29. Scutum

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Disclaimer: Los personajes que se desmiembran o cambian de personalidad a lo largo de la historia pertenecen a la obra del célebre Mangaka Hiro Mashima. Este Fanfiction está basado en una serie derivada y secuela de su Manga principal Fairy Tail, llamada Fairy Tail: 100 Years Quest. Contiene varios hechos canónicos dentro de la obra. No obstante, varios personajes, personalidades, habilidades y escenarios puede que estén fuera de este.

NOTA: Este cap usa marcas de tiempo específicas para situar los hechos en tiempo y espacio, se recomienda prestar atención a las fechas para mantener la coherencia a la hora de leer.

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Reino de Minstrel, 16 de diciembre, año X792…

Una noche nublada y sin luz de luna seguía los pasos del grupo de Ophis en un punto perdido del reino de Minstrel. Ahora guiados únicamente por el libro, a Ophis ni siquiera le importó ubicar el punto en el mapa. Tras dejar el templo de Ither, la niña dragón parecía un niño obsesionado con su juguete nuevo. No respetó ni las horas de comida ni de sueño de Natsu y Happy con tal de emprender el nuevo rumbo lo antes posible.

Ophis quería comprobar cuanto antes si el aparato funcionaba…

… "BEEP-BEEP"... 🚨

—¿Esa cosa va a pitear todo el tiempo hasta que lleguemos?—Happy preguntó en tono de protesta.

«… ¡Comienza a ser molesto!… »

—Camina y cierra la boca—Ophis habló con indiferencia—Dragneel ¡Muévete más rápido!

—¡Eso intento! El barro no me deja caminar más rápido…—replicó Natsu de mal humor.

El grupo se movía en un pantano brumoso en medio de la estepa. Se trataba únicamente de una ciénaga de transición, formada por la fusión de los climas húmedo y frío, que causaba gran infiltración de agua en el suelo y convertía las planicies erosionadas en verdaderos pantanos, muy difíciles de vadear. Dado que se suponía habían dejado la zona boscosa del país hacía tiempo, no podía ser de otra manera.

Para llegar a este alejado lugar, Ophis nuevamente se había hecho remolcar con Happy para tratar de hacer un vuelo planeado sin aleteo, por la membrana faltante en su ala, que aún no crecía de nuevo.

Ophis portaba en su única mano el libro dorado, robado del templo de Ither y convertido en su instrumento de navegación. Llegados a este punto, Ophis dejó de proyectar el mapa holográfico de la gema y únicamente se guiaba por el insistente "Beep" que emitía el libro al indicar el camino.

BEEP-BEEP… 🚨

El cielo nocturno, lleno de nubes, ya amenazaba con hacer llover de nuevo, con los primeros relámpagos asomando. No había ni rastro de la luna cuando se suponía que aquella noche debía estar llena. Este agresivo clima había obligado al dragón y su grupo a dejar el viaje por aire y volver a caminar…

—¿Tus estúpidas rodillas ya se cansaron?—Ophis le habló a Natsu en forma soez—No dejas de sobártelas a cada rato… pareces una maldita anciana…

—¡No es cierto!—Natsu volvió a protestar.

—Entonces muévete más rápido. Si empieza a llover, el barro se hará más profundo…

Happy observaba con gran consternación el lento movimiento de Natsu.

«… Esto sí está raro… ¿Será porque llevamos días sin descansar?… Esto nunca le había pasado… Su hombro también está tardando mucho en sanar… » reflexionó Happy con preocupación al ver el sospechoso deterioro de la condición física de Natsu.

... BEEP-BEEP… Beep… 🚨

Repentinamente, el pitido del libro se calló y la gema dejó de parpadear.

—¿Qué ocurrió?—cuestionó Happy—¿Por qué se detuvo?

Ophis se detuvo en seco cuando el aparato dejó de funcionar. Con desconcierto y una clara mueca de preocupación en su cara, Ophis examinó el libro al derecho y al revés. No encontró explicación…

—Tal vez el aparato se averió…—Natsu comentó.

—Eso no puede pasar—Ophis levantó la voz en forma amenazante—quizá, signifique que ya llegamos o estamos muy cerca del orbe…

¡Crunch!... Zap-zap!

Ophis se vió interrumpida por el repiqueteo de los relámpagos, que finalmente rompieron el cielo e hicieron que empezara a caer una copiosa lluvia…

«… Carajo… ¡Qué inoportuno!... » pensó Ophis de mal humor.

—¡Empiecen a buscar ahora! ¡Dense prisa!—ordenó Ophis con premura.

Rápidamente Natsu y Happy se revolcaron en el lodazal cual verdaderos cerdos de granja, mientras revolvían el barro al revisar, en busca del preciado objeto a oscuras, pues con la lluvia, las llamas de Natsu se apagaban al momento de encenderlas.

¡Moch-moch!...

Con este primitivo e ineficaz método no podían cubrir más allá de unos escasos veinte metros a la redonda, para exasperación de Ophis que ya sentía el barro hacerse más profundo bajo sus pies y ya cubriendo sus pantorrillas…

«… ¡Esto es asqueroso e indigno de mí!… » pensó Ophis mientras levantaba un pie a la vez para vadear el lodo.

Con la lluvia haciéndose más y más fuerte a medida que transcurría el tiempo, Ophis guardó el libro de vuelta al cinturón y lo cubrió con una tela para protegerlo mientras Natsu y Happy seguían haciendo el trabajo sucio, nunca mejor dicho…

¡Argh!... —Ophis se quejó de pronto.

—¿Qué te pasó?—Natsu se acercó a ella.

El cuerpo de la niña dragón empezó a humear y sus vasos a dilatarse debajo de su piel. Habiendo visto el fenómeno más de una vez, se dieron cuenta de que iban por buen camino…

—Es la maldición que protege los fragmentos. ¡Me está afectando!—anunció Ophis un poco eufórica—¡Significa que está MUY cerca!

«… ¡Si! Esto confirma que el mecanismo del libro se detiene cuando alcanza su objetivo. No es demasiado preciso pero creo que será de gran ayuda… » celebró mentalmente Ophis, aguantando el dolor que recorría todo su cuerpo.

Ophis tuvo que quedarse quieta en ese lugar por la incomodidad mientras Natsu y Happy renovaron sus esfuerzos y se revolcaron en el lodo con más saña. Tras breves minutos, Happy finalmente dió con algo…

¡Smash!💥

¡Ungh!

Los dos varones fueron derribados por una onda de conmoción de luz púrpura, que emergió de un punto en el barro.

—¡Lo puedo sentir! ¡Mi poder se está liberando del orbe! ¡ahj-ahj!...—anunció una doliente Ophis entre jadeos.

Natsu y Happy vieron un segundo brillo blanco, muy débil pero lo bastante visible para destacar entre el barro y la oscuridad. Natsu metió la mano en el barro y sacó de él una esfera de piedra blanca…

—¡Lo tengo!

Se trataba del típico orbe que habían visto ya varias veces: Del tamaño de una manzana y hecho de piedra blanca con un relieve de escamas de dragón-serpiente en la superficie. Esta vez, el orbe ya tenía algunas grietas, de las cuales ya escapaban pequeños destellos morados del alma de Ophis…

—Ya está un poco roto…dijo Happy.

«… ¡¿Roto?!… ¡Pero si estaba sólo y no en un monstruo como la primera vez!… ¡Eso sólo puede significar que nos estamos retrasando mucho!… » Ophis se preocupó al oír.

—¡Ábrelo!... ¡ungh!—Ophis le ordenó a Natsu, ya sin poder aguantar el efecto de maldición por mucho más tiempo.

Natsu hizo un poco de presión con su mano y en la superficie del orbe apareció el símbolo de Scutum, la constelación del escudo, con luz dorada… seguramente Anna estaría sintiendo el efecto en su llave…

—¡Espera un momento!—Natsu ya se preparaba para terminar de romperlo, pero Happy le detuvo.

—¿Eh? ¿Por qué?—Natsu levantó una ceja.

—¡¿Qué haces?!—exclamó una enojada Ophis—¡Te dije que lo abrieras!

—¡Solo un momento!—suplicó Happy mientras buscaba algo en la mochila, dificultado por la lluvia ininterrumpida…

¡Gaarrrh!—Ophis se enfureció y quiso atacar a Happy con una bola de fuego azul, pero esta se apagó por la lluvia y lo debilitada que estaba Ophis por la maldición…

Fsss🔥

«... Qué impaciente… » pensó Happy, casi burlándose.

Happy volvió junto a Natsu y le alcanzó el objeto que había tomado de la mochila: Una gafas negras.

—Gafas de sol… ¿Para qué?—dudó Natsu.

—La luna va a ponerse morada cuando lo abras, ¿Verdad?

Natsu abrió los ojos como platos al darse cuenta de lo que Happy decía. Le disgustaba mucho el tener que desmayarse y tener náuseas cada vez que ocurría…

« … podría funcionar… »

—¡DRAGNEEL…. —Ophis bramó ya con la paciencia más que agotada y sintiendo su cuerpo derretirse por la maldición que el orbe emitía.

—¡Oh, cierto!—Natsu reaccionó a las quejas de Ophis.

El jóven ejerció gran presión en el orbe, y en un rápido movimiento, este se quebró en pedazos, con la correspondiente onda de choque repeliendo a Natsu y Happy contra el barro…

¡Smash!💥

¡Ungh!... ¡Puaj!—Natsu escupió barro mientras intentaba levantarse.

Junto a los trozos de piedra blanca, también se deshizo la maldición y Ophis dejó de sufrir. Únicamente quedó suspendido en el aire el fragmento del alma de Ophis, representada con la minúscula gema morada brillante.

¡Aanjh!...—Ophis torció su cara y su boca se transformó en la horrible ventosa con dientes que no dejaba de asustar a Happy sin importar cuantas veces lo viera. Ophis aspiró con fuerza y el fragmento fue atraído, tragándoselo…

🔥¡WOOOOOSSSH!🔥

Una vez más, una violenta liberación de poder se produjo cuando Ophis recobró un pedazo más de su alma dividida. Su cuerpo se cubrió con un aura púrpura y por una segunda de fuego azulado, a pesar de la lluvia. De ella salieron ondas de calor que solidifican el barro del lodazal, para sorpresa de Natsu y Happy…

¡Gaaaarh!—Ophis sufrió un desgarro en la espalda, y contra su voluntad, sus enormes alas de 5 falanges se desplegaron en toda su plenitud…

¡Flat!...

Luego, la membrana faltante creció milagrosamente, haciendo ruidos de vísceras revolviéndose y haciendo sufrir a la niña dragón…

¡Gaaaarh!... arrrh…

«… Su ala herida… ¡Está sanando!… » Happy se asombró.

Para finalizar, un rayo de luz morado salió disparado del llameante cuerpo de Ophis y atravesó el cielo nublado. El efecto fue tal, que todas las nubes se disiparon casi al instante, revelando una enorme luna llena, que de apoco se iba tiñendo del mismo color del rayo…

¡WHHHHMMM!

Uff.. creo que terminó—comentó Ophis mientras movía sus hombros y retraía sus alas de vuelta al interior de su cuerpo.

Los poderes de Ophis volvieron a crecer una vez más, cosa que advirtió Happy enseguida.

«… Cada vez su nivel se aleja más de nosotros… Por mucho tiempo no le creí toda esa tontería del dragón infinito, pero si sigue creciendo a este ritmo no quiero ni imaginar cómo es su forma completa… ¡Glubs!... »

Inmediatamente después, Happy se apresuró a comprobar cómo estaba Natsu…

—¿Natsu, sigues despierto?...—Happy se apresuró a revisar. Ophis también se interesó por ello e igualmente se le acercó.

—Si… eso creo… ¡Ungh!—el jóven se quejó levemente mientras se repasaba la frente con los dedos—Me duele la cabeza un poco y me arden los ojos… ¡Pero no me desmayé!—anunció con discreto entusiasmo.

Detrás de las lentes negras, se podían ver los ojos de Natsu brillando con el color de la luna.

—Funcionó…—concluyó Happy con conformidad.

«… Vaya, debo reconocerlo, fué una solución simple, pero efectiva… » pensó Ophis, no dispuesta a reconocerlo en voz alta.

Ugh… creo que mi pie se atoró… je-je—rió Natsu al notar que la solidificación del barro le había hecho quedar con los pies bajo de la tierra. El jóven hizo un esfuerzo por romper la arcilla sólida y salió de un salto, no sin emitir un disimulado quejido…—¡Ungh!... ¡demonios!

—¿Qué ocurre?—Happy dudó—¿Estás bien?

—¡Nada!—se apresuró a decir Natsu—todo está muy bien, ¡Vayamos a buscar un lugar para pasar la noche!

Natsu empezó a andar delante de ellos, con un notorio temblor en sus piernas, haciendo sospechar a Ophis y Happy.

«… ¿Y a este qué le pasa?… »

Recorrieron la estepa un par de kilómetros para dejar atrás la tierra expuesta, pues si llovía de nuevo, la ciénaga volvería a aparecer.

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«… ¡Por favor, perdónenme!… »

Wendy Marvell corría a toda prisa por aquella planicie nevada sin fin, buscando huir de los fantasmas que se habían decidido a atormentarla hasta hacerla enloquecer…

¿Wendy, por qué me olvidaste?...—una aterradora aparición tomó la forma de un Rogue Cheyene de 5 años.

—¿Qué? ¡Yo no…!—Wendy balbuceó asustada.

Estos espectros tomaban las formas infantiles de sus compañeros dragon-slayer, aquellos niños con los que había crecido y viajado desde otra época. Ellos ahora le recriminaban el haberlos dejado en el olvido…

¡Nos olvidaste!…—esta vez fué la versión infantil de Sting.

—¡Perdónenme!—Wendy volvió a chillar.

¿Acaso me odias, Wendy?—esta vez el Gajeel niño le reclamó.

—¡Déjenme en paz!—Wendy ya lagrimeaba mientras movía sus piernas lo más rápido que podía.

Cuando creía haber logrado escapar de las apariciones, se chocó de bruces con una mujer rubia y alta. Wendy casi se orina del susto al ver ante ella a una versión más jóven de su maestra humana, Anna Heartfilia…

¡Aaaa-nna-sensei!—Wendy tartamudeó.

—Me olvidaste, ¡a mí!, que te quise tanto como a mi hija…—dijo Anna con dolor en su voz…

—No, ¡Yo no quería! ¡No fué mi culpa… mis memorias… ¡Las perdí!—Wendy trataba de articular frases coherentes.

Luego, la figura de Anna empezó a derretirse cual cera de vela, aterrando aún más a Wendy, que ya lloraba abiertamente…

Weeeen-d…. y… orrrgh…—La voz de Anna se deformó mientras su cuerpo se deshacía entre los dedos de Wendy, quien intentaba hacer algo para detener el fenómeno.

—¡NOOOO!...—Wendy soltó un agudo grito mientras los otros fantasmas la rodearon y empezaron a derretirse también…

Wendy se postró al suelo y se hizo pelota, en un estado total de indefensión. Al cabo de unos momentos de desesperación, alguien la cogió de la mano y la levantó como si se tratase una muñeca de trapo…

—¡ALÉJATE!...—Wendy reaccionó de forma visceral, pero la aparición que había frente a ella no era ninguno de los fantasmas previos. ¡Quién la había cogido del brazo era nada más y nada menos que Irene Belserion! Igualmente asustó a Wendy como hicieron los fantasmas previos. La cara de la niña era de miedo absoluto…—¡Glubs!

Tras fulminarla con la mirada unos segundos, Irene la soltó y Wendy cayó sobre su trasero, quejándose por el golpe..

¡Ouch!...

Irene sonrió maliciosamente antes de hablarle:

—Tienes una mente muy débil, mocosa. ¡Otra vez casi te pierdes!—le dijo Irene con burla.

¿Eh?—Wendy miró a todos lados. No había nadie—¿Dónde están ellos… ¡se derretían!, ¡Me gritaban! ¡Me culpaban!—la jóven balbuceó confundida.

A su alrededor, Wendy se encontró con la misma planicie nevada, dónde las únicas eran ella e Irene.

—Sólo son tonterías de tu subconsciente—dijo Irene—Me sorprende que a estas alturas no sepas diferenciar las pesadillas de la realidad…

—Entonces, ¿Tú tampoco eres real?—dudó Wendy—¿Te estoy soñando ahora?

—No. YO si soy real. Muy-muy real. La persona más real de tu vida ahora mismo…—anunció Irene con vanidad.

«… ¡Qué mala suerte!… » pensó Wendy, haciendo un puchero.

—Yo creo que más bien, eres afortunada de tenerme ahora…

¡Kyyyy!—Wendy chilló de susto—¡¿Cómo sabías lo que pensé?!—exclamó Wendy llevándose las manos a la cabeza.

Ja-ja. Estamos en tu mente ahora mismo—se rió Irene—No puedes intentar esconderme tus pensamientos porque literalmente estamos dentro de ellos ahora mismo…

—¿Quieres decir, que estamos dentro de mi cabeza?

—Si, de hecho…

Wendy se tranquilizó un poco y se puso de pié con un gesto pensativo en su cara:

—¿Qué hacemos aquí?

—¿Tú qué crees?—Irene le habló con pistas—¿Cuándo fué la última vez que estuvimos aquí?

Wendy hizo memoria y pronto dió con la respuesta:

Oooh… La luna. ¿Se puso morada otra vez, cierto?—dijo Wendy con precaución.

Ajá—Irene mostró una mueca de satisfacción—Otra vez la luna está brillando con esa luz malvada y otra vez fuiste afectada. ¡Y otra vez, yo tuve que intervenir para evitar que enloquecieras!—se burló Irene—ahora mismo, te apuesto a que tu cuerpo está convulsionando y la gata blanca está intentando ayudarte—se refirió a Charle.

Wendy puso un gesto depresivo en su cara al saber que una vez más le causaba problemas a Charle y no era capaz de afrontar esto sola. Se preguntó qué harían los otros dragon-slayers.

—Me gustaría ser tan fuerte como Natsu-san o Gajeel-san…

—No te molestes, ellos también están sufriendo esto…

Wendy se sorprendió al oir y recordó una conversación que había escuchado de fisgona tiempo atrás…

«… Había oído que Gajeel-san también se enfermó las anteriores lunas, pero pensé que sólo era una coincidencia… »

—Sabes que oigo lo que intentas pensar—la cortó Irene.

—Oh, es cierto—recordó Wendy con pena—ya que oíste, ¿Entonces quiere decir que Gajeel-san está pasando por esto mismo ahora… ¿Y Sting-san? ¿Rogue-san?... ¡Y Natsu-san!...

«… ¡Y yo no estoy allí para ayudarlo!… »

Esta vez Irene no le hizo notar que había intentado pensar en secreto de nuevo. Sólo le absolvió sus dudas:

—Similar, pero diferente—dijo Irene—Estoy convencida de que en tu caso, tienes síntomas exclusivos que te llevan a un nivel de sueño consciente como este. Teorizo que se debe a que tus poderes de dragón-slayer van más allá de lo físico, después de todo, eres una encantadora, al igual que yo…—Irene explicó.

—¿Sólo yo tengo estas pesadillas?

—No fueron sólo pesadillas, ¿Verdad?—Irene le respondió con otra pregunta.

—No…—admitió Wendy—antes de las pesadillas, vi otras cosas… a nosotros de niños. A Anna-sensei de jóven… ¡A Grandine y a los otros Dragones!... se sintió tan real que no me di cuenta cuando se transformó en pesadilla y ellos me culparon de haberlos olvidado desde que llegué al futuro…

—Son recuerdos—Irene corrigió—Por alguna razón, la luna morada tiene el efecto de devolver aquellas memorias que creíste pérdidas, de la época a la que en realidad perteneces—Irene explicó—Pero dado tu mediocre control espiritual, se entremezclan con tus propios miedos sin que te des cuenta…

Wendy recién se dió cuenta que estaban hablando abiertamente de su pasado de hace 400 años y ella no recordaba habérselo contado nunca a Irene…

—espera, Tú-tú cómo sabes que yo…—Wendy tartamudeó—¡¿Puedes husmear en mis memorias?!

—¡Por supuesto, niña!—Irene anunció—No tengo mucho que hacer estando atrapada dentro de tu cabeza, y me he entretenido bastante con la "tragicomedia de la vida de Wendy Marvell"je-je-je—Irene confesó riéndose.

—¡Esas cosas son privadas!—Wendy protestó—Son mis recuerdos, no una biblioteca, ¡Irene-san, eso es muy grosero!

—Es divertido—Irene siguió con su juego—Ahora conozco todas tus vergüenzas, tus secretos y lo que piensas de todas las personas que conoces, en especial algunos individuos…—Irene le dedicó una mirada amenazadora de acoso…

No-no sé de qué hablas…

—Tranquila, mocosa, no me sirve de nada saber esto si no puedo interactuar con el mundo físico—Irene minimizó—Además ¿quieres mi consejo al respecto?... se te pasará con la edad. Después de todo, yo también me encapriché con alguien mayor cuando tenía tu edad…

Wendy se sonrojó cual tomate y se apresuró a negarlo todo:

—¡SILENCIO!—Wendy la señaló con el dedo y la cara totalmente roja—¡No quiero oír ni una palabra más!. Te agradezco por la ayuda, pero no voy dejar que te burles de mí así…—la chica se veía indignadisima.

—¿Y qué vas a hacer al respecto?—Irene se burló.

—¡Yo también voy a husmear en tu mente para ver tus vergüenzas!—anunció Wendy, mientras ponía un gesto de concentración y miraba fijamente a Irene. Tras unos patéticos intentos de un minuto cada uno, Wendy llegó a la triste conclusión de que no podía oír ni ver nada de la mente de Irene…—¡¿No veo nada?!—protestó una enojada Wendy—¿Por qué no pasa nada?

—Estamos dentro TÚ mente, no la mía—Irene excusó—Mis pensamientos siguen siendo sólo míos y no tienes la fuerza mental para doblegarme por completo. Es cierto que no puedo controlar tu cuerpo a voluntad, pero no puedes hacer nada para callarme mientras estemos varadas juntas…—explicó Irene de una forma muy madura—Así que te sugiero que hagamos un esfuerzo por soportar esta cercanía mientras pasa la luna morada…

Irene tuvo un gesto inusualmente diplomático con la jóven, que la impresionó un poco y apartó sus sospechas y recelos. Ambas se quedaron quietas en aquella estepa nevada producida por la imaginación de Wendy.

«… ¡Qué aburrido!… »

Wendy se sentó en el suelo e Irene se quedó plantada a una distancia prudente pero aún cercana a la joven. No podían ni precisar el tiempo que pasaban dentro de la mente Wendy, pues en ese estado, les era imposible cualquier interacción con el mundo real…

Pasado un buen rato, la bruja volvió a parlamentar:

—¿Quieres hablar de tus pesadillas?—Irene habló—Es un pensamiento interesante el creer que ellos puedan enojarse contigo por algo como eso…

Wendy dudó un momento, pues todavía miraba con desconfianza a Irene.

—… yo… creo que en el fondo, muy en el fondo, no puedo evitar sentirme un poquitín culpable por olvidarme de todo lo que dejé atrás cuando vine a esta época...—con un gesto de pena y rascándose la barbilla, Wendy empleó muchos diminutivos para expresar la idea, denotando lo oculto del sentimiento.

—¿Por qué?

—… bufff… bueno, cuando llegué aquí, estaba completamente sola y de la única que tenía recuerdo era de Grandine...—Wendy explicó—Me sentía tan triste y sola que me permití considerarme la persona más miserable de este mundo… Ni siquiera cuando volví a ver a Natsu-san me lo cuestioné mucho, a pesar de que sentía algo muy familiar en él… lo mismo con Gajeel-san y de igual manera durante los juegos mágicos, dónde volví a ver a Sting-san y Rogue-san…—Wendy admitió con vergüenza—Tenía a mis mejores amigos frente a mí y no hice nada. Incluso consideré a Rogue-san y Sting-san mis enemigos durante esos juegos...

—¿No crees que es un poco exagerado, por no decir tonto?—Irene dijo sarcásticamente.

—Anna-sensei dice lo mismo—comentó Wendy—dice que mis recuerdos volverán de a poco, pero me gustaría recordarlo todo de una vez… a veces se siente como si hubiera olvidado a mis propios hermanos, porque en esencia ellos eran eso para mí...

La honesta confesión conmovió un poco a Irene, quien está vez ya no intentó burlarse de ella.

—Yo podría ayudarte con eso… si me dejaras...—Irene sugirió—podríamos hacer un trato...

—No—Wendy fué tajante—¿Cómo puedo confiar en tí después de lo que hiciste con mi cuerpo y lo que intentaste hacer con el cuerpo de Erza-san…—argumentó la chica.

Irene cerró los ojos y se rió mientras negaba con la cabeza.

—Si insistes en ser tan terca, lo único que te queda es hacer lo que tu maestra dice y esperar a qué mágicamente tus recuerdos vuelvan, ó...—Irene hizo una pausa—esperar a la siguiente luna morada y todas las que vendrán…

Wendy pensó por un momento ante el lamentable prospecto. Poder ganar algún grado de control en esta situación sería lo ideal, pero confiar en Irene era peligroso…

—¿Quieres que empiece a confiar en tí?

—¿Qué no he hecho ya suficiente?—Irene se fastidió—Soy yo quien te rescata cada vez que la luna morada regresa. ¿Qué más quieres, mocosa?

—Anna-sensei dice que no cuenta si no se hace de forma desinteresada...

Touché—Irene secundó con molestia que Anna tenía razón—¡Bien! ¿Qué quieres que haga por tí?

—Quiero que me expliques por qué a la luna le pasa esto y que significa…—Wendy habló severa—Si eres tan sabia cómo dices y vienes del pasado igual que yo, deberías saber algo acerca de eso…

La pregunta venía con trampa, pues Wendy estaba segura que no había respuesta antes de hacerla siquiera. Irene se dió cuenta pero aún así decidió seguirle el juego, sólo para enseñarle una lección:

—… No conozco la respuesta exacta, pero conozco una profecía…—Irene empezó a hablar con un tono muy siniestro...

"... Cuando el cosmos anuncie la llegada del olvidado, cuando sea hora de la segunda era del terror, sólo entonces en el gran espejo se mezclaran el color de la sangre y el azúl del cielo… solo entonces será la hora de la segunda venida de GORN… "

—¿Eh? ¿Qui-Quién es gorn?...—Wendy sintió un poco de temor.

—Con mayúscula niña, siempre con mayúsculas… GORN…

—¿Quién es ese?...

—Permíteme mostrarte…

Con un gesto siniestro, la imagen de Irene desapareció de enfrente de la niña y reapareció justo detrás, sorprendiendo a Wendy por la espalda…

—¡No, espera, ¿qué vas a hacer?!—Wendy reaccionó asustada.

Demasiado tarde, Irene le clavó su garra derecha en la nuca y Wendy empezó a alucinar de nuevo…

«… ¿Sabes qué es lo mejor de esto?, ¡Qué puedo usar tu propia imaginación para mostrarte lo que yo quiera!... » Irene pensó en forma malvada.

Wendy se vió rodeada de un cielo nocturno estrellado, se sentía flotar sin gravedad…

La niña se asustó y luego la voz de Irene empezó a resonar con fuerza:

—… Antes de nuestro universo, antes de los 5 principios…—Irene le mostró un gran estallido de luces—Antes de que hubiera tiempo, antes de que hubiera algo, no había nada…

Wendy se vió envuelta en una oscuridad perpetua y asfixiante. Irene continuó:

—… Y antes de que hubiera nada, sólo había caos y MONSTRUOS...

—¡Kyaaaa!—Wendy gritó de horror ante lo siguiente que Irene le mostró:

Ante Wendy, la oscuridad se iluminó en tonos sepia y verdes, con una luz parpadeante y estroboscópica que en cada destello le mostró a las criaturas más horribles y monstruosas que hubiera podido imaginarse nunca: Dientes, cuernos, tentáculos, baba y líquidos viscerales salpicando por todos lados. Ni siquiera había separación física entre las criaturas. Todos se revolcaban, rugían y hacían ruidos de carnes palpitando. Todos formaban parte de la misma entidad. Un océano infinito de monstruos, flotando en el vacío…

Para asustarla aún más, Irene hizo que Wendy se acercara más a esa cosa, como si fuera atraída hacia la masa de carne… Wendy se cubrió la cara y se hizo pelota una vez más. Irene detuvo la alucinación y la cambió de nuevo, volviendo al cielo nocturno:

... Este vertedero de caos absoluto e infinito, esta primera era del terror, culmina con la gran explosión que creó nuestro universo y los 5 principios que lo rigen: Tiempo, Caos, Ley, Vida y Muerte—Irene explicó—en medio del proceso de inflación cósmica y de leyes que rigen la realidad, el océano primigenio de monstruos empezó a separarse y muchos de estos monstruos primigenios se unieron en un ser que su nombre se escribe en mayúsculas… Un ente que encarna el caos absoluto, la personificación del principio mismo del Caos. Una entidad cuya presencia se siente en cada grieta donde acecha el caos… GORN

Wendy ahora vió cómo nuevamente todo se oscurecía y otra luz estroboscópica le mostró a un nuevo ser: Un monstruo enorme cuyo cuerpo era ocultado por sombras y el constante efecto de luz parpadeante. Irene no lo conocía en persona, por lo que no fué tan arrogante como para representarlo en la cabeza de Wendy…

y-y-y… ¿Este GORN, va a regresar? ¿Regresar de dónde?—tartamudeó una traumatizada Wendy.

... Luego de que nuestro mundo se haya establecido, cuando el universo era jóven, los monstruos de antes de la nada buscaron destruirlo para volver al caos previo. Liderados por GORN, destruyeron una infinidad de mundos, y toda la vida sufrió... por eso a esta era se la conoce como la primera venida de GORN—Irene relató—Sin embargo, así como el principio del Caos originó a GORN, el principio de Ley parió a los primeros y más poderosos Dioses… Estos derrotaron a GORN y lo desterraron al vacío, a esa nada de antes del universo. El mundo de la nada misma, el vacío infinito…

Wendy reflexionó sobre la profecía:

" … sólo entonces en el gran espejo se mezclaran el color de la sangre y el azúl del cielo… solo entonces será la hora de la segunda venida de GORN… "

«… Si la luna es el espejo y si combinas el rojo y azul sale… ¡Morado!... »

—¡Eso quiere decir que la luna morada es la señal de que esa cosa está cerca!

—Si, Wendy… ¡Y no va a venir sólo!—dijo Irene en tono aún más siniestro—¡Todos esos monstruos volverán con él!

A tiempo que gritó en los oídos de Wendy, a la vez estallaron en sus tímpanos los rugidos y aullidos del océano de monstruos, que una vez más se mostraron para aterrar a la niña:

¡ROOOAAAARR!...

¡Kyaaaaaa!—Wendy gritó de forma desgarradora.

¡Ja-ja-ja-ja-ja!—la bruja se reía a carcajadas del miedo de Wendy.

Habiéndose divertido lo suficiente, Irene hizo desaparecer la alucinación y ambas volvieron a la planicie nevada generada por el poco control que Wendy tenía en su mente…

¿Eh?—Wendy levantó la cabeza todavía con lágrimas en sus ojos—¡¿Y los monstruos?! ¡Volvimos a este lugar!

¡Ja-ja-ja-ja-ja!—Irene se volvió a reír¡Hubieras visto tu cara!

Wendy se enfureció con ella:

—¡Eso no tiene nada de divertido, me diste un susto de muerte!—chilló Wendy.

—Valió la pena—Irene se volvió a burlar.

—¡Definitivamente nunca confiaré en tí!

—No lo hiciste tampoco cuando me pediste una respuesta a una pregunta imposible…—Irene insinuó en tono de molestia.

Wendy entendió que se trataba de una pequeña venganza/protesta por su propia actitud y bajó un poco su tono, sin dejar de reclamarle a Irene:

—¡No puedo creer que inventaras toda esa historia sólo para asustarme!—se quejó la niña—Eso no es muy maduro de tu parte, Irene-san…

—Nunca dije que fuera una mentira—Irene habló en tono serio—Te la conté exactamente como me la transmitió Belserion…

—¿Belserion? ¿El dragón que fué tu maestro?—preguntó Wendy.

Sin saberlo, Wendy estaba a punto de voltear la conversación…

—Belserión fué MÁS que sólo mi maestro—Irene anunció ofendida—fue un gran amigo, un verdadero sabio… ¡y de haber podido elegir, hubiera deseado que mi alma quedara maldita junto a la de él!…

Wendy sintió una profunda melancolía en las palabras de la bruja a pesar de no entender que significaba la última parte. La naturaleza inocente y pura de Wendy le permitió compadecerse de tan malvado ser.

«… ¿Qué es eso de "almas malditas"?… »

—Yo… lo siento mucho, Irene-san—se disculpó Wendy—No tenía idea de que tú todavía guardabas esos sentimientos en tu corazón…

La joven le habló con mucha empatía. Lejos de aceptar la amabilidad, esto irritó a Irene, que se dió cuenta que estaba bajando la guardia y se apresuró a rectificar:

—No quiero tu lástima…—Irene recuperó su actitud altiva—El pasado no puede cambiarse. Fuimos buenos, fuimos sabios… y aún así perdimos la guerra contra los dragones que odiaban a los humanos y creamos el infierno en la tierra…—Irene bajó la cabeza—Beleserión, quién tenía el poder de hablar con el destino y acceder a todo el conocimiento del pasado, no pudo usar nada de él para salvarnos… ¡Era nuestro destino fracasar!...

Esta vez fue Irene quien puso el ambiente muy depresivo y lleno de incomodidad. Sin proponérselo, Wendy había conseguido que Irene se distanciara de ella y permaneciera en absoluto silencio.

Ya sólo quedaba matar el tiempo hasta despertar.

«… ¿Cuántas veces más va pintarse la luna de este color?… »

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Reino de Minstrel, 17 de diciembre, año X792… de madrugada

Tras meses de fracasos y falsas alarmas, el esfuerzo del grupo de Ophis se condensó en la recuperación del fragmento correspondiente a la constelación de Scutum, el espíritu del escudo. Naturalmente, la luna se tiñó de color violáceo para anunciar tan magnánimo evento, con las consecuencias esperables a ello: Los dragon-slayer volvieron a verse afectados con síntomas de una enfermedad desconocida.

Sin embargo, contrario a otras ocasiones, Natsu Dragneel se resistía a caer bajo sus efectos, pues tocadas las tres de la madrugada y todavía de noche, el jóven se mantenía despierto…

—¿No vas a dormir?—Ophis cuestionó.

—¡No!... no quiero… ¡Yaaawnn!—replicó un ojeroso y agotado Natsu al bostezar.

Natsu todavía traía sus gafas oscuras con sus ojos brillando del mismo color que la luna detrás de los cristales. El joven mantenía la fogata encendida para entretenerse mientras Happy yacía dormido en su rincón. La única que lo acompañaba, y no por gusto, era Ophis, quien habitualmente pasaba las noches despierta y sola…

—¿Por qué no?—replicó Ophis con curiosidad pero sin dejar de mirar fijamente el libro dorado del dios Ither.

—... No me gusta… quiero decir, no me gusta cuando la luna se pone así… ¡Me hace soñar cosas estúpidas!—protestó.

—¿Pesadillas?—Ophis se burló—¿con "Karan"?

—¡NO!, ¡Esas son otras! ¡Es diferente!...—Natsu se sonrojó cuando Ophis levantó una ceja, haciéndole notar su confesión… —¡No, tampoco!—se apresuró a negarse y rectificar—no, digo… ¿Quién dijo que tengo pesadillas con ese maldito? ¡No las tengo!...

Natsu habló atropelladamente y casi tartamudeando mientras insistía en justificarse. Ophis sonrió con burla y maldad y siguió picándole:

—Bien, entonces—Ophis habló—¿De qué tratan tus NO-pesadillas que no son sobre Karan?

—Es… raro…—Natsu replicó—empezó a suceder desde la segunda vez que la luna se puso de ese color… creo…

¡¿Ungh?!...—Happy se sobresaltó—¡Yaaawwn!... ¡Oigan, si no van a dormir, por favor guarden silencio!

El Exceed fué despertado por el ruido de la conversación y el pequeño escándalo previo de Natsu. Ophis le lanzó una mirada afilada y el Exceed se apresuró a cuadrarse y mostrar respeto para evitarse el castigo…

¡Glubs!—Happy tragó nerviosamente—... sólo quería pedirles amablemente que bajaran un poco el tono…—dijo Happy nervioso.

Ophis se relajó y le dijo a Happy:

—Hablamos sobre las NO-pesadillas que la luna morada le provoca a Dragneel…—aún sin poder mostrar la emoción con su cara, la intención sarcástica de Ophis fue lo suficientemente contundente para irritar a Natsu e interesar también a Happy.

—Oh, ya veo, ¡Yaawnn!—Happy se unió gustoso a la charla mientras daba un último bostezo.

—¿Cuál es el sueño más "raro" para tí? ¿Se repiten?—Ophis continuó interrogando a Natsu.

Natsu dudó un momento y con un claro gesto de molestia en su cara, abrió la boca:

... es… raro…—volvió a repetir—no sé explicarlo, pero me veo a mi mismo como un niño, soy un niño en ese sueño—Natsu relató—Estoy en una casa en llamas… Hay fuego por todas partes, hay dos adultos conmigo, una mujer de pelo negro y un hombre con el mismo cabello que yo…—Natsu hizo una pausa—Entonces el techo se derrumba sobre nosotros y el hombre es aplastado… la mujer empieza a llorar y gritar… y luego también me grita a mí… mi pierna quedó atrapada cuando el techo se derrumbó… ¡La mujer sigue gritando y me vuelve loco! ¡No lo soporto!... y luego despierto…—Natsu concluyó su relato. Sin darse cuenta le había impreso un toque muy emocional a la última parte.

Las caras de Ophis y Happy lo decían todo. Se apresuraron hacérselo notar:

Em, Natsu… ¡Creo que esos eran tus padres!—Happy exclamó.

—No son sueños, tonto—Ophis le dijo—Son recuerdos… este en específico, es tu muerte…

—No lo creo… ¡Aún estoy vivo!…—Natsu exclamó en forma ignorante.

—No, me refiero a que eso que soñaste, es el recuerdo de la primera vez que moriste… antes que tu hermano te reviviera. La muerte de tus padres y la tuya… el origen de la locura de tu hermano.

Natsu oía todo de forma muy distante y sin inmutarse demasiado. El jóven se mantenía muy tranquilo y contrario a reconocer la veracidad de este hecho, como si no se lo creyera:

—... No me pareció así. Ese hombre no se parecía nada a mí y esa mujer tampoco—dijo Natsu en voz alta.

—¿Cómo que no?—Happy le contradijo—¡Tú mismo dijiste que tenía tu mismo cabello!

—Si, pero nada más—Natsu puso gesto de pena—También lo pensé la primera vez que lo soñé, pero luego ví mi propio reflejo… no me parezco. ¡Mi cara apenas si tiene cosas parecidas!

—Ay Natsu, eres hijo de ambos ¡Obvio que no vas a ser exactamente igual a él!—le insistió Happy.

—Tú no entiendes… mi cuerpo ya ha crecido y a pesar de eso mi cara no se parece a la de ellos…

«… Si lo que dice éste tonto es verdad… ¿Significa que cuando los dragones los convirtieron en dragon-slayer, también cambiaron un poco de su genética con ese "tratamiento"?… ¡Es MUY interesante!… » Ophis reflexionó sobre esto último con mucha curiosidad.

—... ¿Viste las fotos de la mamá de Lucy? ¡Es igualita a ella!—Natsu argumentó—Yo debería parecerme a alguno de ellos, si de verdad fueran mis padres...

—Creo que estás exagerando un poco Natsu, lo de Lucy es un caso muy especial…—Happy replicó.

—No deja de ser extraño para mí—admitió Natsu—Quiero decir, ¡Apenas puedo creer que Zeref y yo seamos hermanos! Desde la primera vez que lo vi en la isla Tenrou, nada de él me pareció familiar y ni siquiera después de saber la verdad pude encontrar algún parecido físico entre nosotros…

—¿Has hablado con Anna de esto?—Happy habló.

—Algo—vaciló Natsu—ella siempre insiste en contarme cosas que dice que vivimos cuando era niño, pero yo no me acuerdo, y cuando esas cosas aparecen en mis sueños son… diferentes… si son recuerdos, significa que ella me miente y si ella dice la verdad entonces son sólo… ¿sueños?—el jóven se enredó en su propia explicación—Es todo muy complicado y tú sabes bien que no me gusta lo complicado…

Natsu volvió a mostrar su visión simplista e intransigente de ver la vida: Si no lo entendía, sencillamente ni se molestaba en desperdiciar energía en sostener tales pensamientos.

—Eso es interesante—después de mucho tiempo, Ophis volvió a usar su característica muletilla—Háblame más de estos sueños. ¿Hasta ahora has logrado recuperar algún recuerdo relacionado con tu resurrección o tus primeros años después de ese evento?...

Ophis aún no había perdido el interés en conocer los detalles de la creación de E.N.D., pues de poder replicar el experimento de Zeref, quizá podría sustituir a Natsu con una marioneta más "dócil". Después de todo, ya poseía el conocimiento para ello...

—No es importante—Natsu negó con la cabeza—Simplemente no voy a pensar más en eso ni hablarlo… es una estupidez—escupió el jóven.

Ohis puso mala cara por su negativa y le respondió con el mismo mal humor:

—Muy bien, si no quieres hablar, lárgate a dormir de una vez.

—Ya te dije que no… mañana, cuando la luna pase.

—Mañana vas a estar sin energía, y eso será un problema, pues ahora que mis alas han sanado por completo, acelerarémos el paso…—anunció una severa Ophis.

—¿Tan ansiosa estás de seguir ahora que tenemos el libro?...—Happy replicó.

—No es ansiedad—Ophis respondió—solo quiero terminar con esto pronto, y estoy segura que ustedes también…

—Yo creo que sí lo es—Happy insistió—No has dejado de mirar el libro desde que salimos del templo de Ither...

El Exceed se arriesgaba a un exabrupto del dragón si seguía presionando de esa manera. Cómo claro indicativo que el temor que Ophis les inspiraba estaba disminuyendo, Happy continuó molestándola:

—… además, desde que te conozco siempre te quedas viendo la luna mientras nosotros dormimos, pero desde que obtuvimos el libro, no le quitas la vista de encima nunca…

—¿En serio?—Natsu replicó.

—Lo he visto varias veces cuando me levanto al baño...—confirmó Happy.

Ophis tensó su cuello y su cara se quedó en blanco. No hubo amenaza ni mirada asesina contra los magos, lo que les hizo dudar.

¡Ophis se sonrojó!

Fué por apenas una décima de segundo, pero sucedió. Quizá fue tan breve que Natsu y Happy no llegaron a notarlo.

Luego, la niña dragón se relajó y puso un gesto suave, con una pequeña media sonrisa irónica en su boca:

—Bueno, quizá hay un poco de eso también—Ophis admitió—al igual que tú con tus sueños, apenas puedo creer que sea real… ¡Es demasiado bueno para ser verdad! Esperé tanto por algo así y ahora que es mío, no dejaré que nadie más lo tenga...—Ophis habló muy posesiva.

«… ¡Nadie volverá a quitarme mi oportunidad!… »

—¿Quieres mucho volver a tu casa, verdad?—Happy habló de nuevo—una vez dijiste que no eres de nuestro mundo y en el templo dijiste que sólo querías volver a casa…

—Y tú recordarás que también les dije que NUNCA volvieran a mencionar eso que vieron...—dijo Ophis con ojos amenazantes.

—¡Glubs!... —Happy tragó seco—yo solo decía que…

—Pero es cierto—Ophis lo interrumpió—Todo lo que hago, lo hago para volver a casa… ¡Es todo lo que importa!

Ophis finalmente reconoció el objetivo final de sus planes y Happy se alivió un poco al no oír declaraciones de venganza o rabia en el dragón. Como si aquellas amenazas vertidas en el templo hubieran sido sólo un berrinche al fragor de la emoción...

—¿Cómo es tu mundo?—Natsu le preguntó a Ophis—¿Qué es ese lugar de donde vienes?

—Ninguna parte. Vengo de "ningún lado"—Ophis replicó.

¿Eh?

—De la nada misma…

—Oye, ¡eso no tiene sentido! ¿Podrías ser un poco más clara?—Natsu protestó.

—No.

—¿Por qué?

—Porque no vas a entenderlo por más que me esfuerce en explicártelo...

—¡¿Dices que somos demasiado tontos como para entenderlo?!

—No fue lo que dije, pero tienes razón—replicó Ophis groseramente.

Ambos mostraron señales claras de haberse ofendido.

—¿Por qué siempre tienes que ser tan antipática?

—Eso no me importa—acotó Ophis con desinterés—sólo dije la verdad… realmente es algo difícil de explicar. Tendría que mostrarte y con mis poderes actuales no puedo hacerlo…

—¿Necesitas "mostrarnos" para explicarlo?... Creo que nos subestimas bastante...—Happy replicó.

La niña dragón levantó una ceja y reflexionó un momento...

—¿Hagamos algo, quieres?—Ophis propuso a Natsu—Cuando recobre el poder suficiente yo te mostraré qué es mi mundo y tú me hablarás sobre tus sueños y tus recuerdos de hace 400 años...

Natsu se mostró muy dudoso porque para empezar, ni siquiera sabía si podría cumplir dicho acuerdo.

—… Consultalo con la almohada (o en tu caso, la roca) y respóndeme luego…—Ophis añadió.

—De acuerdo—Natsu respondió —lo pensaré. ¡Pero no voy a dormir mientras la maldita luna esté así!

«… como quieras… » Ophis rodó los ojos, resignada a tener que soportar su presencia hasta el amanecer.

Happy permaneció mirando el inusual brillo violáceo de la Luna y preguntó a Ophis:

—¿Sabes por qué pasa eso cada vez que recuperas parte de tus poderes?—dijo Happy.

—Es un fenómeno extraño, extraño en verdad...—Ophis respondió.

—¿Entonces tampoco sabes por qué afecta a Natsu de esta manera?

—… me temo que no…

—¿Y por qué hace que los espíritus celestiales de Lucy no puedan cruzar a nuestro mundo?

—Oh, de hecho sí tengo una explicación posible para eso...—dijo Ophis.

—¡¿Entonces tú eres la culpable de qué Loke no pueda venir a voluntad a la tierra?!—Natsu exclamó en voz alta.

—¿Eso te molesta?—Ophis habló en tono amenazante.

—Oh, no, ¡Al contrario!—Natsu puso una risa malvada en su cara—Desde que ese atorrante volvió a ser un espíritu celestial no dejaba de venir a fastidiarme: "¡No estás cuidando bien a Lucy", "Ten más cuidado con mi prometida"...—Natsu imitó la voz de Loke—¡Ojalá se quede allí un poco más, je-je…—bromeó el jóven.

«… Ay Natsu a veces de verdad te pasas… » Happy pensó entre risas propias.

—Háblanos de eso, por favor...—Happy pidió con inusual amabilidad.

«… ¡Definitivamente Lushy querrá escuchar esto algún día!... » Happy puso toda su concentración para guardar cada detalle. Sabía que no podía confiar en la frágil memoria de Natsu para ello.

—… La luna—Ophis empezó a hablar—es muy importante para toda la magia estelar, ya que actúa como un gran espejo sobre el mundo…

—¿La luna es un "espejo"?—Natsu habló—no se parece mucho a uno…

—No es literal, tonto—Ophis lo hizo callar—la luna no tiene luz propia. La luz blanca con la que brilla normalmente es en realidad la luz del sol que se refleja en su superficie, como un espejo. Mientras en otro lugar del mundo es de día, los rayos del sol rebotan en la luna y nos da un poco de esa luz natural a los que estamos en "noche" en ese mismo momento…

—Oh, Así que de eso se trata...

—Ajá. Es muy interesante en verdad—Ophis comentó con la misma curiosidad—Cuando la luna refleja, también cambia la naturaleza de la luz y da lugar a tipos de magia muy rara. Así mismo, la luna es de vital importancia para la magia celestial. Así como refleja la luz del sol, hace lo mismo con la energía de las estrellas que forman las constelaciones y la concentra de tal forma que permite que la magia celestial sea tan sencilla de aprender para cualquier mortal…

—Eso no explica como un simple cambio de color pueda afectar de esa manera a la magia celestial—Happy objetó.

—Escucha—Ophis habló—Para mantener los trozos de mi alma aislados del exterior, el mineral que forma el orbe está apoyado dos fuerzas: La maldición que me repele y evita que cualquiera lo abra, y en segundo lugar, la energía de las estrellas de la constelación correspondiente, que sirve como campo de contención—Ophis explicó—Cada vez que Dragneel rompe la cáscara del orbe, dicho campo se destruye y esa sacudida hace tambalear el velo que separa ambos mundos, causando que los portales sean inestables y dificulten el paso a los espíritus…

«… claro, la contención no es perfecta ni mucho menos puede ser permanente… » Ophis pensó en secreto.

—Si eso es cierto, ¿por qué la magia celestial no se normaliza en los intervalos que la luna está normal?

—Con cada orbe que abrimos, es como si se arrojara sobre un riachuelo una piedra tan grande como para afectar la corriente por un largo tiempo—justificó Ophis—Haría falta un buen tiempo para que el velo se estabilice nuevamente…

—¿Cuánto tiempo?—Natsu cuestionó.

—Es difícil de calcular. Podrían ser un par de años, un par de décadas… quién sabe—replicó Ophis con indiferencia.

—¡¿Décadas?!—Happy se escandalizó.

—¿Qué tiene?—Ophis escupió desganada.

Ambos amigos mostraron mucha preocupación ante el prospecto de que la magia de Lucy se viera afectada tanto tiempo. Por su parte, Ophis tenía impresa en su cara una clara expresión de "no podría importarme menos".

«… Uy, ¡A Lucy no le va a gustar nada oír esto!… »

Aquel desventurado anuncio hizo morir la conversación por un rato largo, donde se quedaron mirando las llamas de la fogata que Natsu se afanaba en avivar a manera de quedarse despierto. Happy tampoco pudo volver a conciliar el sueño…

—¿Uh? Sigues con cara de tonto—Ophis le dijo a Happy—¿Quieres preguntar algo más, o qué?—el dragón habló con desdén.

—No te vayas a ofender pero… Hay una cosa más—Happy preguntó con algo de temor—Si eres el dragón "infinito", ¿Por qué las estrellas lograron dividir tu alma en 88 partes? ¿Lo de "infinito" es sólo un nombre?...

Ophis mostró un gesto de sorpresa con los ojos muy abiertos, lo que asustó un poco al Exceed, que no quería ser castigado.

«… ¡Glubs!... »

Mmm, normalmente me enojaría, pero es una pregunta muy válida...—respondió Ophis con curiosidad—Lo de "infinito" tiene que ver con el lugar de donde provengo, y has de saber, qué en realidad mi alma no se divide de la forma "usual"...

«… ¡Que alivio que no se molestara!... » El Exceed se calmó.

—¿Cómo sucede entonces?—Natsu replicó.

—Bueno, el asunto es que mi alma "está y no está" dividida, y la única manera de saberlo es cuando el orbe se abre…

—¿Cómo puede estar dividida y junta al mismo tiempo? ¡Eso no tiene sentido!—Natsu mostró su confusión con una actitud molesta.

—¿Saben lo qué es una función de onda?—Ophis solicitó.

—No, la verdad que no… —dijeron ambos varones al unísono.

—Pues lástima, no se los puedo explicar…—Ophis se burló—Tú mismo lo dijiste, ¡Son demasiado tontos para entenderlo!

Ambos amigos hicieron un gesto de puchero por la ofensa recibida y Happy se apresuró a dar la contra:

—¿Al menos puedes intentar explicarnos un poco? ¡No somos tan tontos como crees!... sólo que es muy complicado incluso para alguien inteligente…—Happy pidió.

El respeto y el orgullo que Happy mostró agradó a Ophis e hizo ceder a la niña dragón, quien optó por absolver su pregunta:

—… Todavía no he comprendido al completo el funcionamiento de la magia que logró tal hazaña—Ophis admitió con solemnidad—sin embargo, por supuesto que ya tengo algunas ideas de cómo la magia de estrellas puede hacerlo…

—¿Cómo cuáles?—Happy replicó.

Ophis cogió una ramita del suelo y empezó a dibujar en el piso:

—… Por ejemplo, si consideras mi alma infinita como algo análogo al concepto matemático del infinito, puedes considerar que puede existir una magnitud fija que pueda acercarse a ese concepto, es decir, una magnitud fija en que los términos de una secuencia se aproximan entre sí, por lo que a su vez puedes asumir que tiene un límite aproximable:—Ophis escribió una extraña ecuación matemática con surcos en la tierra:—... Lim x→+∞ f(x) = L: = (∀ϵ0) (∃M∈R) (Mx → |f(x) – L| ϵ)... si esa magnitud fija es, por ejemplo, la energía que poseen las estrellas que forman cada constelación, lo que en teoría, te permitiría dividir mi alma en partes equivalentes al tamaño de cada constelación correspondiente… Claro que de momento todo eso es una especulación, ¿Lo entiendes?

Ambos varones tenían el rostro en blanco y una clara ignorancia impresa en ellos. ¡Natsu tenía una cara tal que parecía que su cerebro había hecho un corto circuito!…

—¿El para-qué-cosa de quién?—dijo Natsu para mostrar su falta de comprensión de tan técnica explicación.

—Oh, ¡error mío!—Ophis reconoció—supongo que es inútil pedir nociones de cálculo infinitesimal a gente que vive en una sociedad preindustrial…

La supuesta disculpa los dejó aún más confundidos. Ophis lo notó al ver sus caras en blanco, por lo que optó por simplificar aún más…

«… ¿Pre-induquécosa?… » la cabeza de Happy colapsaba ante definiciones tan extrañas para su tiempo.

—... A ver—el dragón continuó—imagina que mis poderes son como el planeta, una esfera muy-muy grande. Luego, imagina una segunda esfera mucho más pequeña, un meteoroide, una estrella fugaz, que representa el poder de cada constelación y sus estrellas…—Ophis explicó—ahora, imagina que el meteoro golpea contra la tierra, y en ese momento, en el momentum donde ambos se tocan, puedes notar que el tamaño comparado de la tierra con el el meteoro hace que parezca que un punto ha tocado una superficie plana, por el gran diámetro de la tierra. Entonces, si te acercas aún más y más, y observas de nuevo, verás que la curva de la circunferencia del meteoro se va aplanando hasta que llega un momento en que ambas, las curvas de la tierra y el meteoro se superponen y se ven como una línea recta, y si miras hacia ambos lados, podrás notar que no puedes encontrar el final de ambas… es decir ambas resuenan juntas y se hacen infinitas. De esta forma, se utiliza el poder de las estrellas para formar un campo de contención que permite dividir y aprisionar mi alma infinita…

Lejos de aclarar algo, la analogía propuesta por Ophis sólo sirvió para confundirlos aún más.

—No entendí ni… ¡Espera! ¡¿La tierra es redonda?!—Natsu exclamó en voz alta.

Tamaña ignorancia fué demasiado para el dragón…

¡Slap!...

Ophis se golpeó la frente con gran decepción.

«… ¡Estoy rodeada de tontos!… »

—Redonda… ¡¿Redonda?!—Natsu balbuceó repetidamente.

—No tiene borde…—Happy también tenía cara de tonto… Ophis decidió no perder más tiempo explicándoles lo obvio y con mal humor, los despidió:

¡Lárguense a dormir de una vez!

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Magnolia, Reino de Fiore, la mañana del 17 de diciembre, año X792…

El día siguiente al incidente, Lucy se despertó temprano como de costumbre, para prepararse para el trabajo. Hacía una fría mañana aquel 17 de diciembre, por lo que todos en la ciudad empezaron a desempolvar sus abrigos y sus prendas más calientes. Ya estaba prácticamente cantado que las nieves de navidad llegarían en cualquier momento, mucho más tarde de lo usual, pues estas solían empezar ya en noviembre…

Una vez salida de la ducha y mientras se colocaba las pantimedias, miraba de tanto en tanto al bulto de cobijas y almohadas que era Levy, quien seguía durmiendo, o al menos escondiéndose debajo todas esas mantas, sin siquiera mostrar la cara. Desde la partida de Gajeel, Levy no había salido a trabajar sola ni una vez…

«… ¿Qué te pasó anoche, Levy-chan?… »

Lucy se llevó un buen susto durante la noche, pues de quien menos esperaba una reacción así a la luna morada, era de Levy. Si bien Lucy no sabía que esta cosa afectaba sólo a los dragon-slayers, si había oído de que Gajeel en específico solía enfermarse a causa del fenómeno. Su primer pensamiento fue que tal vez Gajeel se lo había contagiado a Levy, ya que ahora compartían casa y lecho…

«… Consultaré con Porlyusica y con Mirajane ¡Si esta cosa es contagiosa, todos estamos en peligro!… »

Levy debió leerle el pensamiento, pues cuando Lucy pasó junto a las cobijas en busca de sus tacones, una mano salió de ellas y la cogió del tobillo, pegándole un buen susto…

¡Kyaaaa!—chilló Lucy, al sentir la mano de Levy—¿Eh?...

Al darse cuenta, Lucy se calmó.

—Por favor… ¡Yaaawnn! ¡Ugh!—Levy habló ronca y con la voz pesada—Por favor no le digas a nadie lo que viste anoche.

—¡Por supuesto que voy a decirles!—Lucy se mostró inflexible—estás enferma y puede ser peligroso si no lo tratamos pronto…

¡Yaaawnn! ¡Ugh!... ¡Sé lo que me pasa y créeme, mejoraré!... gulp…—una mareada Levy suplicó, todavía oculta debajo las cobijas. La jóven tenía el aspecto de un ebrio recuperándose de una fuerte resaca—Eres mi mejor amiga y te estoy pidiendo que guardes mi secreto…

Lucy dudó un momento. El tono suplicante de su amiga y el cómo Levy apeló al sentimiento de confianza entre ellas para manipularla hicieron efecto. La rubia aceptó dejarla en paz por ahora.

—De acuerdo, Levy-chan. ¡Pero cuando vuelva del trabajo vas a decirme lo que te ocurre!—anunció Lucy con severidad.

—¡Te lo explicaré a su debido tiempo! ¡Lo juro!

Tras solventar de manera temporal el asunto con Levy, Lucy salió de casa una vez más, lista para dar todo de sí en un nuevo día de trabajo.

En esta ocasión, la rubia no corrió con suerte, pues no pudo evadir una labor de reportaje político para el periódico. A pesar de eso, ella hizo el esfuerzo de realizar la labor con dedicación.

Para su sorpresa, otra vez le tocó entrevistar al excéntrico representante del conde que administraba la región a la que pertenecía Magnolia. Le tocó sentarse una vez más junto al harapiento y loco hombre mientras eran custodiados por sus guardaespaldas. Lucy mantuvo su mano en sus llaves escondidas, lista para reaccionar si alguno de ellos la atacaba.

En su travesía del día, observó una vez más los efectos que la situación económica en la ciudad: Aquellos que podían pagárselas, especulaban con las acciones de la compañía de los mares del norte en un frenesí que les prometía unas ganancias millonarias cuando tocara pagar los dividendos.

Por el otro lado, los Zachistas, cada vez más radicalizados, provocan revueltas y desorden mientras gritaban consignas políticas contra el gobierno.

Una vez terminada su ingrata tarea, Lucy volvió al gremio para apoyar a sus viejos amigos con los preparativos para las fiestas de fin de año. Allí, mientras conversaba con Mirajane, consiguió sacar un poco de información interesante respecto al fenómeno del día anterior:

—... Así que, ¿Laxus también se enfermó anoche?—Lucy cuestionó curiosa.

—Si—Mirajane respondió—... el maestro tuvo una recaída anoche y Laxus no pudo atenderlo, pues también se enfermó repentinamente, así que yo fuí a cuidar de ambos.

—¡¿El maestro está bien?!—se preocupó Lucy.

—Está fuera de peligro, pero el clima frío no le está haciendo bien…

—Siento oír eso—Lucy se relajó un poco—afortunadamente, ellos te tienen a tí…—Lucy hizo una pausa al notar algo sospechoso—... tú y Laxus son muy cercanos, ¿cierto? Recién me he dado cuenta de eso…

Lucy usó un tono claramente provocador para molestar a Mirajane, deseosa de cobrarse todas aquellas veces que Mira la había hostigado con el tema romántico desde que entró al gremio. Sin embargo, lejos de intimidarse, la mayor de los Strauss se mantuvo serena y respondió muy dignamente y sin una pizca de sonrojo en su cara:

—Es cierto. Nos hemos "acercado mucho" en varias ocasiones, pero me temo que hay un tema en el que no nos ponemos de acuerdo, y eso siempre nos termina separando…

«… ¡¿EEEEEHHH?! ¡No lo está negando! ¡Entonces Mira-san y Laxus… » las mejillas de Lucy se sonrojaron al sorprenderse.

—Oh, ya veo…—Lucy respondió aún aturdida.

Lucy vió imposibilitado el ponerla incómoda y desistió de inmediato de su intento. Con veintidós años, Mirajane era claramente más madura que ella.

—Somos buenos amigos y con la frágil salud del maestro, ahora colegas en la administración del gremio. Es natural que terminemos acercándonos de nuevo. Tratamos de manejarlo como adultos…—explicó Mirajane mientras limpiaba polvo de un vaso.

—... Me extraña que a pesar de estar tan seguros, haya sólo una razón para que no estén juntos…—Lucy habló con un poco de incomodidad al notar que el futuro liderazgo de Laxus sobre el gremio se estaba convirtiendo en una realidad.

—No es una razón fácil. Es algo central para mí, chica—Mirajane respondió—Algo muy importante…

Viendo que sus intenciones de incomodar a Mirajane eran inútiles, la rubia decidió llevar la conversación por otros derroteros… Si bien Lucy le había prometido a Levy no decirle a nadie de su condición, no había dicho nada sobre intentar averiguar por otros medios…

—Dime una cosa, Mira-san—Lucy cambió de tema—Esa cosa de la luna morada que hace que Laxus y Gajeel se enfermen, ¿Puede ser contagiosa?…

Mirajane levantó ambas cejas y miró a Lucy con una gran expresión de sorpresa en su cara, como si la rubia hubiese descubierto algo de lo que no debía haberse enterado. Pronto Mirajane cambió su mirada a una de confusión, llegando incluso a tocarse la barbilla en gesto reflexivo…

Mmm… será mejor que consulte esto con Porlyusica, pues es una preocupación muy válida—dijo Mirajane—¿Por qué preguntas eso, Lucy? ¿Pasó algo?

Lucy se tensó un poco e hizo un esfuerzo grande para mantener su promesa a Levy y poder mentirle a Mirajane:

—Simplemente curiosidad… es que… estoy preocupada porque a Natsu le esté pasando también, pues parece que les pasa sólo a los dragon-slayers, ¿verdad?

La mentira fué perfecta, pues era también una preocupación genuina y gracias a ello Mirajane dejó de lado sus sospechas y trató a Lucy en forma comprensiva:

—Sé que lo extrañas mucho, Lucy—le dijo Mira—¡Pero ten fé! El año se pasará volando y Natsu volverá a nosotros pronto… él volverá a tí…—concluyó Mirajane en tono picarón.

Irónicamente, fue Mirajane la que consiguió ponerla nerviosa y sonrojada al insinuarle el tema romántico.

Eeh.. ¡Si!, gracias por las palabras—replicó Lucy en forma atropellada y visiblemente nerviosa.

Una última ingratitud le esperaba a Lucy antes que terminara el día. Poco antes de caer el ocaso, Max leyó en voz alta el más reciente artículo del periódico L'Humanité, de autoría de la rubia…

—Oye Lucy, ¿Qué le ves de bueno a ese Zash Caine?—le dijo Max con burla—¡No sabía que eras su partidaria!

—¿De qué hablas?—Lucy se mostró sorprendida—¿De dónde sacas eso?

—Pues por las cosas que escribes en este periódico… ¿Ves?

El fuerte comentario provocó murmullos y habladurías entre todos los presentes, que Lucy se apresuró a desmentir con un gesto fúrico.

—¡Dame eso!—Lucy le quitó el periódico con furia. La cara de Lucy se torció mientras leía y sus mejillas se pusieron coloradas de rabia…—¡Este no es mi artículo!

—Pero tu nombre está ahí…

—¡Lo cambiaron! ¡MUCHO!—exclamó la rubia—Este no es mi artículo original…

Irónicamente, a pesar de trabajar allí, la rubia no había tenido el detalle de leer las publicaciones, pues en realidad nunca fue lectora asidua de dicho diario, prefiriendo otros más prestigiosos en su lugar. Había confiado totalmente en el editor y olvidó que el periódico tenía una línea editorial claramente partidaria a Zash Caine. Así lo evidenció cuando vió con sus propios ojos que sus escritos, antes dotados de neutralidad ahora lucían como los de un militante.

—Ya me parecía raro—comentó Lisanna, que apareció junto a ella—tus anteriores escritos eran muy diferentes…

«… Entonces, ¿Empezaron a cambiarlo desde hoy?… »

—¿Por qué lo harían hasta ahora?... no importa, ¡Estoy furiosa!—renegó Lucy.

—¿Piensas renunciar?—cuestionó una preocupada Mirajane…

—... tengo que pensarlo…—replicó una molesta Lucy.

«… Aún después de todo, necesito el dinero… »

Tras cerrar el edificio, Lucy regresó a su casa con la conciencia intranquila. Para ella se sentía sumamente grave el que le pusieran palabras que ella no había dicho. Podría ser peligroso…

Al entrar a la casa, Lucy encontró todo en absoluto silencio y nadie respondió a su llamado. Encontró a Levy todavía envuelta en las cobijas. Inmediatamente pensó que ella no se había levantado todo el día, pero descartó esa hipótesis al encontrar la ducha todavía mojada y los trastos recién lavados…

La rubia concluyó que Levy se había acostado precisamente antes de que Lucy llegara para evadirse y no tener que dar explicaciones como había prometido que haría. Sin embargo, lejos de insistir, Lucy sólo bufó con decepción y entró a bañarse antes de dormir.

Levy permaneció inmóvil todo el tiempo que duró Lucy en la ducha y tras ponerse el pijama, la rubia también se acomodó a su lado con sus propias cobijas. Levy creyó entonces que se había salvado, pero Lucy le indicó lo contrario al empezar a hablarle:

—... No sé si estás dormida o solo finges estarlo, pero no creas que así me evitarás—anunció Lucy—Mañana no iré a trabajar y hablaremos como tú dijiste. Cumplí mi promesa de no decirle a nadie de tu condición, así que cuando amanezca me lo dirás todo… Es por tu bien, Levy-chan…

¡Glubs!—Levy tragó nerviosamente al enterarse que ya no podría escapar al interrogatorio.

Levy tenía la esperanza de hacer tiempo hasta que Gajeel regrese y no tener que dar explicaciones, pero el trabajo de última hora que tomó debía estar llevándolo más de lo esperado. A pesar de su impertinencia, Levy no se enojó con Lucy, pues hasta ella entendía que su condición no era para nada normal y que la que se decía su mejor amiga se preocupaba con justa razón…

Llegado a este punto, la jóven ya había olvidado su resentimiento original hacia su marido y ahora más bien le reprochaba el demorarse tanto en volver.

«… ¡Oh, maldita sea, Gajeel! ¿Por qué tardas tanto?… »

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Magnolia, Reino de Fiore, 18 de diciembre, año X792…

2 de la madrugada…

Lucy Heartfilia se despertó de un sobresalto.

¡¿Um?!... ¿Levy-chan?

Levy estaba tumbada de espaldas pero con las rodillas flexionadas. Parecía tiritar de frío por estar desprovista de cualquier cobija, pero pronto Lucy se dió cuenta que era otra cosa cuando se acercó a verla de cerca.

Escuchó cómo su respiración era muy acelerada y como ella tenía los brazos rígidos y extendidos en el piso, con los puños cerrados. Levy temblaba como una hoja y parecía estar haciendo un esfuerzo grande por aguantarse algo que la recorría desde sus entrañas…

Cuando Lucy se acercó a tocarle la frente, se alarmó un poco al ver que estaba completamente sudada y con alta temperatura.

—¡¿Levy-chan?! ¡Estás ardiendo en fiebre!

Todavía medio dormida, Lucy se apresuró a coger una lámpara de aceite para alumbrar a ambas. Levy mostró hostilidad:

¡No-no me toques!... ¡Por favor, Lu-chan, no me veas!... ¡Ah-ah… !

Lucy abrió los ojos rápidamente cuando de entre los labios de Levy salió un gemido, fuerte y claro. Levy reaccionó de inmediato cubriéndose la boca con una de sus manos mientras nuevos gemidos silenciosos comenzaron a salir de su boca. Tenía mucha vergüenza de que Lucy pudiera escuchar el obsceno sonido.

La cara de Levy mostraba un sonrojo fuerte y una expresión de vergüenza enorme, sólo cubierta por su mano en la boca.

Lucy se alejó de inmediato cuando de repente, sin ya poder aguantarse más, Levy empezó a sacudir su pelvis de arriba abajo mientras su espalda todavía tocaba el suelo.

—¡Gajeel… ¡TONTO!... ¡Ah-ah!... ¡¿Cómo se te ocurre pensar en estas cosas cuando estamos peleados?!...—entre jadeos y gemidos, Levy chilló algo incomprensible.

Lucy se asustó al ver a su amiga retorcerse como poseída, ya sin ningún control, y se sonrojó diez tonos al sentir que un olor agridulce empezaba a impregnar toda la habitación, reconociendo que era similar al que quedaba después de que ella hacía lo mismo a solas…

«… ¡Levy-chan! ¡¿por qué ahora?!… »

Lucy se quedó anonadada ante la patética imagen de Levy que tenía frente a ella: Podía ver sus ojos entrecerrados, escuchaba a la perfección los gemidos que escapaban de su boca, vió sus pies tensarse y enroscar los dedos, podía ver a la perfección los pezones sobresalientes de la camiseta que tenía puesta y observo como el vientre de Levy se contraía. Allí, justo allí, Lucy pudo ver lo que tanto Levy le había ocultado:

«… ¡Ahí está esa cosa de nuevo!… » pensó Lucy asustada.

Aquel extraño tatuaje que había visto por primera vez hacía meses y que días antes Levy no le había permitido ver por completo. Las formas cambiaban y se movían alrededor de su abdomen, y a medida de que Levy temblaba más, esas marcas negras ahora se regaban por todo su cuerpo, como telarañas.

En los últimos momentos, cuando las marcas llegaron a su brazo, Levy batallaba por no tocarse con sus manos, pero al segundo perdió todo control y su pelvis se sacudió con más fuerza que antes, intentando follar el aire como un pobre animal excitado. Ante el movimiento y con las emociones en la piel, alzó las rodillas aún más, su espalda se arqueó junto a su cabeza y con un gemido fuerte que salía con todo el aire de sus pulmones, el dulce suplicio de Levy llegó a su fin...

¡Kyaaaaaaaaa!

Tras el violento estallido de Levy, un silencio de muerte se impuso en la habitación, Lucy estaba tan confundida que no podía reaccionar de ninguna forma y Levy estaba agotada, quedando tirada en el suelo y teniendo sus espasmos finales mientras sentía sus bragas gotear al suelo, para su mayor humillación…

Pero una vez con la suficiente fuerza, Levy se movió rápidamente y ocultó su rostro con sus manos tratando de tapar su vergüenza. Casi en forma autómata, Lucy aprovechó para volver a taparla con la cobija y Levy escondió su cara en ella, para no moverse más.

«… ¡Siento tanta vergüenza que podría morir! ¡Y todo es por tu culpa, GAJEEL!… » Levy debía enfrentar su pena en silencio y sólo con sus pensamientos.

Lucy también fingió dormirse para no molestarla más por el resto de la noche. Sin embargo, ahora estaba determinada a hacer que su amiga le contara el secreto acerca de esa marca en su cuerpo por la mañana. Si bien hasta ahora se había mostrado respetuosa con sus secretos, en este caso estaba dispuesta a protegerla e intervenir, al ver claramente que ese "secreto" la estaba lastimando, o al menos así lo creía Lucy…

«… No sé qué diablos le hiciste a Levy-chan, Gajeel, ¡Pero ten por seguro que lo voy a averiguar!… » Pensó una determinada Lucy mientras se volvía a envolver en las cobijas.

Habiendo tomado esa resolución, Lucy se dejó dominar por el sueño y el resto de la noche transcurrió en paz…

CONTINUARÁ...

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NOTAS DEL CAP

Segundo cap de los tres que se publican hoy.

De a poco vamos desenmarañando los misterios acerca de Ophis y la luna morada a la vez que desarrollamos un poco más de la mitología de esta versión del canon.

Como habrán notado, tengo un especial gusto por escribir sobre la dupla Wendy-Irene, pues siento que se desperdició mucho en el manga original. No me malinterpreten, me alegró que Irene tuviera su final feliz reencarnando, pero aun así se sintió un poco anticlimático.

Me disculpo por no poner la advertencia de contenido adulto al principio del capítulo, quería que la sorpresa fuera grande. En el siguiente cap se revelará la verdad acerca de la relación de Gajeel y Levy.

¡Los espero en el siguiente cap!