N/A: He vuelto a ver cosas de la serie, a cada cuál más ridícula. El rumbo que ha tomado la trama es una de las cosas más absurdas que he visto. Lo he visto en un vídeo de YouTube (no suelo verlos, pero este me apareció y quería ver cómo lo habían hecho). Se llama "la decadencia y el final de miraculous". Sé que él se queja del poder femenino y que, evidentemente, a mí me encanta que las chicas sean superheroínas. Pero tiene razón en que está muy feo lo que le hacen a Adrien (aunque esta clase de cosas se le han hecho a los personajes femeninos día sí y día también en series, películas y libros de acción y muchos de los que se quejan de la situación de Adrien lo veían bien).

De todas maneras, ya sabéis que no sigo al canon para nada.

Por otro lado, me enterado de que Thomas dirigió Código Lyoko y ahora todo tiene sentido. Hay fallos y comportamientos repetidos.

Gracias a Katherine.

PD: estamos en la recta final (de la primera parte).

PD2: la versión en inglés también sale hoy.


– ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no has venido hoy? ¿Estás enferma?

Por dios, Alix. Déjala hablar. Sé que estás preocupada. Yo estoy preocupada. Adrien está preocupado.

Se oye la voz de Kagami de lejos y como responde un hombre. No se entiende qué dicen.

Estamos los tres de pie en círculo y ella tiene el teléfono en altavoz en el centro.

Cuando el tiempo seguía pasando y Kagami no llegaba, nos preocupamos. El sábado estaba bien. Hablamos entre nosotras y decidimos llamarla por si había pasado algo. Adrien también ha preguntado por ella y ha comentado qué hacer durante la clase, por lo que lo hemos incluido en la llamada.

Nos hemos venido al pasillo en el primer descanso, al terminar la primera clase.

No sé qué ha pasado con el tema de Marioneta y Lila, pero en este momento no me importa.

Se oye una puerta.

– Ya estoy sola. – nos informa. – Estoy bien. No he podido ir porque esta madrugada ha entrado un ladrón en mi casa. – relata Kagami con su tono sin emociones.

– ¡¿Un ladrón?!

– Tranquilízate, Alix. – Su voz se oye un poco ronca, como la tenía yo tras la akumatización de Sabrina. Me toco el cuello. Ahora lo tengo bien. – Oí un ruido y salí de mi habitación. En el pasillo vi a un hombre alto que cogía cosas del salón. Al principio pensé en t...

– ¡Qué fuerte! – la interrumpo. Estoy segura de que iba a decir "transformarme". Eso hubiera sido un desastre.

Alix me mira a los ojos disimuladamente. Ella también lo piensa.

– Chloe. – ¿Podría estar sorprendida? – Estás ahí.

– Sí. Y Adrien. – la aviso.

– Hola. Nos hemos preocupado. No has faltado ni un sólo día desde que llegaste.

Hay un corto silencio en el que espero que ella esté pensando lo que decir.

– No deberíais haberos asustado. Todo el mundo tiene una gripe de vez en cuando.

– Lo tuyo no ha sido una gripe.

– Podría haberlo sido. Estoy bien. Quise llamar a la policía, pero no pude. Tuve que luchar con el ladrón hasta que llegó mi madre y llamó a la policía. Entre las dos lo redujimos. Ahora estamos en una cafetería con un poli mientras consiguen pruebas en mi casa.

¿Entonces por qué está ronca?

– Volved a clase y no os preocupéis por mi. Necesitaré apuntes.

Y cuelga. Se ha vuelto algo menos brusca, desde luego.

Los tres estamos a punto de volver a clase cuando se abre la puerta desde dentro. Uno de los lameculos de Marioneta sale corriendo a toda velocidad.

No me hace falta ver lo que hay dentro para saber lo que pasa. Aún así, me asomo. Los tres lo hacemos.

En el aula hay una chica completamente blanca, vestida con una especie de túnica romana, con el pelo suelto y una corona. En las manos lleva una espada y una balanza. Pero lo más destacable es que tiene una venda en los ojos. Parece una estatua.

Eso es, desde luego, un akuma.

– ¿Se supone que eso es la justicia? – pregunta Adrien

– Creo que es Marinette. – responde Alix.

– ¡Qué ironía! – digo yo.

Marioneta apunta con su espada a uno cualquiera, porque no me sé su nombre ni me importa.

– Cuenta tu secreto más oscuro.

Casi al momento, el chico confiesa haber robado dinero de alguien más de la clase.

Uno de los platos de la balanza se hunde.

– Ahora, recibirás tu sentencia.

Apunta de nuevo con su espada, en esta ocasión hacia una mochila. El objeto se prende en llamas.

Alix me tira del brazo.

– Vámonos. Adrien ya se ha largado. Ya podemos escondernos.

Miro hacia donde estaba hace un momento y es cierto, se ha ido. ¿Cuándo?

Sigo a Alix corriendo de camino a donde nunca hemos ido, el baño. A nuestras espaldas oigo a más gente huyendo de la clase.

Como siempre, nos aseguramos de estar solas antes de transformarnos y entrar en la madriguera.

Alix empieza a mirar por sus círculos negros. Ya estoy acostumbrada.

Si lo que hemos visto es verdad, este akuma puede hacer a la gente contar sus secretos. Y este akuma tiene que venir muy mal a cualquiera que haya hecho algo moralmente cuestionable. ¿Qué digo? A cualquiera que haya cometido un delito, que es aún peor.

O nosotras.

– ¿Crees que nos hará decir nuestras identidades?

– No parece ser el caso. Si realmente es la justicia, nos hará confesar algo malo y nuestras identidades no lo son.

Sigue mirando sus círculos. Espero que salgamos de aquí con un plan.

– ¿Y qué va a pasar con Kagami?

– Si no se presenta ella misma, tendré que ir a buscarla más tarde. Pero no creo que pueda hacerlo. Está bastante vigilada.

– ¿Y qué estás haciendo?

Hay un pequeño silencio mientras mira más círculos negros.

– Lo que ha ocurrido. Marinette ha expuesto a Lila delante de todos.

Es una hija de puta. ¿No ha sido suficiente con akumatizarla? ¿Tiene que destrozarle su oportunidad en este instituto? Claro que sí. Ella machaca a todas las personas que se interpongan en sus intereses.

– Lila ha podido demostrar que en realidad sí es amiga nuestra, por la foto. Ha dejado a Marinette en evidencia. Eso la ha cabreado mucho y ha dicho que quiere hacer justicia con los mentirosos como Lila. Y entonces ha venido la mariposa.

Me echo a reír. ¡Se ha puesto así porque, por fin, alguien le ha ganado!

– Espera. Le ha preguntado si es verdad que somos sus amigas. Creo que sí nos puede preguntar nuestras identidades.

Se queda callada un momento.

– ¿Tienes un plan?

Casi siempre lo tiene. Debe tenerlo. Este akuma es muy jodido para nosotras.

– Déjame que mire.

Y una vez más, hay silencio.

Saldremos en el mismo momento en el que entramos, ¿verdad? Pero eso no quedaría bien. No es que este akuma hasta causado mucho revuelo. Si aparecemos tan rápido podría sospechar de nosotras. Aunque Alix cree que él ya sabe que somos alumnas aquí. Y tiene algo de sentido.

¿Y si llegamos más tarde? Se entretendría en sacar los secretos de los otros alumnos... incluyendo a Nathanael.

No. Eso no puede ser. Estoy segura de que el secreto más importante para él es haberme besado. Lo pondría en la mira de Lepidóptero. Lo atacaría constantemente sólo por ser mi punto débil.

No puedo dejar que se ponga en esa situación. Es culpa mía. Yo me acerqué a él primero.

– Parece que sólo puede preguntar una vez a cada persona. Si nos metemos en medio cuando pregunte a alguien más, podremos librarnos de revelar nuestras identidades.

Demasiado bueno para ser verdad.

– ¿Cuál es el truco?

Entonces Alix pone una mueca.

– Tendremos que revelar lo que nos pida. A los demás les ha preguntado su secreto más oscuro.

¿Mi secreto más oscuro? No tengo ni idea. He sido mala con mucha gente, eso no es ningún secreto. Y se lo merecían.

Alix aprieta la mandíbula y mira hacia otro lado. ¿Tiene un secreto muy oscuro? Hasta que llegó Kagami, solía estar apartada de la gente. Sé que a veces pasaba el tiempo con Kim y Max, pero no sé mucho de su relación.

– ¿Por qué te pones así? ¿Es que has cometido algún delito?

Es una broma. Sé que se hace la rebelde, la chica mala, pero estoy segura de que no es peor que yo.

Por un momento me mira fijamente a los ojos, muy seria. Después sonríe.

– Claro que no.

¿Qué ha sido eso? ¿Es una criminal? ¿Lo es de verdad?

– Tenemos que salir de aquí ya.

Hace alguna modificación más en ese agujero negro y lo atraviesa. Yo la sigo. Quedarme encerrada aquí no es un plan.

Salimos justo cuando su espada apunta a Mariè.

– ¿Cuál es tu peor secreto?

Tal y como ha ocurrido antes, la persona a la que apunta responde en seguida. Veo que intenta callarse, pero no puede evitarlo.

– Yo soy la amante de Dominique.

¿Qué? Un momento. Si el secreto de Mariè sale a la luz, no podré seguir usándolo para chantajearla.

Sixtine da un fuerte respingo al mismo tiempo que la balanza se desequilibra.

– Ahora, dictaré tu sentencia.

La señala con la espada y los platos se igualan de nuevo.

Esperan a que pase algo. Esperamos, en realidad. No ocurre absolutamente nada.

– Has fallado.

– Lo verás cuando llegues a casa. – dice Marioneta de manera monótona.

Aprovechamos que todos están pendientes de ella para acercarnos a Marioneta. ¿Dónde está el akuma? Yo activo mi veneno, por si acaso.

Pero, por supuesto, la gente se da cuenta de que estamos aquí y reacciona. Por ese motivo, Marioneta da un fuerte salto en la dirección contraria a la nuestra y se tira por la ventana.

Genial.

Miro a mi alrededor, buscando dónde está Nathanael. Lo encuentro al fondo, con una mirada asustada clavada en mí. Es posible que él también fuera consciente de lo que podría haber pasado.

– ¡Tenemos que seguirla! – me recuerda Alix.

Ambas saltamos por la ventana, al mismo tiempo que se forma un escándalo el el aula. Creo que las dos buenas amigas se están peleando.

Corremos detrás de ella, que no tenemos ni idea de a dónde va. Seguramente hacia una trampa. Lo único de lo que estoy segura es de que está interrumpiendo el tráfico, y nosotras con ella, con coches derrapando aquí y allá. Creo que alguno choca. Le dejan el paso, como si atropellarla fuese a hacerle algún daño.

– Oye. ¿Por qué no haces un portal junto a ella y le quitas la balanza y la espada? ¿Por qué no has hecho eso con akumas anteriores?

Alix me mira como si me hubiera crecido otra cabeza. No creo que mi pregunta sea tan estúpida.

– Para empezar, no sé cuál es el objeto akuma. En segundo lugar, si saco un brazo cerca de un akuma, sus poderes me podrían afectar, incluso aunque no tengan arma. En tercer lugar, si hubiera sacado un brazo cerca de ella, me lo podría haber cortado. Y por último, no tienes ni idea de cuál es el coste de mi prodigio.

¿El coste de su prodigio? ¿No es el mismo que el mío? Quiero decir, dejando de lado que ahora me encanta la miel. Llegamos a hablar de esto con Kagami, pero ella no nos dijo que le pasaba.

Justo ahora me da el bajón por haber usado veneno.

La miro a ella. Debería haberle dado el bajón.

– ¿Estás bien? – pregunto, con la sensación de ahogamiento dejándome atrás. – ¿Quieres parar?

Asiente con la cabeza y yo me paro, aunque ella se pone a caminar.

– No podemos pararnos del todo.

Con Lila no la vi derrumbarse.

– No pasaron los cinco minutos.

– ¿Qué?

– Con Volpina. La primera vez fue mientras estaba esperando y con la segunda con pasaron cinco minutos.

Ah.

Seguimos hacia delante y vemos cómo Marioneta es detenida por Kagami, que llega de repente. Ya ha desenvainado su espada y se propone desarmarla cuando la akuma la apunta con la suya y dice algo. Kagami le da un golpe en la mano y ella suelta su arma. Entonces dice algo y la balanza se mueve. Sólo ha sido un momento, pero a ella le ha valido. Llegamos justo a tiempo para oír a Marioneta.

– Esta es tu sentencia.

Kagami se transforma en agua, como si hubiera invocado al dragón de agua, pero sin decir nada. ¿La ha forzado a ser agua?

La balanza se equilibra.

Las dos la alcanzamos. Alix alzando su paraguas como si fuera a golpearla y yo girando mi peonza con el cable, cogiendo fuerza para lanzarla y envolverla. Ya no tiene arma, no puede usar sus poderes con nosotras.

Ella se gira y nos encara.

– ¿Qué es lo peor que has hecho?

Mi compañera se para repentinamente. Yo la miro. ¿Qué acaba de pasar? Debe ser que la espada, en realidad, no le sirve.

– Mi madre... murió por mi culpa.

¿Qué? Eso es muy fuerte. No me lo esperaba para nada.

Oigo el chirriar del plato de la balanza al bajar.

Es cierto, no es el momento de pensar en eso, me he distraído. Y ella ha usado el momento para recoger la espada.

– Tu castigo.

Vuelvo a balancear mi peonza e intento quitarle la espada. Engancho bien el cable y tiro con fuerza, arrancándosela de la mano.

Suena a piedra derrumbándose, lo que no tiene sentido porque estamos en mitad de la calzada, sobre asfalto.

Se hace un agujero en el suelo y de él salen unas manos. No sé qué mierda está pasando, pero no me voy a quedar, tengo que atrapar a la villana. Ya me siento bien y puedo volver a perseguirla a mi velocidad normal.

Tengo la espada, podría romperla. No lo voy a hacer. Si ha podido usar su poder sin la espada en la mano quiere decir que el objeto akuma es la balanza.

Debo tener mucho cuidado. Ya ha interrogado a Kagami y Alix y no ha preguntado por la identidad de ninguna de las dos. Yo soy la que queda. Me lo va a preguntar seguro.

Me estoy acercando. Por supuesto que sí, yo estoy en mucha mejor forma física que la estúpida Marioneta. Veo que tiene una mariposa en su cara. Lepidóptero le está hablando.

Giro mi peonza como hice antes. Apunto a la balanza, voy a alcanzarla. Se engancha y tiro. El problema es que al tirar de la balanza, también lo hago de Marioneta, ya que ella se agarra muy fuerte y no la suelta.

Tiro la espada al suelo y me pongo encima, por si quiere cogerla, y forcejeo con ella para quitarle la balanza de las manos. Debería haber usado el veneno, pero para eso me tendría que haber acercado más.

Por fin, consigo quitarle la balanza.

Marioneta sonríe.

– ¿Cuál es tu secreto más oscuro?

¿Qué? ¿Cómo ha podido hacerlo?

Una fuerza increíble se apodera de mí. Me obliga a abrir la boca, aunque he puesto toda la resistencia posible. Ni siquiera sé qué voy a decir.

– Mi madre... – Siempre he querido complacerla, casi todo lo que he hecho ha sido por ella, incluso las cosas malas. – me pegó.

¿Qué? ¿Por qué he dicho eso?

A Marioneta se le borra la sonrisa y suelta la balanza.

No sé qué está pasando, pero no voy a pensar en ello ahora. Empujo a la asquerosa de Marioneta, tiro la balanza al suelo y uso la espada para cortarla con varios golpes. Sale la mariposa y acabo con ella.

Marioneta vuelve a la normalidad y la balanza se transforma en su bolso, que ahora está roto.

Mira a su alrededor. Aquí hay gente. Gente con teléfonos que nos graban. Después mira en mi dirección. Por la cara que pone, sé que está aguantando todo lo posible para no hacer un berrinche.


– ¿Eres del futuro? – pregunta Alix a Kagami, una vez estamos en su madriguera.

No tengo ni idea de cuál ha sido su secreto, pero ella parece estar bien.

– Sí. – responde Kagami.

– ¿Muy lejano?

– Del mismo día. Por la noche. Me has dado un buen susto al despertarme a las dos de la mañana. Ni siquiera sé por qué lo has hecho. No he sido de utilidad alguna.

La enana asiente, como si acabara de darle la respuesta a una pregunta.

– Para darte una coartada, seguramente. Si estabas con tu madre y con un policía no puedes ser Ryuko.

– Ahora que hemos aclarado eso, ¿podemos hablar de este akuma tan raro? No ha intentado quitarnos los prodigios en ningún momento, sólo ha corrido. Y me ha entregado el objeto akuma. ¿No os parece raro?

Kagami se cruza de brazos.

– Es ciertamente insólito. Además, tampoco ha preguntado nuestras identidades.

– Exacto. – digo yo. – Y la balanza no se movió cuando dije la respuesta, a ella pareció que no le gustaba. No me castigó.

Nos quedamos calladas, pensando. Bueno, dejando que ellas piensen, a mí no se me da tan bien. Soy la única de las tres que no ha investigado por su cuenta.

– Puede ser – dice Alix – que las akumatizaciones deban cumplir unas reglas. Por eso no pudo preguntarnos nuestras identidades.

– Dijiste que podría hacerlo. – rebato yo. La vi mirar por su portal.

– Me equivoqué.

¿Qué? Se supone que ella no se equivoca. No cuando usa su prodigio. Llevamos mucho tiempo fiándonos ciegamente de su prodigio.

– Pero si viste el futuro. – le digo.

Alix coge aire profundamente, como si estuviera molesta por mi insistencia.

– Yo no vi el futuro. Si lo hubiera hecho te hubiera usado de escudo humano.

Kagami se sorprende por esa declaración. Claro, ella no oyó lo que Marioneta le hizo decir. La entiendo. Ella tampoco ha oído lo que yo he tenido que decir.

– Entonces, tu prodigio no es tan de fiar como creíamos.

– No. El tiempo es... extraño.

Eso es una mierda.

– Eso significa que el objetivo de la akumatización no era quitarnos los prodigios, sino algo más. ¿Cuál fue el motivo? – interviene Kagami.

– Estamos hablando de Dupain-Cheng. El motivo es cualquiera que haya entorpecido sus intereses.

Kagami ladea la cabeza, como un perrito.

– Lila dijo que nosotras somos sus amigas, haciendo que Marinette quede mal por haberla acosado. – aclara Alix.

Kagami asiente.

– Entonces, lo que quería el akuma era destapar la verdad, o más bien, lo que ella creía que era la verdad.

– Pero no sólo la verdad, sino las cosas malas de la gente, sus secretos oscuros.

Las dos asienten. Eh, estoy contribuyendo a la teoría.

– Puede que Lepidóptero esté buscando pistas sobre nuestras identidades al querer saber secretos de nuestra vida personal. – especula Kagami.

– No, no lo creo. Son secretos, por tanto lo saben pocas personas. No puede relacionarlo con nosotras fácilmente. ¿Cuánta gente sabe nuestros secretos? – pregunta Alix.

Me alivia saber que no quiere que le contemos nuestros, aunque yo sepa el suyo.

– Sólo Longg y yo.

– Sólo mi madre, Polen y yo. Pero no es algo demasiado único.

Desgraciadamente, no soy la única a la que ha pegado su madre. Aunque no creo que a alguien más le hayan hecho lo mismo que a mí.

Alix suspira.

– Estáis mucho mejor que yo. El mío lo conoce mi familia y varios policías. Si la policía realmente trabaja para él, podrán mirarlo en su archivo. Tendré que colarme de nuevo y modificar el expediente.

Las dos asentimos. Desde luego, no tenemos mucho que decir sobre lo que va a hacer con respecto a sí misma.

– Aún así, creo que quiere sacar nuestros trapos sucios para algo más.

Estoy segura de que sí.


En el blog de Cotilla Chillona hay vídeos de nuestra pelea con Marioneta. No sé cómo hace para conseguir imágenes siempre. Y además se oyen bien nuestros secretos. Seguro que también tiene un micrófono, la muy maldita.

Todos hablan de nosotras en redes sociales. Análisis en Tik Tok, debates en Twitter, grupos de discusión en Facebook... Algunas personas intentan entender qué significan nuestras declaraciones y otras, simplemente nos juzgan.

La gente habla sobre cómo a mí me pega mi madre, Kagami ha provocado un incendio (no sabemos si intencionadamente o no) y Alix mató a su madre (pero yo no creo que ella la asesinara). En este último caso, la gente habla de la "pesadilla de Bunnyx". No paran de compartir ese vídeo en el que aparece una especie de cadáver de mujer desde el suelo y le dice cosas mientras ella está paralizada. La gente es muy morbosa, les encanta ver y regodearse en los detalles escabrosos. A nadie le importa cómo estén haciendo sentir a Alix, cómo estén haciendo sentir a cualquiera de nosotras.

Y después está ese maldito artículo de opinión. Kagami me lo mandó. A ella le encanta informarse de las "noticias".

"Niñas jugando a ser heroínas.

Esta semana hemos tenido un akuma distinto y único que nos ha ayudado a conocer un poco más de las heroínas de París.

Este akuma, que ya ha sido nombrado como "Princesa Justicia" ha provocado, no sólo accidentes de coche (algo no muy extraño, ya que éstos suelen provocar daños materiales), sino la revelación de los secretos de las autoproclamadas heroínas.

La akumatización acontecida hace dos días y la posterior viralización de unos vídeos en los que se veía y, principalmente, se oían las consecuencias de "Princesa Justicia" me ha hecho preocuparme aún más por la #saludmental.

No es la primera vez que se habla de salud mental referida a estas chicas, ya que Ryuko es conocida por ser "La Loca". Es por ella por quién voy a empezar.

Quiero dejar claro que no voy a usar ese pseudónimo para referirme a una persona que claramente necesita atención psicología e incluso es posible que psiquiátrica.

En el vídeo viralizado donde se muestran sus imágenes confiesa haber provocado un incendio. No sabemos de qué manera ha podido ocurrir esto, podría ser intencionadamente o por accidente. Lo que está claro es que sea cual sea la respuesta, demuestra que ella no está capacitada para ostentar el papel de protectora de la ciudad.

En mi opinión, el incendio que dice haber provocado fue completamente deliberado, si tenemos en cuentas las muestras de ira incontrolable que ya ha dado en público. Eso significa que en privado esa violencia se ve potenciada.

Ryuko es una persona que necesita un tratamiento urgente que la ayude a controlar sus irrefrenables ataques de ira repentinos. Es evidente que es una persona peligrosa y que no debe tener permitido pasearse por París con un arma.

En segundo lugar, y por orden cronológico, tenemos lo dicho por Bunnyx. El que asesinase a su madre nos indica que es muy posible que su motivación para ser heroína sea redimirse del accidente. Ese motivo no es honesto y no sabemos en qué momento va a decidir que ya se ha redimido y nos va a dejar solos ante el peligro.

Aunque, para cometer ese accidente (suponiendo que sea tal), debemos de estar ante alguien lo suficientemente imprudente como para cometer fallos letales. ¿Quién sabe cuando volverá a ocurrir dicho fallo? Podría ser cualquiera de nosotros.

Sé que hablar de su negligencia no es una idea nueva por mi parte, pero veo necesario remarcar y constatar la futilidad de nuestras "heroínas".

Por último, aunque no menos importante, están las palabras de Queen Bee. Hemos descubierto que Queen Bee es una niña maltratada. Una persona frágil y vulnerable. Una persona que, una vez más, tiene traumas, ya que todas las personas maltratadas tienen esa clase de problemas, sean conscientes o no.

Por lo que hemos visto, es muy posible que sea una niña que quiere elevar su autoestima, recibir amor y atención en base a su identidad de heroína. Y yo me pregunto ¿qué pasará cuando ya tenga ese amor y atención que buscaba? ¿Qué pasará si su frágil salud mental la hace derrumbarse en mitad de una akumatización y desprotegernos?

Que conste que mi intención no es atacar los problemas mentales, sino preocuparme por ellos. No podemos permitir que personas con dichos problemas tengan una carga tan importante.

Sé que todo lo que he dicho no son más que especulaciones, sin embargo, lo son basadas en hechos y estadísticas. Este equipo de superheroínas debe marcharse, por su bien y por el de todos.

Por Pierre Perrin"

Es cierto que ha acertado un poco conmigo, pero no me gusta que crea que eso no me hace apta para ser Queen Bee.

Además, ya han pasado dos días desde la akumatización y la situación en clase es extraña. Hay una tensión palpable por lo que Marioneta le ha hecho a sus palmeros y creo que ella tiene que decidir qué va a hacer ahora. También está el nuevo hecho de que Lila es ahora públicamente nuestra amiga. Y eso también se nota en la manera en que ahora la tratan los demás.

– ¡Bourgeois, deja el teléfono! Vais a salir pronto. – exclama la señora Alarie.

Efectivamente, estoy en la competición de gimnasia rítmica de Íle-de-France.

Hoy tocan los aros. No se me dan del todo bien, pero he estado practicando con el grupo.

La coreografía es al ritmo de una canción de Clara Nightingale.

Termina la extraña música del grupo anterior. Ya nos toca.

No me gusta hacer actuaciones de gimnasia. Nunca he hecho ninguna. No miro al público, a pesar de haber invitado a Kagami y Adrien. Mi madre y mi padre también lo saben, pero no han venido. Mi padre por falta de tiempo y mi madre porque no quiere. Tampoco querría que viniera.

Mis compañeras y yo nos colocamos en posición. Suenan las primeras notas de nuestra canción.

Me cuesta mucho que me salga bien. Lo he practicado, pero al ser algo a lo que no estoy acostumbrada, tengo que concentrarme mucho en cada movimiento y pase del aro. Que cada cosa que haga esté coordinada con mis compañeras y con la música.

Es difícil y no me gusta, pero es lo que tengo que hacer. Y lo hago, no porque lo haya ordenado Alarie, sino porque creo que me ayudará con mi funcionamiento en Triple Súper.

Termina la canción y comienzan los aplausos.

Nos retiramos a un banquillo cerca de las gradas a esperar que nos den la puntuación.

No me gusta competir en gimnasia, en parte, porque la corrupción es muy fácil. Son personas las que deciden quien gana y quien pierde. Todos los deportes tienen corrupción, pero en otros es más difícil. Sé muy bien de lo que hablo, mi padre es muy corrupto. Nunca he querido que él pague mi victoria. Si gano tiene que ser porque soy mejor que las demás.

Cerca de donde estoy se encuentran Kagami y Adrien. Me saludan y yo a ellos. Él hace un gesto de victoria. Venga ya, él sabe tanto de gimnasia rítmica como yo de esgrima.

Nos dan una puntuación alta, muy alta. Nos coloca en primera posición a falta de dos equipos más. Tenemos asegurado el bronce.

Compite el siguiente equipo y queda en tercer lugar. Nos hemos asegurado la plata. Después el último, que queda en cuarto lugar. Somos oro.

Increíble.

Mis compañeras celebran. Tenemos el primer oro. Kagami y Adrien también celebran.

Todos celebran.

Hasta que hay un akuma.


N/A: La idea del akuma se me ocurrió antes de que saliera el capítulo de ese akuma de Luka. No tengo pruebas, pero es verdad.

1 Competición regional de la región en la que está París.

El teléfono 116111 es el teléfono de ayuda a la infancia en toda la Unión Europea. Puedes llamar ahí si te encuentras en la situación de Chloe. Esta idea no fue mía, sino de Katherine, pero yo estoy muy de acuerdo.