-Recuerdos, pensamientos y textos en cursiva-
.
Chapter 23 Castillo de Naipes
.
.
Recordaba como de pequeña adoraba construir castillos de naipes, para después derribarlos. Al menos una década después, seguía haciéndolo, ahora a gran escala y en la vida real. Pero esta vez, las consecuencias eran más que un puñado de cartas volando y cayendo al suelo.
Sus castillos de naipes no eran más que una metáfora de lo que su mente y sus manos construían y destruían. Para eso, sí que era una experta.
El amor te hace un idiota.
Ella era fiel prueba de ello. Desde que se había enamorado de Sasuke, solo había cometido estupidez tras estupidez.
Siempre había sido muy observadora, anticipando los movimientos a su alrededor. Siempre un paso adelante. Después de fijarse en sus ojos negros, en la forma en la que sus tupidas pestañas adornaban su mirada cuando le sonreía, una sonrisa pequeña, pero sincera. Se perdió en ella. Sus ojos solo parecían ser capaces de enfocarse en él. ¿Romántico, no?
Había dejado de vivir en el futuro, y disfrutaba el presente. El día a día, junto a él. Viendo su sonrisa.
Y ahora pagaba las consecuencias de ello. Recordando con remordimiento que siempre había una razón por la que estar alerta, previendo el futuro.
Sintió unos brazos masculinos, abrazarla por la cintura, con cariño fraternal - Eres la novia más bella del mundo, princesa -
-¿Sakura?- Su voz la sacó del estado de estupor en el que se encontraba. En el que había estado en los últimos segundos, que habían parecido horas. Había dejado de ver, de escuchar, de sentir. Todo lo que podía hacer era repetir en su mente la pregunta que Neji le acababa de hacer. Sakura Haruno, ¿te quieres casar conmigo?, Sakura Haruno, ¿te quieres casar conmigo?, Sakura Haruno, ¿te quieres casar conmigo?
Las miradas expectantes de todos a su alrededor la regresaron a la realidad. Sus sentidos volvieron a ser conscientes de la música de fondo, de las personas presentes a su alrededor, de todas las luces del salón, enfocadas en ellos. En ellos dos. Él esperaba una respuesta, aun en el mismo lugar y la misma posición en la que se había quedado después de formular la pregunta.
¿Qué se suponía que debía hacer?
Vio los ojos perlas nuevamente. Su rostro extrañado adquiría un deje de preocupación conforme los segundos corrían sin escuchar una respuesta. Levantó la mirada, hacia el resto de las personas, que también empezaban a percibir el tiempo de espera con sospecha. Sabía que su silencio tenía un efecto en toda la audiencia, sabía que negarse, tendría un impacto aún mayor. ¿Como paso de creer que Neji y ella saldrían por la puerta grande, con sus reputaciones intactas y por lo alto a tener el poder de arruinar su imagen con un simple "no"? Sería una completa humillación… el castaño jamás se lo perdonaría.
Pero ella solo buscaba sus ojos. Necesitaba saber qué estaba pasando por la mente de Sasuke. Quería verlo. Necesitaba verlo.
-¿Q-Qué? - volvió a tartamudear, buscando ganar tiempo, mientras su mente maquinaba una forma de salir de esa situación, sin destrozar a Neji. Sin destrozar a Sasuke.
El chico rio comprensivo, sabía que la había tomado por sorpresa. En raras ocasiones tomaba a la chica por sorpresa. Se puso de pie, aun con la caja de terciopelo abierta entre una de sus manos, acercándose a su cuerpo.
Sakura tembló, viendo como se aproximaba hasta llegar frente a ella - ¿te quieres casar conmigo? - repitió la pregunta, con esa sonrisa encantadora en su rostro.
Su corazón palpitaba, viéndose acorralada. Dio una mirada rápida a su alrededor, mientras todos esperaban su respuesta.
Maldición. Maldición. Maldición.
Regresó su mirada al castaño, mientras lentamente, sin más opciones, empezaba a asentir con la cabeza - S-si - murmuró bajo, resignada a aceptar mientras estuviesen en público. Dispuesta a rechazarlo cuando hablaran en privado, y terminar su relación, tal como le había prometido a Sasuke.
Los gritos de celebración a su alrededor no se hicieron esperar, todos celebraban ante sus ojos, que solo parecían ver como la caja de cristal de la que era prisionera se hacía más pequeña, restringiéndola, sofocándola.
Los labios del hombre sellaron los suyos, en un beso dulce, que a ella le supo amargo, para después rodear su cintura con sus brazos. Solo pudo posar sus manos en los antebrazos del hombre, mientras veía por encima de su hombro.
Fue en ese momento, que sus ojos encontraron los ónix. Sintiendo como mil dagas se clavaban en su pecho al ver el dolor pasmado en su rostro. Sus perfectas y apuestas facciones deformadas en una mueca de sorpresa, tristeza y decepción, qué sabia no olvidaría nunca. Qué sabia la perseguiría por el resto de sus días. Nunca había visto tanto dolor en su mirada.
El ruido a su alrededor se volvió distante, mientras sus movimientos parecían ir en cámara lenta.
Lo vio girar, rompiendo el contacto visual, dándole la espalda, para empezar a moverse en dirección a la salida. Sus ojos escocieron mientras contemplaba con terror la posibilidad de que no la dejara explicarle "Sasuke…" pensó mientras sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas. ¿Él tenía que entender, cierto?
El cuerpo del castaño, por fin, se alejó de ella, permitiéndole pensar en lo que podía hacer ahora. Buscó con la mirada a Ino, quien observaba la escena boquiabierta, al igual que Karin y Naruto a su lado. Su mirada debía estar cargada de frustración y desesperación, porque los tres acudieron al mudo llamado, acercándose para fingir felicitar a su ahora… Prometido.
La rubia se lanzó a los brazos del hombre, gritando "¡Felicidades!", en una muestra de afecto que duró más de lo debido, ganando tiempo para ella y generando una reacción en cadena de su grupo de amigos, acercándose a felicitarlos.
Se escabulló de los abrazos que intentaron impedir su paso, felicitándola, haciéndolos lo más cortos posible - Iré a arreglar mi maquillaje - le dijo a Shikamaru, entre sus brazos, mientras cortaba el contacto, ante la escéptica mirada del hombre, que veía con sospecha su maquillaje en perfectas condiciones.
-Corre - fue lo único que salió de los labios del hombre. Ella asintió, mirándolo agradecida, empezando a moverse en la dirección en que la figura de Sasuke había desaparecido. El mar de estudiantes obstruyan su camino, con escuetos agradecimientos, intento evadir las interacciones, abriéndose camino entre ellos, hasta que estuvo fuera del tumulto de gente.
Tomó los extremos de su vestido para poder correr con libertad. Recorrió los pasillos con velocidad, sus tacones haciendo eco en el piso, con un sonido martillearte que casi iba a la par con su corazón. Casi. Si no fuese porque este latía a toda velocidad, encogiéndose con preocupación y ansiedad.
La dirección obvia era el parqueadero. Y agradeció estar en lo correcto cuando vio su figura imponente de espaldas a ella.
-¡Sa-Sasuke-kun! ¡Espera, por favor! - Rogó en voz alta, que retumbó por el pasillo, mientras con pasos acelerados se acercaba a el - Por favor escúchame - El pelinegro detuvo su caminar, sin girarse -No me voy a casar, Sasuke-kun - Vio como los músculos de su espalda se tensaban aún a pesar del traje que usaba - Yo no sabía que él pensaba proponerme matrimonio en frente de todos - se justificó - ¿Qué podía hacer? - rodeó su cuerpo para poder verlo a los ojos. Cualquier atisbo de dolor había sido reemplazado con una expresión de absoluta ira.
-¿Qué podías hacer? - preguntó irónico - ¡Decirle que estás conmigo, Sakura! - bramó con furia, mientras ella se encogía ante su mirada, sabiendo que tenía razón, si tan solo la dejara explicarle… - Has roto cada una de las promesas que me has hecho, ¿entonces que quieres? ¿Qué más quieres de mí?
-¡Quiero estar contigo! - igualó su tono de voz, para que la escuchara, en medio de la desesperación - So-solo necesito hablar con el - Intentó tomar su mano, más él la movió para impedirlo.
-Tsk, estoy harto de ser el consuelo al que recurres cuando toda la falsedad en la que vives se vuelve abrumadora- confesó, con voz pesada.
-¡No lo entiendes! - exclamó frustrada - Esto no es fácil para mí, haga lo que haga, decida lo que decida, alguien va a salir herido - explicó, mientras se acercaba al cuerpo del chico, intentando que su mirada le transmitiera todos sus sentimientos, como siempre lo había hecho - si te elijo a ti, destrozaré a Neji y a mis padres y si lo elijo a él… - un temblor sacudió levemente su cuerpo, mientras sollozos y espasmos se apoderaban de ella.
-¿Si lo eliges a él, qué? - preguntó, con voz más suave, pero manteniendo su ceño fruncido.
-Terminaré yo destrozada - Una pequeña lágrima se deslizaba por su mejilla, sin poder impedirlo - Yo pierdo, cualquiera que sea la decisión que tome, yo pierdo - se lamentó.
Vio el rostro del hombre suavizarse por unos segundos -¿Por qué no piensas en lo que quieres, en vez de en lo que pierdes? - Meditó su respuesta por unos segundos, reavivando la molestia del pelinegro. Él estaba tan seguro de querer estar con ella, que la vacilación de la pelirrosa siempre lograba enfurecerlo, ya había esperado mucho tiempo que lo eligiera - te diré por qué - su mandíbula estaba tensa y sus dientes apretados mientras hablaba - porque quién serias si no eres la perfecta Sakura Haruno que se compromete con su novio perfecto, en la noche perfecta, planeando una vida perfecta - Escupió con rencor - Eres tan hipócrita, tienes tanto miedo de que los demás vean que no tienes una vida perfecta, que…-
-¡No es cierto! - lo interrumpió con un chillido.
-¡Si lo es! - afirmo él, con voz severa. Su paciencia había llegado al límite. El dolor, la decepción y la traición se anudaban en su pecho, ocasionando que todos sus pensamientos rebosaran, escupiendo palabras sin poder contenerlas - El teatro que tienes con Hyuga te hace miserable - le recordó, sin esperar respuesta, no era una pregunta, él lo sabía - cuando tienes que ocultar quién eres y a quien quieres de todo el mundo, ¿de verdad crees que es una señal de que estás conforme con tus decisiones? - preguntó - Eres más lista que eso, Sakura.
-No quería humillarlo frente a todos, pero hablaré con él, por favor…
-Eres caprichosa y superficial, solo te preocupa lo que todos piensan de ti, no lo estabas protegiendo a él, estabas protegiendo tu imagen de novia perfecta, no podías permitir que te vieran romperle el corazón al perfecto Neji, y elegiste rompérmelo a mí - Abrió los ojos con sorpresa, al admitir para sí misma que lo que decía era cierto - eres una niñata egoísta que solo piensa en sus sentimientos, engañaste a Hyuga conmigo, sabiendo de la rivalidad entre nuestras familias, me has tenido un año contigo Sakura, restregándome a tu novio, y ese patético intento de Yakuza, manejas a Ino y Karin como si fuesen tus títeres, usaste a Tenten para todos tus juegos, has hecho lo que has querido con todos nosotros y aun así intentas ser la víctima, tú eres el problema Sakura, deja de fingir que no es así.
-Yo estoy dispuesta a dejarlo todo por ti - agachó su cabeza, rindiéndose a sus palabras. Había cometido muchos errores, pero no mentía.
-¡Pero no lo hiciste!- exclamó frustrado, tomando su muñeca, para elevar su mano a la altura de los ojos de los dos, enseñando el anillo que ahora vestía sobre los guantes de su traje -Esto - el dedo índice de su otra mano la señalaba a ella y después a él - es lo más cerca que has estado de ser fiel a ti misma, pero tienes demasiado miedo de abandonar esa fantasía en la que has crecido, siendo la esposa perfecta, la hija perfecta, porque es lo único que te llena, que todos te admiren, cuando por dentro lo único que quieres es alguien que te vea, por quien eres, con quien no tengas que fingir, pero eso, lo has perdido - concluyó, soltando su muñeca, que cayó como peso muerto al costado de la chica, estupefacta ante sus palabras.
-¿Qu-Qué? - El latido de su corazón aumentó, retumbando en sus oídos. Un dolor casi fantasma se instaló en su pecho, oprimiéndolo, mientras el órgano bombeaba a toda marcha.
-Tuviste muchas oportunidades, se acabó - su mirada severa camuflaba el dolor que sentía en su propio pecho. No podía seguir sufriendo por ella.
-N-No No digas eso, Sasuke-kun, yo puedo arreglarlo, voy a…-
-Ya me oíste, se terminó - La cortó, aferrándose a la fuerza para alejarse de ella que en ese momento la ira alimentaba. Si no se iba ahora, pasaría toda su vida escondiéndose junto a ella, aferrándose a la intensidad de lo que le hacía sentir, viéndola crear una vida con alguien más frente a sus ojos. No podía permitirlo y ella había tomado su decisión.
-Sas-Sasuke-kun n-no espera - pidió una vez más, con el vacío en su vientre creciendo, el dolor en su pecho intensificándose. Su mirada le decía que, realmente, era la última vez. Un par de lágrimas más descendieron por sus mejillas, suavizando la expresión del hombre, pero sin alterar la determinación en su mirada.
Puso las manos en sus hombros, haciéndola respingar -Me enamoré de quien realmente eres, Sakura, lo bueno y lo malo - confesó, haciendo su mirada más triste, su corazón latir más rápido, su dolor más profundo, su cuerpo tembló ante el inminente llanto que vendría en cuanto la soltara -Pero no soy tu juguete y me harté de tus juegos…- Realmente se estaba despidiendo… Sasuke se había dado por vencido, finalmente.
-Sasuke-kun… - sabía que tenía derecho a pensar eso- No he jugado contigo, lo que siento es real… No quiero perderte Sasuke, por favor …. Quiero estar contigo-
-Te acabas de comprometer con alguien más, después de decirme que lo dejarías - Apartó sus manos de sus hombros. No podía consolarla. No podía seguir consolándola.
-¡No me voy a casar! - aseguró - Solo necesito…-
-Mantener las apariencias - interrumpió.
-No es eso, yo… Ya te lo dije, no quería humillar a Neji frente a todos -
-¿Por qué siempre soy el único al que estás dispuesta a lastimar? -
Un silencio sepulcral se instaló entre los dos, mientras veía a Sasuke, con sorpresa, mostrar vulnerabilidad, como pocas veces lo hacía.
-Lo siento, Sasuke-kun - lloró un poco más, sintiendo su dolor - Eso no es así, yo no quería…-
La mirada del chico encontró la suya, viendo su rostro entristecido, también le dolía. Solo se vieron a los ojos por unos segundos, como siempre, entendiendo lo que el otro estaba pensando, sin saber si era una bendición o una maldición. Pues sufrían viendo el dolor del otro, sabiendo que no había forma de repararlo.
-¡Sakura! - El cuerpo de la chica respingó, sobresaltada, escuchando la voz de Neji hacer eco en el pasillo. Sus ojos se abrieron exageradamente, mientras veía la figura masculina aproximarse con pasos veloces hacia donde ellos dos estaban. La voz del castaño pareció reavivar la ira del pelinegro, pues su mirada lo observaba con tanto odio, que creyó que podría perforar el cuerpo del ojiperla - ¿qué crees que haces Uchiha? - sus manos limpiaron rápidamente el rastro de la lágrimas que habían caído con anterioridad.
Se había acercado con prontitud a la pareja, tomando el brazo de la chica, acercándola a su cuerpo, con una pose retadora y protectora. Mientras intercambiaba miradas mortales con el otro hombre.
-Neji, no está pasando nada - aseguró, tomándolo del brazo. Siendo ignorada por el par de hombres, que parecían demasiado enfrascados en su guerra de miradas. Sasuke fue el primero en romper el contacto, para mirarla fijamente.
-Tsk… - La observó como si estuviese intentando autocontrolarse, por ella. Antes de girar, dispuesto a caminar de nuevo por el trayecto que antes había abandonado.
-No tendrás la misma suerte dos veces - No había dado más de tres pasos cuando la voz masculina en su espalda lo hizo detenerse.
-¿Qué? - Preguntó, mirando al chico por encima del hombro, sin girar su cuerpo por completo.
-La tuviste una vez, pero eso no se repetirá- sentenció el ojiperla, mientras Sakura sentía como su corazón se detenía y el calor abandonaba su cuerpo.
La tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo. El cambio de expresión en el rostro del Uchiha le hizo ahogar la respiración con antelación, sintiendo como la energía del lugar cambiaba de una mala a una peor. Respirar, había dejado de ser una necesidad, ante el peso que ahora se sentía en el aire.
Lo supo, supo por su expresión que algo se había roto. Que había llegado al límite. Ese simple comentario de Neji había logrado romper el fino hilo que quedaba de la cordura o el autocontrol.
Exhaló todo el aire contenido, cuando lo vio abrir la boca. Esperando lo peor.
-¿Qué? - una carcajada irónica dejo sus labios, ante su mirada suplicante, que él no alcanzo a ver, pues sus ojos, cargados de odio y superioridad, se enfocaban en el otro hombre -¿Eso le dijiste? - Su ojos esta vez si la enfocaron, con una media sonrisa.
-Sa-Sasuke-kun por favor… - Suplicó, sin palabras, ante un Neji, que ya sabia que algo andaba mal. Y un Sasuke, que ya había tenido suficiente.
-Hyuga, te puedo asegurar que me he follado a tu novia en el último año más veces de lo que te la has follado tú en ese patético intento de relación - Los ojos de Sakura se abrieron en demasía, lo había dicho, realmente lo había dicho - Me la he follado en su casa, en la mía, en la de su abuela, aquí, me la folle hasta en tu cara en la fiesta de halloween- Enumeró, usando sus manos para clavar la daga aún más profundamente, ante la mirada estupefacta de los otros dos, que lo veían con incredulidad, por razones diferentes - Es más, me la folle hace menos de dos horas - Terminó de hablar, con una sonrisa arrogante.
El ojiperla frunció el ceño, con las venas al rededor de sus ojos hinchadas, como siempre ocurría cuando estaba demasiado enojado, antes de expresar su incredulidad -Deja de decir idioteces, no te creo nada -
-Pregúntale tú mismo, idiota - Su corazón se detuvo. Sabiendo que su imagen, le daría una respuesta afirmativa. Estaba temblando, su piel pálida mientras los dos hombres la veían.
Intercaló miradas entre los dos. Los ojos perlas, la veían expectantes, esperando una respuesta. Los ojos negros albergaban una mezcla de muchos sentimientos, resentimiento, enojo, frialdad, pudo reconocer.
-¿Sakura…? - Pronunció Neji, como último recurso para confirmar lo que su mirada jade, llena de culpa, ya le decía.
-Ne-Neji yo…yo no…no sé que- Tartamudeó, con un nudo en la garganta, mientras empezaba a sollozar. Sabiéndose descubierta, sintiéndose culpable, siendo testigo de como sus facciones pasaban de la incredulidad, al dolor y aterrizaban en un mar de furia. Sin poder despegar sus ojos de los de ella. No sabía si guardaba la esperanza de que desmintiera lo que el pelinegro había dicho, o solo tratando de reconocer a quien creyó poder leer como la palma de su mano, después de que su engaño fuese revelado.
Mientras Sasuke, se preparaba para la estocada final.
-Parece que tu familia nunca aprende - El impacto del puño cerrado del Hyuga se encontró con la sonrisa de medio lado del azabache, a quien tomó por sorpresa con la velocidad del impacto. Como reflejo, el puño de Sasuke también se impactó en el rostro de Neji, para después embestir su cuerpo con su propio peso, arrojándolo al suelo, llevándoselo consigo.
-¡No! ¡Paren! - pidió a gritos, para después cubrir sus labios con impotencia y horror ante la violenta escena, viendo los cuerpos chocar contra el suelo, en un intercambio incesante de golpes, con sus rostros y sus manos bañados en sangre. Sus ropas, antes pulcras e impecables, estaban manchadas de carmín - Sasuke-kun, detente! - Neji estaba en el suelo, con el pelinegro sentado sobre su cuerpo, recibiendo impacto tras impacto en el rostro, ante la ira implacable de Sasuke, que parecía no tener intenciones de detenerse.
La mención de su nombre, de sus labios, pareció hacer mella en él, deteniéndose por unos segundos, saliendo del trance en el que estaba, dándole la oportunidad a Neji de propinarle un golpe en el abdomen que lo hizo hincarse en el suelo, tosiendo más del líquido rojo que ahora bañaba la escena.
Solo entonces, Sakura fue consciente de los pasos veloces que se aproximaban, giró hacia ellos, viendo como Naruto y Kiba se acercaban para detener la pelea de los dos hombres, tomándolos por los brazos y hombros. Las chicas también se acercaban con pasos veloces, viendo la escena con sorpresa y espanto. Suigetsu, Sai y Shikamaru se unieron a los otros dos chicos, que eran incapaces de detener a los hombres, que se veían con ira, dispuestos a seguir con su intercambio de golpes.
-¡Sakura!- chilló Ino, apresurándose al lado de su amiga, que temblaba como una hoja de papel, rodeándola con sus brazos. Hinata la siguió poco después, ubicándose al otro lado de la pelirrosa, ofreciéndole apoyo también, con una mirada horrorizada pasmada en su rostro.
Temari y Karin también se acercaban, viendo como los chicos intentaban controlar a Neji y Sasuke.
-Cálmate, teme - pidió Naruto, forcejeando junto a Sai, para mantenerlo controlado.
-Escucha a tu novio, Uchiha - escupió neji, causando la ira ahora del rubio también, que ya de por sí lo detestaba.
-¡Naruto, no seas idiota! - gruñó Suigetsu, quien ahora batallaba con contener a Sasuke y al rubio, que parecía dispuesto a lanzarse sobre el castaño.
-Neji, ya fue suficiente, ¡Shikamaru, no me estás ayudando! - protestó Kiba con voz estrujada, ante el constante jaloneo que Shikamaru y él intentaban aplacar.
-Si no te estuviera ayudando, esto sería mucho peor - contraataco con voz forzada, ejerciendo fuerza sobre el cuerpo del ojiperla.
-Ne-Neji-niisan - Fue finalmente la voz de Hinata, temblorosa, con ojos llenos de lágrimas, lo que detuvo al mayor de los Hyuga. Avergonzado de que su prima viese la escena, intentó calmarse.
Haciendo que el Uchiha bajara la guardia y se permitiera respirar más pausadamente también. Se safó bruscamente del agarre de los tres chicos, quienes lo dejaron ir, permaneciendo alerta, y con sus cuerpos entre los dos chicos. Kiba y Shikamaru los siguieron, con la situación calmándose lentamente.
-Te quiero lejos de ella - pronunció el Hyuga con voz profunda, rompiendo el silencio entre todos.
Todos permanecían alertas, en caso de que el nuevo comentario se transformara en un nueva pelea.
Los ojos de Sasuke solo lo vieron con profundo odio, mientras se enderezaba, limpiando con el dorso de su mano el hilo de sangre que bajaba por su nariz, sumiéndose en un silencio sepulcral.
Su mirada escaneó la habitación, buscándola, enojado consigo mismo al querer comprobar que estuviese bien, que ninguno de los golpes que se habían repartido sin cuidado la hubiese lastimado. Solo vio su rostro bañado en lágrimas, mientras lo observaba con arrepentimiento, una disculpa muda pasmada en sus ojos verdes. Pero ya era muy tarde para eso. Mientras la recorría con la mirada, sus ojos involuntariamente se clavaron en la piedra brillante en su dedo.
-Felicidades - fue lo único que pronuncio, con frialdad, para después girar sobre sus pies, volviendo a caminar hacia el parqueadero. Seguido del rubio y el peliblanco.
-Sasuke - susurró mientras las lágrimas seguían saliendo de sus ojos sin poder controlarlas.
-No puedo creerlo - La voz de Neji llamo su atención, buscando los ojos perlas, que veían con furia su reacción ante la partida de Sasuke.
-Neji - pronunció en un susurro, mientras veía al chico partir en dirección contraria a Sasuke, seguido por Kiba.
-Neji-nii- mencionó la ojiperla al lado de Sakura, aun con sus brazos aferrados a uno de los brazos de la pelirrosa, viendo con preocupación en dirección a su primo.
-Ve Hinata- pidió la pelirrosa entre sollozos - Ve con él, asegúrate de que esté bien - la chica asintió, con duda, mientras empezaba a correr en dirección a él.
-Iré a curar las heridas de Sasuke - avisó Karin, mientras Sakura asentía, para después verla correr por donde habían desaparecido el grupo de chicos.
Cuando los pasos de todos dejaron de ser audibles, el único sonido que se escuchaba en el pasillo del instituto, eran los sollozos de Sakura, que se aferraba a los brazos de Ino, mientras manchaba de maquillaje el hombro desnudo de su amiga.
-¿Qué diablos fue todo eso?- preguntó Temari confundida.
-Sabía que esto sería problemático - dijo Shikamaru a su lado.
La propuesta de matrimonio no había sido una coincidencia, ni una sorpresa. Había sido, una vez más, su vida manufacturada a sus espaldas. Neji había pedido permiso a sus padres, ¿la razón? Ciertamente, no era que Neji no podía esperar para hacerla su esposa. Si no la fusión de sus empresas. Ninguna de las familias parecía querer esperar, y ella, ella, era la moneda de cambio.
Mientras veía a su padre, abrazarla detrás del espejo, no pudo evitar resentir la mirada amorosa que le brindaba. De repente, todas las atenciones de su familia, todas sus intenciones para cumplir sus caprichos y mimarla, no parecían una muestra de amor. Parecían una transacción. Lujos a cambio de quedarse callada, obedecer y hacer lo que fuese mejor para los negocios de su familia.
Sasuke… Sasuke había sido su salvavidas. Y lo había perdido. Había intentado llegar a el tantas veces desde esa noche, pero él se reusaba a responder sus llamadas, o recibirla en su casa. Hasta que se resignó. Aún sentía sus ojos arder, con el dolor aún vivo en su pecho. Lo amaba tanto que dolía.
La perdida de su amor, más la buena dosis de culpa, la había llevado a donde estaba en ese momento.
El día de su boda.
Cuando anunciaron la llegada del ojiperla a la mansión Haruno, varios días después de esa noche, tembló con temor. No había hablado con Neji, no sabía qué estaba pensando.
Decidió recibirlo en el estudio.
Esperaba que le gritara, esperaba que terminara su relación, esperaba que le contara a sus padres, esperaba que desapareciera.
Ciertamente, no esperaba que llegara con una fecha para la boda. En seis meses.
-Ne-Neji - susurró sin palabras, confundida y sorprendida. Viendo anonadada las fotos que ponía frente a ella. Quería que eligiera el lugar del evento entre las tres opciones que tenía frente a ella - ¿Qué es esto? -
-Bueno, este - señaló la fotografia - es el castillo que mencionaste hace años, dijiste que era tu sueño casarte allí - apuntó a otra de las fotografías con su dedo - Este es un templo tradicional que…-
-Sabes que no me refiero a esto - aclaró, viendolo con el ceño fruncido -¿Qué es todo esto? ¿Flores? ¿El lugar de la boda? ¿Una fecha en seis meses? ¿Qué es esto?
Vio como la mandíbula del chico se tensionaba - Nos vamos a casar y necesito tu ayuda organizando el evento - dijo simplemente, con su mirada clavada en los papeles que desplegaba sobre la mesa - Habrán más de quinientos invitados, de lo que hemos estimado -
-¿Qué? ¿Después de todo lo que ha pasado? - El chico no respondió, aparentando estar concentrado en organizar los papeles impresos que había traído - ¿Por qué?
-¿Por qué no? - contra argumentó, dejándola sin palabras.
-Por que…por que- Su actitud la tenia mas que confundida - ¡Por qué te engañé con Sasuke! - soltó frustrada.
El chico bufó, haciendo mala cara, antes de recomponerse - Y yo te engañé a ti - recordó - ¿Lo hiciste por eso, no? Estabas enojada por todo lo que sucedió con Tenten.
-¿Qué? Bueno, sí, inicialmente, pero después… - Decidió ser sincera - Neji… no fue solo sexo para mí… Hace mucho que no es solo sexo para mí…
-¿Qué hay de mí? -
-Neji… te quiero, estoy agradecida por todo lo que hemos vivido juntos, pero ahora… ahora quiero algo diferente.
-¿Qué quieres ahora?
-Quiero… Quiero estar con él -
-¿Eso es lo que quieres? ¿Abandonarlo todo por Sasuke Uchiha? ¿Por un Uchiha? Tus padres jamás te perdonarían -
-Neji me enamoré de él - admitió -Lo amo Neji -
-¿Más que a tu familia? ¿Más que tu vida? ¿Lo amas más que todo lo que puedes tener conmigo, Sakura? - cuestionó, con voz dura y una mirada severa- Te dejara cuando se aburra, como su padre hizo con mi madre - recordó - ¿Qué harás en ese momento? Ya no tendrás a tu familia, no me tendrás a mí… ¿A dónde iras? ¿Quién te cuidará? Te quedarás sola…
Frunció el ceno, mientras el mismo Neji verbalizaba sus dudas… ¿dejaría todo por una relación con Sasuke, cuando no sabía siquiera si iba a funcionar? ¿Y si no funcionaba?
Quería pensar que todo sería perfecto, pero y si no lo era…. Neji había logrado germinar la semilla de la duda.
-Eso no es cierto, mis padres jamás me abandonarían por algo así, ellos… Entenderían…- Sus ojos se movían, de un lado a otro, con su mirada gacha, contemplando las posibilidades, saboreando el amargo sabor de la incertidumbre.
-No perdonarían una deshonra así, Saku, con los rumores corriendo por los pasillos, lo sabes - El hombre supo que había logrado su cometido, y siguió rumiando por la misma línea de pensamientos - Nunca aceptarían a Sasuke Uchiha, no después de que casi terminaras en la cárcel por su culpa.
-Mi abuela… - Empezó a hablar, sabiendo que siempre contaría con su respaldo.
-Tu abuela no vivirá para siempre - interrumpió, lastimándola con su comentario, su abuela llevaba un par de meses enferma. Perdería su respaldo en cuanto se fuera -Yo nunca te dejaré sola - le dijo con voz suave, mientras tomaba su rostro por las mejillas - Déjame ayudarte Saku, yo puedo lidiar con tu confusión - La caricia de sus pulgares lograba tranquilizarla -Hay una diferencia entre amar a alguien y estar enamorada - Él había venido preparado también. Sabía que su novia era lista, manipuladora y sagaz, pero él… él lo podía ser aún más - Los enamoramientos son temporales, se te va a pasar el encanto, tú y yo sabemos que te gusta perseguir lo que brilla más en el momento - El sentimiento de familiaridad que tenía con Neji, siempre había sido una de las razones por las que siempre lo había elegido, él la conocía - Lo que tú y yo tenemos, se mantuvo por años, eso, eso es amor. Podemos superar esto - afirmó.
Sabía que la había logrado envolver en su discurso. Veía la confianza que ella depositaba en él, tatuada en su mirada.
-¿Has hablado con él? ¿Te ha buscado siquiera? Por favor, Saku… si ni siquiera se molestó en buscarte, ¿realmente puedes confiar en tener una relación con él? - unió sus labios a los de ella, en un suave beso - Yo soy el único que nunca te dejara sola -
Ella no quería estar sola…
Neji la conocía desde que usaban pañales, y había jugado con sus miedos más profundos. Había halado cada uno de los hilos que sabía que la moverían al… Altar.
Y lo había hecho tan bien, que no podía evitar contemplar su reflejo en el espejo. Incrédula de haber llegado tan lejos.
Pero Neji había estado en lo correcto. Sasuke no la había llamado. Sasuke no la había buscado. Lo poco que sabía, era gracias a Naruto, quien sorprendentemente decidió que el tema iba más allá de lo que él podía comprender y había decidido no involucrarse más que para prestarle un hombro en el que llorar cuando extrañaba a Sasuke, que pasaba muy seguido. Cada noche, durante los primeros meses en los que se separaron, y cuando se mudaron a Tokio. Donde se sintió aún más sola. Neji era su única compañía constante… Estaba cumpliendo su promesa.
Su corazón había cambiado para siempre desde que lo había perdido. Con temor, contemplaba la posibilidad de nunca ser capaz de sacárselo de la cabeza y del alma.
Sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas de nuevo. ¿Qué le había hecho? Cómo había llegado tan profundo dentro de su corazón que aún le dolía pensar en sus ojos, en su sonrisa, en sus besos. En su cuerpo. En su rostro.
Suspiró temblorosamente, parpadeando con rapidez para deshacerse de las lágrimas, no podía arruinar su maquillaje. Usó sus manos para alisar los pliegues del vestido blanco y vaporoso que tenía, y acomodar el mechón de cabello que se escapaba del moño bajo en el que su cabello estaba atado, con unas delicadas ondas perfilando su rostro y una tiara adornando su cabello, de donde se ataría el velo de cinco metros que usaría y que reposaba por el momento en una de las sillas del lugar.
La puerta se abrió, dando paso a su mejor amiga.
-Ino- susurró como voz temblorosa.
La rubia solo tuvo que mirarla para saber lo que estaba pensando - Saku…- se acercó a ella, con su vestido de dama de honor bailando al ritmo de sus pasos largos, mientras la envolvía en un abrazo - No tienes que hacerlo - se alejó de su cuerpo, tomándola por los hombros - No tienes que hacerlo - le aseguró, mientras la pelirrosa sonreía con tristeza.
Ino no entendería. Ino no entendería lo mucho que la aterraba quedarse sola. Y ya había perdido a Sasuke… qué más daba. Estaba segura de que jamás conocería a alguien por quien pudiera sentir lo que había sentido por él. Neji era la siguiente mejor opción.
-¿Ya llegaron los invitados? - cambió del tema, llevando su mirada de regreso al espejo. Tenía un lujoso vestido de novia. De tirantes delgados, cuello en V, ajustado hasta la cintura, donde la tela se abultaba entre diferentes pliegues de la fina tela, dándole volumen a la falda. La rubia asintió, escuetamente y de mala gana. Sabía que estaba cometiendo un error, pero confiaba en que Naruto seguiría el plan.
-Pareces una princesa, Saku-Chan - halagó Hinata, junto a Temari y Karin, ingresando a la habitación que habían designado para que la novia se alistara en el castillo en el que siempre soñó casarse. Las tres vestían un vestido lila, específicamente diseñado para las damas de honor. A la ojiperla le habían dicho que la escena que presenció no se había tratado de nada más que una escena de celos por un malentendido.
Temari ahora conocía toda la situación, después de molestarse con Shikamaru por saber más que ella.
-¿Estás lista? - preguntó la rubia, escéptica.
Sabía que tanto Ino, Temari y Karin, estarían listas para huir si ella lo decidía, pero ella ya estaba resignada a su destino. No quería terminar por perderlo todo.
-Vamos- indicó, tomando la mano que le ofrecían para ayudarla a caminar. La acompañaron hasta la puerta de la inmensa catedral, donde centenares de personas se reunían para presenciar la unión de la heredera del imperio Haruno y uno de los herederos y joven prodigio del imperio Hyuga. No era poco usual ver a una pareja casarse tan joven dentro de la clase alta, más aún con una relación sólida como la que la pareja había hecho pública desde hace tantos años.
La pareja se había vuelto un icono casi de la realeza en Japón. Una pareja soñada. Un amor puro que nació desde que eran jóvenes y no podían esperar para hacer su unión pública.
Ese era su rol. Era su papel. Solo tendría que fingir que era una actriz durante las siguientes horas. Lo había hecho muchas veces más.
Soltó todo el aire que había contenido cuando vio a su padre esperando por ella en la entrada, ante la mirada preocupada de las féminas a su alrededor.
-No estés nerviosa, Saku-chan - dijo Hinata, ingenua y ajena a todo el drama que ocurría a su alrededor - Te vas a casar con el hombre que amas - Sakura solo le sonrió levemente. No era culpa de la ojiperla. La culpa no era de nadie más que suya. Ella se había encargado de perder a Sasuke, la única razón que tenía para rehusarse a hacer lo que su familia quería.
Le ayudaron a vestir el velo, mientras su padre le ofrecía su brazo, para tomarlo y guiarla por los pasillos de la catedral, exquisitamente decorada con flores silvestres.
La música comenzaba a sonar. La melodía de la marcha nupcial, anunciando su entrada al recinto, con todos poniéndose de pie, mientras su padre guiaba los pasos, y al final, en el altar, la esperaba su prometido, con una sonrisa.
A los oídos de la pelirrosa, aquella romántica tonada, sonaba más como una marcha fúnebre.
Anunciando su muerte.
La muerte de Sakura Haruno, pensó para sí misma.
Observaba con molestia como el rubio se retorcía en el sofá, parecía incómodo, y era la tercera vez que cambiaba de posición en el último minuto - ¿Tsk, cuál es tu problema, imbécil? - preguntó de mala gana - Me estás sacando que quicio - gruñó - si vas a estar así todo el rato, lárgate, que ni siquiera te invite -
El rubio solo se había aparecido con un six pack de cervezas en su apartamento, retándolo a una partida de Xbox.
-¿Has hablado con Sakura? - preguntó de repente. Viendo tortuosamente como los minutos pasaban, sin que fuese capaz de soltar lo que había venido a decirle al Uchiha.
-¿Por qué iba a hablar con Sakura? - rugió con molestia. Prefería que su nombre no fuese traído a colación bajo ninguna circunstancia. Ya bastante se había humillado y rebajado por ella, como para que tener que recordarla aún más de lo que ya él lo hacía sin ayuda de nadie.
Naruto ya había intentado tocar el tema con anterioridad, recibiendo la misma hostilidad por parte del Uchiha, peor esta vez, no había tiempo.
-Todos cometemos errores, teme, Sakura te quiere, lo sabes - Vio con urgencia el reloj, maldiciendo, le había tomado mucho valor tocar el tema, y ahora estaba arruinando el plan. Había querido tener una conversación con más tacto, pero ahora el tiempo no era suficiente. A él no le gustaba hacer sufrir a las personas, a él le gustaba bromear y hacerlos sonreír, más si se trataba de su mejor amigo. Habría deseado que enviaran a cualquier otra persona para esta parte del plan. "Solo te escuchará a ti" había asegurado Shikamaru - Se está casando- soltó de golpe, viendo como los ojos del Uchiha se abrían con sorpresa, y el control en sus manos se deslizaba, hasta generar un ruido seco al chocar contra el suelo.
-¿Qué?- salió de sus labios, antes de que pudiese controlar su reacción. Sintió su pecho oprimirse de dolor. Apretando los dientes con frustración e impotencia.
-Se está casando en este momento- reafirmo el rubio.
El pelinegro se inclinó, para tomar de regreso el control y reanudar el juego.
-No es asunto mío- sentenció, poniéndose su máscara de regreso. Retomando la expresión seria y fría que tanto lo caracterizaba.
-No puedes pedirle a alguien que deje su vida y esperar que lo haga, tenemos 19 años, Sasuke, arriesgar todo por una persona, sin saber si va a funcionar, no es una decisión fácil - argumentó el rubio, a toda velocidad.
-¿Ahora eres su abogado? - escupió el pelinegro, poniéndose de pie - Déjame en paz y lárgate - pidió, mientras empezaba a caminar a su habitación, con los puños apretados.
-Quiero que seas feliz - se puso de pie, siguiendo sus pasos - Ella te hace feliz, su compañía te hacía feliz - los movimientos del azabache se detuvieron, y supo que era su oportunidad, lo estaba escuchando - y jamás te había visto así, no quiero que la pierdas, solo porque no todos cortamos lazos con tanta facilidad como tú lo haces - El pelinegro seguía en silencio, pero sabía que lo escuchaba atento, vio su cabeza inclinarse, sin saber qué pensaba en ese momento - Todos tenían mucho que perder, esta es tu última oportunidad - Tomo una bocada de aire, después de hablar sin pausa - Se va a casar.
Por lo que pareció una eternidad, creyó que Sasuke estaba contemplando golpearlo. No se movía, no hablaba.
Hasta que su voz retumbo por el lugar- ¿Crees que la ceremonia ya acabó?
-Estará empezando - respondió rápidamente, viendo la hora en su celular, que parecía a reventar con notificaciones de Ino y Karin, preguntando donde estaba y si ya estaba en camino - Estamos a una hora del lugar -
-No llegaremos a tiempo - dijo el Uchiha, el rubio lo vio con una sonrisa, entendiendo qué quería decir. Tenía la intención de hacer algo, y eso, lo hacía inmensamente feliz.
-Suigetsu está en el carro esperando -
-Queridos amigos aquí presentes, nos hemos reunido hoy para unir a este hombre, Neji Hyuga y a esta mujer, Sakura Haruno, en matrimonio - Inició el sacerdote, con voz profunda, al micrófono.
La rubia de coleta y la pelirroja intercambiaron miradas con preocupación. Sakura parecía totalmente ausente de lo que pasaba, su rostro estaba serio e impasible, como si se encontrara en una serie de trance, totalmente rendida a lo que tuviese que pasar.
Las personas a su alrededor empezaban a usar los pañuelos que habían dispuesto en la entrada de la catedral, conmovidas por lo que creían era amor puro y joven. Las chicas no pudieron hacer más que volver a escribirle al rubio, con desesperación.
-¡Muévete, imbécil! - gritaba Suigetsu en el tráfico, mientras tocaba el claxón del auto, incesantemente - Manejas como anciana, hijo de puta - gritó por la ventana, al pasar por el lado del auto que iba muy por debajo del límite de velocidad de la autopista, retrasándolos.
No se amedrentó de enseñarle el dedo del medio al conductor, a pesar de que, en efecto, se trataba de una anciana.
Voy a morir. Voy a morir. Pensaba el rubio en el asiento de atrás, mientras prometía nunca volver a subirse a un auto manejado por el peliblanco. Al menos había logrado agarrarle los pechos a Hinata antes de su muerte.
¿Neji Hyuga, recibe usted a esta mujer para ser su esposa, para vivir juntos en matrimonio, para amarla, honrarla, consolarla y cuidarla, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?
-Sí, quiero - Las mujeres sollozaban ante la escena. Conmovidas.
¿Sakura Haruno recibe usted a este hombre para ser su esposo, para vivir juntos en matrimonio, para amarlo, honrarlo, consolarlo y cuidarlo, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?
La pelirrosa tragó saliva audiblemente, había logrado estar serena durante la ceremonia, pero ahora era su turno de hablar - S-sí, si quiero - hablo, con voz temblorosa.
Neji asintió y sonrió, victorioso.
-No se mueve- se quejó el peliblanco, golpeando el volante nuevamente.
-Tsk, mierda, Naruto - llamó - ¿a cuánto estamos del lugar?
El rubio vio rápidamente la aplicación en su celular - ocho minutos en auto - respondió.
-¿Y caminando? - preguntó el pelinegro, desesperándose.
-Casi veinte minutos - aseguró, dando la información que tenía en su teléfono - oye, ¿qué haces? - preguntó alarmado, mientras lo veía abrir la puerta en medio de la autopista.
-¡Correré! - respondió en un grito, mientras empezaba a mover sus piernas a toda velocidad.
-¡Voy detrás de ti! - el rubio salió del vehículo, inclinándose hacia la puerta del piloto - El auto tiene que estar en la entrada para cuando salgamos de allí - rodeó el vehículo, siguiendo los pasos del pelinegro, que ya estaba varios metros más adelante - ¡Nos robaremos a Sakura-chan!
-Yo Neji Hyuga, te recibo a ti, Sakura Haruno para ser mi esposa, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe - Sakura vio de reojo como sus padres sonreían, mientras se limpiaban las lágrimas.
Estaban felices, ellos eran felices. Estaba haciendo lo correcto. Se dijo a sí misma, mientras aclaraba su garganta.
-Yo Sakura Haruno, te recibo a ti, Neji Hyuga, para ser mi esposo, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe - Con cada palabra que decía, sentía como enterraba su corazón.
Deseó con todas sus fuerzas que su abuela estuviese ahí, pero había estado muy enferma en los últimos días, imposibilitándola para viajar hasta Tokio, por órdenes del médico. Intentó mover la ceremonia a Hokkaido, para que ella pudiese estar presente, recibiendo una ferviente negativa por parte de Neji, los Hyuga y sus padres, alegando que muchos invitados importantes no podrían dejar Tokio, solo por una persona.
Suspiró con pesadez, sabiendo que era seria su vida de ahora en adelante.
Naruto lo había alcanzado, guiando el camino, estaban cerca, muy cerca.
Estaban corriendo a todo lo que sus piernas daban. Solo pensando en ella. En sus ojos, en su sonrisa. No podía perderla.
-Mou, tienes fiebre - aseguró la chica, alejando sus labios de su frente. Que, según ella, era la mejor forma de saberlo. Él no se iba a quejar - ¿Quieres que sea tu enfermera? - le preguntó emocionada con la idea de cuidarlo.
Él la vio con una ceja arqueada, no estaba de humor para tener sexo. No en ese momento. Estaba ardiendo en fiebre, estaba mareado, tenía náuseas y cada hueso de su cuerpo dolía. Estaban en su habitación, donde él descansaba moribundo en la cama. Dudaba siquiera ser capaz de tener una erección en ese momento.
La chica rió - Me refería a una enfermera de verdad, no tienes que mirarme así, no soy una ninfómana, ¿sabes? - le dio un casto beso en los labios, ante la mirada escéptica del hombre. Antes de ponerse de pie, encaminándose al bano de su habitación, para volver con una toalla pequeña y un recipiente con agua.
Mojó la toalla, removió el exceso de agua antes de ponerla sobre su frente - Yo te cuido, Sasuke-kun - le había dicho, mientras besaba su mejilla.
Tal vez era la alta temperatura corporal, pero su sonrisa… la sonrisa amorosa que le brindaba en ese momento, le recordaba tanto a Mikoto. Reconoció en ese momento que le gustaba ese sentimiento. Le gustaba sentirse amado por ella.
Aceleró el paso. Parpadeando rápidamente, intentando deshacerse de la molestia que sentía cuando sus ojos empezaban a escocer. No quería perderla.
-¡Sasuke, cuidado! - alertó el rubio, cuando vio que uno de los guardias de seguridad se alertaba ante su presencia. El pelinegro lo esquivo con facilidad, saltando por encima de un arbusto, para seguir corriendo, con la iglesia frente a sus ojos, a pocos metros.
La boda congregaba a las personas más ricas de Japón, evidentemente estaría llena de seguridad.
-Si alguien conoce una razón, por la que esta pareja no deba unirse, que hable ahora o calle para siempre - sentenció el sacerdote.
Sus ojos jade se llenaron de lágrimas, sabiendo que su fantasía, no se haría realidad. Él no llegaría a rescatarla.
Kiba y Shikamaru vieron en dirección a la puerta, expectantes de lo que iba a pasar.
-¡Sakura! - ¡Sakura! - Gritó con desesperación, en cuanto vio sus cabellos rosa.
Un centenar de mariposas eran dejadas en libertad.
Centenares de globos blancos se elevaban hacia el cielo.
Pétalos de rosas rojas y blancas caían sobre la ahora feliz pareja, mientras hacían su salida oficial como marido y mujer, ante los gritos de celebración de los asistentes, quienes emocionados celebraban el amor.
Había llegado tarde.
-¡Sakura! - gritó por última vez, antes de ser tacleado por uno de los guardias de seguridad.
El cuerpo de la pelirrosa se sobresaltó, reaccionando al instante. Esa voz. Su corazón se aceleró.
¿Sasuke? Pensó, con un deje de esperanza. Giró con brusquedad en todas las direcciones, buscándolo.
¿Había sido su imaginación?
-¿Qué pasa? - preguntó la voz masculina, a su lado. Su esposo. Al verla girar para todos lados.
-Na…nada, buscaba a mamá - mintió, son tristeza en su voz, mientras las esperanzas abandonaban su cuerpo.
Él no vendría…
-¡Súbanse, rápido! - gritó el peliblanco al ver al rubio y al pelinegro. Había practicado su escape con Karin, en cuanto le dieron el rol de conductor.
Esta vez el pelinegro se subió en la parte trasera del auto. Los dos chicos estaban llenos de césped, tierra y restos de sangre en la ropa y rostros.
-¿Eh? ¿y dónde está Sak…?
-Cállate y llévame a casa - ordenó el pelinegro, mientras Naruto subía al asiento de copiloto, viéndolo con preocupación.
El camino al departamento del Uchiha, en el centro de Tokio, fue silencioso, con los dos chicos en los asientos de adelante viéndolo por el espejo retrovisor.
Estaba callado, viendo por la ventana, sin ninguna expresión en el rostro. Pero los dos lo conocían mejor que eso.
Cuando se bajó dando un portazo, supieron que quería estar solo.
El pelinegro caminó con pasos pesados y adoloridos por el edificio, con las miradas estupefactas de las personas con las que se cruzó en el camino, pero no le importo. Solo quería llegar a casa.
Maldijo internamente, cuando el ruido dentro del lugar le indicó que Itachi estaba de visita. En el peor maldito momento, pensó.
Su hermano disfrutaba de una copa de vino y un libro, cuando lo vio entrar, quitándose los zapatos y arrojando su chaqueta al suelo, sin cuidado, revelando los rasguños y magulladuras en su cuerpo, alertando a su hermano, que se puso de pie al instante, acercándose.
-Sasuke, ¿que te paso? - escaneó de cerca los moretones y heridas, asegurándose que ninguna requiriera atención médica. Lo tomó por los hombros para poder verlo bien.
Estaba tan perdido analizando las heridas, que no notó como lentamente la cabeza de su pequeño hermano se inclinaba, hasta recargarse sobre su hombro - ¿Sasuke? - preguntó con voz suave.
-Se casó - murmuró, en voz baja, terminando de apoyar su frente sobre el hombro de su hermano mayor -Sakura se casó - susurró con tanto dolor, que a Itachi le caló en el corazón.
Apoyó una de sus manos sobre la cabeza de su hermano, sintiendo como sus hombros se empezaban a sacudir, casi imperceptiblemente.
-Lo sé- todas las redes sociales estaban infestadas de fotos y videos - Estoy aquí, Sasuke - le aseguró, mientras le permitía acomodarse mejor entre sus brazos, por eso había venido hasta Tokio- Siempre estaré aquí -
T-T
He estado llorando por los últimos veinte minutos. Perdón por hacerlas sufrir. Por favor no me arrojen tomates.
Como Pain diría, hay que conocer el dolor, y hoy le toco a Sasu y a Saku.
Que la que nunca ha sido manipulada por alguien y caído en sus enredos, tire la primera piedra.
¡Muchas gracias por sus hermosos reviews, como siempre, son las/os mejores!
Muero por saber como se están sintiendo y que están pensando. Llevo frente a mi laptop como una hora reuniendo el valor para subir este cap, que espero que les llegue directo al cora. Tengo miedo! Jaja vi en sus reviews que esperaban algo diferente tanto de Saku como de Sasu, que pasara ahora?
Nos leemos pronto.
-Laura
