[Escrito en 2°persona]
Tú, monstruo que mira caminar a la gente por la calle, solo vas a estar. Ellos saben lo que eres, por eso ellos se alejan. Saben lo que hiciste y lo que harás. Solo la muerte es lo creas a tu alrededor.
Mira cómo la gente se está amontonando y otra se esconde, no podrás acercarte a averiguar porque está ocurriendo eso, porque seguramente lo que haya ahí saldrá corriendo al verte.
Eres señalado por un grupo de gente, asustado estás por quien se acerca guiada por esos dedos. Mira como tiemblas ante su mano acercándose a tu cara. Cálida se siente al tocar tu maltratada piel.
No entiendes lo que ocurre, escuchas que esta mujer es una princesa. Te pregunta a cuántos has matado y le respondes. La gente alrededor se asusta al escuchar el número, pero la princesa te mira tranquila. Te pregunta si lo has hecho por una razón o por disfrute, le respondes que lo hiciste por una razón. Te mira a los ojos con un cariño que no entiendes de donde proviene y pregunta si ella se puede volver tu razón.
No entiendes lo que ella te quiere decir. Ella dice que su razón es proteger al reino de Xing y te pregunta si puedes volver esa tu razón de existir.
Le dices que los monstruos como tú no pueden proteger nada. Ella te dice que los monstruos son quienes, ante su enemigo vencido, lo decapitan y exhiben vigorosamente su hazaña. Que tú solo eres un niño sin rumbo, que mata sin duda pero sin deseo.
Ella te extiende su mano para que la agarres. Dudas, pero le das la mano. Al momento de hacerlo, una imagen aparece en tu cabeza: te ves muriendo detrás de ella mientras avanza con el deseo de seguir a su lado.
Ella te sonríe y pregunta tu nombre, le respondes mientras sonríes: «Mizari».
