[Long-Fic]
El Guardián de la Reina
—Silver & Blaze—
Blaze es la joven reina de Sol Dimension que no para ante nada por mejorar la situación de su reino luego del mal manejo de su padre. Silver es su más leal y poderoso guardián. Él la cuida, ella cuida de su reino, y su horrible Consejo de Ancianos es el más estorboso bache en su camino. ¿Pero quién cuida de Silver? Blaze es su amiga, ¿pero qué más es necesario para salvarlo a él?
Advertencias: Universo alterno. / OOC. / Lenguaje vulgar. / Mención de temas oscuros como: muerte de personajes, esclavitud, abandono parental, venta-compra de infantes, depresión, guerras.
Disclaimer:
SONIC THE HEDGEHOG © SEGA
El Guardián de la Reina © Adilay Fanficker
Fanfic para: Detallista 257
Notas:
¡AHHHHHHGGG! No puedo creer que me haya tardado demasiado en subir esto… OCHO AÑOS… en serio que no tengo vergüenza. :(
Pido una disculpa ENORME disculpa oficial a Detallista por haberme retrasado tanto; en serio; TANTO. Francamente, después de alejarme un poco del fandom y pasar a otros, se me nubló la cabeza y apenas pude retomar un par de mensajes de mi cuenta secundaria donde estaba un fic que había prometido y para variar, no lo había entregado. ¡¿Qué pasa conmigo?!
Este fic es un premio para Detallista 257, por ser la ganadora de la primera votación dentro del foro Esmeralda Madre, una comunidad que, gracias a muchos fans de Sonic, ha podido crecer y ser un buen lugar donde todo fan puede ingresar y participar. Aun después de los años y de mi desaparición en el fandom.
Explicación larga: Me pasé de idiota. Este fanfic me costó horrores terminarlo; al principio (allá en el 2016) tuve una parte de este fanfic; ya tenía la idea y cierta parte terminada; pero no sé cómo diablos se perdió el archivo y luego de meses, ¡simplemente se me fue la maldita idea! Intenté escribir a memoria lo perdido, ¡pero nada me salía bien!
¡Borré y reescribí varias veces este fanfic!
Se me complicó demasiado. Mucho. Más de lo perdonable.
Luego… francamente, no sabía cómo acomodar lo que salía de mi cabeza con lo que se me pidió hacer.
Es decir, la idea era bastante clara, pero a la hora de escribir, me salían otras ideas que involucraban al romance y tragedia, cosas que Detallista 257 NO pidió.
Luego me salió un pasado medio oscuro para Silver, ¡el cual tuve que eliminar porque el fic no podía ser rated M+…! O sea, no sólo M, sino M+ (rated prohibido aquí en Fanfiction). Cuando Detallista 257 me pidió rated R+ o T. ¡Ahí voy yo a borrar todo y a reescribir de nuevo!
Bueno. Luego… y pido disculpas nuevamente porque ya no podía más… se me ocurrió tomarme la gran osadía de cambiar ciertas cosas de la escena que se me pidió escribir. Tomé la escena que me fue enviada para introducir en el fanfic, y la acomodé como mejor pude, agregando o quitando partes… perdón, pero por alguna razón me era imposible acomodarme a esa escena, es decir, era simple, no era nada muy elaborado, pero me costaba mucho encontrar el modo de ajustarla al fanfic.
Y bueno, ahora el fanfic es un poco más largo de lo previsto, pero ya lo comenzaré a publicar. Cosa que creo, es lo mínimo que le debo a Detallista por todos estos años en mutismo total.
¡Saludos a todos y gracias por leer!
Una vez más, PERDÓN, Detallista 257.
No puedo creer que me haya tardado tanto. Aún así, espero que la historia les guste. En especial a ti, Detallista 257.
Antes de empezar, quisiera agregar unos gramos más a mi vergüenza diciendo que no conozco mucho a Silver y Blaze, ya que no he jugado lo suficientes juegos de la franquicia para saber a la perfección de ambos, pero he tratado de leer sus bibliografías y bueno; estoy haciendo mi mejor esfuerzo porque me salgan lo más OC posible. Ojalá lo haya logrado.
•
1
"El Consejo de la Vergüenza".
En la actualidad, el próspero reino de Sol Dimension gozaba de una buena reputación entre los otros reinos e imperios vecinos; su joven reina había hecho un estupendo trabajo comenzando a relacionarse con distintas personalidades del extranjero desde que ella era todavía una princesa. Sus labores iniciaron incluso antes de que fuese coronada, y para cuando llegó el momento, la joven Blaze asumió su cargo con dignidad.
Aunque la partida del rey fue duro para Blaze, y para "El Consejo" (no precisamente por los mismos motivos), muchos celebraron su ascenso al trono. La ceremonia fue bien recibida por el pueblo, quienes no se equivocaban al pensar que ella haría un mejor trabajo que su padre; el rey, quien al perder a su entonces reina, la madre de Blaze, pareció sumirse en un hueco profundo emocional del que nunca pudo salir, y cuyas órdenes y decretos, caían siempre en las manos de la Orden del Consejo Real de Sol Dimension. O simplemente "El Consejo" para abreviar.
Mientras ella misma pasaba también por el duelo de perder a su madre y ver cómo su reino se desmoronaba poco a poco, Blaze había odiado con intensidad la debilidad de su padre y el que aquel conjunto de 6 ancianos avariciosos y egoístas hiciesen lo que quisieran con el pueblo y sus escasos recursos.
Literalmente ellos saquearon minas, esclavizaron a muchas personas que terminaron muriendo en medio de los trabajos forzados, bajo la excusa de no pagar sus impuestos; impuestos elevadísimos que casi nadie podía pagar.
Su primer año en el trono fue maratónico y muy cansado, pues Blaze se empeñó en liberar a todos aquellos que, por "falta de pagos" habían caído en minas como si fuesen criminales. Lo malo fue que muchos se habían contaminado de esa furia, brutalidad, y pronto volvieron a las minas, ya en calidad de delincuentes por violencia, robo y hasta peleas.
Su segundo año no fue del todo ameno tampoco, pues comenzaron los atentados contra su integridad, pero al menos, hubo una cosa buena que le pasó, y ese fue reclutar a quien sería su más leal y confiable guardián.
Con él a su lado, la reina Blaze se sentía más fuerte de lo que había sido antes. Aunque no lo dijese abiertamente.
A 3 años de su coronación, Blaze estaba aún decidida a hacer un cambio positivo durante su reinado. Costase lo que costase.
Silver the Hedgehog compartía muchos de sus ideales; confiaba en ella, y ella confiaba en él. Eran un dúo inseparable desde que ella misma le pidió ser parte de su guardia; transformándose poco después en su guardián personal, aquel que la acompañaba a todos lados, y "todos lados" incluían las reuniones con los antes mencionados, 6 ancianos avariciosos que, por alguna razón, todavía no se iban al infierno.
—¡Esto es inaudito! —exclamó Grish the Toucan.
—¡Qué vergüenza! —gritó Tissme the Mouse.
—¡El antiguo Rey, que en paz descanse, no consentiría esto! —apoyó Zitka the Fox.
—¡Es una locura! —agregó Boa the Rabbit.
—Ya es el colmo —masculló Tazn the Bull.
Y Boa the Rabbit se limitaba a asentir con su cabeza cada vez que alguno de esos imbéciles hablaba.
¿Por qué se escandalizaban ellos ahora?
¿Una nueva guerra luego de años en tregua? ¿Escases de recursos? ¿Sequía? ¿Lluvias intensas?
¡Pues no!
Las puntiagudas orejas moradas se movían un poco con cada grito. Y la cabeza comenzaba a dolerle.
—¡Su alteza, no pierda el juicio! ¡Entre en razón! —exclamó escandalizado, un conejo antropomorfo varón, muy viejo.
¿"El Consejo"? Jaqueca, era así como debían llamarse todos ellos juntos y por separado, si se lo preguntaban a la gran reina Blaze.
La única razón por la que ella no los echaba a patadas a todos era porque no podía hacerlo sin ser enjuiciada y despojada de su título real ya que, en teoría, los miembros del Consejo eran la voz del pueblo; y era ilegal silenciar al pueblo.
"Voz del pueblo", sí, cómo no.
Y bueno, para ser justos, si la reina lo veía bien, todos los miembros del Consejo, estaban ya demasiado viejos, por lo que (OJALÁ) no durarían mucho más en sus puestos.
OJALÁ no tardasen en estirar la pata, de una buena vez, y abrir paso a las nuevas generaciones menos conservadoras y banales.
Arrugados, encorvados, y casi listos para ser metidos a un enorme ataúd (todos juntos si era posible) y ser refundidos en la fosa más profunda que se pudiese cavar a las afueras del reino, donde pertenecían.
No paraban de hablar todos juntos. ¿Cómo en nombre de todo lo sagrado era posible que todos ellos tuviesen fuerzas para no dejar de molestar con ridiculeces?
Ajeno a los pensamientos de su ama, que no distaban mucho de los suyos propios, Silver the Hedgehog, el principal guardián, estaba al lado de donde su reina estaba sentada.
De pie, él se cruzó de brazos mientras que, manteniendo su posición tras la figura más importante de Sol Dimension, se preguntaba de nuevo cuál sería la mejor forma de matar a todos esos sacos de huesos, a modo que pareciese un accidente o un suicidio colectivo.
La gran reina Blaze, suspiró, manteniendo el codo sobre la mesa, y a la vez el mentón sobre su mano con un aspecto cansado, pero más que nada, harta de ver a ese conjunto de ancianos quejumbrosos haciendo shows por cada decisión que ella tomaba como si estuviese aprobando una guerra contra uno de los reinos vecinos. Con los cuales, por cierto, Sol Dimension tenía una buena relación… ¡gracias a ella!
—Señores… señores. ¡Señores! —exclamó Blaze reincorporándose y dando un gran golpe en su gran mesa.
Los ancianos enfrente de ella, sentados alrededor del enorme salón uno al lado el otro, se callaron, viéndola. Todos estaban enojados; en especial el único de ellos que usaba guantes blancos; un arrugado y viejo sapo verde que, para ser de una raza usualmente bajita en estatura, era bastante alto.
—Siento interrumpirlos —la verdad, no lo hacía—, pero si todos hablan a la vez no entenderé jamás el motivo de mi llamada aquí esta noche. ¿Qué ocurre?
El silencio fue frío por unos segundos.
—Mi reina —habló el anciano tucán con plumas negras en vez de cabello que se levantó al fondo. Con patas en lugar de pies, y alas en lugar de manos; y como los otros ancianos, vestía orgullosamente una gran túnica blanca con el símbolo del reino en el pecho—. Yo sé que esto ya es para usted, un tema sin importancia, pero el motivo por el cual la hemos llamado es para hacerla entrar en razón; por favor, reconsidere la oferta del príncipe Tommy Thunder.
—¡Se nos ha informado que le ha rechazado! ¡¿Por qué?! —exclamó el ratón, con su sillita sobre la mesa. Ojalá su voz fuese tan pequeña como su tamaño corporal, pero no, el tipo gritaba muchísimo.
El leal guardián de la reina, Silver, no pudo creerlo. ¿Tanto escándalo sólo para esto?
¿Cuántas veces la honorable reina tenía que estar escuchando siempre lo mismo?
Meses, ¡meses llevaban insistiendo!
En lugar de averiguar cómo dar trabajo a los jóvenes o ayuda a los ancianos entre los habitantes de Sol Dimension, estos sacos de verrugas queridos por Nadie, se encargaban de hacerle la vida muy difícil a la reina. Entre sus consejos de ofrecer más bailes, de arreglar los jardines reales, o ver a "x" o "y" príncipe, no había modo de elegir qué era lo peor que estos tipos intentaban convencer a la reina de hacer.
Afortunadamente, la reina Blaze no era como su padre, no cedía fácilmente a la presión o a los gritos y exigencias; ella tenía más fuerza de voluntad y sabiduría en una de sus garras, que todos esos 12 inútiles juntos en todo el cuerpo.
Esa era una de las razones por las que Silver la seguiría siempre.
—Ah, ya veo. Así que piden que reconsidere la propuesta de matrimonio del príncipe —masculló ella, notablemente aburrida.
—Así es —y se sentó de nuevo—. Piense en sus futuros herederos, reina.
—No es que siga teniendo mucho tiempo tampoco, ¿sabe? —dijo Tanz, el viejo toro, no muy lejos—. Su vientre se marchitará y el linaje real se perderá. ¿Ha pensado en eso, reina? Si su don del fuego se pierde, ¿qué pasará con el reino? ¿Con sus invaluables tesoros? A los que sólo la realeza tiene acceso.
—¡Así es!
Echando una afilada y molesta mirada hacia el zorro marrón de bigotes larguísimos que afirmó lo que su compañero dijo, Blaze no dijo nada, pero tampoco se mostró inquieta.
—Debo decir que es un muy buen candidato a rey —expresó la vieja ave—. Y ya que ha rechazado el tratar de cortejar al rey Sonic para unir sus reinos, creo que el príncipe Tommy es el mejor partido ahora.
Silver estuvo tentado a rodar los ojos o ponerlos en blanco, pero eso sería dar mala fama a su posición como el principal guardián de su alteza, por lo que usó una vez más su enorme fuerza de coraje para no enseñarles el dedo corazón, a cada uno de esos ancianos, de forma despectiva diciéndoles a esos callos andantes: "¿acaso están locos o solo son estúpidos? ¿No ven que la reina no necesita ese tipo de compañía ahora?", ningún "rey de pacotilla" podría jamás hacer lo que él.
La reina lo necesitaba a su lado. A él. No a un maldito príncipe salido de la maldita nada.
Manteniendo una expresión en blanco, justo como la reina Blaze, Silver se mantuvo al margen. Se conformó con llamarlos de mil y un cosas, adentro de su mente, adjunto a las ideas sobre torturarlos. Luego inhaló profundo y dejó que esas emociones negativas dejaran de acumularse; podría lastimar a alguien.
—Escuchen bien, caballeros. No me interesa el príncipe Tommy —firme, Blaze se levantó mostrando su galante traje que la identificaba como la máxima autoridad.
—Pero reina, piénselo. Usted no se hace más joven. Debe tener herederos pronto, o al menos un rey a su lado. El príncipe Tommy Thunder de Tiger Kingdom es lo mejor que podría pasarle a este reino en decadencia.
Silver quiso colgar en un árbol a esa mugrosa rata.
No había una corona adornando su cabeza, tampoco había joyas o diamantes adornando sus manos o cuello. Mucho menos traía gemas del tamaño de la cabeza de un bebé, como aretes. Su alteza, Blaze, sólo portaba la capa de los antiguos reyes con orgullo y durante todo lo que llevaba su mandato, ella no necesitaba nada más que eso para mostrarse ante su gente.
—La propuesta del príncipe fue tentadora, sí; pero no hay nada en él que lo haga merecedor de ser el Rey de Sol Dimension. Asunto cerrado —declaró con la frente en alto aún con las caras de disgusto de su Consejo—. Ahora, aprovechando esta reunión, ¿hay un asunto más que se deba tratar esta noche?
Evidentemente irritados y ofendidos, había murmullos en la pequeña multitud; Blaze esperó paciente, sentada, hasta que el viejo conejo se alzó y comenzó a hablar:
—Sí; el Consejo ha considerado la necesidad de organizar un baile de máscaras en este inverno. Creemos que mientras más reinos se mezclen con Sol Dimension, habrá menos conflictos entre naciones.
«¿Conflictos? ¿Qué conflictos? La Reina Blaze ha hecho un estupendo trabajo manteniendo la paz en Sol Dimension»
Silver the Hedgehog frunció un poco el ceño, percatándose de las intenciones de los ancianos.
Menudos bastardos.
Él sabía bien que ese dichoso bailecito no era más que otro burdo y patético intento por hacer que la reina Blaze capturara el corazón de algún príncipe o noble.
Y lo peor de todo, era que…
—Me temo que tendré que negarme a eso también —dijo Blaze apoyando su espalda en el respaldo de su silla, uniendo sus manos sobre la mesa.
—¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?! —exclamó el anciano ratón.
—Es bastante simple —habló ella sin perder la paciencia—, el estado económico de Sol Dimension no está en condiciones de recibir a todos los invitados que, estoy segura, tienen en mente.
—¿Pero qué dice? —preguntó el toro.
—Esto es un desastre, el reino caerá —gritó el sapo, dramáticamente, a lo lejos.
«Claro que no» Silver puso los ojos en blanco por medio segundo. «Ni la reina ni yo lo permitiremos».
—Lo que digo es que una fiesta sería como una burla a los días de hambre que algunas personas en Sol Dimension están pasando ahora —aclaró firme, siempre pensando en su pueblo—. ¿Otro punto a tratar?
La paciencia de Silver iba cayendo en picada mientras escuchaba más y más de esas lacras:
Punto tres:
Nuevas puertas de oro para el Monasterio (el punto de reunión del Consejo y la Reina), porque las otras ya estaban muy viejas y el oro sería un perfecto símbolo de poder que los Reyes de los otros reinos supiesen de la "grandeza" de Sol Dimension. —Rechazado.
Punto cuatro:
Nuevas túnicas, porque debían modernizarse. Ellos decían que el terciopelo era una buena opción, pero podrían ver más tipos de tela. Obvio, las más caras que pudiesen adquirir. —Rechazado.
Punto cinco:
¡Remodelación (innecesaria) a los jardines! —Rechazado.
Punto seis, siete y ocho: "¡Queremos nuevo esto! ¡Necesitamos comprar aquello! ¡Queremos nuevo lo otro!" —Rechazado. Rechazado. ¡Y Rechazado!
Pero qué… idioteces decían esos ancianos.
Lo peor venía cuando los susodichos se enfadaban porque no lograban hacer que la reina les cumpliese los caprichos y por ende, tanto él como Blaze, tuviesen que estarlos soportando más tiempo del estúpidamente necesario.
Claro, la reina Blaze bateó cada una de esas locuras con lógica: "no podemos comprar nada si no hay con qué comprar lo INNECESARIO" les decía una, otra y otra vez.
Y aumentar los impuestos como en antaño estaba fuera de discusión, lo que por supuesto, hizo que cada uno de los miembros del Consejo saliese muy irritado de la cámara de reuniones.
Momentos más tarde, de vuelta en el gran palacio, Silver iba caminando atrás de la reina, en estado de alerta, cómo debía ser. Para entonces, él ya no pudo contenerse más.
—¿Pero qué diablos les pasa a esos sujetos?
—Silver, cuida tu lenguaje —espetó Blaze—, recuerda que son mi Consejo, y tú…
—Sí, sí. Yo soy el esclavo que, por la bondad de la honorable reina, aún tiene la cabeza pegada a su cuerpo.
—Silver…
—Lo siento.
Hubo un corto silencio, un tanto incómodo.
Ver los ojos de Blaze mirándolo de reojo por encima de su hombro, sin dejar de caminar, le hizo apartar la mirada con pena.
—Eres mi guardián, Silver. Eso es lo que no quiero que olvides.
Emocionado por lo que había oído, él esperó un poco antes de volver a abrir su boca.
—No… no creo que vaya a terminar acostumbrándome a esto, honorable reina.
—No tienes elección, Silver. Era esto o morir en la guillotina, ¿recuerdas?
Silver parpadeó lentamente recordando aquel suceso.
Para entenderlo mejor, se tendría que hablar desde su inicio. El día que accedió a estar bajo las órdenes de su alteza.
Su infancia. Su pasado. El fraude que sin querer, él cometió.
—Sí, mi reina, lo recuerdo—respondió Silver, mirando el suelo, rememorando todo aquello. «Lo recuerdo más que bien».
…•…
Bueno, ya me dirán qué les pareció.
Aclaro otra vez que esto se basa en un universo alternativo donde todos siguen siendo antropomorfos, por lo que me voy a tomar muchas licencias creativas que, espero sean de su agrado. Espero de corazón que este capítulo les haya gustado. Me falta revisar el otro, que es aún más largo que este, y cuando lo tenga listo, lo subiré.
Saludos y gracias por leer.
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