"Existen batallas imposibles de ganar."


05


"Bienvenido al planeta Aeos."

"No me lo tienes que decir cada vez que venimos aqui Giru."

"Disfruta tu estancia."

"Como sea..."

El planeta Aeos, un lugar hermoso del universo 18, la gente de aqui vive en armonía, no se ha datado una guerra gracias a la supervisión de su Kaioshin. El planeta esta lleno de montañas de color violeta con sus bellos rios y cataratas celestes, gracias a estos ultimos, la gente de aqui a logrado obtener energia con sus molinos. Hidroeléctrica, algo primitiva pero en este caso es perfecta.

"Llegando a ciudad Cristal."

La ciudad cristal, puesta en la gran montaña donde se dice, que el Kaioshin guío a sus primeros habitantes.

"Preparandose para el aterrizaje."

Mi nave, Giru, es una nave espacial de tipo octópodo, creada gracias a un angel de este universo y a mi jefe el Dr-

"¡TAPION!" Dice Esa voz molesta...

Miro hacia enfrente y ahi esta Vidro, pegada al cristal de la nave, su respiración acelerada empieza a opacar su cara contra el cristal.

"Ya voy..." digo mientras me levantó hacia la sala de descanso de la nave.

"Siempre tardas cada vez más, ¿sabes?" se escucha mientras se acerca a la entrada.

El area de descanso esta equipado con una cama a su derecha, a los pies de esta misma tiene equipado una televisión al techo para jugar videojuegos, no es de mi gusto, pero a Vidro le gustan. A la izquierda esta mi equipamiento, mis cosas importantes y claro, mi espada. Al fondo de la sala el dr instalo una tina de bioesculpido, trata mis heridas, me limpia en unos segundos y ademas si necesito dormir por largos viajes hace parecer el viaje casi instantaneo.

"Bienvenida Señora Vidro" Dice Giru permitiéndole la entrada.

No necesito todas mis cosas, confio a la gente de Aeos, nunca han sido una sociedad que robé a extranjeros, menos a mi, que ya viví mi tiempo aquí.

"¡¿Y tu que estas esperando?!" Me grita, a mis espaldas.

Y ahi esta, parada con las manos a la cintura. Una joven de mi edad, con ojos grandes y expresivos de color rojo, su piel azul marino claro, cabello violeta agarrado con dos moños. Vestido negro con diversos detalles dorados en su cuello, cintura y pecho, mangas sueltas del color de su cabello como accesorio, medias marrones con botas negras.

"De verdad, me arrepiento que le caigas bien a Giru." Digo mientras tomo mi espada y su funda.

"Es por que yo lo trato con cariño." Dice todavia molesta.

Acomodo mi espada a la funda a mi espalda.

"Sabes bien que nadie te hara daño aqui, ¿por que la llevas?"

"Me hace sentir seguro."

"¿Y que esperas?"

"Vine por el pedido del doctor."

"¡¿Eso que idiota, me vas a saludar?!"

A Vidro le molesta que no le saludé, aunque ultimamente con tantas cosas a la cabeza apenas puedo mantener contacto hasta con mi hermano.

"Hola Vidro, te ves mas pequeña que la ultima vez"

"Tu eres el que ha crecido, vamos salgamos de aquí, tengo el pedido del Doctor en casa" Dice mientras se dirige a la salida de la nave.

Voy a su paso, la nave con su compuerta ya abierta.

"Espero su regreso Tapion." Dice Giru mientras me retiro.

"Gracias Giru por traerlo." Dice Vidro y le da dos palmadas a la nave.

"Un gusto su señora." Dice al entrar en modo descanso.

La nave, aparcada enfrente de la casa de Vidro y tambien donde pase mi niñez, gracias al Doctor que me trajo aquí.

"¿Y los demás?" miro a mi alrededor de la ciudad.

"Ya sabes, tenemos al kaioshin de visita y todos estan la plaza."

"¡¿El kaioshin está aquí?!"

"Si, ¿Por qué te impresionas?"

"Vidro, eres la hija del lider de la ciudad mas grande de tu planeta, no puedes estar aqui."

"Lo sé, pero tu ibas a venir" Dice apenada.

"Mira, dejalo así y vayamos dentro."

Mientras vamos escucho el discurso del Kaioshin a lo lejos, inentendible por la distancia.

"Pasa." Dice ella mientras me abre la puerta.

Al entrar veo el humilde salón de estar, amueblado con muebles marrones, la cocina instalada en el mismo cuarto que el salón, y al final un pasillo a los cuartos de los padres de Vidro y el de ella, compartia cuarto con ella cuando eramos unos críos.

"No cambia nada." Observo a mis alrededores y me dirijo a uno de los cuatro asientos con su respectiva mesa.

"¿Recordando tu infancia?." Dice mientras se dirige a su cuarto. "Espera aqui, tengo algo para ti."

Mientras esperó, dejo mi espada apoyada a la silla que estoy sentado y me dedico a ver mis alrededores. En el universo 1 mi universo natal, habia ocurrido una plaga entre mi gente, mató a una novena parte, fue gracias al Doctor y sus conocimientos en Biotecnología que nos salvo con una vacuna contra la enfermedad, lamentablemente, teniamos que dejar ese lugar, los cuerpos seguian infectados, no podiamos correr el riesgo que mute y acabara con todos nosotros. Aunque sigo pensando... Fue por la generosidad del Doctor o simplemente fue por nuestra tecnologia de compresión de moléculas.

"¿Sigues ahi?" Dice Vidro desde el pasillo.

"Te tardas mucho." Digo con voz alta

"Ya voy, ya voy."

Vidro, saliendo del pasillo esta con una pequeña caja en su mano izquierda y en la derecha un cilindro metálico, el sexto y ultimo componente del proyecto del Doctor.

"Cuidalo bien, nos costo mucho conseguir esto." Dice poniendolo sobre la mesa.

"El pago ya se efectuó."

"Lo sé, ayer nos llego el pago en oro etéreo"

"La ultima parte del proyecto del Doctor" Digo mirando el cilindro.

"¿Como se abre?"

"Toma el cilindro por sus caras y gira respectivamente."

Al girar el contenido se abre mostrando una luz celeste, brillante que ilumina la sala de estar.

"Cierralo si sigues queriendo tu vista." Dice Vidro firmentente

"¡¿Como?!" Cierro inmediatamente el cilindro por su comentario.

"Lo que acabas de ver es una singularidad, el centro de un agujero negro, para nuestra sociedad destruir uno de esos no es nada, pero recobrar el centro de ellos es lo difícil, ¿sabes cuantos robots perdimos?"

"No quiero ni imaginar el pago." Sigo mirando al Cilindro.

"Cuando vuelvas dime que diablos creo esta vez."

"Te traere el informe."

La singuralidad de un agujero negro, la mas impresionante de todas las partes, el Doctor tiene la demas, una de ellas creada por el mismo.

"Toma esto, un regalo de mi parte." Vidro me ofrece la caja pequeña de madera.

"¿Qué es?"

"¡¿Lo quieres abrir?!" Dice sonrojada.

Al abrir el contenido, hay una ocarina de color gris claro.

"Sabes bien que se me dan mal los instrumentos." Digo mirandola.

"Dame eso." Saca la ocarina de la caja.

"Vas a poner tus dedos aquí y aquí." Dice mientras se acomoda.

"Vidro, ya te-"

"Callate y escucha"

Al poner sus labios en la ocarina, una melodia empieza a sonar, una canción melancólica, las notas, simples al escucharlas pero que transmiten tristeza, tranquilidad. Vidro, con sus ojos cerrados, sigue tocando un escudo aparece alrededor de ella y comienza a flotar unos cuantos centímetros del suelo. Ella abre los ojos y me mira, sorpresivamente deja la canción a medias y el escudo desaparece asi como ella pisa suelo.

"Oh lo siento mucho." Vidro de la ocarina en la mesa y acerca su mano a mi mejilla a limpiarme. Sin darme cuenta estaba lagrimeando.

"Yo..." Confundido todavia.

"Tapion lo siento mucho, me pase un poco.

"¿Que sucedio?"

"Es la ocarina, calma al que la escuche y saca los remordimientos mas profundos."

Quedo en silencio. Habia recordado a mi familia, verlos poco a poco, como su piel se pegaba a su cuerpo, como mi hermano al borde de la muerte, siendo llevado por el Doctor a su laboratorio. La plaga, Hildegarn, quemaba el ki, sin ki, empezaba a quemar las reservas vitales de la persona dejándolos cada vez mas y mas débiles.

"¿Por que me la das?"

Vidro se agacha a mi altura y me termine agarrando la cara con las dos manos.

"Tapion, tu mas que nadie tiene el corazón mas puro que he conocido, viajas a ordenes del Doctor pero bien que tardas en los encargos por ayudar a los necesitados. Esta Ocarina, te ayudara a protegerte y luchar contra aquellos que ciegan su tristeza con la irá."

"Yo no se tocar instrumentos." Aparto sus manos de mi cara.

"No necesitas." Dice mientras se levanta y toma una silla junto a mi. "Tus dedos se moveran solos al tocarla, solo necesita al aire de tu boca."

Calmar a otros con esta ocarina podra ser muy util, eso no quita la emocion de luchar con la espada, pero si no tengo que hacer daño a nadie, es una opcion preferible.

"Esta bien, me la llevo." Me levanto de la silla y tomo la ocarina para acomodarla a mi cinturón.

"Te queda bien, combina con tu piel." Dice mirandome.

"Me voy Vidro, el Doctor espera." Digo al darle la espalda y caminar hacia la puerta.

Hora de regresar con la ultima parte del Doc, me pregunto si este sera el ultimo encargó de el para retirarme, igual me voy a un planeta a vivir tranquilamente, pero no puedo saber el futuro, asi que primero vamos a salir de Aeos y...

El picaporte de la puerta no gira.

"Oye Vidro, la puerta se atasco otra ve-" Un peso contra mi espalda y la puerta me interrumpe, es Vidro, siento su cabeza en la parte alta de mi nuca.

Es ahi que siento su ki, emanando en el picaporte.

"Me tengo que ir."

"Lo sé, pero siento que no te volvere a ver, por favor quedate un rato más." Dice con tu voz entre cortada entre sollozos.

Normalmente, no acepto sus berrinches por que solo se han vuelto atrasos en mi dia a dia, la ignoro para que no me haga perder el tiempo, pero al igual que ella, siento en mi corazón inquietud.

"Esta bien, me quedare un rato más contigo..."