El lago Motosu seguía siendo tan tranquilo como de costumbre. Rin y Nadeshiko lo habían visitado nuevamente, acompañadas por Chiaki y Ena. A pesar del poco tiempo libre que les otorgaban sus trabajos, las vacaciones de invierno finalmente les otorgaron un merecido respiro, permitiéndoles disfrutar de momentos de tranquilidad y compartir entre ellas.
A medida que aumentaban sus historias y risas, se dieron cuenta de lo lejos que habían llegado desde ese fatídico día que se llevó a Aoi. Su amistad seguía siendo tan fuerte como el primer día, pese al paso del tiempo.
Al final del día, mientras observaban la puesta del sol en Fuji, las amigas se abrazaron, compartiendo la idea de planear un próximo campamento juntas.
Al llegar la noche, Nadeshiko sacó una pequeña caja de su bolso. Pidiendo espacio a Ena y Chiaki, decidió tener una conversación en privado con Rin. Dado que su relación amorosa se había mantenido estable al pasar los años, Nadeshiko decidió que era hora de dar el siguiente paso, confiando en que Rin estaría de acuerdo.
- Rin, hemos estado juntas por tantos años y hemos compartido tanto, que sé lo profundos que son nuestros sentimientos. Por eso, he decidido llevar nuestra relación al siguiente nivel.
Nerviosa, se arrodilló frente a Rin y abrió la pequeña caja en sus manos, revelando un brillante y hermoso anillo.
- Rin-chan, ¿te casarías conmigo?
Los ojos de Rin se ensancharon de sorpresa mientras miraba el anillo. Sus manos temblaban ligeramente mientras sostenía la caja.
Después de unos minutos de silencio, Rin la miró a los ojos.
- Nadeshiko… Sí, acepto.
La sonrisa de Nadeshiko se volvió radiante mientras lágrimas de alegría salían de sus ojos. Compartieron un apasionado beso lleno de emociones. En medio de las felicitaciones, Ena lanzó la siguiente pregunta:
- ¿Cuándo será la luna de miel y la boda?
- Esta es nuestra luna de miel.
Dijeron Rin y Nadeshiko al unísono. Respecto a la boda, Nadeshiko confesó querer tomarse un tiempo para asegurar una boda perfecta.
Mientras el viento soplaba suavemente, las cuatro amigas compartieron risas y charlas animadas sobre el futuro. Rin y Nadeshiko agradecen tenerse la una a la otra, junto a Chiaki y Ena como parte importante de su vida, sabiendo que el camino que seguía por delante sería inolvidable.
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En medio de la inevitable marcha del tiempo, la sombra de la tristeza y el duelo se cernía una vez más sobre ellas cuando la enfermedad se llevó a Chiaki. Aunque el dolor era profundo, las tres amigas restantes encontraban consuelo en la idea de que Chiaki al fin pudo reencontrarse con Aoi en paz.
Mientras recorrían la casa de Nadeshiko y Rin, las fotografías del pasado adornaban las paredes. Entre risas y lágrimas, Ena no podía evitar sentir nostalgia al contemplar las felices imágenes. La boda, el primer campamento grupal, el primer beso compartido de Rin y Nadeshiko frente a sus amigas…Todo.
Sabían que su viaje se acercaba a su inevitable final, pero sus corazones se llenaban de gratitud por los años de amistad compartidos. Mientras contemplaban esas fotografías, Ena, Rin y Nadeshiko sabían que el tiempo podía llevarse muchas cosas, pero su amistad nunca sería arrebatada.
...
- ¡Aoi-chaaaaaaan! ¡Holaaaa!
Aoi pudo escuchar a la distancia a su querida amiga Nadeshiko, corriendo hacia ella, su anillo de bodas brillaba en su mano. Detrás venían Rin y Ena. El abrazo que compartieron fue un cálido recuerdo de los lazos que formaron en vida. Se encontraban juntas nuevamente, juntas como siempre, con muchas historias que contar y amor que compartir.
Una vez que todas estaban reunidas, sus sonrisas brillaban con la certeza de estar juntas por la eternidad. Los años juntas, las risas compartidas y especialmente los momentos difíciles habían tejido una fuerte conexión entre ellas que trascendía incluso el reino terrenal. Mientras se abrazaban, comprendieron que la eternidad sería un viaje agradable en compañía.
Rin y Nadeshiko, unidas en matrimonio, se dieron un beso lleno de amor. Sabían que su amor trascendía incluso el tiempo, llegando a perdurar más allá de la vida terrenal. Con Chiaki, Aoi y Ena a su lado, sabían que el lazo que habían construido juntas era genuinamente eterno.
