Ice Stars

Capítulo 6

Perspectivas y triángulos.

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Naruto resopló exhausto, llevaba más de mes y medio desde que había empezado con el entrenamiento de hockey en la pista de los Uchiha, y hasta la fecha nada de nada. Es decir, ya sabía cómo deslizarse en el hielo, golpear el puck con un poco más de precisión pero lo que no había podido hacer todavía era conocer en persona a Sakura Haruno.

Sólo había alcanzado a verla a lo lejos un par de ocasiones, porque cuando él entraba a la pista ella se retiraba, e incluso trató algunos días de llegar más temprano para ver si podía verla entrenando pero sucedía lo mismo, ella se iba cuando él llegaba, y para colmo se enteró que no era el único interesado en ella, sino que había alguien más.

Ese era Rock Lee, uno de los favoritos para representar a la sección varonil en el patinaje artístico sobre hielo, el cual en una ocasión le había escuchado decir a sus compañeros que quería pedirle una cita a Sakura, a lo que Naruto, furibundo, se presentó ante él diciéndole que no era posible ya que esa chica sería suya.

Extrañamente, desde ese día congeniaron, como un par de rivales amistosos que gustaban de la misma persona y que competían para ver a quién le haría caso primero su amor platónico.

Naruto rio, pues no había manera que el "cejotas" como lo había apodado, pudiera competir con alguien tan guapo como él, solamente que… había otro problema, recordó malhumorado, y ese problema se llamaba Sasuke Uchiha, su mentor y compañero de hockey, y todo porque se rumoraba por los pasillos que a Sakura le gustaba él, pero de igual manera rio para sus adentros, pues todo parecía indicar que Sasuke no le daba bola (*) a la pobre de Sakura, por lo que él sentía que aún tenía oportunidad, pero para tener esa oportunidad, tenía que hablar con ella primero por lo menos.

—Naruto, Naruto… ¡está aquí! ¡Está aquí!

El rubio despertó de sus pensamientos dando un sobresalto, viendo que al final del pasillo se encontraba su rival de amores.

—¿Qué? ¿Quién? —preguntó confundido.

—¡Sakura! ¿Quién más? Sigue entrenando… ¡anda! Si es que quieres verla.

Naruto se sonrojó y sus ojos brillaron de la emoción.

—¡¿En serio?! ¡Vamos! —se apresuró a seguir a su rival como todo un par de fanáticos.

Ambos varones salieron al área de la pista, en donde efectivamente vieron a la chica de cabello rosa entrenando, Naruto a diferencia de Lee que, generalmente tenía más tiempo de verla entrenando, quedó fascinado al presenciar a su amor platónico dando piruetas en vivo. "Es rápida y muy flexible", pensó deslumbrado, y ahogó un grito cuando la vio dando un pequeño salto para cambiar a las piruetas bajas, y como llevaba una pequeña falda pudo admirar lo fuerte que eran ese par de muslos.

—Wow… que hermosas piernas. —rio Naruto deleitándose con la vista.

—Sí, me encantan, aunque su pecho no es muy voluminoso como me gustaría, aun así es muy hermosa…—opinó Lee.

—Sí, bastante.

—¡Oy! ¿Qué hacen ahí?

De repente alguien les llamó la atención y tanto Lee como Naruto sintieron como la columna se les enderezó del susto. Temblorosos, se giraron lentamente encontrándose con el indiferente rostro de Sasuke, quien cargaba su mochila colgada al hombro.

—¡Ay, no nos asustes así, Teme! ¿Qué parece que hacemos? Observamos a "Sakura-chan". —explicó Naruto.

—No la vean.

—¡¿Eh?! —se sobresaltaron los varones.

—¡Oye, no eres nadie para prohibirnos eso! ¿o por qué lo dices? ¿Qué acaso te gusta también Sakura-chan? —reclamó Lee con el puño alzado.

—Hmph… para nada, pero la ven como un par de pervertidos, es incómodo… —fue lo único que dijo el Uchiha, procediendo a retirarse. —Naruto, andando… tenemos entrenamiento…

—Oh… ¡oye! ¿A quién le dices pervertido? —Reclamó Naruto enrojecido. —¡Yo no soy un pervertido!

—Naruto… ya se fue. —advirtió Lee.

El rubio al verse ignorado tomó sus cosas de entrenamiento y caminó hacia el mismo rumbo que Sasuke, lo mismo sucediendo con Lee que lo siguió a los vestidores, con su respectiva mochila deportiva.

Dentro de los vestidores, el par de jugadores de hockey el patinador artístico, comenzaron a discutir de nuevo.

—Oy, Sasuke… no considero que hayamos visto a Sakura-chan con cara de pervertidos, es decir, es normal creo yo, admirar la belleza de una mujer. —opinó Naruto, mientras se quitaba la camisa. —Pero nunca le faltaría al respeto.

—Sí, eso mismo creo yo. —concordó Lee.

—No lo sé, a mí me dan igual esas cosas. —opinó Sasuke, igualmente cambiando su camisa por la del entrenamiento.

—Ay, por favor… ¿Acaso eres gay? —se burló el rubio. —¿No piensas que Sakura chan es bonita?

—¿O alguna otra chica que te guste? como Ino Yamanaka… sé dice por ahí que también está loca por ti. —curioseó Lee.

—Esa tipa es insoportable. —comentó Sasuke indiferente. —Y Sakura es una fastidiosa… es lo único que puedo decir.

—Bendito tú que te puedes dar el lujo de rechazar a chicas tan hermosas. —Lloriqueó Lee.

—Sí, Sasuke… que desperdicio…pero en serio… ¿no se te hace Sakura ni un poquitito bonita? Mira… sólo mírala… —insistió Naruto, mostrándole en su celular las fotos que tenía descargadas de ella, que en sí eran las que se había hecho para promocionar a los patinadores.

Sasuke observó la foto con molestia.

—Hmph… es fastidioso ver como intentan hacerla ver como una mujer mayor.

—¡JA! ¿entonces la prefieres más al natural? —se burló Naruto. — A mí me gusta como se ve aquí, pero opino igual es más bonita así como es naturalmente.

—Piensa lo que quieras, y andando, Kakashi y los demás ya deben de estar esperando.

—Lo mismo te digo Lee…—se escuchó de repente una voz susurrante.

Los varones vieron que en el umbral se encontraba un muy serio Neji Hyuga.

—En vez de estar cuchicheando sobre mujeres deberías apurarte, el entrenador Guy espera.

—Sí, ya voy Neji… pero es que la plática estaba muy interesante.

—A mí no me lo parecía, solo hablaban tonterías…

—Con qué tonterías ¿eh? —se escuchó otra voz acercándose.

—Maestro Jiraiya. —reconoció Naruto.

—Parece que la plática está muy interesante… ¿acaso hablaban de jovencitas?

—¡Sí! ¡usted si nos comprende, maestro! —festejaron Naruto y Lee al mismo tiempo.

Sasuke y Neji sólo rodaron los ojos con fastidio.

—Me imagino que hablaban de las hermosas jovencitas con las que tienen el gusto de compartir la pista, Sakura y Tenten…

—Bueno, Tenten… —trató de excluir Lee.

—No los culpo, y más bien los apoyo… no hay mejor motivación que el amor.

—Que ridiculez. —opinó Neji, a punto de irse, pero la mano del coach (que ni era su coach) lo detuvo.

—Por supuesto que no, niño… ¿no has escuchado que cuando uno está enamorado da su mejor esfuerzo en todo?

—No. —respondió secamente.

—¡Oigan! Yo si lo he escuchado! —exclamó Naruto impresionado. —Una amiga…— omitió decir que se trataba de cierta Hyuga que emparentaba con el serio Neji. —Me dijo que acaba de descubrir que está enamorada, y la verdad yo creo que ha cambiado un poco debido a eso… es decir, está más sonriente y… eh… creo que ha mejorado en cosas en las que antes no era buena.

—¿Y…? —Neji siguió sin comprender.

—¿Qué no captas, niño? —regañó Jiraiya. —El amor libera hormonas que dan felicidad, si estás feliz no estás estresado y si no estás estresado puedes dar mejores saltos. —palmeó su espalda, haciendo que el Hyuga casi se fuera de cara hacia adelante. —¡Ja! No demoren muchachos, los demás… esperan.

El hombre se retiró, dejando a los varones con diversos pensamientos divididos, en especial al que se sofocó con tremendo golpe en la espalda.

—Me encanta su coach, Naruto… nos vemos. —comentó el energético Lee.

Y llevándose al pensativo Neji que entre furioso por la palmadita también reflexionó sobre aquellas hormonas de felicidad que daban como resultados mejores saltos.

¿Funcionará? —pensó, queriendo comprobar esa teoría con alguien que le estaba ocasionando demasiados problemas.

Haría la prueba con su compañera Tenten.

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—¡Oigan, tardaron demasiado! ¡Neji ni creas que pagaré minutos extras cuando has tardado! —reclamó Tenten molesta.

—"Ni quién lo necesite, tú eres la que no puede hacer un salto decente" —pensó el Hyuga en responderle, cuando recordó las palabras del coach del equipo de hockey, y se abstuvo de hacerlo.

Vio de abajo hacia arriba a su compañera, y la notó tensa, molesta, en efecto estaba estresada y cómo no, si estaba a mes y medio de la competencia y no lograban nada decente todavía.

¿Y si aplicaba esa táctica? Pensó nuevamente, viéndola con indiferencia.

—¿Qué? ¿Qué tanto me ves?

—Neji… ¿no tienes algo que decirle a Tenten? —preguntó Guy esperando que su alumno por lo menos se disculpara.

—Lo siento, Tenten. —respondió para sorpresa de otros, que no creyeron lo que escucharon ni mucho menos cuando el Hyuga se inclinó respetuosamente ante la patinadora.

—¡¿Qué?! ¿Qué te pasa? —se sobresaltó esta extrañada, viéndolo como si fuera un bicho raro.

—Nada, tienes razón, y no te preocupes yo correré con los gastos extras que pueda haber por mi causa.

Tenten dejó caer su mandíbula sin poder creérselo.

—¿Te parece si continuamos? —le ofreció Neji gentilmente su mano, algo que generalmente no hacía pues solía tomarla si su respectivo permiso, y obligarla a andar según él lo ordenara.

—de… acuerdo…. —musitó esta confundida y aún a la defensiva tomó su mano con extrema precaución.

—Órale… ¿qué le pasa a ese? —se preguntó el confundido Guy.

—No sé, tal vez ya se dio cuenta de que debe tratar a Tenten como su compañera y no como un accesorio más. —creyó Lee.

—¿Sí? Pues esperemos que sea eso, ya que ambos necesitan poner el doble de esfuerzo para que salgan sus rutinas.

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Mientras del otro lado, Sasuke y Naruto al salir de los vestidores se dieron cuenta que Sakura se había marchado, algo que desilusionó de manera notable al segundo, a diferencia del primero que siguió indiferente como siempre; sin embargo, cuando llegaron con el resto del equipo, Sasuke fue informado de la últimas novedades por Kakashi, cosas que ni quería saber.

—La hizo hacer doble entrenamiento el día de hoy fuera y dentro de la pista, como si eso pudiera asegurarle la victoria.

—Eso le pasa por hocicón, no debió dar esas declaraciones, y ella debió contradecirlo y aclarar a la prensa que no dijo esas cosas. —opinó Sasuke. —Kakashi ya deja de decirme que pasa con Sakura y su entrenador. No me interesa.

—¿Eh? ¿Por qué? Pensé que te interesaría, el coach Jiraiya dijo que estabas muy animado hablando de chicas con Naruto.

—Hmph… eso es mentira.

—Ja… ¿en serio te desagrada tanto Sakura Haruno o cualquier otro espécimen femenino?

—Lo que me desagrada es que me metan en cosas que no me importan.

—¿Cómo? ¿Pero no has sido tú el que ha hecho eso? Te has acercado un poco a ella ¿no? —lo miró Kakashi de manera acusadora.

Sasuke respingó, pensando que su entrenador ya se había enterado de que estaba investigando a Danzou por su lado.

—Claro que no, ¿de dónde sacas eso?

—Te he visto hablar con ella a veces, con tu mero estilo claro, nunca has hecho eso con alguna otra chica…

—¿Y…? Llegamos casi al mismo tiempo por las mañanas, le ayudo a veces a abrir la puerta o a evadir a esos jodidos periodistas ¿Dónde está el delito? —cuestionó este haciéndose el desentendido.

Kakashi se encogió de hombros.

—Nada… olvídalo, sólo que si yo tuviera la oportunidad de hablar con ella le diría que para tener un impulso mejor en sus piruetas, aligere un poco la pierna izquierda, ya que siempre que la levanta se ve muy tensa.

—¿La estás espiando, pervertido? Es menor de edad—Sasuke hizo una mueca de asco.

—Ja… no seas ridículo, no la veo con tal intención sólo me gusta analizar todo tipo de entrenamiento… lo sabes… tengo varias especialidades.

—Sí, claro… ¿podemos dar por terminada esta conversación? —pidió con fastidio.

—Seguro, aunque es curioso que no quieras hablar de ella, pero la defiendes cada vez que puedes.

—Alucinas, ya cállate. —replicó Sasuke, entrando a la pista con el resto de su pequeño equipo.

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Pista de patinaje Yamanaka.

—Excelente triple lutz, Ino. —aplaudió un orgulloso entrenador a su alumna. —Y lo que va de armado de las rutinas del programa largo y corto, van muy bien también.

La halagada y exhausta chica se acercó a su entrenador con una leve sonrisa.

—¿En serio lo cree?

—Sí, ¿por qué? ¿Sientes que algo va mal?

—No sé, siento que algo me falta… no siento que las rutinas estén completas.

—Eso es porque no están completas todavía, lista. —comentó un aburrido Shikamaru. —Apenas vamos por la mitad.

—¿Te pregunté a ti? —respondió esta con sarcasmo.

—Bueno, Ino es que Shikamaru tiene razón, apenas es la mitad de ambas rutinas, cuando ya las completes y las complementes con la música y el vestuario verás que se notará la diferencia. Así siempre ha sido, ¡Ah! y no olvides agregarle mucha pasión, aunque esa la tienes de sobra. —rio Asuma.

¿Pasión? —repitió Ino en su mente. —¿Realmente cree que la tengo, entrenador?

Tanto Asuma como Shikamaru se extrañaron con dicho comportamiento.

—Por supuesto… Ino… ¿qué te pasa?

—¿Te sientes insegura de nuevo? —intuyó Shikamaru con aburrimiento.

—Me siento enojada…—respondió la chica comenzando a enfurecer. — y no me gusta… desde que quedé en tercer lugar en el último torneo… siento que nada me sale bien, y esa Sakura y sus comentarios y los malditos periodistas…

—Ino, ya deja eso… olvídate de esa chica y todo lo demás y sólo concéntrate en ti, en serio, eres buena… no dudes de ti. —trató de calmar Asuma.

—Es que… creo que… no sé, creo que…—suspiró. —Creo que necesito otra perspectiva… otro ojo crítico, y… sé quién puede ser ese ojo…

Hablando para sí misma y dejando con la duda a sus compañeros, Ino se retiró de la pista, teniendo en mente el nombre de una persona.

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—Hey… Ino… ¿cómo estás? ¿Vienes a observar el paisaje de nuevo? —preguntó Sai, mientras se concentraba en el lienzo y las pinturas.

—Sí, algo así… —respondió esta, sentándose en su banquito exclusivo. —Sai… venía a pedirte un favor, bueno no tanto un favor… estoy dispuesta a pagar.

—No vendo mi cuerpo si es lo que quieres.

La Yamanaka se sobresaltó iracunda.

—¡Claro que no, idiota! ¡¿Qué clase de persona crees que soy?!

—Bromeaba. —se justificó el muchacho con una sonrisita. —¿Me vas a dar un trabajo?

—Ay, eres tan raro… pero bueno yo… sólo… lo que quiero… ¡es que vengas a la pista de patinaje y me observes patinar! Quisiera tu opinión de mis rutinas y mi interpretación.

El muchacho se sorprendió.

—Pero casi no sé nada de patinaje… de hecho sólo lo veo a veces cuando no hay nada más que ver.

—¡exacto! No necesitas saber mucho, pero quiero tu ojo crítico, tú no tienes pelos en la lengua… me señalarás mis fallas sin miedo a herirme.

El muchacho se intrigó, meditándolo con una mano en la barbilla.

—¿Y…?

—Podría hacerlo… —sonrió.

—¡¿En serio?! Entonces fija tu cuota… te pagaré lo que quieras.

—Ino, no me interesa tu dinero… esto lo haría como un amigo que ayuda a una amiga… porque eso somos ¿no?

La rubia enrojeció.

—Eh… pues… sí… eso creo… digo… es extraño… ay, no sé que decir, creo que sólo gracias. Te lo agradezco mucho. —terminó con una sincera sonrisa.

—No hay de que. —asintió el muchacho con la cabeza, cuando de repente le pareció ver un extraña luz, parecido al flash de una cámara a lo lejos que si no se equivocaba había apuntado hacia donde estaba él y su amiga.

Intrigado, se levantó de su sitio, mirando con recelo aquel sitio tratando de ver a alguien, pero no vio más que oscuridad entre la maleza del arbolado del parque.

—¿Sucede algo? —preguntó Ino, ignorante de lo que pasaba.

—Nada… ¿alguien te trajo?

—Eh… no… me vine casi sin pensarlo después del entrenamiento, tomé un taxi en la calle. —respondió esta apenada. —¿Por qué?

—Por nada… te acompañaré a tu casa cuando termine ¿está bien?

—Ok, gracias. —dijo la apenada patinadora, quedándose en su respectivo banquito observando como su amigo pintor terminaba con su obra.

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Días después….

Pista de los Uchiha.

—¡GIRA MÁS, GIRA MÁS! ¡NO TE DETENGAS! —ordenaba un estresado Danzou, mientras golpeteaba el suelo insistentemente con su bastón.

A unos metros de él, dentro de la pista de patinaje, estaba Sakura, haciendo sus piruetas tal cual se lo ordenaban, arriba, abajo, con una pierna alzada, con las piernas cruzadas, una y otra vez sin parar.

Pese a que como patinadora, tenía cierta resistencia a no marearse con las piruetas o saltos, el hacerlo repetitivamente comenzaba a afectarle, de un momento a otro sintió como la cabeza le comenzaba a dar vueltas, ni que decir que el que tuviera hambre no ayudaba con su condición.

—¡MÁS RÁPIDO, MÁS RÁPIDO!

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—¿está loco o qué? —se cuestionó Kakashi del otro lado.

—Pobre Sakura-chan.

Opinó un preocupado Naruto, quien últimamente lograba ver los entrenamientos de su amor platónico, debido a que estos se habían duplicado.

—Entrenador Kakashi, ¿no podemos hacer nada?

—Es a ella a quien le compete decidir si detenerse o no, pero parece que también quiere ver cuál es su límite… aunque no es lo óptimo. Ay, Naruto… contigo si puedo platicar de estas cosas. —suspiró el entrenador agradecido.

—Usted es un raro, entrenador…—lo miró el muchacho con recelo. — ¿Por cierto dónde está ese Sasuke?

—Ya viene, mira…—observó el mayor que su alumno estaba dirigiéndose hacia la entrada de la pista.

¡Por favor! ¡Ya no puedo más! —escucharon de repente y sus miradas volvieron a fijarse en la chica de cabello rosa que, exhausta, estaba apoyando sus manos en las rodillas.

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—Sakura… ¿es este tu limite? ¿Es todo lo que puedes hacer? —reclamó Danzou.

—Por hoy sí, necesito descansar… no me…

—¡10 minutos! Descansa 10 minutos, vuelves a la pista y vas a practicar otra hora ¿está bien?

La patinadora asintió acatando las condiciones.

El irritado Danzou sólo bufó molesto y comenzó a retirarse, al mismo tiempo que Sakura salía de la pista, topándose con alguien de su entero agrado.

—Ah… ¡hola, Sasuke-kun! Llegaste a tu entrenamiento vespertino. —saludó esta con una cansada sonrisa, que casi no podía sostener debido al dolor de cabeza y sensación de mareo.

—Ah… Sakura…

—¿Sí?

—Mira hacia tu izquierda.

—¿Por qué?

—No quiero que me vomites.

Al escuchar aquello, la patinadora por inercia se giró hacia la izquierda y botó por su boca los pocos residuos del desayuno que quedaban en su estómago.

El sonido de las arcadas dolorosas llamó de inmediato la atención tanto del equipo de hockey, el equipo de Guy y del mismo Danzou que furioso, se regresó lo más rápido hacia donde estaba su alumna.

—Demonios, Sakura… ¡mira como dejaste todo con tus porquerías!

La patinadora, ensombrecida, no tuvo el valor de verle a la cara, ni a Sasuke quien le ayudó a reincorporarse, estaba muy apenada de que todos la hubieran visto así.

—¡Ve y límpiate! ¡Y ahorita te regresas a limpiar todo el mugrero que hiciste!

—Sí, entrenador… lo siento. —respondió esta cabizbaja. —Lo siento Sasuke-kun… —le dijo al chico que aun le sostenía del brazo, y de quien se soltó sutilmente para ir a los sanitarios.

Al verla irse, Danzou soltó un bufido molesto, y Sasuke estaba que se lo carcomía algo por dentro, algo parecido a la furia.

—¿Qué tanto me ves muchacho? —preguntó el viejo al sentir observado.

—Hmph… —fue el único sonido que emitió el Uchiha, y quitándose los guantes que usaba para entrenar, fue por algo de papel y se puso a limpiar el piso.

—No es necesario que hagas eso, en unos minutos vendrá Sakura y tendrá que…

El irritado Sasuke, quería mantenerse sereno, pero conforme ese tipo hablaba más se irritaba, y apenas le iba a responder que se callara cuando…

—Entrenador Danzou, creo que está vez se excedió con el entrenamiento. —intervino Kakashi. —Es obvio que su alumna no tiene las condiciones para continuar.

—Estoy haciéndola más resistente, así se hacían las cosas en mi academia.

—Pues no concuerdo con su método, así que le sugiero que modere el entrenamiento que le pide que haga si es que quiere que realmente llegue a las finales.

—Opino lo mismo que Kakashi, tal vez sea momento de que piense en un nuevo entrenamiento—intervino Guy también, siendo secundado por sus alumnos varones, mientras que la chica salía despistadamente de la pista.

—No se entrometan.

Fue el último comentario por parte de Danzou, quien cojeando se alejó lentamente.

—¿Quieres ayuda, Sasuke? —preguntó Naruto, cuando finalmente vio que las aguas se calmaron.

—Ya terminé. —respondió este indiferente, mostrando que había dejado el piso limpio. —Ya vuelvo, iré a lavarme.

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Con el escandalo que nuevamente protagonizaban, la patinadora del momento y su entrenador, el equipo Guy sintió que no podía continuar.

—De nuevo esos dos, no dejan a uno concentrarse cuando estamos a punto de hacer una maniobra peligrosa… ¿no te lastimaste, Tenten?

La chica enrojeció ante la atención de su compañero, últimamente estaba extraño; ya no era tan gruñón con ella, al contrario, era mucho más amable, y se estaban coordinando mejor, pero no sólo eso, hasta había bajado su cuota de cobro, y le dijo que él mismo quería costear sus trajes de vestuario. Era sorprendente.

—Sí, claro… no fue nada. Yo soy la que tropecé.

Neji torció un poco la boca, queriendo decir algunas cuantas verdades, pero en lugar de eso, se apegó a su plan, que poco a poco parecía dar resultados, aunque muy lentamente para su desgracia, así que consideró, que tal vez debía dar más.

—Tranquila, Intentémoslo de nuevo. ¿Quieres? —preguntó tomándola sutilmente de su cintura.

Tenten de repente se sintió enrojecer, pues el toque lo había sentido cálido y suave.

—"Entrenador Danzou, creo que está vez se excedió con el entrenamiento"

La pareja de patinadores no pudo evitar desviar sus miradas hacia el escándalo, viendo que el entrenador Kakashi se estaba "enfrentando" al ogro de Danzou.

—Ya era hora de que alguien le dijera algo a ese sujeto. —dijo Guy, yendo a la zona del conflicto.

—Yo lo acompaño entrenador. —lo siguió Lee, también furioso por el previo trato de su amada.

Neji entonces resopló.

—Creo que no queda de otra que seguirlos.

Retirando sus manos de la cintura de su compañera, la tomó con suavidad de la mano y la llevó con él.

—Eh… ¡Ah! —Tenten se zafó, al sentir que la mano comenzaba a sudarle. —Mejor yo iré a ver si esa chica se encuentra bien.

—Seguro…—respondió Neji, viendo como esta salía de la pista, lo que lo hizo soltar un bufido molesto, sólo esperaba que no demorara mucho, porque aun quedaba entrenamiento por hacer.

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En los sanitarios/vestidores, una apenada Sakura, lloraba frente al espejo, sintiéndose como una idiota.

Había hecho el ridículo frente a todos, frente a Sasuke, y no podía evitar imaginarse que de estar la prensa en ese sitio, se hubieran burlado de ella para después publicar en sus periódicos lo débil que era.

—Hola… ¿Sakura?

Se sobresaltó al escuchar aquella vocecilla, viendo que tímidamente la chica del equipo de Guy se asomaba en la entrada.

—Mm… Tenten ¿verdad?

—Sí. —entró la apenada chica. —¿Estás bien? ¿Te duele algo?

Sakura negó con la cabeza.

—Ya se me pasó el mareo, ahora sólo estoy… avergonzada, hice el ridículo… pero… ni modo, tengo que salir y limpiar el desastre que hice.

—Ah, no te preocupes por eso, Sasuke Uchiha ya lo hizo.

—¡¿Qué? —Sakura enrojeció, pero al mismo tiempo se sintió pésima. —Ay no, que vergüenza…

—Na… que va… creo que fue algo lindo. Dime ¿él y tú son algo?

—¿Algo?

—Novios… obvio.

Sakura soltó una risita.

—No… sólo…no… no… no somos nada, no creo que él me considere siquiera una amiga.

—Je… está bien, aunque ciertamente se me hizo lindo lo que hizo. Es decir… no que sea lindo limpiar el vómito de alguien, pero… ay tú me entiendes…

—Eso creo.

—Por cierto, te he querido decir desde hace mucho que eres grandiosa como patinadora, ojalá yo pudiera patinar como tú.

Sakura sonrió apenada.

—Gracias, pero… tú también eres excelente, vi tus últimos movimientos con Neji Hyuga y han mejorado bastante. Neji y tú se ven muy bien juntos.

—¿Eso crees? —preguntó la ilusionada chica

Tenten… ¿todo bien?

De repente aquel llamado por parte de Neji en el exterior hizo enrojecer a la castaña.

—Creo que te llaman… ¿Te encuentras bien? —preguntó ahora Sakura al verla extraña

—Ay, no sé que me pasa. —se miró Tenten al espejo, notándose enrojecida. —No quiero que Neji me vea así. —se cubrió el rostro. —Me siento tan tonta.

Sakura se intrigó con la reacción y ganas no le faltaron para preguntarle a esa chica si le gustaba su compañero, pero se abstuvo de hacerlo.

—Ay… ¿por qué no se me quita lo rojo de la cara? ¡Va a pensar que tengo fiebre o algo por el estilo?

—¿Quieres que te ponga algo de maquillaje? Yo me pongo mis "marcas de guerra" cuando no quiero que alguien note algo en mi rostro.

—¿Marcas de guerra? —repitió la patinadora curiosa. —Eh… sí… ¿por qué no?

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El impaciente Neji, esperaba de brazos cruzados fuera de los vestidores, intuyendo que su poco profesional compañera de patinaje estaba chismeando y pasándola de lo lindo cuando él estaba a punto de perder los estribos; ganas no le faltaban para meterse al vestidor y sacarla a la mala dejando de lado la farsa y su plan, cuando en eso…

—¡Estoy lista, Neji!

—"¡por fin" —pensó. —Está bien. ¡Andando! —ordenó de la manera más amable que pudo. —nos queda una…

Neji se quedó boquiabierto al ver a su compañera, viendo que esta se había dibujado unas extrañas líneas negras en las mejillas, como si se tratara de un soldado de película que va a la guerra.

—¿Y esta ridícula qué? —pensó, haciendo mentalmente una mueca de desaprobación, mientras que en el exterior lo disimuló bastante bien

Mientras que Tenten, ignorando lo que su compañero pensaba de ella, con ese simple maquillaje se sintió inspirada para continuar.

—Andando Neji, estoy motivada… —dijo con determinación, tomando ahora ella la mano de su confundido compañero para arrástralo hasta la pista.

—"Está loca" —gruñó el Hyuga mentalmente

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Mientras tanto, una vez que la pareja de patinaje se retiró de las cercanía de los vestidores, Sakura finalmente salió, cubierta cuidadosamente por la capucha de su chaqueta.

Observó hacia el área en donde había vomitado y tal como se lo había dicho Tenten, ya estaba limpio y todo gracias a Sasuke Uchiha, a quien vio se estaba adentrando apenas a la pista de patinaje con su usual expresión de indiferencia.

Quería ir a agradecerle, sin embargo, el exigente sonido de un bastoneo hizo que desistiera de sus intenciones.

Reconociendo aquel sonido, se giró lentamente hacia su mentor

—Entrenador…

—Ve por tus cosas, Sakura… el entrenamiento del día terminó, mañana no vendrás a la pista a entrenar, vas a descansar…

Sakura se sobresaltó sorprendida.

—¿Eh? ¿En serio?

—Sí, pero no creas que te quedarás sin hacer nada, limpiarás la casa de arriba abajo, incluyendo el jardín y el sótano y después tendrás que ir a comprar unas cosas que necesito… ¿está bien?

—"¿Y a eso le llama descansar?" —pensó Sakura, mordiendo sus labios,

—No te escuché.

—Sí, entrenador. —acató ella de mala gana.

—Bien, anda… ve por tus cosas.

E incapaz de protestar con él, asintió y volvió a los vestidores para ir por sus cosas sin tener la oportunidad de hablar con Sasuke.

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Un día más tarde…

—Vas mejorando mucho Hinata, no puedo decir que seas un experta todavía, pero me sorprende lo mucho que has avanzado, creo que lo hiciste más rápido a cuando te enseñé a patinar sobre hielo. —comentó Kurenai, mientras guardaba su equipo de patinaje en su bolso.

—Debe ser porque ya tengo experiencia con patinar, entrenadora. —se desmeritó la Hyuga con una leve sonrisa.

—No, son cosas diferentes créeme, y la verdad te veo muy entusiasmada con el patinaje sobre ruedas.

—¿Eso cree?

—Sí, en verdad lo creo… así como creo que deberías aplicar en el hielo lo que aprendes aquí, de esa manera triunfarás.

—Sí, intentaré hacerlo así. Muchas gracias. —reverenció ligeramente la alumna con una sonrisa.

—¡Buenas noches! ¡¿aún hay alguien aquí?!

Ambas mujeres se extrañaron al escuchar aquella voz en el exterior, en especial la Hyuga que, sonrojada, reconoció perfectamente a quien correspondía dicha voz.

Kurenai fue a abrir la puerta del centro (que ya se había cerrado) y dejó pasar un cansado Naruto.

—Naruto… ¿qué haces aquí?

—Olvidé mi teléfono. —respondió este exhausto. —¿Puedo pasar por él? Lo dejé en los vestidores.

—Sí, anda… que distraído eres… —regañó Kurenai. —¿Vienes de tu casa?

—No, vengo saliendo del entrenamiento de hockey. —respondió el muchacho, mientras caminaba hacia los vestidores, pasando a un lado de cierta tímida chica. —¡Ah! Hinata… sigues aquí.

—Sí.

Alcanzó a responder esta tímida, viendo como Naruto entraba al vestidor, para en poco segundos salir con su teléfono en mano.

—Bien, pues ya lo tengo… me retiro.

—Un momento, Naruto… —detuvo Kurenai. —¿Podrías acompañar a Hinata a donde vive su primo? —pidió con una sonrisita.

—¡Eh! —se sobresaltó la chica, enrojeciéndose, no había esperado tal movimiento de su entrenadora.

—¿eh? ¿A casa de Neji Hyuga? —preguntó este confundido. —¡Claro! Pero pensaba ir a cenar algo primero… ¿Quisieras ir, Hinata? Es que tengo mucha hambre.

¡¿Qué?! —gritó esta internamente, sudando imaginariamente a chorros.

—Estará encantada…—respondió Kurenai por ella. —¿Verdad, Hinata?

—Eh… sí. —respondió esta hecha todo un farolito.

—¡Excelente! Entrenadora… ¿Hinata puede comer ramen?

—¿Ramen? —se maravilló la Hyuga al escuchar la palabra, casi tan espontáneamente que hasta sorprendió al mismismo Naruto al verla tan "radiante".

—Sí, ¿te gusta?

—Sí, eh… pero…—miró esta a su entrenadora.

Kurenai sólo resopló exhausta.

—Sólo por hoy, te diría un plato pequeño, pero el mediano todavía es pasable. Así que ve y disfruta.

—sí, gracias entrenadora Kurenai. —agradeció la Hyuga dando otra reverencia.

—Bien, ya váyanse los dos, que voy a cerrar.

—¡buenas noches! —se despidieron ambos jóvenes, saliendo del lugar.

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—Vaya… con que un plato pequeño o mediano, a ustedes las patinadoras las restringen mucho ¿verdad? —comentó Naruto, mientras andaba a las afueras del parque con su amiga.

—Sí, debemos apegarnos a una dieta estricta para poder hacer… pues… todo lo que hacemos. —respondió esta tímida.

—Me imagino… pero por hoy eres libre, así que andando Hinata, te llevaré a donde sirven el mejor ramen de Konoha. —Alentó este, para que fueran lo más rápido que se pudiera.

—¡Sí! —exclamó la feliz Hinata, agradeciendo el poder compartir un poco de tiempo con el muchacho que le gustaba.

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"Y dado a que no entrenaste el día de hoy, una vez que hagas las compras te regresarás hasta la casa patinando, ni se te vaya a ocurrir tomar un taxi"

—Shannaro… como si haber limpiado toda la casa no hubiera sido suficiente. —se quejó una gruñona Sakura, quien esperaba con varias bolsas de mandado en el cruce de un semáforo. —Además de que también me tuve que poner al corriente con las clases.

Porque además de patinar, los deportistas jóvenes de Konoha estaban obligados por su gobierno y el comité a cursar la escuela e incluso a hacer una carrera ya fuera con tutores privados o en línea. En el caso de Sakura, se educaba con la escuela en línea y su ventaja era que tenía muy buenas habilidades analíticas así que no se le dificultaba mucho, e incluso lo disfrutaba, claro, cuando no todo se le amontonaba.

—Bueno… al menos tuve la oportunidad de comprar la tela para mis trajes. —sonrió para sí misma, viendo que el semáforo estaba a punto de cambiar.

Cuando aquello ocurrió, apenas dando un paso hacia adelante, un peatón apresurado la empujó, y ya que llevaba patines no pudo evitar desequilibrarse, mientras que sus bolsas cayeron.

—¡Oye baboso!, fíjate por donde pasas!

—¡Lo siento! —fue lo único que le gritó el individuo, corriendo hasta el otro extremo.

—Imbécil… —resopló Sakura, comenzando a recoger todo, pero a la vez viendo que una de las bolsas de plástico que llevaba se había roto. —Shannaro… estos si que no han sido mis días.

—Sakura-chan… ¿te ayudamos?

—¿Hm? —la aludida levantó la mirada sin distinguir quien le hablaba.

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Naruto y Hinata habían terminado de cenar en un restaurante que estaba ubicado en la famosa y céntrica área de comercios de Konoha, y una vez satisfechos el rubio se aventuró a acompañar a su amiga hasta la casa de su primo.

—Entonces… ¿jugarán dentro de unas semanas?

—Sí, así es, el entrenador Kakashi dijo que será un partido amistoso, para una exhibición o algo así, eh… no recuerdo de donde viene ese equipo, pero al parecer es nuevo también.

—Ya veo… Naruto-kun… ¿podría… podría ir a apoyarte?

—¡Eh! ¿En serio? Si te invitara ¿irías?

—Sí, por supuesto —asintió ella feliz.

—Gracias… necesitamos todo el apoyo posible… así que te agradecería…

—No hay de que…

¡Oye baboso, fíjate por donde vas!

—¿Eh? Esa voz…

—¿Pasa algo, Naruto-kun?

—¡Es Sakura-chan! —exclamó este, señalando hacia donde estaba la chica.

Hinata miró hacia donde apuntaba; sin embargo no logró ver a Sakura tal cual, ella sólo vio a una chica agachada en el suelo, vestida con una gruesa chaqueta negra y que llevaba una gorra del mismo color; sin embargo, cuando prestó atención, vio como de entre la gorra se lograban distinguir unos mechones rosados.

—Ven… vamos a ayudarla…

Escuchó de repente, y sintió como Naruto la tomó de la mano, dirigiéndose hacia donde estaba su "rival".

Espera Naruto-kun—gritó en su interior.

La mitad del cuerpo de Hinata se resistió a ir, ciertamente, Sakura le causaba miedo, no sabía de lo que esa chica era capaz de hacer y menos después de las declaraciones que había hecho semanas atrás.

—Sakura-chan… ¿te ayudamos? —preguntó Naruto, una vez que llegaron con ella.

—¿Eh? —la aludida levantó el rostro confundida. —¿Sakura-chan? ¿Te conozco?

El rubio se sonrojó.

—Eh… ¡no! Pero… ¡eh! Yo también entreno en la misma pista que tú…

—Oh… sí… ¡del equipo de hockey!, es cierto, te he visto con Sasuke-kun… eh…

—¡Naruto! ¡Naruto Uzumaki! —exclamó este feliz de por fin haberse presentado.

—Mucho gusto y… —Sakura ahogó un grito al ver con quien iba ese muchacho, pese a que también llevaba una capucha era imposible no reconocerla con esa coloración tan exótica de ojos.

—Ella es Hinata Hyuga, pero supongo ustedes se conocen… —presentó Naruto, ayudándola a levantarse para que todos se presentaran formalmente.

Sakura se sacudió el trasero.

—Sí, así es…

La tímida Hyuga no mencionó nada, sólo se cohibió como si quisiera ocultarse dentro de su chaqueta.

—¿Son novios? —curioseó Sakura juguetona.

Tanto Naruto como Hinata se sobresaltaron, en especial la última que enrojecida se encorvó aun más.

—¡No, no! como crees… Hinata es sólo una amiga.

Sin embargo, escuchar esas palabras de Naruto la hicieron sentir mal de alguna forma, y cayó en cuenta de que no sólo se encontraba frente a su rival del patinaje, sino frente a la chica que su "amigo" quería.

Eh… ¿y por qué no? Si se ven tan bien juntos.

Hinata nuevamente se sobresaltó al escuchar el comentario de Sakura, y apenada levantó la cara para confrontarla, y terminar de "aclarar" lo dicho por Naruto, cuando en eso vio como esta le guiñaba el ojo.

¿Acaso ella…? —pensó.

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Para Sakura, que se consideraba una romántica por excelencia, no pasó por desapercibido las reacciones de su rival en el patinaje, algo había ahí, pensó con una sonrisita en el rostro; sin embargo, era claro que el muchacho con el que estaba era algo idiota como para verlo, además de que notó que este era su fan o algo por el estilo, eso no ayudaba así que creyó que debía darle una ayudadita a la tímida Hinata.

—Eh… ¿y por qué no? Si se ven tan bien juntos.

Ante su comentario vio como Hinata así como Naruto se sobresaltaron apenados.

—Sí… si Hinata es una chica muy bella, sólo mírala… cualquiera querría estar con ella. —opinó Sakura, colocándose a la par de su rival. —Es decir, mira ese rostro, ese cabello, aunque esté oculto, su cuerpazo… —insinuó Sakura señalando la parte del busto de su rival. —Esas piernas… —la señalaba como si la estuviera promocionando.

Y Hinata que estaba que hervía de la pena, sólo vio como Naruto parecía analizar cada aspecto que su rival señalaba, y vio como enrojeció cuando esta señaló la parte de su busto. Le dio mucha pena.

—En fin… como digo… CUALQUIERA querría estar con ella. —insinuó Sakura, guiñándole de nuevo el ojo a su rival.

—¡Ay, no! —exclamó Naruto enrojecido. —¡Sakura-chan no me digas que eres lesbiana y te gusta Hinata!

—¿Eh? —las chicas quedaron heladas.

—¡¿A QUIÉN LE DICES LESBIANA, BABOSO?! —reaccionó Sakura, dándole un golpe en la cabeza, mientras que Hinata se quedó nuevamente helada, no conocía ese modo de ser de su rival.

—¡Ay! Eso dolió… oye pegas bastante fuerte. —se quejó Naruto, sobando su cabeza.

Sakura entonces reaccionó, viendo que había dejado salir a flote ese lado agresivo que la caracterizaba cuando la hacían enojar.

—Uy… lo siento, pero es que también dices idioteces… en fin… me tengo que ir.

—Espera Sakura-chan, para disculparme, ¿te gustaría ir conmigo y con Hinata a tomar algo o comer un helado?

—¿Un… helado?

Escuchar aquella palabra, precisamente de algo que llevaba años sin comer hizo que el apetito se le abriera a Sakura, y casi decía que sí, hasta que se dio cuenta de que estaba haciendo un muy mal tercio, y no sólo eso, que si alguien sabía que se estaba escapando a comer cosas prohibidas podía irle muy mal.

—Eh… lo siento, pero… no puedo comer eso. —lo rechazó con mucho pesar.

—Ah… es cierto, las patinadoras y sus dietas.

—Exacto. —se agachó Sakura para recoger sus compras, olvidando que una de las bolsas se había roto lo que la hizo decir una discreta maldición.

—Ah… ten… puedes tomar esta. — le ofreció Hinata una bolsa compacta que llevaba de emergencia con la imagen de un conejito, y no sólo eso, se agachó junto con Naruto para ayudarla a recoger todo.

—Gracias por la bolsa, prometo devolvértela. —Le susurró discretamente Sakura.

—Eh… no… te preocupes, puedes quedártela —respondió esta sorprendida.

—Y tampoco te rindas.

—¿eh?

—Con ese chico. —le insinuó entre susurros. —Es medio bobo, pero es lindo… así que no te rindas.

Hinata no mencionó nada más; sólo sonrió, sintiéndose nuevamente tranquila y no sólo eso, viendo que Sakura Haruno no era como la chica que se había imaginado o como la pintaban los medios.

Para cuando el semáforo de peatón se encendió, Naruto y Hinata se despedían de la patinadora, admirando lo bien que andaba en patines de ruedas.

—¿Te la imaginabas así, Hinata? —sonrió Naruto, satisfecho de por fin haber hablado con su amor platónico.

—No, realmente me sorprendió… no creí que fuera así… competir contra ella será un honor.

—Hinata eres una persona muy noble. —halagó Naruto.

—Eh… ¿eso crees?

—Sí, a veces eres como un bicho medio raro… pero sabes… me gustan las personas que son como tú.

La Hyuga se sobresaltó apenada.

—Quien sea el que tiene tu corazón debe ser una persona muy afortunada. —agregó el rubio.

—Eh… sí.

Sonrió esta apenada, y ganas no le faltaban de decirle que él era esa persona ya que no lo había entendido la vez anterior con su indirecta; sin embargo, no creyó que fuera el lugar ni el momento adecuado, pero algún día se lo diría, cuando estuviera lista.

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—Así que esto es lo que haces después del entrenamiento, querida Hinata… —murmuró un hombre, viendo a la pareja de amigos desde su auto polarizado. —Saliendo con un muchacho y fraternizando con la competencia… por tu bien eso se acabará… pequeña mentirosa.

Continuará

Notas de autora

(*) No le daba bola: que no le presta atención a alguien.

Ahora un capítulo un poquito más largo, espero les haya gustado

Gracias x leer.

10 de septiembre de 2023