Harry Potter: Una lectura distinta, vol. 8

Por edwinguerrave

Copyright © J.K. Rowling, 1999-2008

El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, para su adaptación cinematográfica, son propiedad de Warner Bros, 2000.

Algunos capítulos incluyen extractos de los "fan fic" 'Harry Potter y la Orden del Fénix', © "Daniela Linx", y 'Harry Potter y el Círculo Secreto', © "jesterdead".


La Frontera Final (1)

Capítulo 4: La Casa del Sol Naciente (2)

—Y así termina este funeral —indicó Lee, quien luego de dejar el pergamino en el atril, se levantó a abrazar a Fred, y le dijo—: Siempre que voy a Ottery St. Catchpole paso por el cementerio y te llevo unos girasoles. No serán tan perfectos como los que te lleva Hermione.

—¡Hombre! ¡Por favor! —exclamó Fred, mirando a su amigo a los ojos—. El gesto es lo que vale, ¿eh?

—Claro, claro —dijo Lee, volviendo a abrazar a su entrañable amigo.

—Lo mejor es que se mantiene colaborando con el negocio —comentó George con orgullo, acercándose al par—, siempre que puede nos echa una mano, si Roxie tiene juego con las Arpías.

La aludida sonrió, emocionada al ver a su padre, su tío biológico y su "tío adoptivo". Mientras tanto, Vic miraba preocupada a la vez que interesada el pergamino delante de su asiento. Cuando detalló el nombre, sonrió levemente.

—Me gusta ese nombre —soltó, asintiendo efusivamente—. Vaya que sí. La Casa del Sol Naciente suena a un inicio brillante, a un renacimiento.

—No estás tan alejada de esa idea, Vic —reconoció Hermione, pero no continuó porque Ron la abrazó y le hizo suspirar con fuerza.

—Comienzo entonces —dijo Vic, sonriendo ante el sonrojo de su tía.

Llegaron casi a las diez de la noche a Grimmauld Place. Al llegar, notaron que todo estaba en silencio, ninguna persona caminando en la calle, ni extraños ruidos alrededor. Por ello Hermione, de manera preventiva invocó el Homenum Revelio, para luego de observar toda la plaza, y hacia el interior de la casa de Sirius, decir, con voz grave:

No hay nadie escondido, podremos entrar.

—¿Y quién podría estar? —interrumpió Hugo—, ¿no se supone que los mortífagos fueron derrotados?

—Ninguna prevención es suficiente —indicó Moody con un gruñido—. Deben estar en alerta permanente.

—Exacto —confirmó Hermione—, ya con lo que había pasado en La Madriguera estábamos claros que algunos mortífagos habían escapado.

Harry abrió la puerta del número 12 e inmediatamente gritó:

Yo no maté a Albus Dumbledore —en ese momento un viento tenebroso sopló por el pasillo, mostrando uno de los tantos hechizos que Ojoloco Moody había colocado. Al voltearse, indicó—: Pueden pasar, pero necesitaré quitar esos encantamientos.

Bill puede ayudarnos en eso, es muy bueno rompiendo encantamientos —recordó Ron al entrar al antiguo Cuartel General de la Orden del Fénix.

Cierto, recuerda que ese era su trabajo para Gringotts en Egipto —ratificó Ginny.

—Sí —reconoció Bill—, ya después de regresar a Inglaterra, me asignaron otras funciones, especialmente después de la visita de Harry, Ron y Hermione al banco.

Ese comentario causó algunas risas entre los presentes.

Luego de entrar, fueron directo a la gran sala de recibo, y con un movimiento de varita, el señor Weasley encendió las lámparas de esta habitación. Todos entraron, quedando Harry de último, cuando oyó la voz grave y arrastrada de Kreacher, el viejo y malhumorado elfo doméstico de la casa Black, aunque con un tono relativamente alegre, mientras usaba al cuello el relicario falso:

Señor, ha regresado. Espero que sus últimas diligencias hayan tenido éxito.

—¿No se suponía que Kreacher se había quedado en Hogwarts? —preguntó Paula, confundida.

—Yo le solicité que regresara a casa —comentó la directora McGonagall— después que terminaron las ceremonias de sepelio y despedida. Imaginé que Harry necesitaría sus servicios.

Kreacher, que bueno verte, sí, puedo decir que me terminó de ir bastante bien… —contestó Harry, entre la satisfacción de no ver gruñir a Kreacher y la preocupación por cuál sería su actitud real—. Y me alegra que hayas regresado. Kreacher, ¿cuáles habitaciones estarían disponibles para mis invitados? Ya tú los conoces, son los Weasley y la señorita Granger —terminó de decir Harry, quien se quedó esperando la sarta de insultos usual en el elfo. Se sorprendió cuando Kreacher, sin ningún vestigio de rencor, se inclinó levemente y respondió:

Pueden usar las mismas que usaron la vez que habitaron acá, luego del retorno del Señor Tenebroso; usted puede dormir en la habitación del amo Sirius, si así lo desea…

Excelente, Kreacher… ¿Podrías acondicionar las habitaciones para que podamos ir a dormir? Yo iré a la habitación de mi padrino, ha sido un muy largo día.

Como usted lo desee, joven amo, el viejo Kreacher está enteramente a su servicio.

—Qué bien —comentó Sirius—, al menos tú lo comprendes mejor de lo que yo lo pude hacer.

—Bueno —reconoció Harry—, es un tema que ya habíamos hablado.

Sirius asintió, haciendo señas a Vic para que continuara leyendo.

Ah, antes que te vayas, me gustaría proponerte algo, o mejor, pedírtelo.

Usted ordene, joven amo.

¿Podrías mudar el cuadro de la señora Black a su habitación, o a la del té, la que tiene el árbol genealógico? Creo que se sentirá más a gusto allí. No creo que vayamos a usar más esas habitaciones.

Como usted desee, joven amo.

—No creo que lo haya mudado —dijo Sirius, sorprendido—. Es más, apuesto que no lo mudó. Punto.

—La tomo —replicó Remus—. Si Harry convenció a Kreacher que lo ayudara, e incluso que liderara a los elfos en la batalla, pudo conseguir que lo hiciera.

—Parece que no conocieras a tu ahijado, Canuto —dijo James, riéndose.

Kreacher se alejó arrastrando los pies, y al voltear para entrar al recibidor, Harry vio a Ron y Hermione parados al lado de él, ambos con la misma expresión de asombro:

¿Y qué le pasa a Kreacher? —preguntó Ron.

Quizás ya reconoce a Harry como su único y verdadero amo —justificó Hermione, para luego decirle directamente—. Recuerda que después de que le entregaste el guardapelo falso, él comenzó a comportarse mejor con nosotros, incluso conmigo.

Sí, realmente me sorprendió que no comenzara a insultarme, especialmente cuando le pedí que mudara el cuadro de la señora Black; al menos no se sintió abandonado porque no regresamos aquel día que nos sorprendió el par de mortífagos.

—Exactamente —confirmó Harry—, creo que al tardarnos en regresar, volvió al colegio, tal como se lo había ordenado en algún momento.

Entraron al recibidor y la señora Weasley volvió a abrazar a Harry, llorando quedamente:

Harry, tienes un corazón de oro, gracias por ser como eres.

—Creo que eso no lo pone nadie en duda —dijo Lily, abrazando a Harry mientras lanzaba una mirada furtriva a Snape, quien asentía muy levemente.

Tranquila, señora Weas… Molly —rápidamente se corrigió al ver el ceño fruncido de la aludida—, saben que es lo menos que puedo hacer por ustedes, después de tantos rescates y ayudas que ustedes me brindaron mientras vivía en casa de mis tíos… Ya Kreacher está acomodando las habitaciones, en un rato podremos ir a dormir; nos acomodaremos tal como cuando estuvo la Orden acá, Ron puede compartir la habitación con George, porque yo voy a dormir en la de Sirius.

Bueno, Harry, gracias por todo, —dijo Percy, quien acompañó al grupo en silencio—, yo voy a mi departamento, si necesitan algo, avísenme con Pig o Errol. —Percy abrazó a cada uno de sus familiares, extendiendo su abrazo con la señora Weasley, Ginny y George, y también abrazó a Hermione y a Harry, antes de Desaparecerse con un ligero plop.

—¿Perce? ¿abrazando gente? —exclamó Fred, extrañado.

—Sí, Fred —replicó Percy—, no sólo Ginny cambió con la batalla.

—Bueno —reconoció Fred, mirando a George asentir en silencio—, no lo dudo.

Luego de un rato en silencio, Kreacher se asomó a la sala recibidor y anunció, con voz grave, pero audible:

Joven amo, las habitaciones ya están listas.

Gracias, Kreacher, ¿lo otro que te pedí? ¿Lo hiciste?

Sí, joven amo, el retrato de la ama ya descansa en su habitación.

—¡Rayos! —exclamó Sirius, ante la carcajada general. Primero palmeó la mano de Remus, pero luego rebuscó en su bolsillo para poner un par de galeones en ella. Alisu, al ver ese gesto, dijo:

—No entiendo. He visto que varias veces han apostado, y se han pagado y todo eso; pero ¿ese dinero va a valer cuando salgamos de aquí?

—No creo que valga nada —filosofó Freddie—, porque estamos en esta instancia.

—Exactamente —confirmó Dumbledore.

Correcto, Kreacher, puedes irte a descansar, gracias por todo. —con una reverencia que casi hace pegar la nariz del suelo alfombrado, Kreacher se retiró, dejando la habitación. Harry se dirigió entonces a sus invitados—: Bueno… No sé si desean que comamos algo antes de dormir, de hecho no sé si hay algo de comida decente en las alacenas.

No, Harry, de verdad yo no quiero comer nada.

Ron, ¿estás enfermo? ¿Tú no quieres comer? —dijo Hermione totalmente sorprendida.

En la Sala, varios miraron con interés a Ron, mientras Vic sonreía al adelantarse en la lectura.

Hermione, por favor, no es momento de chistes ni nada por el estilo…

No, no es broma, es raro que tú no quieras comer.

Yo tampoco tengo hambre, quisiera irme a dormir —dijo Ginny, poco convencida.

Sí, yo estoy igual —comentó melancólicamente George.

Creo entonces que es mejor ir a dormir —planteó Charlie, con su voz firme—. Yo también necesito descansar, mañana regreso a Rumania.

Sí, vamos, ya mañana comenzamos una nueva vida, y tenemos que aprovecharla al máximo —comentó en un bostezo el señor Weasley.

—Bien dicho, abuelo —comentó Nadia, haciendo sonreir al señor Arthur.

Harry entró a la habitación de Sirius, la cual conocía de sus indagaciones previas a la búsqueda de los horrocruxes. Se encontró nuevamente con una habitación tan contrastante al resto de la casa, como había sido la suya respecto a la casa de los Dursleys: Adornada con múltiples referencias a Gryffindor, el rojo y amarillo brindaba una luminosidad adicional a esta habitación, lo que chocaba con el verde y plata de la habitación contigua, la de Regulus, hermano de Sirius y quien quedara atrapado en el lago de los inferi, al descubrir el oscuro secreto de Voldemort e intentar escaparse de su red de muerte y destrucción.

—Insisto —comentó Zacharias—, eso se presenta como muy épico.

—Aunque no lo parezca, así es —replicó Sirius, algo decepcionado.

—Exacto —confirmó Harry—, si no hubiera sido por ese sacrificio de Regulus, no hubiéramos comprendido la realidad de lo que Voldemort había hecho.

Sirius, padrino, cuánto te extraño… —murmuró mientras veía los objetos en la habitación, cuando un pensamiento le hizo sacudirse la cabeza y reaccionar—. Bueno, ya no hay tiempo de estar lamentándose, vamos a dormir.

Se desvistió, tomó un pijama de su mochila, se la colocó y se metió en la cama, que encontró mullida y cómoda, cayendo dormido casi de inmediato. Tuvo un sueño relativamente tranquilo, en el cual sus padres, Sirius, Cedric Diggory, Lupin, Tonks y Fred le felicitaban y decían que mientras él los recordara, nunca se alejarían de su lado, pero que no debía quedarse en eso, pues ya tenía que comenzar a crear su propia nueva historia…

—Exactamente —comentó el profesor Dumbledore—, es una idea muy adecuada.

Harry, ¿estas bien? —gritó Ron al otro lado de la puerta, para luego decirle a alguien al lado de él—. No contesta, voy a tener que abrirla o tumbarla.

¿Por qué no te apareces dentro del cuarto, entonces? —gruñó Harry, desperezándose, mientras buscaba sus lentes—. Pasen, la puerta no tiene seguro.

Entraron Ron, Hermione y Ginny, los tres aún en ropa de dormir, y ambas chicas con los ojos rojos y bolsas debajo de ellos, signo inequívoco de haber pasado la noche llorando. Ginny abrazó a Harry, quien ya se había sentado en el borde de la cama, mientras Ron y Hermione entraban, quedándose de pie al lado de la puerta.

Por lo que veo, ustedes no pasaron buena noche —les dijo a las chicas mientras veía a Hermione.

Varios miraron a Hermione y a Ginny, quienes sólo señalaron el pergamino en manos de Vic.

No pudimos dormir, Ginny tuvo una pesadilla horrible y me hizo desvelar… —dijo quedamente Hermione, para luego reconocer—. Bueno, yo también tuve una pesadilla, parecía que nunca podía encontrar a mis padres, y eso me hizo ponerme muy mal —terminó con un sonoro suspiro, muy cercano a un sollozo.

Vaya… Tú, Ron, ¿cómo dormiste?

Incómodo, ese cuadro en blanco no dejó de gruñir en toda la noche, y George tampoco hizo las cosas fáciles.

Me imagino… ¿Qué iremos a hacer hoy? —reflexionó Harry, acariciando la espalda de Ginny—. Creo que tendría que hablar con Bill para lo del dinero de reconstruir La Madriguera, y ver que se necesita aquí para comer y arreglar esta casa también…

Mi mamá ya trajo comida. Fueron ella, papá y Charlie a comprar, porque no nos quiso despertar —dijo Ron, incómodo aún por la generosa oferta de apoyo de Harry, pero agradecido por lo que su entrañable amigo hacía por su familia.

—No podía evitarlo —reconoció Ron al oir algunos bufidos de parte de los más jóvenes—, no estaba acostumbrado a esas muestras de generosidad de parte de Harry.

—Creo que todavía no te acostumbras a eso, papá —comentó Hugo, lo que hizo enrojecer a Ron. Para evitarle un bochorno mayor, Ginny le hizo señas a Vic para que continuara leyendo.

¡Muchachos, vengan a desayunar! —se oyó el lejano grito de la señora Molly, a lo que Ron respondió asomándose a la puerta:

¡Ya bajamos, mamá! —para luego comentarle al grupo—: Vamos, ya tengo hambre.

Ahora sí, ¿no? —comentó Hermione, entre divertida y distante, lo que notó Harry rápidamente:

Hermione, ¿todo está bien?

Fue esa pesadilla sobre mis padres, no me la puedo sacar de la cabeza… Le escribiré a Kingsley a ver si me ayuda a ubicarlos en Australia…

—Claro —comentó JS—, Kingsley era el ministro de Magia en ese momento, ¿no?

—Exactamente, señor Potter —confirmó la directora McGonagall.

Apúrense, que tenemos visita, ¡y es importante! —gritó nuevamente la señora Molly.

Cuando bajaron al comedor, ya vestidos decentemente, se encontraron la grata sorpresa de la presencia de Kingsley Shacklebolt a la cabecera de la mesa, charlando animadamente (dentro de lo posible) con el señor Weasley. Cuando notó la entrada de los chicos, se levantó y se acercó a Harry, estrechándole la mano firmemente.

Harry, no sabes cuánto me alegra lo que has hecho por los Weasley; ya Arthur me puso al tanto de lo que deseas hacer, y desde el Ministerio trataremos de ayudarte en lo posible. De hecho, me ratificaron como Ministro.

Ehh, gracias, Kingsley…, y felicitaciones por su nombramiento, Señor Ministro —le dijo Harry, tomando el tono de voz pomposo de Percy, mientras el fornido ex – auror saludaba al resto de los muchachos.

Algunas risas se escucharon, al momento que Percy volteó a mirar a Harry.

—No pude evitarlo, Percy —reconoció Harry.

—No lo dudo —concedió Percy.

Para ustedes sigo siendo Kingsley, por favor, dejemos esas formalidades para el mundo exterior.

Todos sonrieron, y se ubicaron en la mesa, donde ya estaban servidas algunas preparaciones de la señora Molly para el desayuno. Mientras desayunaban, Hermione no pudo resistir perder la oportunidad y preguntó a Kingsley:

Yo necesito un favor del Ministerio, ¿será posible?

¿De qué se trata, Hermione? —respondió con su característica voz grave. Hermione contó a grandes rasgos lo que había hecho para proteger a sus padres, lo que sorprendió tanto a Kingsley como a los señores Weasley y a Ginny.

—Nunca nos habías comentado los detalles —comentó Molly.

—Creo que no habíamos tenido oportunidad de conversarlo —dijo Hermione—, entre la batalla, las ceremonias y regresar a Londres, no lo habíamos podido conversar.

Luego de sopesar opciones, Kingsley respondió:

Creo que no debemos tener ningún problema en ubicarlos, pero entiendo que quieres ser tú misma quien revierta el hechizo.

Sí —dijo Hermione, esperanzada—. Quiero ser la primera persona que ellos vean al recuperar su vida, por eso quiero ubicarlos.

Bueno, déjame que llegue al Ministerio y me comunique con el Ministro australiano a ver que podemos hacer, yo te mantengo al tanto de todo; anótame en un pergamino los nombres que tienen ahora tus padres, y donde los dejaste por última vez, para que nos sea más fácil localizarlos.

Gracias, Kingsley, no sé cómo agradecértelo…

Tranquila, lo que pueda hacer por ustedes, cuenten con eso.

—Creo que el ministerio estaba en una deuda eterna con ustedes tres —comentó Frank, recibiendo el gesto aprobatorio de varios.

Luego, siguieron desayunando, comentando sobre las diligencias para reconstruir La Madriguera y las opciones que se les abrían a los chicos, que no habían hecho el séptimo año en Hogwarts debido a la búsqueda de los horrocruxes.

—¡Cierto! —exclamó Rose—, no cursaron el séptimo año.

—Pero… —intervino Al, confundido— ¿papá y tío Ron no estudiaron en la academia de aurores?

—La Escuela Superior de Aurores —corrigió Ron.

—Exacto —confirmó Harry—. El cómo pudimos estudiar allí lo vamos a descubrir poco a poco, no nos adelantemos.

—Así es —confirmó Ginny, a la vez que veía el pergamino delante de su asiento.


Notas al pie:

(1) Iron Maiden: "The Final Frontier" (álbum editado en 2010) © Iron Maiden Holdings.

(2) "The House of the Rising Sun", canción folk norteamericana, interpretada por varios artistas, entre ellos "The Animals" (1964, arreglos de Alan Price) © (de la versión) MGM Records.

Buenas tardes desde San Diego, Venezuela! Un nuevo capítulo, relativamente corto, pero también intenso, en el cual se establecen algunas condiciones familiares, como el compromiso de Harry de obsequiar a los Weasley con la reconstrucción de La Madriguera, la reorganización de algunos espacios de la casa que antes había sido de Sirius y la expectativa en la resolución de la situación de los padres de Hermione. Espero que lo que se ha desarrollado hasta ahora en esta "aventura astral de tres generaciones y ocho libros" esté siendo de su más completo agrado, porque esto me llena de mucha tranquilidad y ganas de seguir adelante. Como es usual, gracias por sus vistas, sus marcas de favoritos, sus alertas activadas y sus comentarios, como los que dejaron esta semana HpGw6 (Sí, pero como siempre digo, "por algo pasan las cosas"; y sí, como dijo Ginny, "muchos cambios"), KariPM (Me alegra que te haya gustado, y lamento que hayas perdido a tu padre, espero que todo mejore, aunque sé que no es nada sencillo) y creativo (Sí, esas "horas bajas" y nubes de tormenta siempre son previas al brillo del sol, así que poco a poco las cosas deben mejorar). Insisto, gracias por estar! Saludos y bendiciones!