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La rubia miraba por la ventana del transporte el hermoso paisaje que se dibujaba mientras recorrían el camino que los llevaba a la villa de los Granchester.
Hace tres días Terry y Candy comunicaron a su familia, que habían tomado la decisión de regresar ese mismo fin de semana a Escocia. Los padres comprendieron que el castaño debía encargarse de la textilera; pero Annie se había sentido responsable de aquella partida.
Flashback
-Candy… - Annie se acercó a la rubia cuando ésta estaba desayunando.
-Annie! – la miró con una sonrisa afable, sabía lo que le diría, ya la noche anterior le hubo expresado su pesar – quieres acompañarme?
-Claro… - se sentó frente a su hermana. – yo… déjame hablar, por favor. – pidió al ver que su hermana estaba por interrumpirla. – Candy, quiero pedirte disculpas, sé que tomaron esta decisión por lo que pasó ayer en la tarde. – bajó la mirada – me siento avergonzada, Candy… yo quería callarlas, no me gustó lo que decían de ti; pero…
-Lo sé Annie – Candy había visto como su hermana había intentado interrumpirlas hasta que llegó su esposo. – no tienes que justificarte, lo vi todo – Annie la miró sorprendida – te vi intentar callarlas, no estoy molesta – le sonrió para demostrárselo – si tomamos está decisión es porque deseamos volver a Escocia. Vine a Londres porque estaba preocupada por tu estado; pero ahora ya estás bien, el bebé está fuera de peligro, creo que es el momento de volver a casa.
-Candy… - las lágrimas de Annie recorrían su rostro – te agradezco tanto que hayas venido, me acompañaste y diste fuerza cuando más lo necesitaba, entiendo que quieras volver a tu casa, te quité mucho tiempo junto a tu esposo. – no lo dijo con molestia; pero si con un poco de envidia, que supo disfrazarla con una sonrisa.
-No lo hiciste, me gustó compartir ese tiempo contigo.
-Me alegra saber que no estás enfadada conmigo. – tomó su mano - vendrás a visitarme cuando nazca el bebé?
-Claro! – sonrió ampliamente – estaré aquí cuando lo tengas contigo.
-Tal vez… ahí… - la miró con una sonrisa cómplice – me informes que yo también seré tía.
Fin de flashback
-Pronto llegaremos. – la voz de su esposo la trajo de vuelta de sus recuerdos.
- Extrañé tanto nuestro hogar. – se apoyó en el hombro de Terry.
-Yo también, ahora te tendré solo para mí. – besó su cabeza.
-Y la textilera? Pasarás más tiempo allá.
-Te llevaré conmigo.
-Y a ellos también? – señaló con la mirada a sus mascotas, Miena estaba dentro de una cesta, acurrucada junto a Clint.
-Ellos se quedarán en casa – dijo mirándolos – te acaparan por completo.
-No es cierto!
-Antes tenía más tiempo contigo, Clint te compartía – lo miró – pero ahora, hasta él trata de acapararte.
-En serio?
-Creo que ambos estamos celosos de Miena.
-Bueno… ahora Miena es muy pequeña y me necesita.
-Eso lo entiendo, es por eso que en un par de meses le daremos su propia habitación mandaré a construir un hermoso corral sólo para ella – besó nuevamente su cabeza - y así volveré a tenerte sólo para mí.
-Y qué hay de Clint?
-Él entenderá… - besó su cuello – que necesito a mi mujer… - besó sus labios – es el más considerado de nuestros… hijos – sonrió de lado.
-Hijos? – murmuró.
-Acaso no les dijiste que eras su nueva mamá? – la miró divertido – eso me convierte en su padre, no?
Terry esperó respuesta por parte de Candy; mas ella se quedó callada, las palabras de su hermana volvieron a su mente.
-Sucede algo cariño?
-Eh… no…
-Qué pasa amor? – se alejó para verla mejor – de repente te quedaste callada y pensativa.
-Terry… de verdad estás feliz por haber vuelto? – era otra la pregunta que quería hacerle; pero le temía a la respuesta.
Flashback
Dos mujeres dejaban la mansión de Lord William White; las amigas de la mayor de las hijas del Conde comentaban lo hablado esa tarde mientras recorrían el hermoso jardín que las llevaría al gran portón del lado derecho de la mansión.
-Annie está hermosa con su barriguita, lástima que Lord Cornwell no esté entusiasmado con la llegada de su primogénito.– dijo la menor de las mujeres.
-Oh Kate! Shhh… - miró hacia los lados – cómo se te ocurre decir eso? – dijo con una risita – aunque… no es secreto que el matrimonio de Annie y Archivald fue arreglado y que él tenía interés en otra mujer.
Candy estaba sobre la rama de uno de los árboles que adornaban aquel jardín, es por eso que estaba escuchando todo lo que las "amigas" de su hermana decían. Estaba dispuesta a bajar y encararlas; pero pensó en las habladurías, no podía exponerse ante aquellas chismosas y avergonzar a su esposo con su conducta; entonces, concluyó en esperar a que se alejen un poco para bajar y enfrentarlas.
-Pobre Annie… tener que soportar ella sola todo esto.
-Sabes? – Kate la atendió – me pregunto si Lady Granchester también está de encargo.
-No lo creo – dijo molesta.
-Por qué no? – dijo con malicia, pues sabía la relación que la joven había mantenido con Terruce – piénsalo, cuando le preguntamos a Annie sobre su hermana para que nos acompañe a tomar el té, siempre nos dice que está indispuesta o cansada, claros síntomas de que está en espera, tal vez…
-Claro que no! – dijo bruscamente logrando la mirada divertida de la otra – a Terry no le interesa tener hijos – dijo con seguridad.
-Ah… sí?
-Así es. Él mismo me lo dijo, no quiere tener hijos… nunca.
A Candy le gustó oír aquello, le molestaba que aquella mujer hablara tan familiarmente de su esposo; pero sobre todo, le dolía pensar que ella lo hubo conocido mejor y… tal vez, en algún momento haya sido su confidente.
Fin de flashback
-Claro que sí mi amor, por eso te pedí volver – la abrazó y ocultó su rostro en el cuello de la rubia – ahora te tendré sólo para mí. – dio un besito en dicha zona, estaba dispuesto a recorrerlo completamente; pero la voz del cochero se lo impidió.
-Mi Lord… - se acercó a la ventanita que servía como conexión con el chofer – ya llegamos. – anunció parando el carruaje y bajando para abrirle la puerta a sus patrones.
-Terry…? – confundida miró alrededor. No estaban en su casa, seguían en el camino.
-Ven cariño. – después de darle instrucciones al chofer, tomó la mano de su mujer y la guió por el sendero.
-A dónde vamos? – dijo siguiéndolo – Clint y Miena…
-Estarán bien, los llevaran a casa – respondió – ahora, sólo quiero pasar tiempo con mi esposa.
-Pero… a dónde vamos?
-Este es otro camino que nos lleva a nuestro lugar favorito. – sonrió de lado – es más corto por aquí… – la sonrisa de Candy apareció al entender del lugar del que hablaba Terry.
-El lago! – dijo después de haber caminado un poco más y ver el hermoso lago que estaba cerca de la villa de los Granchester.
-Dijiste que era el primer lugar que querías visitar cuando llegáramos.
-Sí… - acarició la mejilla de su esposo con una dulce sonrisa – aunque no lo decía de manera literal… estoy feliz.
-Siempre que pueda – la besó – te complaceré… te daré lo que me pidas.
-Te amo Terry… mucho…
-Yo también… mi Marquesa. – ahí estaba esa sonrisa seductora y traviesa, ella sabía lo que significaba.
Se fundieron en un profundo beso y con el lago como escenario, se demostraron lo felices y enamorados que estaban.
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Anthony llegaba al club para caballeros, entraba al bar específicamente, ese día había acordado una reunión con sus amigos.
-Tony! – vio a su amigo hacerle señas con la mano.
-Albert! – se acercó al rubio – eres el primero en llegar?
-Así es. – hizo un ademan para que el camarero se acercara para tomar su orden – Stear y Archie llegaran tarde.
-Problemas en la empresa?
-No, más bien… problemas de faldas.
-Archie. – aseguró.
-Espera a que te lo cuente él mismo.
-Ya estoy intrigado. – Albert sonrió ante la curiosidad de su amigo.
-Mejor dime, qué pasó con lo de Lady Williams?
-Nada, el Duque ya se hizo cargo.
-Al parecer quiere pertenecer a la familia Granchester a como dé lugar.
-Imagínate! – dijo burlón – si al hablar con ella la comprometí, qué hubiera pasado si hubiera tomado su mano?
-Supongo que estaría esperando un hijo tuyo. – ambos soltaron una carcajada llamando la atención de algunos comensales.
-No me asustes con eso – hizo cara de espanto – mi padre me informó el estado financiero de Lord Williams. – lo miró con una sonrisa traviesa – ten cuidado, puede que seas el siguiente en la lista.
-Le advertiré a mi tía, es posible que se acerque a ella primero, están desesperados. – Anthony sólo asintió llevándose el coñac a los labios – no vendrá tu hermano?
-Oh, No! regresó a Escocia con Candy.
-Volvieron a Escocia!? – aunque no lo quiso se oyó sorprendido y algo triste.
-Así es, Terry se encarga de la textilera de Escocia, dijo que ya la había abandonado por mucho tiempo.
El rubio no dijo nada más con respecto a la partida de los esposo Granchester; pero fue claro para su amigo que la noticia lo entristeció y tenía una idea del motivo.
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–Terry, tardas mucho en ponérmelo. – ella se arreglaba el cabello. – sólo debes ajustarlo.
-Es porque me gusta más quitártelo. – besó la espalda de su esposa mientras le ayudaba con el corsé.
-Supongo que sí, fuiste muy rápido al quitármelo – disfrutó la caricia.
-Eso se debe, Marquesa… – besó su cuello cerca su oreja – a que te prefiero sin él.
-Si quieres ya no lo uso más. – cerró los ojos para disfrutar el recorrido que hacia su esposo desde su lóbulo hasta su mejilla.
-No me tientes… - pensó en lo que implicaría que su esposa dejara el corsé – mejor no, no dejaré que nadie disfrute de está vista. – acarició con delicadeza su busto, sí, prefería que el corsé disimulara el tamaño de tan hermosas curvas.
-Terry… Es mejor… que regresemos. – dijo antes de caer nuevamente ante la seducción de su esposo.
-Marquesa… - dijo sonriendo en el cuello de su esposa.
-Nada de Marquesa - lo alejó de ella, sonrió al darse cuenta del juego de su esposo – ya es tarde mejor vámonos.
Siempre pasaba lo mismo, cuando Terry la besaba y llamaba Marquesa, provocaba que Candy reaccionara de manera seductora, siendo ella en algunos casos la que iniciara un recorrido que los llevaba a una entrega total de amor.
-Quieres que te cargue hasta llegar a casa? – la llevaba tomada de la mano.
-Podrías? – dijo coqueta y al ver que él asentía con la cabeza – en realidad te lo agradecería, estoy algo cansada, dijiste que era un atajo al lago; pero ya caminamos bastante y ni siquiera se ve la villa.
-Sí es un atajo, pero desde el camino principal a la villa. – dijo sonriendo, se detuvo y tomó la cintura de Candy – ok, mi amada Marquesa, es hora de ir a casa, aún nos queda mucho camino por recorrer.
-Terry! – gritó sorprendida - no soy un costal! – dijo riendo, Terry la alzó por la cintura y se la echó al hombro, recordó aquella primera vez que la cargó para llevarla a la villa para que la revisara el médico.
-Esta vez, no vaya a patearme en el rostro mi Lady.
-Bueno… no lo haré sólo porque de verdad estoy cansada y no quiero caminar.
-Así me gusta Marquesa – dijo dándole palmaditas suaves en el trasero de la rubia, quien se deleitaba con la vista trasera de su esposo.
-Terry…?
-Mmm?
-Antes de instalarnos en la casa principal… - dudó un poco – podríamos pasar a la casa que ocupaba?
-Claro, si quieres pasaremos la noche allí.
-En serio?
-Por supuesto, así estaremos solos.
Emocionados siguieron el camino que los llevaría a casa, Candy ya quería ver como estaba su huerto y jardín; por su lado, Terry, deseaba llegar pronto y volver a sentir el interior de su esposa.
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-Querido! Querido!
-Por qué tanto escándalo mujer!?
-El Marqués de Granchester llegó.
-Qué? – el hombre miró a su mujer - cuándo?
-Lo vieron esta mañana en la estación, llegó junto con su esposa.
-Estás segura de eso?
-Sí… vamos a pedir su ayuda… por favor… vayamos en seguida. – imploró la mujer.
-No, ahora deben estar cansados por el viaje, iremos mañana.
-Pero…
-Escucha – se acercó a su esposa - ya es tarde, pronto anochecerá y dudo mucho que pueda hacer algo hoy, además, la marquesa debe estar agotada por el viaje, no es bueno que los importunemos.
-De acuerdo; pero prométeme que mañana, en cuanto amanezca, buscarás al Marqués.
-Lo haré. – la pareja se abrazó con la esperanza de que Terry los ayude con su problema.
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Cómo están? Lamento la demora, últimamente he tenido mucho trabajo, eso impidió que continuara con la historia.
Bueno… las que me dejaron un review, muchas gracias, aprecio su apoyo y aliento. Espero que hayan disfrutado del capítulo, nos vemos en el siguiente.
Se cuidan mucho.
Disculpen los errores ortográficos.