Epilogo

Eso es lo que querían, ¿no? Una heroína, alguien que superara el miedo y protegiera a los demás aún a costa de su propia vida. Querían arrastrarme a un papel que yo no quería. Mi madre intentó renegar de ese destino y, bueno, eso la llevó a suicidarse, supongo que cuando este tipo de cosas te pasan siempre terminas muerto. Maldigo este don, maldigo el día en que todo esto pasó y, sobre todo, maldigo el no poder huir.

Cuando caí del otro lado del portal, y este se cerró, sabía que los había salvado. El difusor funcionó, Topaz, mi padre, todos los demás estaban a salvo. Pero, ahora solo quedaba yo, sin energías, tirada en medio de un enorme palacio dorado. No tenía la fuerza suficiente para moverme, por lo que Mortus no tuvo problema en lanzarme contra la pared.

Por Arceus, esta es la parte del sacrificio que debo asumir. Pude ver como Kugar y Faimir aparecieron por dos portales y se me quedaron mirando sin decir una sola palabra. Cerré los ojos, deseaba que mi muerte fuera rápida, pero sabía que eso no iba a ocurrir. Mortus me dijo que mi muerte sería dolorosa y lenta, que separaría la carne de mis huesos.

Un dolor insoportable apareció en mi hombro. El metal del arma atravesó mi hombro derecho. Ardía, ardía sentir el metal caliente desgarrando mi carne y mis nervios sin poderme defender en lo absoluto. De pronto sentí un repentino jalón, Mortus me llevó arrastrando por todo el enorme pasillo dorado, dejando mi sangre por el piso y un chirriante sonido que no opacaba mis quejidos ahogados.

Entramos a una enorme habitación, Mortus sacó su arma y me lanzó al medio. No podía mover mi brazo, no podía tan siquiera alzar la mirada, pero la presión que sentía me hizo saber que estaba en presencia de ese maldito psicópata. Diark. Al escuchar sus pasos acercarse intente levantar mi rostro, pero no tenía fuerzas. El bastardo se quedó parado frente a mí, se quedó mirando por unos segundos y entonces dio un chasquido.

Pude sentir como el dolor desapareció de golpe. Mis heridas fueron sanadas y mis energías volvieron. El pequeño gozo se vio opacado por la realización de que este sería un ciclo sin fin. Pero no se la dejaría fácil, con energías recuperadas, me defendería cueste lo que me cueste.

Sin embargo, al primer golpe, una energía me paralizó por completo. No pude moverme, pero finalmente pude mirarlo. Diark, el maldito bastardo que había arruinado mi vida, no era más que otra versión del padre de mi mejor amigo, Diamond. Llevaba puesta una armadura morada, una extraña gema verde colgaba de su cuello y en su mano derecha portaba un brazalete. Ese tipo de brazaletes los había visto antes, era un mega-aro, pero en lugar de mega-piedras, el bastardo tenía una grisiosfera, lustresfera, diamansfera y los orbes azul, rojo y verde. Por el brillo que emanaban, y las quemaduras en su brazo, deduje que aquello le daba ese poder.

—No es muy gentil atacar a quién te acaba de ayudar —dijo con tono sarcástico.

Ayudar, claro. Arruinaste mi maldita existencia, y ahora piensas que debo ser cortes cuando estas a punto de torturarme. Intente escupirle en la cara, pero no podía abrir los labios.

—Clamsy, Clamsy, debo admitir que estoy asombrado, eres la primera mortal que me impide la conquista, te felicito.

Claro, intenta ocultar tu frustración, megalómano asqueroso.

—Lo digo genuinamente, no estoy frustrado, puedes leer mi mente si lo deseas, al fin y al cabo yo leo la tuya.

¿Otro telépata? Bueno, honestamente me lo esperaba. ¿Acaso llega la hora de la exposición del villano malvado?

—No realmente, tengo algo mejor en mente —dijo con una sonrisa desagradable—. El difusor es algo que estuve buscando por años, tanto la agencia como yo jamás tuvimos éxito, pero tú sí, y por eso te elegí.

Sentí como mi boca finalmente se pudo abrir.

—¿Cómo que me elegiste?

—Oh, ¿no lo intuiste? Pense que serías más inteligente. Bueno, mi error, sé que no eres la más inteligente. Veras, Clamsy, entre mis facultades está el control del tiempo, puedo saber cualquier resultado posible, como se desarrollara cualquier evento, y entonces supe que si intentaba conquistar tu universo, eventualmente conseguirías el difusor.

—¿Todo esto fue para conseguir el difusor?

—Sí, ¿acaso realmente creíste que me dejaría vencer tan fácil? Uno solo de mis pensamientos sometería a todos, todo esto fue un juego.

Todo fue un juego, un maldito juego. Este maldito psicópata había planeado todo desde un principio. Toda la miseria, todas las muertes, todo el dolor, todo esto fue solo un estúpido entretenimiento para él, para conseguir su maldito difusor. Perdí a mi maestro, a mis seres queridos, a mi universo, y todo por qué el así lo quiso. Todo por qué, en sus palabras, yo era la única que podia encontrar el difusor.

Quería golpearlo. Quería deshacerme de estar energía y castigarlo para que sufriera lo mismo que Lipsi y Jaspis sufrieron por culpa de sus malditos juegos, de una maldita partida arreglada llena de sufrimiento. Mis lágrimas salieron mientras mi sangre hervía de rabia.

—¡Voy a matarte! —le grite con enojo.

Diark solo rio de vuelta y volvió a su trono. Deseaba hacerle daño, castigarlo, torturarlo hasta que me suplicara que le dejara. Él sabía lo que quería y solo reía mientras comía Donuts. Intente atacar su mente, pero estaba igual de protegida.

—No te enojes, te lograste superar como persona. Ya no tienes una vida aburrida, dejas de culparte por la muerte de Lipsi y superaste tu miedo, eso es ganar.

—Solo ganare hasta que estés muerto.

—Estas enfocando mal tu ira, lo entiendo, pero créeme que estas en el mejor de los futuros posibles —despues de terminar de comer, se acercó a mí—. Déjame mostrarte que hubiera pasado sin mi intervención.

Al poner su desagradable mano en mi frente, cientos de imágenes comenzaron a correr por mi mente. Lo que pudo haber sido se me fue revelado.

Luego de renunciar al manto, Topaz vino e intentó ayudarme, pero volví a menospreciarlo, incluso a golpearlo mientras le decía que se fuera al diablo y mandaba nuestra amistad a la mierda. La siguiente en la lista era Lipsi, a la cual también rechazaría su invitación a salir y terminaría cortando con ella. Una vida de hedonismo despreocupado vendría mientras algo malo ocurría en la región. Otra organización malvada se levantaba, con una falsa promesa lograron reclutarme. Mi estado de ánimo me llevó a unirme a una fuerza del mal, a llevar a cabo actos atroces que culminaría con mi muerte.

Me vi tirada en Ciudad Azafrán. Mi asesina era aquella que alguna vez ame, Lipsi. Ese era mi destino original, volverme malvada y ser asesinada por Lipsi. Se sentía real, demasiado real, tanto que podía sentir el olor de la sangre saliendo de mi cuerpo inerte.

Esas eran las opciones, las malditas opciones siempre fueron morir como una villana o como una heroína. No había un punto medio donde podría ser feliz, donde podría estar con la gente que amaba. Dicen que la vida es injusta, nunca te da lo que quieres, pero parecía que conmigo se había ensañado. Fui expulsada de la gente que tiene una vida común, se me negó todo rastro de felicidad ya fuera por seguir el curso natural o el alterado. La vida era un maldito chiste.

La visión paró, Diark sonrió de manera cínica y se giró.

—Cómo puedes ver, nunca tuviste una oportunidad, sabía todo lo que iba a pasar hasta este momento, y henos aquí. La descubridora del difusor universal, sola, sin un universo, y a merced del ser qué más odia.

—¿Cuál es tu maldito punto? El difusor se quedó en mi universo, solo perdiste el tiempo.

Diark me lanzó una mirada fija, sabía que mentía cuando rio y se acercó a mí una vez más.

—No puedes ocultarme nada, así que no te hagas la estúpida. Tienes la receta para crear no uno, si no varios difusores. Y si te mantengo con vida, es por qué necesito tenerla.

Maldita sea, él lo sabía. ¿Cómo demonios podía ocultarlo? Ese bastardo puede leer la mente. Intenté poner en blanco mis pensamientos, pero un chirrido agudo había dentro de ella.

—Créeme, si pudiera sacarlo de tu memoria lo haría, pero la estúpida de Crystal y Gold protegieron tan bien ese conocimiento que ni con esta piedra puedo acceder a tu mente.

—Es una verdadera lástima, por qué no pienso darle la única oportunidad que tienen los universos de salvarse.

Su rostro se volvió completamente serio al escuchar aquellas palabras. Al acercarse a mi pense que estaba a punto de torturarme, pero hizo algo diferente. Creo un domo de energía y nos desplazamos a otro universo en un solo parpadeo. Reconocí el lugar de inmediato.

Galar, específicamente Ciudad Puntera. Sin embargo, no era como lo recordaba, los edificios eran mucho más grandes, la vegetación era mucho más exuberante y pequeños robots recorrían las calles. El estadio de la liga era mucho más grande y de ella emanaban gritos de júbilo.

De inmediato Diark me explicó que este era uno de los universos que había conquistado. En este universo, la noche negra se había desatado y millones habían muerto, pero él hizo acto de presencia y con un chasquido destruyó la noche negra y restauró por completo la ciudad, la mejoró con mucha más tecnología. Al voltear, pude ver como el sol parecía menos brillante, el resultado de una enorme esfera Dyson que suministraba energía a todo este planeta.

—Como veras, Clamsy, yo no conquisto para dominar, yo conquisto para mejorar. Desde que comencé a existir me di a la tarea de eliminar la maldad del multiverso, unificarlo bajo mi mando, un multiverso donde absolutamente nadie debe sufrir.

Esas palabras no fueron vacías. Diark me mostró más de sus universos conquistados, cada uno de ellos con diferentes historias. Universos con historias trágicas de invasiones, guerras, accidentes, muerte, devastación. A todos donde Diark acudía, los acontecimientos apocalípticos eran resueltos con un chasquido.

—Te llenas la boca de traer paz, mientras usas a tus jinetes psicópatas en mi universo.

—Te lo dije, tu universo era especial, necesitaba mecanismos especiales.

Unos gritos se escucharon al fondo. Al voltear pude ver una enorme masa de gente mirándonos directamente. De inmediato todos comenzaron a arrodillarse y alabar a Diark. Hombres, mujeres y niños le juraban lealtad, le rezaban y lo declaraban como su nuevo dios, su salvador, mientras él lanzaba una sonrisa llena de satisfacción.

Diark no quería la paz, era una máscara. Esos ruegos, esas alabanzas, esos rezos. Diark quería poder, el estar en la cima de todo, fundar una religión, una secta a nivel multiversal. Sus actos no eran bien intencionados, solo servían para llenar un ego exacerbado. Fue entonces que entendí la función de sus malditos jinetes.

—Usas a tus jinetes cuando los universos están bien, creas un problema y vendes la maldita solución para ser alabado. No eres un dios misericordioso, eres un maldito demonio ególatra.

Diark frunció el ceño y me golpeó directamente al rostro, devolviéndome al palacio. Este golpe fue muy diferente a cualquier que hubiese recibido. Sentí mi rostro romperse, la sangre ahogando mi garganta y nariz, uno de mis ojos reventó y el otro se mantuvo entrecerrado. Fue tan rápido que sentí el dolor cuando comencé a ahogarme con mi propia sangre hasta que Diark volvió a recuperarme.

—Lo lamento, tiendo a exaltarme con la gente impertinente —admitió—. Bueno, sé que tal vez mis métodos son poco ortodoxos, pero mis resultados son bastante buenos, no.

Me costó recuperarme de aquel golpe, aún con la curación sentía la cara dormida.

—Buena suerte intentando hacerme hablar, no te daré nada.

—Bueno, supongo que llegó la hora de comenzar con el baile.

Cerré los ojos, esperando que Diark comenzara mi tortura, pero aquello no pasó. En su lugar, el hombre chasqueó los dedos y unos extraños sonidos pudieron escucharse en toda la habitación. Cuando abrí los ojos, pude apreciar una figura humanoide.

Era ella, tan hermosa como la última vez que la vi. Su tersa piel blanca, su sedoso pelo azul, sus pequeñas pecas en las mejillas y su ropa favorita. Lipsi descansaba en una extraña aura, durmiendo, mientras Diark la acercaba a mí.

—Dame la receta y la reviviré, con su alma intacta. Podras recuperarla, Clamsy.

Un olor inundó mis fosas nasales, ese aroma a lavanda de su bata de científica. Ese maldito logró recuperar cada puto detalle de ella. ¿Era realmente ella? Lo parecía, pero había algo que no me cuadraba. Mesprit me habló sobre algo que ignoraba, las almas pertenecían a su universo de origen. Si ese era el caso, esa cosa no era Lipsi, era solo una copia creada con magia.

—Mi verdadera Lipsi murió, y ninguna de tus estúpidas copias la reemplazara.

—¿Eso es realmente lo que crees? —dijo con un tono desesperante, acercándose a mí— Una de mis piedras me dan control total de las almas de todos los universos.

—Se detectar un mentiroso cuando lo veo.

Diark se quedó en silencio por unos segundos, suspiró y alzó la mano, proyectando un holograma.

—No soy Lack-Two, me importan un carajo los universos de…

—Te ofrezco la vida que deseaste. Te ofrezco renacer en un universo exactamente igual al tuyo, en el mismo punto donde lo habías dejado antes de que renunciaras a la liga. Un universo con Lipsi y con Jaspis, un universo donde tu madre seguirá viva, un lugar donde yo nunca intervendré, donde tendrás la vida que deseas.

Esto era más difícil, esto era mucho más difícil. Diark me dejó entrar a una parte de su mente y me di cuenta que no mentía, su palabra era completamente real. Lipsi estaría viva, mi maestro, mi madre. Podría estar con mi madre, podría abrazarla, probar otro de sus pasteles, presentarle a Lipsi, que ella asistiera a nuestra boda.

Por Arceus, no me hagas elegir esto, no me hagas elegir entre la vida que siempre quise y lo correcto. Puede irse a la mierda hacer lo correcto si finalmente puedo vivir con Lipsi, adoptar un hijo y vivir como una familia hasta los años de mi muerte. ¿Cuál era la otra alternativa? ¿Siendo torturada por este psicópata hasta que de alguna manera me hiciera hablar? Como rayos podría negarme.

Madre, donde estas, madre. ¿Qué es lo que debo hacer? Estamos hablando de tener un final feliz, de ser feliz con todos ustedes. Si todo es bueno, porque siento que estas en el fondo de la habitación y miras con desaprobación mi fantasía, por qué Lipsi se cruza de hombros y niega con la cabeza. Sé que salvaría muchas vidas si resisto, sé que le hice una promesa a un pokémon legendario, pero ¿no pueden fingir que esto no pasó? ¿No pueden decir que mi felicidad vale más la pena que el bien de los demás? Solo esta vez, una sola vez, por ustedes. Por mí. No, pueden darme ni siquiera eso, ¿verdad? El ser resucitadas a costa de la vida de millones no es algo que para ustedes valga la pena, ¿verdad?

Lo peor es que se la respuesta, sé que quieren que lo haga. Las odio, pero sé que debo hacer. Escupir en la cara de Diark, a la espera de otro golpe letal.

Diark no me golpeó, solo sonrió y dijo el nombre de Aeglis. Esa cosa entró a la sala, se arrodillo frente a Diark y este le quitó la máscara.

—Ultima mejora, si aceptas el trató, le matare.

La máscara reveló el rostro de una chica más joven que yo, tal vez de unos 15 años. Su piel era morena, su pelo negro y unos grandes ojos cian me miraron directamente. No pude evitar la curiosidad de leer la mente de Aeglis, recordé esos gritos de ayuda, gritos que se volvieron suplicas.

Deseaba morir, quería morir. Diark le obligó hacer cosas peores que a Y, ella deseaba desaparecer gracias al rayo de energía que Diark poso frente a ella. Antes quería matarla por venganza, ahora deseaba hacerlo por pura piedad, por ver a una adolecente ser la maldita matona de Diark. Escuche del sufrimiento de Y, pero esta vez no podía conceder el deseo de Aeglis. No podía darme el lujo de hacerlo, de arrebatarle la vida a alguien que me lo pedía a gritos cuando Diark volvía a colocar su máscara y ella imploraba misericordia.

Maldito seas, Diark. Eres un puto psicópata, un asqueroso demonio que finge traer paz cuando solo trae sufrimiento y miseria. Eres la peor escoria que he conocido, y si mi sufrimiento te puede devolver un poco del sufrimiento que has causado, estoy dispuesta a tomarlo. Buscare la forma de escapar de aquí. Y ruega a Arceus que eso no pase, por qué tendré tu maldita cabeza.

—Miles lo han intentado, nadie lo ha logrado, Clamsy —Diark rió y se dio la vuelta—. Llévensela a la prisión, buscare formas de que nuestra heroína coopere.

Mortus se me acercó y me intentó mover, pero el sonido de un portal abriéndose se escuchó por detrás de nosotros. Los tres jinetes se pusieron en posición, junto a Aeglis, dispuestos a proteger a Diark de los diez hombres cuyo uniforme reconocí. La agencia finalmente tuvo los huevos de enfrentar a Diark, no sé qué les dio el hacerlo justo ahora, pero realmente espero que tengan un plan.

Una chica de pelo verde y ojos cafés caminó con un porte orgulloso hacía Diark, ese bastardo no evitó alzar una ceja al ver a la agente que yo era incapaz de reconocer.

—¿A qué debo el honor, Mint? Aeglis no ha cometido crímenes.

—Señor Diark, no venimos por Aeglis, tengo órdenes específicas de llevarme prisionera a Clamsy Jericó por el ataque a una de nuestros oficiales.

Ok, eso es nuevo.

—Disculpa, pero no puedo entregártela, yo la capture primero y yo me encargare.

—Lo siento, pero Lack-Two especifico claramente que ella debe venir con nosotros, nos firmó un documento.

Wow, no sabía cómo sentirme al respecto. No solo ese apático finalmente tuvo el valor de enfrentar a Diark a la cara, si no que envió a una subordinada cualquiera. Esto sería demasiado bueno si no fuera por qué ese loco podría volarnos a todos en pedacitos con un solo pensamiento. Por favor, dime que tienes un plan, una herramienta mágica, algo.

—Ya veo, pero hasta donde tengo entendido, tu jefe sabe que este universo es mi jurisdicción.

—Solo si hay crímenes que se cometan en tus universos, Clamsy lo hizo en el Multi-Hub, así que es problema de nosotros.

—Oh, claro, seguramente la quieren para enjuiciarla y no para sacarle información.

—¿Qué información? Señor Diark, no quiero ser grosera, pero mi jefe pierde tiempo valioso en esto, tomaremos a la acusada y nos iremos, a menos que quiera violar otro tratado y entrar en guerra directa.

—¿Realmente creen que soportaran una guerra directa?

El ambiente se puso tenso, muy tenso. Mint miró de manera desafiante a Diark. Su mueca se torció mientras apretaba sus manos y sus piedras comenzaban a brillar. Por Arceus, sáquenme de aquí antes de que nos mate a todos.

—No puedo hacerles nada, pero a ella sí. El mal debe desaparecer.

Cerré los ojos al ver la mano de Diark alzándose. Sin embargo, antes de escuchar un chasquido, sentí como mi cuerpo fue rodeado por una extraña capa que recorrió cada centímetro de mi piel. Cuando una extraña aura gris se cubrió por completo, caí al suelo, la magia de Diark ya no me mantenía.

Era una sensación extraña, como si tuviera una capa metálica transparente que me mantenía a salvo de la magia de Diark. Al voltear a verlo pude ver su rostro con frustración y enojo, seguía chasqueando los dedos, pero no había ningún efecto. Sea lo que sea que ellos me hayan puesto, me volvió inmune a su magia. Aunque mi instinto me hizo querer abalanzarme contra él, Mint rápidamente me detuvo y me esposó. Para ser una agente delgada tenía demasiada fuerza.

Los guardias me rodearon y comenzaron a empujarme hacía el portal que habían abierto. Mientras me movían, pude ver el rostro frustrado de Diark. Por Arceus, se sintió bien, se sintió demasiado bien verlo con esa maldita mueca torcida. Jodete Diark.

[…]

Tengo que admitirlo, la maldita estrategia de la agencia fue muy buena. Y no solo eso, Lack-Two uso a una becaria para realizar el trabajo, una novata enfrentándose a un ser cósmico, realmente este tipo odia a Diark. Aunque realmente pensaba que me había ayudado, la mirada de odio de Blue me confirmó que estaban molestos de todas formas. Pero oye, les hice enfrentar a Diark, deberían agradecérmelo.

Me llevaron a la misma habitación de interrogatorios, el primer lugar que conocí de la agencia. Mientras esperaba a Blue, pense en las diversas formas en las que me castigarían. Hay una cárcel especial en una parte de la dimensión borrador, quizás me manden ahí, si es que no escapó antes.

Sin embargo, hay algo con lo que aún tengo dudas. ¿Qué es lo que debo hacer despues de esto? Si, rescatar a esa niña, Spring, era una de mis siguientes misiones, pero ¿qué pasaría despues de encontrarla? ¿Qué es lo que debía hacer? Soy la única protectora del difusor, la única capaz de brindarles a los universos una esperanza. ¿En esto me voy a convertir? ¿Una nómada que salva universos de Diark? Sin duda el viajar de un lado a otro era algo que Lipsi amaría.

Lipsi, ahora que lo pienso, nunca la volví a ver en otros universos. No he visitado muchos, pero la agencia no tiene muchos registros de ella en otros universos. Curioso por qué, la unión que la creo, es rara en estos sectores del multiverso. Es casí como si fuera una casualidad que ella existiera. Una muy hermosa coincidencia.

Blue y Lack-Two abrieron abruptamente la puerta. Sus rostros se miraban confiados mientras se sentaban al otro lado de la habitación. Podría leer sus mentes ahora, pero decidí no hacerlo, esa extraña actitud me causó curiosidad.

—¿El difusor funcionó?

—Hmm, dímelo tú, ¿tienen señales de mi universo?

Blue miró dentro de una tableta electrónica y despues confirmó.

—Confíe en ti, te ayude a conseguir el difusor y me traicionaste.

—Los jinetes estaban por llegar, una hora más y ahora serían esclavos de Diark. Escuchen, no pienso pedir perdón por lo que hice, y si volviera a tener la oportunidad lo volvería a hacer.

Lack-Two lanzó una pequeña risa. Lo admito, es extraño ver a ese sujeto reír.

—Es una fortuna que puedas crear más, ¿no?

Oh, claro que querían eso, seguramente lo escucharon mientras hablaba con Diark. No tenía ningún problema con darles uno, solo necesitaba un poco de agua madre, pero no pensaba dárselos de una manera tan sencilla, por supuesto que no.

—Puede que sí, puede que no, pero no servirá de mucho si estoy en una prisión, ¿no? Digo, los ángeles me han elegido para ser guardiana de algo que ustedes jamás consiguieron. Si lo piensan, en muchos sentidos soy más competente que todos ustedes.

Ya lo sé, Mesprit, eso fue muy exagerado, pero enserio nadie pudo con este acertijo más que yo, necesito que me des el mérito. Lack-Two afirmó con la cabeza y me dio una hoja.

—Lo sabemos, por eso queremos que te nos unas. La agencia está formada de un montón de personas sin universos que quieren hacer el bien, y tú has resultado ser excepcional. Podrías ser una increíble agente.

Wow, enserio, wow. Pierdo mi universo y de pronto me ofrecen nuevo trabajo. Mire la hoja con cuidado, era un contrato para formar parte de la agencia de seguridad. Tendría acceso a toda la tecnología y recursos que pudiera ofrecerme. Podría seguir el camino de Blue, evitar que el desastre que me ocurrió pase en otros lados. Sin embargo, la última clausula me hizo fruncir el ceño.

—Es increíble que me ofrezcan la oportunidad, pero creo que pasó.

—Oh vamos, serías una agente excelente.

—Pero sería su agente. Perdon, pero sigo creyendo que ustedes son unos tibios.

—¿Aun cuando te salvamos?

—Eso les suma puntos, pero aún así no es suficiente. No quiero tener todo un aparato burocrático detrás de mí, y peor aún, que eso me impida poder salvar a la gente. Ustedes no siempre son efectivos, teniendo que esperar, ser pragmáticos, respetando un montón de reglas arbitrarías que les impiden salvar a todos, salvar mi universo.

—Si no seguimos esas reglas, la organización caería.

—Lo sé, pero algunas veces tienes que arriesgarte por lo demás, es algo que he aprendido. Y, para bien o para mal, es algo que pienso hacer. Así que háganlo, castíguenme, enciérrenme en su prisión, pero no pienso formar parte de este problema.

Lack-Two y Blue se miraron entre ellos, estaban analizando mis respuestas o algo así. Intenté leer sus mentes, pero la estática volvió, esos desgraciados reforzaron su mente demasiado rápido. Como sea, no estaba entre mis planes ser un inútil como ellos. Buscaría la forma de escapar y salvaría a los demás, a mi manera. Si ese era mi destino, lo haría a mi modo.

De pronto Lack-Two sonrió y se levantó.

—Bueno, si no hay otra opción, supongo que te encarcelaremos, no podemos tener suelta a una justiciera por ahí. Blue, tengo que retirarme de la base, iré cob Carl a distraernos un rato, espero que nadie robe algo de la armería.

—No se preocupe, jefe, nadie tiene acceso a los recursos de la base, además creo que los chicos del hangar podrían ir a revisar.

—Ellos también irán con nosotros. No creo que sea problema dejar el hangar solo, ¿verdad?

—No lo creo, disfrute su velada. Yo me encargare de Clamsy.

Ok, enserio estos tipos están locos. Ese sarcasmo, ese maldito sarcasmo me hizo lanzar una pequeña risa. Quién lo diría, los señores inútiles me dejaban una vía libre para huir. ¿Qué estarían buscando con eso? Supongo que una manera indirecta de enfrentar a Diark, o algo así. ¿Dejarme hacer lo que quisiera estaba dentro de su plan?

No entendía del todo el porqué de aquella decisión, ni cuando Lack-Two se marchó, ni cuando Blue dejó convenientemente unas esferas de teletransportación en la mesa. Sin embargo, fuera cual fuera su juego, yo estaba dentro.

Blue se levantó e hizo el amago de irse, pero antes de salir me volteó a ver.

—Yo intente ayudar a mi manera, hice todo lo que estuvo a mi alcance, sabes.

—No lo dudo, créeme. Supongo que ustedes a su manera salvan algunas vidas.

—Eso es algo viniendo de ti. Solo ten cuidado con hacer lo que te plazca, algunas veces las reglas son necesarias.

—Lo perdí todo, a mi universo, mis seres queridos, no creo que pueda perder algo más —suspire y me levante—. Supongo que en el fondo somos iguales, queremos lo mismo.

—Con métodos completamente opuestos.

—Hacemos lo que podemos con lo que tenemos —guarde un poco de silencio—. Cuando leí la mente de Sunny, lo que vi…

—No es bueno escarbar en el pasado, Clamsy —dijo suspirando—. Pero, si puedo sacar algo bueno de eso, es que no quiero que eso vuelva a pasar —le vi sonreír ligeramente—. Salva a todos los que puedas.

—No puedo, que no ves que estoy a punto de ser procesada.

Blue rio ligeramente, por primera vez en mucho tiempo la pude ver completamente relajada. Me dirigió una última sonrisa y agregó.

—Espero volver a cruzar caminos contigo. Cuídate mucho, Clamsy.

Con esa última frase se fue. No pude evitar sonreír un poco al verla partir. Ella no era mi madre, pero de todas formas sentía una extraña sensación de calor maternal al escucharla. Era una buena persona, digna de ser una versión de mi madre. Supongo que ella es un reflejo de lo que puedo llegar a ser.

Lo que puedo ser. No elegí ser esto, no quise ser una heroína, pero si eso es lo que debo hacer, entonces lo hare a mi propio estilo. La armería sin vigilancia era como una tienda de juguetes donde pude tomar prestadas las mejores cosas y ponerlas en una enorme nave, cortesía de la agencia de seguridad multiversal.

Si el destino quería que fuera una heroína, o lo que sea, entonces lo hare. Y juro por Arceus, por mis padres, por mis amigos y mi maestro, que salvare todas las vidas posibles. Vete a la mierda, Diark.


Y bueno, con esto concluye oficialmente "Apocalipsis".

Muchas gracias a todos aquellos que leyeron esta historia, a quien le dieron follow, corazoncito y a los que comentaron UwU.
Especial agradecimiento a nadaoriginal, muchas gracias por seguir esta historia hasta el final, quedan pocos lectores en el fandom y ver que alguien la comenta me anima demasiado a seguir escribiendo :D

Fue una historia que ame mucho, nació como una idea para superar mi duelo amoroso y creo que el resultado final me encantó, sobre todo el personaje de Clamsy, no creí que aguantaría tanto.

De nuevo, muchas gracias a todos los que hayan leído estas palabras, de corazón, habrá muchas más historias en el horizonte.

Se les quiere, nos veremos en próximas historias :D