- ¿Te encuentras bien? - preguntó su madre, al percatarse de que su hija no había dicho ni una palabra, en su regreso a la tradicional habitación del castillo

- Si - respondió de manera automática, sin mirarla - Es sólo... que fue demasiada información - miró su espada

Se siente... diferente... acaso, ¿estas triste, Sakura?

Pensó, al mismo tiempo en que sus ojos comenzaban a temblar

- Por suerte, la historia será diferente esta vez

- ¿He? - la miró, confundida

- No hay nada ni nadie que se interponga entre Inuyasha y tú - le sonrió - Por lo que, no debería haber ningún problema para que se unan en matrimonio

- Madre...

- Aunque aún no es el momento - la interrumpió - Primero, Rin debe conocer la historia de su espada - su semblante se ensombreció, al mismo tiempo en que volteaba hacia el pasillo

- ¿Estas bien?

- Si - volvió a mirarla - Seguramente ella te contará la historia luego - colocó su mano sobre su hombro - Puedes ir a entrenar si lo deseas

Le dedicó una última sonrisa, mientras salía del lugar

- No - murmuró - Sakura... Tú no quieres entrenar, ¿verdad? - pudo sentir el pálpito del arma - ¿Quieres mostrarme algo?

Se dirigió al balcón y, observándola, se colocó sobre la baranda, impulsándose para comenzar a volar, en dirección al bosque

¿A dónde quieres llevarme?

Pensó, mientras la espada resonaba inquieta. Se adentró en la dirección contraria a la aldea, alejándose cada vez más. Luego de un largo rato, descendió en una zona desconocida para ella

- ¿Aquí? - miró a su alrededor, sin lograr percibir nada, más allá de los coposos árboles

La espada comenzó a resonar de manera preocupante, provocando que Kagome se asustara

- ¿Qué te ocurre? - la tomó, observando como temblaba en su mano - ¿Eso es lo que quieres?

Se arrodilló y clavo su hoja en el suelo, cerrando sus ojos

El bosque estaba ardiendo, el humo que emanaba la madera incinerándose complicaba demasiado la visibilidad, sin embargo, luego de unos momentos, pudo divisar a una mujer, caminando con dificultad

- ¿Abuela? - murmuró, frunciendo el entrecejo

La joven mujer, de cabello lacio negro, a la altura de la cintura, estaba visiblemente maltratada, sus heridas se distinguían notoriamente, sobretodo, la, aparente profunda, cortadura que atravesaba su pecho

- Inu... No Gokku - susurró - ¿Dónde estás?

Cayó de rodillas, quitando la espada de su funda y clavándola en el suelo, cubriéndose en un campo de energía

- Sakura... - pronunció la morena, apretando su agarre en la empuñadura, ante aquella imagen

- Por favor... Sakura - miró el arma - ¿Sientes la energía de Tessaiga? - sus ojos comenzaron a humedecerse - Por favor... dime dónde está

Cerró sus ojos, entregándole toda la confianza a la espada, quién, rápidamente le dio una respuesta afirmativa

- ¿Allá? - los abrió, poniéndose de pie como pudo y siguiendo su caminata

Las llamas comenzaban a intensificarse cada vez más, amenazando con desvanecer su campo de protección y devorarla por completo. Sus ojos grises se abrieron aún más ante aquella escena

- ¡Inu No Gouku! - corrió, gimiendo de dolor - ¡Por favor! - llegó a su destino, arrodillándose a su lado - Por favor...

- Ki...Kiyomeru - murmuró, abriendo ligeramente sus orbes dorados

- ¡¿Estas vivo?! - podría haberse oído como un grito, sin embargo, solo resonó como un suspiro

- No... llores - comenzó a acariciar su mejilla - Debes... irte

- ¡No! - las lágrimas comenzaron a caer a ambos lados de su rostro - No pienso dejarte

- Ya es tarde para mi - sonrió levemente

- ¡No digas eso! - logró gritar al fin - Te... te cuidaremos y si algo sucede, cuando recuperemos a Tenseiga...

- Mi tiempo... - la interrumpió - Ha terminado, mi amada Kiyomeru

- No... ¡me niego! - apoyó su rostro sobre su pecho, ignorando por completo que este se estaba cubriendo con la sangre que emanaba de el - Yo... te amo, Inu No Goku

- Y yo te amo a ti - susurró, acariciando su cabello - Siempre te he amado

Los ojos dorados del peliplata también comenzaron a humedecerse, sin embargo, notó que el campo de energía, proveniente de Sakura, había empezado a debilitarse. Clavó sus garras levemente sobre la nuca de la youkai

- Tienes que irte, o morirás también

- Inu...

- Hazlo

Ella se apartó, observándolo por última vez. Su largo pelo blanco estaba cubierto, en gran parte, por manchas de sangre, al igual que su armadura. Las partes rojas de su traje se habían oscurecido más, debido a sus heridas

Colocó ambas manos a los lados de su cara y se aceró, besando sus labios por primera vez, al mismo tiempo en que sus lágrimas caían sobre las mejillas del demonio, uniéndose con las del joven, quién cerró sus ojos, deseando con todo su ser, aguantar un poco más

- Siempre... quise hacer eso - apoyó su frente sobre la de él - Mi amado...

- Me alegra tanto... que lo hicieras - sonrió nuevamente, notando que su vista comenzaba a nublarse - Llévate... a Tessaiga

- ¿Qué? - se sorprendió - Pero...

- Colmillo de acero... debe estar con Sakura... de esa manera - hizo una pausa, intentando retener el aire - Yo estaré a tu lado

- No me dejes - murmuró, acariciando su mejilla

- Nunca lo haré - la jaló, conteniendo todo el dolor que su cuerpo profesaba, sólo para besar por última vez, aquellos labios carmesí que tanto había deseado

El campo de energía comenzó a desvanecerse, mientras la mujer se erguía, ahogando su llanto, al observar el cuerpo inerte de la única persona que había amado. Suavemente y, a pesar de que las llamas habían comenzado a quemar su cuerpo, quitó la espada de su agarre y se puso de pie, cerrando sus ojos y elevándose, traspasando el fuego

Nunca... nunca te olvidaré... mi amado Inu No Goku

Pensó, mientras se alejaba, sabiendo que el cuerpo del amor de su vida era consumido por las llamas

- Sakura - abrió sus ojos, notando que ella también estaba llorando - Eso fue... muy cruel

Intentó ponerse de pie, sin embargo, cayó nuevamente al suelo, mientras profesaba un grito de dolor... el mismo dolor que había atravesado el pecho de su abuela

Los sentimientos de ambos... se guardaron en las espadas... deseando volver a reunirse

- Tú... quieres ver a Tessaiga, ¿verdad? - miró a su espada

- Pobrecita Kagome - abrió sus ojos ante aquella conocida voz - ¿Sintiendo el dolor que esa tonta de Kiyomeru sintió? Por favor - comenzó a reír

- Kirinmaru - gruñó, volteando y encontrándose con la despreciable figura del enemigo


Capítulos cortos, pero llenos de información jaja

¿Qué les está pareciendo la historia? Muchas gracias por sus hermosos comentarios, siempre son un aliento enorme para seguir escribiendo :)