09 | ❄ Torneo Europeo

ALEMANIA

En un elegante camerino dentro del Gran estadio Olímpico, una joven de rubios cabellos y orbes azulados se encontraba preparándose para su presentación, su rostro reflejaba enfado, dado que el día anterior Tyson y el resto de su equipo habían desafiado a los europeos a una batalla, enfrentamiento que fue aceptado por el heredero de los Jurgens con la condición que, de perder el equipo japonés, estos les cederán su lugar en el Campeonato Mundial, los japoneses aceptaron la condición por lo que la batalla se llevaría a cabo al día siguiente, sería el evento inaugural del gran Estadio Olímpico, donde la ojiazul aperturaría con su presentación. Sin embargo, esto no era lo que la molestaba. Aquel día, el equipo japonés los había sorprendido incluyéndola en el desafío, por lo que lucharían en una batalla cuatro de cuatro. Tras lo visto en el coliseo Romano, el equipo japonés deseaba enfrentarla.

"— ¿Quieren tener una ventaja? — cuestionó el centurión de Roma provocando que la europea lo observe con enfado.

Reto aceptado — espetó arrogante Robert, aduciendo que vencerían de todas formas, por lo que procedió a retirarse junto a su nuevo equipo al interior del castillo, seguido a lo lejos por una muy incómoda ojiazul.

¿Estás de acuerdo con que Aria luche en tu lugar, Enrique? — preguntó con aparente preocupación Oliver, pues el Centurión aún no había recuperado el control sobre su hydra

Aún si pierde ganaremos tres juegos de cuatro. — esbozó con aparente calma. Sin embargo, aquella déspota actitud no pareció agradar al escocés, quien lo increpa ofendido por sus palabras.

No es una persona débil — refutó

Pero no está preparada para este tipo de batalla — argumentó con inusual seriedad el rubio — Serenity es un espíritu sagrado poderoso, pero no es tan fuerte como Amphilyon.

Es verdad — meditó Oliver provocando que el escocés los observe con notorio enfado

Oye! Sólo no deseo que quede en ridículo — defendió el Centurión, al recabar en la penetrante mirada de su compañero, quien lo observaba amenazante. Sin embargo, antes que pudiera decir algo más, fue interrumpido por el estruendoso sonido de un golpe, se trataba de su hermana, cuya mano había golpeado fuertemente la pared, fue en ese momento que el Centurión pudo recabar en su presencia.

Aquellas déspotas palabras habían logrado romper la poca paciencia de la europea, quien hasta ese momento había permanecido en silencio ¿Acaso ninguno notaba su presencia?, ¿En verdad eso era lo que pensaban de ella?

¡DEJEN DE SUBESTIMARME! — gritó en claro enfado"

Había terminado de alistarse.

— Es hora — dijo observando el parpadeo de una luz que le indicaba que era momento de su presentación, estaba decidida a darle una lección a su equipo ganando su batalla.

Una vez que las compuertas se abrieron permitiendo que pueda ingresar a través de un elegante elevador al centro del estrado, fue anunciada por los presentadores, sin duda, el descendiente de los Jurgens no había reparado en gastos para el evento. Sin embargo, la ojiazul, no parecía muy complacida, por lo que únicamente procedió a esbozar una tenue sonrisa, muy similar a una mueca, para posteriormente saludar al público, quienes no tenían ninguna culpa de las disputas de su equipo. Si es que podía llamarlos de esa forma. Una vez que el árbitro culminó con la presentación del evento, abrió paso a la europea, quien portaba un elegante y largo vestido negro, con detalles plateados, el cual acentuaba su silueta, parte de su cabello estaba recogido en una larga coleta, la cual asemejaba una cascada.

Abriría el torneo cantando...

"La Noche Eterna"

— Espero que sea de su agrado. — esbozó a medida que los reflectores que iluminaban el escenario, se iban apagando dando paso a su presentación

Ritorna, ritorna,

Ritorna ai cieli,

spirito errante

(spirito errante).

Retorna, retorna

Retorna al cielo

Espíritu errante

Espíritu errante

Parlai in sogno alla figlia di Cipro,

la figlia di Cipro,

la figlia di Cipro.

Hablé en un sueño a la hija de Chipre,

la hija de Chipre,

la hija de Chipre.

Voi, a cui l'eternità

ha posto tra le braccia

la mia vita.

Tú, a quien la eternidad

a puesto en sus brazos

mi vida.

Voi, che sognate [di] un altro mondo,

[che sognate d']altre fiamme.

Tú que sueñas con otro mundo

Que sueñas con otras llamas.

Ma non so a chi appartengo,

oh riva desolata;

infelice del mio stato,

infelice [del mio] stato.

Pero no sé a dónde pertenezco.

Oh, costa desolada.

Estoy descontenta con mi estado infeliz

¡Estado infeliz!

Come chi non vede più il cielo

Guardami

ha il cuore nelle tenebre;

Ascoltami

come chi contempla

Proteggimi

Como quien ya no ve el cielo,

Mírame.

Tu corazón está en tinieblas.

Escúchame

Como quien contempla,

Protégeme.

la notte eterna...

Liberami!

La noche eterna.

Libérame.

Cada estrofa de aquella canción la hacía rememorar lo ocurrido años atrás en el inhóspito pueblo de Severodvinsk, en Rusia.

«—Gracias por ayudarme. — dijo una pequeña de cortos y rubios cabellos a un pelirrojo de gélida mirada.

...De nada — respondió con parsimonia

¿Cuál es tu nombre?

Yuriy Ivanov»

¿Por qué continuaba pensando en ese chico?

Abadía Valkov

En la sala de proyección, el equipo ruso se encontraba observando la apertura del torneo europeo, su objetivo era estudiar los movimientos de su adversario para destruirlo sin piedad. No obstante, uno de los presentes parecía absorto en sus pensamientos, se trataba de un pelirrojo de gélidos orbes árticos, quien parecía reconocer aquella melodía. Ignoraba si se trataba de la misma persona. Sin embargo, una extraña sensación de paz inundaba su cuerpo. Se preguntó quién era esa persona. Según Zadquiel Antonov, uno de los principales científicos encargados de la extracción y modificación genética de bestias bit, aquella joven era conocida como la Sirena de Europa.

"Aria Tornatore"

Su voz provocaba que antiguos recuerdos volvieran con fuerza a su mente.

Nieve

Una niña llorando

Una melodía

¿Por qué continuaba pensando en esa chica? No lo entendía, pero algo era cierto. Una parte de él quería volver a escucharla.

Coliseo Olímpico

El francés se encontraba luchando ferozmente contra un determinado azabache, no quería admitirlo pero no soportaría por mucho tiempo tal contraataque de su oponente, quien en un rápido movimiento había logrado desestabilizarlo provocando que el poder entre ambos espíritus sagrados colisionen entre sí, era una batalla de resistencia, el blade que dejara de girar sería el vencedor de aquel memorable encuentro, por primera vez el francés se vio abrumado, no concebía la cruda escena que sus orbes grisáceos presenciaban, Unicolyon había dejado de girar junto a su oponente.

— ¿Oliver empató? — la europea estaba atónita por el resultado, había retornado de los vestidores con el fin de cambiarse y estar lista para su batalla, la cual iniciaría después del escocés, quien en ese momento se encontraba discutiendo con el aludido

— No los subestimes, Johnny — advirtió un severo Oliver, observándolo expectante, pues conocía el temperamento e impulsividad de su compañero

— No les temo — espetó subiendo con porte retador al plato de batalla, lugar donde enfrentaría nuevamente al bicolor.

«La siguiente batalla será entre el explosivo Johnny y el impasible Kai— anunciaba Jazzman»

— Y bien, Kai. — acotó con burla — ¿Listo para perder contra mí otra vez?

— Ya veremos quién pierde. — respondió arrogante, posicionándose frente al escocés, quien lo observaba iracundo, odiaba la seguridad que mostraba.

«Concentrate, Johnny...» pensó la europea

Una vez que la batalla inició, ambos blades colisionan con fuerza entre sí, dejando entre ver la aprensión entre ambos. Sin embargo, el escocés no estaba dispuesto a extender la batalla, por lo que, sin perder tiempo, procede a invocar a su imponente lagarto, acción que fue imitada por el bicolor, quien libera el poder de su fénix en una poderosa llamarada de fuego.

— Juega mejor que antes — señaló la ojiazul observando la audaz maniobra del bicolor, cuyo contraataque logró repeler el poder de aquel furioso lagarto

El heredero de los Jurgens no comprendía tal cambio de acontecimientos, ellos eran los mejores jugadores en Europa, se suponía que no deberían tener problemas para vencer a unos aficionados, la combinación de sus fuerzas los hacía estadísticamente invencibles. Sin embargo, estaban perdiendo.

— Acabaré contigo! — gritó el escocés provocando que en un ágil movimiento, su impetuoso lagarto ahorcara al Fénix del bicolor con su cola, logrando inmovilizarlo con sus llamas. — ¡QUÉMALO SALAMALYON!

El imponente fénix no podía liberarse de aquellas llamas, las cuales parecían alimentarse de su fuego, era evidente que el escocés se estaba recuperando, haciendo tambalear más de una vez al bicolor, quien estaba perdiendo ante el vertiginoso poder de la salamandra, no había duda que el Gladiador de Glasgow era un fuerte contrincante. Si no actuaba rápido perdería el encuentro.

¿Qué puedo hacer?, pensó con frustración, se negaba a perder nuevamente contra el escocés

En aquel momento de tensión, el de gorra no pierde tiempo en advertir a su compañero que, si no podía contratacar el vehemente poder de Salamalyon, debía usarlo en su contra, haciéndole recordar su batalla contra el centurión de Roma. En un inició el bicolor se mostró enfadado por aquella intromisión. Sin embargo, procedió a utilizar la estrategia de su compañero, haciendo que su fénix se eleve sobre el cielo.

Le quitaría esa sonrisa arrogante a Johnny.

— Kai está haciendo la misma jugada que Tyson hizo cuando me ganó — advirtió el centurión provocando que el francés reaccione tratando de hacer retroceder al escocés, quien lo observa enfadado por entrometerse en su batalla.

— ¡Johnny arriba! — exclamó la europea haciendo que el escocés se fijé en su rival, aquel imponente fénix se había elevado con Salamalyon, logrando contratacarlo con fuerza en lo alto del estadio, provocando que su lagarto cayera estrellándose abruptamente fuera del plato de batalla.

"¡Kai es el ganador de

¡Este encuentro! — anunció un muy

animado Jazzman"

Ahora el equipo japonés se encontraban en la delantera ganando el segundo juego.

— Si Johnny nos hubiera escuchado — espetó iracundo el centurión

— Fue vencido por un aficionado — secundó un frustrado Oliver, aduciendo que sus reputaciones estaban en juego, eran los mejores de Europa, pero estaban perdiendo ante unos desconocidos.

Por otra parte, la europea no pudo evitar mostrarse preocupada por la reacción del escocés, quien, al perder aquel encuentro, procedió a evitar su contacto, evadiendo bruscamente su mirada hasta perderse en la oscuridad de los corredores, no quería que lo observará derrotado.

— Johnny... — susurró intentando acercarse a él, pero es interceptada por un juicioso Oliver, quien la sujeta del hombro para detenerla.

— Su orgullo está herido — explicó entendiendo que necesitaba espacio — Necesita estar solo, además pronto será tu turno.

La europea únicamente se limitó a asentir para posteriormente fijar sus profundos orbes azulados al centro del estadio, donde los presentadores procedían a anunciar el siguiente encuentro.

«¡Con ustedes la querida Sirena de Europa! ¡La determinada Aria contra el maestro de la defensa, Max! — exclamó Jazzman»

La europea procede a subir al estadio, portaba un delicado vestido romano, adornado por brazaletes y un lanzador plateado con la forma de un arco de muñeca, el cual tenía en el centro el escudo de su familia. Al verla, el japonés no pudo evitar mostrarse emocionado por el combate, ambos tenían espíritus sagrados cuyo elemento era el mar.

«¿Aria competirá? – cuestionó un extrañado Brad Best»

«Es la primera vez que la vemos en un torneo importante, Brad – apoyó Aj Topper observando el semblante del público, quienes, si bien aplaudieron su entrada, no podían evitar mostrase atónitos – ¡El público está sorprendido!»

«No acostumbra luchar, pero está supliendo a su hermano en este encuentro.»

Una vez que la batalla comenzó, la europea no dudó en ir al ataque, provocando que ambos blades impacten entre sí, era una lucha de poder, donde ninguno podía permitirse doblegarse ante el otro. Sin embargo, pese a los furiosos ataques de la europea, el rubio parece resistir todos los golpes de su oponente, ciertamente le sorprendía la agilidad de su rival, quien buscaba romper su defensa.

« Parece que Aria tiene problemas – señaló AJ – Es fuerte, pero carece de experiencia, ¿tendrá lo necesario para este torneo?»

«¿Habrá sido una correcta decisión de los Majestics? – cuestionó AJ Topper»

— Prepárate Max, porque subirá la marea — acotó la europea esbozando una sonrisa maliciosa, para posteriormente atrapar al japonés dentro de un enorme tsunami, el cual lo impacta violentamente haciéndolo tambalear.

— No, Dracil! — exclamó intentando evadir a toda costa aquel vertiginoso oleaje

«Parece que Aria se está recuperando — señaló AJ Topper, haciendo acotaciones de las batallas del rubio y de la ojiazul — El talento viene de familia, Bratt»

«Es hermana del campeón de Italia, su linaje es de campeones»

Aquellos comentarios habían logrado desconcentrar a la europea, quien por momentos comenzaba a perder el dominio sobre aquel tsunami, el cual amenazaba con acabar con el rubio.

Concéntrate, Aria⟩ pensó, tratando de ignorar sus voces. Sin embargo, estás parecían cobrar mayor fuerza, o al menos eso era lo que sentía dentro de su cabeza, la cual sacudió tratando de centrar su atención nuevamente en la batalla, en derrotar a su rival.

No podía perder.

Era perteneciente de la aristocrática familia Tornatore, cuya reputación debía mantener. Sin embargo, en ese momento, el renombre de su familia se encontraba en juego, por lo que procedió a sujetarse tenuemente la cabeza, tratando de apartar aquellas voces.

"¿Será tan fuerte como el

Centurión de Roma? — cuestionó Brad Best"

— Basta... — susurró cerrando los puños en aparente frustración, está acción no pasó desapercibida para el japonés, quien no pudo evitar exclamar un iracundo "¡SILENCIO!" logrando callar a los presentadores, quienes al igual que la europea, lo observaban con asombro

— Aria, quiero enfrentarte — espetó con decisión, deseaba una batalla donde ambos pudieran dar su máxima capacidad, sin ningún tipo de contención — no como la Sirena de Europa o la hermana de Enrique — sentenció el pecoso rubio — ¡QUIERO ENFRENTARTE COMO BLADER!

La europea no pudo evitar estremecerse ante sus palabras, había olvidado algo muy importante, y Max se lo había recordado; en el plato de batalla no era descendiente del clan Tornatore o la Sirena de Europa o la hermana del campeón de Roma y la presión que esto ejercía. Sólo era ella...

Sabía qué hacer, no sólo debía luchar por ella misma, también debía enfrentar sus propios demonios.

— Te lo agradezco, Max. — esbozó con genuino aprecio, adquiriendo una postura ofensiva, demostrando que estaba dispuesta a combatir hasta el final — Te demostraré de lo que soy capaz.

Dicho esto, la europea procedió a deshacerse del brazalete que portaba, el cual tenía como centro el escudo de su familia. No lucharía por el honor de los Tornatore, su reputación o ser reconocida por su equipo, lucharía por ella, lucharía como Aria Tornatore.

— ¡SERENITY! — exclamó invocando a una hermosa sirena, quien portaba un colosal tridente entre sus manos, por primera vez el equipo japonés podía apreciar la fortaleza e ímpetu del espíritu sagrado de la europea, quien hasta el momento no había manifestado la forma corpórea de su Sirena

En el banco del equipo europeo, los Majestics se encontraban atónitos, nunca habían presenciado a Serenity tan majestuosa e imponente como en esa batalla, donde haciendo uso de su tridente había provocado un poderoso maremoto logrando romper la defensa de su oponente, quien tuvo que liberar a su mítica tortuga negra para hacerle frente a aquel peligroso espíritu del mar, quien trataba de cazarlo para apresarlo entre sus remolinos.

— Cuídate de mí sirena, o te acabará.

— ¡No te dejaré acercarte! — exclamó el pecoso rubio tratando de esquivar los ataques de la europea y poder contraatacar. Cuando por fin pudo encontrar una abertura entre aquellos remolinos para aproximarse a su rival, se dispuso a contraatacar, era momento de pasar a la ofensiva — ¡CONTROL DE GRAVEDAD!

— ¡RÉQUIEM! — contraatacó la europea, provocando que su espíritu sagrado emitiera una bella sinfonía, aparentemente inofensiva, pero que en realidad debilita a su oponente reduciendo su poder. Con esta técnica podía destruir el blade de su adversario, no había duda que el canto de su sirena era letal.

Una vez que la mítica tortuga logra apresar a su oponente, esta transforma su bello rostro en uno terrorífico, la europea había usado el mítico canto de su sirena para neutralizar el ataque del japonés, logrando que su espíritu sagrado se paralice, dándole la oportunidad a Serenity de atacar innumerables veces con el tridente. Ante esto el rubio intentó defenderse, dándolo todo en su último ataque, este impacto entre ambas deidades marinas provocó que ambos blades impactarán bruscamente contra el plato de batalla, tambaleándose con dificultad, anunciando que en cualquier momento uno de los dos dejaría de girar.

¿Sería el del rubio o el de la europea?

Al cabo de unos tortuosos segundos, es el blade de la europea el que resiste manteniéndose en pie en el centro del estadio.

«Aria es la ganadora de este encuentro! — gritó un eufórico jazzman»

El público ovacionó a la ojiazul, quien no sólo había otorgado la primera victoria a su equipo, había obtenido respeto y reconocimiento por quién era, aduciendo que su espíritu sagrado y ella eran un verdadero equipo.

«Este fue un encuentro

inesperado. — acotó Brad Best — Ahora los Majestics y los Bladebrakers van empatados»

«No caigas en el encanto de la sirena, Brad»

"Cuídate del canto de la Sirena" rememoró un arrogante bicolor

Abadía Valkov

En un oscuro despacho, el cual era tenuemente iluminado por una pequeña lámpara, un hombre de cortas hebras púrpura se encontraba observando la batalla de los europeos en la comodidad de un mullido sillón.

— Serenity... — dijo observando con detenimiento aquel blade que aún permanecía girando a través de la pantalla, no había duda que las bestias bit Europeas eran poderosas.

Debía tenerlas en el torneo.

Sin más, aquel lúgubre hombre no dudó en ingresar nueva información a su portátil, tecleando nuevos comandos, había tomado una decisión, mandaría una invitación a los Majestics, los quería en el torneo final, sus espíritus sagrados serían una gran adquisición para Biovolt.

Coliseo Olímpico

Tyson y Robert se encontraban disputando la batalla final, el equipo vencedor participaría en el Torneo Ruso. Sin embargo, pese al descomunal poder del mayor, la batalla no era como muchos esperaban, pues el japonés había logrado hacer retroceder al heredero de los Jurgens, quien no comprendía cómo una bestia bit de clase baja podía hacerle frente a su poderoso hipogrifo, pero contra todo pronóstico, era él quien estaba perdiendo.

— ¡No Robert! — exclamó con frustración el escocés dirigiéndose a su compañero, pero antes de poder acercarse lo suficiente al plato de batalla, es detenido abruptamente por la europea, quien lo sujeta del brazo advirtiéndole que era peligroso

— Qué planeas hacer? — cuestionó

—Tengo que hacer algo, Aria. — espetó con enojo — Nuestras reputaciones están a punto de ser manchadas por unos vulgares proletarios desconocidos

Dicho esto, el escocés se dispuso a partir hacia el heredero de los Jurgens, pero antes que pudiera alejarse lo suficiente, es detenido por una lúgubre voz, se trataba de los Dark Bladers, quienes observaban malévolos la evidente caída de los europeos.

— Quédate donde estás, no permitiremos que nadie interfiera en este encuentro — sentenció Sanguinex haciendo que Sarcófagon lancé sus vendas hacia ambos. Ante aquel ataque, el gladiador de Glasgow reacciona protegiendo a la ojiazul, cubriéndola con su cuerpo para evitar que las vendas la atraparán.

— Johnny! — exclamó al ver cómo el espíritu sagrado sujetaba con rudeza al escocés, apresándolo de la muñeca con una de sus vendas.

— ¡No te muevas! — sentenció el escocés manteniéndola atrás de él

— ¿Protegiendo a tu novia? Que valiente — se burló Lupinex, reparando en la fiera mirada de aquel arrogante chico que una vez lo humilló

— No te atrevas a tocarla — amenazó

Los Dark Bladers no pudieron evitar reír con perversidad, estaban atrapados dentro de un profundo odio, el cual fue producido por los Majestics, aquellos arrogantes sujetos debían conocer la amargura de la derrota, esto les permitiría romper aquella maldición que los consumía en la oscuridad.

— Oh no, ellos de nuevo — masculló Oliver, estaba arto de aquellos sujetos, aunque muy a su pesar debía aceptar que su actuar déspota había provocado aquel profundo odió, el cual terminó por corromper a sus espíritus sagrados, cuyo elemento era la oscuridad.

— Maldición! — se quejó con frustración el Centurión ejerciendo presión sobre su blade, de su equipo era el único que estaba en condiciones físicas de luchar pero no podía ayudar a sus compañeros, no mientras no recuperara el control de Amphilyon.

Los Dark Bladers quisieron decir algo pero el sonido de una potente explosión de energía, logra llamar su atención, a lo lejos podía divisar a un exhausto japonés, sacando a un aturdido Jurgens del humo.

Tyson había ganado.

El heredero de los Jurgens observaba asombrado su derrota, pero lejos de esbozar palabras ofensivas, procede a felicitar a su rival, quizás había perdido la batalla pero el equipo japonés le había dado una importante lección sobre confianza, respeto y trabajo en equipo.

«Tyson a ganado la

batalla— exclamó Jazzman— Los Bladebreakers son los

ganadores del torneo olímpico!»

Los Majestics estaban perplejos, habían perdido. Sin embargo, no todo era negativo, habían aprendido una gran lección del equipo japonés, en especial sobre los Dark Bladers, quienes ahora podían verse liberados de aquella oscuridad que los consumia. Y de la que ellos eran responsables, por muchos años fueron considerados como los Bladers más fuertes de Europa, aquel título los cegó al punto de considerar inferior a todo aquel que no perteneciera a los cuatro representantes europeos, destruyendo en el proceso el sueño de muchos chicos, cuya entrega no era absoluta en el Beyblade, no grado de un guerrero de élite, quizás esté era el momento de comenzar de nuevo o al menos esa fue la conclusión a la que llegó el heredero de los Jurgens, estrechando su mano con la de Sanguinex, reconociendo su actuar déspota, pues para bien o para mal, ellos habían creado a los Dark Bladers.

— ¿Estás bien, Johnny? — preguntó la europea observándolo frotar con dolor su muñeca

— No es nada — dijo restándole importancia, lo que más le dolía era su orgullo

— Deberíamos mejorar nuestras habilidades de grupo — reconoció un aprendo Oliver — empezando por ti, Aria — dijo observando fijamente a la ojiazul, quien lo observaba interrogante — Lo siento.

— Yo también me disculpo... — agregó un avergonzado rubio, recordando sus palabras dichas el día anterior — nunca debí decir eso.

— Debimos confiar más en ti. — reconoció el alemán, pues de los cuatro, la ojiazul era la única que había ganado su batalla.

— Te dije que no era débil. — sentenció arrogante el escocés

La europea no pudo evitar sonreír al escuchar aquello, en verdad la aparición del equipo japonés habían traído más de un cambio a la vida de los europeos, quienes ahora conocían el verdadero significado de la palabra "equipo".

Una vez fuera del estadio Olímpico, los Majestics procedieron a felicitar al equipo japonés, aduciendo que menos que nunca podían perder en el Torneo Ruso, no después de haber derrotado a los mejores de Europa.

— ¿No falta dos de ustedes? — cuestionó Tyson notando la ausencia del escocés y la ojiazul, por lo que ante la pregunta el francés señala una esquina lejana, donde yacía la europea con un molesto escocés, quien aún se encontraba enfadado por la derrota.

— Es la única que puede calmar a Johnny cuando está enojado.— explicó Oliver observando como la aludida acariciaba con suavidad la mejilla de su compañero, provocando que este se ruborizara y desviara su atención hacia otro lado. Sin embargo, esto no pasó desapercibido para el Centurión, quien pretendía decir algo pero fue interrumpido y alejado por un divertido Oliver.

Continuará ...