Una reunión había culminado en la cámara del patriarca, donde por ordenes del gobernante del inframundo, el juez de Wyvern había sido enviado para tener una audiencia con el sumo pontífice, dada su posición como parte de la élite guerrera del ejército de Hades, tenía como orden proteger la tregua entre la tierra y el Inframundo.
Una vez finalizado los detalles del tratado, el juez de Wyvern se dispone a abandonar la cámara del patriarca para volver al inframundo. Sin embargo, antes de partir no puede evitar observar a lo lejos las doce casas, inconscientemente su mirada se detuvo en el tercer templo.
❬❬ Kanon...❭❭ pensó
No podía evitar pensar en el menor de los gemelos, en verdad no tuvieron un buen inicio. Sin embargo, a pesar de su aprensión, desarrolló sentimientos por aquel orgulloso, arrogante y egocentrista peliazul quien capturó su atención.
❬❬ "Amor" a primera pelea.❭❭
Recordó con ironía lo dicho por Minos, quien solía mofarse por su evidente interés en el menor de los gemelos. Sin embargo, aunque odiara admitirlo, el juez tenía razón en una cosa: "No puede existir nada entre un santo de Athena y un espectro, no sin que uno utilice al otro"
Como Kanon lo utilizó a él.
Para Radamanthys no había pasado desapercibido la atracción del peliazul hacia el guardián del octavo templo. Sin embargo, nunca creyó que se tratara de algo serio, aún pese a tener su relación en secreto, él confiaba en el peliazul.
Mala decisión...
El rubio era un juego para Kanon, quizás ahora entendía la verdadera razón de su clandestina relación, nunca debió creer en aquel que engañó a un dios.
— Decidí dejarte ir — esbozó perdiéndose entre la oscura penumbra que rodeaba el santuario.
El de Wyvern lo amaba, Kanon jugaba, era ahora cuando se daba cuenta que el peliazul jamás valoró sus acciones, el juez era consciente que el tribunal le demandaba mucho tiempo. Sin embargo, procuraba que esto no afectara su relación con el menor de los gemelos, nunca faltó a ninguno de sus encuentros donde desataban toda su pasión, sea en el interior del tercer templo o en aquel bosque que tantas veces había sido testigo de la entrega y juramentos entre ambos, entre ellas la del Wyvern de no permitir que sus bandos afecten su relación. Sin embargo, nunca esperó que sea Kanon el causante que todo acabara.
"— No voy a irme, Kanon. — juró tomando entre sus manos el rostro del peliazul quien lo observaba expectante, en verdad se sentía seguro con el Wyvern pero era un sentimiento que aún no sabia identificar — jamás."
Aquel recuerdo vino a la mente del juez. Sin embargo, estos no eran la razón de su amarga sonrisa. Al parecer sus pasos lo habían traído a un lugar que conocía demasiado bien para su gusto, sin planearlo había terminado adentrándose en aquel bosque donde tantas veces hizo suyo al menor de los gemelos, y...donde prometió no irse de su lado.
Un sonido logró sacarlo de sus pensamientos, al parecer no estaba solo, a pocos metros una silueta logra captar su atención, para su sorpresa frente a él se encontraba el menor de los gemelos quien volteaba a verlo perplejo.
— Radamanthys... — susurró
❬❬ Kanon...❭❭ pensó
Ambos permanecieron un largo momento observándose en silencio, como si la presencia frente a ellos se tratara de una ilusión, de una absurda broma de los dioses. Sin embargo, todo era real.
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Se habían reencontrado
El Wyvern no pudo evitar sacudir ligeramente su cabeza, saliendo de aquel letargo, sin proponérselo había quedado atrapado en aquellos profundos orbes jade que tantas veces lo hicieron sucumbir.
— Debo marcharme. — sentenció el juez dispuesto a marcharse de aquel lugar pero antes de poder abrir la puerta al inframundo, es detenido por la voz del peliazul
— Espera!
El Saint ignoraba lo que diría, lo único que sabía es que no quería que el Wyvern se marchara, no cuando por fin lo volvía a ver.
— No te vayas...
«— No te vayas...— susurró el peliazul cubriendo parte de su cuerpo con las sábanas, no lo decía abiertamente pero en verdad se sentía seguro al lado del juez. Sin embargo, aquello era un sentimiento que todavía no sabía identificar.
— No voy a irme, Kanon — juró tomando entre sus manos el rostro del peliazul quien lo observaba expectante — jamás »
Aquellos recuerdos venían con fuerza a la mente del juez.
— El tribunal...— esbozó aún dándole la espalda — Sé que ya no lo recuerdas pero tengo ocupaciones. — dijo dirigiendo sus penetrantes orbes hacia el peliazul, observándolo con severidad. Sin embargo, no pudo evitar cambiar su expresión al percatarse de lo que llevaba en el cuello.
❬❬ El collar de Wyvern ❭❭ pensó
— Aún lo conservas? — preguntó
Al percatarse que el rubio se refería al collar, el peliazul asintió lentamente, sabía que aquel collar era un objeto muy preciado para el juez, aún cuando su relación había llegado a su fin, este nunca se lo pidió y Kanon nunca quiso deshacerse de el.
Aquello removió algo dentro del Wyvern.
— Lo hago — dijo presionando entre sus manos aquel dije con forma de dragón, necesitaba darse fuerza para lo que estaba a punto de expresar —...Me recuerda el tiempo en que llegué a amarte.
Al oírlo, Radamanthys no pudo evitar esbozar una amarga sonrisa.
❬❬ "Amarme"? ❭❭ pensó
Acaso era una burla? Otro juego de Kanon?
— Nunca me lo demostraste. — acusó — ambos sabemos que jamás me valoraste.
El peliazul trató de explicarse en ese momento pero es interrumpido bruscamente por el iracundo juez.
— Ahora dices que me amaste. Esto es otro juego, Kanon? — cuestiona — disfrutas mentirme?
El géminis lo observaba con dolor, aquellas palabras en verdad lograban heirlo, era consciente que se equivocó, pero quería remediarlo.
— Tarde me di cuenta lo que por ti sentía! — exclamó atrayendo la atención del juez — pero...tú ya te habías ido de mi lado en esos días.
— Y por qué no me buscaste? — preguntó con enfado. Una parte de él en verdad quería entender a Kanon.
— Me hubieras perdonado?
Una amarga sonrisa se formó en los labios de Radamanthys al recordar a Minos comentar que el santo de escorpio retomó su relación con el guardián del onceavo templo.
—…Yo con gusto a tus brazos hubiera regresado.
Aquello le dolió a Kanon, que por momentos no podía evitar pensar en que sin importar lo que hiciera, quizás una relación entre un Santo de Athena y un Espectro estaba condenada a fracasar.
— Qué hay sobre Valentine? — cuestionó con amargura — Escuché que tenías un nuevo amor.
Aquello lo dijo con evidente celos. No podía negar el hecho que en su momento logró sentir una ira desmedida hacia la arpía, después de todo siempre fue consciente de los sentimientos del espectro por el juez. Sin embargo, por mucho que le doliera, no tenía derecho a objetar nada al Wyvern.
Él era feliz...
Valentine de arpía lo hacía feliz.
—...No quise interrumpir y arruinar tu relación.
Ante lo dicho, el Wyvern no pudo evitar dejar escapar un suspiro.
—...Tuve una nueva pareja para poder olvidarte. — confesó desviando la mirada hacia aquel oscuro cielo
Si bien había iniciado una relación pasional con su leal subordinado, con el tiempo esta se transformó en algo oficial. Después de todo, la arpía siempre había estado a su lado entregándole todo de él, era consciente de los sentimientos de su segundo al mando.
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Valentine lo amaba.
Haberse dado una oportunidad era una decisión de la cual no se arrepentía. Valentine era calma dentro de su tormenta, su entrega y su lealtad hacia él lo hacían una pareja perfecta para el juez, quien se había acostumbrado despertar a su lado, a entregarse cada noche, pero sobre todo a acomodar aquellas hebras rosadas cuando cubrían su pálido rostro.
Quería a Valentine.
Quizás no era irreverente como Kanon quien lo sacaba de sus casillas. Sin embargo, podía confiar en él, en que sin importar la situación, la arpía nunca lo traicionaría, algo que no podía decir del peliazul.
—...Aún sientes algo por mí? — preguntó el de orbes jade atrayendo la atención del juez quien parecia perderse entre sus pensamientos
— Eso no importa. — sentenció recuperando aquel porte serio que tanto lo caracterizaba
— Radamanthys... — presionó provocando una incomoda sensación en el juez quien lo observaba con semblante melancólico.
—...Te extraño — confesó
Aquello alegró profundamente al peliazul quien en un rápido movimiento decide romper aquella distancia entre ambos, quería volver a sentir aquellos labios que tanto había extrañado, pero cuando estuvo a punto de sellar aquel contacto, es detenido bruscamente por el juez, quien lo aparta sujetándolo de los hombros.
Lo extrañaba...
Extrañaba al peliazul, una parte de él quería romper aquella inexistente distancia que los separaba, sentirlo nuevamente entre sus brazos, pero se había jurado olvidarlo.
— No malinterpretes mis palabras, Kanon — espetó manteniendo aquella distancia que había creado — Te recuerdo... — aclara — pero sin necesitarte a mi lado.
El peliazul lo observó perplejo.
— Tú elegiste al escorpión. — le recordó
— Eso terminó. — trató de explicar lo ocurrido con Milo. Sin embargo, fue interrumpido por el Wyvern quien lo observaba con dureza
— Te dejó — aclaró
Gracias a la lengua de víbora de Minos, para el juez no era un secreto lo sucedido entre ambos Saint golds. Conocía perfectamente bajo que circunstancias finalizaron aquellos encuentros furtivos y el silencio del peliazul se lo confirmaba.
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Milo lo había dejado.
Eso era lo que enervaba al juez.
❬❬ Nunca me buscaste...❭❭ pensó
Por esa razón se juró que era mejor olvidarlo a seguir causándose dolor.
— Adiós, Kanon.
El juez pretende irse pero fue detenido por el peliazul.
— Quería ir a buscarte! — exclamó — No sé porque no lo hice... — amargas lágrimas rodaron por sus mejillas — quizás ahora estaríamos felices.
— El hubiera no existe, ya cada quien siguió su rumbo.
— Lo acepto fue mi culpa — admitió — te pido perdón.
— Un "perdón" no cambiará la situación.
Aquellas palabras le dolían profundamente al peliazul, quien poco a poco sucumbía ante aquel cúmulo de emociones.
Acaso todo era su culpa?
No que Radamanthys lo amaba?
— Te rendiste... — susurró el peliazul
No que siempre estaría a su lado?
— POR QUÉ TE RENDISTE?! — explotó iracundo, pero sobre todo herido — Tenías que luchar para que seguiríamos juntos!
Durante toda su relación eso hacia el Wyvern, luchar para que estuvieran juntos. Y ahora sólo lo dejaba ir?
— Lo juraste! — acusó
Ante lo dicho, el juez no pudo evitar observarlo con melancolía.
— Yo nunca te dejé de amar, Kanon.
Era inmutable la expresión del Wyvern.
— Entonces? — preguntó con dolor
— Sólo te deje de molestar.
Amargas lágrimas rodaban por las mejillas del peliazul quien podía sentir un horrible dolor desgarrando su pecho. Radamanthys odiaba verlo llorar, pero no estaba dispuesto a caer en el egoísmo de Kanon.
— Perdóname — sollozó el peliazul — me equivoqué.
El Wyvern lo observó con profundo dolor. Las palabras que tanto quería escuchar llegaban cuando ya no las necesitaba.
Era tarde.
— Si te quise y no te lo demostré... — admitió el peliazul, quien por su egoísmo había dejado ir a la persona que amaba — Después de un tiempo me di cuenta que si te amé...
— Adiós, Kanon. — finalizó desplegando sus alas para perderse entre el oscuro cielo.
— Sí te amé, Radamanthys...— susurró observándolo con tristeza.
Aquel era su adiós.
Sus palabras llegaron a destiempo.
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A veces las palabras que tanto deseamos escuchar llegan cuando es demasiado tarde.
Fin de la Parte 1 ?
Espero que les haya gustado! ? este no es el final, se viene la continuación.
Parte 2 •| "Te dejé de querer?"
