Saludos lectores; les dejo otro fanfic sasuhina. Los que me conocen de mi otro fanfic, El intercambio, ya estan familiarizados con que no escribo fanfics donde esta el final cannon de Naruto. Algunos es porque los escribí hace mucho tiempo y otros es porque simplemente no soy muy amante del final lol. Así que espero que obvien los cambios a la historia original de Naruto. Como siempre; Naruto, sus personajes y mundo no son mios pero esta historia es escrita y redactada por mi. Espero que les guste y sin más demora; gracias por leerme.

Advertencias: Lenguaje soez, temas de consentimiento, contenido sexual explícito.


Capítulo 1

El vaso había sido para él, pero la tonta bebió hasta la última gota del veneno. Ahora estaban en este predicamento; viendo como la joven se retorcía en la cama, como un pez fuera del agua.

"No, tú no, tú eres el mayor de los pervertidos."

"Tienes razón, por eso no me he ofrecido."

"A mi no me miren; Temari me mataría. Además es muy problemático, no me pagan por este tipo de cosas. ¿Por qué no lo haces tú?"

"¡¿Cómo te atreves incluso sugerirlo?! ¡Somos primos!"

"Solo queda una opción entonces."

"Ni se te ocurra Kakashi-sensei. Jamás dejaría ni una bestia bajo su cuidado ¿que le hace pensar que dejaría a Hinata-Sama a merced de este traidor?"

"¿Tienes una mejor opción? Dejamos que ella tratará de resolverlo pero claramente no entiende lo que le pasa y menos sabe cómo resolver… su inconveniente. Si continúa así, puede morir. ¿Lo sabes verdad?"

El grupo quedó en silencio.

De repente sintió un escalofrío tétrico recorrer su espalda cuando noto la mirada del Hyuga posarse en él para ser imitado por el resto del grupo. Comenzaron a cuchichear entre ellos como si él no pudiera escucharlos.

"Sé que es molesto Neji pero es la mejor opción."

"¿Si la lastima?"

"No lo hará. Está en probatoria, si la hiere, es hombre muerto, él lo sabe."

"Sabes que no me refiero a eso, ¿si... si se prospasa?"

"Ni creo que esté interesado en las chicas. Creemelo, lo conozco desde niño y nada de nada. Si quieres, alguien se puede quedar a ver que no pase nada fue…"

"¡¿Pero qué idea es esa?! Ya Hinata-sama está pasando por un momento muy vergonzoso como para que también la estén mirando como un espectáculo de circo. ¡Solo a un pervertido como tú se le ocurriría algo así!"

Tardó en deducir que la única salvación de la muchacha era él. Se había desconectado parcialmente de la discusión; trataba de pensar quien sería la persona que pondría algo así en su vaso. ¿Un enemigo? o peor aún ¿una fanática desquiciada? Su interés de como solucionar el dilema de la agonizante kunoichi estaba lejos de sus prioridades.

Ya la misión se había completado y estaban de regreso, si la vida de la Hyuga estaba en riesgo, las bajas eran parte del trabajo. Ninjas morían todo el tiempo. Si uno de los cinco moría, y la misión había terminado, para él, eso era una victoria. Además ninguno de ellos estaría así por él en las mismas circunstancias. Lo más probable lo habrían dejado a su suerte, especialmente si se consideraba la naturaleza de lo que producía el veneno.

Comenzó a moverse a la salida del cuarto cuando fue sujetado fuertemente por los otros tres.

"¿A dónde crees que vas, Sasuke?" Le dijo el líder de la misión; Nara.

"Me voy a mi cuarto. Esto no me incumbe." Trató de zafarse pero sabía que era inutil resistirse; no lo dejarían en paz hasta que salvará a la compañera de equipo.

"Pero qué frío eres, Sasuke-kun; el veneno era para tí después de todo. ¿No crees que es lo menos que le debes a Hinata-chan?" Fue Kakashi quien descubrió lo que aquejaba a la Hyuga. No quería ni saber cómo su maestro sabía sobre este tipo de cosas con una sola olfateada al vaso.

"La verdad no. No es mi culpa que tomara de mi vaso." Se reunieron en la taberna del hostal a buscar suministros y comer algo decente. La muchacha regresó de asearse y él había estado ocupando el lugar de ella temporalmente, para compartir datos de la misión con el líder del equipo. Ella y él tenían algo en común, no eran de hacer drama innecesario y menos lo harían por algo tan banal como sillas; después de todo, la comida no había llegado y solo las bebidas estaban sobre la mesa.

"¡Hinata-Sama no sabía que era tu estupido vaso, tú estabas en su asiento, mal nacido!" Le dijo Neji tomándolo por el cuello de su ropa.

No trato de agredirlo, no valia la pena perder su libertad por algo tan tonto pero tampoco se quedaria callado. "¿Qué ninja bebe sin verificar que está bebiendo antes? No voy a hacer algo que no quiero porque tu prima fue descuidada."

No era personal. La muchacha no era mala kunoichi; era la primera vez que compartía misión con ella y la verdad, no había sido un inconveniente sino todo lo contrario. Primero la creyó inutil; muy suave, extremadamente timida y empalagosamente gentil, para lo que le exigía su profesión. Hasta que la vio en acción. Sus ojos eran capaces de ver distancias inimaginables con un detalle que dejó a más de uno con la boca abierta. Su dulce rostro se transformaba en uno fiero, mientras rastreaba al terrorista que buscaban, la misión no se habría podido completar sin sus talentos. Pero mejores ninjas había visto fallecer y estaba seguro, que en el futuro, vería muchos más.

"¡Hinata-Sama no tenía razones para creer que estaba bebiendo veneno, no todos son tan odiados como tú, pedazo de porqueria!" Shikamaru los separó y el Hyuga casi corrió a la cama cuando su prima comenzó a agitarse de nuevo.

"Sasuke esto es simple, está tarea se va a convertir en parte de la misión." Kakashi dijo mirando a Shikamaru, buscando aprobación de lo que acababa de decir. El jonin lo dudó por par de segundos, quizás para cuestionarse lo antiético del asunto, pero eventualmente asintió con la cabeza. "Sí te niegas, va a verse mal en tu reporte y sabes lo que pasaría si tienes una marca roja en el."

Llevaba casi dos años en la aldea. Gran parte de su tiempo en una celda, siendo juzgado, puesto a prueba, escudriñado, algunas veces hasta torturado. No quería regresar a ese punto. Cuando se creyó que era seguro tenerlo afuera, y que era beneficioso usar sus habilidades, se decidió que se tendría en libertad con condiciones de por medio. Naruto ayudó a que estas condiciones fueran limitadas pero la verdad, eran aún largas ataduras que lo tenían amarrado a pasos del encierro.

Tenía que mantener el perímetro que se le había designado, debía cumplir con sus misiones al pie de la letra, debía cooperar con la aldea en todo, debía evitar confrontaciones de toda índole. Si no hacía lo que se le solicitaba, sería examinado de nuevo y restringido, quién sabe por cuánto tiempo más.

Eso lo enloquecería.

"No puedes hacerme esto."

"Si puedo y lo estoy haciendo. Esto es serio Sasuke, tu compañera de equipo puede morir en cualquier momento." Considerando que el perpetrador había deducido su peso y tamaño, la sustancia debió ser más eficaz en la pequeña muchacha. Definitivamente moriría si no se atendía prontamente.

Esta era una de las primeras misiones que hacía desde que regresó. Siempre iba, muy acompañado, aun no confiaban del todo en él. Tenía que llevar guardián, generalmente era Naruto pero esta vez pusieron a Kakashi. Cuando escucho que el Jinchuruki estaría ocupado en la Torre Hokage, se alivió un poco, a veces Naruto era demasiado. Ahora maldecía el que deseara que este estuviera aquí y no el inescrupuloso de Kakashi.

Quería decir más pero sabía que lo pondrían como el peor del mundo por no acceder, a pesar de que era inmoral que lo forzaran cuando habían otros que podrían resolver el inconveniente. Eran todos unos miseros cobardes.

"Sasuke" Era la primera vez que Neji lo llamaba por su nombre de pila y cuando giró a verlo le desconcertó el estado del hombre. Tenía una de las manos de la Hyuga apretada fuertemente; se veía devastado. "Se que ella no te importa y entiendo que no es tu asunto pero estaré en deuda contigo, toda mi vida, si no la dejas morir. Sé que no tiene valor para ti, tómalo como un intento desesperado de un hombre que está a punto de perderlo todo. Lo haría yo pero a Hinata la destrozaría la sola idea de que fuera yo el que… Te lo suplico." Este se inclinó a besar la mano que tenía en las suyas, pálida y muy probablemente fría. Esta se agitó terriblemente soltando un quejido agonizante.

No sabía si fue lo desolados que se veían los ojos del Hyuga, que siempre lo veía como si él fuera un adefesio, si fue tentador la idea que le debiera algo, la amenaza de Kakashi o que ya no soportaba los movimientos retorcidos y ruidos que hacía la pobre desdichada en la cama.

Bajo su cabeza resignado y se alejó de la puerta. "Kakashi" solo dijo. Sabía que el ninja entendería.

"El resto salga; tengo que hablar con Sasuke primero." Nara salió pero Neji miró a su prima con indecisión, se inclinó, besó su frente y pasó al lado de ellos dos.

"Que se haga todo lo posible para salvarla pero si me entero que te excediste… serás hombre muerto Uchiha. No podré contigo solo pero si tomas ventaja de esta situación, tendrás todo un clan por tu cabeza." Lo miró con resignación y se marchó.

"Sasuke-kun. Ya escuchaste. Como tu custodio en esta misión, mi integridad está en juego también, tenemos que establecer limitaciones."

"Dejaste claro, al resto, que sabes más de lo que deberías sobre lo que sé y no sé del tema. Explicame que hacer para terminar esto ya y no acabar asesinado."

iii

Solos ahora, era una carrera contra el reloj. Miro la muchacha, que hace un minuto completó el cuarto de hora.

Se sentía acorralado; si no la atendía, lo matarían, si se extralimitaba, también terminaría siendo hombre muerto. No tenía intenciones de excederse, ni siquiera quería tocarla, pero viendo que ella no sabía ni lo que le estaba pasando, cualquier cosa era cruzar la raya.

Camino hacia la cama. Ella estaba toda encogida debajo de las sábanas. Se inclinó cerca de su cabeza. Podía sentir el calor sofocante que emitía su torso.

"Hyuga, tengo malas noticias para ti. No se si me escuchas o me entiendes pero esto es lo que está ocurriendo. Has sido envenenada por un retorcido veneno y... es incómodo hablar de esto…" Aunque no lo escuchara creía prudente explicarle. Si fuera él, en las mismas circunstancias, es lo mínimo que hubiera querido. "En pocas dosis... este veneno se conoce como un afrodisíaco. En esencia no morirías de esto, con la dosis adecuada, pero pareces tener suficiente en tu sistema como para tres hombres. Estás intoxicada, sufres una severa sobreestimulación. Podrías hacer esto sola… dime que puedes… no quiero hacer esto."

Busco su cara para ver algo, una señal de que estaba ella ahí y que le dijera que ni se le ocurriera ponerle las manos encima. Se encontró con su rostro extremadamente enrojecido, sudando tan profusamente que su flequillo estaba adherido a su frente y lleno de lo que creía, lágrimas. Sus ojos llorosos se abrieron un poco pero solo se veían nublados. Soltó un leve quejido y tembló un poco más.

Puso sus manos en su propia cara frustrado.

tu compañera de equipo puede morir en cualquier momento

Tomó aire en sus pulmones para exhalar lentamente.

No había de otra. Decidido, le quitó las sábanas; no podía perder más tiempo.

"Tu temperatura es peligrosamente alta, tu ritmo cardíaco está fuera de control y puedes caer en un paro cardíaco en cualquier momento. Nada de esto va a cambiar hasta que resolvamos el problema de la sobreestimulación y me eligieron para ayudarte." Le decía monótonamente, mientras colocaba una mano en su frente para luego tomar una de sus muñecas y confirmar lo que acababa de decir.

Se sobresaltó cuando ella sujetó su mano; había algo ahí de ella y claramente estaba pidiendo ayuda.

Pensó explicarle; como Kakashi le explicó a él, o incluso guiarla. Pero, si fue alguna vez una opción, ya no lo era, estaba muy frágil y delirante. Se sentó en la cama cerca de ella, esperando rechazo de su parte, pero fue todo lo contrario. A pesar de lo débil que estaba, se deslizó buscando otro cuerpo caliente desesperadamente.

"¡Hey espera! Espera, Hyuga jejeje. No se que piensas que va a pasar pero guarda algo de distancia." Como si no lo escuchara, permaneció pegada a él, acurrucadose aún más cerca. Fue cómico considerando que la timidez de ella los llevó a tener escasas interacciones verbales sin hablar de cero contacto físico.

Desistiendo de moverla, aprovecho para acomodarla en su regazo y notó lo empapada que estaba de sudor. Miro su ropa. Su primo la había dejado con toda la indumentaria que llevaba todo el tiempo. Asumió que por temor de tocarla en este estado, la dejó en la cama y la tapó con sábanas, como si así desapareciera el vergonzoso problema.

"Vamos a quitarte esto. Si no mueres por el veneno, seguramente vas a morir asfixiada por esta estúpida cosa." Comenzó a bajar la cremallera de la pesada chaqueta y vio una muestra de angustia en su cara pero debía quitársela; no estaba ayudando con la horrible temperatura que tenía. Ya abierta, vio la razón por la cual la llevaba puesta todo el tiempo.

Eran obscenas.

"Tsk" Encontró una jugada cruel del destino que una persona tan tímida y reservada cargará con pechos tan grandes. Sintió pena por ella. "Déjame levantarte un poco para removerla." No respondía, solo se dejaba hacer.

Ya la chaqueta fuera de vista, la apoyó mejor entre sus piernas. Ella se quedó lánguida siendo recorrida por un temblor constante. Creyó que sería desagradable, tenerla así de cerca, pero no lo era, al contrario, se sentía a gusto; parecía un gatito ronroneando.

Debía ser agradecido de una cosa; si iba a terminar en una situación como esta, que fuera con ella que con cualquiera de las otras de su generación. Si Ino hubiera estado en este predicamento ya lo hubiera desnudado y amarrado de la cama, a quien sabe hacerle que cosas. Sin embargo, la Hyuga siempre emanaba un aire de simpatía que hacía que comprendiera porque era tan querida por sus compañeros.

"No voy a tocarte más de la cuenta." La chica estaba apretando fuertemente sus piernas y sus pezones eran notables debajo de la tela. "Para ser sinceros, no creo que necesites mucho de mi."

Bajo un mano por su rodilla temblorosa y con suavidad trato de abrir las piernas. Hubo una leve resistencia. "Hinata…" creyó apropiado, bajo las circunstancias, llamarla por su nombre. "Confía en mí, prometo no lastimarte." La resistencia terminó, abriéndose ella misma.

Y como Kakashi le dijo, el solo contacto sobre su pantalón, en su entrepierna, fue suficiente para llevarla al primer orgasmo.

"Anghaaa" Hinata se contorsionó violentamente, gritando por la liberación, tuvo que sujetarla fuertemente, para que no cayera de la cama.

Lo supo en ese momento; porque ninguno quería ser el que la ayudara con su problema. Esto lo jodería de por vida. Su inexistente vida sexual, arruinada. Los otros lo sabían, tenían la experiencia para entender que esto podía convertirse en algo muy peligroso. Ver a Hinata así, por un solo toque de sus manos inexpertas, se quedaría para siempre con él.

"Shh, tranquila, tranquila; todo va a estar bien." la abrazó para tenerla de nuevo en su regazo. "Aún no hemos terminado." Según Kakashi esto podría tomar mucho tiempo, mientras más orgasmos, disminuirían las reacciones exageradas, pero necesitaría más de él para llegar, hasta que los efectos del veneno desaparecieran por completo.

Esto sería una tortura.

Regresó a abrir las piernas; sin ningún tipo de resistencia esta vez y tan pronto puso su mano entre la entrepierna, el cuerpo de ella la busco. Esta vez rozó con sus dedos sobre la tela con más presión. Hinata se aferró al brazo que la sujetaba tratando de resistirse a mover sus caderas.

"No es tu culpa. No te avergüences, solo hazlo. Sé que es el veneno actuando, sé que es algo que no quieres. Tenemos que hacer lo mejor que se pueda para que salgas de esto. Para eso estoy aquí." Le dijo cerca de su oído, teniendo su cabeza recostada en su hombro.

La pena de Hinata no le permitía demostrar lo que el veneno le producía, él no la obligaría pero debía continuar y alentarla, mientras más ella se involucrase en el proceso más rápido terminarían con esto.

Hizo el roce más rápido y más fuerte, el cuerpo de ella terminó traicinándola y sus caderas comenzaron a seguir el ritmo de su mano.

"Mng" La chica soltó un gemido entre los constantes jadeos y sus ojos buscaron automáticamente la cara de ella, Hinata tenía su cabeza mirando hacia el otro lado, evadiendo cualquier encuentro de miradas.

No la culpaba. Buscó su cara por un reflejo que desconocía, pero no debía. No estaban aquí por placer. Ella no quería estar así con él y él no lo quería tampoco. Pero el peso de su cuerpo caliente, los suaves gemidos, sus tímidos movimientos de cadera, el olor de su pelo… lo estaban afectando.

Hinata se tensó y su cuerpo fue recorrido por un temblor diferente. "mgaaa" se jamaqueó, llevando su torso hacia arriba, obligandolo a sujetarla de nuevo. Tan pronto los dos cuerpos se tocaron, Hinata se deslizó sensualmente sobre él, disfrutando del calor; pidiendo más.

Y eso era justo lo que él deseaba, aunque no lo sabía, hasta qué ocurrió. La energía que la recorrió, en el momento del éxtasis, se le contagió, siendo detonante sentirla resbalar sobre él como una gran caricia. Deslizó con deseo su mano por el muslo de ella para detenerse rápidamente, consciente de lo inapropiado que fue. Sus manos se sentían diferentes, como si tuvieran vida propia y si no se controlaba, tocarían más de la cuenta. Estaba tratando de ver la situación lo más fría e indiferente posible pero su excitación estaba creciendo.

Regresó a la carga de nuevo, con el rose torturante, descubriendo, que muy probablemente, después de esta vez, no sería suficiente tocarla sobre la tela y se avergonzó por la anticipación que lo embargó. Una parte de él sabía que no debía permitirse disfrutar esto, pero otra parte, nueva en él, estaba buscando el momento con ansias.

Otra vez Hinata llegó de manera arrebatadora; menos pudorosa, con más confianza, entregada al placer impuesto pero aun así agradable.

"Hinata" Dijo, sin reconocer su propia voz, mientras ella se deleitaba con su reciente orgasmo y esperaba por el próximo. Bajo sus dos manos, esta vez restaron en el botón del pantalón de su acompañante. Esperó por alguna protesta, por alguna queja de su parte, pero ella estaba extasiada, subyugada a lo que el veneno le pedía y él le daba. Prosiguió a abrir el pantalón. "Voy a… si no quieres…" Ella solo se aferró a las sábanas con anticipación.

Trago grueso y sin más demora, entró su mano bajo la ropa interior, descubriendo un mundo completamente desconocido anteriormente.

Se suponía que odiaría esto; tener una completa desconocida, pegajosa del sudor, sobre él, un cuerpo tan febril que sería sofocante su proximidad, tener que tocarla íntimamente, por quién sabe cuánto tiempo. Pero estaba tan excitado con todo que tuvo que recostarla en la cama para que no captará la dolorosa erección que tenía al momento.

Fue casi instantáneo; cuando sus dedos apreciaron la humedad de ella, su cuerpo reaccionó instintivamente. Quizás él también bebió del veneno. Eso explicaría el deseo de desnudarla, tocarla, besar cada tramo, entrar en ella hasta perder la razón.

Hinata se tensó cuando él metió sus dedos en su ropa interior pero tan pronto comenzó a acariciarla, entonó esa serenata de leves suspiros, que se había convertido en lo mejor que habían captado sus oídos.

Al tenerla ahora a su lado podía verla mejor. Su garganta se tornó seca, del deseo que comenzaba a manchar su metódico proceso. A pesar de estar empapada de sudor, tener el pelo alborotado y el rostro de un imposible escarlata, aún así, sus manos querían recorrerla, su boca quería besar sus labios secos y pálidos; se veía hermosa.

"Agggaaaa" Esta vez fue más un alarido lo que salió de su boca y pudo sentir como mojó aún más su mano.

Busco sus ojos, estaban apretados fuertemente, embriagada con las nuevas sensaciones…

quizás pensando en otro…

quizás pensando en Naruto.

Todos sabían que Hinata vivía prendada del futuro Hokage.

Se irritó de solo pensar que ella se estaba imaginando a otro mientras era él quien le estaba provocando todas estas cosas.

No. No era él, era el veneno.

Él era inexperto, torpe, no sabía ni lo que estaba haciendo. Hinata jamás disfrutaría sus toques estando sana. Tenía que recordar que no era un encuentro pasional sino que estaba salvándole la vida. No debía importarle lo que ella hiciera para evitar crear cualquier conexión con alguien que apenas conocía.

Puso de nuevo su mano a la carga. De entre todas las cosas que Kakashi le indicó; como no desnudarla, no besarla, o mantenerlo en sus pantalones, le dijo que no había necesidad de penetración, de ninguna índole. No era la manera de darle mayor placer y corría el riesgo de desvirgarla. Así que no lo hizo, a pesar de que todo en él le pedía a gritos, introducir sus dedos, sentir lo apretado y cálido que debía ser. Ignoró cualquier deseo pervertido y busco rozar su parte más sensible, era fácil encontrarla por su extrema excitación.

De a poco, ella comenzó un movimiento de caderas que se tornó frenético haciendo sus pechos subir y bajar. Sabía que no debía tocarlos, no sería necesario, y menos apropiado, pero no podía evitar pensar que se lo estaba pidiendo… y quería mucho tocarlos.

No era propasarse si era algo que la ayudaría a terminar más rápido. ¿no?

Sin pensarlo más, su mano libre bajó lentamente hacia uno de sus pechos y apretó con fuerza.

"Mghhaa" Hinata llegó instantáneamente, convulsionandose como no lo había hecho antes.

Había estado tratando de desentenderse de sus géneros pechos, especialmente porque sus manos picaban con deseo de apretarlos, ignorando como ella arqueaba su espalda para echarlos hacía él como si se los ofreciera, pero ya no podía hacerlo más, no después de ver su expresión de puro rapto cuando los tocó.

"Eso te gusta ¿ghm?" A él también le gustaba, ver cómo podía provocar tanto con tan poco.

Agradeció que Hinata no buscará verlo a la cara. Estaba seguro que podría ver en ella los impúdicos deseos de querer arrancarle la ropa, morder sus pezones, meter su cara entre su entrepierna y probarla.

Comenzó a masajearlos sobre la ropa, gozando lo bien que se sentían en su palma. Eran firmes, pero suaves a la vez. Sus pezones estaban imposiblemente duros y aun así cada vez que los acariciaba se hacían más duros. Mirándola a la cara, pellizco uno entre sus dedos, Hinata abrió su boca en un grito silencioso, estremeciéndose, mientras se impulsaba hacia su mano.

Le encantaban.

No lo había pensado antes, pero acababa de descubrir que era del tipo de hombre que tenía una fijación lasciva con los pechos grandes, por lo menos, en estos momentos, la tenía con los deliciosos pechos de Hinata. No podía dejar de jugar con ellos.

"Saghnnn" Hinata balbuceo algo inentendible mientras se movía sensualmente bajo sus toques. Hicieron contacto visual por unos segundos y no pudo evitar sonreírle antes de que regresara a perder la conciencia en éxtasis. Saber que estaba consciente era un alivio; estaba haciendo esto para salvarla del veneno pero aun así era desagradable tocar a alguien que creía inconsciente.

Su línea de pensamientos fue interrumpida abruptamente cuando, no sabe si fue adrede o por error, la kunoichi en medio de su orgasmo, levantó una de sus manos frías hacia él y la deslizó desde su cuello hasta su pecho expuesto.

Completa perdición.

La caricia electrizante fue mucho para él, llevaba tanto tiempo excitado que lo llevó al éxtasis junto a ella.

"Agh Hinata" tomó la mano de ella firmemente. "Cui-dado" empujó ambas manos al colchón, alejándolas como si le quemaran.

La miró frustrado; parecía que él era el único que entendía lo mucho que se estaba resistiendo. Ella continuó arqueando su cuerpo, buscando el de él, invitándolo. A pesar de haberse acabado de venir podía sentir como su dureza regresaba de solo verla así como una presa esperando ser devorada. Se acercó a su rostro, queriendo entrar su lengua en su boca, que se abría pidiendo algo que no entendía, explorarla como había estado explorando su intimidad, la presionó a la cama con todo su peso.

Si llevaba todo al extremo no sería mucho problema. Claramente era lo que le pedía el cuerpo de Hinata y su propio cuerpo lo pedía desesperadamente también; unirse de la manera más íntima y salvaje hasta saciarla. El dejar la inocencia de ella intacta era un inconveniente menor, muchas kunoichi no eran fisiológicamente vírgenes por lo físico que era el trabajo. Nadie sabría lo que pasó; los Hyugas, su guardián o la aldea. Si decía que no lo hizo y ella…

Un momento…

Ella lo sabría; Hinata lo sabría.

Aunque ella callara por vergüenza o temor, ella lo sabría y él también. Que se aprovechó de ella cuando más vulnerable estaba; aunque no sufriera consecuencias por hacerlo, no podría vivir con la culpa de que tomó ventaja de ella de esa manera. Se alejó a verla. Su rostro contorsionado de placer y lleno de lágrimas. Su cuerpo quería esto pero ella no. No era la mejor persona del mundo pero aun así no había caído tan bajo en la vida como para aprovecharse de una mujer que no quería nada con él.

Se inclinó en su cuello, rozando su nariz en la piel cálida hasta llegar a su oído. "No queremos que ésto se salga de control. Mantén tus manos alejadas de mí por el bien de los dos." Mordió suavemente su delicada oreja, en venganza, escuchándola gemir fuertemente y regresó a su proceso metódico.

Continuó masajeando sus pechos mientras su otra mano le daba placer, llevándola a la cúspide una y otra vez. Hinata estaba tan húmeda, que cada vez que movía sus dedos, producía un sonido obsceno que lo estaba volviendo loco. Ella estaba en todas partes, abrumando todos sus sentidos. Su propia excitación era tanta que sabía que mojaría su propia ropa interior de nuevo a la mera provocación.

No sabe cuánto tiempo estuvo entretenido a Hinata; complaciendo cada petición silenciosa, perdiendo la razón. Se sintió una eternidad, ellos solos en una burbuja sofocante. Antes no quería ni empezar a tocarla, ahora no sabía cómo viviría el resto de sus días sin poder tenerla, sin tocar sus pechos, sin ver su sonrojado rostro, sin escucharla cantar para él.

Debió convencer al resto de que Kakashi lo hiciera. Él no debió ser el que pusiera sus manos encima de Hinata. Aunque cumplió con los parámetros, aun así, debieron saber que él era el menos indicado. Su conducta obsesiva, sus pasiones negativas y exageradas. Todo fue un gran error.

El momento más esperado y temido comenzaba a llegar. La temperatura de Hinata estaba bajando a una saludable, ya no temblaba descontroladamente y su ritmo cardíaco estaba estabilizadose. Estaba por sobrevivir el veneno pero él no lo sobreviviría.

Esta vez sería la última vez que la llevaría al éxtasis, así que la acomodó de nuevo en su regazo, abrazándola fuertemente a él, anidando su cabeza en su cuello, buscando su aroma, tratando de memorizar todo lo que sentía por ella en ese momento.

Cuando estalló en éxtasis, su nueva perdición, cayó inconsciente de cansancio.

Aprecio sus facciones relajadas mientras se aseguraba que su pulso era estable y su temperatura normal. Trato de darle algo de agua y limpio lo que era posible sin desnudarla.

Aprovecho que ella estaba profundamente dormida. Metió su propia mano dentro de su pantalón y se encargó de su excitación de la mejor manera posible, con su mano empapada de Hinata, deseando que fuera ella. No era decente ni noble pero no bajaría sola y no saldría así del cuarto.

Tranquilo ya, la contempló un rato más. No quería dejarla. Ya sabía que estaba bien pero eso significaba que no regresaría a tenerla cerca jamás. Ella despertaría; creyendo que todo fue un mal sueño o recordando todo con repudio y vergüenza, alejándose aún más de él.

Sonrió melancólicamente. "Lo hiciste bien. Ya todo paso, solo descansa." Sin pensarlo más, se inclinó, le roso una mejilla con sus labios y repitió el beso casto que le dio horas antes Neji en su frente, con la misma esperanza que su primo; que Hinata estuviera bien.

Se alejó rápidamente y abrió la puerta para encontrarse con el Hyuga y su maestro.

Neji se le lanzó con ojos desquiciados, antes que pudiera hacer algo, él fue el que lo tomó del cuello y lo lanzó contra la pared. "¡La próxima vez lo haces tú! Me debes Hyuga."

"Dime ¿Está bien? No..." dijo Neji precipitadamente, tratando de zafarse para ir a la recamara.

"Si, casta y pura como la primera vez que llegó al mundo." Lo soltó viendo como este corría a abrir la puerta. Se arrodilló al lado de la cama y tomó la pequeña mano de ella que ya tenía mejor color y sonrió de alivio.

"Kakashi necesito irme de aquí ahora." Jamás creyó que diría lo que estaba a punto de decir. "Salgamos lo antes posible hacia Konoha. Ya completamos la misión, no tengo más nada que hacer aquí." Se fue a buscar sus cosas. Kakashi no cuestiono nada.

Correría, lo más lejos que pudiera de ella. Pero era tarde ya, su prisión no era más Konoha y no podría escapar de lo que estaba sintiendo por Hinata, cómo había escapado de la aldea alguna vez. Solo esperaba que esta nueva prisión estuviera sana y salva de la crueldad que era contener a un Uchiha.


¿Espero que no creyeran que Sasuke se aprovecharía de la pobre Hinata? Jajaja No me gustan mucho esas cosas. Se que la historia del "afrodisiaco accidental" esta abusada pero quería dar mi versión del concepto. Esta historia no la subire con la frecuencia de mi otro fanfic; aún esta en proceso y tengo pocos capítulos en edición. También tengo planes de que sea una historia algo corta pero quién puede saber en realidad hasta donde me llevaran los personajes en este escenario. Gracias de nuevo por leerme; hasta el proximo capítulo.

Teresa Laurence