Capítulo 9

Cevdet se apresuró a salir de su habitación, faltaban pocos minutos para el amanecer y tenía una cita con Azize, en eso habían quedado, luego de despedirse con un par de besos tiernos y prometedores…

Se sobresaltó y sonrió al ver que ella salía de su habitación apurada, iba a buscarlo…

-No diré buenos días aún… ¿dormiste bien? - le preguntó él cuando se encontraron, a mitad de camino.

-Muy bien…- dijo y sonrió, levantó los brazos y besó sus labios con suavidad.

Cevdet sintió su corazón acelerarse, agradablemente sorprendido por el gesto de ella. Tomó su mano, la besó con suavidad y tiró de ella para que lo siguiera…

Salieron al balconcito y ella se acomodó a su lado, cerca, pero sin tocarlo. Ambos mirando el horizonte anaranjado…

-Será un hermoso día…- dijo ella sin mirarlo.

-Así parece… si tienes ganas, podríamos ir a dar un paseo por la playa, luego…- dijo él y ella giró la cabeza, entrecerró los ojos y la apoyó contra su hombro.

-Claro… me encantaría…- le dijo y abrió los ojos, separándose de él justo cuando vio la primera línea del sol aparecer…

Cevdet giró la cabeza y en lugar de mirar el amanecer, se quedó observándola a ella…

-Maravilloso…- dijo ella y cuando giró la cabeza, lo vio mirándola.

Azize sonrió con ternura y no dijo nada más, sabía que él quería decir algo y si había aprendido algo en su corto tiempo con él era a esperarlo…

-Me he dado cuenta de que contemplar el amanecer en ti es increíble…- dijo y sonrió, algo sorprendido de cómo se expresaba.

-¿Acaso intentas enamorarme? - le dijo ella batiendo las pestañas y él sonrió ampliamente- es tarde para eso…- dijo y él borró su sonrisa un par de segundos interminables…- ya lo has hecho…- terminó ella, que se dio cuenta de su instante de duda.

-Por un momento creí…- dijo y se detuvo.

-¿Por qué tienes tanto miedo? Creí que la incapaz para expresarse era yo…- dijo ella y sacudió la cabeza.

-Es que… Azize… mírate… eres joven, exitosa, inteligente, tan bella que casi no puedo dejar de mirarte… ¿qué podrías querer al lado de un militar retirado, aunque sea por propia convicción… un ermitaño que vive solo…?

-En medio de un paraíso…- dijo y suspiró, tratando de acomodar sus pensamientos- ¿sabes qué? Esto me recuerda a una entrevista de trabajo que tuve hace unos pocos años, luego de mi lesión… yo estaba pasando por una etapa crítica… no tenía trabajo… solo escribía algunos artículos que luego, si podía, vendía a algún medio… el caso es que me presento a esta entrevista y luego de hablar durante un buen rato, sintiéndome capaz de conseguir el trabajo y así poder pagar mis deudas, comer decentemente… y el director de la editorial ¿sabes qué me dijo? Azize… está sobrecalificada para este trabajo… y me fui con las manos vacías… ¿entiendes?

-Azize…

-Cevdet mírame… no soy nada de eso que dices… solo una mujer que se enamoró de ti… de tus ojos, que no mienten ni ocultan… de tu sensibilidad… de todo lo que tenemos en común… pero si tienes dudas, creo que lo mejor que podemos hacer es pensar en cómo saldremos de esto sin resultar heridos…

-Perdóname… por favor… soy lento… me cuesta hacerme a la idea… y como dije, estoy algo oxidado, esto que me sucede no me había pasado… yo creo que nunca…

-No trates de envolverme con tus palabras…- dijo ella y sonrió con ternura.

-Mi vida…- dijo y vio que los ojos de ella centelleaban con interés- ven…- dijo y estiró sus brazos para que ella se fundiera con él.

Azize lo abrazó y lo mantuvo así, apretado contra su cuerpo un rato…

-Escucha…- le dijo separando su cara de él, pero sosteniéndolo tan cerca que casi no podía enfocar sus ojos en los suyos- iremos a tu tiempo… pero por favor no dudes…

-No dudo de ti… o de lo que me haces sentir… soy yo… nada más…- le dijo y besó su frente, algo agitado.

-Yo confío en ti…- le dijo y él la miró.

Cevdet solo se dejó llevar. No existía la posibilidad de que pudiera arrepentirse de nada que tuviera que ver con Azize… solo el no haberse animado a vivir eso que les pasaba…

Sus labios se encontraron intensamente y ella jadeó con una mezcla de alivio y alegría.

Las manos de él se dirigieron desde la cintura hasta la cadera y Azize sintió su deseo directamente sobre su abdomen…

Por un momento breve, quiso salir corriendo… tanta confianza en sí misma y ahora sentía que su cuerpo temblaba de deseo, pero hacía tanto tiempo que no estaba con nadie que temía pasar vergüenza…

Sin embargo, todo lo que él le hacía sentir, en su piel, en su cabeza, pero también en su corazón valían cualquier riesgo que pudiera tomar…

El beso se interrumpió y cuando lo miró a los ojos vio una mirada distinta, íntima, casi posesiva…

-Azize…- dijo él y ella puso un dedo sobre sus labios, que él besó sin poder evitarlo.

-No digas nada…- dijo y tomó su mano y lo llevó hasta dentro de su habitación…

Cuando llegaron al pie de la cama, ella giró para mirarlo y se mordió el labio. Se sentía deseada, pero aún un poco nerviosa…

Él sonrió y la miró sin avergonzarse cuando ella se quitó la bata que cubría su camisón…

Cevdet se inclinó un poco y besó su hombro, haciéndole algo de cosquillas con su bigote…

Azize entrecerró los ojos y sonrió.

-Tienes una piel increíblemente suave y perfumada… realmente creo que reconocería tu aroma en cualquier parte…- dijo y ella le sonrió, agradecida.

-Gracias… tú también eres increíble…- le dijo y dejó que sus manos desabotonaran la parte de arriba de su pijama de seda oscuro, sus dedos colándose luego para acariciar su torso hasta que decidió hundir su cara en él, suspirando, mareada por la necesidad de sentirlo cerca.

Cevdet cerró los ojos y la dejó hacer, sus caricias eran tenues, pero tan certeras que sintió que no podría cansarse nunca de recibirlas…

Ella se separó y se quitó el camisón, dejándolo caer a sus pies mientras le veía a él reaccionar a ella…

Cevdet la acarició con su mirada y se inclinó sobre ella cuando la vio recostarse sobre su cama…

Besó sus labios con suavidad y luego se apuró a terminar de quitarse el pijama, ansioso por reunirse con ella…

Azize se apoyó sobre su codo para contemplarlo, tenía un par de cicatrices sobre su torso, sus hombros y brazos que se prometió examinar con cuidado cuando tuviese tiempo…

Él se recostó sobre ella y Azize lo recibió besándolo húmedamente y dejando que las manos de él la acariciaran, haciéndole descubrir un montón de sensaciones que creía olvidadas…

Durante un buen rato se dedicaron a satisfacerse mutuamente y cuando todo terminó, se abrazaron agitados y se quedaron un momento en silencio…

-Y yo que creí que ya no estaba para esto…- dijo él luego, en voz baja, cómplice, sus labios sobre el cabello de ella.

-Todo lo contrario, coronel…- dijo ella y comenzaron a reírse.

Continuaron acariciándose suavemente hasta que se quedaron dormidos, rendidos y se despertaron unas horas después con el sonido del móvil de Cevdet…

-Diga… ¿durmiendo? No, no… para nada… solo estoy resfriado y la voz se me va un poco... entiendo… bueno, iremos con Azize luego del mediodía… sí, después de almorzar… adiós…- dijo y luego de dejar el teléfono se giró para mirarla, ella le dedicó una sonrisa y él se sintió un tonto, casi no podía reaccionar.

-¿Qué hora es? - preguntó ella y él suspiró, tratando de calcularla sin tener que moverse a buscar otra vez su móvil.

-Deben ser las once… supongo…

-Nos quedamos totalmente dormidos…- dijo ella y se tapó la cara con las manos.

-Me hubiera gustado despertarme disfrutando del momento contigo…

-Ya habrá oportunidad de hacerlo…- dijo ella y él alzó las cejas.

-¿Crees que…? - comenzó a decir él y ella levantó la mano.

-No lo arruines…- dijo con seriedad y luego ambos se rieron.

-Me conoces bien…- admitió él y se inclinó para besarla.

-Hay cosas de ti que estoy descubriendo y me encantan…- le dijo en tono seductor.

-¿No me digas? - le siguió el juego él.

-Así es… tus cicatrices, por ejemplo… me gustaría conocer sus historias…

-No creo que sean demasiado interesantes esas historias…

-Cada marca en el cuerpo cuenta una historia… así que quiero escucharlas… en otro momento, por supuesto… porque ahora muero de hambre… ¿tú no?

-Bueno…- dijo él acomodándose sobre ella y dándole a entender que no tenía intenciones de levantarse aún.

-Entiendo…- dijo ella y ambos se dedicaron un rato más a descubrirse…


Bueno, esta historia de amor va por buen camino, veremos como sigue! Los veo en el próximo capítulo! Gracias por leer!