Avisos:

Nada me pertenece, universo alterno.

James y Lily vivos, Harry tiene un gemelo.

Si desean, pueden escuchar Be as One de w-inds, que es la canción que se interpone dentro de la narración.

Disfrútenlo

Capítulo 3

Su decisión había sido tajante. No se podía dar paso atrás. En las próximas 48 horas se marcharía a la misión que le había encargado la Orden: tendría que viajar alrededor de todo el mundo en busca de aliados para la guerra. Sacando la cuenta, llegó a la conclusión de que le tomaría cerca de tres años realizar semejante travesía. La verdad es que el tiempo no le generaba problema; más tiempo estuviera lejos de Ginevra Weasley era mejor. Necesitaba olvidarla y la razón radicaba en que hace una semana ella se había comprometido con su hermano gemelo. Pronto, oficialmente, ella sería Ginevra Potter, la mujer de quien tendría que ser su más fiel confidente, con quien había compartido vientre por casi nueve meses, pero no era así. Él y Charles eran demasiado diferentes y mucho menos confidentes.

Después de la discusión que habían compartido, Harry decidió adelantar su viaje; partiría temprano la próxima mañana. Se despidió de todos, menos de ella. No creyó poder soportarlo.

Siempre pienso en ti. Incluso en los días que no nos vemos. Cada vez que siento que el calor de tu palma me envuelve a mi, a mi alma y mi corazón.

Habían pasado dos años desde que Harry decidió tomar cartas en la guerra contra Voldemort. La partida, la verdad, no había sido fácil, su madre se había negado rotundamente a que se marchara tan lejos y por tanto tiempo. Su padre, se mantenía distante, parecía dolido por su despedida, pero había entendido que ya era un hombre y al igual que su hermano, el elegido, debía ayudar. Charles, en cambio, sonrió socarronamente y le deseó buena suerte con un "ya era hora" …pero el chico confió en sus habilidades y le devolvió la sonrisa, y le deseo buena suerte igualmente en lo que se avecinaba.

El tiempo que aconteció a ello, fue escabroso. Las muertes y desapariciones iban en aumento y al parecer, nadie podía detener al señor Tenebroso, ni los aurores más experimentados del Ministerio, ni si quiera el elegido, Charles Potter. Quien, con el tiempo y la guerra, había cambiado un poco su actitud egocéntrica, para dejar a un joven más maduro, pero que aún conservaba esa actitud poco tolerante a la frustración. Cada día se sentía más enojado de no poder derrotar a Voldemort y tener la gloria que tanto anhelaba.

El rastro de las largas caminatas y combates frente a los seguidores del señor Tenebroso habían dejado marcas por todo el cuerpo de nuestro protagonista, quien ya ni siquiera guardaba algún rastro de la adolescencia. Harry se había convertido en un adulto; alto, fuerte y bastante atractivo. Era mucho más confiado en sí mismo, pero seguía conservado aquella actitud tan callada que llegaba a ser algo sombría. Cosa que encantaba a su novia, Lucy Jacobs.

Lucy Jacobs, era completamente opuesta a lo que Harry recordaba de Ginny Weasley. Era rubia, alta, sin ser el típico estereotipo de la rubia tonta, sino que era muy hábil con la varita y muy inventiva cada vez que ella y Potter estaban en problemas. Se habían conocido en el primer año de la travesía del joven en Suecia; ya que ella era hija de uno de los magos más fuertes del país y que se veía muy interesada en combatir a los magos oscuros y, por lo tanto, él le pidió que se convirtiera en su compañera. Siempre era bueno tener algo de compañía. Ella aceptó gustosa y con el tiempo la amistad se convirtió en algo más. Lucy se veía muy enamorada y se lo vivía recordando a cada momento, cosa que a Harry le incomodaba un poco; no le gustaba la gente muy melosa, pero de igual forma la apreciaba. Era un amor tan distinto al de Ginny, pero amor, al fin y al cabo.

Estaré aquí, no me alejare. La dulzura despreocupada que muestra cada vez que nos vemos me hace querer abrazarte y jamás soltarte. Yo seré- seré uno solo- quiero protegerte quédate conmigo, te amo, si, a ti, mi amada te revelo solo a ti todos mis sentimientos

Cuando Harry visitó América del Sur, un año después, recibió uno de los llamados que le hacían sus padres. No se realizaban con mucha frecuencia, debido al peligro de ser descubiertos, pero siempre lo mantenían al tanto de las cosas que sucedían en Londres, donde estaba más desatada la guerra. En este caso, el mensaje se había adelantado y eso lo alertó. Las cosas estaban realmente mal en Europa; necesitaban refuerzos, incluso aquellos que estaban en misiones tan peligrosas como Harry. Le contó a Lucy que debían partir allí y ella expresó que se comunicaría con sus familiares, así pelearían todos juntos.

Aquella noche, después de tener relaciones con la joven, Harry no pudo conciliar el sueño. Pensó en Ginevra, a quien más olvidaba con el tiempo, o eso al menos intentaba creerse él. La verdad es que todo le recordaba a ella, hasta el olor de los pinos que rodeaban la carpa donde él y Lucy dormían y que había tenido los dos años que llevaba lejos de su hogar.

La pensó en brazos de su hermano, y se enfureció, ella siempre había sido de él y también se enfureció con él mismo, había pasado tanto tiempo y hasta tenía novia. Lucy no tenía la culpa de nada. No tenía la culpa que sus pensamientos estuvieran ocupados por otra mujer. Se relajó, y pensó en un futuro, siempre que lo hacía antes de marcharse, se miraba con Ginevra, que podrían dar a conocer sus sentimientos y formar una familia, la imaginaba con una barriga, con hijos… hijos de ambos. Pero ahora las cosas eran tan oscuras, seguramente si Charles sobrevivía, igual que ella, formarían una familia y probablemente, él y Lucy también. Lo sabía, la rubia moría por que acabara la guerra y comenzar una familia con él.

Un encuentro milagroso de esos que suceden solo una vez en la vida en el que todas las estrellas estaban brillando y las gotas de lluvia se apresuraban a caer en el mar

Lucy estaba realmente emocionada. Deseaba mucho conocer a su familia y a su hermano gemelo, siempre le mencionaba que eso de que existan dos personas casi iguales le llamaba la atención.

Cuando llegaron a Londres, cerca de la mansión Potter, a través de un traslador, Harry tuvo ganas de vomitar. Eran demasiados los recuerdos; extrañaba a su madre y a ella… la pelirroja que tanto amaba. Pensó en su hermano, su padre y sus tíos. Seguramente habrían cambiado con el tiempo; la guerra los cambia a todos. Endureció su expresión.

–¿Sucede algo, querido? –le llamó Lucy.

–¿Eh?... no, solamente pensaba… –le sonrió.

–Por tu expresión no era nada bueno…estás seguro de que querías venir aquí, nunca hablas demasiado de tu familia… –ella lo miró acongojadamente.

–No, a ellos los quiero mucho –y no era mentira –es solo que, me gustaría haber venido aquí por razones más buenas.

–Comprendo –ella le sonrió tiernamente, y después miró el paisaje que les ofrecía la noche.

–Me gusta que estemos todos juntos… siempre es bueno estar acompañado de quien amamos cuando las cosas están tan feas –Harry le sonrió y le tomó la mano para que emprendieran la caminata que los llevaría a la puerta de la casa Potter. Era hora de volver a ver a Ginevra Weasley.

Vamos a entrelazarnos, nosotros dos, amor, tu lo tienes todo, incluso en casos pequeños cuando nos cruzamos sin hablarnos nunca llore, estoy seguro de que vamos a abrir nuestros corazones.

Cuando hubiesen reconocido su identidad, Lily Potter le abrió la puerta. Estaba más vieja de lo que Harry recordaba, aunque igual de cariñosa que siempre; lo abrazó por un largo instante. El joven se sintió mucho mejor, como si una parte dentro de él estuviese completa; era lo que siempre provocaba su madre. Cuando le presentó a Lucy ella sonrió, aunque Harry notó que no era completamente sincera, seguro era la desconfianza normal de las madres al ver a sus nuevas nueras, pensó.

Los siguientes instantes, sucedieron hechos muy parecidos al anterior, él y Lucy saludaron a su padre, a sus tíos y a los miembros de la Orden que aún vivían. Se extrañó al no ver a su hermano, ni a Ginevra. Seguramente al ser tan tarde, estarían en su habitación durmiendo, pensó con amargura, aunque sus pensamientos se vieron interrumpidos.

–Charles quería darte la bienvenida, pero justo hoy él, Ron y Hermione están de guardia. La verdad es que todos estaban expectantes por verte…has hecho un muy buen trabajo, Harry –le comentó su padre. Harry notó que un nombre faltaba dentro de todo lo que James le mencionaba: Ginevra.

–Así es, Harry, estamos muy orgullosos de ti. Hasta conociste una compañera en el camino –esta vez era Remus Lupin, quien Harry consideraba su segundo padre, quien hablaba con una sonrisa. Lucy se la devolvió y comenzó a comentar de donde provenía y cómo se conocieron. El joven interrumpía a veces su narración para agregar algunos hechos a lo que ella contaba. Estaba contento de estar en casa, aunque aún había algo que le incomodaba: Ginevra.

Voy a venir aquí y escuchar a los sueños que esperas y la continuación del libro que estaba leyendo. Cuando recogemos las pequeñas cosas el uno del otro que aun no conocemos los lazos que tenemos entre nosotros fortalecerá

Aquella noche, no fue capaz de abrazar la espalda de Lucy cuando estaban en su antigua cama. No cuando ambos dormían sobre el mismo lugar que había compartido en tantas ocasiones con Ginevra. Sin conciliar sueño, se levantó cerca de las 2 de la madrugada para fumar un cigarrillo en la escalerilla trasera de la cocina de la casa. Estaba pensativo. Quizás cuando acabara la guerra podría tomar sus cosas y marcharse de una maldita vez con Lucy de allí; necesitaba alejar esos pensamientos donde Ginevra Weasley era la protagonista de una vez.

–Que horrible habito has tomado estando lejos de casa, cariño –era Lily

–Me ayuda aclarando mis ideas –le sorprendió verla allí. Se suponía que todos dormían.

–Podrías hacer otras cosas, como correr. Eso me ayuda a mi –ella se sentó junto a él en la escalerilla y le quitó el cigarrillo para luego apagarlo en el cemento. Harry no contuvo su sonrisa.

–Se supone que deberías estar durmiendo, mamá –Harry la miró.

–Igual que tú, mi amor. Dime que te acompleja, soy tu madre, puedo ayudarte.

–Nada, mamá, solo me preocupa lo que sucede con esta tonta guerra. Eso es todo –mintió descaradamente.

–Ah –contestó secamente ella y lo miró–¿Estas seguro?

–Sí, completamente –Harry evitó su mirada tan profunda y se levantó. –Creo que intentaré dormir algo.

Cuando Harry estaba junto a la puerta que daba a la cocina, ella habló otra vez y lo dejó helado.

–¿Tendrá relación, acaso, con una joven pelirroja con la cual mantuviste una relación secreta durante casi toda tu adolescencia? –No pudo seguir avanzando. Mierda.

–¿Qué sabes sobre eso? –dijo, cuando pudo superar el shock de los hechos.

–Mucho, la verdad.

–¿Co…?

–Ella me lo dijo –lo interrumpió. Harry volvió a sentarse junto a ella.

–Era un secreto de ambos… –le reprochó Harry

–Bueno, a veces las situaciones no resultan como uno quiere, Harry. ¿Acaso creíste que el secreto duraría mucho tiempo? –se miraron a los ojos. Madre e hijo.

–Sí –se sinceró él.

–Las madres siempre nos enteramos de todo, mi amor.

–¿Estás molesta?

–Ahora ya no. En un principio, lo estaba mucho. Lo que ella y tú le hicieron a tu hermano fue horrible. Sea como sea, tú hermano no se merecía eso…

–Mamá, lo sé –le cortó Harry. Ella suspiró. –Siempre me lo reprochaba, pero ella y yo… lo que sentíamos. Es tan difícil de explicar.

–Era amor, cariño. La gente comete actos horribles en nombre del amor… –Harry la miró. –Ya no sientas pena por ello. Ginny y Charles ya no están juntos.

–¿¡Qué!? –¿Qué rayos había sucedido en aquellos dos años?

–Querido, no grites –Lily Potter parecía impaciente. Era grande el peso que llevaba y quería liberarse de él.

–¿Qué? ¿Por qué?

–Sucedieron muchas cosas cuando te marchaste. Yo sospechaba que había algo extraño en la forma en que Ginny actuaba, pero siempre pensé que todo se relacionaba con tu hermano… hasta que te vi salir una noche antes de que te marcharas del ático, muy molesto y después salió ella de allí… con la cara llena de lágrimas…

–Ahí fue donde decidiste preguntarle…

–No, cariño… necesitaba más pruebas –calló unos momentos y prosiguió. –Cuando te marchaste, la noté más apagada de lo normal, inclusive cuando ella, yo y Molly Weasley hablábamos de la boda. Ella deseaba aplazarla hasta que la guerra terminara, pero su madre insistió que se realizara en un mes porque de todas maneras seriamos algunos miembros de la orden y algunos de sus familiares y nada más. Ella aceptó, aunque no muy feliz… y ahí fue cuando me di cuenta de que ella no amaba realmente a tu hermano. Cuando yo me iba a casar con tu padre pensaba día y noche en los preparativos; es un día muy especial para una mujer, hijo –Harry asintió.

–Entonces, ¿Qué pasó? ¿Por qué no se casaron?

–Bueno, supongo que acá viene lo más triste…–su rostro se ensombreció y el joven pensó lo peor. –El día de la boda hubo un ataque. Eran un montón de mortífagos y no sabíamos quien les había contado de aquello; teníamos un soplón entre nosotros. Aquella noche, Ginny desapareció junto con ellos. No hubo rastro y no sabíamos si ella estaba muerta o secuestrada…

–No… ¡NO! –gritó el pelinegro. No, ella no podía, su Ginny preciosa no. Brotaron lagrimas de sus ojos y Lily lo abrazo.

–Tranquilo, mi amor. Ella está bien… –Harry la miró. –No me has dejado terminar. Ginny ahora está en un lugar seguro. En una de las guaridas de la Orden, está con uno de sus hermanos y su cuñada.

–Pero ¿cómo fue que la encontraron?

–Tú hermano se puso como loco, así que él, Ronald y Hermione se pusieron en su búsqueda. Todos los apoyamos, obviamente. Les tomó unos meses encontrarla… pero dieron con su paradero y, además, logramos deshacernos de algunos mortífagos –Lily le sonrió para tranquilizarlo, aunque Harry todavía se sentía inseguro. Esto no cuadraba, se supone que si su hermano la había encontrado con mayor razón debería estarla cuidando, allí en la mansión Potter.

–¿Por qué no está aquí? –preguntó algo brusco.

–Eso deberías preguntárselo a ella… tiene algo muy importante que contarte –ella le sonrió cómplice, como si guardara el secreto para derrotar a Voldemort.

–Madre… ¿cuándo te contó Ginevra de nuestra antigua relación? –su voz sonó más dura.

–Buenas noches, mi amor. Ah, y si deseas tener una relación con Ginny debes terminar con la joven Jacobs… no pienso tolerar más infidelidades en esta casa, ¿comprendiste?

–Madre… –ella lo miró seriamente. –Está bien, madre. Buenas noches –ella le sonrió y se marchó.

Harry miró el cielo y aspiró una buena bocanada de aire puro. ¿Qué rayos le ocultaba su madre? Muchas cosas no le cuadraban y eso lo estaba frustrando.

Tomar nuestras manos y sentir el calor de los demás y sentir la paz que nace de la otra mitad en el que todas las estrellas están brillando.

Cuando fue a su habitación, Lucy aún dormía profundamente. Era lo mejor. No deseaba tener una conversación ahora con ella. Sus pensamientos estaban ocupados (igual que siempre) por una muchacha pelirroja. Quería llorar, seguramente Ginevra había sufrido todo tipo de vejaciones cuando estuvo a manos de los mortífagos y tuvo ganas de matarlos a todos e inclusive, enfrentarse al maldito de Vodemort. Miró a la joven que dormía junto a él y sintió pena… ella no merecía que estuviese utilizándola para olvidar a Ginevra Weasley; debía terminar con ella y pronto. Seguramente encontraría al hombre perfecto… aquel que la amara de verdad.

Logró dormirse y soñó con Voldemort, que se enfrentaban a muerte, que el era el elegido y no su hermano.

Despertó con el cuerpo lleno de sudor y con una Lucy completamente preocupada junto él.

Continuará

¿Qué opinan?

Les recuerdo que la canción que se interpone a la narración es "Be as One" de w-inds.