Hola a todos. Esta es mi primer historia para este fandom y para mi ship. Leo x Xochitl. Recientemente entré al fandom de Leochitl y solo puedo decir lo bonito y fantástico que es. Espero les guste la historia.
Disclaimer: los personajes no me pertenecen son propiedad de Ricardo Arnaiz y anima estudios. Yo solo los tome prestado para dejar volar mi imaginación con tan bonitos personajes.
Sin mas los dejo con la lectura espero les guste.
Capitulo I
Los rayos del sol se colaron a través de las cortinas provocando que el joven que se encontraba durmiendo sobre la cómoda cama abriera sus ojos castaños lentamente, acostumbrándose a la luz de un nuevo día. Sin ánimos de mover su cuerpo se quedó observando el techo de su habitación, por cuanto tiempo, unos segundos, minutos o tal vez horas? No lo sabía y para ser honestos tampoco le importaba. Después de unos momentos más de estar contemplando el vacío decidió por levantarse y dirigirse al baño donde lavó su rostro quitando todo rastro de sueño. Sin emoción alguna se quedó mirando su reflejo, unas ojeras se marcaban debajo de sus ojos y una barba comenzaba a hacer presencia en su rostro. Había cambiado demasiado desde que era un adolescente, tantas experiencias y sucesos habían ocurrido desde entonces, personas habían llegado e ido a lo largo de los años, trayendo consigo nuevas experiencias, puntos de vista y opiniones. El pasar de una persona lo sacó de sus pensamientos y terminó por lavarse el rostro mojando esos pelos rebeldes que le enmarcaban el rostro.
-Ya estás muy pachón Leo, es hora de cortarte esas greñas. –esa voz que una vez fue bastante melodiosa pero que ahora parecía una tortura hizo eco en sus oídos. Moviendo levemente sus ojos al lado pudo ver como esa persona le revolvía el pelo. Sin hacer una reacción Leo solo suspiró, larga y pesadamente mientras sentía el contacto fantasmal. Sin decirle nada, ni dirigirle una mirada tomo una toalla y comenzó a secar el agua que ahora escurría por su tonificado cuerpo. Tanto trabajo pesado y que requería de mucho esfuerzo físico habían dado sus resultados aunque este nunca había sido una meta para el castaño. Gajes del oficio, suponía. Salió del baño y fue a la cocina a tomar un poco de café, si bien no tenía apetito un buen café era lo que necesitaba para poder despertar y tener la energía suficiente para continuar con el día.
-Sabes que tomar solo café te está haciendo daño, debes cuidar mejor tu alimentación Leonardo San Juan –nuevamente esa mujer de largos y hermosos cabellos negros volvía a hablar esta vez como un regaño aunque su suave voz no lo demostrara. Leo solo rodó los ojos, molesto y continuó bebiendo la bebida caliente, sin responder al reclamo de la muchacha. Después de todo no importaba, no era como si ella lo fuera a escuchar o algo por el estilo. La llamada entrante a su teléfono lo hizo sobresaltar un poco y suspiró molesto nuevamente al ver el nombre de contacto.
-Que pasó Nando. –pregunto mal humorado. Al otro lado de la línea solo se escuchó una risa bastante molesta para Leo.
—Qué pasó chisguete, acaso la "Nahuala" vino a succionarte todo rastro de alegría?
—Demonios Nando, cuantas veces tengo que decirte que dejes de llamarme chisguete, tenemos más de 27 años, ya no somos unos niños. –dijo el moreno al tiempo que se agarraba el puente de la nariz en clara señal de molestia ante los infantiles insultos de su hermano mayor.
Otra carcajada se hizo presente –Ya chisguete, digo Leo, si te sigues enojando vas a quedar como una pasa a tan temprana edad. Bueno dejando de lado tu rabieta, te llamo solo para recordarte que tenemos junta en la oficina, ya sabes el papeleo y asuntos a discutir sobre las ganancias y sobre quien será el próximo a cargo de la empresa. –dijo Nando como si del clima hablara, aunque claro que su principal motivo para haber llamado a Leo era saber que su hermano se encontrara bien, pero claro eso no lo podía decir tan a la ligera.
—sobre eso Nando, creo que lo mejor será que tú te hagas cargo de todo el asunto, he estado pensando seriamente en regresar a la panadería, por lo que creo la mejor opción es que tu tomes el mando de la empresa. –respondió Leo con desgano y suspirando. Nando por su parte no dijo nada, no supo si era porque no sabía que decir o porque quería tratar de entender las decisiones tan abruptas e importantes que tomaba el cabeza dura de su hermano. –Nando, sigues ahí? –preguntó Leo al no escuchar a su hermano reclamarle o gritarle por la decisión que había tomado.
—sabes chisguetito eso es algo que tenemos que hablarlo en persona. —respondió el mayor tranquilamente, cosa que dejó confundido al San Juan menor, por el carácter de su hermano este ya debería estarle gritando hasta de lo que no, sin embargo el ambiente serio no duró demasiado. –por cierto cuatro pelos hay algo más que tenía que decirte, pero no me acuerdo de qué era. –Hizo una pausa de unos segundos y tronando los dedos continuó - oh es cierto Teo irá a verte debe estar por llegar. –apenas Nando había terminado de decir esas palabras, Leo sintió como unas manos cálidas le tapaban los ojos y el aroma de un perfume agradable inundó sus fosas nasales.
—Adivina quién soy. –dijo una voz femenina fresa a modo de juego. Leo solo suspiró.
—Sí, ya me di cuenta. –Leo aún tenía los ojos tapados por la pelirroja.
—Me alegra que haya llegado, entonces los dejo, tal vez tengan mucho de qué hablar, o tal vez no. Da igual después me pasan el chisme completo. Ahora los dejo, nos vemos chisguete. –sin darle tiempo a decir nada Nando colgó la llamada. Leo dirigió sus manos a las de Teodora para quitarlas de su rostro revelando un rostro bastante atractivo.
—Teodora, que placer el tenerte por aquí. –respondió sin ocultar su sarcasmo.
—Mi Leo debes alegrarte de que te he honrado con mi presencia, sabes venir hasta acá toma mucho de mi importantísimo y valioso tiempo. –respondió con su característico e inconfundible tono de voz mientras observaba sus uñas, que siempre estaban impecables y decoradas de un tono rosa turquesa.
—No, pues que gran honor, ser visitado por ti, no sabes cómo muero de alegría. –volvió a responder sarcásticamente mientras entraba a su habitación para cambiarse. Teodora rodó lo ojos molesta mientras observaba el lugar notando lo desordenado que este se encontraba, poniendo una mueca de desagrado.
—Sabes Leo, a este lugar le hace falta un toque femenino, uno muy grande. –comenzó a caminar para observar por completo el bonito departamento que gracias al todo el tiradero y desorden le daban un mal aspecto. –sabes no puedo creer que mantengas este cochinero Leo, no después de que Xóchitl siempre lo mantuviera limp… -la pelirroja no terminó la frase al ver como en la sala entre varias botellas de cerveza y licor se encontraba una fotografía que retrataba a dos jóvenes, un apuesto muchacho de ojos y cabellos café y a una hermosa chica de piel morena, grandes y expresivos ojos y un largo pelo color negro. La mirada de Teodora se puso triste al igual que todo su semblante. La fotografía estaba arrugada y un poco rasgada de la parte superior. Tal parecía que Leo no pudo romperla como seguramente era su idea. –Xóchitl –susurró la chica al tiempo que pasaba sus dedos por la imagen de la chica retratada y algo dentro de ella comenzó a doler y bastante.
—Decía algo su majestad? –preguntó Leo saliendo de su habitación ya cambiado con una playera negra, sus pantalones de mezclilla seguramente no iban a ser del agrado de su compañera pero lo tenía sin cuidado. La pelirroja dejó la fotografía donde estaba rogando por que el moreno no la hubiera visto, sin decir nada se volteo hacia su ¿amigo? En un tiempo atrás le hubiera reclamado por llevar un estilo tan descuidado y "naco" con esa playera que no hacia juego con los pantalones ya algo desgastados y mucho menos con esas botas de motorista, pero ahora no tenía el ánimo para reclamar absolutamente nada, desde hace un tiempo que ya todo lo relacionado a Leo no le importaba demasiado. Se sentía mal consigo misma ya que tenía sentimientos encontrados por Leo, pero aun así no podía evitar dejar de preocuparse por su bienestar, ya que si algo le sucedería a Leo Xóchitl se pondría demasiado triste, pero acaso eso importaba a este punto?. Recobrando la compostura trató de sonreír pero aun así su trato con Leo fue algo duro y frio, cosa que notó el castaño.
—Solo decía que le dieras una manita de gato a este cuchitril. Ósea, es todo un desastre, mi manicura se ensucia tan apenas entrar acá. –dijo con su característica voz de niña fresa, Leo rodó los ojos molesto por el dramatismo de su cuñada.
—Huy que tragedia, se le ensucian las manos a la güerita. Debemos hacer algo al respecto. –al parecer el tono sarcástico de Leo se le había arraigado demasiado. Teodora molesta le aventó un cojín a la cabeza haciendo callar a Leo, inflando sus mejillas se dio media vuelta indignada. –ya no te enojes Teodora o te vas a arrugar. –contestó el moreno cuando vio molesta a la chica de llamativa cabellera. Tal vez había sido un poco grosero, por más que Teodora se lo buscara pensó que buscaba desquitarse con ella de algo. –además no es como si alguien más fuera a venir acá.
— ¿Y valentina? –Leo observó la observo algo sorprendido por su repentina pregunta. –me enteré de que la has estado frecuentando últimamente. Si llega a venir que crees que pensará de tu mugrerío. –esas palabras para Teodora dolían bastante, y sentía como se le hacía un nudo en la garganta tan solo pensar en Leo saliendo con la bonita muchacha de cabellos rizados. Sabía que el chico tenía todo el derecho a continuar con su vida, pero eso significaría que había olvidado a Xóchitl fácilmente, y eso le molestaba bastante.
—No es lo que crees –la voz seria de Leo sacó a Teodora de sus pensamientos. –es cierto que la he visto un par de veces, pero solo es un plan de amigos. Y además no tengo por qué darte explicaciones. –respondió molesto mientras tomaba asiento en el sillón y tomaba la foto que antes Teodora había observado, tomándola con mucho cuidado y delicadeza. Pensar que una noche antes debido al dolor y al alcohol estuvo a punto de romper algo tan valioso y hermoso para él.
—Y yo no te la pedí. –fue lo único que pudo contestar la muchacha. –ya es hora de que me marche, nos estaremos viendo luego. Adiós patán. –sin decir nada más la chica salió de aquel lugar, el ambiente se había tornado algo tenso y de continuar ahí se ocasionaría una pelea que quería evitar a toda costa. Por su parte Leo no respondió nada solo vio a la muchacha salir de su departamento.
Observó la fotografía en sus manos, y miro con anhelo y amor a la chica de tez moreno y hermoso rostro expresivo que sonreía junto a él mientras ambos estaban abrazados disfrutando de la hermosa feria de Puebla. –Xóchitl –susurró leo y acercó la fotografía a su pecho. Estaba molesto, muy molesto por la insinuación de Teodora, como se le ocurría pensarlo siquiera, el jamás podría ver a Valentina de la misma forma en que miraba a Xóchitl. No podía amar a nadie más, porque él ya amaba a Xóchitl sin importar la situación.
— ¿Me-me…me pu-puedo unir a s-su equipo?
—Ash, ya llegó el lengua de calambre. Por supuesto que no te puedes unir a nosotros, a lo mejor y terminas por salpicarnos de tus orines. –dijo una niña burlándose de un niño de contextura baja y delgada, con los pelos alborotados.
—Es cierto además su hermano Nando dice que todo el tiempo se orina y que es muy menso. Mejor alejémonos de él, no sea que nos vaya a pegar la estupidez. –secundó su amigo y junto al resto del grupo comenzaron a burlarse del niño que sin hacer nada más se fue a sentar a su butaca lo más alejado de sus compañeros, después de todo nadie quería ser amigo de él por más que lo intentara, si tan solo su hermano Nando no fuera un completo bruto y lo tratara mejor, tal vez y solo tal vez sería un niño normal con amigos. La clase comenzó y la profesora comenzó por empezar a dictar la lectura del día. El jovencito escribía de forma continua y sin perderle el ritmo a la profesora, ya que al no tener amigos se la pasaba la mayor parte haciendo tareas y copiando lecturas para poder distraerse, además de jugar con su balero. Pero este solo podía jugarlo un par de horas al día por órdenes de sus padres. Estaba tan concentrado escribiendo que no se dio cuando la directora entró al salón con una alumna nueva, no fue sino hasta que su maestra llamó la atención de todos para dar un comunicado.
—A ver niños pongan atención, el día de hoy una nueva compañera se integrará a nosotros. Por favor denle la bienvenida a Xóchitl Ahuactzin . –Leo levantó el rostro por primera vez y vio a aquella extraña niña, ya que vestía una túnica color naranja con detalles más oscuros y una llamativa cinta verde alrededor de su cabeza. –Xóchitl se unirá a nosotros en este año, espero que se lleven bien. –los murmullos comenzaron por parte de sus compañeros, unos eran buenos otros no tanto, sin embargo Leo por alguna razón no podía evitar mirarla quien sonreía a sus compañeros tratando de responder a las preguntas que estos le hacían. –Muy bien niños, es suficiente después podrán conocer mejor a su nueva compañera. –dijo la profesora y todos los alumnos asintieron incluyendo a Xóchitl. –muy bien Xóchitl, ya que la mayoría de asientos están en parejas te tocara ser compañera de Leonardo San Juan. Ve a sentarte con él pequeña. –Leo se sobresaltó al escuchar esto y no pudo evitar soltar un pequeño grito de exclamación haciendo que todos sus compañeros a excepción de la niña nueva comenzaran a reírse y llamarlo por su apodo de chisguete. Las burlas cesaron cuando la maestra puso orden nuevamente. Xóchitl comenzó a caminar hacia donde le había indicado la maestra quedando frente a su nuevo compañero.
— ¿Tu eres Leo verdad?- pregunto alegre mientras veía como el niño hacia un extraño movimiento con su cabeza. –ya me lo imaginaba, aquí todos hablan de un tal chisguete. –dijo haciendo un ademan con su mano y deladeando su cabeza ligeramente.
—¿Y tú debes ser Xóchitl, verdad? –Leo no supo porque preguntó eso, en lugar de tratar de defenderse de su nueva acompañante, después de toda no tenía el derecho de llamarlo por ese estúpido apodo.
—Esa soy yo, pa´servile a Dios y a usted. –respondió la niña de cabellera negra mientras extendía su mano a modo de saludo aun con esa sonrisa en su rostro y esos ojos tan expresivos. –entonces Leo, me permites ser tu compañera? –por primera vez desde que había iniciado el curso escolar alguien había sido amable con el. Sonriendo aceptó con gusto y se hizo a un lado para dejar que Xóchitl tomara asiento junto a él.
—Me encantaría, m-mucho gusto Xóchitl. –por primera vez Leo se sentía feliz, de que una persona fuer amigable con él y que tal vez se estaba adelantando a los hechos quería ser amiga suya, lo cual hizo que su interior se sintiera cálido. La pelinegra sonrió de nuevo y al sacar sus libros de su mochila hizo mover su cabello desprendiendo un delicioso y agradable aroma a Jazmín. Desde ese momento Leo supo que sería uno de sus aromas favoritos".
—Basta Leo, me haces cosquillas. –un par de jóvenes se encontraban en la cama disfrutando de la cercanía y de la intimidad que tanto amaban. El joven pasó sus dedos por el largo y sedoso cabello de la pelinegra, liberando ese aroma a Jazmín que tanto adoraba.
—Ya te he dicho que eres lo más hermoso que visto y que me ha pasado? –preguntó el castaño al mismo tiempo que besaba el delicado cuello de su esposa haciéndole cosquillas.
—Solo unas cuarenta veces –bromeo la morena.
—Cuarenta no son suficientes, tendré que repetírtelo todo el momento mi querida Xóchitl –levantó su rostro para poder observar mejor aquella chica que tenía bajo el, adorando con su vista su hermosa piel morena y sus expresivos ojos.
—No será necesario, porque se lo mucho que me amas y me lo demuestras día a día, con eso tengo suficiente. –respondió suavemente al mismo tiempo que entrelazaba su mano con la de Leo y acariciaba sus cabellos chocolate y bajaba hasta su mejilla. Leo sentía estar en el cielo, amaba demasiado a Xóchitl, por ella daría su vida si era necesario, siguiendo con las caricias de su amante Leo beso ambas manos para demostrar un poco de todo el amor que guardaba por ella. Pero de un momento a otro el escenario cambio, ahora ya no se encontraban en esa cómoda cama, ahora estaban en el suelo con Xóchitl entre sus brazos sangrando y manchando con su sangre las manos de Leo que miraba horrorizado como el brillo de sus ojos había desaparecido por completo, mientras él se manchaba aún más con aquel desagradable liquido carmesí muy esencial para los humanos. Sin poder evitarlo gritó."
Leo se despertó de golpe sudando y con la respiración muy agitada, sin pensarlo se levantó y se dirigió al baño para lavarse las manos quitando la sangre que ya no se encontraba ahí. –maldita sea, otra vez esa maldita pesadilla. –se decía mientras se tallaba exageradamente las manos que por la fricción ya se encontraban enrojecidas. – ¿acaso jamás podré limpiar estas manos manchadas de sangre?
—Ya es suficiente Leo, te estás haciendo daño. –la voz fantasmal de Xóchitl llegó a sus oídos y dejó de restregarse finalmente las manos. Sin decidir mirarla fue directo a la sala donde se encontraba una botella a medias de tequila, del cual comenzó a beber directamente de la botella. –Leonardo te he dicho mil veces que odio verte tomar esa porquería. –regañó nuevamente la mujer que estaba al lado de Leo. –es mejor que tires eso de una maldita vez. –esta ocasión el enojo era evidente tanto en su rostro como en su voz.
— ¿Por qué debería hacerlo? De todos modos no puedes hacer nada para evitarlo, o sí Xóchitl? –no recibió respuesta alguna. – ¿Qué, ahora ya no me respondes? ¿Te quedaste sin palabras? –nuevamente no volvió a recibir una respuesta. –Claro no puedes evitarlo ni responderme porque estas muerta.-dijo de manera fría, y con un tono más triste que sin emociones agregó -Yo te maté.
Llegamos al final del primer capitulo de esta historia, y es que me gusta sufrir demasiado que necesitaba una dosis de amor con mucha de angustia. Trataré de ir actualizandon lo mas pronto posible.
Espero les haya gustado. Nos vemos en el siguiente capitulo. Lucy los quiere ;)
