01 | ?ᅡᅠ Audiencia Infernal
Busco paz y tu eres tempestad.❞
INFRAMUNDO
La tenue luz que lograba ingresar en los dominios del Wyvern permitía iluminar la silueta del juez, quien posaba sus penetrantes orbes dorados sobre el desnudo cuerpo de su acompañante, un joven de pálidas hebras rosadas, cuyo semblante en ese momento era sereno, sin duda para el rubio no era usual ver aquella expresión en su subalterno. Sin embargo, estaban en los dominios del Wyvern, así que la arpía podía permitirse aquello, tras una breve sonrisa procedió a acariciar aquellas pálidas hebras, descendiendo sus profundos orbes dorados sobre aquella tersa y blanquecina piel, la cual aún mostraba marcas de su noche de pasión, aquello lo hizo reparar en su propio cuerpo, el cual también tenía marcas provocadas por la arpía.
❬❬ Valentine...❭❭ pensó.
Recordaba cómo inició su relación.
Al comienzo sus primeros encuentros fueron pasionales, no podía ofrecerle una relación a Valentine, no estaba listo. Sin embargo, la arpía no le era indiferente, más de una vez reclamó el cuerpo de su subalterno, disfrutando de aquella entrega y devoción que le profesaba.
"— Mi amado señor Radamanthys"
Fue cuando Minos le informó de lo ocurrido entre el menor de los gemelos y el guardián del octavo templo que decidió hacer a un lado lo que sentía por el peliazul, si bien había culminado aquella seudo relación que mantenía con el Escorpión, Kanon nunca lo buscó.
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No iba a esperarlo más.
Por ello, decidió formalizar aquella relación que mantenía con la arpía, ser algo más que amantes ocasionales.
" — Juro olvidarte Kanon, si fui capaz de amarte contra todo, seré capaz de olvidarte teniendo todo a favor."
Desde ese momento todo fue paz.
— Mi Lord... — susurró entre sueños el pelirosa
Aquello sacó una imperceptible sonrisa en el aludido, quien procede a atraerlo a su cuerpo.
Lo quería.
Quería a Valentine, él era paz dentro de su oscuridad.
▬▬▬▬ ❴Flash Back❵ ▬▬▬▬
Horas atrás
En la habitación principal de los dominios del Wyvern, el juez se encontraba revisando algunos expedientes del tribunal, según los dioses gemelos había una abertura en el inframundo y era trabajo de los tres jueces resolverlo, aquella labor demandaba gran tiempo al segundo juez, quien últimamente no descansaba lo suficiente, aquello preocupaba a la arpía, quien con cautela procedió a apartar aquellos expedientes, aduciendo que debía tomar una pausa.
— Debe descansar mi Lord. — dijo besando los cálidos labios del juez, quien en un inicio se negó a su petición, pero poco a poco fue cediendo ante las lujuriosas caricias de la arpía. — Yo lo ayudaré a relajarse mi señor.
Tras lo dicho, la arpía procedió a despojarse de aquella bata que cubría su cuerpo, quedando desnudo ante los deseosos ojos del juez, sin duda aquello era una vista gloriosa para el Wyvern, quien no dudó en guiarlo hasta su lecho, donde tras lujuriosas caricias, el juez fue deshaciéndose de sus prendas quedando en igualdad de condiciones, aquello provocó que Valentine observara embelesado el cuerpo del juez, quien debido a su condición de guerrero poseía un cuerpo atlético y fornido.
Amaba a su lord.
Esa noche como otras tantas se entregaron mutuamente, para nadie en el inframundo era un secreto su relación, esto había elevado el estatus de la arpía quien ahora no sólo era reconocido por ser el segundo al mando de las tropas del juez, sino por ser la pareja oficial de Lord Radamanthys.
Las horas habían pasado y la arpía yacía sobre la cama agotado, podía sentir la esencia del juez corriendo entre sus piernas, nuevamente el templo de Caina había sido testigo de su entrega y devoción hacia su señor.
— Lo amo, Lord Radamanthys. — dijo antes de caer profundamente dormido.
"Lo amo, Lord Radamanthys"
Aquellas palabras vinieron con fuerza a la mente del juez, quien no había podido responder ante aquella confesión, si bien no era la primera vez que la arpía le profesaba su amor, aún no era capaz de responderle.
"— Prefiero herirte a mentirte.
— Si dejarlo ir será su orden, temo decir que no podré obedecerlo. — dijo inclinándose ante su superior
— Valentine...
— Si amarlo es un pecado, me condeno en sus manos mi señor."
El Wyvern no pudo evitar observarlo fijamente, cinco Meses habían pasado desde su encuentro con el menor de los gemelos, si bien aquel encuentro había removido algunos recuerdos, había dado por finalizado su historia con el Saint gold.
"— Yo sí te amé, Radamanthys..."
No caería en el egoísmo de Kanon.
La arpía merecía su amor.
— Dame tiempo, Valentine. — dijo besando con profundidad aquellas pálidos labios.
SANTUARIO
Una reunión se llevaba a cabo en la cámara del patriarca, en esta se informaba que Hades y Athena debían reunirse para tratar una turbación originada por la última Guerra Santa. Al parecer había una abertura en el inframundo, lo que producía que temibles criaturas escaparan hacía el mundo terrenal, si bien los espectros cazaban a aquellas criaturas evitando que lleguen a los dominós de Athena, los casos de ataque a aldeas vecinas al Santuario se habían incrementado.
Algo extraño ocurría.
— Por esta razón el inframundo requiere del Santuario. — explicó Shion
— Estoy harto de esas bestias — se quejó Deathmask quien había regresado algunas criaturas al inframundo.
Era evidente que aquel santo estaba más agotado de lo usual, había pasado gran parte del día regresando a aquellas bestias al Yomotsu, si bien Mü lo había ayudado a acorralar a aquellas criaturas, no era un trabajo sencillo. Debido al tratado de paz no podían matar a esas criaturas que custodiaban el inframundo. Según la representantes de Hades estas criaturas se mostraban confundidas, producto de ello atacaban los pueblos aledaños. Por ello Athena debía ir al inframundo a tener una audiencia con el dios del averno, dado los acontecimientos Hades no podía abandonar la tierra de los muertos, por esta razón Shion había designado a Kanon y Aioros para escoltarla.
— En dos días partirán con Pandora al inframundo.
— Sí patriarca — respondieron los mencionados.
El menor de los gemelos estaba inquieto, la idea de ver nuevamente al Juez lo desestabilizaba.
❬❬ Radamanthys...❭❭ pensó
Camino a sus respectivos templos, el escorpión se percata del semblante perturbado del peliazul, por lo que decide aproximarse al nuevo santo de géminis, pues desde que reencarcaron Shion había decidido preparar a Saga para que tome su lugar como futuro patriarca, por ello ahora Kanon portaba la armadura de géminis.
— ¿Echas de menos al juez?
El peliazul no pudo evitar dejar escapar un suspiro, el escorpión era el único que conocía la relación que mantuvo con el Wyvern, raramente no se oponía.
— Aún te aferras a ese collar. — dijo señalando aquella casi imperceptible cadena que colgaba en su cuello — Quizás esta sea tu oportunidad de regresarlo.
El peliazul meditó lo dicho, a pesar de haber finalizado su historia con el juez no podía deshacerse de aquel collar que significaba tanto para el Wyvern.
— Debes enfrentarlo. — continuó Milo — Así podrás cerrar aquel ciclo con Radamanthys.
— ¿Si no quiere escucharme? — preguntó con dolor
El peliazul no era de los que se rendían o agachaba la cabeza, pero era consciente que había quebrado profundamente la confianza del Wyvern y no sabía si algún día podría repararla.
— Deberás aceptarlo y dejarlo ir. — sentenció el escorpión
—...¿Cómo tú con Camus? — preguntó con cautela, sabía de antemano que aquello era un tema doloroso para el guardián del octavo templo, quien guardó silencio. Sin embargo asintió, si bien ambos santos se habían perdonado, eso no les devolvería su relación.
Por un lado Milo no se perdonaba por desconfiar de Camus durante la última Guerra Santa, el haberlo ahorcado, quizás por ello entendió lo ocurrido en Asgard. Sin embargo, le dolió ver lo importante que era el dios guerrero para el acuariano.
" — Partirás a Asgard?
El mayor asintió tomando entre sus manos una carta enviada por el dios guerrero, en esta el asgardiano solicitaba verlo en las gélidas tierras de Odin.
— Prometí que nunca estaría solo"
Aquella promesa era un lazo con Surt, uno que el escorpión no quería saber hasta dónde llegó cuando el santo de hielo se quedó a vivir una temporada en Asgard.
— A Camus le importa Surt.
INFRAMUNDO
En la primera sala del tribunal, dos espectros se encontraban enfrascados en una conversación acerca de la audiencia entre Athena y el dios del inframundo o más bien el pelirosa lo estaba, pues el juez suplente parecía más concentrado en los expedientes de aquellas almas que había condenado. Sin embargo, esto no impedía que escuchara con atención a la arpía.
— Lord Minos dijo que dos santos vendrían con Athena — acotó Valentine — Uno debe ser el caballero de Sagitario.
El Balrog pareció meditarlo, sin duda la opción más obvia era el santo de géminis y sagitario. Sin embargo, había escuchando que el mayor de los gemelos había sido promovido a tomar el cargo de patriarca, por lo que esto dejaba opción abierta al menor de los gemelos.
— Aparte del santo de géminis, Kanon es el más calificado para escoltar a su diosa.
— Si tiene verguenza no se atreverá a pisar el inframundo. — espetó con notorio enfado la arpía
Al recabar en la reacción del espectro, el juez suplente procedió a dejar de lado aquellos expedientes que analizaba con tanto recelo, para el albino no era un secreto aquel turbio romance entre Lord Radamanthys y el menor de los gemelos. Sin embargo, no consideraba que la arpía tuviera razones para inquietarse.
— No debería perturbarte, después de todo una relación entre un Saint gold y un juez está condenada al fracaso.
La arpía sonrió ante lo dicho.
— ¿Dudas de Lord Radamanthys? — cuestionó recibiendo una negativa por parte del espectro, después de todo se habían mudado juntos.
La arpía ahora vivía en el templo de Caína donde se encontraban los dominios del Wyvern. Sin embargo, el pelirosa nunca sintió el más mínimo aprecio hacia el menor de los gemelos.
No lo creía digno de su Lord.
Valentine conocía perfectamente la relación del juez con aquel Saint, innumerables veces cubrió a su Lord en el tribunal, por años lo acompañó en sus batallas, su lealtad y devoción hacia él iban más allá del compañerismo.
— Hemos estado juntos desde la era del mito.
El recuerdo de tantas vidas juntos no le permitía aceptar que hubiera elegido al Saint, odió a Kanon.
No era justo.
Ignoraba que vio el Wyvern en aquel embaucador. Sin embargo, al término de su relación, él estuvo ahí para su Lord, permaneció a su lado hasta ganar su propio lugar en el corazón del juez.
Ahora el Wyvern estaba a su lado.
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Y se aseguraría que permaneciera así.
Continuará...
