Los personajes de esta historia pertenecen a la increíble Stephanie Meyer, la trama pertenece a la asombrosa autora CaraNo, Alepattz la tradujo, sullyfunes01 es nuestra prelectora, yo tengo el permiso para publicarla.

Thank you CaraNo for allowing us to share this amazing story in Spanish!

[Traducido por Ericastelo en apoyo a AlePattz]


40 - LONDRES EN MARZO

Whistler POV

"Whistler, tengo que salir un momento", Bella dice apareciendo en la puerta de nuestro dormitorio. Le lanzo un guiño a Autumn antes de prestarle atención a mi mujer. "Hay cosas que necesitamos antes de que tus padres lleguen mañana".

Dejo la guitarra a un lado y me siento más recto en la cama. "¿Qué tipo de cosas?"

Durante las últimas semanas, hemos hablado, planeado, hablado y planeado. Mis padres llegan mañana para que podamos dar el siguiente paso. Hay que hacer un montón de cosas antes de empezar a sacar a la gente de Avellino: hay que comprar, arreglar y organizar un montón de cosas. Bella y Rose se han encargado de las compras, porque... bueno, son mujeres. Incluso cuando se trata de tecnología y equipo, ellas se han encargado. Siempre y cuando tengan listas. Eric, en particular, ha presentado a las damas extensas listas de lo que necesita.

"Bueno, ya que Carlisle y Esme se alojarán en un hotel, me imagino que podrían necesitar algunas cosas para sentirse más a gusto", responde Bella.

Maldición, ella realmente piensa en todos. En serio, siempre va un paso por delante. Considerada, servicial y se desvive por hacer cosas.

Pero... "El equipo está en el campo de tiro con Liam", le digo, que es más bien un recordatorio porque ella ya lo sabe. Y Eric está ocupado en su habitación, preparando un puesto de trabajo. Por eso estoy vigilando a Autumn. Por eso estoy sufriendo. Bueno, no realmente, pero su pequeña guitarra infantil es morada, carajo. ¡Y tiene a Hello Kitty en ella!

"No estaré fuera más de una hora, cariño", intenta razonar. "Solamente iré a Whiteleys". Claro, el centro comercial en Queensway, que está a unos cinco minutos. "Prometo darme prisa y tener cuidado". Ya estoy negando con la cabeza. "Lo siento, princesa. No puedo permitirlo".

Ella lo sabe.

Estamos atentos a los medios de comunicación, y hasta ahora nadie sabe que estamos aquí, pero, para estar seguros, intentamos no aventurarnos a salir a menos que sea importante. Además, si los Avellino o las autoridades supieran dónde estamos, dudo que lo retransmitieran por televisión nacional.

Salimos a menudo, por supuesto, pero rara vez durante el día, y definitivamente no a centros comerciales. Pero lo más importante es que las chicas no salen sin guardaespaldas.

Maldición.

"Sabes que solo es temporal", suspiro, odiando el hecho de que ni siquiera pueda dejar que mi mujer vaya y venga a su antojo. Pero tenemos que pasar desapercibidos. "Solo por unas semanas más, lo prometo".

Ya han pasado unas semanas, y la mierda se está volviendo tediosa, pero no hay otra opción. Y por tediosa me refiero sobre todo a Bella y Autumn. Suelen estar encerradas en el flat durante el día mientras el resto de nosotros estamos trabajando, ya sea aquí o en Camden. Lo que significa que esta no es la primera discusión que tengo con mi gata infernal. El aburrimiento lleva a la frustración... y así sucesivamente.

"Edward..".

"No", digo con firmeza. Puede hacer una mueca, puede luchar contra mí, puede bloquearme la puta polla por lo que a mí respecta. No voy a ceder en esto. Lo mismo va para Emmett con Rose. No las dejamos salir solas. Es así de simple. "Puedes comprar online, o puedes esperar a que Kellan o James vuelvan".

Suspira y se pasa una mano por el pelo. "Pero, por favor".

Me vuelvo a apoyar en el cabecero y vuelvo a poner la guitarra sobre mi regazo. "Olvídalo, Isabella". Rara vez me impongo. Sí, soy el puto marido; mi palabra es ley. Pero no estoy de acuerdo con eso. Quiero que mi mujer tenga su libertad, y Emmett y yo -así como la mayoría de los hombres de nuestra organización- somos mucho más liberales que otros hombres de América. Sin embargo, estos tiempos son diferentes. No voy a poner a mi Bella en más peligro del que ya corre. Así que, si tengo que prohibirle que salga del flat, lo haré.

"Edward..".

"¡He dicho que no!" Me quejo. "Me vas a escuchar, carajo. ¿Está claro?"

Pagaré por ello. Lo sé, lo sé. Su mirada es prueba de ello.

"¿Por qué?"

Si Autumn no hubiera estado sentada a mi lado en la cama -con su jodida guitarra morada de Hello Kitty-, Bella ya estaría gritando y maldiciendo.

Somos diferentes en ese aspecto, porque no puedo dejar de lado el lenguaje soez.

Demándame.

"¿Por qué no te dejo salir? Tú sabes por qué", le digo. "¿O por qué deberías escucharme? Porque soy tu jodido esposo". Grito.

Se estremece ante mi tono, pero pronto se recupera. "¡Bien! ¡¿Entonces por qué no puedes venir conmigo?!"

"¡Porque tengo una maldita conferencia telefónica con Chicago en veinte minutos!"

Con eso, me despide antes de salir de la habitación.

Oh sí, mi suspiro es pesado.

"¡Eric, vigila la puerta!" Ladré. Nunca se sabe con Bella.

"¡No voy a huir, cabrón!" Bella grita. "¡Dame un poco de maldito crédito!"

Y Autumn se ríe.

Está acostumbrada a esto, por triste que sea.

"Pronto volverá a estar feliz, Eddie", dice con confianza.

Mi cabeza se inclina hacia un lado, el suyo, y sonrío irónicamente. "¿Estás segura, Ojos Azules?"

Probablemente debería adelantarme y pedir otro regalo para Bella. Definitivamente, ella no es de las que se dejan comprar con regalos, pero tampoco está de más. Siempre y cuando no le compre flores, joyas o chocolates. Si lo hago, terminaré con su pie en mis bolas. Su amenaza. Aún no ha ocurrido -gracias a Dios-, pero no soy tan estúpido como para tentar a la suerte... o, mejor dicho, tomarme su promesa a broma.

Gracias a Dios que pronto nos iremos de Londres por un tiempo. Sé que todo mejorará en cuanto Bella no se sienta prisionera, pero hasta entonces...

De todos modos, nos vamos a Dublín dentro de una semana, así que sí veo el final de esta tensión.

Autumn asiente. "Solamente estará enfadada por un rato".

*O*O*O*

"¿Qué quieres decir, papá?" Frunzo el ceño y ajusto los auriculares. Suspira, y en la pantalla del portátil puedo ver el profundo pliegue de su entrecejo. "No es seguro, hijo. Las autoridades vigilan cada uno de mis putos movimientos. Están decididos a que Chicago siga siendo el cuartel general. Y tienen nuestra ubicación trazada".

Carajo.

Uno de los asesores de papá interviene. "Carlisle es el principal objetivo aquí en Chicago, y desde que Elizabeth y Conn regresaron, la seguridad no ha hecho más que aumentar".

Papá asiente en señal de confirmación.

Con los dos codos apoyados en la mesa del comedor, me palmo la cara, pensando, siempre pensando. Mierda. Tenemos que traerlos a Europa, y sin que nos sigan los putos federales. Pero... hmm... con papá en Estados Unidos, y... Tía Liz reuniéndose con ellos en Chicago, tal vez las autoridades creen que algo está pasando pronto - lo cual es cierto, pero ciertamente no en los Estados Unidos. Sin embargo, el hecho de que los federales lo crean... debería ser suficiente para llevar a cabo un truco de pista falsa.

Después de coger mis cigarrillos, enciendo uno y me inclino hacia delante en el asiento. "Muy bien, escucha", digo, dándole una calada. "Papá, deberías cambiar el código. A la mierda el Código Negro. Tenemos gente por todo el país, ¿verdad?"

Él también se inclina hacia delante. "¿Sí?"

"Bien". Asiento ante el plan que se forma en mi cabeza. "Llámalos a todos. Lleva sus culos a Chicago. Hará que los federales crean que tienen razón ciñéndose a lo que está pasando allí. Y..". exhalo, "...con tantas caras reconocibles en la ciudad, les será más fácil salir". Más de cien personas están involucradas en el negocio de Masen, y muchos de ellos han sido condenadas por diversos delitos. Los federales estarán encima de esa mierda. "Hazles creer que algo está a punto de ocurrir", continúo, y Eric se une a mí en la mesa. "A los que están siguiendo, dejen que los vean por la ciudad, y... lleven guardias en todo momento. Queremos que piensen que estamos aumentando nuestra seguridad. Queremos que sigan pensando que todo pasa en Chicago, definitivamente no en Europa".

Papá está claramente de acuerdo. "Probablemente podría enviar a tu madre antes. A Tanya y a tus primas también". Hago una mueca y papá se ríe. Malditas Kate e Irina. "Y luego, lo antes posible, iremos Garrett y yo".

Asiento pensativo. "Ve directamente a Dublín. Nos encontraremos allí en vez de aquí. Menos viajes".

Asiente con firmeza, pero luego una mirada de duda se apodera de él. "Hijo... Te lo pregunto porque tú ves a Liam a diario..."

Y sé lo que está a punto de preguntar. "Al diablo con eso", escupo. "No hay problema con Conn porque tenía las manos atadas, pero te juro por Dios, papá... no traigas a la tía Liz aquí".

Liam está en pie de guerra por cómo Liz descuidó a Alec y Nessa después de la boda de Emmett, pero eso no es todo. Tía Liz debería dar gracias a todo lo sagrado por el hecho de que yo no golpeo mujeres. Cachorro es jodidamente mío, y Liz fue una pobre madre de mierda con él cuando entramos en Código Negro. Por no hablar de lo que a Emmett no le importaría hacerle a Liz por hacer llorar a Nessa.

"Cometió un gran error", reconoce papá, y me alegro de poder oír su ira. Está de acuerdo conmigo. Por otra parte, también se está preparando para alegar en su defensa. Simplemente lo sé. Es mi padre después de todo. "¿Pero me estás diciendo que debo mantenerla alejada de sus propios hijos? Después de todo, vamos a Dublín a celebrar el cumpleaños de los mellizos".

"Importa una mierda", le digo, dando una última calada a mi cigarrillo antes de apagarlo. "La cagó. Y si quiere ver a Alec y Ness, será decisión de ellos. Y..." Me río sin gracia y exhalo el humo. "Hablando de eso, ni siquiera se ha puesto en contacto con 'sus propios hijos', como tú dices. Ha llamado a Liam unas cuantas veces, y siempre acaban peleando, pero no ha intentado llamar a 'sus' mellizos".

Papá suspira. Sabe que tengo razón. Liz tiene un montón de mierda qué compensar, y estoy seguro de que no la ayudaré. Mi lealtad está con Alec y Nessa, y ambos están enfadados con Liz. Pero, peor que eso, se sienten traicionados. ¿Y quién puede culparlos?

"Tomo nota. Hablaré con tu madre", murmura papá, pasándose una mano por el pelo. "Entonces, ¿algo más?"

Me encojo de hombros y veo cómo despide a los cuatro hombres de su despacho. "No. El entrenamiento continúa. Liam está ayudando a Em, vamos mucho al campo de tiro, mantenemos el bajo perfil, y Bella y yo estamos investigando los clubes que Aro tiene en Europa. Eric también".

Sonríe satisfecho. "¿Y cómo está Bella?"

Oh, él lo sabe. "Que te jodan", me río secamente. "Bella habla con mamá, supongo".

"Claro que sí", admite con una sonrisa irónica. "También Rose".

Me imagino. "Quieren hacer más cosas", admito. "Pero no hay mucho que puedes hacer cuando estás encerrado en un flat todo el día".

De acuerdo, no realmente encerrada, pero casi. No puede salir cuando quiere. La he sacado a algunas citas, la he llevado a hacer turismo, e incluso me la jugué con todo el día de San Valentín y la llevé a una pequeña posada a las afueras de la ciudad, pero es mucho más que eso. Además, el romance nunca ha sido nuestro problema. Somos jodidamente sólidos y siempre mostramos nuestro aprecio el uno por el otro, pero cuando ni siquiera puedes salir a la tienda, o dar un maldito paseo por el parque, seguro que hay problemas. Quiero decir, cuando la saqué, ella me tenía a mí, y yo siempre estoy armado. Y las veces que le he permitido salir sin mí, Kellan o James han estado allí.

"Bueno, las cosas serán más fáciles en Irlanda", consuela papá, y mierda, espero que tenga razón. "Y sabes que no están realmente enfadadas contigo y con Em".

Lo sé, lo sé. Solo están frustradas con la situación. No puedo culparlas.

"¿Qué tal la pierna?", pregunta a continuación, y yo frunzo el ceño.

Si la gente pudiera dejar de preguntar, sería estupendo. "Como nueva". Casi. Solo hay un dolor sordo cuando estoy de pie por mucho tiempo. Digamos, tres horas en el campo de tiro. Aparte de eso... fantaputásticamente.

"Está bien", se ríe. "Ya te voy a dejar ir. Llámame antes de irte a Dublín".

"Lo haré".

Después de terminar la llamada con papá, me dirijo a un Eric con mirada impaciente. "¿Qué pasa?", le pregunto.

Me pasa un montón de papeles por la mesa antes de encenderse un cigarrillo. "He comprobado los nombres que encontraron Bella y tú". Fotos. Son fotos. Hombres, clubes, almacenes, reuniones... "Y un par de tipos de Chicago me enviaron lo que sabían". Maldita mierda. Tráfico. "Esto es pesado, Cullen, y muy jodidamente organizado".

"Sí, no me digas", murmuro, pasándome la yema del pulgar por el labio inferior. "¿Y las ubicaciones?". Levanto una foto en la que se ve el nombre de una calle con un edificio en el fondo, y como pone "strasse", que es la palabra para carretera o calle, deduzco que está en Alemania.

"Ese es de Berlín", responde, y yo asiento despacio, estudiando las fotos. "El club de Aro en Berlín funciona como puerta de entrada", continúa. "Algo así como el Este se encuentra con el Oeste".

Me río en voz baja sin humor. "Qué jodidamente poético por su parte". El club es su pequeño muro de Berlín. "Entonces, ¿supongo que cualquier cosa que Aro traiga de Europa del Este pasa por aquí antes de continuar?"

"Más o menos". Asiente una vez. "El club es la tapadera, como ya sabes". Sí, lo sé. Se usa para que circule el dinero. El blanqueo de dinero es algo en lo que tenemos experiencia como Masen. Incluso Emmett y yo sabemos un poco sobre ello, aunque nunca lo hemos hecho por nosotros mismos. En cambio, papá sí. "Ese club en concreto también es una tapadera literal para su negocio de tráfico". Le enarco una ceja. "Llevan su mierda en el sótano", aclara, y por la expresión de su cara, entiendo que es lo más ilegal que puede haber. "Ahí es donde traen a las chicas".

"¿Sabes de dónde vienen?", pregunto mirando una foto de tres chicas maltratadas. Flacas, marcadas, desaliñadas, desnutridas, drogadas... jóvenes. Como las fotos son tan detalladas, supongo que Eric ha estado hablando con Richard, un hombre que trabajaba con el hermano de Eric. Ambos estaban destinados en Europa para seguir la pista de los Avellino, especialmente cuando Ed esperaba un envío de aquí.

"¿Las chicas?"

Asiento con la cabeza.

"La mayoría son de Ucrania, Rusia y Rumanía. Algunas también son de Lituania".

¿Eh? "¿Polonia no?" Sacude la cabeza. "De acuerdo, bueno…" Suelto un suspiro. "Yo diría que tenemos que planear un viaje a Berlín".

"Sí, me imaginé que dirías eso, así que imprimí algo para ti", dice, deslizándome otra pila de papeles. "Esto fue todo lo que pude encontrar dentro de nuestra organización. Si queremos más, tenemos que empezar a sobornar".

"Demasiado pronto para eso", respondo distraído mientras leo una lista de nombres. La lista no es larga, comprensiblemente, pero es un comienzo. "No quiero a Aro respirándome en la nuca todavía, y eso va a pasar si salimos de nuestros hombres".

El dinero puede conseguir información, pero no lealtad.

"El club de Berlín..." Me entretengo leyendo algunos nombres de la lista, nombres que reconozco. "Ztano". El jefe de seguridad de Aro. "¿También está involucrado en esto?"

"Me temo que sí", suspira. "Es un maldito hijo de puta, déjame decirte". Sacude la cabeza. "La mierda que Richard me dijo, hombre..".

Qué encantador. "¿Sigue Rick en Europa?"

La cara de Eric me dice lo que necesito saber, pero aun así responde. "Um, no. Después de que Joe murió, todos fueron llamados de vuelta".

Lo último que quiero ahora es que Eric se enfade por lo de su hermano, el padre de Autumn, así que cambio de tema.

"Si eliminamos a los encargados de Aro en Berlín... eso lo aislará de sus proveedores, ¿verdad?" Al menos, eso es lo que parece. La lista de nombres me dice que Aro valora más a tres de sus clubes, a juzgar por el número de personas que tiene trabajando allí. Tres clubes que pueden ser más importantes, por así decirlo, quizá debido a lo que pase por allí. El establecimiento de Berlín, por ejemplo, es donde comienzan los negocios de Aro con el tráfico de personas. Esto hace que ese club sea vital para él. Luego está el club que tiene aquí en Londres. Todavía no sé qué tiene de especial, pero tengo intención de averiguarlo, porque tiene a más de cuarenta personas trabajando allí, así que tiene que ser grande. Por último, hay un club en Barcelona. Teniendo en cuenta que el puerto de Barcelona es uno de los más grandes de Europa, solo puedo suponer que la ubicación del club tiene que ver con el contrabando".

"Cuando se trata de tráfico, sí", responde Eric. "Parece que las drogas no pasan por ahí".

No, creo que no. "Quizá Barcelona", pienso en voz baja.

"Es probable. Es dueño de una compañía naviera allá".

Exactamente. "Hablaré con Emmett al respecto". Sé que a Bella no le importará ir a Barcelona, al menos. Ese pensamiento me hace sonreír un poco, debo decir. Llevarla a sitios me divierte. "Entonces, ¿por dónde empezarías?"

"Probablemente intentaría averiguar por qué el club de aquí es tan importante", dice, y yo estoy de acuerdo. "También me resulta más fácil entrar en sus sistemas desde aquí". Cierto. "Sin embargo…"

Sí, lo sé. "La seguridad es jodidamente estricta".

"Precisamente".

"Y nuestras caras son demasiado familiares", termino con un fuerte suspiro.

Tras buscar unas cervezas de la cocina, volvemos a la mesa del comedor. Se encienden los cigarrillos, se levantan los pies y se sacan los portátiles. Nos ponemos a pensar.

¿Cómo coño vamos a echar un vistazo Bella y yo si ni siquiera podemos burlar a los porteros?

"Tengo una idea".

Esa sería mi esposa.

Eric y yo giramos la cabeza en dirección al salón.

Veo que sigue cabreada conmigo, pero ahora mismo estoy demasiado cansado para molestarme.

"Nos vendría bien el maquillaje", continúa, acercándose a nosotros. Eric parece pensativo, pero yo solo puedo mostrar escepticismo. ¿Maquillaje? Creo que suelto un bufido. "Ya sabes... para disimular". De repente parece mucho menos segura de sí misma, y tengo que decir que la mirada no le sienta bien. Es mi maldita gata infernal, pero ahora mismo no está por ningún lado. Se sienta a la mesa y sigue hablando en voz baja, casi con aprensión. "Empecé a practicar justo después de salir de Chicago, y... um, hay muchas cosas que se podrían... hacer". Mis cejas se levantan lentamente. "Incluso compré algunas cosas, o... eh, muchas cosas", suelta una risita nerviosa, "y siempre podría... no sé... ¿mostrarte lo que puedo hacer?"

Me quedo sentado, como un puto tonto, mirándola fijamente.

Sí, claro, he visto los libros de los que habla, y juraría que el gigantesco estuche rígido de nuestro dormitorio está absolutamente repleto de maquillaje.

Pero, ¿y qué?

Lo siento, pero dudo que un poco de delineador y lápiz de labios nos lleven lejos.

No soy estúpido. Sé lo que es disfrazarse. Pelucas, lentillas, vello facial, cosas que te pones en la cara para tener un tono de piel diferente... lo que sea. Pero no creo que sea suficiente.

"Creo que podrías intentar con algo, Bella", dice Eric de repente, y yo le lanzo una mirada incrédula, ante la cual él continúa. "¿Qué? Solo digo que no deberíamos descartarlo, carajo". Se gira de nuevo hacia Bella. "Haz lo tuyo, Cullen, y hablaremos más al respecto, ¿de acuerdo?"

Mi mujer le dedica una pequeña, pero brillante, sonrisa y se levanta. "Gracias por darme una oportunidad, Eric", dice en voz baja, negándose a mirarme. Luego sale del comedor y se dirige a nuestro dormitorio.

"Edward".

"¿Eh?" Pronuncio, volviéndome hacia Eric. Me está mirando. "¿Qué?"

"Vaya manera de ser comprensivo, bro", dice secamente. "La mirabas como si se hubiera vuelto loca".

Oh. Bueno... "¿No lo está?"

Sinceramente, no quiero ser un pendejo, pero... vamos... ¿maquillaje?

¿De verdad?

"Oh, bro, si no fueras mi jefe..." Sacude la cabeza y le lanzo una mirada de advertencia. "Oye, solo digo lo que pienso. No la subestimes".

"¡No lo hago!" Digo a la defensiva. "Pero esto no es un desfile de moda".

"¿No has visto nunca una maldita película?", pregunta retóricamente, y quiero poner los ojos en blanco. Claro que he visto una puta película. "¿La mierda que pueden hacer con el maquillaje?"

"Son profesionales", señalo.

Se encoge de hombros. "Ustedes dejaron Chicago en enero. Estamos en marzo. Piensa en ello. Todas esas horas, días... de aburrimiento, nada que hacer... Primero en Roma, luego aquí. Bella sabe lo que hace".

Ahora sí que pongo los ojos en blanco. "Lo que sea". Estoy seguro de que tengo fe en mi mujer, y hasta ahora, no hay nada en lo que no haya destacado. Bueno, aparte del manejo de armas. Pero es letal con sus cuchillos, lo que lo compensa con creces. Todo esto del maquillaje, sin embargo... No importa cuántas horas o días haya practicado... el riesgo es demasiado grande. Los dos estaremos literalmente solos en medio del territorio de Avellino en cuanto entremos en uno de sus clubes. Necesitamos algo más que maquillaje.

¿Tengo o no tengo razón?

De acuerdo, podría haber sido más amable, y me disculparé por ello. Definitivamente no quiero que se sienta inferior, lo que hice por error... probablemente. Esa mierda no está bien, porque quiero que ella exprese sus opiniones y tal. Ella no es únicamente mi esposa - ella es parte del equipo. Así que, sí, la cagué un poco ahí, pero lo arreglaré.

"Te das cuenta de que la hiciste sentir como una mierda, ¿verdad?"

Suspiro y me restriego las manos por la cara. "Sí, lo sé, carajo", admito, gimiendo. Dios, realmente necesitamos un cambio de aires. Y si lo necesito yo -el cabrón que de hecho ha pasado ocho meses en la cárcel-, me imagino lo desesperada que se está poniendo Bella. "Se lo compensaré".

"Ey. Maquíllalo".

Le lancé una mirada de ¿te volviste loco?

Se ríe.

Y luego volvemos a la planificación por un tiempo.

Porque... de nuevo... no soy estúpido. Buscar a Bella ahora para disculparme no me servirá de nada. Ella necesita calmarse primero.

Unas horas más tarde, nos encontramos en la cocina, porque nos morimos de hambre. Aparentemente, Bella no va a cocinar esta noche. Eso está bien, en realidad, más o menos, en cierto modo, un poco, no realmente, no. Es una maldita chef, te lo digo, y nos ha estado mimando todos los días con comidas caseras.

"Esto es culpa tuya", resopla Eric, buscando menús para llevar. "En vez de comida hecha por ella, comeremos una maldita pizza. ¿Cómo te hace sentir eso, Cullen?"

"Oh, deja de culparme", murmuro sarcásticamente.

"Lo estoy intentando. ¿Funciona?"

Sí. "Pshh. Nunca".

Sinceramente, estoy un poco preocupado. Lleva horas encerrada en nuestra habitación.

Odio cuando discutimos. Me hace sentir todo... fuera de lugar... y mierda. Mi pecho se comporta raro, se constriñe y estira. Y sé que mi princesa es la razón. Después de todo, no la llamo mi vida por nada. Hombre.

Sin embargo, todo eso -absolutamente todo- queda a un lado cuando oímos un grito espeluznante procedente de uno de los dormitorios. Autumn. Eric y yo nos miramos antes de actuar en piloto automático. Con las pistolas desenfundadas, salimos corriendo de la cocina, pasamos el salón y bajamos por el pasillo. Una Bella aterrorizada sale corriendo de nuestro dormitorio justo cuando Eric y yo llegamos a él, lo que me hace chocar contra ella. Pero la sujeto rápidamente y seguimos hasta la habitación de Eric y Autumn.

Cuando empujo la puerta para abrirla, me quedo paralizado de miedo y conmoción.

Autumn está en el suelo. Está llorando... sollozando.

Hay sangre.

Por todos lados.