Los personajes de esta historia pertenecen a la increíble Stephanie Meyer, la trama pertenece a la asombrosa autora CaraNo, Alepattz la tradujo, sullyfunes01 es nuestra prelectora, yo tengo el permiso para publicarla.

Thank you CaraNo for allowing us to share this amazing story in Spanish!

[Traducido por Ericastelo en apoyo a AlePattz]


41 - LONDRES EN MARZO

Whistler POV

Hay sangre.

Por todos lados.

.

.

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Así es como se siente un ataque al corazón.

.

.

.

"¡Lo siento!" Autumn solloza mientras Bella me empuja en la puerta.

Veo los cortes y rasguños por todo su cuerpecito.

Y la sangre... acumulándose...

"Tranquila, pequeña", oigo decir a Bella. Se arrodilla frente a Autumn, que está llorando muy fuerte, pero yo no puedo moverme, mierda. "No llores... todo está bien..".

¿Cómo carajo está esto "bien"?

Respiro con fuerza cuando veo el corte a lo largo del cuello de Autumn, y es entonces cuando Eric se descongela detrás de mí para ayudar a Bella. Eso me despierta a mí también y me apresuro a meterme la pistola en la cintura de los vaqueros.

"Déjame llevarla", dice Eric en voz baja, levantando a Autumn con facilidad. "¿La ducha?"

¿La qué?

¡¿Qué tal un maldito hospital?!

"Sí, te seguiré", responde Bella, y luego continúa consolando a una sollozante Autumn. "Por favor, no pasa nada. No tienes que llorar. No has hecho nada malo".

"¡Se rompió!", gime. "¡Lo siento!"

Estoy confundidísimo, pero por fin consigo que mi boca funcione mientras caminan hacia el baño. "¿Qué mierda están haciendo?"

Bella me mira por encima del hombro y frunce el ceño. "Tenemos que lavar la sangre, por supuesto". Lo dice como si fuera obvio. "Por cierto, parece que has visto un fantasma". Y dicho esto, sigue a Eric al cuarto de baño.

"¿Qué demonios acaba de pasar?" susurro para mis adentros.

Todavía con la adrenalina a tope, todavía frenético, todavía preocupadísimo... mis ojos recorren la habitación.

Mi cerebro empieza a calcular la... espera.

Toda esa maldita sangre. Salpicaduras, charcos...

Hay demasiada. Literalmente, hay demasiada sangre.

Es entonces cuando mis ojos se posan en una bolsa de plástico en el suelo.

Me acerco y lo cojo con dos dedos. Gotea sangre mientras leo la etiqueta.

"500 ml... Etapa FX... Sangre: tono 3... Kryolan", murmuro en voz baja, "...adecuado para heridas abdominales por su coloración oscura.."..

No lo puedo creer.

Es el maquillaje de Bella.

De nuevo, mis ojos escudriñan la habitación, solo que esta vez para encontrar más rastros del trabajo de Bella. Su puto maletín de maquillaje está ahí, sobre la cama de Eric. Me acerco a él y veo dos bolsas más de sangre falsa. Una en un tono más claro... para "cortes, rasguños" y demás... como dice. Y sigo sin poder creerlo.

Si todo es falso, ¿por qué demonios está llorando Autumn?

Ella... oh, mierda. "¡Bella!" Grito.

Me invade la ira.

"¿Sí?", responde, apareciendo en la puerta del baño. Miro con desprecio la toalla ensangrentada que tiene en las manos. "¿Qué pasa?"

Aprieto los dientes y levanto la bolsa vacía. "¿Tú preparaste esto?"

¿Era una maldita venganza por mi falta de apoyo de antes?

"¿Qué?" Ella frunce el ceño. "¿Preparar qué?"

"¡Esto!" Levanto una mano hacia el suelo manchado de sangre. "¿Querías que me diera un puto infarto? ¿Es eso?" Me enfurezco. "¿Tienes idea de la mierda que me has provocado al entrar aquí y ver a Autumn en un charco de sangre, gritando como si hubiese habido un puto asesinato?"

Me mira sin comprender, lo que aumenta mi rabia.

"¡No bromees con esto, Isabella!" Grito.

Entiendo que esté cabreada, de verdad, porque debería haberla apoyado antes, en el comedor. Debería haberle dado una oportunidad como hizo Eric. Debería haber confiado en ella. Pero... la presión bajo la que vivimos, las condiciones, la vida que llevamos... ver a alguien en un charco de sangre es condenadamente cruel. La familia lo es todo para mí. Es por lo que vivo, mierda, y mis tres seres más cercanos son Bella, Cachorro y Autumn. La sola idea de ver sangre en ellos...

"Eres jodidamente increíble, ¿lo sabías?", dice rotundamente. "Y tengo que decir que tu falta de fe en mí es más que un poco insultante".

La fulmino con la mirada. "¿Realmente estás negando que esto sea una jodida venganza enfermiza? ¡¿Entonces por qué carajo está llorando Autumn?!" le grito.

"¡Porque se asustó, pendejo!", me grita. "¡Estaba en nuestra habitación para coger algunas cosas, y ella rompió la bolsa accidentalmente! ¡Fue un maldito accidente, Edward!" Sí, Bella está furiosa. Como muy jodidamente furiosa. "¡Imagina tener siete años y que te explote una bolsa de sangre encima!"

Oh...

"Le ha dado un puto susto, eso es todo", susurra con dureza, mirándome como una daga. "Y, Edward, si quisiera tenderte una trampa, no dejaría mi puto estuche de maquillaje sobre la cama. ¿O de verdad crees que soy tan estúpida?". Se burla y sacude la cabeza. "¿A quién quiero engañar? Claro que crees que soy tan estúpida. Maldito imbécil".

Me estremezco.

"Esta noche puedes dormir en el puto sofá", añade con voz mortecina antes de desaparecer de nuevo en el cuarto de baño.

Carajo.

Como si no me hubiera ganado mi lugar en la caseta del perro antes de esto.

"Dios, sí que soy un desastre", murmuro para mis adentros, saliendo de la habitación.

*O*O*O*

Bella es buena. Dolorosamente buena. Me pregunto si al casarse conmigo se hizo católica o algo así, porque es una maestra de la culpa.

Pasan tres días. Tres noches en las que duermo en el sofá. Tres días en los que ella sigue actuando como la anfitriona perfecta. Cocina y limpia, cuida de todos, planea nuestra partida a Dublín…

Suspiro.

Solo está ahí.

Dulces sonrisas para todos menos para mí.

Anteayer, cuando Liam, Emmett y yo estábamos sentados en el comedor haciendo planes y hablando de nuestros progresos, Bella entró con galletas recién horneadas y limonada casera. Cuando James y yo -unas horas más tarde- repasábamos lo que necesitamos en materia de armas, Bella nos sirvió papas fritas caseras y cervezas frías. Ayer, cuando tuve otra conferencia telefónica con papá, mi mujer nos proporcionó sándwiches y refrescos.

Se asegura de que la nevera esté siempre llena de nuestros platos favoritos. Todo es casero, desde minipizzas para picar... hasta grandes cenas que cubren toda la mesa del comedor. Nunca tengo que buscar mis cigarrillos, porque ella aparece de la nada cada vez que palpo mis bolsillos en busca de ellos.

Entretiene a los niños. Los hace reír y disfruta de su compañía.

Pero lo peor llegó esta mañana, cuando mi equipo se sentó a hablar de nuestra próxima visita al club de Aro, aquí en Londres. Éramos Bella, Eric, Kellan, James, Sam y yo. Y… mierda... sus comentarios me atravesaron.

"Oh, no lo sé, Eric. Quizá sea mejor que lo planees tú, porque yo no sé mucho".

"Hmm, me parece bien, Sam, pero ¿qué sé yo? Solo es mi opinión".

"Me gusta esa idea, pero ¿qué opinas tú, Edward? Tú sabes más, después de todo".

Así que, sí... Bella Cullen es muy consciente del concepto de la culpa católica.

No ayuda que todos se hayan puesto de su lado.

Están de su lado, por supuesto, pero aún así. Hubiera estado bien tener a alguien de mi lado. Porque tal y como están las cosas, Autumn es la única diplomática, pero no puedo preguntarle exactamente cómo puedo volver a caerle bien a Bella. En realidad, eso es mentira, porque ya intenté preguntarle a Autumn. Tiempos desesperados y todo eso.

Entonces mi maldito hermano, el traidor... también está en el Equipo Bella, pero eso es solo porque es un marica debido a Rose. Por lo tanto, él está fuera. Todos lo están. Diablos, incluso Cachorro.

Bella lleva tres días sin llamarme Whistler o chico irlandés, y estoy listo para largarme y acabar con esto.

¿Pero qué carajo puedo hacer?

He intentado disculparme. He acosado su culo sexy por el flat durante tres días, suplicando perdón.

Nada funciona.

Creo que está tratando de matarme. Y déjenme decirles, amigos míos, que está haciendo un maldito buen trabajo.

*O*O*O*

"¡Eh, jefe!" Eric llama desde... algún sitio. "¡Carlisle está al teléfono!"

De acuerdo. Suspiro cansado y saco el culo de la cama. Huele a mi mujer, y como no me dejan dormir en ella por la noche, aprovecho para echarme la siesta en ella mientras Bella está fuera con Kellan, que es ahora. Esta vez es para comprar regalos de cumpleaños para Alec y Nessa.

Dios, la extraño.

Lanzo otro suspiro y me pongo unos vaqueros y un jersey negro antes de dirigirme al comedor, donde atiendo todas las llamadas de trabajo.

Eric me dedica una media sonrisa cuando salgo, y no tiene que decir nada. Sé que tengo una pinta horrible.

"Gracias", murmuro, tomando el teléfono. Me desplomo en el asiento, cojo los cigarrillos y saludo a papá. "¿Qué tal, viejo?". Enciendo el cigarrillo y le doy una calada mientras subo los pies descalzos a la mesa. Eric se ríe y vuelve a mirar su portátil. Cabrón.

"Hola, hijo", se ríe papá. "¿Cómo vas con el arrastramiento?"

Ah, sí. Todos saben de mi cagada.

Todos piensan que es jodidamente divertido. Sobre todo, Liam.

"Como una mierda", respondo tajante. "Solo me habla de trabajo".

Exhalo humo por la nariz y me froto el pecho con una mano.

"Ya veo", responde, riendo en voz baja. "Bueno, dale tiempo, hijo".

"Sí", murmuro. "¿Qué otra opción tengo? De todos modos, ¿eso es todo?"

Si hay algo que sé de papá, es que mamá siempre está cerca, y realmente no quiero hablar con ella. Verás, hace dos días, Bella usó a Kellan y James para hacer su magia. Ya sabes, maquillaje. Y joder, tiene habilidad. Usó algo llamado... ¿Colodio? ¿Colodión? ¿Colidio? Como sea. Era algún puto producto químico, y apareció esta enorme puta cicatriz en la cara de James. Trabajó con un montón de mierda y, al final, apenas pude reconocer a ninguno de mis hombres. Luego, y esto es risible en ese sentido nada humorístico, envió fotos de ellos a mamá y a tía T. Ahora todo el mundo sabe que Bella es más que capaz de disfrazarnos bien.

Lo que a mamá le encanta señalarme.

"...así que tienes que irte ahora..".

Mierda, ¿de qué me perdí? "Retrocede, papá", le digo, cortándole el paso. Me siento más derecho y le doy una calada al cigarrillo. "¿Qué dijiste?"

"Sí, sé que es un par de días demasiado pronto", suspira. "Pero era la única ventana de oportunidad que tenía, así que..".

"¿Entonces...?" Picoteo.

"Así que tu madre ya está de camino a Dublín. Tanya y tus primas también".

Oh.

*O*O*O*

Para cuando Bella vuelve con Kellan, Eric y yo ya hemos recogido todos nuestros portátiles y demás artilugios. Bueno, excepto un portátil, pero eso es todo.

"¿Vamos a alguna parte, jefe?" pregunta Kellan cuando me reúno con ellos en el pasillo. "He visto los todoterrenos en la calle".

Esbozo una sonrisa al ver todas las bolsas de la compra de Bella. "Sí", respondo en voz baja, aclarándome la garganta. Miro a Bella, que al parecer está encontrando el suelo muy interesante. "Dublín". Al oír eso, levanta la vista. "Cambio de planes. Mamá, tía T, Kate e Irina ya están de camino, así que nos vamos mañana por la mañana". Bella asiente y vuelve a romper nuestra mirada, y yo encorvo los hombros, volviéndome hacia Kellan. "Hablé con Liam. Se va con los mellizos y su equipo esta noche".

"¿Emmett y sus chicos?", pregunta.

"Se van mañana por la noche", digo, y tengo que meterme las manos en los bolsillos antes de buscar a mi mujer. Mierda, esto es como una maldita separación, lo juro. Me está matando. "De todas formas, James y Sam tomarán un coche, y tú irás con Eric y Autumn". Bella se pone rígida ante eso, lo cual me duele. Realmente la lastimé con mi forma de actuar. Si no, no haría esto ahora. Así que reprimo lo que siento y añado: "Puedes ir con ellos, princesa... si quieres..". Quiero prohibirle que vaya con alguien que no sea yo. Quiero hacerlo. Pero no lo haré. Si ella no quiere estar en el mismo coche que yo, no voy a forzarla.

"Muy bien, me estás matando con esta maldita torpeza", dice Kellan bruscamente. "Dejaré las bolsas en tu habitación, Bella". Y se va, dejando atrás a dos personas incómodas.

La miro.

Me froto la nuca.

Dudo, lo cual... bueno, yo no soy así. No soy un maldito indeciso.

Resoplo. "Esto es ridículo, nena". Me mira a los ojos y veo que está enfadada. "No es lo que estás haciendo", me apresuro a añadir, aunque estoy bastante harto de que me ignoren. Pero lo entiendo. Me lo merezco. "Es que..". Trago saliva. "Te echo de menos", admito en voz baja, y sus ojos se suavizan un poco. "Lo siento mucho, princesa. Sé que te hice daño. Sé que me he comportado como un imbécil".

Esboza una pequeña sonrisa. Muy pequeña. "Como un total imbécil".

La comisura izquierda de mi boca se levanta un poco, pero permanezco serio. "Lo siento", repito.

"Sí", suspira. La pequeña sonrisa sigue ahí. Es triste. "Estoy empezando a ver eso".

Exhalo.

"Tengo que empezar a preparar la cena", murmura. "Y supongo que tengo que hacer el equipaje después de eso".

No quiero que se vaya ahora que me habla, pero tampoco quiero tentar a la suerte.

Así que le hago un gesto de desgana. "Estaré en el comedor con Eric".

Me da un pequeño "Ok" antes de desaparecer, y arrastro mi culo hasta el comedor. Eric está, por supuesto, sonriendo cuando llego.

"Es jodidamente perfecta para ti, jefe".

Le lanzo una mirada frustrada. "Escuchar a escondidas no está bien".

¿Eso es lo mejor que se me ocurre?

Fóllame de lado y llámame Santa.

Eric se ríe. "Ni siquiera voy a dignarme a responder a eso".

Y aprieto los labios, guardándome el "acabas de responder" dentro de mí. Después de todo, tengo casi veinticinco años. No siete y tres cuartos. Sí, yo contaba los cuartos cuando era niño. Demándame. Al menos no jugué a "no te estoy tocandooooooo", como hizo Emmett. Realmente lo hizo. Me sacaba de quicio.

"Acabemos con esto de una vez, ¿bien?" Gruño, tomando asiento en la cabecera de la mesa. "Voy a repasar cada punto, y tú me das el resumen".

Asiente, abriendo el único portátil que tiene a la mano.

"De acuerdo, volveremos a Londres el primero de abril, excepto Liam", digo, y Eric vuelve a asentir, confirmando. "Repasa primero su plan".

"Entendido", responde, golpeando las teclas mientras habla. "Liam y su equipo de catorce personas irán directamente de Dublín a la Toscana. Van por el círculo íntimo, pero empezarán con cualquier información que puedan conseguir en la residencia principal de Avellino".

"Y colaborarán estrechamente con papá", añado, sabiendo que ya hemos terminado con la parte de Liam.

"Exacto". Asiente con una inclinación de la barbilla. "Carlisle y su equipo se dirigirán primero a Cerveteri. Su primera prioridad es intentar averiguar dónde puede estar Ed. Le envié por fax a tu padre todas las listas que Bella encontró, así que empezarán por ahí. Pistas sobre los nombres... último paradero conocido... cosas así. También intentarán averiguar el vínculo entre Aro y la madre de Bella. Oh, y si realmente está el padre de Sam en esa lista. Y con las cuatro villas de Aro en los alrededores de Roma, hay mucho que revisar".

"Bien. Continúa con Emmett".

Más chasquidos. "Después de tanto ir y venir", hace una pausa y se ríe, lo que yo también hago. Ha habido muchas idas y venidas. "Tu hermano y su equipo van a Barcelona a ver el club de Aro".

Aún no estoy muy convencido, pero confío en mi hermano. Cree que Avellino utiliza el puerto de Barcelona como puerta de entrada a Europa cuando se trata de armas de fuego. Puede que tenga razón, pero mi primera suposición sería Croacia. ¿Por qué? Porque hace unos días descubrimos allí otro club propiedad de Avellino, y... es solo una corazonada.

En fin...

"Eso nos deja a nosotros", continúa Eric, y yo asiento para que continúe. "Bella y tú van a visitar el club de Londres en cuanto volvamos, y después nos iremos a Berlín". Hace una pausa para encenderse un cigarrillo y me pasa el paquete por la mesa. Lo imito y enciendo uno. "En ambos lugares, tendrás a Kellan y a Sam cerca. Y el equipo de Kellan está a la espera".

"Hazles una reserva en el hotel que hay frente al club, aquí en Londres", decido. "Los quiero cerca".

"Entendido". Teclea en silencio un rato antes de continuar. "Muy bien, ¿qué más?" Se frota la mandíbula. "Bien, James estará atento a las salidas y rutas de escape". Asiento despacio, siempre pensando. Incluso cuando todo está hecho, que lo está ahora -la planificación, al menos-, seguimos pensando en alternativas y mejores opciones. "Y yo estaré en una furgoneta, como se ha decidido, con mi equipo. Lo que me recuerda que tenemos que hablar con Garrett y Ben sobre nuevos auriculares en Dublín. Emmett, Rose y Bella destruyeron los suyos después de la presentación de Maserati".

"De acuerdo". Exhalo un poco de humo hacia el techo. "Solo quedan los niños y las mujeres".

Sin contar a Bella y Rose, por supuesto. Están en nuestros equipos. Pero mamá, la tía T, Kate e Irina, Nessa, Alec, Autumn... incluso la mujer y los hijos de Ben... desde luego no están "trabajando".

"Angela y sus hijos se quedarán en Chicago, donde Kate e Irina regresarán después de Dublín", responde Eric. "Esme y Tanya se dirigirán a Seattle, creo. Y le oí decir a Liam que Nessa quiere ir con ellas".

"Eso está bien", digo con firmeza y echo un poco de ceniza en una lata de refresco vacía que hay sobre la mesa. "Eso le dará a Ness la posibilidad de volver a la escuela". Supongo que mamá la educará en casa en Bainbridge, tal y como lo hizo con Ness y el Cachorro en Forks el año pasado. "¿Y Alec y Autumn?"

"Ambos se quedarán aquí con nosotros".

Eso es lo que quería oír.

Llámenme estúpido y egoísta por quererlos donde la mierda va a golpear el ventilador, pero no confío en muchos en lo referente a su seguridad. Además, habrá mucho más peligro en Italia que aquí, así que me alegro de que Cachorro no vaya con su hermano.

Bella entra entonces en el comedor, preguntando si está bien poner la mesa o si necesitamos más tiempo, pero ya hemos terminado. Eric recoge y yo voy a avisarles a James y Sam de que la cena está casi lista.

*O*O*O*

"Mierda, te has superado, Bella", gime James, cogiendo otro filete. Lo imito, porque tiene razón. La comida está deliciosa.

Yo también gimo y añado más trozos de papa a mi plato. Ah, y más salsa bearnesa. "Dulce santa mierda".

Bella me interrumpe. La miro con cara de "soy inocente, qué demonios he podido hacer mal". Sí, tengo una de esas miradas. Es verdad. "Orejitas en la mesa", me recuerda con el ceño fruncido de mamá osa.

Mis ojos se mueven de Bella a Autumn, que está sentada entre los dos, y luego de nuevo a mi mujer.

"Eddie dice palabrotas todo el tiempo", dice Autumn, demasiado lista para su propio bien, ya que es evidente que se ha dado cuenta de a qué se refería Bella. También es muy despectiva con mi lenguaje, así que tampoco veo cuál es el problema. "Jamie, Kellan, Sammie y el tío Eric también dicen palabrotas. Todo el tiempo". Exacto. Quiero decir... sí. ¿Qué? "Y tú solo a veces, Bella".

"Lo sé", responde Bella en voz baja, "pero esperaba que al menos pudiéramos tener cuidado con lo que decimos en la mesa". Nos lanza una mirada suplicante, la mirada con la que todos nos derretimos. "¿Por favor?"

Maldita sea, mujer.

Yo me doblo primero, siendo la nenaza que soy. "Tienes razón, princesa".

Tengo que redimir mi culo en su gracia.

Eric es el siguiente, parece tan tímido como el resto de nosotros. "Lo siento. Lo intentaré".

Y Sam. "Lo haré mejor. Lo prometo". Sonrisa tímida.

Lo juro, Bella nos tiene a todos envueltos alrededor de su dedo.

No me hace gracia.

No la tiene.

Luego Kellan. "No más 'carajo' o 'maldita sea' en la mesa". Gimo, y Bella le lanza una mirada de "¿eres estúpido?". Tiene unas cuantas de esas miradas, todas igual de efectivas. "Mierda, lo siento. Quiero decir..." Suspira. Reprimo mi risa, haciendo un pésimo trabajo. "Lo siento".

Autumn suelta una risita.

"Dios, eres un jodido estúpido, Ford", James se rio entre dientes de Kellan... antes de darse cuenta de lo que acababa de decir. "¡Lo siento!"

Bella se golpea la cabeza contra la mesa. "Me rindo".

Autumn pierde el control y empieza a reírse a carcajadas.

Sin pensarlo, me acerco y pongo la mano sobre la de Bella, pero entonces me paralizo. Por lo que sé, sigue enfadada conmigo. La tensión ha disminuido mucho desde que regresó con Kellan, pero no me ha perdonado.

"Lo siento", murmuro, retirando la mano.

"¡Oh, carajo!", grita.

"¡Lenguaje, Bella!" Kellan, Eric y James gritan.

Autumn se ríe más fuerte.

Estoy confundido.

Hay que reconocer que también un poco asustado.

"Ah, cállense", resopla, y se levanta del asiento. Con los ojos algo abiertos, la miro mientras camina hacia mí y... ¿va a golpearme en la cabeza o algo así? Carajo, quizá debería taparme las bolas. "No estés tan asustado", me dice frustrada. "Te perdono, ¿de acuerdo?" Mierda, ¿en serio? "Echa la silla hacia atrás". Obedezco, carajo. Y ella se deja caer sobre mi regazo, rodeándome los hombros con sus brazos. Probablemente debería respirar. "Te perdono", repite en voz baja.

Trago saliva. "¿Sí?"

Ella sonríe. "Sí. Ya has sufrido bastante".

"Siento mucho haberte lastimado", digo en voz baja, ignorando a los pendejos que se ríen a hurtadillas detrás de Bella.

"Lo sé. Se inclina hacia delante. "Ahora, dime que me amas".

Sonrío, jodidamente aliviado. "Te amo". Unos centímetros más cerca. "Te amo".

Entonces la beso.

Estoy en casa, amigos míos. Hogar, dulce maldito hogar.

Al fondo, los chicos se ríen entre dientes y profieren varios gritos de "¡por fin!" y "¡ya era hora!".

Y Autumn hace ruidos de besos entre risitas.

"Quizá Edward no actúe ahora como si tuviera la regla", oigo decir a Kellan.

Giro a Bella y nos besamos más profundamente.

*O*O*O*

Estando sobre ella, me apoyo en la cama con una mano.

Un suave beso en sus labios.

"Te amo", susurro, sintiendo cómo sus labios se curvan en una sonrisa. "Te amo mucho, princesa".

Tararea y entrelaza sus dedos en mi pelo. "Yo también te amo, Whistler".

Por fin. Soy Whistler de nuevo. Solamente tomó tres días.

Con un último beso en los labios, desciendo por su pecho, tomándome mi tiempo. Mi mano libre acaricia su costado. Subo por sus costillas, despacio, despacio, despacio, hasta que llego a su pecho. Los besos continúan. Húmedos, ardientes. Me detengo en sus tetas, prestándoles mucha atención antes de bajar de nuevo.

"Edward", gime en voz baja. Con las manos aún en mi pelo, intenta guiarme hacia donde quiere.

Saco la punta de la lengua cuando llego al hueso de su cadera. Sonrío. Inhalo.

"Puedo olerte, nena", murmuro, besándola más abajo. Se me escapa una risita ronca cuando ella se retuerce un poco. "No te preocupes. Se acabaron las provocaciones". Y lo digo en serio. Llego hasta su coño y le doy besos con la boca abierta, dejando que mi lengua se sumerja entre sus húmedos pliegues. "Mmm... carajo, Bella…"

"Oh, mierda", exhala.

Si no estuviera ya empalmado como una piedra, el primer sabor de su coño en mi lengua lo haría en un santiamén.

"He echado de menos tu dulce coño", murmuro contra su clítoris. Mi lengua se desliza sobre él, lo que la hace gemir y arquear la espalda. Una vista espectacular, debo decir. Su coño está justo aquí y, cuando miro hacia arriba, tengo una jodida vista preciosa de sus tetas abiertas. Gimo cuando empieza a jugar con sus pezones excitados. "Dime cuándo estés a punto, princesa", le ordeno en voz baja. Por mucho que quiera su excitación en mi garganta, prefiero sentir cómo se corre en mi polla. Dos veces.

"Carajo", gime ella. "Sí, oh... sí, Edward..."

Le meto dos dedos y la acerco. Mi lengua recorre su sexo y mis labios se impregnan de sus jugos. Otro gemido mío. Mierda, está muy mojada. Tarareo y gimo, lamiéndola con más fuerza. Giro y enrosco los dedos dentro de ella, le chupo el clítoris, la beso, le susurro palabrotas.

"¡Oh!", jadea, con los muslos tensos. Esa es mi señal. "Estoy... estoy..."

Cerca.

Me detengo y ella grita en protesta. Pero no te preocupes, amor. "Ponte en cuatro, princesa", le digo bruscamente, pasándome una mano por la barbilla. No se trata de follar, aunque su primer orgasmo no será dulce y tierno. De un modo u otro, sigue siendo hacer el amor. Y esto va a ser duro y rápido. Solamente su primero, pero sé cuánto le gusta cuando la tomo por detrás. Y lo que a ella le gusta...

No me verás quejándome.

"Por favor, cariño", maúlla.

Sonrío y agarro sus caderas. "Los codos en el colchón".

Ella responde con un gemido de necesidad y, una vez en posición, guío mi polla hasta su empapada entrada. Luego, con las manos en sus caderas, me introduzco en su interior de un solo empujón.

"¡Carajo, Edward!"

"Oh, mierda", exhalo con dureza.

Tan resbaladizo, tan cálido, tan suave, tan apretado.

Mi pecho se agita mientras fuerzo el aire en mis pulmones.

De algún modo, consigo controlarme y me concentro en llevarla de nuevo al límite. Mis embestidas son profundas y rápidas, y con una mano me acerco a su clítoris mientras con la otra le acaricio los pezones. Giro las caderas cuando estoy hasta el fondo y la hago jadear. En medio de un grito, le pellizco suavemente el pezón y le froto el clítoris un poco más fuerte.

Jesús.

El primer orgasmo se apodera de mí justo cuando vuelvo a penetrarla.

Aprieto los dientes, conteniéndome mientras ella alcanza su clímax.

"Oh, Dios", grita sin aliento, dejando caer la frente sobre el colchón. "Oh, Dios". Jadea.

"No hemos terminado", digo, un poco sin aliento, y salgo de ella. "Date la vuelta, nena".

Suelta un gemidito sin aliento, con el cuerpo tembloroso, mientras se da la vuelta y se deja caer sobre la cama. "Me estás matando, Whistler", exhala, y yo me inclino hacia delante y pongo sus piernas rodeándome. Atrapo su boca con la mía, empujo mi polla dentro de ella, me trago sus jadeos, establezco un ritmo constante.

"Te amo", gimo en voz baja. Beso sus mejillas. "Mi esposa". La beso en la frente. "Mi princesa". Su boca. "Mi vida".

"Te amo", grita. "Oh carajo, Whistler..."

Nuestro beso es codicioso, húmedo y caliente. Intercambiamos respiraciones, frente contra frente. Me muevo más rápido, sintiendo cómo se me revuelven las entrañas. Creo que ella siente lo mismo, como yo siento su urgencia. Sus talones se clavan en mi culo, estimulándome. Me agarra del pelo y se niega a ralentizar nuestro beso. Como si yo quisiera eso. Y está más mojada... Dios, está tan jodidamente mojada. Puedo oírla cada vez que deslizo mi polla dentro de ella. Caderas encontrándose. Rechinando. Empezamos a jadear en la boca del otro, pero eso solo hace que nos movamos más rápido, un poco más fuerte. Levanta las caderas con cada embestida, incluso me coge... más profundo.

"Estoy ahí, Bella", grito, apoyando la frente en su hombro. Mis labios rozan su clavícula y, con cada respiración entrecortada que exhalo contra su piel, ella suelta un pequeño temblor. "Mierda, eres impresionante". Deslizo una mano entre nuestros cuerpos resbaladizos y vuelvo a rodear su clítoris. "Y realmente necesito que te corras en mí, princesa".

Por fin, siento que se aprieta a mi alrededor. Su respiración se entrecorta y me araña la espalda. Suelto un gruñido y siento que el placer me recorre mientras dejo que mi cuerpo se apodere de mí. Empiezo a penetrarla, animado por sus gemidos y gritos. Y siento su clímax más que oírlo, porque mi propio orgasmo se apodera de mí al mismo tiempo. La forma en que su coño se aprieta contra mi polla... una sensación indescriptible. Pulso dentro de ella, moviéndome perezosa e instintivamente mientras me derramo dentro de ella en varios chorros.

"Maldición", jadeo contra su hombro.

Puedo sentir su corazón latiendo rápidamente.

El brazo que soporta mi peso empieza a temblar, así que me suelto de ella y caigo de espaldas.

"¿Estás bien?" Exhalo.

Ella tararea afirmativamente. "Subestimado", añade, todavía sin aliento. "Ahora, vuelve a mí". Se acerca a mí y fuerzo mi cuerpo agotado a cooperar. Merece la pena cuando consigo levantar la cabeza y ver su cara. Jodidamente hermosa. "Te amo, cariño. Te amo mucho".

Sonrío y la beso en los labios. "Yo también te amo".

Alargo la mano hacia atrás, cojo las mantas y las pongo sobre nuestros cuerpos. Y me pongo muy contento cuando me lleva la cabeza a su pecho. Más aún cuando empieza a arrastrar sus uñas por mi cuero cabelludo. Esa mierda es oro puro. Me estremezco y tarareo, poniéndome cómodo sobre la mejor almohada del mundo. Te lo digo... sus tetas... Quiero decir pechos. Senos. No tetas. No soy un niño. Ah, qué carajo.

Bostezo y la abrazo con fuerza, sintiéndome completamente relajado y a gusto por primera vez en tres días.

"Mmm, se siente increíble", murmuro somnoliento.

"Duerme, cariño", susurra.

Sí, de acuerdo.