Disclamier: los personajes no me pertenecen.

Se llevó una mano al cuello intentando hacerlo tronar como siempre. Hacía apenas 10 minutos que acababa de poner un pie en la aldea Ishigami después de lo que fue un viaje de un mes que le pareció eterno, pero que había sido muy necesario de hacer.

Se había encontrado con Xeno en América para echar un vistazo cada uno a sus avances y seguir compartiendo dudas de ambos. Ese viaje pudo haber sido más largo, pero Senku tenía una gran razón de peso para hacer todo no solo lo más eficaz que pudo, sino lo más acelerado sin dejar de ser eficiente a la vez.

Tenía una Leona esperando al otro lado del mundo.

Su hermosa, sexy y absurdamente fuerte novia le había dicho hacía poco más de un mes atrás tajantemente que está vez no podría viajar con él y no había nada que Ishigami Senku pudiera decir para hacerla cambiar de opinión. Senku supo antes de poder abrir la boca y replicar que tenía todas las de perder cuando ella se apresuró a explicar que no podía irse cuando faltaba tan poco para que Ruri diera a luz.

En ese momento el científico solo había resoplando para después agachar la cabeza resignado. Gesto que solo había durado apenas un segundo antes de alzarse maliciosamente y besarla a la vez que la recostaba en el sofá. Ok, había decidido que se iría sin ella, pero a cambió le haría el amor antes de irse las veces necesarias para que ella no pudiera caminar sin sentir que se le aflojaban las piernas con cada paso y él seguramente tendría que irse a su viaje en silla de ruedas medio muerto. Lo que fuera valdría la pena.

Un mes sin verla, un mes sin escucharla, un mes sin sentirla, y sobre todo, el principal motivo por el que estuvo sufriendo con más razón los últimos días de su viaje, un mes de abstinencia. Senku de verdad consideraba que se le podría llamar sufrir al hecho de estar acostumbrado a follar diario y cuando se le daba la gana a de un momento a otro simplemente no poder satisfacer sus ganas.

Se negaba a usar sus manos como consuelo. No cuando sabía que era mucho mejor la dulce boca de su leona o sus suaves paredes envolviéndolo cálidamente.

Mierda. Una vez más se estaba excitando solo con el recuerdo.

Su mente activa y capaz de hacerle ver casi con claridad lo que imaginaba siempre fue una ventaja para sus proyectos, excepto ahora que le jugaba en contra haciéndole ver a una Kohaku debajo de él con la mirada oscurecida de mera lujuria y brillando en pasión mientras entrelazaba su mano con la suya sin dejar de embestir. Su vivida imaginación lo traicionó recurrentemente en la soledad de su habitación cuando intentaba dormir y todo terminaba siempre en duchas frías. De verdad que había mejorado en algo su aguante, quizá en el pasado se habría terminado por resfriar.

Apretó la mandíbula y siguió caminando con su maleta a rastras. Le urgía llegar. Solo era consciente de que era diez billones porciento seguro de que en cuanto la viera no iba a soltarla.

Con el paso algo apresurado logro llegar minutos antes al hogar que compartía con la chica culpable de sus duchas frías.

Abrió la puerta y frunció el ceño al no verla en la sala. Dejando la maleta en el recibidor descuidada mente, así como sus zapatos, llaves y saco se encamino a la cocina. Nada, no había melena rubia en la planta de abajo que pudiera divisar.

Acercándose a las escaleras alcanzó a llegarle algo de música a sus oídos. Un breve sentimiento de alivio le recorrió el cuerpo al escuchar eso, temió por un momento que no se encontrará y hubiese salido.

Con una maliciosa sonrisa de lado subió los escalones de a dos y llegó al segundo piso. Casi a zancadas se dirigió al origen del sonido y no pudo elevar más la orilla de su labio ante lo que pudo contemplar gracias a esa puerta entreabierta. Los ojos rojos brillaron más si era posible. Era la situación perfecta.

Podía ver a su Leona de perfil tomando una relajante ducha, sin ser consiente de quién la veía como si fuera una presa mientras ella ignorante seguía enjabonándose uno de sus muslos.

Solo bastaron 2 segundos para que los reflejos e instinto de Kohaku la hicieran girar rápidamente hacia él al sentir esa mirada que la veía descaradamente como sí ella fuera una presa. Y solo un segundo basto para que logrará procesar lo que su increíble vista tenía ahora de frente.

—¡Senku!—chillo emocionada corriendo el cancel de la ducha.

Ante el chillido emocionado de ella el científico se acercó hasta quedar a escasos centímetros. Seguía teniendo en mente todo lo que quería hacerle, pero los ojos rojos se suavizaron con algo de dulzura al tenerla por fin frente a él.

–Estoy en casa—no pudo evitar envolverla entre sus brazos de inmediato sintiendo la piel fría y húmeda.

Kohaku recargo su cabeza en el pecho del hombre al que amaba, teniéndolo tan cerca le llegaba el característico aroma de Senku, algo parecido al alcohol y la vainilla combinados. Lo había extrañado tanto. Y sólo entonces recordó que no se suponía que él llegará aún, estaba maravillada de que llegará antes, pero...—¿Por qué no me avisaste que llegabas antes? Pude haber ido a recibirte—reclamo con el ceño algo fruncido viéndolo ahora sin despegarse de él desde donde le llegaba, exactamente la leona llegaba apenas hasta la clavícula del científico.

Senku dejo escapar una risa divertida—¿De verdad eso es lo primero que me dirás apenas me ves después de un mes?

Kohaku miro a un lado con una mejilla inflada—Debiste avisar.

—Claro, pero todo fue de improviso. Hice lo posible por terminar antes y regresar.

Y solo al escucharlo decir eso último ella regreso a verlo. Cierto, conocía a Senku. Sí había llegado mucho antes de lo que había calculado debía ser porque trabajo diligentemente y sin distracción para regresar... Y volver con ella. Una sonrisa que Senku sólo en su cabeza admitirá que era hermosa se formó en los labios de Kohaku.

Se lanzó a besarlo.

Senku se apresuró a sujetar su cintura con ambas manos y a flexionar un poco las rodillas en cuanto sintió como era jalado por ella del cuello de su camisa a la vez que estrellaba sus labios contra los de él en un movimiento brusco. Él actual jefe de la aldea dejo para después el reírse de lo brusca que seguía siendo.

Ese beso brusco se convirtió en uno suave dónde sus labios se movían en sincronía y con el ritmo que les gustaba a ambos. Kohaku lo había iniciado, pero casi siempre era ella quien seguía a Senku en el movimiento, amaba la forma en como él la besaba. Y con ese pensamiento, Kohaku siguió con la caricia que había iniciado en el cuero cabelludo de él.

Sólo se separó de la boca de ella en cuanto el aire faltó. Y negándose a estar lejos mucho tiempo pego su frente a la de ella.

—Eso está mejor. —Y volvió a besarla.

—Te extrañe demasiado, Senku.—Apenas alcanzó a hablar antes de que Senku volviera a besarla. Hacía dos besos atrás que la forma en que Senku la besaba había cambiado y ahora era más demandante. Oh, oh Kohaku sabía lo que eso significaba.

—Leona, me temo que un mes lejos fue mucho tiempo.

Kohaku asintió reprimiendo el impulso de regañarlo por llamarla así, tenía algo más importante que decirle.

—La próxima vez que tenga que viajar no hay manera de que acceda a dejarte. —la respiración de Senku ya comenzaba a ser más pesada y ya podía sentir que su excitación era evidente por lo duro que estaba ahora y sin vacilación alguna ahora sí llevo una de sus manos a su redondo trasero solo para pegarla él y que pudiera sentirlo.

De inmediato Kohaku sintió un cosquilleo de anticipación en su bajo vientre. Enterró los dientes en su labio inferior, mierda no quería decirle, pero debía decirle, tenía tantas ganas de seguir.

—¡Ah, Senku!—que difícil era decirle cuando él ahora estaba besando su cuello.—Senku...—La lengua de él paso firmemente en todo lo largo de su cuello arrancándole un suspiro de lo bien que se sentía.

La mano del científico ya se encontraba amasando su pecho, su dedo índice le había comenzado a acariciar el pezón.

Mierda otra vez. Este era ya el Senku que tanto le gustaba, al que le dejaba dominarla para sentir todo el placer que podía darle.

El volvió a besarla y ella correspondió con la misma pasión que él.

Solo reaccionó en cuanto sintió como deslizaba su mano por su muslo hasta llegar a su rodilla y la alzaba para que rodeara su cadera y volver a frotarse contra ella-¡Para!-soltó rápidamente bajando su pierna y llevando sus manos al pecho de él para ganar un poco de distancia.

—¿Kohaku?—intentando calmarse Senku alzó una ceja que de inmediato comenzó a temblar ¿PARA? ¿Ella había dicho PARA? Esa absurda palabra y Kohaku intentando tomar distancia de él casi logran hacer que su excitación bajara.

Volvió a morder su labio inferior ahora algo más rojo por las veces en que Senku lo había mordido suavemente mientras se besaban.

—N-No podemos.

—¿Qué es lo que no podemos? —Sí Senku era un genio. Pero de verdad está vez no entendía lo que ella trataba de decirle "no podemos", se negaba a aceptar el significado.

Y sin embargo Senku ya no solo tenía una ceja temblando, sino que también una vena hinchada apareció en su frente justo en el mismo lado donde le temblaba la ceja.

Un mes en abstinencia y cuando por fin la tenía en frente y desnuda completamente lista para satisfacerlo la escuchaba decir lo más incoherente que había escuchado jamás. No había lógica en las palabras que ella apenas había pronunciado. "Para" y "No podemos" no podía recordar el significado que tenían.

—¡No puedo, Senku!

—Un mes, Kohaku.

Ella se mordió apenas un segundo el interior de su mejilla—Lo sé.—Se encontraba tan frustrada como él.—Pero no podemos.

—Deja de decir que no podemos y explica.

Kohaku al fin se rindió y miro a un lado. Estaba tan frustrada justo en ese momento, pero aún recordaba que Ruri le había dicho que eso no sé podía. O bueno, que a los hombres no les gustaba.

—Al fin me llegó la menstruación.

—¿Cuándo?

—Hace dos días.

—Felicidades.—Y volvió a besarla largamente y de manera algo pausada, disfrutando de esos labios que había echado de menos.

Kohaku disfruto una vez más de ser besada de esa forma por él.

Senku bufo fastidiado—¿Por eso me has estado deteniendo?

Ella asintió.

—Eso no me interesa. —En algún momento Senku llevo el dedo meñique a su oído para empezar a rascarlo.

—Entonces tú, aun así, quieres...—Kohaku de verdad estaba sorprendida, no podía terminar de hablar porque seguía cavilando.

Durante mucho tiempo había sido irregular, hasta que de un momento a otro simplemente dejo de sangrar. Esto lo había visto como un alivio en su vida hasta que empezó su relación con Senku y después está había dado paso a su relación sexual. Ya tenían un par de años juntos por lo que en una ocasión él muy abiertamente le pregunto por eso a lo que ella le había contado con una sonrisa que eso a ella no le pasaba. Y él la había regañado y le había explicado la importancia de que todo estuviera bien con su cuerpo. Así que en algún momento la llevo para que la revisaran y la tratarán, y parecía que al fin el tratamiento estaba funcionando porque exactamente ya estaba en su tercer día de menstruación.

Con lo que Ruri la había educado en ese aspecto ella sabía que a los hombres no les gustaba estar con las mujeres en ese estado.

—Necesitas mucho más que eso para que deje de desear follarte. —La sorprendida mirada azul en los ojos de ella lo hicieron soltar una breve carcajada. Esa mujer estaba muy equivocada si creía que lo espantaría tan fácilmente—Un caballero no teme manchar su espada por su dama.

El rostro de Kohaku era completamente rojo al entender lo que estaba diciendo. Aun así correspondió gustosamente el nuevo beso que Senku había iniciado.

Y ahora ya no tenía razón para reprimirse a sí misma.

Con toda la urgencia que había sentido por él jalo su corbata y con movimientos torpes y rápidos por la desesperación logro deshacer el nudo y quitársela, no logro controlarse a sí misma antes jalar de ambos lados de su camisa y abrirla de un tirón haciendo que algunos botones cayeran al piso. Las manos de Senku frotando su trasero y su boca en su cuello no la estaban dejando paso a pensar.

Reprimió el impulso de separse de su cuello para reír burlándose de su desesperación, pero se contuvo con las manos aún masajeando el redondo y perfecto trasero de la rubia. Ya sabía él que estaba igual de desesperado.

Senku se separó solo cuando logro anticipar que ella estaba a punto de destrozar también su cinturón después de su segundo intento sin poder abrirlo. Un movimiento rápido de su mano y ya estaba fuera.

En cuanto estuvo libre no perdió tiempo y libero la erección dura y palpitante del científico de entre sus pantalones y ropa interior apenas alcanzando a bajarlos un poco.

Solo estar en sus manos y Senku cerró los ojos brevemente disfrutando el tacto, ella no había perdido el tiempo y ya estaba haciendo ese delicioso movimiento de llevar su mano de arriba abajo. Sin querer quedarse atrás se agachó un poco más hasta lograr alcanzar un pezón y meterlo en su boca para empezar a chuparlo con fuerza, sabía perfectamente bien como le gustaba a Kohaku, así como sabía completamente bien cuáles eran sus debilidades. Por ejemplo, sí además de chupar con fuerza comenzaba a mordisquear ese pobre pezón midiendo cada vez que apretaba los dientes la fuerza con que lo hacía.—Hmm, Senku...—el obtenía un bonito gemido de ella llenándole los oídos, más si estaban en el baño, dónde los sonidos se escuchaban amplificados. ¿Se podía poner aún más duro sólo de escucharla?

Kohaku llevó una mano al mentón de él solo para hacer que soltará su pezón y separarlo un poco.

Una sonrisa y mirada traviesa alcanzó a observar el científico antes de que su miembro diera un nuevo tirón al anticipar lo que ella estaba por hacer cuando Kohaku quedó de rodillas frente a él.

Senku alcanzó a observar cómo tortuosamente lento ella abría su absurdamente dulce boca y la acercaba hasta alcanzar su pene. Metió solo el glande y Senku no tenía duda de que era de las mejores sensaciones del mundo sentir esa calidez rodeándole.

Kohaku solo rodeo el glande para sacarlo y observar ese pene ya erecto que tantas veces le había hecho chillar de placer. Con una sonrisa de anticipación y sintiendo que su intimidad era ya todo un caldo, aprovecho todo lo erecto que estaba para lamerlo firmemente desde los suaves testículos hasta llegar nuevamente al glande, toda la extensión de su miembro había sido lamida por esa suave y húmeda lengua dejando un rastro de saliva dónde había pasado, tan rápido como a él le gustaba y repitió el movimiento un par de veces más. Paro justo cuando estaba por meter nuevamente la cabeza en su boca, se detuvo solo un tortuoso momento. Lo suficiente para regresar a ver a Senku antes de lo que iba a hacer, y nuevamente no pudo evitar una sonrisa traviesa.

Esa mirada dulce y condenadamente lujuriosa no podía ser humana, esa forma desearla tampoco era de este mundo. Mierda que tanto tiempo esperando por ella le iba a pasar factura y no iba a durar tanto como le gustaría, menos con lo que sabía ella estaba por hacer.

No dejo de verlo a los ojos.

Y eso solo hizo que el placer fuera aún mayor cuando sintió como su glande empujaba contra el principio de su garganta. —Maldición, Kohaku...—tenía que apretar la mandíbula para contenerse y no venirse en su boca como otras veces había hecho.

Kohaku aguanto una arcada cuando el inconscientemente movió las caderas y se adentró un poco más en ella. Lo saco de su boca dejándolo brillando de su saliva para rápidamente volverlo a meter en ella todo lo que podía caberle teniendo cuidado de que no sintiera los dientes.

Se sentía sumamente complacida en cuanto el llevaba una mano su cabello y comenzaba a acariciarlo como lo hacía justo en ese momento. Eso le indicaba que completamente le gustaba lo que hacía. Volvió a aguantar un par de arcadas cuando quiso intentar adentrarlo más en su boca de lo que ya lo había hecho.

Eso fue todo para Senku, debía defenderla.

Aprovecho cuando ella lo saco de su boca para indicarle al tomarla de los hombros que se levantará.

Entendiendo rápidamente ella obedeció. nuevamente ya estaba de pie con él besándola aún más desesperado.

Senku siguió besándola y masajeando sus pechos. Le tomo un momento asegurarse que la sensación de que estaba por venirse dejará de amenazar. Solo entonces se permitió empujarla con movimientos torpes hacia la ducha. En cuanto la tuvo contra la pared volvió a alzarle una pierna y no espero más, se clavó rápida y profundamente en ella.

—¡Senku!—Grito su nombre por la intromisión a su cuerpo tan abrupta y deliciosa.—Hmm—y volvió a gemir en cuanto sintió que apenas salió de ella para volver a entrar lo más rápido y fuerte que podía en ella.

Kohaku recargaba todo su peso contra la pared con los brazos sin dejar de rodear su cuello. La única pierna que la estaba sosteniendo le temblaba ligeramente por los espasmos y corrientazos de placer que le atravesaban el cuerpo.

—Resbala mucho más así—resbalaba mucho mejor así. Estaba demasiado húmeda.

Y aún con lo que estaban haciendo se podía ver el rostro enrojecido de Kohaku—No... no digas eso. —apenas podía hablar entre gemidos.

Senku apretó la mandíbula en cuanto sintió nuevamente que estaba por venirse.

Salió de ella y con un movimiento de sus manos le indico que bajara la pierna y se diera la vuelta.

Y Kohaku debía admitir que ahora era toda una pervertida porque le encantaba esa posición. Apoyo sus manos contra la pared y dejo su trasero expuesto a Senku que la miraba atentamente a qué estuviera lista para tenerlo nuevamente dentro. Alzando lo más que podía hacia arriba el trasero y volteando como podía a verlo no pudo evitar llevar una de sus manos a ayudarle a abrir sus pliegues para el.

Ante la imagen Senku se relamió los labios y llevo una mano a sus caderas para sostenerla bien. —¡Senku!—el chillido de Kohaku resonó por todo el baño en cuanto el volvió a entrar.

Él estaba envistiéndola con toda la fuera de la que era capaz.—Tenerte así...

Kohaku aún con la vista nublada apenas pudo reaccionar en hacer el esfuerzo de regresar a verlo aún desde su posición. Era una suerte que fuera tan flexible.

—Soñé con esto todas las noches. —Ese sonido de sus caderas chocando contra ella era algo que también ya quería escuchar.

—Yo también extrañe sentirte así ¡Ah! —un nuevo gemido había escapado de la boca de Kohaku cuando sintió como la pego más a la pared y llevo una mano hasta acariciar su palpitante clítoris necesitado. El delicioso movimiento de su pulgar y dedo índice haciendo movimientos circulares en la dirección que él sabía le gustaba la tenía al límite.

—Me falta muy poco...—Senku alcanzó a gruñir eso aún con la mandíbula apretada.

Y escucharlo podría jurar que logro que su propio orgasmo se acelerara—Hmmm Senku—hablaba y mordía sus labios intentando controlar sus gemidos—Hazlo adentro.

—Maldición. —Ese tono, esa voz, el cómo había movido aún más sugerentemente las cadera de ser posible dándole esa orden, la expectativa de lo que se sentiría no salirse de ella hasta dejarla bien llena. No podía, eso sí era algo que no podía hacer.

—Senku... quiero sentir todo adentro

—No podemos. —Apenas podía hablar, y justo hasta ahora muy, muy brevemente le llegaba la imagen del condón que se quedó en el bolsillo de su pantalón.

—Por favor, Senku. Hazlo.

No podía. Volvió a envestirla un par de veces más sintiendo como estaba ya palpitando alrededor de él y escucho los sonidos de satisfacción que salían de su boca.

—Mierda.

Se vino dentro.

—¡Senku!—Un último gemido salió de ella en cuanto alcanzó el orgasmo, pudo sentirlo derramándose en ella, podía sentir algo caliente llenándola. ¿Por qué no habían hecho eso antes? Esa calidez solo logro que su sensible vagina alargará los últimos espasmos de su orgasmo.

Senku siguió dando suaves movimientos contra ella hasta dejarla bien llena y hasta terminar con lo último que le quedaba por salir. También termino por recargarse con ambas manos contra la pared dejándola aún aprisionada y sin salir de ella. —Entiendes...—Respiraba agitado—¿Entiendes lo que puede pasar?

Kohaku asintió. Aún en las nubes alcanzó a asentir.

—Bien. Solo quería confirmar que estamos de acuerdo.

En cuanto se recuperó salió de ella y dejo de necesitar la pared para no caerse.

Kohaku también se irguió ya recuperada y con una sonrisa regresó a verlo, pero justo al hacerlo se horrorizo. —Senku te deje hecho un desastre—

Senku alzó una ceja y llevo su mirada a examinarse, había un par de pequeñas manchas rojas en su pantalón que al final no había alcanzado a sacárselo. Rodo los ojos y se encogió de hombros. Ya estaban en la ducha. —Entonces continuemos con tu ducha.

—¿Seguro no te molesta? —quería corroborar mientras el terminaba ahora sí de desnudarse.

—Molestarme la oportunidad de enjabonarte completa para después volver a estar adentro...

—¡Ya entendí! —casi fue un grito. Kohaku parecía un tomate furiosamente sonrojada. No sé acostumbraba y parecía que nunca lo haría a la falta de vergüenza de Senku. Siendo ella una aldeana era normal que ciertas cosas que a veces él decía la apenaran en sobremanera.

En cuanto abrió la llave del agua y mojo su cabello este comenzó a caer por mechones.

Oh a Kohaku la excitaba tanto verlo así, con el cabello cayendo le rebelde y esa sonrisa de lado.

Una vez más se lanzó a él y terminaron haciendo el amor con el agua cayendo sobre ellos. Y una vez más termino derramándose dentro de ella.

-...-...-

Kohaku abriendo el refri, con una de sus playeras cubriéndola y una pequeña braga negra que podía ver a la perfección que no tapaba nada cuando se agachó a buscar algún vegetal en la parte más baja del refri, solo logro hacerlo suspirar al pensar que los condones estaban en su habitación y no quería perderse de lo que estaba viendo.

¿Qué más daba ahora hacerlo una vez más así? ¿O las veces que fueran? El breve y muy efímero pensamiento de que ya tenía que hablar con Kokuyo le llegó justo antes de acercarse por atrás a su novia que seguía empinada buscando algo.

De inmediato ella se dejó hacer y ya iban otra vez de irresponsables.

Bueno, el hijo de Ruri y Chrome necesitaría con quién jugar después de todo.