Es irónico como es que fue a terminar mi anterior vida, siendo un chico delgado, de cabello castaño, ojos color marrón, y un estudiante pervertido, y por varias casualidades de mi vida, llegué aún mundo que jamás creí que existía.

Conocí a grandes personas, Demonios, Ángeles Caídos, Ángeles y Deidades de diferentes mitologías, eh inclusive, logre conocer a dragones celestiales muy poderosos.

Yo pase de ser un chico escuálido ah ser alguien poderoso, y todo había sido gracias al club del ocultismo del Instituto de Kuoh.

Sin embargo, me arrepiento de todo lo que decía, pensaba y hacia en esos tiempos, por simples casualidades, mi sueño de ese entonces se cumplió, creando mi Harem tan deseado, y con mujeres hermosas en ese Harem.

Siempre me mostré confiado con todos a mi alrededor, pero por dentro, en lo más profundo de mi, no creí merecerme todo lo que se me había dado, tanto mi estatus, mi dragón y ese Harem por el que luche solo jugando como un idiota.

Y con el paso del tiempo, un gran problema se había causado, una posible guerra se había desatado con el despertar del peor enemigo de toda la vida. "Trihexa", la reencarnación de la misma destrucción y de la muerte.

Todas las facciones, y toda forma de vida capaz de manipular el mana, se enfrento a esta bestia sumamente poderosa, incluso los dragones se unieron para lidiar con esta amenaza, dando todo de nosotros para acabar con Trihexa.

Pero, nuestros esfuerzos no estaban dando frutos, esta bestia se fue asiendo más poderosa con cada momento que pasaba, asiéndonos tomar decisiones precipitadas.

Los líderes de las facciones, otros pocos más y yo mismo, decidimos sellar a esa bestia del caos con nuestras almas. La batalla duró mucho tiempo, destrozando el cielo y la tierra con cada ataque que hacíamos y recibíamos.

Las estrategias, los múltiples sacrificios, las pérdidas y los sobre esfuerzos, por fin dieron sus frutos, dándonos la oportunidad de arrinconar a Trihexa, quien en su último ataque, mato a la mitad de los guerreros que nos enfrentamos a el.

Pero sin retroceder, los demás seguimos avanzando, y después de tanto tiempo, logramos sellar a esa bestia en una dimensión apartada de las conocidas, pero con un gran precio detrás de esa victoria.

Y lo único que recuerdo, fue que mi cuerpo desapareció de la existencia, deje todo para proteger a los que amaba. Y no me arrepiento de haberlo hecho, dar un poco de lo mucho que me dieron mis seres queridos.

Mis memorias, y la voz de un ser, es lo único que quedo en mi mente, y con ello, desperté en un mundo completamente diferente.

Nací como un bebé en una familia diferente, pero con mis memorias de mi vida pasada, pero en forme fui creciendo en este nuevo mundo, esos recuerdos se fueron perdiendo.

Felicidad, tristeza, sentimientos y emociones fueron remplazando mis recuerdos del pasado como El Emperador Gales. Y ahora que eh crecido, se que no vengo de este mundo, pero tampoco se quien fui en mi vida pasada.

"¡En la Actualidad!".

El sol había comenzado a hacer presencia en la ciudad de Tokio, y en un conjunto de apartamentos, en el quinto piso del edificio, en una de estas, por la ventana de una habitación, se dejó oír la alarma que indicaban las 6, 30 de la mañana.

El gimoteó fue lo segundo que se dejó oír, y de entre unas mantas, una mano se dirigió hacia la mesa de noche, y con un par de golpes en esta.

Esa mano al fin llego hasta el reloj que lo había despertado, apagando esta con un simple golpe, asiendo que ese sonido se apagara, dejando en silencio la habitación.

Las mantas comenzaron a alzarse en un par de segundos, y de un movimiento, un hombre de 23 años se sentó en su cama, siendo un castaño de ojos marrones claros, y de un aspecto sano y un tanto robusto.

El castaño alzo sus manos, dando unos cuantos estirón, bostezando al haber despertado por completo. Vaya vaya, el fin de semana si que ah terminado muy rápido, dijo el castaño con una mirada aburrida.

En unos cuantos segundos, el castaño salió de su cama, mirando el apenas salir del sol a través de su ventana. Bueno, no hay más que ir a trabajar, dijo el castaño al ponerse de pie, yendo a la salida de su habitación.

Unos 30 minutos pasaron desde el despertar del castaño, quien al terminar de asearse, vestirse y después de tomar sus cosas en una maleta, este se dirigió hacia la cocina de su apartamento, preparando su desayuno en paz.

El castaño se vio con unos pantalones negros de vestir, una camisa blanca fajada, con una corbata negra, y en la silla del comedor detrás de el, se encontró un saco negro.

Muy bien, esto ya está listo, y parece que huele bastante bien, dijo el castaño con una media sonrisa, tomando un plato limpio a su lado. Al servirse su desayuno, el castaño fue hacia una silla, tomando asiento en esta.

El castaño tomó sus palillos, y sin más, este comenzó a comer, mirando un celular al lado de su baso de jugo. Al tomar el aparato, este la encendió, mirando unos cuantos mensajes de texto, los cuales leyó con cuidado.

"Issei, que no se te olvide asistir a nuestra reunión. Te estaremos esperando en el mismo bar de siempre". Otros mensajes más llamaron la atención del llamado Issei, quien con una sonrisa respondió al mensaje de texto.

Issei llevo a su boca un pedazo de pan, viendo las noticias en su celular, notándose que estaba a tiempo para llegar a su trabajo. Hoy es el día en el que conoceré a los aprendices que estarán bajo mi cargo, pensó el castaño.

Issei apago su celular al terminar de ver todo lo que le importaba, volviendo su atención a su desayuno, el cual estaba apunto de terminarse de comer.

Un Issei se encontró en la entrada de su apartamento, con su saco ya puesto, y con su maletín en mano, abriendo la puerta de su hogar.

Veamos que es lo que me espera en este nuevo día, espero sorprenderme, dijo Issei con un suspiro. El castaño salió de su apartamento, esbozando una sonrisa!, ¡yéndose de ahí con grandes expectativas de su trabajo.

"¡Momentos Después!".

Al caminar por el corredor del edificio, Issei llegó hasta aún ascensor, en el cual al llegar, abrió sus puertas. Issei entro al ascensor, dando un silbido relajado, presionando un botón al costado de la puerta del ascensor.

¡Espera por favor!, ¡detén las puertas!, dijo la voz de una chica agitada, siendo escuchada por Issei, quien poso su mano en la puerta del ascensor.

Al detener el cierre de las puertas, el castaño vio como una hermosa oji purpura de cabello negro y de un tono morado, de 24 años entraba al ascensor.

La hermosa mujer vistió unos pantalones negros, una camisa blanca, un delantal gris, un moño rojo, y con zapatillas de suela plana de color negros, y con su cabello atado con una cinta amarilla en una coleta de caballo.

¡Muy buenos días!, ¡Akeno-san!, saludo Issei con una media sonrisa. ¡Buenos días!, y gracias por detener el ascensor, dijo la llamada Akeno. En ese momento, el ascensor había comenzado a bajar al lobby del edificio.

¿Vas tarde a tu trabajo?, pregunto Issei con una sonrisa divertida. Así es, mis empleados deben estar fuera de la cafetería en estos momentos, y todo Por haberme quedado despierta tan tarde, decía Akeno con un suspiro.

No deberías preocuparte, tu cafetería es muy popular, estará llena al momento de que abras, dijo Issei con confianza. Gracias por esas palabras, pero debo ser un poco más responsable, dijo Akeno con una risita.

Bueno, todos deben tomar un descanso, no esta bien que todos se maten trabajando, dijo Issei, mirando a la oji purpura dar un asentimiento.

Unos segundos pasaron, y por fin el ascensor llegó al primer piso del edificio, y ambos salieron del ascensor. Ambos caminaron a la salida del edificio, charlando cosas cotidianas entre ellos, siendo un momento agradable.

Aquí nos despedimos nuevamente Issei-san, dijo Akeno con una pequeña reverencia al igual que Issei. Nos vemos hasta la noche señorita Akeno, se despidió Issei, viendo a la mujer darse la vuelta en dirección contraria a la que el iba.

Issei se dio media vuelta, comenzando su camino hacia su trabajo. Veamos, que clase de ventas tendré que hacer hoy, murmuró Issei con un dedo en su barbilla. El castaño pensó por varios minutos, hasta que en un momento.

Este oyó el sonar de su celular, sacando esta para responder a la llamada. ¡Moshi moshi!, contestó Issei. El castaño alejo su celular de su oído, oyendo como la voz de una mujer daba un grito, aturdiendo a este por un momento.

¡Cálmate Oka-san!, casi me dejas sordo, replico Issei con un suspiro. El castaño siguió oyendo la voz de la que era su madre.

¿Qué?, ¡no Oka-san, aún soy un soltero, ya deja de preguntar eso por favor!, decía Issei con calma, atento ante las palabras de su madre.

Issei no dejó de suspirar en ningún momento, oyendo la voz molesta y agobiada de la mujer que sonaba desde el celular. Te prometo que algún día te daré un nieto oh más, dijo Issei sin mucho interés en su voz.

"¡Varios Minutos Después!".

Un tiempo paso desde que Issei salió de su apartamento, y después de un largo viaje de su hogar hasta su trabajo. El castaño no perdió el tiempo y fue a su oficina junto con su equipo, el cual ya lo esperaba en el cuarto piso.

Issei abrió la puerta de su oficina, entrando a esta, viendo un escritorio en el centro, y detrás se vio el ventanal, y a los costados de la oficina se vieron otros 4 escritorios.

El castaño dio un suspiro, caminando hasta su escritorio, dejando en la mesa su maletín. Para luego darse la vuelta, viendo a sus nuevos subordinados.

Muy bien, pero debemos crear una nueva estrategia de ventas, aun estamos lejos de ser el equipo que trae más beneficios a la empresa, decía Issei con varias hojas en sus manos, mirando en sus escritorios a 3 hombres de 28 años, y a una mujer de 25 años.

Disculpa chico, ¿no eres muy joven como para ser nuestro jefe de ventas?, pregunto uno de los 3 hombres. Eso no tiene nada que ver, eh trabajado aquí por un año, y con esfuerzo llegue hasta aquí, así que no duden de mis capacidades.

Y de ahora en adelante, las edades de los 5 no deben de importar, si no lo que somos capaces de hacer, decía Issei con franqueza. Issei-sama, ¿no quiere saber como nos llamamos por lo menos?, pregunto la mujer con nervios.

Es verdad, comencé con los datos de ventas y ni siquiera se presentaron, me disculpo por ello, dijo Issei con una inclinación de cabeza. Los ahí presentes se sorprendieron, viendo como el castaño no era alguien arrogante.

Por favor, comencemos por ti, dijo Issei al señalar a la mujer. Bueno, me llamó Hitori Hana, dijo la mujer, quien era una castaña de gafas.

Issei le asintió, mirando a los hombres. Yo soy Chouyu Miko, dijo uno de los 3 hombres, siendo muy delgado y pálido de cabello rubio. Es un placer, soy Nomura Kazumi, dijo el segundo hombre de aspecto serio, de cabello negro y de ojos marrones claros.

El último de estos dio un paso y le dio una reverencia a Issei, notando el respeto que este le mostraba. Es un gusto Issei-sama, me llamo, Kazuo Kinyi, espero aprender mucho de sus conocimientos, decía el castaño de ojos azules y un tanto robusto.

Antes de que podamos seguir hablando, hay algunas cosas que deben de saber. Primero, no deben hablarme con respeto, trátenme como si no fuera su jefe. Segundo, nadie es superior al otro en este departamento de ventas.

Tercero, no soporto que hagan trampas para ganar más méritos. Y por último, lleguen a la hora que quieran, pero esfuércense en el trabajo, decía Issei. Entendido, dijeron los 4, quienes tuvieron que mirar atrás al oír la puerta ser abierta.

Issei miró como la puerta de su oficina era abierta, para en unos cuantos segundos, ver entrar a una hermosa peli plata de ojos del mismo color.

Esta vistió una falda negra, camisa blanca, un blazer negro, unas medias oscuras, y con unos tacones morados, teniendo su cabello perfectamente recogido.

¿En que le puedo ayudar Grayfia-sama?, pregunto Issei con respeto al ver a su propia jefa. Hay cosas que tenemos que hablar Issei-san. Así que ven conmigo por favor, pidió la llamada Grayfia al darse la vuelta con calma.

"¡Unas Horas Después!".

En la cafetería de la empresa en la que trabaja Issei, este se vio sentado en una de las mesa, siendo acompañado por un rubio. Quien oía con suma atención las palabras que decía el castaño, el cual suspiraba cada vez que podía.

Comprendo cual es tu situación, pero, ¿no hay nada que puedas hacer para cambiar esa decisión?, pregunto un rubio.

Por lo que me ah explicado Grayfia-sama, esa decisión no está en mis manos ni en las suyas, decía Issei en un suspiro.

Vaya, ¿y como se supone que aumentes las ventas en tu departamento?, acabas de conocer a tus subordinados, decía el rubio con calma. Ya se me ocurrirá algo Saji, solo necesito un poco más de tiempo, tal vez.

Le deba de pedir ayuda al departamento de Azazel-san, se que el podría darme una mano, decía Issei con seriedad. Bueno, si haces eso, le deberás un favor a Azazel-san si le pides ayuda, y eso es más difícil que nada, decía el llamado Saji.

Se que para pagarle el favor a Azazel-san, el es capaz de pedirme bailar desnudo en medio de la empresa, decía Issei con un suspiro. Bueno bueno, déjenos de hablar del trabajo por un momento, dijo Saji al ver la tensión de su amigo.

Es verdad, ¿cuál era la razón por la que me llamaste desde un principio?, pregunto Issei con intriga. Te dije que eh preparado algo interesante, y ello es, que ambos iremos en una cita a ciegas, decía Saji con emoción.

¿Qué?, ¡pero a mi no se me da muy bien ese tipo de cosas!. Así que no pienso ir a esa cita, lo siento amigo, dijo Issei con pena.

Vamos amigo, ambas son chicas de nuestra edad, una de ellas trabaja como repostera en un gran restaurante, y la otra chica es una profesora en la Universidad de Tokio, decía Saji con mucha emoción en su rostro.

Sabes que a mi no me importa si son lindas oh modelos, oh si trabajan en algo espectacular, yo soy el pprblema al no saber como actuar en una situación como esa, decía Issei con una mirada más que nerviosa en esos instantes.

¿No crees que estas exagerando las cosas?, debes superar tus supuestos miedos, decía Saji con un bufido. ¿Qué tal si arruino las cosas?, ¿y si no se que decir en esa cita?, preguntaba Issei con un tanto de pánico.

Cálmate de una vez por todas, eres interesante, con buenos estudios, de un buen trabajo, sin problemas económicos, independiente y de un excelente físico, así que no tienes por qué preocuparte, dijo Saji con un poco de asco.

Si no fuera por que mostraste ese rostro, diría que tu estas enamorado de mi, decía Issei con unas cuantas carcajadas por el rostro de su amigo.

¡Como sea!, ¿ya has tomado una decisión?, pregunto Saji. Esta bien, no te dejare solo, pero también me deberás un favor, dijo Issei con confianza.

Eso me parece bien, prefiero hacer una ridiculez a no poder presentarme en esa cita, dijo Saji con confianza en su rostro. El castaño lo miró con un rostro divertido, pero esto poco le importo aún Saji determinado.

"¡Fin de Capítulo!".