Los acontecimientos que se desarrollaron bajo el resplandor de la luna estuvieron lejos de ser una escena romántica o tranquila.

Artoria Pendragon como el Rey de los Caballeros, la portadora de la espada sagrada más poderosa de todas... No estaba en la mejor de las situaciones.

Le duelen los brazos, oleadas de dolor amargo viajan desde el dedo herido por el ataque de Lancer hasta el hombro y la espalda golpeados por la electricidad de las bestias de Rider.

Aún así, la postura de ella es firme y los mechones de pelo que tocan su cuello se agitan con las corrientes de aire con furiosa determinación.

Los acelerados latidos de su corazón se hacen más fuertes, mas reumbantes, hasta que fuera de su propio cuerpo un ligero zumbido empieza a resonar. Ignoró los gritos del Master de Rider y se preparó.

En un instante había despegado hacia adelante.

Y la espada, aquella hoja sagrada que no prometía más que éxito, fue fiel a su leyenda cuando cortó a través de una buena parte de la armadura en el carro antes de que el brusco giro y la espada propia de Rider desviará su ataque mortal al pulmón derecho.

Un gruñido escapó de los labios del Rey de Rojo, su brazo siendo arañado por una ligera rafaga de viento que abrió pequeños cortes en un lado de su capa gloriosa y su brazo derecho.

Pero su fuerza no se había apagado. Sus ojos examinaron la postura del Rey de Azul, la técnica, la determinación que poseía...

– ¡Verdaderamente...! ¡Te reconozco cómo el Rey de los Caballeros, Saber! –Iskandar llamó otra a espada griega a su mano cuando la que sostenía explotó en astillas de metal.

Su sonrisa estaba manchada por un hilillo de sangre.

Saber no pudo evitar que sus labios se estiraran. Sus brazos ardían por la acción y el dolor de los cortes recientemente abiertos.

– También eres digno de tu nombre, Iskandar –

Con una mirada de respeto mutuo en sus posturas diferentes los guerreros de epocas antiguas apretaron el agarre sobre sus armas.

Habían soportado el dolor de mil agonías, habían atravesado los oleajes del tiempo y sus adversidades.

Y por ello, cargaron. Las ruedas de Gordius Wheel, el Noble Phantasm de Iskandar resonaron con el trote de sus toros. Los zapatos acerados de Saber perforaron el asfalto con el destello del viento a su alrededor.

Y con esa velocidad, con ese ímpetu ya no había manera en que pudieran ser detenidos. No habría otro que interrumpiera su combate...

¿Verdad?

'Saber, retirate ahora, hay un cambio de planes' La voz de Kiritsugu repentinamente volvió a inundar su mente, causando que Saber abriera grandemente los ojos antes de impulsarse con Mana Burst a un costado.

Iskandar también abrió grandemente los ojos, sin esperar aquello y al darse la vuelta para ver al conmocionado sevant Saber no pudo frenar en aquél momento justo a sus bestias que arremetieron más allá y golpearon uno de los Noble Phantasm de Lancer que estaba lanzando hacia adelante contra Halmeus.

El resultado fue que Lancer salió volando con un fuerte ruido y su lanza giro sobre su cuerpo... ¡Antes de apuñalar su brazo contrario, que manejaba a Gae Dearg!

Con el impacto los toros giraron y desviaron el carro a unos pocos metros antes de calmarse, Iskandar se dió la vuelta...

Y vió a Halmeus, en una pose de clara victoria contra el caballero de Fianna, el cuál con una mueca de dolor se hizo desaparecer en un grupo de chispas azules ante el llamado de su extraño Master.

Diarmuid no estaría luchando más por esa noche. Una voz, tan melodiosa como llena de espinas de desdén y desprecio lo había obligado a lucharny luego retirarse ¿Que clase de señor le había tocado servir?

Saber misma, aún atrapada en la orden de Kiritsugu, no había visto claramente lo ocurrido y Lancer, atacado por detrás, no había visto el movimiento agresor.

¡Por último el Rey de Rojo, el no había estado a las riendas en primer lugar, tampoco había visto lo ocurrido!

Saber sin embargo no se detuvo más tiempo, atrapó a Irisviel y desvío repentinamente siete dagas oscuras.

Una docena de servants se dejaron ver y luego se desdibujaron en las cercanías. Eso quitó pronto la queja de los labios de Iskandar y en cambio añadió un ceño fruncido molesto mientras palmeaba la espalda de su Master.

Assasin, estaba vivo. Y había interrumpido la lucha de dos reyes.

– Interrumpir las batallas del Rey debería ser castigado con la muerte directa –Declaro Rider cerrando lls ojos, antes de sonreír –. Pero viendo que pueden estar siguiendo ordenes quiero preguntarles... –

El silencio se hizo, sin que nadie más se mostrará.

– ¿Que clase de Master tienen que teniendo seres que se ocultan en las sombras trabajando para el tampoco desea mostrarse en la luz? –

No hubo respuesta, no hubo una nueva aparición. Pero nadie podía estar seguro de que no hubiera nadie, por la habilidad del asesino: ocultamiento de presencia.

El combate de honor y gloria se había convertido en un espacio de tensiones e incomodidad.

– Debemos tener cuidado, Irisviel –Saber indicó, con el ceño fruncido, en un area como aquella estaban expuestos.

Por otro lado, irse directamente a uno de sus escondites dejaría al descubierto uno de sus espacios especiales... Lo mejor sería aprovechar el alto al fuego con los otros servants.

Halmeus sonrió, dejando la katana caer a su costado en una pose tranquila. La razón era simple.

¡Si Iskandar decide eliminarlos cómo en el show sería una preocupación menos para más tarde! Además el Rey de Rojo no era alguien que dejaba que mataran a aquellos con quienes estaba combatiendo.

– Halmeus –Iskandar repentinamente le llamó la atención – ¿Cómo era Okeanos? –

– Un espacio de aventura sin fin, de magia liberada a través de las olas, de maravillas que harían llorar los ojos más secos... –Susurro Halmeus, sus ojos perdidos en la distancia mientras sonreia.

Ante la vista del Rey de Rojo el héroe del relato más antiguo conocido era una figura misteriosa e incluso fascinante. Estaba rodeado de asesinos y enemigos, había declarado estar debilitado (incluso si los demás no se habían fijado mucho en eso) y sin embargo había derrotado a Lancer.

¡Cuando los asesinos lo rodeaban el incluso dejó su guardia abierta! No eran nada ante el, un ser que se ocultaba en las sombras no podnía ante su luz, su presencia.

Iskandar sonrió, borrando la sangre de sus dientes. El no podía ser menos...

– ¡Adelante mis hombres, reunanse ante la llamada de su Rey! –

...Halmeus solo estaba recitando un borrador que no había escrito en su libro. Y bajo a Muramasa porque le dolían los brazos de tanto resistir los embates de Lancer, la resistencia no le había durado tanto como servant.

Rafagas de viento indomable explotaron a su alrededor mientras cantidades de mana más allá de aquel mundo se deslizaban a su alrededor creando una enorme cúpula.

Saber, Rey de los Caballeros, observó cómo un mundo nuevo los rodeaba. Era de arena y un sol abrasador, con filas y filas de espiritus heróicos listos para la guerra cantando una misma canción.

– ¡A reunirse con el Rey! Adelante, Ejercito del Conquistador!

– Esta es nuestra convicción, está es nuestra gloria ¡Miles persiguiendo las aguas lejanas de Okeanos, hasta el mar distante –

Las nubes de arena se despejaron dejando a veinte figuras de Assasin confundidas al ser envueltas en aquel espacio extraño.

– ¡ESTE ES MI EJÉRCITO, MI GENTE , IONOI HETAIROI! –

El rugido del ejército hizo que la arena girará, Iskandar dejó atrás su carro y se subió a un hermoso corcel oscuro, antes de agarrar a su maestro.

¡Demostremos a Halmeus, Conquistador de las Estrellas nuestra convicción de llegar al mar lejano! –

Waver sintió qué su cuerpo temblaba en una mezcla de miedo y adrenalina pero, inconscientemente, una pequeña sonrisa temblorosa se mostró en su rostro.

La caballería se lanzó a la carga, haciendo temblar el mundo.

El pobre chico se estaba volviendo adicto a situaciones de vida o muerte ¿Pero que podía esperar con la locura del Rey Conquistador?

Halmeus sonrio, dejando la katana apoyada sobre su hombro. Carnada, anzuelo y linea. Había podido sobrevivir a la primera noche gracias a Iskandar y al parecer Kiritsugu decidió que no era necesario matarlo.

Verdaderamente, le había gustado vislumbrar aquel combate entre Saber y Rider. En el anime no había durado tanto... ¡Y había terminado sobreviviendo a Lancer!

Para mejor, como el sueño de Rider era alcanzar Okeanos el parecia haber obtenido un pequeño buff temporal en su Reality Marble. Su sonrisa solo se hizo más brillante.

Quizás incluso podría hacer algo de lo que el verdadero Halmeus de su registro había logrado.

Su corazón empezó a acelerarse. Los que lo rodeaban lo miraron con admiración cuando empezó a caminar hacia adelante.

¡Halmeus, Heroe de la Humanidad se ponía en marcha!