Hola hermosas, excelente inicio de semana. Espero hayan pasado un excelente fin de semana.

Les recuerdo que la historia NO es para menores de edad, ni para personas sensibles al tema adulto, muchas gracias por comprender.

LÍNEAS DEL TIEMPO

19

LÍNEA 2

Candy se levantaba con mayor ánimo después de la romántica mañana al lado de su esposo, quien la admiraba vestirse desde la comodidad de su cama.

-¿No te vas a cambiar? – Preguntó Candy extrañada de que no hubiera sido él el primero en vestirse.

-Quería ver si volvíamos un rato a la cama. – Dijo el rubio levantándose de pronto para atraparla por la cintura.

-¡Anthony! – Dijo Candy en un pequeño grito de sorpresa al ver que su esposo se abalanzaba sobre ella. - ¡Me haces cosquillas! – Decía la rubia removiéndose inquieta mientras su esposo besaba su cuello repetidamente. - ¿Aún no te cansas? – Preguntó la rubia comenzando a responder a los estímulos recibidos, los movimientos repentinos provocados por las cosquillas que había sentido en un principio, se habían alentado al dejarse llevar por la suavidad de sus besos.

-Jamás me cansaré de ti. – Le dijo Anthony quien seguía envuelto en una toalla, levantando a la rubia en brazos para llevarla de nuevo a la cama.

-Pero ya me vestí… - Le decía Candy cada vez con menos resistencia.

-No importa, no ocupas desvestirte. – Le dijo el rubio con picardía. La mirada de Candy brilló de pasión, al ver en los ojos de su esposo la disposición y la determinación que tenía para amarla una vez más.

Anthony subió el vestido que Candy se acababa de poner e hizo a un lado la diminuta prenda interior que llevaba puesta, la rubia no puso ninguna objeción y separó sus piernas para darle total acceso a su cuerpo. Anthony sonrió complacido al ver que no había tenido problema para convencerla. Candy correspondió cómplice a su sonrisa y cerró los ojos para comenzar a disfrutar el mágico momento.

Un gemido suave y sensual abandonó los labios de la rubia al sentir como la húmeda y cálida boca de su esposo comenzaba a dar cortos besos sobre su cuerpo. Aquel maravilloso sonido fue un aliciente más para que Anthony la tomara con mayor ímpetu y ánimo, moviendo sus labios contra sus pliegues con fuerza como si quisiera fundirse en ella con su boca. Los sonidos provenientes de la garganta de Candy cada vez se escuchaban más fuertes, mientras Anthony continuaba concentrado en ella. Un gemido más y de pronto un silencio, la rubia se removía ansiosa para después dejarse llevar por la pasión que su marido le provocaba, él se esforzó por hacer más intenso el momento y la orilló una y otra vez a repetir su acción, hasta estar seguro que la había complacido.

-No te importa que nos tengamos que bañar de vuelta. – Dijo Anthony destapando la toalla que llevaba encima, mostrando solo el frente de su cuerpo. Los ojos de Candy se dilataron emocionados por volver a sentirlo dentro de ella.

-¡Papá! ¡Mamá, ya me levanté! – Se escuchó el grito repentino de Alexander, quien tenía la costumbre de avisar su llegada antes de entrar, aquello les dio tiempo para que Anthony volviera a colocar la toalla alrededor de su cuerpo y que Candy bajara de inmediato el vestido que previamente Anthony le había colocado hasta su cintura.

Anthony la ayudó a ponerse de pie para evitar ser descubiertos y así esperar a la pequeña tromba que era Alexander.

-¡Buenos días! – Gritó el pequeño lanzándose hacia su padre quien lo sostuvo con solo un brazo mientras con el otro intentaba no quedarse desnudo.

-Con cuidado Alexander. – Le dijo Candy incorporándose de la cama para recibir a su hijo con una sonrisa. – Papá tiene que cambiarse. – Le dijo de nuevo la rubia para darle tiempo a su esposo de vestirse. Anthony le sonrió guiñándole un ojo en señal de complicidad. Candy sonrió traviesa por haberse cubierto justo a tiempo.

-¿¡A dónde vamos a ir!? – Preguntó Alexander a sus padres, emocionado al saber que se tomarían unos cuantos días más de descanso antes de volver al hospital.

-Creo que hoy no podremos salir a ninguna parte. – Dijo Anthony ante el rostro de decepción de su hijo. - Pero si nos iremos de regreso a Chicago. – Dijo de nuevo Anthony para avisarle a su hijo que tendrían que regresar a la ciudad.

-Pensé que nos quedaríamos hasta que regresara mi tío Stear. – Dijo Alexander, demostrando que quería saber qué había sucedido con el plan que había iniciado con los rubios más jóvenes.

-Te aseguro que volveremos el fin de semana para saber si el tío Stear ya está de vuelta. – Dijo Anthony seguro de que podrían regresar, él también estaba preocupado por Stear y no sabía qué otros asuntos tenía que resolver antes de regresar a su línea del tiempo.

Anthony, Candy y Alexander bajaban juntos de la mano para unirse a los demás miembros de la familia quienes de seguro ya estaban en el comedor listos para el desayuno.

-Buenos días. – Dijo Terry quien mostraba que estaba listo para regresar a Chicago.

-Buenos días Terry. – Respondieron los rubios.

-¿Te irás con nosotros de regreso? – Preguntó Anthony para saber si el actor regresaría junto a ellos a Chicago.

-No lo creo. – Dijo Terry sin mirar a Candy, estaba decidido a irse de inmediato. – Ya me está esperando un auto afuera. – Dijo tomando la maleta para salir de la mansión. Archie lo miraba con un poco de culpa.

-Bien. – Dijo Archie mirándolo fijamente, sabía que estaba molesto con él por haberse decidido a hacer la prueba de ADN para saber si el hijo de Annie era hijo de él.

Terry salió de la mansión sin esperar siquiera a desayunar. Podía sentirse la tensión que había entre ellos y Candy se sentía realmente culpable por ello.

-Lo siento mucho Archie, no quería traerte problemas con Terry. – Dijo Candy apenada por lo que creía había provocado.

-No te preocupes Candy, es un tema que existe entre nosotros desde que Annie vino a mí hace tiempo, sin embargo para mí fue más fácil negar la existencia de ese hijo. – Dijo Archie apenado por no haber hecho nada aquellos años por averiguar la verdad. – Ahora sé que no debí dejarme manipular tanto por él y haber comprobado la verdad. - Dijo resignado al problema que había entre él y Terry, sin embargo en el fondo se sentía completamente tranquilo de saber por fin algo que por mucho tiempo lo estuvo martirizando.

Una vez que habían terminado el desayuno Anthony y su familia estaban listos para partir rumbo a Chicago. La tía abuela se había ido el día anterior alegando que no podía estar en el mismo lugar que el actor.

-¿Esperarás a Stear? – Preguntó Anthony a Archie, quien se quedaba en Lakewood para cuidar a Patricia.

-Así es, espero que ahora sí se decida a regresar. – Dijo Archie un poco enfadado por no saber nada de su hermano.

-Cuídala mucho. – Le dijo Anthony refiriéndose a Patty, quien podría notarse que había bajado de peso.

-No te preocupes, estaré al pendiente de ella. – Dijo Archie seguro que así sería. Se sentía con la obligación de cuidar a su cuñada y a su sobrina.

Candy por su lado también se despedía de Patricia, quien le sonreía un tanto melancólica porque extrañaba a su prometido.

-Tranquila Patricia, te aseguro que Stear también te extraña mucho. – Le decía Candy para darle ánimo de esperar un poco más.

-¿Y si se encuentra con la joven Patricia? – Preguntó Patty un tanto celosa por reconocer que podría ser posible que su prometido sintiera algo de atracción por alguien más joven que ella. – Tú misma me has dicho que la conexión que existía entre Candy joven y Anthony era muy fuerte. - Dijo Patty con temor de que así fuera. Candy sonrió con ternura a su amiga.

-Y no puedo negarlo. – Dijo Candy sin querer preocupar más a su amiga. – Pero también la conexión que existía entre el joven Anthony y yo era muy fuerte. – Dijo Candy revelando que también ella había estado en apuros al estar cerca de aquel joven.

-¡Lo ves! – Dijo Patricia impaciente.

-Pero algo si te digo Patty. – Le dijo Candy con ternura. – Pude darme cuenta de la calidad de personas que son en esa línea del tiempo. – Dijo Candy segura de lo que había percibido. – Tal vez es porque ambos son de 1916, pero te aseguro que ninguno de ellos es capaz de aceptar un amorío con alguien que está comprometido. – Dijo de nuevo la rubia, asegurándole a su amiga que la calidad moral de aquella época distaba mucho de ser como la que ellas conocían.

-¿Estás segura? – Preguntó Patricia no muy convencida de ello.

-Te lo aseguro, y puedes estar segura de que Stear te ama y te respeta demasiado. – Dijo para calma de la joven quien sonrió agradecida por las palabras de su amiga. Patty no sabía qué sucedía con ella, siempre había sido una joven muy segura, pero desde que se había enterado de su embarazo y de saber que Stear no regresaba la tenía muy inquieta.

-Gracias Candy. – Le dijo sonriendo, agradecida por recordarle que Stear era un joven leal y siempre la había respetado.

Candy la abrazó con fuerza y se despidió de ella, para después dirigirse hasta Archie y también abrazarlo con cariño a pesar de las diferencias entre ellos.

-Cuídala mucho Archie. – Le dijo la rubia como advertencia. Archie sonrió de lado y asintió seguro que así lo haría.

Alexander iba feliz de regresar a Chicago con sus padres, sin embargo también deseaba que la semana se pasara volando para poder regresar de nuevo a Lakewood y saber si su tío Stear había regresado por fin de su viaje.

El camino fue tranquilo para la pareja y pronto llegaban a su mansión.

-Bajen todo el equipaje por favor Paul. – Dijo Anthony a su empleado de confianza, quien los recibía con una gran sonrisa de bienvenida.

-Por supuesto doctor Brower, sean ustedes bienvenidos. – Dijo el hombre con una sonrisa, indicando a los demás empleados que los ayudaran a bajar las pocas maletas que habían traído.

-¿Cómo está todo? – Preguntó Anthony para saber qué había ocurrido en su ausencia.

-Nada fuera de lo común doctor. – Dijo Paul con respeto. – Las llamadas normales del hospital y la insistencia de saber cuándo regresarían. - Anthony asintió y permitió que el empleado se retirara.

-¿Alguna novedad? – Preguntó Candy acercándose a su esposo. Anthony la abrazó por la cintura y negó tranquilo.

-Ninguna, solo las llamadas para saber cuándo regresaríamos al hospital. - Dijo para informar a su esposa. Candy sonrió y besó sus labios mientras Alexander entraba corriendo a su casa. – Vamos a descansar un momento. - Dijo Anthony a su esposa para convencerla que descansara antes de ir a ver a Annie, si la conocía bien sabía que quería ir de inmediato.

-Pero yo quisiera ir de una vez a ver a Annie. – Dijo Candy impaciente por comenzar su investigación.

-Tranquila amor, además no sabes si Annie está en la ciudad. – Dijo Anthony para convencerla de que esperara un momento. Candy tomó su celular y mostró la página donde generalmente Annie anunciaba cada uno de sus movimientos. Anthony sonrió por la astucia de su mujer.

-Bien, pero acompáñame a comer. – Le dijo tomándola de la mano para dirigirla hasta el interior de su mansión. – Sabes que estaré más tranquilo. – Le dijo de nuevo. Candy asintió sonriendo para complacerlo, no podía negarle nada a esa hermosa mirada que le dirigía.

Terminaron de comer los tres juntos en familia, como siempre lo hacían, mientras Alexander con toda la inocencia que poseía continuaba con su postre favorito.

-Creo que iré de una vez. – Dijo Candy levantándose de la mesa.

-¿De verdad no quieres que vaya contigo? – Preguntó una vez más Anthony, él también deseaba saber si aquel niño era hijo de su primo y además temía que la joven hiciera algún desplante a su mujer por el tiempo que habían pasado distanciadas. Candy besó con un tierno beso los labios de su esposo.

-De verdad amor, no te preocupes por mí. – Le dijo Candy segura de que prefería ir sola, asegurándole que no tenía por qué preocuparse. Anthony asintió resignado a dejarla ir sola.

La rubia salió un poco después de la mansión rumbo hacia donde sabía vivía su amiga. El elegante automóvil que conducía poco a poco se fue adentrando a las transitadas calles de Chicago. Candy suspiró al haberse acostumbrado a la tranquila Chicago del pasado.

-Era una ventaja no tener tanto ruido. – Decía suspirando mientras esperaba que la luz roja cambiara para ver si esta vez podía avanzar.

Poco a poco comenzó a alejarse de los suburbios para adentrarse al centro de la ciudad, lugar donde la joven Annie se había establecido para vivir. Su fama en las redes sociales la obligaba a vivir casi en el centro de Chicago, lugar en donde había más edificios y condominios y donde la gente no tenía un patio para que sus hijos respiraran el aire puro.

Candy introdujo su vehículo a la elegante torre donde se encontraba el lujoso pent-house de su antigua amiga, buscó un lugar donde estacionarse y se dirigió hasta los elevadores que la llevarían hasta el piso de la joven. Parecía más el corporativo Andrew que unos condominios para vivir. Los nervios de la rubia poco a poco se fueron acentuando al saber que pronto estaría frente a ella. Rogaba poder encontrarla.

Tocó el timbre con el mismo nerviosismo que la había acompañado desde que estacionó su auto. Todo estaba en silencio, no parecía que minutos antes hubiera estado afuera de la bulliciosa ciudad. Todo ahí era calma y ninguna persona se veía a su alrededor. Suspiró decepcionada al pensar que tal vez no había nadie en el interior de aquel lujoso departamento.

La puerta se abrió ligeramente y una pequeña sombra se asomó por la puerta haciéndole una señal de que guardara silencio.

-Hola. – Dijo Candy con una sonrisa al ver que el pequeño que le abría la puerta no podría ser otro más que el hijo de Annie.

-No hagas ruido. – Dijo el pequeño quien la tomaba de la mano para llevarla al interior. Candy se sorprendió por la manera en la que aquel pequeño le hablaba. – Mi mamá está grabando un video. – Le dijo de nuevo para informarle el motivo de su silencio.

-Lo siento. – Le dijo Candy lo más bajito que pudo hablar y el pequeño la llevó a una sala donde le indicó que podía sentarse.

El pequeño comenzó a jugar en silencio con sus juguetes intentando no hacer mucho ruido. Candy lo observaba enternecida, sorprendida por la madurez con la que aquel pequeño actuaba ante el trabajo que sabía tenía su mamá.

Annie era una especie de influencer que se dedicaba a compartir videos de cocina, algo que se le daba muy bien desde que era pequeña y eso le había ayudado a aumentar su fortuna personal.

Candy admiraba al pequeño frente a ella y poco a poco comenzó a ponerle más y más atención. Observó sus ojos azules que eran idénticos a los de su mamá, observó sus cabellos negros y lacios que caían en sus ojos cubriéndolos un poco. Observó su comportamiento y de pronto lo vio hacer una mueca con sus labios, una mueca que ella conocía muy bien en su primo el diseñador.

-¡Archie! – Dijo Candy sorprendida al ver que aquel pequeño cada que lo veía se parecía cada vez más a su primo. Solo los ojos y el color de su cabello había heredado de su madre, sin embargo la sonrisa, los gestos y la forma en la que la miraba era como estar viendo al mismísimo diseñador pero con cabellos negros. En ese momento Candy comprendió que no era necesaria una prueba de ADN para confirmar que efectivamente Annie había dicho la verdad y que aquel pequeño que jugaba en silencio frente a ella era hijo de su primo.

-Axel, puedes venir un momento por favor. – Dijo de pronto la voz de Annie, quien llamaba a su hijo.

-¡Voy mamá! – Dijo el pequeño mini Archie levantándose de su lugar para ir hasta dónde lo llamaba su mamá. Momentos después llegó de nuevo a su lado.

-¿Le dijiste que estoy aquí? – Preguntó Candy con la voz aún queda al pensar que no podía hablar todavía.

-Mi mami aún no termina. – Le dijo el pequeño con una sonrisa. – Solo quería que la ayudara a mover la cámara. – Dijo con madurez, se notaba que el pequeño le ayudaba a Annie con la grabación, sin embargo ella estaba segura que Annie jamás lo había mostrado alguna vez a la cámara.

-¿Sabes que es muy peligroso abrir la puerta a un desconocido? – Le dijo Candy al pequeño quién la miró un poco confundido.

-No eres un desconocido. – Dijo Axel de manera relajada. Levantándose de su lugar para acercarse a Candy. - ¿Me ayudas por favor? – Le dijo a la rubia quien lo veía con interés. Candy puso el dedo en donde el pequeño le decía y pronto volvió a su lugar.

-¿Tú me conoces? – Preguntó Candy sorprendida por las palabras de aquel pequeño que tenía cierto aire a su hijo.

-Eres Candy Brower, la amiga de mi mamá. – Dijo Axel levantando sus hombros con despreocupación mientras continuaba intentando embonar otra de las piezas que tenía en la mesa. Candy abrió los ojos sorprendida porque aquel pequeño sabía de ella, de pronto se sintió culpable porque su hijo conocía a su antigua hermana solamente por los videos que la sorprendía viendo cuando tenía tiempo. – Listo. – Dijo el pequeño colocando aquel objeto extraño en su mano.

-Qué bonito reloj. – Dijo Candy suponiendo que aquello que tenía el niño en su mano era un reloj que él mismo había hecho.

-No es un reloj. – Dijo el niño acomodando aquel artefacto en su muñeca, el cual de pronto se abrió y volvió a cerrarse. Candy lo miró extrañada, sabía que no era un reloj, pero asumió que era lo que trataba de hacer el pequeño.

-¿Entonces qué es? – Preguntó Candy curiosa por saber qué era aquello que había hecho.

-Es un atrapa pokemón. – Dijo el pequeño emocionado por lo que había "inventado". Candy lo miró con ternura y sonrió por su inocencia, era igual de inteligente que su hijo. La rubia suspiró al imaginarse que podrían llevarse muy bien entre ellos. - ¿Tú sabes dónde está mi papá? – Preguntó Axel de pronto a la rubia. Candy abrió los ojos sorprendida, no sabía si Annie le había hablado de su padre.

-¿Sabes quién es tú papá? – Preguntó Candy con delicadeza, intentando no echar a perder lo que Annie le había confesado a su hijo.

-Mi papá es el diseñador de modas Archivald Cornwell Andrew. – Dijo el pequeño fijando sus ojos en Candy, quien lo miraba sin poder evitar recordar al gatito cuando la miraba de esa forma.

-¿Y tú quieres conocer a tú papá? – Preguntó Candy sorprendida por la manera en la que aquel niño hablaba, no cabía duda que los niños no eran como los de antes, ya que este pequeño al igual que su hijo era bastante inteligente.

-La verdad no sé si él quiere conocerme a mí. – Dijo Axel intentando ser indiferente, pero a pesar de la madurez que tenía a su corta edad, no podía evitar que la inocencia de sus escasos cinco años saliera a flote. – Mi mamá nunca sabe dónde está o no quiere decirme, y eso me hace suponer que él no quiere verme. – Dijo de nuevo informándole a Candy de esa forma lo que Annie le había dicho acerca de él.

-Axel, nos puedes dejar solas. – Dijo Annie de pronto. Candy se levantó sorprendida por haber sido descubierta de esa manera por su antigua hermana.

-¡Annie! – Dijo Candy con sorpresa.

-Hola Candy. – Le dijo Annie con una sonrisa melancólica. – Más tarde hablamos. – Le dijo Annie a su hijo quien le sonrió disculpándose por haber abierto la puerta sin su consentimiento.

-No lo regañes. – Le dijo Candy intentando que el pequeño Axel no tuviera problemas con su mamá. – Es mi culpa, yo le dije que me dejara pasar. – Dijo Candy intentando ser la responsable de todo.

-Axel es un niño muy inteligente Candy. – Le dijo Annie segura de ellos. – Él sabe quién eres tú y como podrás haberte dado cuenta sabe quién es su padre. - Dijo Annie indicándole a Candy que tomara asiento de nuevo. Candy se sentó una vez que Annie se sentó cerca del lugar en donde había estado su pequeño.

-Gracias por hablarle de mí. – Dijo Candy avergonzada con ella por no haberla buscado antes.

-Axel hace un año comenzó a cuestionarse por su padre, por mi familia… es decir… conoce a sus abuelos… - Dijo un poco incómoda al no saber qué pensaría Candy por continuar considerándola su familia. – Pero él sabe que todo niño nace de una papá y de una mamá… encontró fotos nuestras en mi habitación… y también de Archie… - Dijo Annie explicando un poco apenada por haber dicho a su hijo la verdad.

-No tienes que avergonzarte Annie, al contrario yo soy la que debo sentir vergüenza por no haber venido antes. – Dijo Candy bajando su mirada con sufrimiento.

-No te preocupes Candy… te entiendo… - Le dijo Annie con una sonrisa de lado. - ¿Y qué te parece Axel? – Le preguntó de pronto. Candy abrió sus ojos al ver que aquella joven la trataba sin rencor alguno.

-Se parece mucho a su papá… y a su tío Stear… - Dijo Candy recordando que el pequeño tenía cierto interés en los inventos.

-Archie no cree que sea su hijo. – Dijo Annie sin poder evitar que unas lágrimas cayeran de sus lindos ojos, los cuales se nublaban demostrando que aún estaba herida por el comportamiento del diseñador. – Terry lo convenció que no era suyo… y yo… yo no he tenido el valor de decirle a Axel que él lo ha negado. – Dijo Annie intentando serenarse. Candy sentía que su corazón se estrujaba al escucharla hablar.

-Archie ha sido un tonto… - Dijo Candy igual de conmovida que Annie, acercándose a ella para intentar calmarla.

-No sé si ha sido un tonto o no… - Dijo Annie recargada en el hombro de Candy. – Yo también cometí muchos errores, sin embargo Axel no tiene la culpa de ello. – Dijo reconociendo que cuando era joven había intentado de obligar a Archie para que se casara con ella.

-Pero él jamás debió dudar de ti. – Dijo Candy segura de que Annie hubiese sido incapaz de engañarlo. – Y yo no debí de haberme alejado de ti Annie. – Dijo la rubia aún más arrepentida de haberse alejado de ella.

-Tú tienes tú familia Candy. – Dijo Annie comprensiva. – Tienes tú trabajo y los días nos absorben y cuando menos te das cuenta han pasado los años. – Dijo de nuevo la pelinegra. – Y ese mismo tiempo es que está llevando a Axel a investigar más acerca de su padre. – Dijo de nuevo la joven influencer. Candy le sonrió con ternura. – Hace días que he querido buscarte para que me ayudes. – Dijo ante el asombro de la rubia, quien se sorprendía porque también tenía días queriendo contactarla.

-¿Ayudarte? – Preguntó Candy deseando que la ayuda que Annie quería fuera acercarla a Archie, ya que así sería mucho más sencillo porque era a lo que ella había ido. Annie asintió.

-Quiero que me ayudes a convencer a Archie de que conozca a Axel. – Dijo Annie levantándose de su lugar impaciente para rogarle Candy que le ayudara. - ¡Por favor Candy! ¡No sabes lo difícil que es esconderle a tú hijo que su padre no quiso reconocerlo! ¡Cada vez me cuesta más convencerlo que está tan ocupado que no tiene tiempo de venir a verlo¡ ¡Él ya no me cree! – Decía la joven desesperada. Candy la miraba segura de que el pequeño Axel sabía más de lo que ella misma creía.

-Tranquilízate Annie, por eso estoy aquí… -Dijo Candy poniéndose de pie para revelar el motivo de su visita. Annie guardó silencio para escuchar a su hermana. – He venido para pedirte que por favor permitas a Archie convivir con su hijo. – Dijo Candy con súplica.

-¿Él quiere conocerlo? – Preguntó Annie con cierto alivio en su pecho.

-Archie quiere saber si Axel es… su hijo… - Dijo Candy con pena.

-¿Aún lo duda…? – Preguntó Annie con decepción, sin embargo sabía bien que él siempre había dudado de ella. – A pesar de todo lo que vivimos juntos… sigue dudando… - Dijo Annie limpiándose las lágrimas con cierto pesar en su voz.

-Pero pronto se dará cuenta que realmente lo es Annie… - Dijo Candy intentando darle esperanza.

-¿Y cómo Candy…? – Preguntó Annie con tristeza. – Necesitará más que una sonrisa, un gesto o una mirada para encontrar el parecido entre ellos. – Dijo la pelinegra recordando que el rostro de su hijo era del de su amado Archie, porque ella a pesar de todo aún tenía sentimientos por aquel joven que la había despreciado porque en el pasado creyó tontamente que saliendo con otros jóvenes lo haría ponerse celoso y volvería hacía ella… qué equivocada estaba ya que eso mismo fue lo que terminó de alejarlo de ella, arrojándolo en brazos de otra persona que lo había convencido que ella no lo merecía.

-¿Y si le hacemos una prueba de ADN? – Preguntó Candy con temor de que ella se ofendiera. Annie abrió los ojos esperanzada.

-¿Y si él se niega a hacerla? – Preguntó estando dispuesta a hacerla.

-No lo hará Annie… - Dijo Candy abrazando a la joven para tranquilizarla.

-¡Gracias Candy! – Dijo Annie correspondiendo con fuerza a ese abrazo. -¡No sabes cuánto me arrepiento de no haberte buscado antes! – Dijo sintiéndose más tranquila de que la rubia la estuviera apoyando como lo había hecho cuando niñas. Candy sonrió aliviada, pensando que ese había sido el momento correcto de hacer las cosas, ya que antes Archie no lo hubiera permitido.

Candy miró a su hermana con ternura, recordando en su mirada aquella mirada temerosa que ella siempre había tenido, una mirada muy diferente a la que ella reflejaba en sus videos, donde parecía una persona segura e independiente. Annie seguía siendo la misma chica miedosa que ella recordaba de niña.

-¿Cómo están tus padres Annie? – Preguntó Candy intentando hacer plática de algo más, quería saber todo sobre ella en esos años que no habían tenido contacto. Annie suspiró y bajó su rostro afligido.

-Mis padres se fueron a vivir a Londres. – Dijo Annie con nostalgia, podía verse en sus ojos que estaba triste por ello. – Querían que me fuera a vivir con ellos para esconder de todos mi embarazo. – Dijo Annie con pena. – Sin embargo no quise ir con ellos… - Reveló con cierta nostalgia.

-¿Y no ven a Axel? – Preguntó Candy sorprendida porque a pesar de que Annie había sido adoptada un poco mayor que Axel, comprendía que para un niño era muy difícil crecer prácticamente sin familia. Aunque crecer con su mamá era mucho más de lo que ellas habían tenido de niñas.

-Hemos ido en vacaciones. – Dijo Annie con una sonrisa de lado. – Mi papá adora a Axel, y Axel a él. – Decía la pelinegra ahora con una sonrisa, recordando que su hijo era muy feliz con su padre.

-Lo siento mucho Annie. – Dijo Candy al ver que su expresión cambió un poco al recordar a su madre.

-No… ella también lo quiere mucho… - Dijo Annie asegurando que su madre también quería mucho a su hijo. – Solo que… aún no me perdona que no haya sabido retener a Archie… - Dijo con vergüenza, le avergonzaba confesar que gran parte de su obsesión por Archie había sido alimentada por su madre.

-Annie, sabes muy bien que es imposible retener a una persona a la fuerza… - Dijo Candy abrazándola nuevamente para reconfortarla.

-Lo sé Candy… ahora lo sé… - Dijo Annie con una sonrisa tímida. – Pero te aseguro que no era mi intención cuando le avisé de Axel. – Dijo sincera, porque cuando se había dado cuenta que estaba embarazada ya había aceptado que Archie no sería para ella. – Fui a decirle porque creí que tenía derecho a saber que sería padre… y porque… porque creía que mi hijo no tenía la culpa de nuestros errores. – Dijo Annie limpiando una lágrima de su rostro. Candy sintió un nudo en su estómago al verla tan frágil como antes.

-Por supuesto que no Annie, Axel no tiene la culpa de lo que sucedió entre tú y él. – Dijo Candy segura de proteger ahora a ese pequeño que sabía bien era su familia y no solo porque era un Andrew, sino porque era el hijo de su hermana, tontamente había creído la falsa imagen que Annie reflejaba en sus videos sin imaginarse que realmente era eso, una imagen fabricada por la fama y la mentira de los medios.

El teléfono de Candy sonó en ese momento y la rubia pudo ver que era Anthony quien le marcaba.

-Hola amor. - Respondió intentando no hablar muy fuerte. – Sí… estoy bien… con Annie… - Decía Candy respondiendo a las preguntas que le hacía Anthony al otro lado de la línea. - ¿Y Alexander?... muy bien… te veo luego… - Decía Candy de nuevo antes de colgar la llamada.

-¿Cómo está Anthony? – Preguntó Annie intentando sonreír nuevamente.

-Muy bien Annie, te manda saludos. – Dijo Candy con una sonrisa. Annie respondió a su sonrisa.

-¿Y tu hijo? – Preguntó Annie también con pena por no haber intentado acercarse a ella para saber de su hijo.

-Alexander. – Dijo Candy con orgullo al recordar al precoz hijo que tenía, al parecer muy similar a Axel quien demostraba que era muy inteligente para su edad.

-Que hermoso nombre. – Dijo Annie con una sonrisa.

-Mamá ¿Me puedes ayudar? – Dijo Axel de pronto, quien salía extendiendo su brazo para mostrar a su mamá que tenía un problema con el "atrapa pokemón" que había inventado. Annie sonrió al ver que su hijo no podía quitarse aquel artefacto.

-¿Qué sucedió hijo? – Preguntó Annie con una sonrisa al pequeño.

-Creo que lo usé de más. – Dijo el pequeño mientras veía como su madre lo ayudaba a deshacerse de él.

-Creo que tú y mi hijo podrían llevarse muy bien. – Dijo Candy observando el cariño con el que Annie trataba a su hijo.

-¿Dónde está tú hijo? – Preguntó Axel al escuchar a la rubia decir que se llevaría bien con su hijo.

-En estos momentos su papá lo está cuidando. – Dijo Candy con inocencia, sin imaginar que revelar esa verdad haría que Axel sintiera más curiosidad.

-¿Y mi papá está con ellos? – Preguntó curioso por saber de su padre. Candy podía sentir que Axel estaba decidido a saber dónde localizar a su padre. Annie abrió los ojos con asombro ya que tenía días que estaba obsesionado con saber de su padre y ella siempre le decía que no estaba en la ciudad.

-No. – Respondió Candy con tranquilidad, colocándose a la altura del pequeño para responderle con mayor seguridad. – Tú papá no está en la ciudad, pero si tú mamá está de acuerdo te puedo llevar para que juegues con Alexander. – Dijo Candy deseosa de que Annie estuviera de acuerdo con ello.

-¿Alexander es tú hijo? – Preguntó el pequeño a Candy. Candy asintió en respuesta. – Creo que me gustaría tener un amigo de mi edad. – Dijo Axel mirando a su mamá como pidiéndole permiso.

-Pero yo tengo todavía muchas cosas qué hacer. – Dijo Annie quien tenía que terminar de editar su video para poder subirlo a las redes. Después de haber tenido a Axel alguien le sugirió que compartiera sus recetas en las redes sociales y así obtendría alguna ganancia, eso le había ayudado a salir adelante cuando sus padres la habían dejado al irse a Londres.

-Te prometo que lo traeré temprano Annie. – Le dijo Candy con la misma súplica que Axel hacía con sus bellos ojos azules. Annie asintió confiando en Candy, sabía bien que ella sería incapaz de lastimar a su hijo.

-Muy bien, pero te advierto que deberás portarte bien. – Dijo Annie como recomendación a su hijo. Este asintió con una gran sonrisa, ilusionado porque por primera vez saldría sin su mamá. – Cuídalo mucho Candy. – Dijo Annie un poco nerviosa y ansiosa, era la primera vez que permitía que su hijo saliera con otra persona que no fuese ella. Lo había mantenido oculto de las personas que se dedicaban a investigar la vida de los "famosos" en la red, tanto así que ninguno de los Andrew, había visto jamás el rostro de Axel, Candy era la primera que lo veía y porque había ido hasta su casa para poder hacerlo.

Candy comenzó a conducir fuera de la ciudad y el pequeño Axel maravillado veía como las casas cada vez eran más espaciadas, las propiedades se agrandaban y el pasto verde y las flores adornaban a su alrededor.

-¡Que casas tan grandes! – Decía emocionado, acostumbrado solamente a estar en su departamento y en la mansión de Londres de sus abuelos, que era donde más disfrutaba de la libertad.

-¿Te gustan? – Preguntó Candy emocionada por ver el rostro de alegría del pequeño, era como ver a Archie y a Annie al mismo tiempo.

-¡Son hermosas! Mi abuelito tiene también una muy grande en Londres. – Decía sin dejar de ver por la ventana. Candy se adentró rápidamente por un sendero que la dirigía hasta su mansión. La puerta se abrió automáticamente y el auto continuó avanzando por un enorme y hermoso jardín lleno de flores y rosas.

-¡La mansión de las rosas! – Dijo Axel creyendo que aquel lugar era aquel del que su madre le había platicado algún día.

-Hemos llegado. – Dijo Candy sin querer decepcionar al pequeño de que esa mansión no era la mansión que creía, sino que era aquella en la que su padre estaba "resguardado".

-Un día te llevaré a la mansión de las rosas. – Le dijo Candy ayudándolo a bajar del auto. Axel asintió y tomó la mano de Candy un tanto nervioso al sentir ahora sí la ausencia de su mamá.

-¡Mamá! – Se escuchó de pronto el grito de Alexander quien corría por el jardín lateral hasta ella. Había escuchado el auto de su madre y se le había adelantado a Anthony quien caminaba deprisa detrás de él para intentar alcanzarlo.

-¡Hola mi amor! – Le dijo Candy soltando un momento la mano de Axel para abrazar a su hijo. Alexander miró a Axel con curiosidad una vez que pasó el entusiasmo. – Alexander él es Axel Cornwell. – Dijo Candy para presentar al pequeño hijo de su hermana.

-Britter. – Dijo Axel corrigiendo a la rubia. Candy sintió en ese momento culpa por su descuido.

-Hola, yo soy Alexander Brower. – Le dijo Alexander de pronto salvando un poco la situación de su madre.

-Hola Alexander, yo soy Axel Britter. – Dijo con una sonrisa el pequeño Axel.

-Y él es mi papá. – Dijo Alexander presentando a su padre quien llegaba algo sorprendido por la presencia del pequeño, ya que no se imaginaba que Candy lo llevaría consigo. Axel sonrió a Anthony y este correspondió a su sonrisa.

-Hola Axel. – Le dijo Anthony extendiendo su mano como cuando saludaba a su hijo.

-Vamos a jugar. – Dijo Alexander emocionado, tomando a Axel de la mano quien quitando un poco la timidez del momento siguió al pequeño rubio.

Candy y Anthony observaron como el par de pequeños comenzaban a correr por el jardín mientras reían e intentaban alcanzar las mariposas que habían comenzado su vuelo asustadas por la risa y los movimientos de los pequeños. Anthony miró a Candy y ella entendió su pregunta.

-No me puedes decir que no es idéntico a él. – Dijo Candy a su esposo, quien le sonrió imaginándose lo que había sucedido en el departamento de Annie.

-Tienes razón amor, Archie sería un tonto si no reconoce que ese pequeño es una copia exacta de él y al mismo tiempo de Annie. – Dijo Anthony abrazando a su esposa, sintiéndose igualmente culpable que Candy cuando veía correr al pequeño que había crecido lejos de su padre.

Anthony y su familia entraron a la mansión junto a Axel, quien se sentía como en casa, estaban listos para merendar cuando escucharon el llamado de la puerta.

-¿Dónde está Candy? – Preguntó la matriarca con su habitual timbre de voz. La vieja Elroy comenzó a caminar por la casa hasta el comedor donde le habían indicado que estaba la rubia. - ¿Cómo te fue Candy? ¿Annie aceptó? ¿Qué te dijo? – Preguntaba la mayor sin llegar aún hasta el comedor.

-Buenas tardes tía abuela. – Dijo Anthony para intentar detener sus preguntas.

-Lo siento buenas tardes. – Dijo Elroy fatigada por la manera tan apurada de caminar. Su alegato se detuvo de pronto y sus ojos se posaron en el pequeño que la miraba con los ojos bien abiertos sorprendido por su presencia. - ¿Es él…? – Preguntó conmovida a Candy, quien asintió con su mirada para responder a la mayor, quien de pronto tenía los ojos acuosos por la emoción. La sangre llama decían por ahí y Elroy acababa de comprobarlo.

-Hola abuelita Elroy. – Dijo Alexander levantándose a saludar a su abuela, quien lo abrazaba sin perder de vista al pequeño Axel. – Él es mi primo Axel. – Dijo presentando a su primo con gusto.

-¿También eres mi abuelita? – Preguntó Axel con inocencia, acercándose a Elroy quien estaba totalmente conmovida.

-Sí mi niño, también soy tu abuelita. – Dijo Elroy abrazando a Axel quien se sentía extraño de conocer repentinamente a más miembros de su familia. Elroy observaba a Anthony y a Candy, segura de que ellos también estaban convencidos de que aquel inocente niño era hijo de Archie, no podían negarlo, sus ojos que tal vez eran azules tenían la misma mirada vivaracha de Archie, sus gestos, sus facciones, su corte de cabello excepto su color gritaba que era Archie en pequeño.

Candy y Anthony estaban realmente conmovidos por la escena que presenciaban, en la que podían ver que la dura Elroy una vez más se doblegaba ante la ternura que le proporcionaban Alexander y ahora Axel.

Continuará…

Hasta aquí llegamos el día de hoy, espero que les haya gustado el capítulo. Muchas gracias por sus comenarios y por sus buenos deseos.

Julie-Andley-00:

Hola hermosa! tienes razón el acercamiento entre Stear y Patty es más rápido, creo que era necesario para no atrasar la historia. Alguien los está vigilando y al parecer iba sobre Candy, hay que esperar para ver quien está al acecho. Me alegra mucho que estés atrapada entre las líneas del tiempo jjijijiji así estoy yo también en estos momentos, disfrutando cada capítulo. Te mando un fuerte abrazo amiga y espero que te haya gustado este capítulo.

TeamColombia:

Hola hermosas, cómo están? ´¿Cómo les fue el fin de semana? Espero que muy bien, muchas gracias por leer y muchas más gracias por sus comentarios, gracias por dejarme un comentario en el que expresan lo que sienten al momento de leer, me gusta que opinen que se imaginen lo que sigue y me gusta leer cada uno de ellos. Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes hermosas.

Cla1969:

Ciao bella, grazie mille per il tuo commento. Hai ragione, stanno accadendo cose strane, ci sono ancora cose da scoprire sui "viaggi tra le linee temporali" e queste belle persone ne soffrono.

Grazie mille per aver letto e prestato attenzione agli aggiornamenti, ti mando un grande abbraccio amico mio.

Rose1404:

Hola hermosa, me alegro que estés muy bien yme alegro mucho más que tú pequeño acompañante esté a tu lado. Para mí también es un placer leer tú comentario, me emociona mucho cuando comienzas a imaginar lo que está sucediendo. Creo que Patty aprendió un poco de Candy o de plano soñó tanto con otra oportunidad que no quiso desaprovecharla. Espero que te haya gustado este capítulo amiga, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones para ti y el pequeño Anthony.

Mayely León:

Hola hermosa, me alegra que te haya gustado el capítulo. Tienes razón, pobre Patty, se llevó una impresión doble y eso que esperaba sorprender a sus amigas y resultó que se encontró con puro galán a su alrededor y uno repetido! jajaja. Muchas gracias como siempre por leer amiga, te mando un fuerte abrazo.

María José M.

Hola hemosa! muchas gracias por tu paciencia, tú esperaste el doble que las demás jajajaja, lo siento no era mi intención. Tienes toda la razón, Neil es más de acechar y seguir a las personas porque no se atreve a dar la cara, pero él está en Florida, se habrá regresado? ñaca, ñaca, todo puede pasar más adelante. Me alegra que te encante la historia y que hayas leído los capítulos de corrido, pero aprecio más que te hayas tomado el tiempo de comentar cada uno de ellos. Te mando un fuerte abrazo amiga bella.

Rosario B.

Hola hermosa, un gusto saber que continúas leyendo, siento mucho haberte estresado. Te mando un fuerte abrazo.

lemh2001:

Hola hermosa! ¿Cómo estás? Muchas gracias por hacerte un campito para leer y comentar, te lo agradezco en verdad. Patty decidió sacudirse la timidez o creyó estar en un sueño y digo a este no lo dejo ir y me lo como jajaja, pobre estaba muy desubicada al ver dos Stear junto a ella, ¿Quién no? también le plantaría tremendo beso pero a los dos jajajaja. Candy era a la que querían sorprender pero ahora Anthony ha sido descubierto por esta persona, así que hay que esperar quien es el que está vigilándolos y como para qué los vigila. Espero que hayas tenido un excelente fin de semana amiga, te mando un fuerte abrazo.

Silandrew:

Hola mi hermosa amiga, no sabes el gusto que me dio leer tú comentario, me alegra que te estés recuperando de manera satisfactoria. No te preocupes yo entiendo perfectamente que primero es tú salud, así que no te preocupes cuando puedes ponerte al corriente con la lectura, cuídate mucho para que pronto puedas regresar a tu vida normal. Te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos y bendiciones bella.

Muchas gracias a todas las demás lectoras que a pesar de no comentar están presentes en la lectura, muchas gracias por leer y estar pendiente de las actualizaciones, les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.

GeoMtzR

11/09/2023.