RinMakoto. La luz de todos hizo que, al fin, el malvado dios de la guerra fuera derrotado, por lo que ahora la paz podrá reinar en la Tierra y veremos qué cosas les depara el futuro.
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Sin más, comencemos…
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Luego de la tormenta viene la calma.
Es un dicho muy popular el cual refleja mucho lo que pasa cuando las guerras acaban y es cierto en gran medida.
La Guerra contra Ares acabó de una manera espectacular, las almas de los Caballeros fallecidos y demás involucrados unieron sus cosmos en un solo punto, la Flecha de Sagitario la cual logró dañar a Ares, pero el golpe de gracia fue dado por Athena quien logró acabar de una vez por todas con su hermano.
Ya con el dios de la guerra sin existir y con su Santuario desaparecido, las cosas finalmente podrían volver a la normalidad.
Los Caballeros sobrevivientes se reunieron en la Cámara de Athena, el sitio en el que el Patriarca y la diosa de la guerra se reunían para charlar estrategias. Esta vez, sería para celebrar.
- Mis amados Caballeros, hemos logrado una enorme victoria contra un enemigo el cual nos dio mucha batalla como lo fue mi hermano Ares, sin embargo, él nunca volverá a poner un dedo en alguno de mis Caballeros ni en la humanidad – Saori decía sonriendo a los chicos que estaban arrodillados en una rodilla – además, quiero que sepan que los guerreros que cayeron en combate, nunca serán olvidados, por eso, sus armaduras y su legado permanecerán con ustedes y todos nosotros llevaremos esos recuerdos en nuestros corazones, ¡aleluya Caballeros!
- ¡Sí!
Los demás salieron de ahí mirando el cielo azul y pasaron por los templos desde arriba abajo.
Piscis, el templo que alguna vez Kudo y Tsubasa custodiaron lucía vacío, con rastros de varias de las rosas que ambos pusieron ahí. Tomoe y Hibiki solo sonrieron un poco porque recordaron la enorme batalla que dieron los dos amantes para dar su vida en el proceso.
Acuario sería el templo custodiado ahora por Kurashiki, quien regresó a la vida en su batalla gracias a su poder como la antigua Saintia de Fénix, ahora, ella se encargaría de llevar la armadura de Acuario.
Capricornio, el templo de la cabra dorada lucía su estatua de la diosa Athena entregando la legendaria Excalibur al primer Caballero guardián de ese templo. Honjou se quedaría ahí ya que quería saber más de la armadura de esa casa, además de que recordó que la española le dio su espada antes de acabar con los dioses del sueño, por lo que sentía que este era un deber que debía cumplir.
Sagitario, aquí Shinonome se quedaría, siendo ahora alguien considerada de las más fuertes de los Dorados, además de que contando con la Flecha Dorada era alguien peligrosa. La peli azul llevaría siempre las enseñanzas de su maestro Ramón y lo recordaría como alguien poderoso y que le mostró muchas cosas.
Escorpio, el templo en el Shinzuke y Akane se quedarían, recordando las acciones de su hermano / mejor amiga respectivamente, a pesar de las mortales heridas, dieron lo mejor de sí siempre.
Libra, Asuka y Pei Pei recordarían a sus amigas quienes batallaron con todo lo que tenían, además de que entre Mahou Shoujos se entendían.
Virgo, el templo de la virgen estaría cuidado por Sayaka quien siempre pensaría en su hermano menor quien pasó de ser alguien que incluso sin nacer con cosmos, encontró gente que lo llevó por un buen camino hasta convertirse en el guerrero que fue al lado de su inseparable compañera Waka.
Leo, Joan solo pasó mirando el templo que su hermana custodiaba, junto a ella Ramón estuvo. Siendo el único de su familia con vida, este no dejaría que la memoria de Claudia cayera en el olvido, la armadura de Leo guardaría para un próximo sucesor que sería digno de las acciones de la Fábregas mayor.
Cáncer, este templo también guardaría a la espera de un sucesor que igualara lo que Yasmina hizo en su momento, además, la armadura de Corona Boreal que Aoi llevó en vida estaría a su lado, Shiho pensó en eso al visitarlo.
Géminis, el templo fue visitado por Nakano y pensó en como Akira y Yoshimi debieron estar orgullosos de llegar hasta donde estuvieron, siendo que el peli negro fue alguien que lucía solo amenazante por apariencia, pero que fue un noble guerrero que batalló duro contra muchos obstáculos.
Tauro, el templo del toro dorado que sería resguardado por Tsukumo, esta tenía a un gran maestro como lo era su amante y Patriarca, Joan. La peli negra defendería su casa con todos sus poderes ya que era alguien poderosa, no por algo fue la segunda Saintia más fuerte.
Aries, el templo guardián de las doce casas que sería resguardado por Hibiki acompañado de Tomoe, los dos se tenían una fuerte relación la cual solo aumentaba más cada vez que estaban juntos, por lo que sería un trabajo sencillo para los dos.
- Quedamos con pocos Caballeros, pero sé que ellos podrán hacer un excelente trabajo en caso de futuros ataques – Joan decía a la diosa, ambos observando el Santuario desde abajo.
- Lo sé, pero ellos jamás dejarán que la Tierra caiga en manos equivocadas, lo sé, y creo en ellos, así como mi hermano hizo – la peli lavanda bajó un poco la cabeza – me pregunto qué diría Ramón de todo esto.
- Probablemente estaría orgulloso de que los demás siguieron batallando hasta el final, duele perder a un hermano, dígamelo a mí.
- ¿Estarás bien sin tu hermana y tu padre?
- Es triste estar sin ellos, mi corazón tiene un enorme vacío al ya no contar con ellos… pero sé que un día nos volveremos a encontrar, de eso estoy seguro, ya deben ir con los dioses aztecas de la muerte hacia el Omeyocán, el sitio en donde descansarán por haber caído en combate.
- Ramón no dejará sola a mi cuñada, tal vez con ella – la diosa decía – además, debes ser un padre excelente para tus hijos y un ejemplo.
- Lo sé, iré a verlos ahora que la guerra ha finalizado.
- Ve a verlos Patriarca, lleva a tu mujer contigo, te lo digo como orden – eso causó una risa en ambos, pero el mexicano solo se inclinó ante ella.
- Lo que usted ordene, diosa Athena.
Al día siguiente, Joan partió del Santuario acompañado de Tsukumo, estos llegaron a la casa de los padres de la peli negra los cuales se alegraron al ver a esta con vida, en especial su padre.
- Me alegra que hayan podido salir de la batalla que tuvieron – la madre de Tsukumo exclamó mirando a su hija, así como a su yerno.
- Además, Kana fue ascendida y yo también – el castaño decía.
- Padre, madre, ahora ya no soy la Saintia de Casiopea, ahora porto la armadura de Tauro – las palabras de la joven alegraron aún más a sus padres.
- ¡Esa es mi hija! ¡Sabía que llegarías más lejos!
- Me alegra que hayas llegado hasta ahí hija, me gusta mucho que estés en ese nivel – la mujer pensó un poco algo que notó – espera Kana, pero si posees la armadura de Tauro, ¿Qué fue lo que pasó contigo Joan-kun?
- Ahora que lo dices, ¿no eras tú el Caballero de Tauro?
- Por eso es que dejé el puesto de Caballero Dorado ya que ahora asumo el liderato del Santuario como el Patriarca – esto dejó en shock a sus suegros, en especial al padre de Tsukumo quien se inclinó de golpe.
- ¡M-Mis disculpas ante usted Patriarca!
- No haga eso, al final de todo, gracias a la unión con su hija somos familia, no tiene que hacer – Joan se acercó a su suegro – no tenga miedo.
- Realmente lo siento por las cosas que te dije en el pasado.
- Olvide eso, somos familia al final de todo – Joan exclamó – por cierto, ¿y nuestros hijos?
- Están arriba… están esperándolos – Tsukumo y Joan subieron hacia la segunda planta en donde justo yendo al cuarto de los padres de la peli negra en donde justo en una cuna estaban los hijos de la pareja.
Kazuki y Kasumi estaban durmiendo y recién se despertaban al sentir la presencia de sus padres con ellos, Joan tomó a Kasumi mientras Tsukumo a Kazuki, estos se calmaron con ellos.
- Es hermoso estar de vuelta con ellos ¿no es así? – el castaño exclamó con su hija, su mujer asintió – Kana, ¿viviremos en nuestro apartamento o nos iremos al Santuario?
- No me importa donde vayamos, pero tenemos deberes que cumplir.
- Lo sé, esta guerra contra Ares solo nos deja que los dioses no descansarán para acabar con nuestro planeta, por eso es que quiero que mis hijos estén seguros – este decía – lo tengo, vámonos al Santuario a vivir.
- De acuerdo, a donde quieras que vayas, iré yo – esta le sonrió y ya esta pareja tenía las cosas decididas para el futuro que tendrían.
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Tomoe estaba caminando hacia la casa de sus padres, aunque iba acompañada por Hibiki el cual estaba a su lado en caso de que cualquier cosa pasara.
- Espero que todo salga bien, quiero cerrar esta parte de mi vida antes de dedicarme completamente al Santuario – la peli negra exclamó.
- No te preocupes, sea cual sea tu decisión, estaré a tu lado – el peli humo exclamó a lo que ambos siguieron hasta que llegaron a la residencia de los Kawakita.
- De acuerdo, hagamos esto – susurró Tomoe tocando la puerta de su antigua casa, segundos después, alguien abrió resultando ser su madre quien se quedó sin palabras al verla.
- Hija.
- Mamá – ninguna de las dos decía algo más ya que no tenían idea de cómo proseguir la conversación, aun así, Hibiki parecía entender todo esto.
- Por favor, prosigan con esto, hay cosas que necesitan charlar ¿no lo creen? – el grupo entró a la casa en donde Tomoe ya estaba frente a sus padres quienes tampoco decían nada.
- Este… ya la guerra finalizó.
- Me alegro que hayas salido bien – decía el padre de esta.
- Creo que es hora de que sigas con algo serio Tomoe-san – Aries logró convencer a su pareja de que tenía que ser valiente si decía lo que debía hablar.
- Mamá, papá, solo les vengo a decir que… me iré a vivir a Grecia de forma definitiva, como Saintia de Osa Menor, tengo muchas cosas que aprender todavía y ahora que el Santuario de la diosa Athena está restaurado, quieto aprender más cosas y junto con Hibiki-san sé que lo haré, por eso es que… he venido a verlos.
- Tomoe – la madre de esta se quedó en silencio por la noticia, su padre también.
- No podemos hacer nada ¿no es así?
- ¿Papá?
- No fuimos los mejores padres y eso está más que claro, por lo que ya no puedo detener tu avance como guerrera de Athena – decía este – y sé que no te puedo detener en tu camino, soy consciente ahora de ello.
- Papá.
- Nunca quise que mi hija fuera una guerrera que sacrificaría su vida en nombre de una causa que yo veía como tonta, pelear por una diosa la cual no había aparecido y solo vivir entre lodo, sangre y demás inmundicias, pero luego de ver cómo es que batallabas tanto para conseguir un objetivo como la protección de los más débiles ante seres que eran más poderosos que tú, aun así, nunca diste tu brazo a torcer y eso me hizo darme cuenta que todo este tiempo que entrenaste fue por una causa.
- Sé que las palabras no bastan para decirte que lo sentimos mucho por las acciones que cometimos por muchos años, pero si de algo es seguro, es que ahora podemos decirte que nos sentimos orgullosos de tu desempeño hija.
- Papá, mamá – esta se fue sobre ellos dándoles un fuerte abrazo, un hermoso momento para la familia de los Kawakita, Hibiki solo sonrió mirándolos.
- Supongo que, con esto, las cosas entre ellos mejorarán – el peli humo decía, pero notó como el padre de su pareja iba hacia él.
- Hibiki Inoue ¿verdad? Solo diré una cosa – este puso sus manos en los hombros del Caballero de Aries – por favor, cuida bien de mi hija.
- No se preocupe por eso señor Kawakita, Tomoe-san es importante para mí, no dejaré por ningún motivo que ella sufra, si es necesario, como Caballero de Aries, daré mi vida por ella.
- Él lo hará papá, ha cuidado de mí todo este tiempo y confío en que lo hará como nunca.
- No tengo más que decir entonces – susurró el señor Kawakita – cuídense, pero no olviden venir de vez en cuando.
- Lo haremos – ambos estuvieron un rato más antes de que decidieran que era de irse a Grecia, un nuevo capítulo se abría en la vida de la peli negra, su familia y ella estaban en paz y podría descansar ahora que se reconcilió con sus padres.
El futuro pintaba bien para muchas cosas que pasarían en el futuro y que resguardarían muchos secretos y demás cosas.
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10 años después…
La guerra que conmocionó al mundo como lo fue el conflicto bélico contra el dios de la guerra fue un suceso que la humanidad no olvidaría y eso que solo fue hace una década.
Sí, exactamente habían pasado 10 años desde el fin de la batalla contra Ares y el Santuario volvía a tener vida ya que las buenas gestiones de Joan con la diosa de la guerra hicieron que muchos guerreros vinieran a querer formar parte de las filas atenienses.
Los Caballeros Dorados sobrevivientes sirvieron como maestros y mentores de varios de los que venían, así como estar pendientes de muchas cosas que fueran a pasar en el mundo.
- Qué lindo se ve todo papá – decía justo un chico con el cabello azul pálido acompañado de sus padres, siendo estos Rafael y Yumi.
- Sí, ha pasado un tiempo, pero me gusta cómo es que todo marcha bien – Rafael sonrió, este miró a la shinobi que sonrió. El yucateco como la japonesa terminaron contrayendo nupcias y desde entonces vivían juntos, además de que las hermanas de Yumi siempre estaban ahí para ayudar en lo que fuera posible.
- Rin, ¿quisieras ser un Caballero de Athena?
- ¡Sí, quiero ser como ustedes dos! Quiero pelear con mis poderes de hielo – el pequeño Rin ya poseía 10 años de edad y siendo hijo de dos guerreros con poderes de hielo, este heredó esta pasión por eso y no solo eso, sino que poseía un gran cosmos, aunque no fue la única sorpresa.
- Que lindo todo – una niña de cabello negro y parecida a su padre llegó a donde estaban ellos, esta tenía 5 años y era la hermana menor de Rin y la hija de Rafael y Yumi.
- Calvera, ¿terminaste de explorar?
- Sí, el Santuario es lindo – la pequeña sonrió, esta llevaba el nombre en honor a la primera mujer que Rafael amó, además de que Yumi estuvo de acuerdo con el nombre.
- Iremos a ver Joan y a su esposa, aunque debe estar ocupados, aun así, podríamos ver cómo están los demás.
- Sí, vamos – la pareja fue con sus hijos hacia los templos, cabe mencionar que luego de la derrota de Ares, la maldición del corazón de Rafael desapareció por lo que podía vivir una vida normal.
Mientras tanto, en Star Hill, hogar del Patriarca, este estaba algo ocupado con su mujer. Joan y Tsukumo se casaron no mucho después de ir por sus hijos, el hecho de que ya tuvieran descendencia, así como el amor que se tenían fue lo que determinó la unión.
- Aaaaah – la peli negra gimió con algo de fuerza sintiendo a su esposo acabar dentro de ella lo que hizo que se acostaran en la cama con sus cuerpos sudados, así como el cansancio invadiéndolos.
- ¿Te gustó Kana?
- Sí… como siempre, amo hacer esto contigo – susurró esta besando a su esposo. Joan había cambiado físicamente, luciendo ahora con más físico y un poco de barba en su rostro; en el caso de Tsukumo, esta lucía siempre con su figura más esbelta, con sus pechos más grandes y piernas torneadas.
- ¿Crees que te embarace?
- Tal vez, aunque no me molestaría ser madre de nuevo – sonrió la peli negra quien se subió sobre un marido frotándose contra él – y quiero que me hagas sentir eso de nuevo.
- Kana – las cosas se estaban poniendo calientes entre ambos, no obstante, una voz llegó a la mente del castaño.
- Joan, he llegado con mi familia, te estamos esperando.
- Parece que Rafael llegó.
- ¿Llegó? Bueno, supongo que tendremos que ir a verlo – la peli negra se levantó al igual que su marido, ambos salieron a ver el Santuario desde las alturas de Star Hill, nadie podía verlos por lo que el chico solo abrazó a su mujer pegándola a él.
- Como han cambiado las cosas ¿no Kana?
- Sí, realmente han cambiado, además… ya será hora de la ceremonia, ¿estás listo?
- Claro que sí.
Horas después, todos los Caballeros de Athena, shinobis y demás guerreros al servicio de Athena se reunieron alrededor del Santuario, especialmente debajo en las escalinatas del templo de Aries.
- Atención a todos los Caballeros e invitados, quiero agradecerles a todos por haberse reunido para presenciar la coronación de varios Caballeros Dorados los cuales defenderán a partir de ahora las armaduras que grandes guerreros llevaron hace 10 años y que dieron su vida por la Tierra y su paz – la diosa Athena decía, el paso de los años la hizo más sabia – por favor Patriarca.
- Gracias diosa Athena – Joan decía con sus ropas características de su posición – el día de hoy nombraremos a los siguientes Caballeros Dorados que protegerán aún más la posición del ejército de Athena.
- ¡Athena! ¡Arriba Athena! – los gritos de los soldados, Caballeros e invitados se hizo sonar, cosa que hizo sonreír a la diosa de la guerra.
- Pasaremos a los Caballeros por orden, ¡Hibiki de Aries y su esposa Tomoe de Osa Menor! – los mencionados pasaron, ambos cambiaron un poco, además de que la pareja pasó con sus dos hijos, una parejita a la cual llamaron como sus mejores amigos, Kudo y Tsubasa.
- Kana de Tauro – la peli negra pasó, siempre ostentado el puesto de Dorada que la hacía de las más fuertes.
- Kazuki y Kasumi de Géminis – los hijos de Joan y Tsukumo pasaron, ambos ya poseían 10 años. Kazuki se parecía a Joan, pero con el cabello negro, mientras que Kasumi era la viva imagen de Tsukumo. Ambos entrenaron desde pequeños con sus padres y fueron elegidos para vestir el ropaje de los gemelos dorados.
- Estoy orgullosa de ustedes – les dijo Tsukumo a los niños quienes sonrieron por eso.
- Shiho de Cáncer – la ex Saintia de Perseo logró entrenar bastante hasta que se dio cuenta de que su constelación le dio acceso a los poderes de la muerte y al final se hizo con el ropaje del cangrejo dorado.
- Ayaka de Leo – la peli verde pasó con el ropaje del león dorado. La ahora ex Saintia de Andrómeda nació bajo este signo por lo que entrenó bastante para hacerse con esta armadura, además de que era un peso bastante grande por lo que Claudia realizó, no obstante, Joan aprobó que este la usara.
- Sayaka de Virgo – la hermana de Shinji pasó, a pesar de que esta ya poseía la armadura de Ofiuco, esta decidió dejar su armadura y seguir el legado que Shinji dejó por lo que, al ser gemelos, también era del signo Virgo, la armadura la aceptó muy bien.
- Asuka de Libra – las cosas no cambiaron con la peli gris, aunque se hizo de una reputación como de las más fuertes del Santuario, así como con su compañera Pei Pei.
- Shinzuke de Escorpio – el hermano de Souta pasó junto con su esposa Akane. Ambos llevaron una relación calmada, además de que el peli turquesa entendió el amor de su hermano menor por los escorpiones y con el tiempo, desarrolló los poderes de esa constelación.
- Ryo de Sagitario – la peli azul pasó y con sus alas extendidas dio a conocer su enorme poder, la discípula de Ramón se había hecho de un poder abismal y ella podía ser como la más fuerte de los Dorados de ese entonces.
- Chikage de Capricornio – Honjou se hizo de la armadura gracias a la espada heredada por Esperanza antes de su muerte, con un poco de entrenamiento la logró perfeccionar haciéndose más fuerte y subiendo de rango.
- Maiko de Acuario – Kurashiki era una experta en el control del hielo y fuego, lo que la hacía letal en encuentros, conocida como la Maestra de los dos Elementos.
- Kudo y Tsubasa de Piscis – a pesar de su corta edad, los hijos de Tomoe y Hibiki entrenaron mucho y se hicieron de un cosmos grande, aunque casi mueren por el Ritual de los Lazos Rojos, lograron salir con vida, casi por lo mismo que pasaron sus homónimos hace más de 10 años.
- ¡Batallaremos por la paz en la Tierra y por las personas que dieron su vida por ella! ¡Por la paz y la humanidad! – la gente estaba emocionada y ahora, el Santuario poseía nuevos Caballeros y personas que defenderían la Tierra en el futuro.
Posiblemente los dioses no estarían felices de las cosas que han estado haciendo los atenienses, pero su valor y coraje jamás se alejarían de la única cosa que tenían y era proteger a la humanidad.
Y lo harían de una forma, empleando la energía que estaban en sus interiores, usando… el Poder del Cosmos.
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FIN.
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Y hasta aquí el fic.
Wow, más de 3 años escribiendo esta historia que ha llegado a su final. Todo por querer hacer algo diferente y llegó tan lejos, realmente me llena de orgullo el haber hecho algo así.
Bueno, tenemos nuevos Caballeros que protegerán la paz de la Tierra en el futuro, así como los hijos de algunos de ellos, pero como dijo aquel, esa es otra historia.
Me da un pesar acabar el fic, pero siento que he dado lo mejor en esta historia y que mejor que darle un buen fin así.
Solo queda decir que mil gracias a todos los que lo leyeron, RinMakoto y El Redentor 777, gracias por el apoyo incondicional y a los demás lectores que se tomaron la molestia de seguir esta historia.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
