Nota: Esto no está relacionado al canon en absoluto, sólo es mi deseo materializado de ver a los tres comportándose como hermanos sin tanto trauma de por medio (jodete canon). Y yo irónicamente soy hater de la historia así que xD


– ¿Qué están haciendo? – preguntó Cheshire, recargado en el marco de la puerta y de brazos cruzados, mirando como sus hermanos se sobresaltaban y giraban cómicamente sus cabezas hacia él. Reprimió una sonrisa, enarcando una ceja en su dirección.

Enzo y Rudbeckia se miraron entre ellos antes de dirigir sus miradas nuevamente a Cheshire. Una nerviosa y otra ocultando su nerviosismo con falso enojo.

– ¿Y tú por qué estás aquí? Deberías estar en tu cuarto.

– Lo mismo podría decir de ti – le respondió, mirándolo aburrido antes de enfocar su atención a las almohadas y sábanas que tenían en brazos, llamando su atención –. ¿Qué piensan hacer con eso?

–… Un fuerte de almohadas – contestó Ruby, con voz baja, mirando unos segundos a Cheshire y luego al piso mientras abrazaba la almohada contra su pecho y ocultando parcialmente su rostro. Enzo miró a Ruby como si lo hubiese expuesto, mientras que Cheshire abría los ojos con curiosidad y sorpresa.

– ¡Ruby!

– Así que era eso…

Cheshire estaba consciente de lo que significaría seguir despiertos y haciendo este tipo de cosas si su padre llegaba a enterarse. Incluso si sólo eran niños haciendo cosas de niños.

(Este era el peso y el precio por ser miembro de la familia Borgia).

En algún lugar de su inconsciente, de su interior, esperó que esto pudiese ser pasado por alto por su padre.

Cerró los ojos un momento, suspirando lentamente antes de cerrar por completo la puerta detrás de sí y acercarse a ambos. Tomando una de las almohadas que yacía en el piso, sonriéndoles ligeramente a sus hermanos.

– ¿Y dónde piensan hacer el fuerte? ¿En la cama o en el piso? Y también, ¿Saben cómo hacer uno?

– Bueno… creo que podemos hacer el fuerte en el piso para que sea más grande – respondió Enzo, mirando hacia la alfombra del cuarto, ligeramente dudoso –… y sobre hacerlo…

– No sabes cómo, ¿verdad? – preguntó Cheshire, con tono burlón buscando molestar a su hermanito.

– ¡No puede ser tan difícil! – respondió, mosqueado. Antes de mirar, un poco más tranquilo a la pequeña que no había hecho más que mirar con curiosidad e intriga a sus hermanos –, ¿verdad, Ruby?

Ruby se crispó ligeramente al tener la atención de sus hermanos sobre ella, jugando con sus manitos antes de responder tímidamente –. Es… es la primera vez que hago uno… nunca hice uno en el orfanato.

Cheshire puso una mano sobre la cabeza de Rudbeckia, palmeándola cariñosamente para después sonreírle –. Bueno, yo tampoco he hecho uno, así que también será mi primera vez… pero parece que Enzo sabe cómo.

Enzo lo miró incrédulo pero al ver la ilusión en los ojos de su hermanita, no tuvo de otra más que dirigir a sus hermanos sobre cómo hacer uno.

Poniendo una sábana como base junto a unos cojines que Ruby se encargó de acomodar, mientras Cheshire y Enzo jalaban unas sillas (cuatro en total) para luego extender la sábana sobre estas, poniendo una almohada por cada silla para que la sábana quedara en su lugar.

Pasándole las almohadas restantes a Ruby para que hiciera las paredes del fuerte, y una vez dentro, hicieran las barreras de ambos lados, bloqueando aquella con vista a la puerta.

(Como si el fuerte de almohadas pudiera protegerlos de todos los males del mundo, de su realidad).

Ruby miró con asombro y emoción el fuerte de almohadas, mientras Enzo sonreía con orgullo por su buen trabajo y Cheshire con algo de diversión.

– ¿Qué tal? ¿No es acaso el mejor fuerte de almohadas de toda Romania? – Cheshire rodó los ojos pero no borró su sonrisa, en cambio Rudbeckia sonrió mientras le daba un efusivo asentimiento, agrandando más la sonrisa de suficiencia de Enzo.

Era exagerado decir que el fuerte de almohadas era el mejor de toda Romania pero ciertamente, no podía negar que su hermano hubiera hecho un buen trabajo y que también, se divirtiera creándolo.

Y por un instante, Cheshire quiso que este momento durara al ver como sus hermanos cayeron rendidos al sueño.

– Sí… es el mejor fuerte de almohadas de toda Romania – murmuró, antes de finalmente unirse al sueño junto a sus hermanos.