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Los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, la historia es completamente mía

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"Kagome-sama." llamó suavemente, mientras se adentraba a los aposentos de su señora, acudiendo a su llamado.

Distantes ojos azules reflejaban los pequeños destellos blancos fuera de la ventana. Sus mejillas estaban inusualmente pintadas por un suave rosa.

La demonia se aclaro la garganta con la intención de llamarla de nuevo, cuando un pequeño gesto llamo su atención, no solo eso, un cambio en el aroma de su señora, causo que sus ojos se abrieran en sorpresa.

La pequeña azabache acariciaba con ternura su vientre.

"¿Kagome-sama esta usted... ?" Aún teniendo ella toda la evidencia gracias a sus sentidos superiores, no pudo evitar que un poco de incredulidad se filtrara en su voz.

La azabache que parecía desde el principio consciente de la presencia de la otra fémina giró su rostro para regalarle una sonrisa brillante, pequeñas lagrimas se filtraban de sus ojos entrecerrados.

La dama de los vientos no se alarmó por las gotas que corrian por las rosadas mejillas de la miko, pues su aroma delataba todo menos tristeza. Poco a poco estaba aprendiendo a leer los colores de un humano a pesar de que últimamente su señora parecía estar desafiando todo sus conocimientos sobre ellos, ahora entendía porque.

"Si Kagura, ¿No es maravilloso?"

Para ser conocida como una guerrera fria, la sonrisa genuina que le regalo de vuelta a la miko, demostró, que ella tambien tenia corazón.

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