Capítulo 01 - El Hijo Que Jamás Espero

Ella siempre pensó en la molesta actitud de Afrodita, pensaba que con el hecho de hacerles creer a ella y a todo el mundo que había realizado un juramento al río Estigia sería más que suficiente para apaciguar a la Diosa del Amor de cualquier tipo de provocación.

Pero para su mala suerte la Diosa del Amor descubrió la verdad, ella no sabía cómo, pero de alguna forma la tonta diosa descubrió que jamás juro ser virgen al río Estigia.

Y para rematar no menos comenzó a realizar suposiciones erróneas, como que cualquier hija suya barrería el suelo con cualquier hija que ella tenga, ja, como si eso fuera cierto, ella podría barrer el suelo con la perra esa, por lo tanto, cualquier hija que tuviera cosa que no haría barrería el suelo con las hijas de Afrodita.

- Que se cree esa maldita cerebro de espuma al decir que cualquier hija suya podría ser mejor que cualquier hija que alguna vez tenga. - Lo dijo una molesta Diosa de la luna.

Aun podía recordar su discusión con la diosa del amor, hace algunas horas.

Flash Back - Hace Unas Horas - Templo De Artemisa

Artemisa se encontraba descansando en su templo, normalmente se encontraría realizando su usual rutina con sus cazadoras, pero ella había salido hace unas horas de una de las reuniones anuales que se realizaban cada solsticio de invierno dentro del Olimpo, por lo que deseaba tomarse un descanso y darles a sus cazadoras algo de tiempo libre.

Fue entonces que hubo un destello rosa el cual reconoció en un instante, frente suyo se encontraba la Diosa que más detestaba, Afrodita.

- ¿Qué haces en mi templo, Afrodita? - Lo dijo con molestia.

- Bueno solo vine a preguntar si aún sigues siendo una doncella Arti. - Lo dijo de forma simple.

- Lo sigo siendo, puta. - Lo dijo mordazmente mirando a la diosa frente suyo.

- Ya veo, solo quería comprobar si tenías alguna hija verdadera. Sabes estoy muy segura que cualesquiera de mis hijas podrían vencer a cualquier hija que engendraras Artemis. - Lo dijo con burla.

- Mis cazadoras pueden vencer a cualquier semidiós sin muchos problemas. - Lo dijo de forma simple.

No se metería mucho en dicha conversación, además que estaba muy segura de lo dicho, ella misma entreno a sus cazadoras durante muchos siglos, por lo que cualquier semidiós sería fácil de derrotar por ellas, los únicos semidioses que tendrían si quiera una oportunidad, seria cualquier hijo de su padre o de sus hermanos.

- Pero siguen sin ser tus hijas por más que lo quieras. - Lo dijo con una sonrisa. - Pero obviamente te negaras a tener una hija en tu vida porque serás virgen por siempre. Como crees que se sentirá tu madre al saber que nunca tendrá ningún nieto inmortal departe tuya, ni siquiera un nieto mortal. - Lo dijo intentando sacar de sus casillas a su rival.

- No metas a mi madre en esta conversación. - Lo dijo con el ceño fruncido.

Ella no era la persona más paciente cuando hablaban de su madre, por lo que cualquiera que la mencione debería tener cuidado con lo que decía.

- Pero es la verdad, además tanto tu como yo sabemos que jamás juraste por el Rio Estigia, el ser virgen por siempre solo fueron rumores creados por ti para causar miedo en cualquier interesado en ti. - Lo dijo con una sonrisa de diversión al ver como su rival abría los ojos con sorpresa

- ¡TU! ¡COMO TE ENTERASTE DE ESO! - Lo dijo con molestia al saber que Afrodita sabia la verdad sobre su supuesto juramento.

- Mmmmmm... Como decirlo, creo que has olvidado que tenemos un Dios de Los Juramentos.

Artemisa al oír lo dicho por Afrodita gruño, se le había olvidado de la existencia de Horcos, si ella misma lo decía no recordaba el nombre de varios dioses menores, eso se debía a que en su mayoría estos dioses mantenían su distancia de cualquier olímpico por miedo a enfadarlos.

Obviamente había muchas excepciones, como lo serian Hebe, Eiréne, Heracles y Asclepio, siendo el penúltimo su dios menor menos favorito.

- Por tu reacción puedo ver que ya dedujiste que me dijo nuestro querido Horcos- Lo dijo con una sonrisa - Dime Artemisa ¿Qué es lo que te detiene a tener una hija semidiosa o inmortal? - Lo dijo con una sonrisa divertida.

- Eso no es de tu incumbencia Puta. - Lo dijo con los ojos brillando en plateado por la ira.

- ¡Ya se! Tienes miedo de que tus supuestas hijas te abandonen, miedo de que te dejen si saben que tú puedes enamorarte y ellas no. - Lo dijo con una risa encantadora. - No me digas que no crees que tus lindas cazadoras no son lo suficiente leales a ti, aunque sepan que ya no eres virgen. - Lo dijo sonriéndole con diversión a Afrodita para desaparecer antes de ser atravesada por 3 flechas que iban directo a su rostro.

Fin Flash Back - De Regreso Al Presente

Ahora nos encontramos en el presente donde ella se encontraba molesta mientras conducía su carro lunar que en si era un trineo, por hoy les iba dar la noche libre a sus cazadoras, no deseaba ser vista por ellas en esos momentos.

Ella sabía que Afrodita quería hacer que abandonara la idea de ser Virgen, pero ella no dejaría que la Diosa del Amor la sacara de sus casillas o le hiciera hacer algo estúpido por consecuencia a sus provocaciones.

Ahora ella siempre pensó que tener una hija hubiera sido algo bueno, podría entrenarla y volverla una gran cazadora, pero en todo caso serían en un par de horas, antes que se volviera adulta y ya no la necesitara, algo que sucedió muy seguido con los hijos entre dioses.

Y obviamente ella no se relacionaría con ningún Dios del Olimpo y mucho menos un mortal en todo caso.

Fue entonces que sintió un dolor agudo en su estómago, le dolía tanto que causo que su concentración en manejar su trineo se fuera por los suelos.

Jamás había sentido tanto dolor en su vida, literalmente sentía como si una parte de ella fuera arrancada de su ser a la fuerza.

Fue entonces que sintió a alguien detrás suyo, fue entonces que volteo con dificultad aun sintiendo el mismo dolor desgarrador en su cuerpo.

Ella rápidamente reconoció a las tres personas detrás suyo eran los destinos, las hermanas del destino que por tecnicismos eran sus hermanas.

- Quieres un hijo, te lo concedemos, si se vuelve inmortal eso dependerá de su capacidad. - Fue lo que dijeron para entonces desaparecer.

Artemisa maldijo lo que sea a lo que se referían las furias ella estaba muy cabreada, maldecía y se preguntaba qué diablos le habían hecho, aun no había superado el dolor por lo cual aún no había procesado completamente lo dicho por las Moiras.

Fue entonces que el dolor de sentir su esencia siendo arrancada de su ser se detuvo para su tranquilidad, ella pudo fácilmente sentir como una parte de su esencia había desaparecido.

Ella había cerrado los ojos para respirar tranquilamente, pero mientras respiraba para calmar el dolor oyó el llanto de un niño.

Ella abrió los ojos por la conmoción fue entonces que miro fijamente a donde venía el ruido y ahí vio algo que la aterro, su único miedo de ahí su decisión de hacer el juramento de castidad hasta antes de ser detenida por su padre al señalar lo idiota de esa decisión.

El jurar ser virgen por siempre iba en contra de sus dominios, ella estaba prácticamente atentando contra ella misma, a diferencia de su hermana Atenea la cual no afectaba para nada sus dominios o su tía Hestia la cual afectaría algo sus dominios si no fuera por su familia la cual siempre se encontraba expandiéndose.

Por lo cual su padre la ayudo a seguir la farsa de su juramento, ya que, como cualquier padre, Zeus no quería saber que sus hijas están acostándose con algún hombre, a los ojos de su padre era un ganar ganar.

A un lado suyo había un bebe un pequeño bebe con cabello rubio junto con mechones castaños rojizos, una piel clara que brillaba por la luna, además de contar con marcas de bigotes en el rostro.

Ella rápidamente con miedo hizo lo que había oído que hacían los demás dioses al reclamar a sus hijos, y entonces en la cabeza de su hijo apareció lo que aparentaba ser un arco con una flecha, siendo el arco el que tenía la forma de una media luna.

- Que diablos acaba de pasar. - Lo dijo aun conmocionada por el Shock. - Y ¿Por qué es un semidiós? - Lo dijo aun con más duda.

Ella podía decir que jamás había sentido miedo, pero en ese preciso momento sintió miedo, ella sabía que, si el niño en sus brazos era conocido por sus cazadoras, había una pequeña posibilidad que la abandonaran y eso la aterraba.

Fue entonces que hizo aparecer un arco en su mano izquierda y entonces en su mano derecha apareció una flecha plateada, ella iba a dispararle al niño.

- Niño lamento hacerte esto, pero es por tu propio bien. - Fue lo dicho por ella. - Hay mucha gente y monstruos que me odian y si saben que tengo un hijo desearan hacerte daño. - Lo dijo en voz alta. - Prometo hacer que Hades reencarne tu alma en una familia en la cual no corras peligro y te quieran, considera esto un acto de misericordia.

Fue entonces que vio como el niño abría los ojos y fue que vio como un orbe plantado como la luna la miraban, mientras otro orbe azul también la miraba fijamente.

Ella iba soltar la flecha, pero entonces el niño comenzó a sonreír al verla y comenzó a hacer lo más cerca que ella podría pensar que era sus intentos de reír al verla.

- (RESPIRA) Lo lamento. - Ella quería creer que lo hacía por el bien del niño.

- M... Ma... mam... mama. - Lo dijo el pequeño niño.

Ella tembló al oír al bebe llamarla mama, con dificultad, pero la llamo así. Fue entonces que ella soltó la flecha apuntando directo al corazón del bebe, sin darse cuenta lagrimas caían de sus ojos plateados.

Fue entonces que se escuchó la flecha atravesando algo, él bebe aún seguía riendo sin saber que estuvo a punto de morir.

La flecha apunto de matarlo está atravesando la mano de Artemisa y algo de icor caía encima del niño. La diosa de la luna había detenido la flecha antes de que matara a su propio hijo.

- No puedo hacerlo... - Lo dijo con lágrimas en los ojos.

Ella no sabía qué hacer, el niño a su lado era un semidiós y por reglas antiguas ella no podía criarlo, dejarlo con una familia mortal era un no absoluto, ningún monstruo había olido alguna vez el olor de algún hijo suyo por lo que el olor del niño sería demasiado tentador para los monstruos.

Campamento mestizo era otro no absoluto, Dionisio se encontraba ahí y reconocería fácilmente al niño, además su medio hermano no era muy amante de los niños y mucho menos lo semidioses por lo que lo veía capaz de abandonar a su hijo.

Su hermano, sabía que podía confiar en Apolo cuando era necesario, pero el Dios del Sol no era la persona más responsable ni la más apta para cuidar un niño, por lo que solo le quedo una opción.

Cambio de Escena - Isla En El Mar - Delos

Ella apareció en la playa de la isla, no podía aparecer en otro lugar más cercano por las poderosas barreras del lugar, las cuales habían sido hechas con el fin de que ningún dios pudiera transportarse tan cerca de la isla, siendo el limite la playa, todo eso había hecho con el fin de que Hera no viniera en busca de venganza.

Comenzó a caminar por la playa y noto como estaba a punto de que empezara el amanecer, debía esconder al niño porque si no su hermano lo reconocería y no deseaba tener una conversación con Apolo en dicho instante.

Corrió lo más rápido posible a donde recordaba había una casa la última vez que había venido fue entonces que lo vio frente suyo había una casa rustica, pero muy elegante, podía decir que la caza podía ser para 4 o 5 personas, decidió tocar la puerta varias veces y escucho pasos acercarse y cuando se abrió la puerta y una mujer muy parecida a ella salió con una sonrisa en el rostro.

Ella pudo ver el cabello rubio zigzagueando, la piel blanca como la nieve y los ojos plateados que poseía.

- Es raro que vengas sin avisar y mucho más sin tus cazadoras. - Lo dijo con una sonrisa que fue desapareciendo al ver el bulto en los brazos de Artemisa. - Mmmm... Dime que secuestraste un niño, porque sería la respuesta que quiero oír. - Lo dijo mirando a su hija con algo de temor y duda.

- Yo... Bueno... secuestre a un niño. - Lo dijo tartamudeando frente a su madre.

- Se ve lo convincente que eres Señorita, entra ahora tu y yo tenemos muchas cosas de la que hablar. - Lo dijo con seriedad.

Artemisa asintió, quizás era vista como una diosa muy temperamental pero dicha actitud desaparecía en el instante que se encontraba frente a su madre.

Ella entro y vio varios cuadros, los reconoció como fotos suyas y de Apolo, eran de diferentes épocas por lo que notaba, como su madre era una Diosa De La Maternidad tenia cierto dominio con cualquier cosa que debe de ver con sus hijos, eso provocaba que adquiriera algo del dominio de Apolo en las artes y por lo que conseguir fotos de sus hijos sea algo muy sencillo.

- Sé que no romperías tu juramente, aunque no existiera en primer lugar. - Lo dijo mirando a su hija sorprendiéndola por lo dicho.

- Tu sabes... - Lo dijo sorprendida.

- Soy una diosa de la maternidad que tiene dos hijos, por lo cual debo de saber todo sobre mis hijos, has tenido en cuatro mil años alrededor de 792 cazadoras, tu hermano a tenia alrededor de 3245 hijos y mi cuenta acaba de aumentar a 3246 y o sorpresa tú tienes uno el cual recién acabo de notar, así que deseo explicaciones. - Lo dijo mirando a su hija.

- Las Hermanas del Destino me quitaron mi esencia y me dieron al niño, por algún motivo es mi hijo además de ser un semidiós y tú eres a quien le pediría que lo cuide ya que no hay nadie mejor. - Lo dijo mirando a su madre en busca de aceptación.

- Bien te creo, pero te confundes al decir que es un semidiós, yo diría que es un Diosdemihumano. - Lo dijo con seriedad.

- Entonces es más Dios que Humano, ¿En que se diferenciarían a los semidioses convencionales? - Lo Dijo con duda.

- Si, no podría decírtelo ya que es la primera vez que veo algo así.

- ¿Tu podrías cuidarlo? - Lo dijo mirando a su madre con ojos suplicantes.

- Como diosa de la maternidad estoy indignado con el hecho de saber que mi hija no quiera cuidar a su hijo. - Lo dijo con furia asustando a Artemisa. - Pero te lo perdonare sabiendo lo que puede pasar si este niño sale a la luz, además de que me he sentido sola en esta casa, algo de compañía es más que bienvenida, pero eso sí, siquiera una vez al mes debes venir a ver a tu hijo si no tendrás que temer por el castigo que recibirás por parte mía. - Lo dijo con seriedad.

Artemisa asintió podía comprender parte de la ira de su madre, en cierta parte ella estaba atacando a su dominio con el hecho de no cuidar y criar a su hijo, es como si un hijo de Deméter quemara y odiara la naturaleza o una hija de Afrodita no sintiera y repudiara el amor.

Aunque si ella misma lo digiera estaba algo interesada en ver eso último, sería divertido ver el rosto de Afrodita ante tal hecho.

- Esta bien madre, cumpliré con lo pedido, estoy muy agradecida con el favor que me estás haciendo a mí. - Lo dijo con una sonrisa a su madre.

- Bien antes de que te vallas, dame al niño quiero verlo. - Estiro las manos y Artemisa lo entrego. - Curiosas marcas faciales, aunque parece más un hijo de Apolo que de Artemisa si no fuera por los mechones de cabello castaño y el ojo plateado como la luna. - Lo dijo con una sonrisa. - Bueno ¿Cómo le llamaste? - Lo dijo mirando a su hija la cual se sonrojo un poco. - A un no tiene nombre, como veo que no se te ocurre nada, qué tal si lo nombro yo. - Artemisa asintió estando de acuerdo. - Bien mmmm... Como llamarlo, bueno había una vez un niño muy valiente durante el mandato de mi padre y el nacimiento de mis hermanos, te nombrare Naruto y ya que no tienes apellidos Naruto Uzumaki. - Lo dijo sonriéndole al niño el cual se reía al ver a Leto.

- Nunca eh oído dicho nombre siendo mencionado por nadie. - Lo dijo mirando a su madre. - Me suena muy japonés si yo misma lo digo.

- Es verdad hay una cultura muy parecida y diferente a la cultura que había durante el reinado de los titanes, es normal que no sepas del nombre del niño, pero si deseas saber quién es puedo decir que Naruto Uzumaki fue el mejor héroe que existió durante el reinado de los titanes, quizá algún día te cuente más, pero creo que tienes deberes que cumplir. - Lo dijo mirando a su hija.

La cual asintió y desapareció en ese instante, Leto suspiro y miro al niño con una sonrisa ella podía no ser quizás dotada con una súper inteligencia como Metis o Atenea, pero ella reconoció en un instante el alma fusionada con el niño.

- El futuro debe ser muy peligroso si traen al ninja cabeza hueca más impredecible de regreso. - Lo dijo con una sonrisa mientras el niño se reía al oír lo dicho por su abuela. - Bueno a pesar de todo sigues siendo un bebe y requieres ciertas cosas para que crezcas saludable. - Lo dijo mirando al bebe.

Time Skype - 8 Años Después - Delos

Se veía a un niño rubio con varios mechones rojizos practicando tiro con arco con una mujer rubia, el niño parecía muy concentrado en su práctica.

- ¿Por qué apesto en el tiro con Arco? - Lo dijo con el ceño fruncido.

Llevaba un año entero practicando disparar flechas y aun no podía disparar flechas de forma perfecta como lo hace su abuela.

- Sabes que hay muchos humanos que practican el tiro con arco los cuales estarían muy celosos de ti. - Lo dijo riéndose de su nieto.

Ella originalmente se preparó para vivir con una copia exacta de Naruto Uzumaki el Ninja Impredecible, pero en cambio recibió a un niño muy calmado y tranquilo el cual quería demostrarle a su abuela que era tan bueno como ella disparando flechas.

- En todo caso ¿Cuándo vendrá mamá? - Lo dijo con duda mirando a su abuela.

- Mi niña vendrá la próxima semana durante luna llena. - Lo dijo sonriéndole a su nieto.

- Bien, para cuando mamá venga le demostrare que soy el mejor chico de mi edad disparando flechas. - Lo dijo con firmeza en los ojos.

- Mi hijo Apolo tendría muchas cosas que discrepar contigo, teniendo en cuenta que me supero disparando flechas a los dos días de nacido. - Lo dijo con una sonrisa intentando burlarse de su nieto.

- ¡Él no cuenta, es un Dios! - Lo dijo asiendo un puchero, su abuela disfrutaba burlándose siempre de él.

- Y podríamos decir lo mismo de ti, ya que no eres ni humano ni un semidiós convencional. - Lo dijo riéndose.

- Saber leer y escribir es un desperdicio si no puedo salvar mi vida. - Lo dijo con el ceño fruncido.

Y ahí estaba ese pequeño rastro de Naruto shinobi, pensó Leto, su nieto era alguien muy hábil cuando se trataba de pelear, pero dale un libro o un cuaderno lo despreciaría como una peste.

- Sabes eres el nieto más raro que eh tenido si yo misma lo digo. - Lo dijo mirando a Naruto.

- ¡Soy así de increíble! - Lo dijo sonriendo orgulloso.

Leto disfrutaba esa actitud de su nieto, había esperado cierta actitud de Artemisa de parte suya, pero para disgusto de su hija, Naruto era más parecido a Apolo que a su propia madre en ciertos sentidos, si ella misma lo decía Naruto había heredado la actitud recta y justa de su madre, junto a cierto orgullo que le recordaba a su abuelo, obviamente dicho orgullo era controlado y cada vez que se salía de control uno que otro golpe lo volvería a la tierra.

- Sí, es fácil de ver. - Lo dijo riéndose. - Pero terminamos con la practica física, ahora nos vamos a las practicas históricas. - Lo dijo con seriedad.

Pudo ver como su nieto estaba preparándose para huir, pero ella reacciono fácilmente y con tres disparos de su arco clavo a su nieto al suelo para pesar de este.

- ¡Abuela! ¡Esto es abuso infantil! - Lo dijo gritando con molestia, mientras se movía intentando escapar.

- Es la forma más pacifica que tengo para mantenerte quieto. - Lo dijo sonriéndole a su nieto.

Su nieto era alguien demasiado terco a veces, pero sabía cómo mantenerlo a raya.

- Estudiar es aburrido. - Lo dijo con desdén.

- Debes ser alguien muy listo si no deseas terminar como los semidioses, no dejes que tu orgullo te ciegue y te vuelva un idiota. - Lo dijo con seriedad a su nieto.

Ella iba seguir hablando, pero en un instante detrás suyo sintió lo que parecía una firma mágica muy conocida para ella, ella sintió miedo al reconocer en un instante la energía, ella rapidamente puso a Naruto detrás suyo e intento esconderlo lo mejor posible.

- ¡Hola! ¡El mejor hijo del mundo vino a visitar a la mejor mamá! - Lo dijo con una sonrisa de orgullo y felicidad.

Leto sonrió al ver a su hijo habían pasado 10 años desde que el la visito, su hijo quizás no la visitaba mucho pero siempre enviaba cartas, contándole lo que increíble que era, a veces escribía poemas para ella o escribía alguna canción, algo muy tierno si ella misma decía.

-Es bueno verte hijo ha pasado algo de tiempo desde la última vez que nos vimos. - Lo dijo sonriéndole a su hijo con picardía.

- Perdón mamá, pero ser un olímpico requiere mucho de mi tiempo y en los últimos años Hermes a necesitado ayuda y yo como el increíble hermano que soy le di una mano. - Lo dijo algo avergonzado y lo que decía no era una mentira.

Su hermano Hermes en los últimos años ha estado muy ocupado con todas las entregas por lo que el decidió darle algo de ayuda.

Ya veo, tienes algún motivo en especial para venir. - Lo dijo con una sonrisa.

- Mmmm... Bueno, ha habido muchos rumores que rapidamente silencie. - Lo dijo sonriéndole a su madre. - Esos rumores decían que habías tenido un hijo... Que idiotas, ósea mamá tienes al increíble yo y a mí increíble hermanita, porque desearías tener algún hijo más. - Lo dijo como si fuera lo más obvio.

- Espero que hayas castigado a esas personas. - Lo dijo con una sonrisa a su hijo.

Ella se imaginó algunas cosas, de alguna forma la existencia de Naruto salió al mundo, pero para su suerte adjudicaron a Naruto como su hijo, eso era mejor a que pensaran que era hijo de Artemisa si no su pequeña estaría en muchos problemas.

- Lo hice mamá, sé que ya no quieres tener más... - Apolo estaba hablando mirando a su madre hasta que se detuvo y miro fijamente a su madre. - ¿Quién está detrás de ti madre? - Lo dijo con seriedad.

- No hay nadie detrás de mí cariño, creo que esa vista todopoderosa fallo por primera vez. - Lo dijo intentando burlarse de su hijo.

- Madre puedo sentir una presencia detrás de ti, además de que puedo ver un pie desde aquí. - Lo dijo con seriedad.

El entonces lo señalo con un dedo y con algo de su poder levanto a Naruto del suelo y lo miro con seriedad.

- ¿¡Tu tuviste un hijo!? - Lo dijo con sorpresa. - Sé que Arti y yo no te visitamos mucho, pero si te sentías sola podrías habérmelo dicho, además ¿Dónde está el mortal? Merece un castigo severo. - Lo dijo con seriedad.

Leto se puso nerviosa ante lo dicho por su hijo, al parecer este solo sintió la presencia de Naruto, para su suerte este no profundizo en dicha esencia si no averiguaría fácilmente que Naruto era hijo de Artemisa, pero entonces ella quiso golpearse la cara ante lo que dijo Naruto.

- ¿Abuela quien es la rubia molesta? - Lo dijo señalando a Apolo soltando algunas risas.

- ¿Él te dijo abuela? - Apolo miro con desconcierto a su madre fue entonces que sus ojos brillaron y miro fijamente a Naruto. - Esta energía tiene cierto parentesco mío, pero no es un hijo mío ni ningún nieto mío, su esencia se siente a... - Iba a seguir hablando, pero se quedó callado cuando llego y vio el alma del niño. - ¡Él es hijo de Arti! - Lo dijo en estado de shock.

- ¿Conoces a mamá? - Lo dijo con sorpresa - ¿¡Me puedes llevar con ella!? - Lo dijo sonriendo tontamente.

Naruto llego a una conclusión rápido, si la persona frente suyo conocía a su madre entonces el sabría donde ella se encontraba, eso significaba que si él le pedía que lo llevara con su madre él lo haría, él se rio imaginándose a su madre viéndolo fuera de la isla de su abuela, eso sería tan gracioso.

- ¡Quiero respuestas madre! - Lo dijo con seriedad a su madre.

Quizás él podía ser un Dios muy relajado, pero había ciertas cosas que podrían sacarlo de su comportamiento regular y el saber que su hermana tenía un semidiós o algo parecido a uno le causaba mucha molestia.

Leto suspiro, su nieto a veces era demasiado tonto y de cuidado eso provocaba que digiera muchas cosas sin pensarlo, pero sabía que ya no había marcha atrás debía decirle la verdad a su hijo y buscar que Apolo la ayudara a ella y su hija a ocultar a Naruto.

Fue entonces que Leto le hizo señas a su hijo de que pasara a la casa, este lo hizo y Ella llevo a Naruto con ella, cuando se encontraban dentro de la casa todos ellos, Leto le conto todo lo sucedido a su hijo, mientras obligaba a su nieto a dibujar una noche estrellada, al parecer Naruto tenía cierto talento en el dibujo y mucho más cuando se trataba con cosas relacionadas con Artemisa.

- Y eso fue lo que paso. - Lo dijo Leto con seriedad a su hijo.

- Ya veo, bueno ahora entiendo que fue ese sentimiento hace 8 años, tuve un presentimiento de algo, pero lo ignore ya que estaba haciendo algo. - Se lo dijo a su madre con una sonrisa.

- Ya veo, yo también tuve dicho presentimiento, pero todo se confirmó con la llegada de tu hermana con Naruto. - Lo dijo a su hijo mientras le daba una mirada al niño que dibujaba con paciencia en una mesa cercana a ellos. - Estaría feliz con que la existencia del hijo de tu hermana siga siendo un secreto por ahora. - Lo dijo con seriedad a su hijo.

- Lo hare, quizás mi hermanita menor me lo haya ocultado por sus motivos. - Lo dijo con seriedad. - Pero Naruto es mi primer sobrino, así no me lo pidieras lo mantendría oculto para su bien como el de mi hermanita menor. - Lo dijo con una sonrisa. - Es muy probable que este sea el único hijo que Arti tenga, por lo que será el único sobrino que reciba.

- Es bueno oír eso. - Lo dijo sonriéndole a su hijo. - Ahora solo queda convencer a Artemisa de que envíe a Naruto al campamento mestizo, tiene 8 años y la única persona con la que se ha reunido somos tú, Artemisa y yo, nadie más. - Lo dijo con seriedad.

- Si esa es una muy buena idea, estoy seguro que Naruto enamorara chica tras chica se ve igual que yo, no tan genial, pero parecerse en algo a mí ya es algo. - Lo dijo sonriéndole a su madre.

- Si lo he notado. - Lo dijo soltando una pequeña risa.

Time Skype - 2 Años Después - Orilla de Delos

Artemisa frunció el ceño al mirar al niño de 10 años frente suyo, ella no quería que su hijo se fuera de la isla de su madre, pero su madre le dijo que su hijo necesitaba juntarse con personas de su edad o que se parecieran en algo a él.

Por lo que había venido más seguido a ver a su hijo para entrenarlo y este pueda barrer el suelo con cualquier semidiós del campamento, claro quizás tener un hijo jamás había pasado por su cabeza, pero ella primero muerta antes que su hermano viniera y le digiera que sus hijos eran mejores en el tiro en el arco o que Ares le digiera que sus hijos habían vencido a Naruto en una lucha.

Ahora ella se estaba despidiendo de su hijo, lo miro como este empacaba algunas cosas en su barca le había dado un pequeño bote para que valla al campamento mestizo, obviamente ella ofreció llevar a Naruto, pero su madre le dijo que sería una buena experiencia para Naruto explorar por sí solo.

Ella dudo, pero acepto, pero estaba algo nerviosa con dejar que su hijo entrara al dominio de su tío, quizás ella y su tío tenían una relación normal, no había rencores su tío aun odiaba y no dejaba que ninguna descendencia de Zeus entrara a su dominio sin que este le diera algún tributo.

- No te preocupes hija, cobre algunos favores para que Naruto llegara sano y salvo a tierra. - Lo dijo intentando calmar a su hija ya haciéndose una idea de que le preocupaba.

- Esta bien. - Lo dijo intentando calmarse. - Aunque no estoy seguro si dejarlo ir, ya sabes con lo de su doble personalidad no siento que... - Lo dijo preocupándose de nuevo hasta ser interrumpida.

- Y yo ya lo examiné y dicha personalidad es como decirlo sus instintos de supervivencia los cuales saldrán cuando Naruto no es capaz de valerse el mismo y con todo lo que le has ensañado tú y madre estoy seguro que es muy poco probable que Naruto siquiera saque a relucir su otra personalidad. - Lo dijo restándole importancia. - Además yo también le enseñe muchas cosas, tu hijo posee habilidades locas estoy seguro que cualquier semidiós actual perdería contra Naruto. - Lo dijo con una sonrisa.

Artemisa solo asintió, hace algún tiempo cuando ella entrenaba con su hijo y lo presiono mucho este cambio de un momento a otro y se sorprendió mucha por la forma violenta con la que la ataco con tal de derribarla, obviamente ella una diosa rapidamente volvió el combate a su favor aumentando más su juego hasta que decidió noquear a su hijo.

Un poco de revisiones con Apolo y este descubrió que Naruto de alguna forma tenia doble personalidad, pero esta segunda personalidad solo saliera a flote cuando Naruto veía que no tenía ninguna posibilidad en un combate, Apolo dedujo que quizás dicha personalidad de creo en base de sus instintos de supervivencia como un caparazón cuando Naruto ya no sabía qué hacer y que también se podría deber a estar solo por 7 años.

- Esta bien, es momento de zarpar. - Lo dijo con seriedad.

Aunque el disfraz de pirata no ayudaba mucho con el contexto, para risas de Apolo y Leto.

- ¿Por qué está usando ese disfraz? - Lo dijo con algo de molestia a su hermano.

- Cuando oyó que iría en un barco, creyó que usar ropa de pirata sería una buena cubierta, lamentablemente estamos en el siglo 21, los únicos piratas que ha visto la gente son los piratas del caribe y One Piece. - Lo dijo Apolo con una sonrisa. - Además si la gente lo ve solo pensara que es un cosplayer y le restaran importancia.

- ¿Naruto llevas todo? - Lo dijo mirando a su hijo.

- Si, ya empaqué ropa, armas mi cepillo y muchas más cosas. - Lo dijo sonriendo.

- ¿Tu arco? - Lo dijo mirándolo, no viendo el arco por ningún lado.

- Mmmm bueno el Tío dijo que sería mala idea ir con un arco plateado sin que me hayas reclamado previamente. - Lo dijo repitiendo lo dicho por Apolo. - Por eso me dio esta espada. - Lo dijo desenvainándola y mostrándosela a su madre.

Artemisa suspiro su hijo tenía razón, pero odiaba que este se pareciera o tuviera muchas tendencias de Apolo.

- Bueno será raro ya no verte Naruto, quizás para los inmortales el tiempo pase rápido, puedo decir que estos 10 años contigo han sido de los más entretenidos. - Lo dijo abrazando a su nieto.

Naruto le devolvió el abrazo a su abuela y sonrió con tristeza, el también extrañaría a su abuela, al parecer ella no podía ir con el porque la Diosa Hera aun le tenía cierto rencor.

- No te preocupes abuela vendré a visitar y traeré algunos amigos. - Lo dijo sonriéndole a su Abuela.

Leto sonrió esperaría con ansias el regreso de su nieto, sabía que este traería amigos como no su nieto era muy amistoso ganándose el cariño de las personas rapidamente.

- Bien niño, hoy es luna llena así que estas siendo bien protegido además de que tus habilidades como en toda luna llena son más fuertes. - Lo dijo sonriéndole al niño. - Recuerda no confíes en nadie, quizás seas muy fuerte pero como eres de fuerte eres de ingenuo. - Lo dijo burlándose del niño el cual hizo un puchero.

- Y no olvides que si necesitas ayuda puedes mirar al cielo y pedírmelo e iré con mis cazadoras en tu rescate. - Lo dijo con seriedad.

Sola una de sus cazadoras sabia de Naruto y esta era Phoebe ya que, si ella misma lo decía era la más sensata de sus cazadoras y esta quería hacer trizas a Naruto, pero con el tiempo le agarro cariño a Naruto.

- Lo sé bien, nos veremos de nuevo algún día mamá, abuela y tío. - Lo dijo empujando su barco en dirección del mar y saltar dentro de este.

Entonces comenzó con a remar mientras veía a su familia quedándose atrás.

- Sera un gran héroe, creo que con Naruto fuera de mi casa deberé hacer algo de espacio para guardar recuerdos de sus futuros logros. - Lo dijo sonriendo mientras caminaba en dirección de su hogar. - Ustedes vienen conmigo hay mucho que tenemos por hablar, muy pocas veces vienen a la vez así que un poco de tiempo de madre e hijos sería bueno para ustedes. - Los dijo mientras arrastraba a sus gemelos.

Fin Capítulo 01