Los personajes de esta historia pertenecen a la increíble Stephanie Meyer, la trama pertenece a la asombrosa autora CaraNo, Alepattz la tradujo, sullyfunes01 es nuestra prelectora, yo tengo el permiso para publicarla.

Thank you CaraNo for allowing us to share this amazing story in Spanish!

[Traducido por Ericastelo en apoyo a AlePattz]


45 - AMSTERDAM EN ABRIL

Whistler POV

"Carajo..." Me quedo sin palabras, todavía incrédulo, todavía asombrado de mi mujer. Ese truco que les hizo a las perras en el baño... Maldición. Es de oro. Me pone la polla dura. "¿Hay sonido?" Le pregunto a Eric. Está trabajando con su portátil -estamos en la furgoneta, de regreso a Bayswater- y estamos todos reunidos de nuevo. Excepto los tres chicos de Kellan. Les ordenó que pasaran desapercibidos hasta que los necesitáramos, así que están de camino a su hotel en Archway, Golders Green o donde sea.

"Ah, sí". Eric sonríe y se quita los auriculares. "Lo grabaré todo".

Bien.

"Mi criminal gata infernal", le digo a Bella con un beso en la mejilla. Tengo ganas de quitarme los malditos lentes, pero tendrá que esperar hasta que volvamos al flat. El coche se mueve mucho. En fin... "¿Cómo se te ocurrió esa mierda?"

Estoy un poco cabreado conmigo mismo, la verdad, porque debería haberlo pensado.

Bella solo se encoge de hombros, una sonrisa de suficiencia jugando en sus labios, que está tratando de ocultar. "Simplemente se me ocurrió".

¡Ja! Mírala. La pequeña esposa siendo genial. Eh, Simplemente se me ocurrió. Tengo que amar a esta chica.

"Has estado genial -la felicito y le paso el brazo por los hombros. Ya se ha quitado la puta peluca y me alegro de volver a ver a la Bella de verdad, aparte del color de sus ojos y la franja de cabello teñido. "Y estoy completamente seguro de que tu trabajo va a dar frutos...". Me interrumpe el teléfono del trabajo, así que levanto rápidamente un dedo, haciéndole la señal universal de "un momento", y saco el teléfono. Es Liam, que está en la Toscana con su equipo. Mientras él va por el círculo íntimo de Aro, papá también está en Italia con su equipo, pero están buscando al tío Ed. "Háblame", le digo.

"Tienes que dejar el país, primo. Ahora mismo".

No me jodas. Mis hombros se tensan. "Explícate", exijo, y cuando capto la atención de Kellan por el retrovisor, le hago un gesto para que acelere la furgoneta.

"El tío C nos ha dado luz verde para entrar en la propiedad principal", explica. De fondo, oigo el ruido de un motor. "Aro estaba en Sicilia, pero ha vuelto a Cerveteri, y Carlisle me dijo que vigilaría la villa mientras yo enviaba a mis chicos a la villa". Asiento para mis adentros, adivinando que se han metido en problemas. Incluso si el hombre principal no está allí, las villas rara vez están vacías.

Demonios, la casa de Bella y mía en Bainbridge nunca está vacía. El servicio de limpieza está allí, por no hablar de los tipos de seguridad que Emmett y yo contratamos para el vecindario. "Resulta que la mano derecha de Aro estaba allí." Mierda. Stefan Ztano. "Nos las arreglamos para meter algunos micrófonos..." Suspira. "Ellos están vigilando los pasos fronterizos. Alguien en Alemania se está tirando a quien sea y sabe que una Marie Swan entró en el país desde Irlanda la semana pasada."

Justo lo que me temía. Cuando llegamos a Inglaterra desde Francia hace unos meses, no estaba dispuesto a utilizar el pasaporte de Bella. Como es su apellido de soltera, sospechaba que los Avellino lo vigilaban, pero cuando salimos de Dublín y abordamos el ferry a Gales, nos pararon para un registro aleatorio, y decidí que había llegado el momento de que Bella usara "Marie Swan". Quería verlo. Y ahora lo sé.

"Mañana nos vamos a Berlín", digo pasándome una mano por el pelo grasiento. Carajo, necesito una ducha. "Estaremos allí una semana..."

"No lo entiendes. Piensa. ¿Perdiste el coche en Dublín?"

Frunzo el ceño. "No. Está estacionado en Camden".

"Exactamente. En mi garaje en Camden. Mi edificio. Que lleva a mi flat. ¿Lo entiendes?" Gimo. Caraaaaaajoooooo. Sí, lo entiendo. Si encuentran el flat de Liam -un flat que no está tan vacío de información-, podrían encontrarnos a nosotros, o al menos a nuestro vecindario. "Lo único que tienen que hacer es intervenir las cámaras de seguridad, seguir el maldito coche y ya está".

De acuerdo, es mucho más complicado que "y ya está", pero entiendo lo que dice. Con los recursos de Avellino, pueden llegar lejos... y rápido. Sí, tenemos que mover el culo, y no podemos salir por Dover. Tenemos que conducir hacia el norte y cruzar a Amsterdam. Carajo.

"Y no podemos volver", concluyo en voz baja. Ya tengo la atención de los demás, por supuesto, pero si no la tuviera, la tendría ahora. Y entonces empiezo a pensar en la puta que Ford vio esta noche fuera del club de Aro: Heidi. Una zorra alemana. Podría ser de la que habla Liam. Maldita sea. "Muy bien, ya mismo nos ponemos en marcha. Saldremos de Londres esta noche", digo con firmeza. "Con suerte, estaremos en Berlín mañana por la noche".

"Pero espera mi llamada. Necesitamos ejecutar esto perfectamente..."

Ya lo sé. "¿Algo más?"

"Sí. Llama a tu viejo; tiene a Garrett trabajando en los medios. Actualización de prensa. Y... aléjate de Inglaterra más rápido que un chico virgen disparando su carga. Mis chicos y yo vamos a pasar desapercibidos durante unos días. Mientras tanto, trataré de vigilar a Ztano".

"Entendido. Llamaré tan pronto como estemos fuera de Londres".

*O*O*O*

Cuando llegamos al flat de Bayswater, ya he informado a todo el mundo de lo que va a pasar. Mientras subimos las escaleras, doy órdenes, porque cuando alguien -alguien cercano, en este caso, Liam- te dice que es hora de moverse, no te quedas sentado y pierdes el tiempo. James y Sam tienen que salir de sus habitaciones de hotel en Lancaster Gate, y le digo a Kellan que haga lo mismo después de haberle entregado una veintena de tarjetas de crédito que guardo en una chaqueta en el pasillo, todo para una huida rápida. Le ordeno que vaya a los cajeros automáticos de Queensway -sé que hay al menos cinco de Halifax, Barclays y HSBC- y saque todo el dinero posible. Las tarjetas no llevan a ninguna parte: nombres falsos, pero cuentas muy reales. Y cuando los tres se han ido, le digo a Eric que recoja sus cosas, a Bella que recoja las nuestras y a Autumn que se vaya con su tío. Y me dirijo al baño para quitarme los malditos lentes.

Entonces llamo a papá.

¿Dónde está la maldita solución salina? Acuno el móvil entre la mejilla y el hombro mientras rebusco entre la mierda de la encimera, que está repleta de maquillaje de Bella. Y me escuecen los ojos. A la mierda. Me echo un poco de agua en la cara, asegurándome de mantener el teléfono alejado, y luego me siento en la tapa del retrete, esperando a que papá conteste su maldito teléfono.

Finalmente, lo hace. "Hijo. ¿Hablaste con Liam?"

"Sí", respondo, pasándome una toalla por la cara. "Me habló de la frontera. Estamos en camino".

"Bueno, aún no te han encontrado, pero salir ahora es una buena idea".

Frunzo el ceño. "¿Cómo sabes que no han conseguido nuestra ubicación?".

"Porque los Avellino hicieron un movimiento hace un par de horas, y no lo habrían hecho si supieran dónde estabas. Enviaron el recado a Chicago".

¿Ah? "¿A quién?"

Hace una pausa.

Me impaciento. No hay muchos en nuestra organización que se puedan encontrar en este momento, y las mujeres de Seattle están todas fuertemente vigiladas. Mierda, creo que tenemos quince hombres sobre ellas.

"Charlie Swan".

Me chupo los dientes.

Seguido de una mirada a la puerta cerrada.

"Obviamente nos quieren sacar de la clandestinidad."

Sí, lo entendí. Lo que significa que papá tiene razón: no saben dónde estamos ahora, si no, no amenazarían con matar al papá de Bella. Y los padres de Rose, por muy malos que sean a los ojos de Rose, siguen siendo familia. También están bajo protección. Orden de Emmett. Así que... sí, eso dejaría a Charlie.

Con un suspiro, saco mis cigarrillos y enciendo uno. "¿Qué pasa con la prensa?" murmuro, aún procesando el golpe a Charlie. No sería muy difícil enviar a alguien y darle protección al viejo cabrón. La cuestión es si quiero hacer eso. Después de la mierda que soltó sobre que nunca quiso a Bella -palabras que ella oyó, carajo-, no estoy seguro de que esa rata bastarda merezca vivir. Piénsalo. La usó durante dieciocho años para que le sirviera de cocinera y criada, y luego la vendió, carajo.

"¿Qué pasa con el padre de Isabella? El mensaje dice que tenemos veinticuatro horas".

Exhalo un poco de humo y miro al techo, como si allí fuera a encontrar respuestas.

"Lo estoy pensando", le digo. "Ahora, ¿qué pasa con los medios?"

Suspira. "Están especulando sobre Europa, y están bastante seguros de que estamos fuera de Chicago. Las autoridades no dicen mucho". Eso es porque no hay nada que decir. "Sin embargo, saben que varias esposas están en Seattle, pero eso es todo. No obstante -y por eso quería hablar contigo-, las autoridades italianas, con ayuda de la Interpol, están relacionando a Sam con el lugar donde interceptaste la cola de Emmett en enero." Oh, mierda. El sitio donde abatimos a tiros a varios matones de Aro... mientras el propio Aro intentaba acabar con Bella, Eric y Autumn. "Encontraron su sangre, y realmente espero que nunca encuentren la tuya, Edward. Porque también te dispararon allí, ¿no?"

Pregunta retórica.

Pero no tiene que preocuparse. Bueno, no por mi sangre, porque me dieron más cerca de los coches en llamas, y volamos esa mierda adecuadamente antes de irnos. Bueno, James lo hizo, pero sabe lo que hace. A Sam le dispararon más lejos, lejos del fuego. Aun así, es mi culpa. Mi equipo = mi responsabilidad. Y estaba demasiado preocupado por la muerte de Bella. La limpieza adecuada era lo último en mi mente.

"¿Por qué lo hacen público ahora?" Pregunto. "Esta mierda ocurrió en enero, así que no es como si la sangre pudiera haber sido un hallazgo reciente".

"No es público. Garrett movió algunos hilos, y ahora tenemos un nuevo hombre dentro".

Ya era hora. ¿"Interpol"? Supongo. Garrett ha trabajado con ellos antes. No por años, porque está demasiado conectado con los Masen y los Cullen, pero cuando era verde. Ese cabrón es feroz detrás de una computadora. Diría que incluso mejor que Eric, pero tiene veinticinco años más que mi compañero, así que...

"".

Me aclaro la garganta y doy una última calada al cigarrillo, luego levanto el culo para tirarlo al retrete. "Entonces, ¿se están guardando esa información? No lo entiendo".

"Hacerlo público no les ayudará. Después de sacar los registros dentales, saben que los matones a la parrilla son socios de Avellino. Nadie hablará".

Entiendo.

"Pero se llevarán a Sam si lo encuentran", concluyo, ahora paseándome por el baño.

"Exactamente. Suponemos que están esperando a que nos descuidemos o lo que sea".

Me río. No nos descuidamos, carajo.

A menos que las esposas estén en peligro.

Mierda.

"Tendré cuidado", digo, aclarándome la garganta. "¿Algo más sobre los medios o las autoridades?"

"Desde la fuga de la prisión, obviamente siguen buscando a Liam, pero eso es todo".

Asiento con la cabeza, asimilando todo.

Otra mirada a la puerta.

Enciendo otro cigarrillo.

"¿Has tomado una decisión sobre Charlie?"

Sí.

"Creo que sí". No, lo sé. "Sí, la tengo."

Arrastre profundo.

Exhala.

"¿Y?"

Me miro en el espejo. No parezco diferente -pelo teñido y tatuajes falsos aparte-, pero me siento diferente.

"Él no es nadie", digo, dando una calada. "Ignóralo".

Exhala.

"Has cambiado, hijo", observa en voz baja.

Echo un poco de ceniza en el lavado, con los ojos fijos en mi reflejo. "¿No lo hemos hecho todos?"

Cuando acabo de hablar con papá, salgo del baño y me topo con Bella.

Oomph!"

"Mierda", maldigo, estabilizándola rápidamente. "¿Estás bien, princesa?"

"Sí", se ríe entre dientes y se palpa la frente. Sonrío, porque parece que mis pectorales son lo bastante duros como para que hacerse daño. Luego frunzo el ceño, porque sí se ha hecho daño. "Dijiste que tenías que hacer más ejercicio. Yo digo que no".

Lo ignoro y le toco la mejilla. "Perdona. ¿Seguro que estás bien?"

"Afirmativo". Asiente y luego frunce la nariz. "¿Fumaste en el baño?"

Maldición.

"¿No?" Sonrío y me inclino para besarla. Quizá pueda distraerla.

"Mentiroso".

Puede que no.

Afortunadamente, está sonriendo. Eso es mejor que mirar mal. "Fuera de mi camino, tonto", se ríe y sacude la cabeza. "Voy a empacar mi maquillaje".

"Sí, señora". Me hago a un lado y ella entra. "¿Necesitas ayuda?"

Me sonríe en el espejo. Otra sacudida de cabeza. "Coge algo de comer. Estamos casi listos para irnos; Eric está barriendo la sala".

Asiento. "¿Tal vez deberíamos empacar la comida?" No es como si fuéramos a volver aquí pronto, y sería una lástima dejar que toda esa comida se desperdicie.

"Hazlo tú, cariño". Me encuentra divertido. "Ya que te pondrás en eso, asegúrate de que todos los electrodomésticos estén apagados. Ah, y ¿podrías alistarle una merienda a Autumn? Acaba de dormirse, pero no cenó mucho antes, así que cuando se despierte..."

Merienda. Bien. Seguro que quedan un montón de galletas, refrescos y caramelos.

"Entendido", digo, dándome la vuelta.

Pero la voz de Bella me hace detenerme a medio paso. "¿Algo sano?"

Frunzo el ceño y me froto la nuca mientras me doy la vuelta y la miro despacio. "¿Cómo de sano estamos hablando? ¿Como yogur y esas mierdas?"

De nuevo, la estoy divirtiendo. Por alguna razón desconocida. "Uno", levanta un dedo, sin dejar de mirarme en el espejo, "el yogur está cargado de azúcar. No es sano. Dos", levanta un segundo dedo, "compré fruta en Tesco; guárdala. Le gustan la piña y las uvas". Fruta. Qué asco. "También compré..."

"La fruta es muy sana", resoplo.

Eso me da grima. "La fruta también está llena de azúcar".

Lo que sea. "De todas formas, chicas, tienen que engordar unos kilos". Cruzo los brazos sobre el pecho. Y es la verdad. Con el estrés constante y la presión a la que estamos sometidas, he visto a Bella bajar unos kilos, y no me gusta. Quiero que se sienta bien. "Voy a empacar cosas comestibles, ¿de acuerdo?"

Me mira fijamente.

Lucho contra el impulso de retorcerme.

Mi esposa tiene sus maneras, te lo digo.

"Empácalo todo y asegúrate de que tengo fácil acceso a ello", decide, y así es como sé que acabará de preparar ella misma la merienda de Autumn. Probablemente en el coche.

Hablando del coche... "Tú eres la jefa". Le sigo la corriente, y tal vez sea la verdad. Ella tiene mis malditas bolas. "Voy a llamar a James para que recoja los todoterrenos que usamos cuando vinimos de Italia". Evidentemente, nada salió mal cuando entramos en el país como Anthony y Marie McCarty, así que sinceramente dudo que nadie sepa nada de nuestros coches.

"No olvides empacar la comida".

Está loca. Soy un niño en crecimiento. Nunca olvidaría la comida.

Absurdo. Demencial. Una puta locura.

Resoplo y la dejo ahí.

*O*O*O*

Un par de horas más tarde, estamos oficialmente fuera de Londres. De camino a la salida, pasamos por varios cajeros más, y diría que ahora tenemos dinero suficiente para varias semanas. También tenemos un montón de comida.

"¿Me das otra bolsa de Doritos, nena?", le pregunto a Bella mientras me meto en la A12 en dirección a Lowestoft. Veo que Kellan nos sigue en el coche de detrás. Solo llevamos dos, más habría sido redundante. Así que tenemos a Kellan, James y Sam en uno. Luego Bella, Eric, Autumn y yo en este.

"¿No quieres probar esto?" pregunta Autumn, sosteniendo un maldito palito de zanahoria para que lo vea por el retrovisor. "Es realmente delicioso con salsa ranch".

"Y tú eres rara, nena. Tierna. Pero rara como el carajo", le digo. "Eso no es comida".

A menos que seas un puto caballo.

Eric ríe a mi lado, aunque sus ojos siguen fijos en el portátil que tiene en el regazo.

"Eres idiota, Whistler", murmura Bella, golpeándome el hombro con una bolsa de Doritos. Hombre, podía oír a varios aplastándose y muriendo. "No le hagas caso, nena".

"No lo hago", responde Autumn con sencillez y se mete un palito de zanahoria en la boca. "Recuerdo que dijiste que no debía escuchar lo que dicen los chicos. Esme y Rose dijeron lo mismo en Dublín".

Me burlo. "Cómete esos palitos y te convertirás en uno".

"¿Eso significa que te convertirás en grasa?" replica Bella.

Le tiro un Dorito.

Fallé, porque... bueno, está sentada detrás de mí.

Lo que sea.

Tengo un metabolismo excelente.

"Y antes de que empieces a alabarte por el metabolismo, no lo hagas", dice Bella, haciendo que me atragante con unas cuantas de mis frituras. Mierda. Carajo, ¿puede leerme la mente? "Puedes seguir comiendo azúcar y grasa, pero unas verduras no te matarían".

"¿Qué es esto, clase de Nutrición?" Pregunto y le lanzo una mirada de "vamos" al espejo. "Tengo veinticinco jodidos años, estoy en forma, estoy..."

"Casi veintiséis", canta Bella.

Le dirijo una mirada frustrada. "Isabella".

Luego me meto un puñado de Doritos en la boca.

Toma esa.

Mierda, su mirada es sexy.

"Bien, si ya terminaron con sus juegos preliminares, me gustaría saber qué te dijo Carlisle", dice Eric, haciéndose el importante. "Hablaste con él, ¿verdad?"

¿Juegos preliminares? Por favor.

Pongo los ojos en blanco, pero entonces veo a Bella por el retrovisor, mordiéndose ese maldito labio.

Bien. Supongo que es lo que hacemos. Puteamos. Luego follamos duro. Amamos aún más duro. O alguna mierda poética como esa.

Divertido, niego con la cabeza. Le guiño un ojo, y ella sonríe. Entonces procedo a contarles lo que dijo papá. Pero omito lo de Charlie. Es hombre muerto.

*O*O*O*

Exhalo un poco de humo por la nariz y miro fijamente el agua oscura. Carajo, espero que no nos encontremos con demasiados problemas en Berlín. Deberíamos llegar mañana por la noche. O esta noche, supongo, técnicamente hablando.

"¿No debería haber aquí una terminal enorme o lo que sea?". Bella bosteza, estirándose un poco delante del coche. Amanecerá dentro de unas horas y aún no hemos dormido. Excepto Autumn. Está desmayada en el coche. Bella se estremece, con un aspecto pecaminoso en una de mis sudaderas con capucha, y yo me coloco detrás de ella, con el cigarrillo colgando entre los labios, y me reclino contra el coche.

"Hay uno", le digo, acercándola a mí, con la espalda pegada a mi pecho. La huelo un poco y tarareo satisfecho en su cuello. Siempre huele tan bien, y siempre es cálida y mimosa. "Pero aquí no. Estamos esperando a un tipo que conocemos. Nos llevará a Ámsterdam en su barco".

Tararea y asiente, al tiempo que se gira para enterrar su cara contra mi pecho. Sus brazos me siguen y me rodean con fuerza. Sonrío y la aprieto contra mí, dando una última calada al cigarrillo antes de apagarlo. Luego le beso la cabeza, más de una vez, disfrutando del silencio. Porque sé que no durará. Kellan y los demás llegarán en cualquier momento y luego nos iremos a Holanda.

"¿Cansada?" susurro, balanceándonos un poco. Ella asiente y oigo otro bostezo. "¿Te has tomado la pastilla para el mareo?". Otra inclinación de cabeza. Más silencio. "¿Me amas?" Eso me hace reír. Me mira con ojos soñolientos y vuelve a asentir. "¿Sabes que eres mi vida, a pesar de hablar de palitos de zanahoria?". Se ríe. Y asiente. "Bien". Beso su nariz, temblando, no por el viento. "Eres preciosa. Tenía que decirlo".

"Eres el mejor", responde ella, frunciendo los labios.

Sonrío y la beso.

"Hola, ¿chicos?" Oigo a Eric llamar desde el asiento del copiloto. Rompo el beso y miro por encima del hombro para verle salir del coche. "Acabo de recibir un mensaje de Kirk. Llegará en cinco minutos, así que deberíamos bajar".

Sí, claro. Porque no vamos a llevar los coches. Y tenemos un montón de equipaje esta vez. Eso es lo que pasa cuando tienes tiempo para empacar. No quiero pensar en todas las cosas que tuvimos que dejar en nuestra villa a las afueras de Roma.

"Ahora mismo voy", le respondo.

*O*O*O*

Varias horas después, estamos todos sentados en una habitación de hotel en Ámsterdam. La han barrido en busca de bichos, pero aún tenemos música y un par de grifos abiertos de fondo. Porque ya es hora de hablar con papá, Emmett y Liam. Los tenemos a todos al teléfono.

"¿No podemos simplemente secuestrar a Aro?" pregunta James, poniéndose cómodo en su sillón. Yo también estoy muy cómodo, con una chica a cada lado del sofá. Una dormida Autumn a mi derecha, y una exhausta Bella al otro. "Entramos y nos lo llevaremos, y luego lo intercambiamos por Ed".

Sacudo la cabeza, a punto de decirle por qué no podemos, pero Liam se me adelanta.

"Nos superan en número. Aunque nos reuniéramos todos, ellos tienen más. Por no mencionar que son despiadados. Los intercambios suelen resultar en derramamiento de sangre, y no queremos perder más gente."

Exactamente.

"Además, las autoridades nos encontrarían más fácilmente", añade papá.

Asiento con la cabeza. "Lo que tenemos ahora es el elemento sorpresa. Nadie sabe dónde estamos o dónde vamos a atacar a continuación. Necesitamos eso".

Emmett es el siguiente. "Sugiero que acabemos con sus puntos importantes antes de anunciarnos, como planeamos desde el principio. Barcelona es bastante fácil de destruir, y Avellino tiene unos cuantos envíos grandes que llegarán aquí mañana. Si atacamos en ese momento, probablemente también podríamos eliminar a algunos intermediarios".

Enciendo un cigarrillo, pensando en otras posibilidades. Suena bien y todo eso, pero va a ser difícil que ataquemos en Berlín al mismo tiempo. Mis chicos necesitan dormir y comer, y luego tenemos que planear... Mierda. Porque si esperamos, puede que aumenten su seguridad en el club de Berlín cuando Emmett ataque en Barcelona.

"Podemos volar, al mismo tiempo, las cuatro villas de Avellino alrededor de Roma", suministra papá.

Y luego Liam. "Podemos acabar con Ztano si nos movemos rápido. Todavía está en la residencia principal, pero nunca se sabe cuándo se irá".

Mierda.

Miro a mi alrededor, estudiando, pensando, planeando, preguntándome. Kellan, Sam y James siempre están ansiosos por ir. Que se joda el sueño, dirían. Y lo mismo digo de Eric, pero él también tiene que pensar en Autumn. Igual que yo tengo que preocuparme por Bella.

"El club de Berlín", dice Eric pensativo, "es un club de striptease". Levanto una ceja. Se encoge de hombros. "Simplemente digo que entrar no será difícil, y sabemos dónde estará la atención de los invitados. Y probablemente también sea fácil evadirse". Me lanza una mirada mordaz que entiendo. Quiere decir que no debería ser muy difícil entrar en las zonas restringidas una vez que estemos dentro.

"Bella podría vestirse de stripper y acceder a la parte trasera del club", se ríe mi primo, bromeando, pero yo podría matarlo por ello. A juzgar por la expresión de mi mujer, la sugerencia de Liam era buena.

"Puedo hacerlo", ella responde, asintiendo. "En serio, no hay mucho que tenga que hacer para lograrlo".

"A la mierda", le digo. "No eres una maldita stripper. Y me niego a tenerte sola ahí dentro".

"No, escucha", continúa y se sienta más erguida. "Todo lo que tengo que hacer es ponerme un traje de puta, una peluca y maquillarme como una mierda". Ella está realmente a favor de esto. Jodidamente increíble. "Y, Eric, ¿crees que podrías poner tus manos en la lista de empleados o lo que sea? Porque entonces podría usar un nombre, ya sabes. Podría fingir ser alguien que ya trabaja allí."

Hora de dejarse de estupideces. "En primer lugar, no hablas alemán, carajo", digo. "Segundo, probablemente no te pareces a ninguna de las que trabajan allá...".

"Seguro que todas parecen iguales con demasiado maquillaje y pelucas", argumenta. "Y seamos realistas, les importan una mierda las caras. Ven cuerpos".

"Los clientes sí, pero no sus putos jefes", respondo impaciente. "En tercer lugar, ¿qué harás cuando te atrapen ahí dentro sin refuerzos?"

"Estoy con Edward. Es demasiado peligroso", dice papá con firmeza. "Bella, te necesitamos viva, ¿de acuerdo?"

Y mi mujer resopla. "No me dan suficiente crédito, lo juro. Puedo hacerlo".

"Da igual", murmuro, dando una calada a mi cigarro. "El anillo en tu dedo está ahí por una puta razón. Eres mi mujer, no una stripper".

Como dijo papá: es demasiado peligroso. Y ella estaría ahí sin refuerzos. De ninguna manera.

"Estoy con Bella", dice Kellan en voz baja, frotándose la mandíbula. Podría rompérsela. "Creo que ella puede hacerlo, y estoy dispuesto a apostar que hay una puerta trasera o una escalera de incendios cerca de los camerinos". Mira a Eric. "¿No tienes los planos del club?" Y Eric teclea en su portátil. "Podríamos poner a Sam o James allí. Si Bella necesita ayuda, entraríamos rápido. Todo lo que tenemos que hacer antes es asegurarnos de que la entrada o lo que sea no esté cerrada".

Sacudo la cabeza. "Estoy diciendo que no a esto. Ese anillo se queda en tu dedo-"

"Por Dios, Edward, hablas como si fuera a poner fin a nuestro puto matrimonio", suelta Bella. "¿Qué pasa contigo y el anillo? Y en serio, ¿ese es tu primer pensamiento: que me quito el anillo para interpretar un papel?"

Me encojo de hombros. La piedra en su dedo dice que está jodidamente atrapada, es mi maldita piedra. No se la va a quitar. Ningún imbécil tiene derecho a mirarla, y yo mataría a cualquier cabrón por tocarla. De acuerdo, tal vez me he vuelto más impulsivo de lo que solía ser, pero no puedo evitarlo. Siempre estamos rodeados de peligro, y aunque la mayor parte de mí está deseando dejar atrás esta maldita mierda, una pequeña parte ha abrazado el nuevo estilo de vida y lo llama "adaptación". Lo que sea. Mi mujer no se va a deslizar por barras de striptease, a menos que yo sea el único hijo de puta allí.

"No vas a bailar para los demás", exclamo. "Fin de la discusión, Isabella."

"¿Quién dice que lo haré? ¡Es solamente para que entrar!", grita. "Y no me vengas con 'Isabella'. No eres mi puto padre".

"¡No, pero soy tu esposo!" Le grito. Es un milagro que Autumn no se despierte. "Lo que yo digo se hace".

"Guau". Parece sorprendida. "¿Cuándo te convertiste en uno de esos tipos, Edward? ¿Ahora vas a dar órdenes?"

Me encojo de hombros de nuevo y prendo otro cigarrillo. "Si eso es lo que hace falta para alejarte del peligro".

Se ríe sin gracia. "Noticia de última hora, cariño; me casé con el peligro".

"Chicos", suspira Emmett. "Dejen de pelear. Tenemos que ver esto sin ver quiénes son las esposas y los maridos-"

Lanzo una carcajada. "¿Porque eso es lo que harías si fuera Rose?" Silencio. "Sí, no lo creo, hermano".

"Está embarazada, y por lo que he oído y visto, Bella tiene un montón de experiencia que Rose aún no tiene." Me importa una mierda. No voy a poner a Bella en más peligro. "¿Y, Eddie? ¿Acaso Bella no se hizo cargo en Roma? Estaba sola con Eric y Autumn..."

Aprieto los ojos.

"Y también estuvo en la exposición de coches", añade Liam, y esa es su forma de decir que también está del lado de Bella. "Tu chica puede arreglárselas sola, primo. Tiene pelotas".

"Estoy con la Sra. C", dice Sam.

"Yo también". Ese sería James.

"De ninguna manera", murmura Eric. "Lo siento, Bella, pero no. Estoy con Edward".

Independientemente de lo que crean que Bella puede manejar, yo tomo las decisiones. Es mi equipo. Yo tengo la última palabra.

"Por favor, Whistler", murmura Bella. Abro un ojo, solo para encontrarme con su mohín. "Ten fe en mí".

Me recuesto en el sofá y la miro fijamente mientras doy una calada al cigarrillo.

No se trata de fe. En absoluto. Pero no puedo hacer lo que dice Emmett: distanciarme y verla como una más de mi equipo. Bueno, ya la veo de esa manera, pero ella también es mi vida. Mi todo.

"Quiero que estés a salvo, princesa", le susurro, tirándole de un mechón de pelo.

"Me cubrirás la espalda", dice rápidamente.

Sonrío con pesar. "Soy bueno, pero no soy un superhéroe".

"No estoy de acuerdo". Sonríe descaradamente y pestañea. "Eres mi superhéroe".

"Para". Sacudo la cabeza. "Esto es serio".

Ella se tranquiliza, por suerte. "Lo sé. Pero qué tal esto: repasamos las opciones. Tal vez eso te haga cambiar de opinión, si lo discutimos todo".

"Buena idea", dice Eric, llamando nuestra atención. "Y esto es lo que tengo". Da la vuelta al portátil, mostrándonos la pantalla. "Este es el club. Y esto", señala un pequeño espacio situado junto a lo que supongo que es la zona del club, "es el vestuario de las chicas. Al menos eso es lo que creo, ya que aquí mismo hay cabinas de ducha. Y en ese caso, aquí hay una escalera de incendios. Lleva a un callejón trasero de fácil acceso".

"Creía que estabas de mi parte", murmuro y apago el cigarrillo.

"Sí", se ríe. "Pero si Bella va a hacer esto, creo que deberíamos empezar a planearlo ahora para que funcione".

Le hago un gesto con la mano, de repente demasiado cansado para discutir. "Continúa".

Lo hace. "¿Ves este pasillo?" Señala un punto que discurre paralelo a la zona del club y los vestuarios. Asentimos. "Creo que es una escalera que lleva al sótano. Que es donde creemos que Avellino dirige su tráfico de personas. Así que, si tenemos a Bella en el camerino, puede que sea capaz de averiguar cómo llegar a esas escaleras. Y luego podemos tener un par de nosotros en espera en el callejón trasero. Bella, asegúrate de que la puerta esté abierta". Mi esposa asiente. "Y yo estaré afuera, vigilándolos por audio". También tendrá a Autumn allí. Carajo, ojalá ella quisiera ir con mamá y los demás a Seattle. Pero después de perder a su padre en diciembre, estar sin Eric la pondría histérica. "Entonces tenemos al resto dentro del club."

"De acuerdo. ¿Pero cómo metemos a Bella ahí?" Pregunto, todavía enfadado. "Me niego a que vaya a ciegas, solo para que la atrapen cuando nadie crea que es una stripper".

"Bueno, dudo que estos tipos tengan una lista de sus empleados en línea", ríe Eric en voz baja, y yo tampoco lo creo. "Mi suposición es que hay una oficina, que es donde guardan los registros oficiales".

"Puedo entrar", ofrece James encogiéndose de hombros. "He hecho cosas mucho más complicadas que eso". Cierto, pero... no sé. "Y sé hablar alemán, así que no debería ser muy difícil improvisar si me encuentro con alguien".

"Mira", digo, tomando aliento. "No quiero sonar como si yo fuera una de sus jodidas madres, pero ¿qué pasa con dormir? Ninguno de nosotros ha dormido desde anteayer, y con todo esto que está pasando, no habrá mucho descanso hasta que todo esté hecho mañana por la noche. Digan lo que quieran, pero no puedo dejar que entren y no estén al máximo".

Son tres días sin dormir bien. ¿Y luego se supone que debemos matar a un montón de hijos de puta y liberar a un montón de esclavas sexuales?

De acuerdooo.

"Dormiremos unas horas y luego saldremos", dice Sam. "Y en cuanto lleguemos a Alemania, cogemos la autobahn (1) y aceleramos a fondo". Sonríe. "Llegaremos enseguida".

"También podemos turnarnos para dormir por el camino", añade James. "Y, Bella, puedo ir en tu coche. Así podemos repasar algunas cosas de alemán. Porque tal y como yo lo veo, si estamos todos conectados con auriculares que funcionen en la misma frecuencia, podré ayudarte si alguien te pregunta algo en alemán."

"Y tú puedes decirme si debo asentir, mover la cabeza o decir algo que no sea muy difícil de pronunciar", termina Bella. "Quiero decir, trataré de mantenerme al margen, por supuesto, pero por si acaso".

Sí, porque la mierda es así de fácil.

Sarcasmo.

No hablo alemán con fluidez, ni mucho menos, pero sé un poco y no es el idioma más fácil de aprender o de imitar. De acuerdo, James puede ayudarla a entender, pero ¿repetir palabras y parecer que habla con fluidez? Olvídalo.

"Entonces, ¿es un sí para mañana?" Papá pregunta.

Mis chicos me miran, esperando mi respuesta.

Suspiro.

Bella me aprieta la mano.

"Tenemos un montón de cosas más qué hablar", les digo seriamente. "Y no esperen descansar mucho, porque los bombardearé con información en sus putos cráneos de camino a Alemania".

No dicen nada, siguen esperando.

Vuelvo a suspirar. "QuéMierderoEsEste. Sí. Mañana por la noche".


1. La palabra alemana usada para denominar las autopistas es autobahn, una palabra creada por Robert Otzen en 1929, responsable del diseño de la primera autopista alemana. Las autopistas alemanas están exentas de cruces a nivel, peajes, disponen de calzadas separadas para ambos sentidos cada una con varios carriles, y están equipadas con zonas de entrada y salida especiales. No tienen límite de velocidad.