- COMO SE LES PUDO OCURRIR ESO - Gritó Lois con esa voz penetrante que tenía un alcance de una manzana a su alrededor - ESTÁN CASTIGADOS.

- Ya no hay nada que castigar mamá - contestó reese pensando que la había superado.

- ¿Eso crees? - dijo con tono amenazante - volveré con castigos que harán que prefieran el infierno

Con esta promesa de volver azoto la puerta dejándolos solos. El silencio reinó por un momento en la habitación de los chicos. Hasta que Reese rompió el silencio.

- Esta vez sí se pasó - está sobre su cama mirando hacia el techo, tenía en el rostro un aspecto de ira pura. Algo que Malcom, que conocía bastante bien a su hermano, nunca había visto antes - no podemos dejar que se salga con la suya

- Reese - suspiro Malcolm - Lo hemos intentado todo.

- CALLENSE - Grito Lois desde la otra habitación.

- Es verdad - agregó Dewey.

- La única forma es irnos de aquí e incluso haciéndolo mirar a Francis. Hace mucho que mamá lo sacó y aun sigue atormentandolo. Enfrentemoslo esa mujer nunca nos dejara en paz

- No puedo creerlo se están rindiendo - dijo más enojado al ver a sus hermanos resignados - pues yo no lo haré, puede que no sea tan listo pero no me rendiré.

Mientras decía esto se escuchó un ruido eléctrico y al instante quedaron a oscuras.

- mamá cortó la luz otra vez - dijo Malcom

- ya duermete Reese - agregó Dewey - mañana es otro dia.

- si, otro día - se acomodó en su cama y se fue a dormir dándole la espalda a sus hermanos.

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Malcom caminaba solo por los pasillos de la escuela hacia su próxima clase. Su paso era lento y sin ganas mientras se lamentaba por la mala suerte que siempre parecía seguirlo. Sin embargo, mientras doblaba a la derecha observo a Reese hablando con su amiga Cynthia. Se detuvo en seco cuando una sensación extraña en su estómago lo obligó, como si su cuerpo pudiera adivinar lo que estaba apunto de suceder incluso antes de su cerebro. Entonces se escondió detrás de un locker y escuchó.

- ¿Ahora que quieres Reese? - dijo Cynthia con una evidente incomodidad.

- ¿Recuerdas cuando me golpeaste? - preguntó con una sonrisa estúpida - pues creo que merezco una disculpa de tu parte.

- ¿Una disculpa? Te golpe porque eres un cerdo y lo merecías.

- Entonces deberías dejarme tocarlas y verlas bien - Cynthia furiosa se dispuso a golpearlo de nuevo pero Resse fue más rápido. Antes de que pudiera levantar su brazo lanzó un golpe al estómago de Cynthia haciéndola doblarse del dolor y antes de que pudiera gritar Reese tapó su boca y así la arrastró a un salón cercano que estaba vacío.

Malcolm observando todo se apresuró para ayudarla y salvarla de la bestia que era su hermano pero cuando estuvo frente a la puerta algo lo detuvo de entrar. Adentro se escuchaba como Cynthia forcejeaba, mientras Reese hablaba.

- ¿Ya no eres tan fuerte verdad estupida? - se burló Reese - ¿De verdad pensaste que me ganaste esa vez? No suelo golpear chicas pero ya no me importa. De todas formas todas piensan que soy un cerdo.

¿Qué haces Reese? - lloriqueaba una aterrada Cynthia - basta, no hagas algo de lo que te arrepentirás.

- ¿Arrepentirme? - dijo sorprendido seguido por una risa macabra - Todas las cosas malas y destructivas que he hecho en mi vida, me estaba conteniendo. Ya no más y tú Cynthia serás la primera en entenderlo.

Malcom no pudo más, tenía que hacer algo. Abrió la puerta de una patada dispuesto a derribar a Reese pero lo que vio lo detuvo. Su hermano estaba detrás de ella, sometiéndola boca abajo sobre el escritorio del profesor. Los pantalones de Cynthia ya estaban abajo y una de sus tetas sobresalía de su camisa rota.

- Ayudame Malcom - Dijo una Cynthia asustada con lágrimas saliendo de sus ojos. Mientras Reese, con ojos de lujuria e ira, se desabrochaba el pantalón.