no con míticos titanes o con armas, sino con sus propios derechos humanos. Se instituyó como un día solemne y de fiesta, donde todo Paradis recordaba sus sufridas luchas y luego festejaba con pirotecnia, bailes y alcohol, ese día se declaró solemnemente como el Día de la Patria, el día más festivo de la isla.
Tanto así cambio Eldia, que incluso la cruel guerra de empezó en el 845 parecía tan lejana como si de un mito se hubiese tratado, lamentablemente un pueblo que olvida su pasado tan fácilmente y no aprende de sus errores, está condenado a repetir su tragedia.
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***Notas***
Primeramente soy nueva en esto del fanfic así que agradezco enormemente el tiempo que se toman para leer mi historia, por otro lado explico algunos puntos de que va esto:
1. Soy de la teoría de las lineas alternas, así que la historia es eso, una historia alterna al manga.
2. Es una secuela, así que los principales serán OC, también saldrán los personajes originales pero en un papel un tanto secundario.
3. Cómo hasta ahorita Isayama, no ha revelado mucho del pasado de Eldia, de Ymir, de Karl Fritz, de otras naciones o incluso de los nombres de todos los distritos de Paradis; aquí si hablaré de eso, aunque claro según mis teorías y apreciaciones del manga.
4. Alto contenido de spoilers para los que no van al corriente con el manga.
5. Lo vuelvo a repetir soy nueva, así que pueden comentar, hacer críticas o aconsejar, con respecto a la historia, gramática, narrativa, personajes o algún otro punto.
6. Por último, me encanta de Shingeki no Kyojin, tanto que me animé a hacer esto, porque puedo y quiero compartirlo, esperando que al menos a algunos les llegue a gustar.
