Traducción: EL BARCO DE TESEO de GallaPlacidia

Traducido por Sora Tapia


Resumen: Cuando Harry tiene amnesia y olvida que él y Draco alguna vez estuvieron casados, se niega a recibir tratamiento para recordar.

ADVERTENCIAS: SLASH, Harry Potter Epilogue What Epilogue|EWE, Angst with Happy Ending, Angst, Established Relationship, Amnesia, Plenty of pining, a touch of infidelity but not between Harry and Draco, Hurt/Comfort, Draco and Ginny are best friend, Oneshot.

Relación Homosexual, El Epílogo de Harry Potter No Existe, Angustia con Final feliz, Angustia, Relación Establecida, Amnesia, Mucho anhelo, Un toque de infidelidad, pero no entre Harry y Draco, Dolor/Confort, Draco y Ginny son mejores amigos, Capítulo único.

IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia "SHIP OF THESEUS". Quien ha eliminado su cuenta en la plataforma AO3, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo.

Nota de GallaPlacidia en la versión original:

Inspirado en un EXCELENTE fic de Hupsoonheng llamado "Remember Me". No es necesario que lo hayas leído para entender esto, pero para ser sincera, deberías hacerte un favor y leerlo de todos modos.

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Notas de la Traductora:

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Si desean apoyar a Gallaplacidia pueden adquirir su libro debut "In Memoriam de Alice Winn" ya que elimino sus redes sociales desde hace tiempo.

En mi perfil de AO3 (Usuario: Sora_Tapia) podrán encontrar el enlace para descargar los fanfics de GallaPlacidia en su versión en inglés (descargados de AO3) en varios formatos, así como Podfics que GallaPlacidia hizo.

La Portada utilizada en esta historia es una edición hecha por mí, utilizando una variedad de imágenes de internet. Pueden ver la portada en mi Tumblr:

soratapia/726683831054303232/ship-of-theseus-de-gallaplacidia?source=share (solo agreguen lo anterior en su buscador).

DISCLAIMER: El universo mágico de Harry Potter pertenece a J.K. Rowling, sin ánimo de lucro.

LA UTILIZACIÓN DE CUALQUIER IMAGEN ES SIN FINES DE LUCRO.

Toda la historia publicada no me pertenece solamente hice la traducción y la correspondiente edición.


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CAPÍTULO ÚNICO

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Había sido, por muy improbable, que Ginny Weasley fuera quien los había unido. En la boda, se hicieron muchas bromas sobre esto, sobre el hecho de que Ginny se había acostado con los dos y, sin embargo, era una de las damas de honor de Draco.

—… y como alguien que ha visto lo mejor y lo peor… —le guiño un ojo a Harry, y juntó el índice y el pulgar para señalar su pequeño pene (esto, pensó Draco, no ayudaba a Harry) —… de ambos, puedo decir oficialmente: Draco, Harry, se merecen el uno al otro. ¡A la feliz pareja!

Fue en ese momento, justo ese momento, cuando todos sus amigos y los amigos de Harry levantaron sus copas y brindaron por ellos, que Draco sintió la felicidad por primera vez. Felicidad plena y verdadera. Había analizado su vida y estaba satisfecho.

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El ataúd estaba vacío cuando lo bajaron al suelo. El cuerpo de Harry seguía desaparecido. Draco recordó la forma en que Harry le había sonreído por encima de su copa de champán y sintió, extrañamente, como si estuviera leyendo un libro muy triste, en lugar de vivir su propia vida tan triste.

—Puedes llorar —le dijo Ginny más tarde— Sé que los Slytherin no lloran, pero tú puedes, cerca de nosotros.

Miró a su alrededor a los Weasley reunidos. El rostro de Ron estaba hinchado por las lágrimas. Los ojos de Hermione brillaban hermosamente con gotitas de diamantes (Pansy luego se quejaría de que, "Por supuesto, Granger era muy llorona").

Él no está muerto —dijo Draco. En silencio. Porque sabía que molestaba a la gente cuando lo decía.

Harry había desaparecido hace exactamente un año. Simplemente nunca había regresado de la práctica de quidditch. Habían pasado por un millón de etapas antes de esta, la etapa del funeral.

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Etapa Uno: Está bebiendo

Brillante, pensó Draco, terminando su comida casera y limpiando los platos. Es bueno para Harry ver a sus amigos.

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Etapa Dos: Está durmiendo en la casa de Ginny

A veces esto sucedía. Por lo general, Harry avisaba, pero, de nuevo, Harry era alguien espontáneo, y esa era al menos una tercera parte de la razón por la que Draco lo amaba. Draco se preparó un baño, leyó un libro y se fue a la cama.

Pero a la mañana siguiente, Harry aún no había regresado y, como confirmaron las cada vez más frenéticas llamadas por flu de Draco, tampoco se había quedado a dormir en casa de un amigo.

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Etapa Tres: Está en una extraña fase de ermitaño con TEPT(1)

No había sucedido en años. Hace siglos y siglos, no desde que había estado con Draco. Pero la única razón por la que Draco había podido salir con Ginny en primer lugar había sido porque Harry estaba fuera de escena, viviendo en una desolada llanura de Mongolia.

—¿Ha estado bebiendo últimamente? —preguntó Hermione, a la hora del almuerzo el primer día que Harry no había vuelto a casa.

—Tres veces a la semana, dos cervezas cada vez —dijo Draco, porque esa era la cantidad acordada para los dos, para que no… se tambalearan, así lo llamaban. "En una espiral hacia el alcoholismo", podría haber sido más exacto. Pero funcionaba para ellos.

—¿Pesadillas? —preguntó Ron.

—Él no ha tenido ninguna en años —dijo Draco, sintiéndose extrañamente a la defensiva. "Somos felices", quería decir, "Yo lo hago feliz".

—Siempre solía enviarnos una lechuza una vez que encontraba un lugar para esconderse —dijo Hermione— A él no le gusta que nos preocupemos.

—Draco —dijo Ron, tomando su mano sobre la mesa— No te estreses, ¿De acuerdo? Él solo hace esto, a veces.

"Pero conmigo no", quería decir Draco. Se sentía como si le hubiera fallado a Harry. Era un sentimiento familiar. Draco siempre se había esforzado por ser lo suficientemente bueno para Harry. Nunca lo había logrado.

¿Harry había ocultado sus pesadillas a Draco? ¿Se hundió en una depresión sin que Draco se diera cuenta? Draco sabía lo egoísta que podía ser, pero había estado trabajando en ello. Pensó que había mejorado. ¿Pero era la misma persona egoísta que siempre había sido?

Tal vez Harry no se había ido por la depresión de la posguerra. Tal vez se había ido por Draco.

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Etapa Cuatro: Se está alejando de Draco

Cuando habían pasado cuatro días sin ninguna lechuza, Draco fue al apartamento de Ginny en un estado de pánico casi sin aliento.

—Es por mi culpa —dijo— ¡Está tratando de alejarse de !

—No seas tan egoísta —dijo Ginny— Probablemente ha sido secuestrado.

—¡Secuestrado! —gritó Draco, agarrándose la garganta, que se sentía como si estuviera siendo apretada.

Ron y Hermione, con rostros sombríos, estuvieron de acuerdo.

—Uno pensaría que habría una nota de rescate —dijo Hermione.

—Draco —dijo Ron— Respira. Lo encontraremos.

—Si tan solo… —dijo Draco— Probablemente solo quería, si tan solo hubiera…

—Draco cree que Harry estaba tratando de alejarse de él —tradujo Ginny.

Ron puso los ojos en blanco.

—Si, eso es probable —dijo— Porque ambos son muy independientes y no extrañamente obsesionados el uno con el otro.

—Ta vez esté con su amante —dijo Draco. Estaba rompiendo una servilleta de papel en pedazos pequeños. Hermione, bendita sea, siguió entregándole una servilleta de papel nueva cada cuarenta y cinco segundos, cuando terminaba de triturar la que tenía.

—¿Tenía una amante? —preguntó Ginny.

—Probablemente —dijo Draco— O un gigoló. Una mujer a quien mantenía. Un chico con quien salía. La secretaria. Un fan. Un admirador. Todo lo anterior.

—Él nunca te engañaría —dijo Hermione, entregándole una servilleta de papel limpia. Draco se preguntó si estaba mintiendo o simplemente era estúpida. Siempre supo que Harry lo engañaría, eventualmente. Cuando se aburriera, o lo que sea. Se dio cuenta de su error. Draco pensó que habría habido más advertencias. Harry parecía feliz.

—Él no tiene una secretaria —agregó Ginny.

—¿Qué pasa si se ha estado acostando con un fan psicópata, como esa que le enviaba su ropa interior por correo, y ella se volvió loca y lo desolló para poder usar su piel como una capa?

Ron y Hermione lo miraron fijamente. A menudo hacían eso. Ginny, sin embargo, solo lo golpeó en la cabeza con un periódico enrollado.

—No digas mierdas como esa —dijo— Te hace parecer un asesino en serie, y acabamos de convencer a todos de que no eres uno de esos.

—¿Tienes alguna razón para creer que te ha estado engañando? —preguntó Hermione, con duda arrastrándose en su voz.

—Yo —dijo Draco. Porque no había, en realidad no. Sus temores sobre la fidelidad de Harry habían permanecido bajo la superficie desde hace un tiempo. Había sido como la muerte: algo que sabía que se avecinaba, pero de lo que no tenía que preocuparse todavía. A Harry le encantaba tener sexo con Draco. Habían pasado cuatro años, y todavía lo amaba.

—No creo que un fan pudiera haberlo secuestrado —dijo Ginny— No es fácil de capturar.

—¿Crees que es algún mago oscuro? —preguntó Ron.

—¿Tú no? —preguntó Ginny.

Draco pudo ver a Ron transformándose en el Auror Weasley. Siempre era alarmante presenciarlo. Su rostro se endureció y sacó una pluma y pergamino.

—¿Cuándo fue la última vez que lo viste? —le preguntó a Draco.

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Etapa Cinco: Draco Malfoy lo asesinó

Ron hizo todo lo que pudo para evitar que pasara esta etapa, pero era inevitable. Después de todo, los maridos eran generalmente los responsables de los asesinatos. Cuando esos maridos también solían ser miembros entusiastas de un grupo de odio activo, era comprensible que la mayoría de la gente asumiera que eran responsables de las misteriosas desapariciones en sus hogares. También conocido como el titular del Diario El Profeta:

"¡El mortífago 'reformado' Draco Malfoy bajo investigación por el asesinato del Salvador del Mundo Mágico!"

—No es pegadizo —dijo Pansy, arrojando el periódico sobre la mesa de café de Ginny— Qué tal… ¿"Malfoy Asesina a su Pareja"? o ¿"Draco, el mortífago, destruye a su Amado"?

—Esos tampoco son geniales —dijo Ginny— ¿Ron, Draco?

—Sí —dijo Draco, porque Harry no estaba presente para recordarle que esta era la quinta noche de la semana que tomaba un trago, y no siempre habían sido cervezas.

—Es escandaloso —dijo Hermione— No estás bajo investigación.

—Tal vez debería estarlo —dijo Draco, sin comprender— Tal vez lo maté mientras dormía.

—Asesinato Sonámbulo. Eso es algo —dijo Pansy. Draco la señalo sin girar la cabeza.

—Si —dijo— Como eso.

—Leí sobre una mujer, en Canadá o en algún lugar, que entró dormida a la habitación de su hija y le cortó la cabeza con un cuchillo de mantequilla —dijo Pansy.

—Joder —dijo Draco— ¿Qué pasa si le corte la cabeza con un cuchillo de mantequilla?

—Pansy —dijo Ginny— No estás ayudando.

—Nadie que sepa algo sobre el caso piensa que eres culpable, Draco —dijo Hermione, lo cual no era del todo cierto, en realidad. Draco sabía que bastantes miembros del Departamento de Aurores pensaban que Draco era un sospechoso potencial y no los culpaba. No tenía una coartada, después de todo, y era un mortífago. Pero Ron tenía suficiente influencia y había dicho que no había ninguna prueba, ni siquiera un motivo. Draco era bastante rico. Y todos podían atestiguar el hecho de que estaba perdidamente enamorado de Harry.

Entonces, aunque los rumores persistieron, el Departamento de Aurores pasó a la Etapa Seis.

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Etapa Seis: Ha sido secuestrado por un mago oscuro

Draco se había tomado una licencia de San Mungo. Respondió cinco millones de preguntas bajo Veritaserum. Ayudó a Ron a escribir las declaraciones. Fue con Hermione a la biblioteca del Ministerio para leer sobre Oscura Magia Negra.

Pasó un mes. Se vio obligado a regresar a San Mungo o perder su trabajo. Preocupado de volverse loco si no tenía nada que hacer en todo el día, regresó al hospital.

Dormía en su lado de la cama. No dejaba su cabello en la pared de la ducha, porque Harry odiaba eso. No compraba cilantro incluso cuando la receta lo requería, porque Harry dijo que sabía a jabón, y Harry podría llegar a casa en cualquier momento y querer un curry.

El humor de Ginny se volvió más desagradable. Pansy se hizo más suave. Hermione dejó de humectar sus manos y la piel de sus nudillos se volvió cenicienta. Ron trabajaba hasta tarde todas las noches e iba a la oficina los fines de semana. La señora Weasley continuaba llorando sobre el hombro de Draco durante el almuerzo de los domingos. Luna le dio un extraño artilugio de plumas «"Para ayudarlo a comunicarse con la gente más allá del velo"». Greg dejó pastelitos mal horneados en la puerta de su casa. Blaise, no muy sutilmente, insinuó que estaría feliz de dejar que Draco lo follara si se sentía demasiado solo.

Estas muestras de apoyo hicieron que Draco se sintiera cada vez más culpable. Sabía que, si Harry se hubiera casado con otra persona, alguien más apropiado, menos arruinado, eso no habría sucedido. Esta era una consecuencia por desviarse del guion. Draco lo sabía.

Pasaron los meses y Bill Weasley dejó de preguntarle a Draco si tenía alguna noticia cada vez que lo veía. En lugar de eso, le sonreía a Draco con esa mirada horrible y lamentable, y le decía:

—¿Cómo te va?

La séptima etapa les llegó lenta y desigualmente a todos. Llego a Ron y Hermione al final. No se le ocurrió a Draco en absoluto.

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Etapa Siete: Está muerto

—Molly quiere tener un funeral —dijo Hermione.

—Pero no está muerto —dijo Draco.

—Draco…

—No es un funeral, si no hay cuerpo. Es un servicio conmemorativo —dijo Pansy. Estaban en la cocina de Draco. Su hermosa y luminosa cocina. Harry se había enamorado de esta casa en el momento en que la vio. Era una casa de campo Tudor(2) de piedra en los Cotswolds(3), con una estufa Aga(4), un campo lleno de ovejas, unas escaleras viejas y desvencijadas como un pasadizo secreto.

—Sí, gracias, Pansy —dijo Hermione, entre dientes. Aunque Pansy insistió más que los otros amigos de Draco en infiltrarse entre los Gryffindors, no había tenido un éxito total. Ginny se había acostado con ella una vez, pero claro, esa era Ginny.

—Pero no está muerto —dijo Draco de nuevo.

—Ha pasado casi un año —dijo Hermione— En la ley de los magos, es cuando puede ser declarado legalmente muerto.

—Pero no quiero declararlo legalmente muerto —explicó Draco, porque Hermione claramente había malinterpretado la posición de Draco a este asunto— Quiero que esté vivo.

—Habríamos oído hablar de él, Draco —dijo Hermione— Era un mago brillante. Habría enviado algún tipo de mensaje.

Los ojos de Draco picaron por su uso del tiempo pasado.

—Lo sabría, si estuviera muerto —dijo Draco— Sentiría un escalofrío recorrerme y un grito en mi alma, o lo que sea. Como en las novelas. Lo sabría.

Hermione suspiró.

—¿Qué tipo de flores quieres para el servicio? —preguntó ella, que era una pregunta ridícula, porque obviamente eran lirios. Draco había cultivado un jardín lleno de lirios para Harry cuando compraron la casa. Mantenía alejados a los gatos callejeros, pero toda la cara de Harry se suavizaba cuando miraba por la ventana del dormitorio y los veía.

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Así que Harry había sido declarado muerto. Todo su dinero fue para Draco (El Profeta tuvo un día de campo con eso). San Mungo le dio a Draco una licencia por duelo.

—No lo necesito —le dijo al Supervisor Administrativo del Hospital.

—Solo tómalo, Draco —dijo el Supervisor Administrativo.

—Pero no está muerto —dijo Draco. Parecía estar diciendo eso mucho, en estos días, a cualquiera que quisiera escuchar.

—Ve al zoológico o algo así. Despeja tu cabeza —dijo el Supervisor Administrativo.

—El zoológico —dijo Draco.

—Pasa tiempo con la familia.

—Familia —dijo Draco, y se rio. No tenía familia. Harry era su familia.

En realidad, sus padres habían salido de la nada, cuando Harry desapareció por primera vez. Lucius le escribió una carta desde la prisión que habría sido conmovedora si no hubiera estado mezclada con un "Te lo dije" encubierto. Narcissa vino a tomar el té e hizo varios comentarios sobre cómo La Sangra Habla. Él le pidió que no fuera al funeral. Servicio memorial. Lo que sea. Harry no estaba muerto.

Dicho esto, los guisos que la gente seguía trayendo eran agradables. Pansy se quedó a dormir toda una semana después del Servicio Conmemorativo. Se emborracharon tanto que luego Pansy dijo que habían tenido sexo, pero Draco estaba 90% seguro de que no. Habría sido infidelidad, porque todavía estaba casado, aunque nadie más pensara que lo estaba.

La semana en la que Pansy se quedó en su casa pasó en una neblina de vino tinto y llanto.

—Lloras mucho —recordó que dijo Pansy.

—No, no lo hago —recordó haber respondido, entre sollozos.

El lunes, se despertaron con horribles resacas, como todas las mañanas de esa semana, pero en lugar de tomar mimosas, Draco les hizo un desayunó inglés completo.

—¿Estás seguro de que estás listo para volver a San Mungo? —preguntó Pansy.

—Estoy bien —dijo Draco, y lo estaba. Harry había ido a un partido fuera de casa, eso era todo (Los Cannons habían reemplazado a Harry tan rápido que Draco todavía se enfurecía al pensar en ello). Harry estaba fuera, toda estaba bien, y Draco se concentró en su trabajo.

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Había un joven estúpidamente guapo sentado junto a Hermione en el almuerzo dominical de los Weasley.

—¡Hey, Draco! —gritó Hermione— ¡Ven a conocer a Clarence!

Draco dibujo una sonrisa en su rostro y extendió una mano. Clarence era mucho más alto y más ancho de lo que había sido Harry, con una especie de rostro bronceado francés.

—Draco —dijo Clarence —He oído hablar mucho de ti.

Draco reconoció que esa era una frase muy común, pero en su caso deseaba que la gente no lo dijera.

—Si, bueno —dijo Draco, y Clarence pareció darse cuenta de su error.

—De Hermione —dijo apresuradamente— En el trabajo. Trabajo… cosas buenas. He oído cosas buenas de ti.

Draco cedió y le sonrió.

—Me alegra saber que Hermione no está librando una guerra contra mi reputación —dijo— No creo que tenga muchas posibilidades.

En unos cinco minutos quedó claro que se trataba de una trampa. Hermione seguía haciendo preguntas tendenciosas, como:

—Clarence siempre ha querido tener hijos, ¿No es así, Clarence? Pero su último novio no estaba interesado.

Y:

—Clarence me decía lo difícil que es conocer gente en Londres. ¿No es así Clarence?

—Hermione, ¿Una palabra? —preguntó Draco. Clarence, para su crédito, parecía tan avergonzado e incómodo como Draco.

Hermione siguió a Draco al pasillo.

—Está bien —dijo ella— No debí haberte dicho eso.

—¡Estoy casado!

Hermione se veía tan triste que hizo que Draco quisiera arrastrarse de regreso a su estúpida cabaña y nunca volver a salir.

—Draco…

—No. No más encuentros arreglados. Clarence es encantador…

—Lo es, ¿Verdad? —preguntó Hermione.

—Está realmente en forma —dijo Draco— Quiero decir, casi demasiado en forma. Casi irreal.

—Deberías verlo sin su camisa —dijo Hermione.

—¿Está marcado? —preguntó Draco, momentáneamente distraído.

—Como un Dios griego —dijo Hermione. Draco hizo una pausa. Bien, podía imaginar cómo se veía Clarence debajo de su ropa. Él y Hermione suspiraron el uno al otro.

—Escucha, Granger. Dios griego o no, no cambia mi estado civil.

—Pero…

—No. Harry va a volver. Lo sé.

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En sus momentos más oscuros, Draco podía admitir que esta certeza era solo una forma de negación.

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Sin embargo, después de todo, su negación resultó ser cierta. Harry se había ido por un año y medio cuando un subalterno en pánico irrumpió en la sala de operaciones. Draco estaba en el proceso de quitar una tetera a la que le habían crecido brazos y se envolvía firmemente de la cabeza de un niño pequeño.

—¡Sanador Malfoy! ¡Es Harry Potter! ¡Lo han encontrado, señor! ¡Él está aquí!

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Harry. Con barba desaliñada, desnutrido, durmiendo irregularmente, Harry. Draco ni siquiera podía pensar. Siguió tratando de regresar con su paciente de la tetera, y los sanadores le decían que todo estaba bien, que alguien más se había hecho cargo, que podía relajarse.

Se sentó al lado de Harry y le tocó la mano. Harry tenía unas manos tan largas y gráciles. Draco pensó que las recordaba, pero se había equivocado, no recordaba nada, todo era nuevo. El anillo de oro brilló en el dedo de Harry, haciéndolo lucir aún más fuerte y elegante. Manos poderosas. Fueron una de las primeras cosas que Draco notó, en la fiesta cuando él y Harry se vieron de nuevo…

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Ginny había roto el corazón de Draco, obviamente, porque ella era Ginny y no podía evitarlo. Y Harry había estado en esa primera fiesta después de la ruptura, había regresado de Cerdeña o dondequiera que se hubiera escondido, y rondaba incómodo junto a las bebidas. Draco en realidad no lo había notado. Su mirada se había fijado en Ginny, y su brillante, brillante cabello.

—Escuche que rompieron —dijo Harry. Draco se sobresaltó.

—¡Oh! Harry. Te mueves como un gato.

—¿Desde cuándo me llamas Harry?

Draco sintió que su rostro se sonrojaba.

—Todo el mundo te llama Harry. Lo aprendí de los Weasley, junto con alrededor de un millón de suéteres tejidos a mano.

—Me voy de la ciudad por un año y te conviertes en un Weasley honorario —dijo Harry.

Draco pateó infelizmente la alfombra.

—Honorario es la palabra —dijo con amargura.

—Oh, déjalo —dijo Harry— ¿Estás diciendo que habrías tomado su apellido?

—Obviamente —dijo Draco— Como si Ginny hubiera tomado el m… —y luego fue detenido por una ola de miseria, y cerró la boca. Al otro lado de la habitación, Ginny se reía de algo que dijo Justin Finch-Fletchley y Draco quiso vomitar.

—Vamos —dijo Harry, y le tendió la mano. Su mano larga, fuerte y capaz. Draco la tomó y Harry lo llevó a la calle. Se sentaron en el escalón.

—¿Estás bien? —preguntó Harry.

Draco, él de dieciocho años, habría preguntado: "¿Por qué te importa?". Pero en los últimos años le habían enseñado que algunas personas realmente eran amables, sin otra razón que la de que el mundo era bueno.

—Sí —dijo. Miró a Harry, que lo observaba con preocupación— No voy a llorar, así que no te emociones.

Harry levantó las cejas.

—¿Emocionarme…?

—Sé cómo te gusta satisfacer tu sed de sangre.

Harry parecía como si no pudiera decidir cómo quería reaccionar ante esta declaración. Finalmente, dijo.

—Idiota.

Draco se rio.

—Si —dijo— ¿Conoces sobre el Barco de Teseo?

—¿No?

—Supongamos que el barco de Teseo se guarda en un museo y, a medida que se pudre, partes de él se reemplazan con madera nueva. Y después de un siglo, todo es reemplazado, pieza por pieza. ¿Sigue siendo el Barco de Teseo?

Harry arrugó la nariz.

—¿Sí?

Draco se encogió de hombros.

—Soy el Barco de Teseo —dijo— Pero no todo de mi ha sido reemplazado todavía. Por lo tanto, si sigo siendo un idiota. Estoy trabajando en ello.

—Oh —dijo Harry, y se rio. Era una especie de risa sorprendida. Draco sonrió a sus rodillas.

Así que él dijo.

—¿Cómo estuvo Uzbekistán?

—Estuve en Connemara(5). En Irlanda —dijo Harry.

—Cierto, cierto.

—Estuvo bien —dijo Harry, apoyándose contra la puerta y dejando que su garganta se estirara mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás— Fue realmente bueno —dijo, más tranquilo. Miró a Draco, moviendo solo sus ojos— El Barco de Teseo. Me gusta eso. Creo que reemplacé bastantes piezas en Irlanda.

Era surrealista, estar sentado en un escalón con Harry Potter, hablando sobre experimentos mentales de la antigua Grecia, pero mucho sobre los últimos años que había sido surrealista que Draco ni siquiera se molestó en combatirlo.

—¿Qué piezas? —preguntó.

—Ya no estoy enojado —dijo Harry— Estaba realmente enojado, después de la guerra.

—¿Sigue siendo Harry Potter, si no estás enojado? —reflexionó Draco.

—¿Sigue siendo Draco Malfoy, si no es intolerante?

Draco hizo una mueca.

—Sí, está bien —dijo— No estaba tratando de ser un imbécil.

—Lo siento —dijo Harry, con seriedad— Yo tampoco estaba tratando de serlo. Disculpa.

Se miraron el uno al otro por un momento.

—Esto es raro —dijo Draco, al mismo tiempo que Harry decía— Soy gay.

Draco se rio.

—Lo sabía —dijo.

—¿Qué?

—Bien. Especulé —dijo Draco— Soy bisexual. Me gustabas en la escuela.

Harry se puso rojo brillante.

—Oh —dijo.

—Relájate —dijo Draco— Ya no es así.

Harry se llevó el pulgar a la boca y masticó un trozo suelto de piel.

—Eso es un alivio —dijo, pero estaba mirando a Draco de arriba abajo. Draco frunció el ceño.

—No hablas en serio —dijo.

—¿Qué?

—Vuelves a casa desde los Alpes…

Connemara —dijo Harry— Irlanda.

—¿Y lo primero que quieres hacer es tener sexo conmigo?

Harry se encogió de hombros y miró furtivamente hacia otro lado.

—He hecho otras cosas —dijo Harry— Vi a Teddy el domingo.

Draco se animó.

—¿Soy solo yo, o él es el niño más hermoso que jamás haya adornado la tierra?

—Es muy lindo —dijo Harry.

—Es porque él está relacionado conmigo, ya sabes. Ese es el linaje Black. Somos un grupo bien parecido.

—Lo eres —dijo Harry, mirando con una expresión claramente depredadora en sus ojos.

Draco lo miró y luego se echó a reír.

—Bien. A la mierda —dijo— ¿Tú lugar o el mío?

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Draco sostuvo la mano de Harry en la cama del Hospital, recordando todas las veces que la había sostenido. Nunca había dado por sentado a Harry, lo sabía. Fue poco consuelo. Cada vez que había tocado a Harry, se había sentido milagroso. Esta vez no fue diferente.

Harry se movió. Sus parpados se movieron. Su mano se liberó del agarre de Draco. Se sentó, abrió los ojos y miró a Draco.

¿Malfoy? ¿Qué diablos estás haciendo aquí?

¡Oh, y qué voluble era la memoria! Porque Draco pensó que recordaba la forma en que Harry solía mirarlo, cuando eran Potter y Malfoy, estaba seguro de que no había olvidado el odio, pero lo había hecho. Lo había olvidado todo, y solo ahora lo recordaba, ahora que reconocía ese mismo odio que creía que habían quemado hace mucho tiempo.

—Harry —dijo Draco, impotente.

—¿Desde cuándo me llamas Harry? ¿Dónde están Ron y Hermione? ¿Qué me hiciste?

Una de las cosas que hacía tan atractivo a Harry era lo expresivos que eran sus ojos. Tener un rasgo tan adorable en contra de Draco para mostrar el odio de Harry era…

—No he hecho… ya vienen —dijo Draco— Han sido informados —se sintió mareado. ¿Había comido ese día? Tal vez no. Tenía la costumbre de posponer las comidas más y más tiempo, hasta que estaba demasiado cansado para comer y simplemente se iba a la cama.

—Todavía no has respondido a mi pregunta —dijo Harry, y de repente su varita estaba en su mano. Apuntando hacia Draco; esa misma varita que una vez había abierto el corazón de Draco y ahora lo estaba haciendo de nuevo, sin nada de sangre esta vez. ¿Cómo este hombre lo había amado?

Y esa era la pregunta aterradora, porque por supuesto solo había una respuesta: No lo había hecho.

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Un año después de que durmieron juntos por primera vez, Harry le entregó a Draco una postal. En el frente había un dibujo del Barco de Teseo.

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«D—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—H»

Querido Draco:

¿Es el barco restaurado el mismo que el Barco de Teseo?

¿Harry y Draco, que se odiaban, son las mismas personas que Harry y Draco, que se aman?

Feliz primer aniversario.

Tuyo,

Harry.

«H—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—D»

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Draco estaba desconcertado por esta postal por varias razones, la principal de las cuales era el hecho de que no se había dado cuenta de que él y Harry estaban saliendo. Draco no se había acostado con nadie más, pero había asumido que Harry estaba acostándose con otras personas. Había sido fuente de ansiedad y tristeza considerables, y aparentemente bien ocultas.

Y luego, por supuesto, estaba la palabra que saltaba de la postal.

—Espera —dijo Draco. Harry estaba chupando té helado con una pajita— ¿La primera vez que me dices que me amas, también decides que te amo?

—Bueno, lo haces ¿No? —preguntó Harry, con una confianza tan deslumbrante que Draco se preguntó si tal vez había estado enamorado de Harry desde que tenía once años, sin darse cuenta del todo.

—Sí, lo hago, pero…

—Genial —dijo Harry, mordiéndose el labio y sonriendo con todo su rostro. Así sonreía, con cada músculo. Draco se sintió ligeramente aturdido.

—¿Realmente estás contando nuestro aniversario desde nuestra primera noche borrachos? —preguntó, para no decir todas las otras cosas, cosas como "Espera, espera, me perdí de algo, ha habido un error, ¿Sabes lo que significa el amor para mí?".

—No estaba borracho —dijo Harry.

—Yo tampoco —admitió Draco.

—¿Cuándo dirías que empezamos a salir? —preguntó Harry.

"Literalmente justo ahora"; pensó Draco, pero sospechaba que eso lo haría sonar tonto, así que solo sacudió un hombro y trató de parecer desinteresado.

—Oh, no lo sé —dijo— Hagámoslo a tú manera. Feliz primer aniversario; No tengo nada que darte.

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Recordó esa postal ahora, mientras Harry lo miraba en una cama de Hospital. "¿Harry y Draco, que se odiaban, son las mismas personas que Harry y Draco, que se aman?".

¿Draco lo había soñado?

—Harry, estamos… estamos casados, Harry —dijo Draco, extendiendo su mano para mostrar su propio anillo de bodas.

El hechizo punzante de Harry estaba bien dirigido y era poderoso. Draco se estremeció en su silla, el miedo inundando su cerebro.

—Fuera —dijo Harry, y Draco obedeció sin pensarlo dos veces.

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Harry se había emborrachado una vez y llorado por el Sectumsempra.

—Cada vez que veo las cicatrices recuerdo que pude haberte matado —había llorado.

—No lo hiciste —le había dicho Draco— No importa. Te perdoné hace tanto tiempo. Está olvidado. Lo he olvidado.

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Cuantas mentiras había dicho Draco. Estando en el corredor afuera de la habitación de Harry, Draco puso su cabeza entre sus rodillas y obligó a su corazón a calmarse. Harry no iba a matarlo. Se había sentido como si Harry fuera a matarlo.

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«—H&D—»

—Amnesia —repitió Hermione. Debido a que era Harry, a sus visitantes se les había dado una sala de espera privada. Hermione y Ron se habían recuperado de su sorpresa mucho más rápido que Draco. Estaban acostumbrados a las cosas increíblemente horribles que le sucedían a Harry.

—Sí —dijo el sanador Bussell— Parece haberse estancado en su último recuerdo importante, que parece haber sido el final de la guerra.

—Su último recuerdo importante —dijo Draco.

No había curado las quemaduras en su mejilla. Hermione seguía ofreciéndose, y Draco seguía diciendo, "Mas tarde". Ardía. Ardía. Era fácil pensar en lo mucho que dolía.

—Esa fue una mala elección de palabras —dijo el sanador Bussell— Quise decir el último… el recuerdo más vivido.

—¿Cuánto tiempo ha estado atrapado así? —preguntó Draco.

—Parece que más de un año —dijo el sanador Bussell— Parece como si hubiera sido rehén durante algunas semanas, y luego, en el proceso de intentar liberarse, desencadenó algún tipo de hechizo.

—Atrapado en las secuelas de la guerra durante un año —dijo Draco— ¿Y completamente solo en ese sótano?

Harry había sido encontrado en una inspección rutinaria de los Aurores en un edificio abandonado cerca de Birmingham.

—Él ha pasado por una verdadera prueba, sí —dijo el sanador Bussell.

—Pero, ¿Recuperará sus recuerdos? —preguntó Hermione.

—Esas son las buenas noticias —dijo el sanador Bussell— No podemos hacer mucho sobre las experiencias que tuvo mientras estaba solo, pero deberíamos poder injertar sus recuerdos de él a través de tecnología avanzada de Pensadero. No es perfecto, pero debería ayudarlo a seguir adelante. Y sus recuerdos pueden volver con el tiempo.

—¿Podemos hablar con él ahora? —preguntó Hermione.

—Sí, por supuesto —dijo el sanador Bussell.

—No creo que sea una buena idea para mi… —dijo Draco.

—No seas estúpido —dijo Ron— Le explicaremos. Vamos, debes estar deseando estar con él.

Draco tocó la quemadura en su mejilla.

—No, de verdad —dijo— Y él debería quedarse con ustedes, cuando salga.

Ron parecía desconcertado.

—¿Estás loco? Eres su esposo. Has estado languideciendo por él todo este tiempo.

—Creo que Draco puede tener razón —dijo Hermione— Draco, por favor déjame curar esa quemadura.

—Mas tarde —dijo Draco— Solo, eh, solo me voy a ir a casa. A la cabaña. Díganle. Y cuando quiera hablar, estaré allí. No hay prisa.

—No puedes irte a casa solo —dijo Ron— Hermione. Vamos. Parece que está a punto de quitarse la vida.

—Estoy cansado —dijo Draco.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Dios, estaba tan cansado. Los días siguientes pasaron con una fatiga creciente que parecía presionarlo desde arriba.

Hermione envió una lechuza para avisarle cuando inicio a darle recuerdos para el Pensadero. Después Ron, después Ginny, después todos los Weasley, uno por uno, después Luna, después Neville… y así seguía y Harry seguía sin contactarlo.

Draco los evitó a todos porque sabía que si los veía no podría dejar de preguntar por Harry.

—Me preocuparía si fueras feo, pero no lo eres —le dijo Pansy. Miró sin ver una taza de té— Harry estaría encantado de poder follarte.

—Y si no lo está, te follaré —dijo Blaise.

—¿Magdalena? —ofreció Greg.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Draco estaba en el jardín cuando finalmente llegó Harry. Harry estaba vestido con ropa desconocida; parecían como si acabara de comprarlos. Pero no era el tipo de ropa que le gustaba comprar o, más exactamente, que Draco le había enseñado que le gustaba comprar: eran insípidas y que no le sentaban bien. El tipo de ropa que Dudley solía dejarle.

—Hola —dijo Harry.

—Hey.

Harry se frotó la nuca. No estaba usando su anillo de bodas.

—Así que. Estamos casados —dijo.

—No fue idea mía —dijo Draco. Harry no se rio. No miraba a Draco a los ojos.

—Bueno, Ron dijo que tenía que ir a verte en persona, así que. Solo estoy aquí para darte esto.

Sacó una tosca pila de papeles y se los entregó a Draco. Papeles de divorcio. Draco los miró fijamente.

—Todavía no has visto mis recuerdos —dijo. Los había enviado a San Mungo para que Harry no tuviera que hablar con él para verlo, pero era obvio que Harry no los había visto. Si lo hubiera hecho, habría sido más amable. Draco estaba seguro de eso.

—Sí, he… escucha, no lo tomes como algo personal, solo creo que es mejor si no lo hago.

Draco levantó la vista lentamente de los papeles del divorcio.

—Es… ¿Es mejor si no lo haces?

—Sí. Entiendes —dijo Harry, todavía sin mirarlo— Quiero decir… somos nosotros. ¿Casados? Creo que hemos tenido un escape afortunado, para ser honesto.

Varios comienzos de oraciones se le presentaron a Draco, pero todos eran tan inadecuados, tan poco elocuentes, que no se atrevió a decir nada en absoluto.

—¿Malfoy?

—He cambiado —dijo Draco. Las lágrimas se acumulaban en un dique doloroso detrás de sus ojos— Soy… El Barco de Teseo.

—¿Él qué?

—Es… lo sabrías, si miraras mis recuerdos —Draco trató de quemar sus ojos en los de Harry, para que Harry lo mirara. No funcionó. Harry hizo un sonido de impaciencia.

—Escucha, Malfoy, he tenido unos años bastante malos y, francamente, no puedo imaginar ninguna situación en la que no me arrepienta de haberme casado contigo.

"Anímate", se dijo Draco. Sabía que esto ocurriría, desde el principio. "Todo lo bueno acaba".

Solo que había pensado, cuando ese subordinado le había dicho que habían encontrado a Harry, que tendría un poco más de tiempo.

Draco bajó los ojos para mirar los papeles del divorció. El movimiento arrojó una lágrima, que salpicó la "v" de Divorcio, desdibujándola.

—Sí —dijo Draco— Si. No. Siempre supe que te arrepentirías.

—¿Pero te casaste conmigo de todos modos? Eso está jodido —dijo Harry. Y otra nota en la sinfonía de dolor era que Draco conocía a Harry. Sabía que Harry solo estaba enojado y beligerante cuando sentía que algo que amaba estaba bajo amenaza. Harry pensaba que Draco era una amenaza.

—¿Necesitas, eh, necesitas esto ahora? —preguntó Draco, agarrando los papeles.

—No —dijo Harry— Puedes enviármelos a mí. Estoy en casa de Ron y Hermione.

Draco asintió.

—Sabes que te amo, ¿Verdad? —preguntó Draco— Solo… por si acaso.

Harry hizo un sonido exasperado.

—Si, eso me han dicho. No sé cómo diablos te las has arreglado para convencer a todos mis amigos de que eres mi alma gemela, pero puedes dejar de actuar ahora.

Draco jugueteó con el borde de los papeles.

—No es un acto —dijo, tratando de mantener su voz plana.

—Está bien —dijo Harry, como si estuviera hablando con una persona borracha— No quiero discutir. Solo envíamelos cuando los hayas firmado.

—La cabaña —dijo Draco.

—¿Qué?

—Deberías tenerla —dijo Draco— Deberías comprármela. La venderé, si no lo haces. Ya no puedo vivir aquí.

No supo que era verdad hasta que lo dijo, pero por supuesto que no podía quedarse. Los lirios; las cortinas que Harry había escogido con él, los cubiertos que Draco había encontrado en un anticuario porque estaba casi seguro de que alguna vez habían sido propiedad de la abuela paterna de Harry.

—No quiero una casa —dijo Harry, pero mientras lo decía, levantó la vista y Draco la vio: La misma mirada melancólica que había tenido la primera vez que vieron la casa. Cuando Harry apartó a Draco del agente inmobiliario y le dijo con urgencia: «"¿Te gusta? Es encantadora, ¿Verdad? ¿Qué opinas?"».

—Piénsalo —dijo Draco.

—Sí, está bien —dijo Harry. Él frunció el ceño. Claramente no había esperado que esto fuera tan fácil, y el corazón de Draco se rompió de mil maneras diferentes, por ambos. Harry no se veía bien. Parecía como si necesitara a alguien que lo cuidara, y Draco anhelaba, no solo cuidar a Harry, sino también saber que Harry era atendido.

—Entonces… envíamelos —dijo Harry, señalando los papeles del divorcio— Y, eh, gracias, supongo. Pensé que armarías un gran alboroto.

—Nunca pude creer que me amabas —dijo Draco, a la ligera— Así que todo esto tiene sentido.

Hubo una larga pausa, en la que Draco no se arriesgó a mirar a Harry.

—Está bien. Gracias —dijo Harry, y se Apareció.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Draco empacó a ciegas, poniendo sus manos sobre las cosas y metiéndolas en un viejo morral. Sacó todas las fotos con él de los marcos, las puso en una caja y puso la caja en la parte trasera de su armario. Lanzó Hechizos de Estasis en la comida de la cocina; comida que había comprado con la esperanza de que Harry se recuperara; todas las cosas favoritas de Harry. Ordenó la casa.

—Bien —dijo en voz alta— Bien. Esto está bien.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Ginny abrió la puerta de inmediato.

—Necesito —dijo Draco, pero ella no lo dejó terminar. Ella lo llevó adentro de su apartamento y lo atrajo en un largo abrazo. Ella le preparó té, lo acomodó en el sofá y él se lo contó todo.

Qué maldito idiota —dijo Ginny.

—Él es infeliz —dijo Draco— Esta completamente arruinado por la guerra. Y, de todos modos, tiene razón, es una locura que alguna vez estuviéramos juntos.

—Eran perfectos el uno para el otro —dijo Ginny— Está siendo increíblemente testarudo. Todos le hemos dicho lo feliz que eran. Ha visto muchos recuerdos de ustedes dos juntos. No tengo idea de por qué está siendo tan idiota.

Draco solo negó con la cabeza.

—¿Cómo lo superaste? —le preguntó a ella.

—Nunca estuve realmente… profundamente enamorada de él —dijo Ginny. Draco trató de sonreír y Ginny hizo un pequeño sonido— Escucha, ven aquí —dijo, y lo abrazó, pero se movían juntos imperfectamente, y un momento después estaban besándose. No estaba claro quién lo había comenzado, pero ambos lo continuaron en igual medida.

Se separaron y él recordó, como a través de una niebla, lo que solía sentir por ella.

—¿Quieres casarte conmigo? —preguntó. Ginny parecía adolorida.

—Ya te lo dije, Draco. No quieres casarte conmigo.

Draco se recostó en el sofá.

—¿Alguien me amará alguna vez? —preguntó. Ginny se acurrucó en sus brazos.

—Te amo —dijo ella.

—Lo sé —dijo Draco, después de una pausa— Yo también te amo.

Tuvieron sexo esa noche, y eso hizo que Draco se sintiera mejor y peor. Mejor, porque era tranquilizador tener la confirmación de que realmente la había superado, y de alguna manera era maravilloso tener una amiga con la que podía acostarse sin que se sintiera complicado. Se amaban de la misma manera, en la misma cantidad.

Pero era peor, porque ella no era Harry. Peor, porque nunca volvería a tener a Harry. Peor, porque alguien más tendría a Harry. Alguien que lo merecía.

—Lo siento —susurró Ginny, mientras lloraba— No debimos haber…

—No —dijo él, apretando su cuerpo suave y desnudo cerca— No. Eso ayudo.

—No estoy segura de que esto sea saludable —dijo Ginny, besándolo.

—Soy un sanador —dijo Draco— Sé lo que es saludable.

Ginny se rio.

—Puedes mudarte conmigo, si quieres —dijo.

—Esa es una locura. Encontraré un departamento —dijo Draco.

—Cerca de mi —dijo Ginny.

—De acuerdo.

—Te amo —dijo Ginny— Como amigo, pero aún cuenta.

—Lo hace —dijo Draco.

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«—-—-—-—-—-HP-—-—-—-—-—»

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Harry no tenía la intención de mudarse a la casa de Malfoy. (No podía pensar en ella como en su propia casa). De hecho, había estado tan seguro de que no se mudaría allí que se había encontrado con el agente de bienes raíces que Malfoy había contratado para venderla.

—Solo quiero verificar que todo esté en orden —dijo Harry, por qué no importaba cuánto Ron y Hermione le dijeran que Malfoy había cambiado, Harry no podía evitar la idea de que Malfoy probablemente estaba tratando de estafarlo para quitarle dinero.

Así que el agente de bienes raíces lo llevó a recorrer la cabaña y Harry se enamoró.

En el momento en que entró, sintió como si hubiera llegado a casa. Fue un sentimiento abrumador; como la memoria olfativa. Las cortinas eran del color correcto. La luz fluía serenamente a través de las ventanas con cristales en forma de rombo.

—Por supuesto, necesitará averiguar cómo el Señor Malfoy desea dividir la venta de los muebles —dijo el agente inmobiliario, y Harry fue visitado por una opresiva sensación de pérdida. Por supuesto que Malfoy querría desmantelar la decoración, vender los muebles. Pero el mobiliario era perfecto. Todo se veía limpio, cómodo, habitado. Parecía como si Harry pudiera empezar a vivir allí en ese instante, como si hubiera estado esperándolo. Su hogar.

Harry compró la parte de la casa de Malfoy y le pidió a Hermione que le preguntara a Malfoy qué quería hacer con los muebles. No tenía idea de dónde se alojaba Malfoy.

—Él dice que todo en la casa es tuyo —dijo Hermione. Lo cual tenía sentido, en realidad. Probablemente había habido un montón de muebles extravagantes y pretenciosos antes, que Malfoy se llevado. Aunque Harry no estaba seguro de dónde habría espacio para las cosas de Malfoy, porque todo parecía están en su lugar perfecto.

Harry se mudó esa noche. La despensa estaba completamente equipada con toda su comida favorita.

Había dos armarios en el dormitorio. Uno estaba vació excepto por una vieja caja de cartón, que Harry tomó nota mental de devolverle a Malfoy en algún momento. El otro estaba lleno de la ropa más hermosa que Harry había visto en su vida. Camisas frescas con encantamientos de planchado permanentes. Jersey´s de cachemir suave en tonos verde botella, completamente libres de pelusa. Un grueso abrigo marrón con botones y una capucha que Harry tuvo la sensación de que alguna vez había visto usar a alguien. ¿A Malfoy? Y tener envidia. Todos los pantalones le quedan perfectos. Lo hacían parecer más alto, de alguna manera. Los zapatos eran de cuero italiano.

—Tenía buen gusto —le dijo a Hermione, cuando apareció en su departamento con su ropa nueva. Hermione le dirigió una mirada de lástima.

Draco tiene buen… —se detuvo.

"Ah", pensó Harry. Por supuesto que Malfoy había comprado toda esa ropa. Probablemente se los había dado a Harry con muchos comentarios sarcásticos sobre su madre Sangre Sucia. Durante unos días, Harry evitó usarlos, pero luego fue a una noche de pub a la que iba Ginny y quería lucir lo mejor posible. Se puso la ropa y se sintió instantáneamente como su versión favorita de sí mismo.

Después de eso, ya no se resistió a la ropa. Después de todo, eran suyas.

Malfoy envió los papeles de divorcio a tiempo. No discutió ni un solo punto del acuerdo, a pesar de que el abogado de Harry había sido bastante agresivo e insistió en que Harry exigiera una gran fracción de la fortuna de Malfoy. Harry había dejado que su abogado presentara la demanda porque estaba seguro de que Malfoy se negaría, pero Malfoy parecía haber firmado todos los papeles sin leerlos. Ni siquiera había contratado a un abogado.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Los Cannons habían reclutado de nuevo a Harry, pero estaba muy fuera de práctica. Pasó todo el día en el campo de quidditch, tratando de conocer a sus compañeros de equipo. Estaba consciente de que lo seguían comparando desfavorablemente con el Viejo Harry, quien aparentemente había sido una especie de santo de la paciencia y la compasión, y también claramente un idiota crédulo que se había casado con Draco Malfoy. Se sorprendían cada vez que les gritaba, ofendidos cuando hacia comentarios cáusticos.

—Está enojado —escucho decir a uno de ellos. "Por supuesto que estaba enojado. ¿Quién no estaría enojado?".

Pasaba el resto de su tiempo con Ron y Hermione, generalmente en su cabaña, porque le encantaba estar allí. Lo tranquilizaba. El jardín de flores, en particular, parecía drenar su ira. Iba allí por las noches, leía uno de los libros de su acogedora biblioteca y dejaba que el denso olor a lirios lo adormeciera.

Llevaba allí una semana cuando notó que los lirios se veían marrones y caídos. Invitó a Neville a echar un vistazo.

—Oh, Dios —dijo Neville— ¿Qué les has hecho?

—¡Nada! Quiero decir, las regué —dijo Harry.

Neville pasó los dedos por los pétalos dañados de un lirio cercano.

—Se ven terribles. Nunca los había visto lucir así.

—¿Puedes ayudar?

—Sí —dijo Neville, y le enseño a cuidar el jardín. Pero no importaba cuánto trabajara Harry en él, nunca se volvía a ver como el día que le entregó los papeles del divorcio a Malfoy. No podía deshacerse de ese recuerdo, y lo recordaba a menudo, llenándolo de vaga insatisfacción. El jardín había sido luminosamente blanco, y el viento extendía el aroma flotante de los lirios por el aire. El cabello rubio de Malfoy había captado la luz del sol de una manera que había hecho que Harry se sintiera extrañamente miserable. Malfoy se había movido lentamente, tan cuidadosamente, como si todo en el jardín fuera sagrado.

Harry sintió, infantilmente, como si los lirios estuvieran enfurruñados.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Le tomó casi un mes darse cuenta de que todos sus amigos se reunían con Malfoy a sus espaldas. Estaba en el almuerzo dominical en la Madriguera, y cuando George se fue, Hermione dijo:

—¡Te veo el martes!

—¿Qué hay el martes? —preguntó Harry. Hermione se sonrojó.

—Oh, solo… la inauguración de la casa de Draco.

Harry miró a los Weasley reunidos, quienes evitaron su mirada.

¿Todos ustedes irán? —preguntó asombrado.

—Estoy segura de que a Draco no le importaría que vinieras —dijo Hermione.

—No —dijo Ron— De ninguna manera. Lo siento, amigo, pero absolutamente no puedes ir.

—No quiero ir —dijo Harry.

—No quiero que Harry se sienta excluido —dijo Hermione en voz baja.

—Ya sabes cómo está Draco en este momento —dijo Ron.

Hermione suspiró y asintió.

—No quiero ir —dijo Harry de nuevo— No puedo creer que todos vayan. ¿Incluso usted? —le preguntó a la Señora Weasley.

—Draco lo ha pasado mal, Harry —dijo la Sra. Weasley y eso tenía sentido, hasta cierto punto; que la Sra. Weasley se apiadará de Malfoy lo suficiente como para superar su repugnancia.

—¿Ginny? —preguntó Harry— Quiero decir, él es tu ex.

—Draco es mi mejor amigo —dijo Ginny con frialdad— Es mi departamento del que se va a mudar.

Harry negó con la cabeza, porque todo era demasiado loco para entenderlo.

—Siento que ustedes son los que tienen amnesia —dijo— Es Malfoy. Sé que resultó no ser del todo malvado, pero sigue siendo un imbécil.

—No hables de él así —dijo Ron.

—Literalmente, ¡Qué mierda! —dijo Harry.

—Le has roto el corazón —dijo Ginny— Ten la gracia de no ser cruel al respecto.

—¡No quería su corazón en primer lugar!

—Percy, ¿Cómo va la legislación sobre metalurgia de calderos? —preguntó Hermione. Todos los Weasley se giraron para mirar a Percy con gran interés y la conversación se desvió de Malfoy.

«—D&H—»

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«—H&D—»

—¿Con qué frecuencia lo ves? —le preguntó a Hermione, más tarde, cuando se sentaron alrededor del fuego.

—Oh… no muy a menudo. Dos veces por semana, probablemente.

—¿Dos veces a la semana?

—Me ha estado ayudando con mi disertación —dijo Hermione, tímidamente— Debe haber leído cada capítulo al menos una docena de veces.

—¿Qué pasa con Ron?

—Harry… estabas enamorado de él. Y ya nos agradaba, porque lo conocimos a través de Ginny.

—Esa es otra pregunta —dijo Harry— ¿Cómo diablos él y Ginny terminaron saliendo?

—Bueno, él se especializa en lesiones de quidditch, así que cuando ella se rompió un ligamento, terminaron pasando mucho tiempo juntos —dijo Hermione.

Era como en sexto año. Harry era el único que podía ver a través de Malfoy. Todos los demás se habían vuelto locos. Harry se sintió extrañamente perseguido, como si Malfoy fuera una especie invasora que había penetrado en su vida y la estaba matando, cambiándola.

A pesar de los cuidados de Neville, los lirios aún no se habían recuperado.

—Le preguntaré a Draco —dijo Neville.

—No creo que… —dijo Harry.

—A él no le importará —dijo Neville— Le encanta este jardín.

La semana siguiente, Neville llegó con una botella de una poción de color dorado pálido.

—¡El secreto de Draco! —dijo triunfalmente— Usó una Poción de Resiliencia en ellas. Preparó un poco para mí. Solo necesitamos poner esto en el suelo una vez al mes.

En efecto de la poción fue inmediata y notable. En una hora, los lirios habían vuelto a su antigua y resplandeciente gloria.

Tres semanas después, llegó un paquete a la cabaña, dirigido a Harry en letra azul oscuro inclinada que Harry de alguna manera sabía que era de Draco.

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«D—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—H»

Estimado Harry:

Más poción de resiliencia. Es una vieja receta familiar. Avísame si no funciona.

Draco

«H—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—D»

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El paquete, único, se hizo recurrente. Cada tres semanas, Malfoy le enviaba una botella de poción, con una breve nota pidiéndole a Harry que le hiciera saber si tenía alguna pregunta.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Los amigos de Harry continuaron sin mencionar a Draco a su alrededor. Harry sintió como si estuviera remando tan fuerte como podía solo para mantenerse a flote. Bebía demasiado.

Tenía resaca el día que cayó de la escoba y se lesionó el hombro. Harry había tenido muchas lesiones, por lo que supo al instante que esta era mala.

—San Mungo —jadeó.

En retrospectiva, debería haber sabido lo que sucedería a continuación.

La puerta de su habitación de Hospital se abrió y entró Malfoy, vestido con una túnica gris pálido de Sanador y con un sujetapapeles en la mano.

—Buenas tardes —dijo, con los ojos fijos en el sujetapapeles.

—Tú —dijo Harry.

—Puedo buscar a otro Sanador, si lo prefieres. Pero creo que puedo arreglar tu hombro más rápido que nadie; Acabo de tomar una clase sobre articulaciones torcidas.

Harry gimió y se dio la vuelta en la cama, de modo que yacía boca abajo.

—No, está bien —dijo— Revísame.

Malfoy hizo algunas preguntas técnicas y luego preguntó si podía tocar a Harry.

—Lo que sea que tengas que hacer —dijo Harry. Al momento siguiente había un par de manos frías y firmes sobre su omóplato. Malfoy revisaba los músculos con la punta de sus dedos, su toque era ligero y delicado.

—Está bien —dijo— Creo que podría curarlo con un hechizo de crecimiento interno, para que puedas evitar la fisioterapia.

—Genial —dijo Harry. Malfoy tocó su hombro suavemente con su varita, murmuró algo en voz baja y todo el dolor de Harry se desvaneció.

—Joder —dijo Harry.

—¿Mejor?

—Sí —dijo Harry, y Malfoy levantó la vista, su rostro inexpresivo. Harry se dio cuenta por primera vez que Malfoy era… proporcionado. Simétrico. Su piel era realmente blanca. Su postura era genial.

Harry se aclaró la garganta.

—¿Puedes darme las instrucciones para esa poción que envías para los lirios? —preguntó— ¿Así puedo prepararla yo mismo?

Malfoy frunció el ceño.

—No puedes —dijo— Necesita uno de mis cabellos.

—¿Qué?

Malfoy se puso de color rosa.

—Lo siento —dijo— No lo pensé. Debería habértelo dicho, simplemente no lo hice… no tienes que usarla. Hay otras opciones de Poción de Resiliencia en el mercado, solo me gusta… la mía da un cierto resplandor…

—No, es genial —dijo Harry— Funciona muy bien. Realmente no quiero que tengas que enviarme una poción todos los meses.

—Claro, por supuesto —dijo Malfoy, regresando a mirar el sujetapapeles— Experimentaré. Estoy un poco ocupado con el trabajo en este momento, pero puedo retrasar algunos planes este fin de semana y hacerla entonces.

—No, obviamente no hagas eso —dijo Harry— Merlín. No canceles tus planes. Solo, ya sabes, sería bueno si pudiera prepararla yo mismo.

Malfoy asintió. Luego levantó la vista, sosteniendo la mirada de Harry. Sus ojos eran ambiguamente grises, lo que a Harry le pareció simbólico.

—¿Cómo estás? —preguntó Harry, antes de que pudiera detenerse. No estaba seguro de por qué había preguntado. Acababa de estallar en él, el abrupto deseo de saber si Draco estaba bien.

—¿Cómo estoy? —repitió Malfoy.

—Eh… ¿Cómo estás de salud?

—Oh —dijo Malfoy y sonrió, aunque parecía incómodo— Mi salud. Es buena, estoy muy saludable. ¿Cómo estás tú de salud, aparte de tu hombro?

—Bien —dijo Harry.

—Bien —dijo Malfoy. Se lamió los labios— Bien. Eso será todo.

Dio media vuelta y se dirigió a la puerta, pero se detuvo cuando llegó a ella.

—Connemara —dijo.

—¿Disculpa?

—Deberías ir a Connemara —dijo Malfoy— Fuiste antes, después de la guerra.

—Lo sé —dijo Harry, molesto. No le gustaba que le informaran de cosas que sabía que había hecho, como tampoco le gustaba que la gente actuara como si recordara cosas que no recordaba. Era consciente de que esto no era razonable, pero eso no cambiaba sus sentimientos.

—Te ayudó —dijo Malfoy— Dijiste que hacía todo más fácil. Despejó tu cabeza. No sé, solo pensé… que podría ayudar.

—No necesito ayuda —dijo Harry, preguntándose si esta mentira era tan transparente como se sentía.

—Correcto —dijo Malfoy— Por supuesto. Lo siento —se dio la vuelta para irse.

—Gracias —dijo Harry.

Malfoy se congelo con la mano en la puerta.

—Por la poción. Y la casa. Y por arreglarme el hombro —dijo Harry.

—Es mi trabajo —murmuró Malfoy, y salió silenciosamente de la habitación. Pero la poción y la casa no habían sido parte del trabajo de Malfoy. A Harry se le ocurrió que Malfoy se había comportado con extraordinaria gracia desde el divorcio. Por primera vez, Harry se preguntó si tal vez no había sido un poco desconsiderado con los sentimientos de Malfoy.

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«—-—-—-—-—-DM-—-—-—-—-—»

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La noche después de curar el hombro de Harry, Draco se encontró con Clarence en el supermercado.

—Draco —dijo Clarence. Parecía como si no supiera muy bien qué decir. El divorcio de Draco había estado en los periódicos, así que todos lo sabían.

—Clarence —dijo Draco— ¿Comprando… alcachofas?

—Me gusta cocinar —dijo Clarence.

—A mí también —dijo Draco.

—Hermione lo mencionó —dijo Clarence— Esa es una de las muchas cosas buenas que había escuchado sobre ti.

—Oh —dijo Draco. Todavía sentía como su pudiera sentir el hombro de Harry en la punta de sus dedos. El cuerpo de Harry había sido tan cálido, tan devastadoramente familiar.

—Lamenté escuchar sobre tu divorcio —dijo Clarence. Cuando Draco era más joven, habría asumido que Clarence solo estaba siendo entrometido e indiscreto. Pero había aprendido mucho de su tiempo con Ginny con Harry.

—Gracias —dijo, y estaba a punto de excusarse e irse, cuando en cambio, hizo algo completamente diferente— ¿Quieres ir a tomar una copa?

—¿Ahora? —preguntó Clarence, mirando su cesta de la compra.

—Sí.

Clarence sonrió. Sus dientes eran blancos.

—Está bien —dijo Clarence— Sí.

Fueron a un bar cercano y Clarence ordenó por Draco sin preguntar. Draco consideró hacerse cargo, pero la bebida, cuando llegó, estaba deliciosa.

—Hermione dijo que tuviste una mala ruptura recientemente —dijo Draco, y Clarence comenzó a hablar.

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«—-—-D&H-—-—»

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En el mes posterior a su juicio, cuando todavía se estaba recuperando del hecho de que todo había terminado y era realmente libre, Draco había hecho una lista de todas las cosas que odiaba de sí mismo.

Había sido larga.

Deprimido por la duración de sus fracasos, había ido a la biblioteca a buscar un libro para leer. Fue allí donde se encontró por primera vez con el experimento pensativo "El Barco de Teseo".

"Y si cada parte podrida de él pudiera ser reemplazada".

Había vuelto a su lista de fallas y decidió que, se podía hacer, él podía construir a un nuevo Draco de los restos del anterior, así que lo haría. A partir de entonces, trabajó conscientemente para despojarse de todas las partes de sí mismo que odiaba y reemplazarlas, para mejorarlas.

La primera palabra de la lista era "Arrogante". A partir de entonces, cada vez que pensaba que era mejor que alguien, se detenía y se reprendía a sí mismo. No habría nada para lo que fuera demasiado bueno ahora, decidió.

Otra palabra en la lista era "Inseguro", y sabía que, al eliminar su arrogancia, solo aumentaría su inseguridad. Probablemente había un camino intermedio, pero Draco no pudo encontrarlo.

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«—-—-H&D-—-—»

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El resultado fue que, mientras que antes se habría jactado para impresionar a Clarence, ahora se quedaba callado y curioso. Era gracioso cómo, la manera más fácil de parecer inteligente y fascinante era hacer que otras personas se sintieran inteligentes y fascinantes. Draco hizo mil preguntas y Clarence no respondió ni una sola. Draco fijó una expresión de interés en su rostro y se preguntó si Clarence tenía idea de lo aburrido que estaba.

Terminaron sus bebidas.

—¿Cena? —preguntó Clarence. Draco deseaba volver a su cabaña en el campo, contarle a Harry en términos mordaces sobre su terrible cita.

—Me gustaría eso —dijo.

Harry nunca había dejado que Draco fuera muy lejos en sus silencios. Cuando Draco se ponía nervioso y dejaba de hablar, Harry intervenía, hacia más y más preguntas, hasta que Draco estaba seguro de que al responder no estaba siendo grosero. (Esa había sido otro punto en la lista: Grosero, Ensimismado y en su paranoia, tenía la regla de que no hablaría de sí mismo a menos que estuviera seguro de que la otra persona quisiera saber. Solo había unas pocas personas con las que se sentía seguro en ese sentido: Pansy, Ginny, Harry, antes del cambio).

Así que Draco esperó, mientras Clarence lo llevaba a un restaurante increíblemente caro, a que Clarence le preguntara sobre sí mismo. Él nunca lo hizo. Fue elogioso sobre Draco; ordenó por él, pagó. Pero no parecía tener ningún interés en saber más.

En muchos sentidos, esto tranquilizó a Draco. Era más sencillo estar callado y escuchar que averiguar cómo ser una buena persona.

«—D&H—»

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«—H&D—»

—Tuve una cita —le dijo a Pansy, al día siguiente, en el departamento de Ginny.

—¿Lo hiciste? —preguntó Pansy.

—Mhm.

—¿Con quién? —preguntó Ginny.

—¿Clarence Elgar?

—Oh, Dios mío —dijo Ginny— ¿Viste su pene? ¿Era enorme?

—No vi su pene —dijo Draco.

—Pansy, Clarence es la persona más sexy que he visto en persona —dijo Ginny. Pansy sonrió maliciosamente.

—¿Lo es, ahora?

—Realmente es increíblemente guapo —dijo Draco.

—¿Así qué? ¿Cómo te fue? —preguntó Ginny.

—Creo que le gusto —dijo Draco, tomando un sorbo de vino.

—¿Y? —preguntó Pansy— ¿Te gusta?

—Sí —dijo Draco.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Sí. Le gustaba Clarence, más o menos. Le gustaba que a Clarence le gustara.

—Me encanta lo buen oyente que eres —le dijo Clarence, cuando habían estado saliendo durante un mes. Draco sonrió. Estaban en el Jules Verne(6), el restaurante con estrella Michelin en el segundo piso de la Torre Eiffel. Eso era algo que era mejor con Clarence que con Harry: A Clarence le encantaba la mierda elegante. Fueron a la ópera, al ballet, a costosas exhibiciones en la "Tate Modern(7)", a catas de vino en el sur de Francia. Draco había intentado arrastrar a Harry a la ópera una vez. Harry se había quejado y hecho preguntas estúpidas todo el tiempo. Se rio cuando murió Carmen(8).

Había otras cosas que eran mejores con Clarence que con Harry. Clarence colmaba de regalos a Draco, por ejemplo; regalos caros y de buen gusto. Esa había sido una de sus primeras peleas con Harry. A Draco le había costado mucho darse cuenta de que Harry no lo estaba menospreciando cuando le daba regalos de broma en Navidad.

Lo habían arreglado, eventualmente. Draco dejaría un catálogo sobre la mesa de la cocina, con lo que quería en un círculo con bolígrafo rojo, y Harry se lo compraría. Pero era mejor no tener que hacer eso. Simplemente recibía cosas que amaba, inesperadamente y sabía que Clarence las había elegido.

Draco era muy consciente de que su recuento constante de las cosas que iban mejor con Clarence era un testimonio de lo mucho mejores que habían sido las cosas, en general, con Harry.

Pero eso, en sí mismo, era una de las desventajas de su relación con Clarence. Nunca había sido capaz de creer en su suerte, cuando estuvo con Harry. Parecía demasiado bueno para ser verdad; autoindulgentemente dichoso. Salir con Clarence era trabajo, y por eso se sentía más creíble.

—¿Es bueno en la cama? —preguntó Pansy.

—Sí —mintió Draco, porque había elegido a Clarence, y le debía su lealtad. En realidad, Clarence, como la mayoría de los hombres verdaderamente guapos, era bastante torpe en la cama. Confiaba más en la excitación de su pareja que en alguna habilidad innata.

Probablemente lo mejor de Clarence era que Draco no se sentía como él mismo a su alrededor.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Habían estado saliendo durante varios meses antes de encontrarse con Harry. Fue en una fiesta en la casa de Neville. No era una gran fiesta, en realidad, no comparada con los glamorosos eventos a los que Clarence y Draco asistían constantemente. Se sentaron en la sala de estar de Neville, comiendo cubos de queso. Clarence tenía su brazo alrededor de Draco y lo acariciaba ociosamente mientras hablaba. Draco estaba avergonzado por cómo Clarence confundió la cortesía de Dean Thomas con interés, pero no dijo nada.

A su otro lado, Hermione y Ginny estaban hablando de un viaje de campamento que estaban planeando. Harry se sentó al lado de Ron, con los pies sobre la mesa de café, luciendo moreno, guapo y adusto.

—Draco, ¿Vendrás si vamos de campamento? —preguntó Hermione, al otro lado del círculo. Draco abrió la boca para responder, pero Clarence habló primero.

—Odiamos acampar —dijo Clarence, apretando a Draco cerca.

—¿Por qué no lo dejas hablar por sí mismo, por una vez? —preguntó Harry con desdén. Draco había esperado que Harry lo viera con Clarence y se sintiera celoso (Clarence era muy guapo), pero ahora vio lo inútil que había sido esa pequeña fantasía. Harry probablemente pensaba que Clarence era tan aburrido como Draco.

Clarence rio incómodo.

—Harry —reprendió Hermione.

—¿Qué? —preguntó Harry, y Draco supo, podía oír, lo cerca que estaba Harry de explotar— ¡No ha dejado que Draco diga una palabra en toda la noche!

—No quiero ir de campamento —dijo Draco en voz baja a Hermione. Clarence lo miró con ansiedad.

—¿He estado hablando por ti? —preguntó, cuando los demás dejaron de mirarlos.

—No —dijo Draco. Clarence besó su nariz. Clarence lo amaba. Draco nunca se había sentido seguro de Harry, y era maravilloso saber, saber que Clarence lo amaba.

—Me lo dirías, ¿Verdad? —preguntó Clarence.

—Por supuesto —dijo Draco.

—Te amo —dijo Clarence. Draco lo besó en los labios.

—Yo también te amo —dijo, porque lo hacía. No era un tipo de amor excitante. Era más como gratitud que otra cosa. Pero lo sentía.

Harry se fue temprano de la fiesta.

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«—-—-—-—-—-HP-—-—-—-—-—»

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Después de la fiesta de Neville, Harry comenzó a ver a Draco con más frecuencia. Era como si se hubiera roto un sello y todos sus amigos dejaran de molestarse en mantenerlos separados.

Harry descubrió que no le importaba tanto como había pensado; mientras Draco estuviera solo. El problema era que rara vez lo estaba. Clarence venía a la Madriguera, a casa de Andrómeda, a fiestas en el departamento de Ginny y barbacoas que daban Ron y Hermione. Hablaba sin cesar, mientras Draco permanecía en silencio, como la esposa de un político.

—¿Qué es lo que Draco ve en él? —preguntó, en casa de Ron y Hermione— Quiero decir, no soy el mayor fan de Draco, pero incluso yo sé que Draco es demasiado inteligente para él.

—Hmm —dijo Ron, acariciando su barbilla— ¿Qué podría ver Draco en él? Caramba, Harry, simplemente no lo sé. ¿Crees que es su mandíbula cincelada, o su six pack, o su gran fortuna?

—Sé amable —dijo Hermione.

—Obviamente es guapo —dijo Harry— Pero…

—Oh, eso me recuerda, estaban en Corazón de Bruja —dijo Hermione, sacando una copia de la pila de revistas en la mesa de café y hojeándola— Aquí —se lo entrego a Harry y Ron.

Era una foto de alguna fiesta de sociedad ostentosa, del tipo que Harry siempre se negaba a asistir. Draco se veía deslumbrantemente guapo mientras sonreía a la cámara. Clarence estaba detrás de él, con la barbilla apoyada en la cabeza de Draco, sus musculosos brazos envueltos alrededor del delgado cuerpo de Draco. "Una segunda oportunidad de amar", decía el pie de foto.

—¿Cómo son ustedes amigos de él? —dijo Harry— Miera esto. Él es todo lo que odiamos de la cultura Sangre Pura.

—Honestamente, cállate —dijo Ron, tomando la revista para mirar la foto— Me alegro de que Draco haya encontrado a alguien que lo trate bien.

Harry ignoró el desaire implícito.

—Clarence es la persona menos interesante que he conocido —dijo.

—Sí, bueno, él hace feliz a Draco, así que podría ser una pared de ladrillos y aun así no diría una mierda —dijo Ron.

—Draco no parece feliz —dijo Harry, encorvándose en su silla. Ron suspiró.

Más feliz —dijo— De lo que ha sido.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Al día siguiente, cuando Harry llegó a casa de Andrómeda, Draco estaba en la guardería con Teddy. Por razones que no podía explicarse a sí mismo, Harry se ocultó en lugar de entrar.

Draco estaba sentado en una diminuta silla para niños frente a Teddy, quien empujó un tazón lleno de una masa viscosa color púrpura.

Tócalo —dijo Teddy.

No —dijo Draco.

—¿Por qué no?

—¿Por qué no?

—¿Por qué no? ¡Míralo! ¡Parece un hígado!

—Tocas hígados todo el tiempo, en San Mungo —dijo Teddy.

—Me pagan para hacerlo. ¿Me vas a pagar?

Teddy se cruzó de brazos y levantó la barbilla.

—¿Cuánto?

—Hmm, supongo que una tarifa anual de veinte mil galeones, más el pago de vacaciones —dijo Draco.

—Eso no es justo —dijo Teddy— Es un hecho único.

—¿Por qué estás tan decidido a hacer que lo toque?

—Porque te enfadas mucho —dijo Teddy, con una sonrisa.

—Eres un niño horrible, y no llegarás a nada bueno —dijo Draco.

—¡Solo tócalo!

—¡No!

—Te reto —dijo Teddy, con la mirada triunfante de un hombre que pone una carta ganadora en un juego de póquer.

Draco entrecerró los ojos con malevolencia, tiró del cuenco con el emplastó púrpura hacia él y metió ambas manos en él. Teddy chilló de alegría. Draco hizo un sonido de arcadas.

—¿Qué es esto? —preguntó, moviendo los dedos.

—Slime(9) —dijo Teddy— Lo haces con pegamento; es una cosa muggle.

—Se siente… lo odio —dijo Draco.

—¡Es divertido!

—Casi tan divertido como la prisión —dijo Draco— Y yo sé de eso.

—Nunca fuiste a prisión —dijo Teddy.

—¡Lo estuve! No por mucho tiempo, pero lo suficiente.

Teddy se inclinó ávidamente hacia adelante.

—¿Cómo fue?

—No puedo decírtelo —dijo Draco— Aún no tienes diecisiete años.

—¡Oh, vamos!

—Nop —dijo Draco, separando el slime con los dedos— Lo siento. Las historias son demasiado espantosas, inquietantes y, sin embargo, de alguna manera, ¿Excitantes? Para ser compartidas con oídos jóvenes e inocentes.

—¡Me lo puedes decir!

Draco sonrió.

—No hasta que tengas veinticinco años —dijo.

—¡Dijiste diecisiete!

—Eso fue antes de darme cuenta de lo inmaduro que eras.

—¡Draco! ¡Eso es tan injusto!

—¿Quién dijo que la vida es justa? —preguntó Draco, levantando la vista y de repente viendo a Harry.

—Oh, eh, hola —dijo Harry, dando un paso adelante. Teddy saltó de su silla, gritando— ¡Harry! —luego hizo una pausa, mirando de Draco a Harry, su incomodidad notoria en su rostro.

—Me estaba yendo —dijo Draco, quitándose la baba de sus dedos.

—No, no lo estabas —dijo Teddy— Acabas de llegar.

—Sí, y luego me hiciste tocar baba —Draco acentuó sus palabras limpiándose las manos en la camisa de Teddy mientras Teddy intentaba escabullirse— Y ahora necesito unos diez años de terapia.

—¿Podemos hablar un momento? —Harry le preguntó a Draco. Draco se enderezó, alborotó el cabello de Teddy y salió de la habitación. Harry lo siguió por el pasillo. Cuando estuvieron fuera del alcance del oído, Draco se giró para mirar a Harry.

—¿Sí?

—No tienes que irte —dijo Harry.

Draco lo miró fijamente.

—No podemos simplemente evitarnos para siempre —dijo Harry— Es tu sobrino, es mi ahijado. Eres amigo de mis amigos. Podemos estar en la misma habitación el uno con el otro.

—¿Podemos? —dijo Draco. Había un delicioso olor cítrico que Harry estaba seguro de que era del cabello de Draco.

—Quédate —dijo Harry— No me importa.

Una sonrisa brilló en el rostro de Draco; una desagradable.

—Tal vez a mí me importe —dijo Draco, sus ojos se apartaron para mirar por encima del hombro de Harry.

—Oh —dijo Harry. Eso no se le había ocurrido. Ver a Draco y Teddy había hecho que Harry se sintiera más tranquilo que en mucho, mucho tiempo. Había algo relajante en la forma en que claramente se amaban, a pesar de todas las buenas razones para no hacerlo. Era como una representación física de la curación de la posguerra. Le había quitado a Harry su ira.

—Me iré, entonces —dijo Harry.

—No seas ridículo. Como dijiste, no podemos separar nuestras vidas por completo.

—Te lo estabas pasando muy bien —dijo Harry. Draco frunció el ceño.

—Bueno, sí —dijo— Es Teddy. Ya sabes lo que siento por… —Draco se detuvo. Siguió un silencio incómodo.

—Está bien —dijo Harry— Te veré por ahí, entonces.

Draco asintió.

—Sí —dijo, y se fue.

«—D&H—»

.

«—H&D—»

Era como en la cabaña, se dio cuenta Harry. Ver a Draco con Teddy se había sentido un poco como entrar en la cabaña. Era una calidad de sentimientos similar. Un relajante y suavizante. Lo notó, cuando salió del flu y miró las relajantes pinturas en la pared, pinturas de paisajes que se parecían vagamente a los terrenos alrededor de Hogwarts. Se dirigió a su habitación y no supo conscientemente por qué iba allí hasta que estuvo de pie frente al armario vació de Draco, mirando la caja de cartón en el fondo. Dudó, luego la sacó y la abrió.

Sabía lo que contendría, de alguna manera.

La primera foto estaba en un marco plateado y claramente era el día de su boda. Harry miraba a Draco como si no pudiera creer su suerte, como si todavía estuviera un poco aturdido. Era la expresión de ganar la copa de quidditch, multiplicada por cien. Mientras tanto, Draco miraba en otra dirección, sonriendo con tanta fuerza que parecía casi trastornado, mostrando demasiados dientes. De hecho, lo hacía parecer mucho menos guapo, porque sus ojos estaban entrecerrados y su rostro se había arrugado prácticamente a la mitad para acomodar su enorme sonrisa. Sin embargo, esa era la que habían elegido para enmarcar, a pesar de que Harry sabía que había otras fotografías más favorecedoras del día de su boda: Había visto una, una vez en la Madriguera, antes de que la Sra. Weasley se apresurara a guardarla.

La siguiente foto era de su fiesta de compromiso. Harry lo reconoció por los recuerdos que había recibido de sus amigos. Draco se veía guapo en esta. Su barbilla descansaba en su mano y veía como Harry pronunciaba su discurso, con una mirada cariñosa y exasperada en su rostro. Harry, mientras tanto, sonreía como un idiota mientras hablaba, y de vez en cuando la imagen en movimiento de Harry extendía la mano para tocar el cabello de Draco. Cada vez que lo hacía, Draco cerraba los ojos y sonreía.

Esas eran las únicas fotos de ellos dos. Las otras fotografías eran más informales: Ginny empujando un cono de helado en la cara de Draco en la playa; Draco, quemado por el sol y miserable, en una ruta de senderismo; Draco, Ron, Hermione y Neville amontonados en una hamaca, retorciéndose y chillando de alegría. Harry miró cada imagen, tratando de juntarlas, tratando de entender. Ya era tarde cuando se dio por vencido. Puso todas las fotos en la caja, la caja en el armario y cerró la puerta.

«—D&H—»

.

«—H&D—»

Estaba dormido cuando llegó: Un recuerdo, nítido como el cristal, pero también como un sueño. En el recuerdo, Harry había estado en la habitación ahora vacía que una vez había sido el estudio de Draco. En realidad, la habitación estaba ordenada obsesivamente, sin ningún rastro de Draco, pero en la memoria estaba cómodamente atestada de libros y viejos retratos. Harry había ido a buscar a Draco, encontró la habitación vacía y se acercó a la ventana. Su mirada se había posado en el escritorio, en un trozo de pergamino allí. Una lista. Sin título, solo una larga lista de palabras.

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«D—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—H»

Arrogante

Egoísta

Desconsiderado

Iracundo X

Inseguro

.

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«H—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—D»

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Continuaba así, algunas de las palabras tachadas, algunas con signos de interrogación al lado. Y en el recuerdo, Harry entendió lo que significaba la lista, y mientras leía las palabras se sintió inundado por una intensa sensación de…

Harry se sentó en la cama, arañándose la sien. Las emociones se filtraban amontonadamente. El feroz deseo de proteger, de ayudar, la frustración, el cariño, el amor. Tanto amor. Más de lo que Harry jamás había sentido, por nadie.

Intentó conciliar el sueño. No sirvió. ¿Había sido un sueño? Era tarde. Salió al jardín en pantuflas y notó cómo la luz de la luna iluminaba los lirios.

"¿Había sido un sueño?".

Tenía la dirección de Draco. Draco siempre la ponía en sus paquetes, como si esperara que Harry algún día le respondiera. Harry fue a su escritorio y sacó el paquete de la última poción que Draco le había enviado. Fue a la chimenea, y antes de que tuviera tiempo de preguntarse qué estaba haciendo, si era apropiado, se acercó a la chimenea con un puñado de polvos flu y leyó la dirección de Draco.

«—D&H—»

.

«—H&D—»

El departamento de Draco estaba oscuro. Eran las dos de la mañana. Draco estaba dormido. Probablemente Clarence estaba en la cama con él.

—Mierda —murmuró Harry, y dio un paso atrás en la chimenea.

—¿Quién está ahí? —se oyó la voz de Draco, tensa por el miedo, y luego el propio Draco, vestido con una larga bata de seda verde y sosteniendo su varita.

—Yo —dijo Harry, al mismo tiempo que Draco decía— ¿Harry?

—Lo siento —dijo Harry— Yo tenía… Lo siento.

Draco encendió las luces. La habitación se enfocó, notoriamente limpia y elegante. Era como la casa de campo, pero sin influencias suaves.

—¿Estás bien? —preguntó Draco.

—Sí —dijo Harry— Lo siento. Yo… mierda, lo siento.

¿Qué lo había poseído para venir a Draco así, en medio de la noche, como si tuviera derecho a hacerlo? ¿Cómo si pudiera esperar que Draco se despertara y lo cuidara? ¿Qué estaba pensando?

—Siéntate —dijo Draco.

—No, es la mitad de la noche, no debí haber venido.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó Draco.

—Recordé algo.

Los ojos de Draco se agrandaron.

—Siéntate —dijo de nuevo.

—O tal vez fue un sueño —dijo Harry— No sé. Te quise preguntar. Sé que debería haber esperado.

La boca de Draco se frunció en una pequeña sonrisa.

—¿Cuándo has esperado por algo?

Harry se sentó. Draco se quedó dónde estaba. Había bajado su varita.

—¿Cuál fue tu recuerdo? —preguntó.

—Era una lista. Encontraba una lista. Era tuya. Una lista de palabras. ¿Sabes de lo que estoy hablando?

Draco lo miró por un segundo, luego fue a su escritorio elegante, abrió un cajón y sacó un trozo de pergamino.

—¿Era esto? —preguntó, entregándoselo a Harry.

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«D—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—H»

Arrogante X

Egoísta

Desconsiderado

Iracundo X

Inseguro ?

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«H—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—D»

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Había nuevas palabras en la parte inferior ahora: palabras como Aburrido y No divertido.

Y al igual que antes, los sentimientos se precipitaron a través de Harry, diferentes sentimientos, pero igual de poderosos: lástima, sobre todo, y la ira. Y una cosa que era constante: El deseo de proteger, de curar.

Lejanamente, tuvo la sensación de que no le había dicho a Draco que había encontrado la lista la última vez. Vagamente, tenía la sensación de que avergonzaría a Draco si creía que Harry sabía lo que significaba la lista.

—¿Qué es? —preguntó, para tranquilizar a Draco. Funcionó. Los hombros de Draco cayeron de la posición rígida en la que los había estado manteniendo.

—Nada —dijo, tomando la lista de Harry y guardándola en su escritorio— Entonces, ¿Era eso lo que recordabas?

—Sí —dijo Harry.

Draco se quedó junto a su escritorio, de espaldas a Harry, con una postura erguida.

—Eso es bueno —dijo— Que vaya a volver.

Era tarde. Harry sintió, espontáneamente, un fuerte deseo de tirar del hombro de Draco y obligarlo a mirarlo.

—Tal vez recordaré cómo estar enamorado de ti —dijo Harry.

Draco ordenó algunos bolígrafos en un recipiente de marfil.

—Nunca estuviste enamorado de mí —dijo.

«—D&H—»

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«—H&D—»

En la fiesta de cumpleaños de Lavender, Draco se sentó, pálido y silencioso, junto a Clarence. Draco usaba una costosa corbata de seda. Harry sabía que era cara, porque Clarence tomó el extremo de esta varias veces y se lo mostró a la gente, diciéndoles cuánto costaba. Draco miraba hacia otro lado cuando hacia eso. Lo hacía parecer como un prisionero encadenado, desfilando por Roma.

Sin embargo, cuando le dijo eso a Ron, éste solo lo miró con furia y Ginny soltó u suspiro.

—Es como en sexto año —dijo Ron.

—Sí, pero fue mucho más lindo en sexto año —dijo Ginny.

—No fue tan lindo en sexto año —dijo Ron.

—¿Ustedes, en serio, no creen que sea extraño cómo si… cómo si fuera propiedad de Clarence? —preguntó Harry. Al otro lado de la habitación, Draco se inclinó hacia Clarence, y Clarence pasó un brazo alrededor de Draco, besando la parte superior de su cabeza. Draco cerró los ojos y sonrió.

—Harry. Una cosa es obsesionarte con tu rival de la escuela —dijo Ron— Otra cosa es obsesionarte con tu exesposo.

—No estoy obsesionado —dijo Harry, aunque lo estaba, sabía que lo estaba. Era exactamente el mismo sentimiento que solía tener en sexto año, excepto que en lugar de "Malfoy tramando algo", era, "¿Por qué está Draco con ese perdedor?".

—¿No puedes simplemente dejarlo ser feliz? —preguntó Ron. Harry se preguntó cuándo había aprendido Ron a ponerse a la defensiva con respecto a Draco.

Ginny dijo lo mismo, dos semanas después, cuando Harry comenzó a quejarse de lo patético que era para Draco salir con alguien que claramente no lo entendía.

—Escucha, todos hemos hecho todo lo posible para apoyarte, porque obviamente ser secuestrado es una mierda y lo has tenido difícil —dijo, dejando su vaso de cerveza en la mesa de café de madera. Iba a dejar una mancha, porque la madera no estaba barnizada. Harry no estaba seguro de cómo sabía eso— ¿Pero sabes qué? Draco también lo ha pasado mal. Todo el mundo pensaba que él te había asesinado, ¿Lo sabías? Y nosotros pensábamos que estabas muerto. Luego, por algún milagro, regresas, y él creyó que la pesadilla había terminado, solo para que lo hechices en la cara y le entregues los papeles del divorcio. Entonces, si él quiere estar con Clarence, quien lo admito, no es el cuchillo más afilado del cajón, que así sea. Si él puede encontrar una manera de ser feliz después de todo lo que pasó, entonces lo menos que puedes hacer es no envidiarlo por eso.

—Él no es feliz —dijo Harry, con una certeza que no podía entender. Pero él lo sabía, de alguna manera. La palabra "Arrogancia" tachada, signos de interrogación alrededor de "Inseguro", como si Draco ya no confiara en que su baja autoestima fuera todo menos lo que debería ser. Sus bromas tontas con Teddy y su silencio total con Clarence.

Ginny lo miró fijamente.

—Él está más feliz —dijo.

Harry movió su vaso hacia una revista.

—¿Estaba realmente enamorado de él? —preguntó.

—Oh, Harry —dijo Ginny, disgustada.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Draco se había escuchado tan seguro cuando le dijo que Harry nunca lo había amado. Pero entonces, ¿Qué era ese sentimiento que había palpitado a través de Harry, cuando el fragmento de ese recuerdo había surgido en medio de la noche?

Fue más por probar que Draco estaba equivocado que cualquier otra razón que fue al Departamento de Memorias de San Mungo y pidió ver los recuerdos de Draco.

—«-»—

Siempre había sido extraño ver los recuerdos de sus amigos. Una de las peculiaridades del proceso era que los recuerdos tendían a comenzar un poco antes de que Harry apareciera en ellos y terminaban después de que él se iba. Con Ron y Hermione, esto había significado verlos besarse más de lo ideal.

Con Draco, significaba algo completamente diferente. Significaba ver a Draco armarse de valor antes de abrirle la puerta a Harry, la segunda vez que vio a Harry. Significaba ver a Draco entrar en su baño después de tener sexo, echarse agua fría en la cara y susurrar «"Este sería un mal momento para entrar en pánico"».

¿Harry conocía a Draco mejor ahora que en esos primeros seis meses de noviazgo? Porque vio cosas que podía decir que Harry del recuerdo no veía. En un recuerdo, Harry y Draco habían estado durmiendo juntos durante cuatro meses. Draco estaba en el departamento de Harry y Harry había ido al baño. Draco se inclinó sobre una revista de "Corazón de Bruja" en la mesa de café. Una de las historias de portada mostraba una foto de Harry con su brazo alrededor del cuello de una linda chica de su equipo de quidditch.

"¿El Elegido ha elegido a una cazadora?" se lee en el pie de la foto. Draco la miró fijamente, luciendo afligido. Harry salió del baño y no pareció darse cuenta de lo pálido que estaba Draco.

—Estaba pensando en ti, antes —dijo Harry.

—¿Lo hacías? —dijo Draco. Harry asintió y cerró la brecha entre ellos, tomando el rostro de Draco entre sus manos para presionar un beso en sus labios.

Draco se separó.

—Buen artículo sobre ti en "Corazón de Bruja" —dijo— Sobre ti y Marcia Snicket.

Harry se rio.

—Oh, si —dijo— Hey, ¿Quieres pedir algo de comida? Estoy hambriento.

Draco apretó la mandíbula, ¿Cómo no se había dado cuenta Harry?

—Claro —dijo Draco, apagado.

—«-»—

Harry observó el recuerdo donde supo por primera vez que Draco estaba enamorado de él. Llevaban seis meses durmiendo juntos. Harry se preguntó si él había pensado que estaban saliendo. No podría ser más claro que Draco creía que solo eran amigos con beneficios. Draco apareció en el departamento de Harry y le dijo que fueran de excursión. Él Harry del recuerdo estuvo de acuerdo de buena gana, y se aparecieron en algún sendero en los Peninos(10) que Draco conocía. Rápidamente se hizo evidente que Draco detestaba el senderismo. Su cabello se oscureció con el sudor. Se resbaló colina abajo con sus zapatos poco prácticos y las zarzas lo cortaron. Su nariz se puso rosada por las quemaduras solares. Harry le tomó una fotografía riéndose.

—¿Por qué demonios decidiste ir de excursión? —preguntó Harry. Draco se sonrojó bajo su quemadura solar.

—¿Por qué crees? —dijo, aplastando a los mosquitos— ¡Porque te gusta el senderismo!

Él-Harry-del-recuerdo y Él-Harry-observando ambos parecieron entenderlo al mismo tiempo. El Harry del recuerdo puso una mirada suave en su rostro y le pasó a Draco una botella de agua. Observó mientras Draco bebía.

—Odio ir de excursión —dijo Harry, cuando Draco terminó.

—¿Tu qué?

—Me harté durante la guerra —dijo Harry— Estaría muy feliz de no volver a caminar nunca más.

Draco lo miró asombrado.

—Yo también odio ir de excursión —dijo.

—Así que volvamos a Londres y nunca más hagamos esto —dijo Harry, y Draco se rio, claramente sin darse cuenta de que había dejado al descubierto su corazón.

—«-»—

Harry observó cientos de recuerdos. Unos simples, de Draco cocinando la cena y regañando a Harry por no gustarle el cilantro, y divertidos, de Harry burlándose de Draco y Draco sonriendo también; y los incómodamente excitantes, de Draco acercándose a Harry como si fuera a comérselo y luego haciendo precisamente eso, hábilmente, expertamente.

—«-»—

Harry observó su fiesta de compromiso. La felicidad desconcertada que Draco evidentemente había sentido. El momento después del brindis cuando apartó a Harry y le susurró al oído: «"¿Estás seguro?"», y Harry solo se había reído, porque él Harry de los recuerdos no parecía ver, no podía entender la profundidad y horror de las dudas de Draco.

—«-»—

Comprando la cabaña. Su boda. Todo el trabajo que Draco había puesto en el jardín. Toda la felicidad que le había dado a Harry, que Harry le había dado a él. La forma en que Draco todavía se armaba de valor a veces antes de entrar en una habitación dónde estaba Harry, a pesar de que habían estado juntos durante años, como si pensara que Harry dejaría de amarlo si no daba lo mejor de sí. Su última mañana juntos, cunado Draco puso los ojos en blanco ante Harry por llamar a la mermelada «"Uno de sus cinco al día(11)"» y dijo que era una injusticia cósmica que Harry todavía estuviera tan en forma. Harry salió de la habitación, y su expresión cambió, a una sonrisa soñadora. Siguió a Harry con la mirada mientras Harry caminaba por el sendero del jardín, escoba en mano.

El recuerdo terminó.

Harry compró un Traslador a Connemara, Irlanda.

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«—-—-—-—-—-DM-—-—-—-—-—»

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Solo habían estado saliendo por seis meses cuando Clarence le propuso matrimonio.

—Sé que es pronto —dijo. Estaba sobre una rodilla en la pista de patinaje sobre hielo de la Torre Eiffel. Acababan de comer de nuevo en el Jules Vernes porque Draco había mencionado una vez que era su favorito.

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«—-—-D&H-—-—»

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Harry realmente no se lo había propuesto. Habían estado hablando con el agente de bienes raíces, tratando de encontrar una casa que les gustara en sus catálogos, y Harry se giró hacia Draco y le dijo:

—Sabes, en cuanto a impuestos, esto sería mucho más fácil si nos casamos.

Y Draco había dicho.

—¿Enserio?

—Sí —dijo Harry— ¿Qué dices?

—Está bien —había dicho Draco. El agente inmobiliario dijo que deseaba haberlo sabido. Y él habría traído un poco de champán.

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«—-—-H&D-—-—»

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El violinista que Clarence había contratado tocaba a Vivaldi. Todos habían dejado de patinar para verlos a ellos.

—Tengo un poco de frio en la rodilla, Draco —dijo Clarence, con una sonrisa irónica.

Tal vez era egoísta decir que sí. Draco no estaba seguro. Sabía que Clarence lo amaba y no creía que, siendo realistas, las cosas fueran mejores que ahora. Hacía feliz a Clarence, lo sabía, o hacía que Clarence se viera bien en las fiestas, lo que equivalía más o menos a lo mismo, para Clarence.

—¿Sí? —dijo Draco. Clarence sonrió, se puso de pie y puso el anillo en el dedo de Draco. La multitud vitoreó. Draco sonrió, y una vez que empezó, no pudo parar, aunque era consciente de que era una sonrisa ligeramente histérica. Él y Clarence no habían hablado de matrimonio. No le había gustado que Harry le pidiera casarse por motivos fiscales en una agencia inmobiliaria, pero esto tampoco era lo que quería. No estaba seguro de lo que quería. Probablemente no tenía ningún sentido averiguarlo, ya que no lo entendería.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Todos le decían lo felices que estaban por él.

—Excepto Harry, por supuesto —dijo Clarence, mientras vagaban por Grifford's, eligiendo cristalería.

—Por supuesto que no —dijo Draco— Todavía se encuentra en Kuwait.

—Connemara —corrigió Clarence. Draco se rio para sí mismo.

—Lo que sea.

Clarence frunció el ceño y dejó una copa de cristal.

—Son lugares muy diferentes, Draco. Kuwait está en el Medio Oriente y Connemara está en Irlanda —dijo.

Draco se quedó en silencio, temporalmente paralizado por la desesperanza. Él y Harry solían tener esta broma recurrente, en la que Harry decía algo ridículo y Draco respondía con mucha seriedad.

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«—-—-D&H-—-—»

—Prefiero arrancarme las uñas con unas pinzas que levantarme del sofá —podría decir Harry, y Draco respondería:

—Creo que sería mejor elegir la opción de levantarse del sofá. Verás, quitarte las uñas con unas pinzas sería muy doloroso.

—Oh, mierda, sí, buen punto —decía Harry, y se levantaba del sofá.

«—-—-H&D-—-—»

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—¿Draco? —dijo Clarence.

—De hecho, herede un montón de cristalería de mi tía abuela —dijo Draco— Veamos el lino.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Draco insistió en invitar a Harry a la fiesta de compromiso, aunque Ginny lo miró como si estuviera loco.

—Todos sus amigos estarán allí —dijo Draco— No quiero dejarlo fuera —Harry acababa de regresar de Connemara y Draco se preguntó qué había encontrado allí. Si había derramado su ira de nuevo. O conoció a alguien.

Habían decidido alquilar un antiguo salón de baile del palacio de Westminster para la fiesta de compromiso. Era todo de lo que Draco y Clarence habían hablado durante semanas, lo que en realidad funcionó bastante bien para ellos. Clarence era excelente en la planificación y tenía un gusto perfecto. Draco nunca lo amó más que cuando discutían la logística.

La fiesta de compromiso en sí, sin embargo, fue difícil. Draco no puedo evitar compararlo con la que Harry y él habían tenido en su restaurante etíope favorito. Draco había estado demasiado elegante, Harry mal vestido, Draco se había sentido como si estuviera soñando. Harry había dado un discurso sobre cómo había acosado a Draco desde que tenía dieciséis años y se estaba volviendo tan vergonzoso que el único remedio era una boda. Draco lo había amado tanto que sentía que algo andaba mal dentro de su cuerpo.

—Estoy tan contenta de que estés feliz —le dijo Hermione a Draco, mientras permanecía en silencio junto a Clarence. El salón de baile en el palacio era magnifico. Draco y Clarence se veían espléndidos. Clarence había hecho la pajarita de Draco y lo había besado.

—Eres perfecto —le había dicho a Draco. Y Draco se sentía perfecto. Era el Barco de Teseo. Reemplazado. Nuevo. No quedaban restos de podredumbre.

Draco le estrechó la mano y sonrió. Le gustaba dar la mano y sonreír; le hacía sentir como si estuviera cumpliendo los sueños que había tenido de niño, pero en el buen sentido, en un sentido inofensivo.

Harry llegó tarde, usando jeans. Jeans negros, pero jeans sin duda. Su cabello era tan negro. ¿Alguna vez el corazón de Draco dejaría de acelerarse cuando lo viera? ¿Sería alguna vez capaz de tratarlo como una persona normal?

Pero Harry no era una persona normal.

Examinó el salón, frunciendo el ceño, como si estuviera buscando a alguien específicamente. Entonces sus ojos se posaron en Draco y todo su rostro cobró vida. Caminó entre la multitud, dirigiéndose directamente hacia Draco.

—Harry —dijo Clarence— Draco y yo estamos tan contentos de que pudiera venir.

—Necesito hablar contigo —dijo Harry, con los ojos fijos en Draco. Draco miró a Clarence, quien parecía menos que complacido.

—¿Puede esperar? —preguntó Draco.

—Por favor —dijo Harry, la cual era su mayor arma, realmente. Por supuesto que Draco no iba a decir que no, cuando Harry lo miraba y decía por favor.

—Vuelvo enseguida —le dijo a Clarence, y condujo a Harry a una antecámara dorada. Cerró la puerta con cuidado detrás de él, luego se giró para mirar a Harry.

—No te cases con él —dijo Harry, instantáneamente. Sonaba un poco sin aliento.

Draco cerró los ojos.

—Harry…

—No, lo sé, soy un imbécil —dijo Harry— Pero tú no lo amas, Draco. No te hagas esto a ti mismo.

—Lo amo —dijo Draco.

—No de la forma en que me amabas —dijo Harry.

—¿Por qué…? ¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó Draco, y estaba horrorizado por lo crudo que sonaba, lo patético.

—No estoy tratando de lastimarte —dijo Harry— Lo juro. Vi tus recuerdos, Draco, pero incluso si no lo hubiera hecho, solo por… solo por estar cerca de ti, habría…

—¿Habrías qué? No has estado cerca de mí. Has estado en la maldita Irlanda.

—No funcionó —dijo Harry. Sus ojos eran dolorosamente verdes. No importaba lo guapo que fuera Clarence. Nunca nadie sería más atractivo que Harry, porque él era Harry— Connemara. No tengo idea de lo que pasó la última vez, pero deambulé por malditos campos lluviosos durante semanas y nada me hizo sentir tan tranquilo como tú. Como tú jardín me hace sentir.

Draco negó con la cabeza. Podía escuchar los sonidos de su fiesta de compromiso entrando por debajo de la puerta. Él y Clarence ya habían comenzado a buscar una finca en el campo. Tendrían hijos. Clarence sería un buen padre. Sobre todo, Clarence nunca se iría. Incluso si a Clarence le borraran la memoria, nunca miraría a Draco con odio y lo hechizaría en la cara.

—Draco —dijo Harry.

—¿Qué estás diciendo? —dijo Draco.

—Yo estoy —dijo Harry— Estoy… No sé si estoy enamorado de ti todavía. Se siente como si lo estuviera. Pero sé que me gustas; realmente me gustas. Y no soporto pensar en ti casándote con alguien más, pero principalmente… principalmente con alguien que te obliga… a no ser tú mismo.

Hace mucho tiempo que Draco no estaba enojado con Harry.

—¿Te escuchas a ti mismo? —preguntó Draco— Hola, Draco, no te amo, pero asumo que todavía me amas porque eres tan patético que no hay forma de que hayas seguido adelante, así que ¿Por qué no rompes tu compromiso con un hombre maravilloso? ¿Quién adora el suelo sobre el que caminas para que puedas… qué… tener una cita con el gran Harry Potter?

—No eres patético —dijo Harry, acercándose, peligrosamente más cerca— No sé si todavía estás enamorado de mí. Sé que sueno loco. Tienes razón en estar enojado.

—Nunca fue real, lo que teníamos —dijo Draco, dando un paso hacia atrás, para que su espalda quedara contra la puerta— No voy a renunciar a un hombre que me ama por alguien… alguien que siempre fue y siempre será temporal.

—Estás equivocado —dijo Harry, acercándose tanto que casi se tocaban— Estaba loco por ti. Estoy loco por ti. No puedo dejar de pensar en ti. Joder, escribí tu nombre como idiota en todas mis notas en Connemara, solo para poder verlo, solo porque era tuyo.

Draco negó con la cabeza.

—No —dijo— Siempre fuiste solo… Yo fui solo tu primer esposo.

Harry lo besó. Fue como un desastre natural; horrible, mortal, divino. Draco se apartó y lo empujó.

—Detente —dijo. Harry dio varios pasos atrás, puso sus manos en el aire.

—Lo siento —dijo, y se escuchaba así— Lo siento. Yo solo, joder, Draco, te amo.

—¿Tienes idea de lo agradable que es para mí estar con alguien que realmente creo que me ama por una vez?

¡Te amo! —dijo Harry.

—Vete a la mierda, ¿Me amas? —dijo Draco— ¡Literalmente me dijiste que no sabías si lo estabas o no!

—Sí, y luego te besé, ¡Y se sintió tan malditamente claro, en realidad!

—¡No quiero… quiero… no quiero estar con alguien que se va a ir! —dijo Draco— No quiero volver a pasar por esto; No puedo, es muy difícil, por favor, Harry, yo…

Lo siguiente que supo fue que Harry tenía sus brazos alrededor de él, lo estaba abrazando fuerte, acariciando su espalda y susurrando.

Está bien, está bien, lo siento, Draco, lo lamento.

Draco en realidad no estaba llorando, solo temblando, jadeando. Agarró la espalda de Harry. Se sentía bien. Como si estuviera en casa y finalmente pudiera descansar.

—Yo no sabía, en ese entonces —dijo Harry, en su oído— Solo me di cuenta cuando vi los recuerdos. Que no sabías cuánto te amaba.

—No puedo —dijo Draco, aunque no estaba seguro de lo que quería decir con eso.

—Lo sé —dijo Harry— Lo siento, lo he hecho todo mal. No debí haber ido a Connemara, debí haber ido a ti. Solo pensé… No sé lo que pensé. Que recuperaría mis recuerdos y sabría cómo arreglar las cosas —se apartó de Draco y lo miró a la cara— ¿Es demasiado tarde para arreglar las cosas?

—Me voy a casar con otra persona —dijo Draco.

—No lo hagas —dijo Harry simplemente— Cásate conmigo.

Draco soltó una risa amarga.

—¿Qué, por razones fiscales?

—No —dijo Harry— Porque estamos hechos el uno para el otro.

Todavía tenía sus brazos alrededor de la cintura de Draco. Draco se casaría con Clarence. Tenía suerte de haber encontrado a Clarence. Se apartó del agarre de Harry.

—No lo dices en serio.

—Lo hago —dijo Harry. Draco abrió la puerta de un tirón. La música llegó a raudales, más fuerte de lo que Draco había esperado. Draco salió.

—¡LO HAGO! —gritó Harry detrás de él. Draco no miró hacia atrás.

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—¡Harry! —dijo Hermione— ¡No lo hiciste!

—Sí —dijo Harry con tristeza— Lo hice.

—Fue atrevido, te lo concedo —dijo Ron.

Estaban en el departamento de Ron y Hermione, y Harry les acababa de contar sobre su desastroso intento de impedir la boda de Draco.

—Pero, ¿Realmente lo quieres de vuelta, o es solo un… algún intento de recuperar tus recuerdos? —preguntó Hermione. Harry la miró sin comprender.

—¿Qué? No. Por supuesto que lo quiero.

—No hay "Por supuesto" al respecto Harry —dijo Hermione— Te horrorizaste cuando supiste que estabas casado con él.

—¡Porque me imagine casado con el imbécil que te llamaba sangre sucia!

—Te dijimos que había cambiado —dijo Ron.

—El Barco de Teseo —dijo Harry.

—¿Qué? —preguntó Ron.

—Nada —dijo Harry— Tenía que verlo por mí mismo, eso es todo. Acostumbrarme a la idea. Conocerlo.

—Apenas has pasado tiempo con él —señalo Hermione. Lo cual era cierto, técnicamente. Pero Harry había visto a Draco con Teddy. Había visto cómo Draco respondía a la angustia; lo bueno que era en su trabajo, cuántos amigos había hecho y conservado entre sus antiguos enemigos. Y luego había algo más, algo que Harry dudó en llamar recuerdo porque se parecía mucho al instinto, ese deseo inexorable de saber qué tramaba Draco que había sido parte de Harry desde que podía recordar. ¿Amaba a Draco porque había estado fascinado por él toda su vida? ¿O porque una parte oculta de él recordaba haberse enamorado de él la última vez? ¿O porque se había enamorado de él nuevamente al presenciar su aplomo frente a la adversidad? ¿O alguna combinación de las tres?

—No importa —dijo Harry— Lo amo.

—Bueno —dijo Hermione, apoyándose en Ron— No puedo fingir que no estoy aliviada.

—¿Qué? ¡Pero todos estaban tan felices por él y Clarence!

—Estábamos felices de que hubiera encontrado a alguien que lo amaba —dijo Hermione— Él se lo merece.

—Para ser honesto, estábamos preocupados de que simplemente languideciera por el resto de su vida —dijo Ron— Nos sentimos aliviados de que se hubiera reestablecido, aunque obviamente no era… perfecto.

—Bueno, él todavía está planeando seguir adelante con eso —dijo Harry poniéndose de rodillas— Así que le deseo a él, a Clarence y a su maldita ropa cara toda la felicidad.

Harry sabía que debería dejarlo, pero no pudo resistirse a enviarle una carta a Draco.

«—D&H—»

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«—H&D—»

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Querido Draco:

Respetaré tu elección, decidas lo que decidas. Incluso trataré de ser amable con él. Pero no te equivoques: Es solo una opción. Nos tienes a ambos, A mí y a Clarence.

Tuyo,

Harry.

«H—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—D»

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No recibió respuesta.

Pasó una semana, en la que Harry trató de convencerse a sí mismo de que podría ser maduro y no un imbécil si Clarence tomaba el extremo de la corbata de Draco en la boda y le decía a Harry cuánto costaba. Suponiendo que Harry estuviera invitado, lo cual probablemente no sería así, dado que se había besado con el novio en la última fiesta que dieron.

El jardín todavía lo calmaba, al menos. Era de mañana, y los lirios estaban más luminosos que nunca. Se sentó en la mesa de madera tomando una buena taza de té y tratando de no sentirse furioso con quien lo había secuestrado y arruinado su vida.

Draco apareció en la puerta del jardín. Harry se sentó y bajó su taza de té.

—Draco —dijo.

—¡Oh! Harry. Hola —dijo Draco, pasándose una mano por el cabello, sus ojos recorriendo todo el lugar, luciendo como si hubiera esperado ver a alguien más que Harry en el jardín de Harry.

—¿Todo… bien? —preguntó Harry.

—¿Mmm? Oh, sí —dijo Draco, mirando vagamente las flores— Solo vine, para revisar los lirios. Se ven bien.

—Neville se encargó de ellos mientras estuve en Connemara.

—Ah, bueno, eso lo explica —dijo Draco— Encantador, bueno, me alegro de ver que están… —se quedó callado, mirando el jardín.

Harry espero.

—De todos modos, eso es todo —dijo Draco. Giró bruscamente sobre sus talones y caminó de regreso por el sendero del jardín. Harry lo vio irse, completamente desconcertado.

En la puerta del jardín, Draco se detuvo, se dio la vuelta y volvió con Harry.

—Lo siento mucho —dijo. Sus ojos eran salvajes— Olvidé preguntar por tu salud.

—Eh —dijo Harry— Estoy bien, gracias. ¿Cómo estás tú?

—Bien —dijo Draco. Sus dedos golpeaban unos contra otros a sus costados— Bueno. Así que… Buen día. Adiós.

Dio media vuelta y volvió a dirigirse a la puerta del jardín, donde se detuvo de nuevo, con la mano en el pestillo.

—Ah —dijo— Una cosa más. No mucho, pero probablemente sea mejor que lo escuches de mí. La boda se canceló. Mi boda, con Clarence, quiero decir.

—Draco —dijo Harry.

Draco inclinó la cabeza.

—Ven a tomar una taza de té —dijo Harry.

Draco soltó el pestillo.

—Por favor —dijo Harry— Solo una taza de té.

Draco asintió para sí mismo y caminó de regreso a la mesa, sin mirar a Harry. Harry duplicó su taza de té y le sirvió a Draco su té, tal como le gustaba. Draco se sentó en el banco y acercó la taza a él.

—¿Estás bien? —preguntó Harry.

—Sí, bien —dijo Draco, y Harry de alguna manera supo que Draco estaba preocupado por confiar esto a alguien a quien no le importara. No estaba seguro de cómo sabia esto, si era de memoria u observación, pero estaba seguro de ello.

—Realmente me gustaría saber —dijo Harry. Los ojos de Draco se movieron rápidamente para encontrarse con los suyos.

—Fue horrible —dijo.

—¿Cuándo ocurrió?

—Anoche —dijo Draco.

—¿Cómo se lo tomó?

—Preguntó si era por ti —dijo Draco. Harry trató de mantener su rostro neutral.

—¿Y qué dijiste tú?

—Le pregunté si sabía cómo me hice las cicatrices en el pecho. No lo sabía. Él nunca preguntó.

Harry no dijo nada. Draco tomó un sorbo de su té, dejó la taza y enterró sus manos en su cabello.

—Estaba tan triste —dijo— Él realmente me amaba, ¿Sabes?

—Sí —dijo Harry.

—Y yo lo amaba. Solamente que… que…

—Sí —dijo Harry de nuevo. Draco levantó la vista y le sonrió, bastante infeliz. Harry le devolvió la sonrisa. Estaba tan tranquilo en el jardín.

—Debería ir a trabajar —dijo Draco, poniéndose de pie— Gracias por el té.

—Draco —dijo Harry— Cuando quieras, si quieres, cuando estés listo, o lo que sea, ¿Tendrías una cita conmigo?

—Sí.

—Nunca tuvimos citas —dijo Draco.

—Lo sé —dijo Harry— Pensé que, tal vez, podríamos empezar.

—Oh —dijo Draco, mirándolo fijamente— Sí. Quizás. Está bien.

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Harry llevó a Draco a un romántico restaurante italiano. No era caro ni estaba de moda. La comida, de hecho, no era tan buena, pero Harry usaba corbata y se veía nervioso que Draco descubrió que no le importaba.

—La cuestión es —dijo Harry, entre palitos de pan (el mesero seguía trayendo más cada vez que Harry los terminaba, y Harry parecía sentir que sería de mala educación no terminarlos cada vez que el mesero los traía) — Qué tu y yo estemos en la misma página, con tantas cosas como sea posible, ¿Cierto?

—Claro —dijo Draco, quitando un trozo de comida pegada del mantel con la uña.

—Como, en todos esos recuerdos, hablábamos tan fácilmente. Hacíamos los mismos chistes.

—Solía sentir como si compartiéramos parte de nuestra mente —dijo Draco, en voz baja.

—Correcto —exclamó Harry, como si Draco acabara de probar su punto— Exactamente. Así que pensé que sabías cómo me sentía. Sabía lo que sentías por mí. Así que supuse que lo sabías. Cuánto te amaba.

—¿Recordaste todo eso?

—¿Algo así? Es más, como un sentimiento. Y algo de especulación —dijo Harry. El camarero trajo otra cesta de pan— Gracias —dijo Harry tristemente, tomando un palito de pan con una mirada casi derrotada.

No tienes que comértelos —dijo Draco.

—Oh —dijo Harry, dejando caer el palito de pan. Él rio— Soy una mierda en los restaurantes.

—Lo sé —dijo Draco.

—Es solo que Clarence te llevó a restaurantes.

—He estado pensando en eso —dijo Draco— Pansy ha aceptado ser mi Amiga Elegante. El jueves vamos al Jules Verne.

—¿Qué es el gusano(12) Jules?

—Ves —dijo Draco, notando que su tenedor estaba sucio y limpiándolo en su manga— Nadie es perfecto para nadie, ¿Cierto?

—Cierto —dijo Harry.

—Así que se trata de encontrar las imperfecciones que puedan manejar.

—Y puedes manejar que no me guste la ópera —dijo Harry, tentativamente.

—Esa es una de tus imperfecciones que puedo manejar, sí —dijo Draco.

—Está bien —dijo Harry— ¿Qué no puedes manejar?

Draco miró hacia otro lado. Harry era demasiado guapo para hacer preguntas como esa. Hacía que fuera difícil concentrarse. Draco trató de encogerse de hombros con indiferencia.

—Es un poco difícil, sentir que alguien está contigo casi como una broma.

—¿Una broma?

—Como… un capricho. El remate de un chiste. "Luego me casé con mi peor enemigo, fue divertidísimo".

Harry comenzó a alcanzar la mano de Draco, luego se apartó.

—Nunca fue así —dijo.

—¿Cómo lo sabrías? Quizás fue así, y no lo recuerdas —dijo Draco.

—No lo fue —dijo Harry.

—Hablemos de otra cosa —dijo Draco.

Y lo hicieron. Era fácil. Y Harry pagó al final de la comida, y acompaño a Draco de regreso a su apartamento.

Se detuvo frente a la puerta principal de Draco, su mano en el codo de Draco.

—Realmente me gustaría besarte —dijo.

Draco se inclinó, lentamente, vacilante, y sus labios se encontraron. Fue un beso bastante temeroso, para ambos. Podía decir, por la calidad de la respiración de Harry, que Harry también estaba aterrorizado de estropearlo.

Draco se apartó.

—Te amo —dijo, mirando el pavimento. Harry respiró hondo.

—Oh, Dios, Draco, Te amo tanto. Demasiado.

—Está bien —dijo Draco, porque lo estaba.

«—D&H—»

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«—H&D—»

El domingo por la mañana, Harry se presentó en su apartamento.

—¿Vienes a la Madriguera a almorzar?

Draco todavía estaba en bata.

—Sabes que no —dijo.

—Ven —dijo Harry.

Draco se mordió el labio. Harry se veía como antes, vibrante, suave y tentador.

—Esto es mucho —dijo Draco. La sonrisa de Harry decayó.

—¿No quieres que la gente sepa de nosotros?

—¿Hay un nosotros? —preguntó Draco.

—Sí, por favor —dijo Harry.

—No estoy listo para ir a la Madriguera contigo.

—Está bien —dijo Harry, inmediatamente, y envió un Patronus diciéndole a la señora Weasley que él tampoco iría.

Pasaron el día juntos, cocinando, comiendo, teniendo sexo lento y lánguido. Y desde entonces, estuvieron juntos. Draco sabía que estaban juntos, porque Harry se lo dijo.

—Esto es serio, para mí —dijo— Si no me dices lo contrario, asumo que eres mi novio.

—Presuntuoso —dijo Draco.

—Mucho —dijo Harry— Muy presuntuoso. Sin embargo, me doy cuenta de que no me estás diciendo lo contrario.

—No —dijo Draco— No lo hice.

«—D&H—»

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«—H&D—»

El domingo siguiente, fueron juntos a la Madriguera para el almuerzo dominical. Harry sonreía ante las cosas más pequeñas. Agarró la mano de Draco debajo de la mesa. Cada vez que Draco decía algo gracioso (y Harry parecía encontrar gracioso todo lo que Draco decía), Harry hundía su cabeza en el hombro de Draco, radiantemente feliz.

Draco todavía estaba demasiado atónito para hacer otra cosa que asentir cuando Bill preguntaba si habían vuelto a estar juntos, cuando Ron gritó y la Sra. Weasley lloró y Ginny le dijo a Harry que había sido un verdadero idiota y que, si la cagaba una vez más, ella personalmente, se aseguraría de nunca más pudiera acostarse con alguien.

—No lo haré —dijo Harry, todavía sonriendo beatíficamente— No lo haré.

Draco pensó que recordaba lo bueno que era, pero en realidad no lo había hecho. Había olvidado que Harry lo despertaba acariciando su cabello y sonriéndole. Había olvidado cómo Harry tenía sexo, atento e intensamente. Había olvidado la frecuencia con la que Harry lo hacía reír, no con una risa cariñosa, sino con una risa irresistible, más allá del recato.

Considerándolo todo, era casi como recuperar a Harry, el Harry con el que se había casado, excepto que no lo era. Porque este Harry a menudo tenía esa mirada en sus ojos, tomaba la mano de Draco y le decía con urgencia: «"Sabes que te necesito. ¿Verdad? Más de lo que tú me necesitas»" o «"Estoy aquí para quedarme, debes saberlo"».

«—D&H—»

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«—H&D—»

—¿Es cómo antes? —preguntó Harry una vez, mientras estaban acostados en la cama, después del sexo. La cama que compraron juntos años atrás, la cama donde pasaron su noche de bodas, donde Draco lloró cuando Harry desapareció, donde Harry durmió cuando se divorciaron.

—No —dijo Draco. Harry no dejaba de acariciar su cabello— Es mejor.

«—D&H—»

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«—H&D—»

Estaban tomando té en el jardín, como hacían la mayoría de las mañanas. Harry pelaba una naranja para Draco, porque Draco odiaba cómo se sentían las cáscaras debajo de sus uñas, y se la pasó.

—Gracias —dijo Draco. Cuando levantó la vista, Harry estaba sobre una rodilla frente a él, sosteniendo un anillo de compromiso.

—Oh —dijo Draco.

—Lamento cómo te lo propuse la última vez —dijo Harry— Estaba nervioso, creo. ¿Pero lo harías? ¿Quieres casarte conmigo?

—Otra vez —dijo Draco.

—No es otra vez, para mí —dijo Harry. Draco levantó el anillo y se rio. Era el anillo que Harry le había comprado la última vez. Harry debió haberlo robado del cajón de la cómoda de Draco.

—Lo grabe —dijo Harry. Draco lo acerco a su rostro y vio que en oro había finos grabados. Un barco a toda vela, un barco en estado de descomposición, un barco que había sido reconstruido, ligeramente diferente. En un ciclo repetitivo.

—¿Qué hace que el barco sea el mismo? —pregunto Harry— No lo sé. Debe haber algo en el que permanece a través de los cambios. Creo que eso es lo que eres, para mí.

Esto, se dio cuenta Draco, era lo que había querido todo este tiempo. Un jardín lleno de flores que extendieran su fragancia. A Harry, sobre una rodilla, mirándolo con toda la contundente intensidad de su naturaleza. Diciéndole que lo amaba de maneras permanentes e infinitas.

Draco se puso el anillo.

—Me preguntó qué pasa conmigo, que la gente siempre asume que ellos son los que tienen que proponer matrimonio —dijo Draco.

—Es por tu lindo cabello —dijo Harry, serio.

—Oh, sí, debe ser eso —dijo Draco. Harry tomó su mano y besó su dedo, atrapando el anillo con los labios.

—Te amo —dijo.

Draco colocó su índice debajo de la barbilla de Harry y lo inclinó hacia arriba.

—Lo sé —dijo Draco.

Harry sonrió más que nunca.

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...FIN…


Glosario:

1: TEPT: Siglas del Trastorno de Estrés Postraumático. Un trastorno caracterizado por la imposibilidad de recuperarse después de experimentar o presenciar un evento atemorizante. El trastorno puede durar desde meses hasta años y suele haber episodios que recuerdan el trauma y causan intensas reacciones emocionales y físicas.

2: Tudor: Es un estilo arquitectónico que corresponde con el desarrollo final de la arquitectura medieval en Inglaterra, durante el período Tudor. Este estilo tuvo un resurgimiento en su popularidad en la década de los 90's y actualmente, se reconoce como un epítome de la mansión de campo.

3: Cotswolds: Es un área de 40 x 145 kilómetros al noroeste de Londres que abarca cinco condados y que, por méritos propios, se ha ganado la calificación de "Zona de Belleza Natural Sobresaliente".

4: Estufa Aga: Aga es el nombre de una marca de estufas. Son espaciosas estufas de calor radiante de hierro fundido con múltiples hornos y opciones de cocción. Todas las estufas Aga vienen con un horno para asar, un horno a fuego lento y una o dos hornillas.

5: Connemara: Es una región que comprende la zona occidental del condado de Galway y parte del sur del condado de Mayo, que presume de ser una las áreas naturales mejor conservadas de todo Irlanda, con un gran patrimonio paisajístico y lingüístico.

6: Jules Verne: Es un restaurante real ubicado en el segundo piso de la Torre Eiffel.

7: Tate Modern: Es el nombre por el que se conoce el Museo Nacional Británico de Arte Moderno. Se encuentra en el centro del Londres y forma parte del grupo de museos Tate junto con el Tate Britain, Tate Liverpool y Tate St Ives.

8: Carmen: Es una ópera dramática en cuatro actos con música de Georges Bizet y libreto en francés de Ludovic Halévy y Henri Meilhac basado en la novela homónima de Prosper Mérimée. El final de la obra es trágico con el asesinato de Carmen apuñalada por su pretendiente Don José.

9: Slime: Es un material compuesto de colorante, aromatizante, pegamento, detergente, almidón de maíz, bicarbonato y agua fabricado por la empresa Mattel, comúnmente utilizado como un juguete infantil.

10: Los Peninos son una formación montañosa situada entre el sur de Escocia y el norte de Inglaterra. A menudo son llamados "La espina dorsal de Inglaterra".

11: Uno de sus cinco al día: Se refiere a la regla de "Cinco al día" proviene de una recomendación de la Organización Mundial de la Salud de comer al menos 400g de frutas y verduras al día.

12: Harry confunde la pronunciación de "Verne" con "Worm" que es gusano en inglés.


Nota Final de GallaPlacidia en la versión original:

¡Gracias a Tacky Tiger y Tepre por alentarme en general, y a IsobelWrites por ayudarme a ponerme en contacto con hupsoonheng y obviamente a hupsoonheng por inspirarme en primer lugar!

Como siempre, si te gusto el fanfic, ve a saludarme en Instagram, donde público reseñas de los libros que lei en let_them_eat_books. A menudo tienen un gran impacto en la forma en que escribo.


Nota de la Traductora:

Feliz 1° de Septiembre. Y como regalo otra traducción. "El Barco de Teseo" es mi fanfic favorito de GallaPlacidia y estaba muy emocionada de por fin publicarlo; cada vez son menos las traducciones que me faltan por traducir y publicar y verle un final a este proyecto que inicie me emociona mucho, espero les haya gustado esta historia tanto como a mí. Gracias a todos los que leen las traducciones que publico.

Nos vemos en: Exposure...