Disclaimer. Los personajes de Kimetsu no Yaiba NO me pertenecen, sino a la mangaka Koyoharu Gotouge.
Advertencia. Este capítulo y otros futuros contienen spoiler del manga/anime, contenido de los databooks y datos adicionales. Además, puede contener lenguaje impropio.
Comentarios. ¡Muchas gracias por sus comentarios! De verdad me ayudan mucho a seguir esta historia porque me mantiene motivada.
Aprovecho para decir que he escrito un one-shot Sanemi x Kanae que describe los sentimientos de Sanemi (según mi percepción y especulación) con respecto a la muerte de Kanae. Hay algunos recuerdos allí que serán parte de esta historia, pero el one-shot es independiente (porque allí Kanae no hizo una regresión en el tiempo). ¡Los comentarios están respondidos al pie del capítulo!
Sin más dilación…
¡A leer!
.
Capítulo 7
Punto muerto
.
Kanae Kochō estaba poniendo toda su concentración en escuchar las palabras que Gyomei Himejima tenía que decir sobre la misión.
Se habían reunido rápidamente con un pequeño escuadrón de tres cazadores de nivel Tsuchinoto en la frontera con la prefectura de Miyagi, solo para obtener información antes de reunirse finalmente con Sanemi. Lo curioso de todo esto y la razón de que se obligara a mantener la concentración, era que ella conocía a uno de esos cazadores que estaban dando un reporte detallado, pero solo a través de las páginas del manga en el futuro.
Ya había visto a Muichiro sin tener intención, pero no esperaba ver a Obanai tan pronto. De manera inconsciente había propiciado un encuentro que nunca tuvo antes de su primera muerte, así que estaba aquí ahora, conociendo a una versión más joven e inexperta del futuro Pilar de la Serpiente.
Por supuesto, las vendas se mantenían sobre la parte inferior de su rostro, resaltando de manera casi antinatural su heterocromía ocular. Era raro verlo sin su haori a rayas, en su lugar solo llevaba el uniforme estándar y su estatura era menor a la de ella, que se había quedado justo en el metro sesenta y tres, pero seguía manteniendo esa aura de hermetismo de cara el mundo y cada que intervenía se notaba la rigurosidad de su proceder. Probablemente todavía no estaba Mitsuri en el cuerpo, hecho que le hizo preguntarse en qué momento se daría su cambio paulatino.
Por su conocimiento de causa, resultaba menos complicado ocultar su creciente curiosidad por él, pero de todos modos era impresionante cuánto podía cambiar un hecho el simple motivo de haber vuelto de entre los muertos. Era mejor denominarlo de esa manera en vez de pensar que había viajado en el tiempo, aunque las cosas estaban claras.
Escuchó las cuentas de Gyomei removerse entre sus dedos.
—¿Al menos cuatro demonios juntos? Es una dinámica extraña —comentó él con diversas dudas.
El trío de cazadores estuvo de acuerdo con la apreciación del Pilar de la Roca. Kanae tarareó un poco para sí misma. ¿Estaban en presencia de un arte demoniaco capaz de dividir al demonio en varias partes? Le recordaba a la primera misión de Tanjiro, pero dudaba que fuese el mismo demonio. ¿Se estaban perdiendo de algo?
—¿Hubo algo que notaran irregular en sus enfrentamientos? —inquirió suavemente hacia ellos, pero sus ojos de lirio estaban fijos sobre Obanai, quien le mantuvo la mirada vacía pero respetuosa.
—No demasiado —su tono serio arrastraba las sílabas—. Solo que es extremadamente rápido. Cuando llegué a la escena, mis dos compañeros no habían podido contener su avance y casi mueren. —La Mariposa notó que su voz era desdeñosa, como si despreciara la debilidad de sus pares, aunque los trataba con las reglas protocolares.
Casi suspiró, pero se limitó a darle un asentimiento como una forma de reconocimiento a su aclaración. Kanae no había tenido tiempo de practicar absolutamente nada, pero confiaba en su cuerpo y en la destreza que no había perdido, además de todas las memorias que había recuperado al descubrir que había regresado a su primera encarnación.
—Ya lo descubriremos. Descansen. —El tono en la voz de bajo de Gyomei fue duro, pero ella pudo captar ese pequeño matiz paternal en el fondo.
Sin duda, él se encargaría de descubrir lo que pasaba y la razón detrás de la dificultad para eliminar a ese demonio. Se preguntó si todo esto hubiese ocurrido aun con su muerte, pero no tenía forma de saberlo. Solo podía especular que Sanemi y él se habían encargado del asunto.
Sanemi…
Evitó pensar en él, al menos hasta que lo viese, necesitaba tener todos sus sentidos puestos en el bosque que se extendía ante ellos. Así que, haciendo acopio de toda su calma habitual, despidió con un asentimiento a los tres cazadores que les estaban dedicando una pronunciada reverencia a ambos. Su naturaleza afable nunca se había sentido cómoda con tanta demostración de deferencia, pero así era el protocolo.
—Vamos —apremió a su acompañante con su suave voz.
Himejima asintió en seguida antes de seguir su viaje a través de la arboleda, y ella no pudo evitar seguir impresionándose del férreo control que él mantenía en su entorno incluso cuando no podía ver. Sus sentidos estaban tan amplificados que era capaz de darse cuenta de los obstáculos del sendero. Ella notó una vez más que no era tan rápido, pero su corpulencia y fuerza eran algo que todos debían tomar en cuenta, además de sus sentidos. Se preguntaba sí…
—Quieres decirme algo, ¿verdad, Kanae-chan? —cuestionó con seriedad y eso casi causó que ella trastabillara en su carrera.
Apretó los dedos alrededor del mango de su katana en el cinto. ¿Cómo era capaz de saber todo? Se sentía asustada y admirada al mismo tiempo, pero sus ojos brillaban y su sonrisa se extendía en su rostro.
—Tus sentidos. Están tan pulidos que me preguntaba si sería capaz de desarrollar un historial médico con tus habilidades —dijo de inmediato. El humor genuino se dejaba notar en su voz.
Gyomei no tardó en mostrarle una sonrisa, pero no perdió su punto fijo hacia delante.
—Y eso no es todo, ¿verdad?
Kanae se sonrojó, sintiéndose expuesta con sus pensamientos. Este nivel de percepción de Himejima era demasiado bestial. Sentía que podía captar la más leve mentira en ella, pero agradecía que la situación en la que se encontraba al morir y volver a la vida, fuese lo suficientemente irracional como para que no le preguntaran sobre los hechos.
—Ara, ara… Ya hasta eres capaz de leer mentes ahora. Qué envidia —pronunció a modo de broma antes de continuar con la verdadera interrogante—. Me preguntaba si sería capaz de acercarme a tu nivel sensorial si entreno lo suficiente.
Hubo un silencio de introspección en el cual Kanae se percató de que estaban próximos al punto de encuentro. Evitó tensarse y mantuvo su semblante suave y sonriente.
—He estado desarrollándolos desde niño, pero con empeño podrías afinar el resto de tus sentidos —contestó con un cariz amable, como era lo típico en él—. Una de las razones por las que pediste a Oyakata-sama entrenar bajo mi supervisión, ¿no es así? —prosiguió en sus cuestiones.
La mariposa asintió por inercia aun estando consciente de que él no podía verla.
—Entre otras cosas. Como te lo dije aquella vez, no soy lo suficientemente fuerte, Gyomei-san, y creo que todos necesitamos dar un paso más allá.
Lo escuchó entonar un leve "hm" en su garganta antes de enarbolar un asentimiento, conforme con su respuesta y, ella se imaginaba, más que capaz de ayudarla con lo que esperaba alcanzar. Kanae sabía que no había mejor cazador que él para su entrenamiento, así que no hubiese escogido otro mejor.
Para cuando llegaron al punto de encuentro, ya habían deliberado varias posibilidades para entender lo que pasaba con el demonio. Ella se reprendió un segundo cuando se alivió de que Shinazugawa no hubiese llegado aún a la espesura verde que cubría la empinada colina en los límites de varios pueblos contiguos en Miyagi, aunque también lo halló un poco extraño, en vista de que sus cuervos se habían comunicado sin el mayor contratiempo.
—¡Se acerca, se acerca! —El graznido de Urugi se extendió sobre la cabeza de ambos pilares, pero ella se obligó a continuar con su idea.
—Hay que reconocer la zona antes de que caiga el anochecer y tener varios puntos de concentración en caso de que se dé alguna complicación…
Gyomei asintió, siguiendo su idea, pero elevó el mentón hacia los árboles de repente. Ella lo imitó en cuanto sintió un viento violento meciendo todo a su alrededor.
Allí está…
El Pilar del Viento hizo su aparición aterrizando desde una rama de un árbol hasta el suelo. La ventisca que se levantó a su alrededor era fría y despedía una sensación extraña que le causó escalofríos. De alguna manera, se sentía muy diferente a la última vez que le había visto, aunque debía tomar en cuenta que en aquella ocasión él había estado pasando sus últimos días en la Finca Mariposa luego de una infección en una de sus heridas autoinfligidas para utilizar su sangre.
Kanae observó atentamente su mirada fuerte y su porte rudo. Caminó directamente hacia Himejima y pasó justo a su lado sin enfocarse ni un segundo en ella, quien evitó arrugar los labios, porque no era el momento para que su corazón se sintiera aplastado por su comportamiento habitual, uno que creyó que había desaparecido con ella.
No veía en él nada de lo que había contemplado la última vez justo antes de partir a la misión que terminó en su encuentro con Douma.
«Tengo que dejar de pensar en eso. Tengo que actuar como que eso no pasó», pensó, pero todavía tenía muy vívida su cercanía mientras le cambiaba las vendas y el roce correspondido de sus dedos. La forma suave en la que él había tomado su muñeca para preguntarle si le volvería a cambiar las vendas la noche siguiente cuando ambos sabían que ya no lo necesitaría…
Arrugó la nariz un momento y luego forzó su habitual sonrisa, observando el intercambio entre los dos pilares. Estaba pensando estupideces, sí. Nada de eso tenía sentido ahora que había vuelto, aunque ninguno de ellos supiese qué había pasado con ella exactamente y solo tuviesen la versión oficial de los hechos. Debía actuar igual que siempre, antes de saber todo lo que iba a pasar a partir de ahora, esperando que las situaciones no cambiaran de manera tan sustancial.
—Al parecer… —Lo escuchó decir con un deje de incertidumbre en la voz, bajo y áspero—, las personas de las localidades cercanas ya tienen bastante conocimiento de este demonio. Es muy escurridizo y nadie que esté vivo ha alcanzado a verlo.
—¿Desde cuándo está ocurriendo? ¿Hay intervalos de tiempo en pausa? —inquirió Kanae, mirando de forma directa el perfil de Sanemi, pero él no volteó a mirarla.
—Tiene intervalos irregulares desde mediados del mes pasado, pero ya nos encargaremos de esa basura —casi escupió, aunque ella pudo notar que se estaba conteniendo de decir más improperios.
—Tengamos puntos de vigilancia desde el atardecer —sugirió Gyomei y apretó las cuentas entre sus dedos—. Cubramos el perímetro donde se le ha visto aparecer. Aprovechemos el sol —continuó antes de empezar a caminar.
Ella estuvo a punto de seguirlo inmediatamente, apabullada por el aura oscura que despedía Sanemi, pero se detuvo en el sitio al notar que ahora él sí la estaba mirando, pero en sus ojos había cualquier cosa menos suavidad. Ella no se permitió sentirse mal por eso, en cambio, apeló a su conocida empatía, intentando entender lo que sucedía con él. Sabiendo lo difícil que era su personalidad y por qué se comportaba de esa manera, solo podía intuir que las noticias sobre ella y la Segunda Creciente lo habían herido mucho más de lo que podía imaginar.
«Se encerró en sí mismo», concluyó.
No iba dejarla entrar, no después de esa última noche en la Finca Mariposa y su casi muerte dos noches después.
—Espero que estés recuperada, Kochō —dijo entre dientes—. Siendo que estamos los tres, no creo que sea difícil, pero no te conviertas en una carga en caso de que te encuentres mal y déjanos el asunto a nosotros —pronunció en medio de un gruñido hacia el final de su oración.
Llamando a toda su paciencia, ella inspiró hondo. No pudo dejar de notar que Himejima caminaba lento, demasiado lento, como si les estuviese dando algún tipo de espacio, una franja de tiempo para que hablaran. Ojalá no fuese tan sensible a los sentimientos arremolinados de sus compañeros, porque en este caso no la estaba ayudando, sino poniéndola más nerviosa con la energía errática de Sanemi intentando destruir todo a su paso. ¿Qué culpa tenía ella de haberse topado con Douma?
—Sé perfectamente cómo me encuentro, Shinazugawa-san —respondió con su tonada sutil, aunque se encargó de remarcar su apellido y el honorífico que a él le faltaba agregar. Distancia era lo que necesitaba—, soy médico.
Agregó segundos después, ahora sí girándose para caminar con rapidez hasta Gyomei, quien ya había empezado a marcar un paso más rápido. Escuchó a Sanemi emitir un "hm" con fiereza antes de caminar a su lado. Tenía el ceño profundamente fruncido, pero ella no tenía ánimos de tratar con él en esas condiciones, porque tenía suficiente con sus propios problemas actuales.
No necesitaba agregar uno más que implicara sentimientos complicados.
Cada uno tenía un punto, encerrando el radio en un triángulo invertido que la dejaba a ella en un punto intermedio entre las afueras de dos localidades, a la base de una colina rica en flora y fauna, a la espera de que el atardecer llegara pronto y pudiesen terminar esta misión con éxito.
Todavía le resultaba extraño que Oyakata-sama ordenara esta misión a los dos pilares más fuertes de la cofradía, con ella incluida solo por las circunstancias de su petición. Se sentó con las piernas cruzadas sobre la hierba y se permitió repasar un momento los acontecimientos pasados y futuros. Dependiendo del conflicto de este reto demoniaco, podría trazarse una meta, o eso suponía a juzgar por la dificultad que había representado para los cazadores de nivel medio, aunque también era cierto que aún no habían llegado a la época donde estaban los miembros más fuertes de la cofradía.
«Apenas estamos Gyomei, Giyuu, Sanemi, Tengen y yo como pilares. Muichiro con once años apenas puede moverse por las heridas y Obanai es un Tsuchinoto. ¿Estará Mitsuri siendo entrenada ya por Kyojuro? Por lo que recuerdo de Gyomei, él ya es de rango Kinoe, así que debería ya tenerla como estudiante o estar cerca de tenerla…», caviló, armándose un registro detallado en su cabeza. «Necesito saber, de alguna manera, cuáles son las misiones de Giyuu. ¿Ya habrá pasado lo de Tanjiro? ¿Está a punto de pasar? En algún momento cercano debería hacerlo si aún no ha pasado», especuló, sacando las cuentas a partir de la edad que tenía Tokito cuando fue salvado por Amane.
Todo el plan que tenía que trazar… Sería difícil, pero no imposible, solo debía tener más información de la que obtendría por métodos normales. Quizás, si le escribía algo en clave al patrón… Lo sopesó vagamente, y solo porque el atardecer se estaba ciñendo sobre su cabeza, colándose entre las hojas de los árboles, momento en el que debía empezar a estar alerta, así que, una vez que llevó los dedos al mango de su katana mientras se levantaba, no los despegó de allí.
Cualquier movimiento irregular, sería captado por ella de inmediato. Escoger un lugar con mucha flora no había sido un acto inconsciente sino natural, algo intrínseco de la naturaleza de su respiración.
Estuvo en guardia hasta que el sol abandonó completamente el manto del cielo, preguntándose si Gyomei y Sanemi habían recibido los primeros indicios de algo, aunque sabía que no debía preocuparse demasiado por esos dos.
Se estaba preocupando más por sí misma y sus reacciones. No debía haberle tomado importancia ni sentirse a la defensiva, porque sabía perfectamente cómo era el carácter de Shinazugawa y lo hiriente que podía ser cuando quería, incluso con ella… Algo se removió en la boca de su estómago, incomodándola. Era ridículo que pudiese sentirse así y casi extrañaba ser su yo del futuro con veinticinco años y no esta adolescente de diecisiete con las hormonas hechas un lío y los sentimientos desaforados que intentaba ocultar detrás de una sonrisa forzada.
Sí, entendía que era su manera de defenderse, pero eso no dejaba de dolerle…
Un ruido.
Kanae giró de inmediato en dirección al sonido, desenvainando con destreza y elegancia la katana. Su aura regularmente afable se tiñó de una determinada concentración, amplificando su habilidad para detectar las irregularidades en el ambiente. Aún entre las sombras, la luz temprana de la luna le daba pinceladas brillantes entre los matorrales.
La leve brisa se levantó, acariciando sus mejillas y meciendo su melena lacia. Un poco más allá del punto al que ella miraba, venían dos niñas corriendo directo a adentrarse en la maleza del lugar, pero Kanae abrió la boca para gritarles que no lo hicieran.
Fue su error no percatarse de que aquello era demasiado extraño hasta que las líneas rectas del entorno empezaron a crear ondas. Sintió el ambiente espasmódico y pesado de un demonio, cerca.
Demasiado cerca.
Abrió mucho los ojos y cortó de tajo el aire a su costado. El demoniaco ser se apartó de la línea que había impuesto su filo antes de empezarse a reír. Eso le heló la sangre, haciéndola sentir con intensidad el odio que de él desprendía. Sí, a veces odiaba su empatía.
Kanae se colocó en su postura inicial de lucha, pero aquella cosa solo siguió sonriendo, mostrando sus colmillos filosos, los ojos con la esclerótica negra y puntos fluorescentes por pupila. La piel grisácea le daba grima y todo en él parecía viscoso de una manera perturbadora. La sensación que tenía era de que este demonio no era un demonio cualquiera, pero no podía ver ninguna inscripción en su ojo.
—Ya estás en mi reino.
Su voz fue como un estallido antes de que desapareciera y el mundo se pintase de negro, negándole ver la luz.
Parece que nos han agarrado a la pobre con la guardia baja, ¿qué pasará después? ¡Gracias por leer! ¡Recuerde que una historia con reviews es una historia feliz!
· IIsebb23. ¡Agradezco tu comentario! Espero que te haya gustado este capítulo y sigas pendiente del desarrollo de todos estos personajes tan queridos. Es muy bueno saber el gusto que otra persona puede tener por tu trabajo, así que muchas gracias por demostrarlo. ¡Muchos saludos!
· Guest. Thanks for the review! I'm so happy because someone who speaks another language commented. I must be doing something right haha.
· Lara. Lo importante es que sigues por aquí, dándome ánimos cada que actualizo, así que te agradezco por eso. Ya ves, teoría acertada, ahora solo queda que pueda compaginar lo que sabe con lo que ya ha vivido. ¿Cómo podrá manejar Kanae esta situación? Ese Sanemi, espero que no haya salido muy rudo contra la pobre mariposa. Como siempre, Himejima lo sabe todo jaja. ¡Gracias por tu comentario y constancia!
