Advertencia: Este capitulo contendrá una escena de violencia física y psicológica sobre un personaje principal.


Capítulo 8: Peligro


"Satoru se encontraba mirando aburrido el pequeño estante de los peces, percibiendo como estos deseaban nadar más allá de sus límites, pero sabía de antemano que eso nunca ocurriría. En ocasiones se preguntaba, ¿él era como esos peces? Por supuesto que sí solamente que ellos desde que nacieron fueron libres en cambio el desde su nacimiento ha sido un esclavo de su Clan, aquella arma que los Gojou presumían por su poder.

-¿Qué tanto observas, Querido?

Una voz detrás de él hizo que Satoru volteará y una perceptible sonrisa apareció al ver a su tía Haruko sentarse a su lado mientras suavemente tocaba su cabello.

-Nada importante Haruko-obasan. – la mujer dirigió su mirada a los peces y comprendió lo que tenía atormentando a su sobrino.

-Algunas veces la verdadera sensación de la libertad es cuando encontramos a aquella persona que nos ayuda a experimentarla por primera vez.

Los ojos cielo de Satoru miraron fijamente a su tía comprendiendo que el aura de esta y su Okasan era muy similar, pero cuando su Otousan aparecía la felicidad que desprendía cada poro de esta desaparecía. En cambio, su tía era feliz al lado de su tío y el insufrible de Hajime.

-Haruko-obasan, ¿tú eres feliz? – se atrevió a preguntar y cuando la mujer volteo a verlo sorprendida agacho su rostro. – Digo...siempre te observo con una sonrisa a pesar de las cosas horribles que hablan de ti en cada reunión con esos hombres y mi Otousan. – apretó los puños recordando como su progenitor no protegía a su hermana.

-Por supuesto que lo soy. – tomo delicadamente el mentón de su sobrino viendo más de cerca los hermosos ojos cielo de él y en lugar de provocarle miedo, sintió ternura. – Soy feliz porque a pesar de todo he conocido el amor de diferentes formas he amado como hija, hermana, mujer, tía y madre. Mientras tenga a mi lado a aquellas personas que me importan ni el Clan ni los estúpidos vejetes me afectaran.

Haruko sintió como su pecho se apremia al ver como la inocencia de su pequeño sobrino iba desapareciendo a medida de los años, llegando a preocuparla que se convierta en aquella arma perfecta que tanto su Oniisan como el Clan esperaban. Pero cuando sintió como Satoru-chan la abrazaba con fuerza y como su kimono comenzaba a mojarse entendió que se encontraba llorando, apretó con fuerza su pequeño cuerpo.

-¿Por qué yo? – la mujer apretó contra su cuerpo a su sobrino. – Yo no deseo poseer ese poder, me da miedo como esos hombres me miran y ...

-Shhh...tranquilo mi niño, esto tarde que temprano pasara y sin darte cuenta conocerás lo maravilloso de este mundo fuera de estas cuatro paredes.

-¿Y cómo sabes eso? – cuestiono levantando su rostro.

-Eso lo sé porque a fuera encontraras tu propia felicidad y veras que no todo es tonalidad oscura o blanca.

Gojou sonrió feliz al escuchar a su Haruko-obasan, pero después tono se tornó oscuro y vio como un hilo de sangre salía de la boca de ella, agachando su rostro noto como un gran agujero traspasaba el estómago de la mujer.

-Haruko-obasan. – tartamudeo al sentir como el cuerpo inerte de ella caía sobre él.

Asustado se apartó de ella, observando cómo había más cadáveres cerca de ellos notando uno que reconocería a kilómetros.

-O-Okasan...- se fue gateando hasta llegar a ella. – Okasan...despierta por favor...

El adolescente toco con delicadeza la mejilla pálida de su progenitora sintiendo como algo estaba desgarrándolo por dentro.

-¡Todo esto es tu culpa! – escucho un grito levantando su mirada para encontrarse con los ojos furiosos de Hajime. – Yo sabía que estar cerca de ti significaba peligro, mi Otousan me lo advirtió. Ser apreciado o amado por ti conlleva a dolor o la muerte, Satoru.

Comenzó a negar repetidas veces y por un impulso se tapó los oídos para no escuchar los reclamos de su primo, él cual muy en el fondo deseaba tener una amistad, pero sabía que eso nunca sucedería. No después de ese día donde la nieve fue teñida de rojo.

-Satoru. – abrió sus ojos al reconocer ahora ese tono divertido y alegre en pronunciar su nombre.

-Suguru. – levanto su mirada encontrándose con una sonrisa tranquilizadora y ahora ya no era ese pequeño de 12 años sino el adolescente de 17. - ¿Cómo es posible que tu...?

-¡Oigan vengan rápido!

Una tercera voz lo interrumpido mirando no muy lejos de ellos la figura de Amanai saltando feliz junto a Kuroi y al ver como el pelinegro se acercaba a ellas se levantó abruptamente para alcanzarlos, pero en eso el estruendo de un disparo lo detuvo mirando como el cuerpo de Riko caía en el suelo porque detrás de ella estuvo Toji, el cual lo miro divertido.

-Al parecer no siempre protegerás a los que aprecias Gojou.

Nuevamente Satoru sintió una impotencia recorrerle el cuerpo y rápidamente dejando atrás a su amigo y la cuidadora de Amanai se dirigía a lastimar a Toji sin embargo cuando este mostro su sonrisa también tenía ya perforado su lado izquierdo al utilizar por primera vez purpura.

-Se que sabrás que hacer. – fue lo último que dijo el ex Zenin antes de regalarle una sonrisa.

-¿Qué demonios está pasando? – no entendía nada, sus ojos se sintieron distintos, así como sus sentidos y se inclinó para tomar el cuerpo cubierto por una manta blanca de Amanai. - Lo siento no pude protegerte.

Abrazo con fuerza el cuerpo inerte de la chica, pero se sorprendió que el cabello oscuro se transformara en...

-Esto tiene que ser una broma. – rápido el peliblanco destapo el rostro de Riko sorprendiéndose de encontrarse con...- ¿Kasumi?

Toco delicadamente el rostro de ella, percibiendo que aún se encontraba respirando y percatándose que Kasumi portaba ese traslucido camisón que no dejaba mucho a la imaginación.

-Es verdaderamente hermosa, ¿verdad Satoru? – el peliblanco no respondió simplemente se mantuvo observando como el cuerpo de Kasumi se iba llenando lentamente de moretones y sus mejillas estaban rojas de tanto llorar. – Es tan hermosa que me obligo hacerle entender que solo yo la haría feliz.

-¿Feliz? – su voz sonó ronca y oscura al venir a su mente esos videos encontrados. – Dime Suguru, ¿tan distorsionada esta tu realidad de tu felicidad que la de ella?

-Ella no necesitaba de esos monos solamente a mí.

La forma tan cruel en la que Getou hablaba de la familia Miwa hizo que por primera vez deseara golpearlo.

-¡ERAN SOLO UNOS NIÑOS! – grito recordando las fotografías que Ijichi había conseguido. – Incluso ella sigue siendo una. – esto último lo dijo en voz baja dudoso.

Pero sorpresivamente ya no se encontraba cargando el cuerpo de Kasumi, rápido levanto su rostro mirando como la joven se encontraba al lado de Suguru mientras este invadía su espacio tomándola por la cintura no dejando ningún centímetro de distancia entre sus cuerpos.

-Si estas tan seguro de que Kasumi-chan es una niña. – decía pegando su rostro al asustado de ella mientras Kasumi contenía sus lágrimas. - ¿Por qué la has estado mirando como mujer? ¿Por qué dejas que permanezca a tu lado y duerma contigo?

-Eso es porque me di cuenta de que debía haber terminado contigo ese día. – Gojou apretó los puños. – Que deje pasar tanto tiempo dejando que lastimaras a personas buenas y nobles como ella...como solías ser tu.

La mirada seria de Suguru se dirigió a su amigo provocando que Satoru sintiera el mar de emociones de este y Kasumi, la cual en un segundo pudo liberarse del agarre del pelinegro comenzando a correr hacia su dirección. Satoru también hizo lo mismo esperando lograr protegerla de su amigo, pero justo en el momento en que sus manos iban a tocarse una extraña barrera se interponía, sorprendiéndolos, pero sabia Satoru que no era el momento, sino que debía de protegerla más aun al ver como detrás de Miwa caminaba lentamente Suguru portando una ligera yukata para dormir.

-Por favor. – decía entre lágrimas Kasumi, observando su reflejo en esos grandes ojos azules llenos de desesperación. – Por favor...ayúdalos.

Esas palabras descolocaron a Satoru.

-Kasumi, yo...

No pudo terminar su oración al ver como Getou tomo rápidamente a la joven por la cintura a pesar de que ella trataba de zafarse de su agarre, de pronto Gojou comenzó a golpear con fuerza esa barrera sin importar que se estaba lastimando sus manos. Fue espectador de como su amigo colocaba a Kasumi en una amplia cama colocándose arriba de ella y separando sus piernas mientras rompía con saña el blusón blanco.

-¡DETENTE SUGURU! – era tal y como vio en esos videos, lo que posiblemente estaba a punto de ocurrir. - ¡DETENTE! MALDITA SEA SUGURU.

Satoru observaba como su amigo tocaba el cuerpo de Kasumi con desesperación, repartiendo besos por todo el níveo cuerpo de ella hasta que Suguru desabrocho la parte delantera de su yukata asustando a Kasumi y entendiendo perfectamente que sino destruía esa barrera Kasumi seria nuevamente abusada por amigo. Acumulo parte de su energía maldita para crear rojo sin embargo fue demasiado tarde.

-¡AHHHH! – escucho el grito estremecedor de Kasumi y un gemido satisfactorio de Suguru comprendiendo que pasara lo que pasara ser el más fuerte no significaba nada.

-¡DETENTE SUGURU!"

-Suguru. – repetía una y otra vez Gojou mientras se encontraba hirviendo en fiebre. – Suguru.

-Esto es culpa mía. – decía preocupada Kasumi mientras tomaba nuevamente un trapo húmedo para bajarle la temperatura. – Siento mucho ser una molestia para usted, Satoru-san.

La joven cerro los ojos angustiada por la situación, porque debía de reconocer que desde ese día de su liberación y la protección que le estaba dando el hombre había convertido su mundo en un lio, preocupándose ¿Qué ocurriría con él su alguien dentro de la hechicería supiera que está viva?

-No creo que el joven Satoru piense eso. – sorprendida Miwa volteo hacia la puerta donde estaba Kaede-sama observándolos con... ¿ternura? – Al contrario, creo que ustedes le han mostrado otra perspectiva de este mundo a Satoru.

Kasumi parpadeo desconcertada ante las palabras de la mujer, pero justo cuando iba a cuestionarle esta se adelantó en preguntarle:

-Por cierto, aun no ha cenado y he notado que estos días no te has alimentado como se debe. – la mirada de reproche hicieron que Miwa se sonrojara avergonzada. – Anda ve a cenar junto a Shoko-san y Nanami-san.

-Pero...Satoru-san...

-Yo me encargare de él, siempre fui yo quien lo cuido después de la muerte de su Okasan.

Sin objetar la peliazul asintió, no sin antes mirar por ultima vez a Gojou, él cual seguía teniendo un recuerdo con Suguru-san.

-"Él fue quien más sufrió con su traición en la hechicería". – pensó armando todas las piezas del rompecabezas que eran demasiado notorias, pero tan centrada estaba en recuperar un poco de su vida olvidando en ocasiones a Satoru-san. – "Prometo que no volverá a sentirse solo, nunca más. No mientras yo este con él."

Cuando la joven se perdió en el pasillo Kaede miro con suma ternura al joven Satoru, pero se congelo al escucharlo decir con desesperación.

-No lo hagas Suguru, por favor. – murmuro angustiado. – No lo hagas, ella no lo merece.

Kaede comprendió quien se estaba refiriendo.

-No lo hagas, no vuelvas a abusar de Kasumi. – la anciana cerro los ojos con fuerza al escuchar eso, imaginando la pesadilla que vivió la joven junto a Getou. – Kasumi...yo...

-Por Kamisama. – murmuro Kaede horrorizada por escuchar aquello. – Shhh...tranquilo joven Satoru, por favor...ella lo necesita. – comenzó nuevamente a limpiarle el sudor con esa toalla húmeda. – Kasumi-chan y su hijo lo necesitaran, así que recupérese pronto.

Como si fuera arte de magia al decir el nombre de Kasumi, el semblante del hombre se tranquilizó un poco dándose cuenta de que en este poco tiempo Miwa Kasumi significaba mas que un lazo al pelinegro.

En cambio, en estos momentos Miwa se prometió con convicción que pasara lo que pasara protegería a su hijo y Satoru-san mientras caminaba hacia la cocina, pero se detuvo al escuchar su nombre.

-Debes de reconocer que ahora te pasaste de la raya, Nanami. – reprocho Shoko al rubio mientras continuaba cenando. – Todo esto es difícil para nosotros, ahora imagínate para Kasumi y él.

Nanami arrugo el entrecejo y es que Shoko no solía regañarlo.

-No debes de culparme por decir algo que incluso tu has pensado. – se cruzo de brazos mientras se recargaba en la silla. – Gojou se esta encariñando demasiado con Miwa-chan y puede ser peligroso para él. No has pensado ¿Qué pasara con él cuando todo esto explote? Ademas me he enterado de que el Otousan de Gojo ha estado buscándole esposa y espera que este año se case.

Aquello descoloco a Kasumi que sin darse cuenta sintió un vacío y unas enormes ganas de llorar.

-No creo que Satoru acceda a eso. – fue firme la castaña. – Y sobre Kasumi, ¿Qué tiene de malo? – la castaña arrugo aún más el entrecejo.

Los ojos pardo inspeccionaron a su amiga, sabia perfecto que Shoko tenia otras intenciones en el acercamientos tan peligroso que estaba teniendo Gojou con la joven, sin embargo...

-No tiene nada de malo. – se abstuvo de sus comentarios al percibir a la joven cerca.

Cosa que entendió perfecto Ieri, ya que se dio media vuelta para ver como lentamente aparecía la menuda figura de Kasumi, deteniéndose en el pequeño vientre abultado de ella. Notando sus frágiles fracciones y sorprendiéndose del parecido que tenia con esa joven llamada Riko.

-Buenas noches. – saludo Kasumi mientras se acercaba a ellos precisamente cerca de

Shoko-san.

-¡Buenas noches, Kasumi-chan! ¿Cómo se encuentra Satoru? – pregunto alegre la mujer ofreciéndole un poco mas de confianza hacia ellos.

Ante la mención del hombre Kasumi se sintió mal, ya que por andar buscándola él se mantuvo mucho tiempo en la lluvia.

-Kaede-sama esta con él, lamentablemente la fiebre aun no baja. – Shoko comenzó a servirle un poco de comida.

-Eso es normal estuvo mucho tiempo expuesto en la lluvia. – suspiro Kento, pero se arrepintió al ver como el semblante de Miwa se deprimía. – Pero no debes de preocuparte, aunque no lo parezca Gojou es una persona muy fuerte y extremadamente sana.

Cosa que no mentía solamente dos veces en su vida había visto al hechicero mas fuerte con gripa y ambas fueron por sus arrebatos.

-Nanami tiene razón. – apoyo Shoko mientras tomaba un poco de su té. -Satoru es un hombre muy fuerte este simple resfriado no podrá contra él.

La joven asintió no muy convencida, ya que ella sabia perfectamente que esto era culpa suya e internamente se prometía ser mas fuerte.

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-Debemos hacer algo. – exclamo enojada Nanako mirando a su hermana la cual simplemente estaba viendo televisión. - ¿acaso no estas preocupada de lo que puedan hacerle esos hechiceros?

La castaña dirigió su mirada a su hermana, suspirando derrotada ante los arrebatos de esta.

-Yo también deseo saber como se encuentra Kasumi-sama, pero no podemos hacer nada al respecto. No cuando seguramente esta siendo protegida por ese hombre.

Nanako apretó los puños al entender a quien se refería su hermana, y es que ambas sabían perfectamente que Suguru-sama no fue asesinado por ese extraño estudiante llamado Okkotsu Yuta sino por aquel hombre que consideraba su mejor amigo.

-Lo odio. – susurro recordando al peliblanco. - ¡ODIO A ESE HOMBRE! EL ASESINO A SUGURU-SAMA A SANGRE FRIA. – se levanto con sus ojos llenos de lágrimas. – Él no se merecía que Suguru-sama lo considerara amigo, él interpuso antes a esos monos que a su mejor amigo. Ese hombre es...

-El hechicero mas fuerte y el equilibrio de todo. - puntualizo Mimiko ante la rabieta de su hermana. – Me imagino que también debió ser duro para él matar a Suguru-sama.

-¿Acaso estas defendiéndolo?

-No simplemente trato de ser objetiva y no dejarme llevar por mis emociones como tú, yo también deseo estar cerca de Kasumi-sama y su embarazo, sin embargo, se que mantenerse cerca de Gojou Satoru es una forma de protegerla.

A regañadientes la joven sabia que su hermana tenia razón, nadie se atrevería a hacerle algo a Miwa Kasumi siendo la protegida de él.

-Mimiko... ¿aun tienes pesadillas de ese día? – los ojos miel de Mimiko se encontraron con los de Nanako. – Del día que junto con Manami fuimos a...

-Olvídate de eso. – apretó con mas fuerza su conejo. – Hicimos lo correcto, si no hubiéramos hecho eso seguramente Kasumi-sama también estaría muerta. Aunque aún me da escalofríos recordarlo.

Cerro los ojos al escuchar los gritos desgarradores de esas personas, las ambulancias y después todo se torno negro para despertar y ver la mirada gélida que por primera vez Suguru-sama les había dedicado.

-"Esta es la primera y ultima vez que intervienen con algo mío. – fue tajante el pelinegro al descubrir lo que hicieron sus protegidas. – Esto nunca lo olvidare".

-Mimiko. – se acerco a tocar el hombro de la joven. - ¿Hicimos lo correcto?

-No lo se. – apretó la mano de su melliza. – Pero no es algo que podamos remediar.

Ambas hermanas cargarían con ese enorme error que sin darse cuenta les costaría mas de la cuenta.

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No soportaba la cabeza y además podía estar seguro de que pronto se enfermaría de la gripa porque venia estornudando repetidas veces desde hace dos días y sentía su garganta inflamada.

-Todo para observar esa escena. – cerro los ojos viniendo a su mente el encuentro de su adorado primo con Miwa observando algo distinto en la mirada del albino. – Nunca vi esa mirada en él.

"Por muy extraño que pareciera sus pies se movieron por si solos tratando de encontrar a Miwa, no era tonto y sabia que la lluvia perjudicaría a la joven, además que no portaba con esa horrible peluca dejando al descubierto la gran cantidad de energía maldita que tenia su cabello. Extrañamente esa chica tenia algo que llamaba de sobremanera su atención, no sabia si era por su oscuro pasado con Getou Suguru, su relación con su primo o simplemente porque ella le recordaba demasiado a su Okasan.

-Es una persona demasiado peculiar. – susurro, pero entonces la voz de alguien familiar lo saco de sus pensamientos. – Así que no le importo nada y vino por ella.

Los ojos ámbar de Kashimo Hajime observaron como Satoru se sorprendía al encontrarse con la joven y sin importarle nada la abrazo con fuerza ante el desconcierto de él y seguramente de la propia Miwa. Sintió un nudo en el estómago, más al notar como su adorado primo tomaba el rostro de Miwa, ambos empapados bajo la lluvia porque al parecer Satoru no activo su infinito y al observar la forma en que se miraban comprendió que no eran indiferentes uno al otro.

-¡SATORU-SAN! – escucho el grito de Miwa al ver como el cuerpo de su primo se desplomaba sobre el de ella. – Por favor reaccione, Satoru-san.

La joven cayo de rodillas colocando delicadamente la cabeza del peliblanco para que no se lastimara, en eso sus ojos azules se sorprendieron de ver unos pies frente a ellos y levantando su rostro se encontró con...

-Kashimo-san. – murmuro. - ¿Qué hace...?

-Rápido ayúdame a levantar a este idiota. – le quito el cuerpo de Gojou a Miwa. – Maldita sea nunca entendió que ser el mas fuerte no era sinónimo de inmortal.

El hombre se veía realmente furioso tan absorto se encontraba que no noto la mirada sorprendida de la ojiazul que al verlos juntos entendió perfecto el parecido entre ambos.

-Kashimo Hajime. – dijo suavemente Miwa, sorprendiendo al nombrado. – Usted es...el primo de Satoru-san.

Hajime solo asintió sintiéndose por primera vez avergonzando, pero justo cuando iba a tratar de justificarse ambos escucharon los quejidos de Gojou entendiendo que lo mejor era llevarlo con Kaede-sama.

-Ven acércate es mejor que nos trasportemos a su departamento, seguramente Kaede se encuentre ahí. – le comento tendiéndole la mano, pero al ver el miedo reflejado en ella suspiro. – No te preocupes no les hare nada, si así fuera el caso ya abría informado a los peces gordos de ti.

Al escuchar eso Kasumi abrió desmesuradamente sus ojos asustada, pero al ver la genuina preocupación del hombre accedió ya que esto no se trataba de ella sino de Satoru-san.

-Iremos con usted. – dijo tomando fuertemente la mano del peliblanco. – Pero si intenta hacerle daño, se va a arrepentir.

La forma en que esa joven lo miraba le causo gracias, pero a la vez escalofríos porque se lo decía sumamente seria y con una determinación que había visto en pocos hechiceros.

-De acuerdo. – y sin esperar mas en un parpadeo los tres se encontraban en la sala del departamento de Satoru.

Kashimo vio como Kaede los miraba sorprendida, pero al ver a su primo la mujer corrió rápido para auxiliarlo y decirle donde colocarlo, dándose cuenta de que en ningún momento Miwa Kasumi había separado su mano con la de Satoru."

-Esto terminara mal. – miro el techo del departamento que antes era el hogar Miwa.

En eso el timbre de la puerta se escuchó haciéndolo bufar molesto, levantándose abrió la puerta sin ver de quien se trataba sorprendiéndose de ver a...

-Buenas noches, Hajime-chan.

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Hace aproximadamente una hora que Kaede-sama se fue en compañía de Nanami-san y Shoko-san, dejándola al cuidado de Satoru-san. Él cual su condición no mejoraba en absoluto, pero no debía depender tanto de las personas a su alrededor entendía perfecto que las obligaciones de los hechiceros eran sumamente importantes.

-Ser hechicero debe ser un trabajo difícil. – dijo mientras volvía a colocar la toalla húmeda en el peliblanco. – Creo que no hubiera sobrevivido mucho tiempo. – sonrió triste. – No como ustedes.

Inevitablemente vino a su mente Suguru-san, sabia que era de los pocos hechiceros de categoría especial ya que las habilidades de él eran impresionantes.

-No puedo imaginar que pudo pasar para que rompieran su amistad. – Kasumi había escuchado a escondidas como los hechiceros se referían a Suguru-san antes de convertirse en lo que era. – Probablemente la hechicería no es un mundo que todos puedan soportar.

Cerro los ojos al recordar una conversación en específico.

"No podía dormir así que se disponía a tomar un vaso de leche caliente para ver si podía conciliar el sueño, pero al escuchar unas voces en la cocina se detuvo.

-¿Cómo van las sesiones? – escucho la voz seria de Nanami-san.

-Kasumi ha ido avanzando poco a poco. – respondió Shoko mientras tomaba un poco de su sake. – Aunque siento que falta mucho camino que recorrer para ayudarla a superar a Suguru.

-Al parecer Suguru será una sombra que prevalecerá siempre con nosotros.

Intervino Satoru en la conversación recordando sus tiempos en la Academia con Suguru.

-Es difícil asimilar que una persona sumamente buena como lo fue él haya ocasionado tanto daño a personas inocentes. – en la mente de Nanami vino la imagen de Yu. – Al parecer adentrarnos a este mundo nos hizo madurar antes de tiempo, comprendiendo que la vida se nos puede ir de las manos en un parpadeo. – suspiro cansado al recordar la fotografía que Ijichi les mostro de la familia Miwa. – Eran tan pequeños.

Tanto Shoko como Gojou sabia a quienes se refería, sintiendo el peliblanco un nudo en la garganta.

-Después de la muerte de Amanai nada volvió a ser igual. – sonrió triste Satoru al recordar al ex contenedor. – Nadie de nosotros volvió a ser el mismo, fue culpa mía en no darme cuenta de que ocurría con Suguru en haber enfocado tanto en mis nuevas habilidades.

Shoko miraba preocupada a Gojou, esta era la segunda vez que lo veía afectado por algo referente a Suguru y seguramente esto era por Kasumi.

-Todos nos vimos afectados en la muerte de Amanai y de Yu. – recordó al castaño que logro cautivarla. – Sin embargo, no solo fue culpa tuya lo de Suguru, él escogió ese camino entendiendo perfectamente lo que conllevaba, nuestro único error no fue detenerlo previniendo tanto inocentes.

-Recuerdan la primera vez que nos conocimos. – rio un poco mas animado Satoru. – Recuerdo que Nanami tenia la misma cara que en estos momentos.

El rubio tenia su vena resaltada en la frente, ante el recuerdo de su bienvenida a la escuela de hechicería y como Gojou les había colocado un gorrito de cumpleaños junto con un pastel.

-Eso fue porque hiciste un escandalo por nada. – se cruzo de brazos mirando hacia otro lado para que no lo vieran avergonzado. – Ademas Suguru-san junto contigo nos empujaron al pastel como si fuera cumpleaños.

-¡Oye no seas grosero! – Gojou se cruzo de brazos haciendo un mohín. – Queríamos que se sintieran en casa y queridos. – el rubio solo rodo los ojos ante esa respuesta. – Oye Shoko ¿recuerdas también cuando rescatamos a Utahime y Mei de esa maldición de tiempo?

Miwa se sorprendió al escuchar el nombre de la mujer que hubiera sido su mentora al ingresar en la escuela.

-Por supuesto que me acuerdo, tu y Suguru se burlaron de ella por ser "débil". – sonrió al recordar la cara azul de coraje de la pelinegra.

-Era divertido para nosotros hacerla enfadar incluso para Suguru, ya vez que esa ocasión me apoyo diciendo que no debía de burlarme de los débiles.

-Lo curioso de todo esto es que Utahime-san se haya encaprichado con Getou-san. – murmuro Kento mirando el techo. – Pensé que ella se fijaría en ti Gojou.

Al escuchar eso Kasumi se sorprendió demasiado, ya que no se imaginaba como la seria sensei de Kyoto se fijaría en alguien como Suguru-san aunque pensándolo bien si el hombre era como se conocieron la primera vez en sus años de colegio entendía perfecto.

-"Pero sigue siendo mejor Gojou-san en muchos aspectos". – Miwa se sonrojo ante donde estaban conduciendo sus pensamientos. – "Tonta, tonfa Miwa olvídate de eso. Tu nunca podrás estas nuevamente con alguien mas y mucho menos como alguien parecido a Gojou-san". – nuevamente venían a su cabeza las caricias y besos forzados que vivo. – "Yo estoy manchada para cualquier hombre".

-¡Ehhhh! Pero que dices Nanami, ni en mis peores pesadillas hubiera imaginado un escenario con Utahime. - la piel se le erizo de solo pensarlo. – Ella no es la clase de persona que podría llamar mi atención al menos no como mujer.

Nanami enarco una ceja mientras se cruzaba de brazos y se recargaba en su asiento.

-Entonces... ¿cuál es tu tipo ideal, Gojou?

Todo se mantuvo callados cuando Kento pregunto directamente al hechicero mas fuerte acerca de su tipo ideal de persona, viniendo a su mente Suguru y...

-Que sean buenas personas y con un flequillo peculiar. – se encogió de hombros sonriendo burlonamente al ver los rostros impactados de sus amigos. - ¿Qué? Pensaban que diría algo mas estrafalario o imposible.

-Digamos que nos sorprende esa respuesta. – continuo Shoko porque conocía a dos personas con esa características. – Bueno al parecer las apariencias engañan, uno pensaría que tu tipo de persona ideal seria mas como Mei Mei o Utahime.

Nuevamente el peliblanco arrugo el entrecejo al imaginarse un escenario con sus colegas de Kyoto el primero donde sus cuentas bancarias estarían en 0 y otra donde viviría peleándose con la miku que, si le divertía sacarla de sus casillas, pero de ahí imaginarla como su pareja discutiendo todo el día que horror.

-Paso. – solo dijo eso. – Y ustedes, ¿Cuál es su tipo ideal? Digo ya comenzaron a indagar sobre mis gustos creo que lo justo seria...

-Me gustan las personas positivas y nobles, como solía ser Yu.

La respuesta directa de Shoko dejo impactados a los hombres, porque sabían perfecto la relación que mantenía la doctora con su excompañero.

-Yo nunca me he planteado eso. – fue honesto Nanami. – Si bien he estado con mujeres que me atraen físicamente, pero nunca me he preguntado eso. A final de cuentas no es importante si nos encontramos en este oficio podemos estar aquí hoy, pero mañana posiblemente ya estemos muertos.

Esa reflexión quedo grabada para todos los presentes, incluyendo a Kasumi que se encontraba escondida y coloco sus manos a la altura de su corazón cuando escucho la respuesta de Gojou-san porque ella conocía a una persona que cumplía con los requisitos del hechicero y ese era...

-Suguru. – Kasumi fue sacada de sus pensamientos al escuchar salir de los labios de Gojou-san el nombre de esa persona especial para él. – Explícate... ¿porque Suguru? ¿Por qué hiciste eso?

La fiebre estaba incrementando cada vez más, no sabía qué hacer para ayudarlo y al parecer las visiones acerca de Suguru no dejaban de aparecer preocupándola. Entonces su rostro se torno granada al recordar algo que hace tiempo había leído.

-P-Podría funcionar. – Kasumi trago grueso y llena de vergüenza lentamente fue comenzando a sacarse su ropa quedando solo en ropa interior. – Me iré antes de que despierte.

Kasumi quito un poco las sabanas para adentrarse en ellas, estando muerta de la vergüenza en ver que Satoru-san solo se encontraba también en ropa interior y al acercarse lentamente al cuerpo aperlado por el sudor un escalofrió recorrió su columna. Detallando por primera vez en todo su esplendor al peliblanco desde sus largas pestañas blancas que hacían contraste con sus ojos color cielo, su piel melocotón, su nariz perfilada y deteniéndose en sus labios color durazno.

-Cualquier mujer seria afortunada en tenerlo en su vida. – toco con suavidad su mejilla. – Lastima que yo este sucia. – una fugaz lagrima cayo.

Imaginándose un escenario completamente diferente donde era Satoru-san se convertía en el hombre a quien le entrega sus primero intentos de besar, de sentirse amada por el sexo opuesto y de...haberle entregado su primera vez. Sin embargo, no era tan tonta y sabia por él mismo y sus mas allegados que Gojou Satoru no pasa mas de dos noches con la misma mujer.

-Posiblemente alguien le haya roto el corazón. – dijo Miwa, pero en eso sintió como rápidamente Gojou la tomaba de la cintura apretándola de forma posesiva a su cuerpo. – Sa-Satoru-san.

Levanto su mirada notando que él seguía con los ojos cerrados y posiblemente haya realizado esos movimientos en un arrebato, pero Miwa se congelo al escuchar lo siguiente y donde su pequeño corazón se hundiría sin retorno.

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Kashimo Hajime estaba consternado por esa visita, dirigía su mirada del comedor a la estufa y cuando fue descubierto por su visitante este simplemente le sonrío.

-No tiene porque encontrarse tenso, joven Hajime. – esa voz tranquilizadora hizo que enarcara una ceja. – Tranquilo no vine aquí para nada malo, solamente...

-Quieres saber porque me encuentro demasiado cerca de Miwa Kasumi y de mi primo, ¿no es así Kaede-sama?

El peliblanco se recargo en la barra de su cocina mirando a su nana.

-Eso es verdad no lo niego, pero tampoco el hecho en la forma en que miraste a Kasumi-chan ese día fue distinto.

-¿Cómo la mire? – cuestiono mientras tomaba la cafetera junto a los vasos para disponerse a servir el té.

Kaede asintió mostrando una sonrisa triste observando como Hajime-chan y Satoru-chan volvían a mostrarse como unos niños en estar descubriendo un tema completamente nuevo para ellos: el amor.

-De la misma forma en que Satoru-chan la mira a escondidas. – dijo triste. – Sabes siempre hemos deseado Kyo-sama y yo en verlos unidos y felices con la persona que ustedes escojan y...

-Darle mas peones al Clan. – soltó con sorna. – Olvídalo Kaede, el idiota de Gojou y yo nunca podremos ser amigos solo nos une nuestra sangre.

-Entonces, ¿Por qué lo ayudaste ese día? ¿Por qué no dejaste a la deriva junto a Kasumi? – Kashimo aparto la mirada. – Aunque lo niegues tu aprecias a tu primo, cariño.

El hombre cerro sus ojos recordando momentos en los que solía divertirse con Satoru, después su Otousan lo regañaba diciéndole que no debía ser uno mas de los juguetes de este y con el tiempo entendió que su primo era uno de los principales motivos en las discusiones de sus progenitores y después ese día...

-Yo no le tengo cariño a ese idiota. – miro seriamente a la mujer. – Simplemente dejar que una enfermedad destruyera a Satoru y no yo fue lo que orillo a ayudarlo.

-¿y sobre Kasumi? – volvió a indagar Kaede. – Se perfecto que tu conoces porque ella esta con Satoru, ¿Qué ganarías en involucrarla en tus planes en destruir a tu primo? ¿por eso compraste este lugar?

Ante la mención de la chica Hajime se quedo callado, porque el sabia perfecto que ventilar ante los peces gordos quien era Miwa Kasumi en la vida de Getou Suguru no dudarían en matarla, pero no era tan inhumano en sacrificar a un ser que todavía no nace.

-Eso es asunto mío, ¿no deberías estar cuidando a Gojou? – se encontraba agotado, ya que sin la presencia de su primo las misiones de este eran reasignadas a él y demás hechiceros. – No quiero sonar grosero nana, pero estos tres días han sido agotadores.

-Hajime -chan...

La mujer iba a tocar la mano del chico, pero este rápidamente se levanto dejando en claro que deseaba estar solo para reorganizar sus ideas y porque sentía ese malestar mientras pensaba en Miwa y Gojou.

-De acuerdo me iré. – Kaede sabia que era mejor no insistir ya que el carácter de sus pequeños era idéntico. – Por cierto, te traje esa sopa de miso que tanto te gusta con curry y mochis.

-Muchas gracias.

Hajime le sonrío a su nana, siendo esta que lo abrazaría dejándolo consternado con lo siguiente:

-Recuerda mis palabras cariño, vida solo hay una y no debemos desperdiciarla. – la mujer toco ambas mejillas del peliblanco. – Mas en nuestro mundo.

-Lo se. – respondió mostrando una tristeza demasiado similar a Satoru. – Te acompañare a la central, es muy peligroso a estas horas y...

-¡Por supuesto que no! – decía alterada Kaede. – Probablemente encuentre un hombre atractivo que caiga ante mis encantos.

Ante lo escuchado Kashimo rio estrepitosamente imaginándose tal escenario y es que podría pasar los años para su abuelo y nana, pero estos seguían teniendo ese sentido de humor tan peculiar.

-Bueno querido, es momento de irme. – el hombre asintió. – Mas vale que te hagas la idea de que vendré mas seguido, ¿entendiste?

-¿Es una amenaza? – soltó divertido mientras enarcaba una ceja.

-Me gusta mas advertir.

Ambos se sonrieron y sin decir nada mas la anciana fue dirigiéndose hacia la salida, Kashimo observo como la figura cansada de su nana desaparecía del pasillo. Cerro la puerta de su "hogar" y dirigiéndose a un mueble cercano abrió el cajón, sacando de este dos fotografías una de su familia en un festival que solían ir.

Vio como su tía lo abrazaba amorosamente y su Okasan a Satoru mientras que detrás de ellos estaba su abuelo Kyo, Otousan y por último...

-Haruki. – soltó con desprecio el nombre de su tío. – Tal parece que Satoru y yo a final de cuentas no somos tan diferentes.

Diciendo esto Hajime miro con detenimiento la otra fotografía donde mostraba a una joven de 16 años sonriendo gentilmente, podía percibir claramente la alegría que ella desbordaba en la cámara y después vio esa caja donde venían grabaciones que no se atrevía aun ver.

-Al parecer tu recorrido de tu sufrimiento aun no termina, Kasumi.

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"Se encontraba caminando sin ningún rumbo fijo desde la imagen de Kasumi y Suguru, todo era oscuridad sentía un vacío que probablemente nunca desaparecería.

-¿Cómo puedo salvar aquellos que desean ser salvados? – lanzo esa pregunta al aire recordando a todos las personas que aprecia incluyendo a sus alumnos. – Nunca estaré de acuerdo de arrebatarles a juventud a los estudiantes.

Levanto su rostro cuando pudo percibir un poco de luz al final de camino escuchando claramente una melodía conocida para él, sin dudarlo fue corriendo porque sabia de quien se trataba y cuando llego al lugar se encontró con...

-Ustedes. – susurro mirando como una mujer de cabello negro se encontraba recostada con sus dos hijos conociendo perfecto los rostros de...- Miwa.

Un nudo en la garganta se le formo al ver frente a él a Miwa Akane junto a sus dos hijos, Satoru pudo observar como Kasumi era casi idéntica a ella excepto por su cabello cian y sus ojos azules. Los hermanitos de ella se encontraban dormidos, pero noto como ellos eran idénticos a la mujer deduciendo claramente que solo Kasumi había heredado esas peculiaridades por su don.

-Shhh... están dormidos. – dijo suavemente Akane mientras su mirada que estaba fija en sus hijos se dirigía al peliblanco. – No deseo que despierten, porque al hacerlo se darán cuenta que les he fallado.

Satoru sabia de lo que hablaba la mujer y armándose de valor se fue acercando a ellos quedando al lado de ella.

-Usted ni Kasumi fueron las que fallaron. – recordó el estado en que encontraron a la chica. – Todo lo contrario, ustedes son fuertes, incluso ella sigue luchando para seguir adelante.

-Hubiera deseado que ninguno de mis hijos descubriera la crueldad de este mundo. – rio tristemente. – Pero es imposible tenerlos en una burbuja de cristal, mi único consuelo es que mi Kasumi esta siendo salvada y que será feliz.

El peliblanco solo asintió, pero en eso sintió como la mujer tomaba su mano.

-No debe sentirse culpable, nadie puede saber el futuro. Ni siquiera Suguru-san pudo prevenir nuestras muertes.

Esas palabras desconcertaron a Gojou, ¿Cómo es posible que la mujer dijera eso si fue el propio Suguru que provoco su muerte? O acaso...

-Miwa-san...

-Es momento de irnos. – suspiro derrotada. – Gojou-san ¿puedo pedirle un favor? – Satoru asintió. – Cuídelos, usted es lo único que sostiene de pie a mi hija y nieto. – unas lagrimas comenzaron a adornar las mejillas pálidas de la mujer. – Haga que mi hija dese ser salvada.

La desesperación en la voz era latente y sin dudarlo Gojou dijo:

-Le prometo que cuidare con mi vida a Kasumi y a su hijo, sin importar nada procurare la felicidad de Kasumi. Ellos serán felices.

-Muchas gracias.

Cuando escucho ese agradecimiento sincero y toco la mano de Miwa Akane cerro los ojos al sentir una tranquilidad que hacen tiempo no sentía, específicamente desde que su okasan y tía murieron. De pronto sintió como se encontraba recostado en algo blando y suave, no deseaba abrir los ojos porque sabía que nuevamente vendrían los fantasmas de su pasado, de los errores que había cometido y sobre todo regresaría esa escena de Suguru lastimando a Kasumi, pero sintió como alguien tocaba delicadamente sus mejillas.

-Satoru-san, ¿estas bien? – la melodiosa voz de Kasumi lo saco de sus pensamientos y abriendo sus ojos se sorprendió de...

-Kasumi. – susurro mirándola embelesado. – Porque... ¿Qué sucedió?

Satoru no podía despegar la mirada de Kasumi o mas bien del cuerpo de esta, ya que la joven portaba un camisón color celeste, que se adhería perfectamente podía ver como los senos de Kasumi se resaltaban, su pequeño cuerpo comenzaba a mostrar signos del embarazo y ni que decir de sus largas y níveas piernas.

-Te quedaste dormido, después de... – enarco una ceja al ver como las mejillas se Kasumi se tornaban extremadamente rojas. – De bueno...tu sabes.

Miwa levanto la mirada encontrándose con los ojos sorprendidos de Gojou.

-No recuerdas lo que paso. – aseguro de forma triste.

Pero algo en el cerebro de Satoru conecto los escenarios: 1) Kasumi se encontraba con un camisón demasiado provocativo, 2) Se encontraban en la misma cama y por último...levanto las sábanas que lo cubría descubriendo que estaba desnudo.

-Creo que a final de cuentas tenía razón y esto fue un error.

La voz apagada y triste de Kasumi lo hizo sentir el peor de los imbéciles, entonces cuando vio que afligida se iba a bajar de la cama rápidamente la tomo de la cintura para recostarla, colocándose arriba de ella mirando la sorpresa en su rostro.

-Lo siento. – dijo mientras hacia un trayecto de besos desde la mejilla sonrojada de ella hasta el cuello, escuchando sus suspiros. – Tuve un mal sueño Kasumi.

Se detuvo muy cerca de los labios de Miwa.

-Pero...podrías ayudarme a recordarlo. – dijo de forma divertida mostrando esa sonrisa socarrona que lo caracterizaba. - ¿Qué dices Kasumi-chan?

Antes de que respondiera Kasumi, Satoru se apodero de sus labios sintiendo una corriente eléctrica al besarla, nunca antes había sentido esto con una mujer y el único momento que podía comparar esta adrenalina y éxtasis fue cuando peleo con Toji comprendiendo que era bendecido tanto en el cielo como la tierra. Kasumi le dejo un espacio entre sus piernas dándole a entender que podía colocarse entre ellas, tal como se encontraba haciéndolo mientras subía lentamente el camisón a la altura de sus pechos.

-Kasumi, ¿estas bien? – pregunto al sentir como el cuerpo de la chica comenzó a temblar. – Puedo detener...

-No. – fue firme su respuesta. – Por favor no te detengas, Satoru-san. Solamente...ve mas despacio.

Estaba nerviosa podía leerse en cada poro de su piel, entiendo Gojou que esto era un enorme paso para la ojiazul ya que era la primera vez en sentirse amada.

-De acuerdo iremos a tu ritmo, cariño. – la beso lentamente percibiendo aun la inexperiencia de ella en esa área. – Déjame todo a mí.

-Es irónico que no cumplas con tus propias teorías, ¿no lo crees Satoru?

De pronto una tercera voz hizo que la pareja dirigiera su mirada en Getou Suguru, él cual los miraba sumamente serio.

-Pronto descubrirás que el amor si es la peor maldición de todas. – diciendo esto desapareció dejando consternado a Gojou.

-Sa-Satoru...- escucho a Kasumi y volviendo a verla se horrorizo. - ¿D-Donde esta mi hijo? – decía ensangrentada y con sus ojos llenos de lágrimas.

-Kasumi.

Rápido se incorporó tomándola delicadamente, mirando que ya no se encontraba embarazada y donde debía de encontrarse el bebé estaba una herida demasiado profunda, la cual estaba arrebatándole la vida a Kasumi.

-¡Que demonios! – grito con fuerza de impotencia. – Vamos Kasumi hay que llevarte con Shoko, ella sabrá que hacer.

Sus manos estaban temblando y rápido cargo a la chica para dirigirse con su amiga, sin embargo...

-Fue bonito mientras duro. – soltó con una sonrisa triste Kasumi mientras tocia sangre. – Muchas gracias por todo, Satoru-san. Siempre trato de protegernos...Muchas gra...

La joven ya no pudo continuar porque su corazón se detuvo.

-Kasumi. – Gojou checo su pulso y los latidos de su corazón dándose cuenta de que...- No tú no te puedes morir. – golpeo suavemente su rostro. – Tu no puedes dejarme solo, tu si deseas ser salvada. Te necesitamos, maldita sea... ¡KASUMIII!

-Kasumi. – grito exaltado Satoru, sentía su boca reseca y cuerpo sudoroso.

Al mirar su alrededor sabia que se encontraba en su recamara, pero al sentir un cuerpo pegarse al suyo lentamente se volteo para ver a Kasumi profundamente dormida abrazada de él y...

-¿No fue sueño? – se cuestiono al ver que ella portaba solo su ropa interior, entonces rápido se observo él notando que también solo portaba con su ropa interior. – Idiota claro que fue un sueño, pero... ¿Qué sucedió?

Pregunto tocando la mejilla sonrojada de Kasumi, detallando con su mirada cada rincón de su cuerpo e inevitablemente algo extraño y conocido comenzó a despertar en él.

-Tengo que darme un baño de agua fría, aunque...- se volvió a recostar tomando el cuerpo de Kasumi sintiendo el calor corporal de ella. – Podría quedarme un poco más cerca de ti.

De pronto Satoru recordó claramente su sueño desde la impotencia de ver a Suguru lastimándola hasta en el momento en que comenzó a desearla, porque eso lo tenia claro: Deseaba a Kasumi mas de lo que había deseado algo en la vida.

-Eres tan hermosa. – sin darse cuenta coloco su mano en el vientre de Kasumi y sintió un pequeño golpe, asustándolo. – Pero que...

Pero al parecer sus movimientos junto con los del bebé provocaron que poco a poco Kasumi fuera despertándose, encontrándose con el rostro desconcertado del peliblanco.

-¿Satoru-san? – cuestiono somnolienta, pero al ver como asentía y regalándole una sonrisa entendió que no esta soñando. - ¡SATORU-SAN!

Miwa se arrojo a los brazos de Satoru, porque estaba contenta de que por fin despertara y se encontrara bien. Aunque a su mente vinieran esas palabras que estaban lastimándola por dentro, tan absorta se encontraba la joven que no noto como ambos estaban solamente en ropa interior y Satoru podía sentir claramente la textura y suavidad de los pechos de ella pegándose a sus pectorales, provocando que un calor se instalara pronto en cierta zona.

-Kasumi. – su tono se encontraba nervioso haciendo que Miwa alzara su rostro para verlo. – Creo que es mejor separarnos un poco, ¿no crees?

Un gran signo de interrogación apareció en Kasumi y no fue hasta que los ojos de Satoru se dirigieron a su cuerpo comprendiendo que se atrevió a abrazarlo portando solamente su brasier y bragas, donde si en cualquier momento entrara Nanami-san, Shoko-san o Kaede-sama pensarían que sucedió otra cosa entre ellos.

-Tranquila. – Gojou la cubrió desde la cabeza con la sabana. – Nunca me aprovecharía de ti y se que tu tampoco.

Miwa abría y cerraba la boca consternada.

-Yo lo siento mucho. – tomo con fuerza la tela sobre su pecho. – Es que me preocupe mucho porque llevaba tres días sin reaccionar y con mucha fiebre. – hablaba tan rápido que Gojou apenas y le comprendía. – Hasta que recordé algo que leí y...

-Kasumi. – la interrumpió porque sabía que estaba hiperventilando. – Ya te dije que no te preocupes, se que no lo hiciste de mala intención.

-Pero...fue mi culpa que te enfermaras. – aquello impresiono al hombre. – Sino me hubiera ocurrido eso en el parque con esos hombres y...

-Olvídalo.

Toco la mejilla sonrojada de ella, porque al parecer su tacto no le provocaba miedo cosa que agradecía ya que no sabia como reaccionar si ella se alejaba con pavor como lo hacia con Nanami o Miguel.

-No fue tu culpa, era obvio que desearías regresar a ver tu antiguo hogar. – sabia que estaba tocando un tema delicado. – Sobre lo otro despreocúpate una cosa es ser el mas fuerte y otra muy distinta que no me enferme. ¿Qué te parece si salimos a desayunar?

Kasumi sabia que la mejor forma que tenia Gojou Satoru para los problemas era comiendo grandes cantidades de dulces y distraerse en las tiendas comerciales. Río al imaginarlo, así que sin dudarlo asintió.

-Bien iré a bañarme ya que después de tres días en cama seguramente apesto. – acerco su rostro a su cuerpo, haciendo una mueca al olerse.

-¿Podríamos ir a visitar a Tsumiki-chan?

Los ojos de Miwa se iluminaron en mencionar a la castaña y es que fuera del circulo de hechiceros mas fuertes, la presencia de los hermanos Fushiguro eran lo mas cercano que tenia Kasumi a tener amigos de su edad. Gojou asintió mientras se levantaba de la cama, no sin antes tomar otra sabana para cubrirse.

-Si hace tiempo que Tsumiki también quiere verte. – eso alegro más a Miwa

Y sin perder mas tiempo ingreso al baño para comenzar con sus actividades del día, sabia que debía comunicarse con Nanami y Shoko para que lo mantuvieran al tanto de sus misiones que seguramente otros hechiceros se estaban encargando por su condición, pero al ver el rostro alegre de Kasumi le indicaba que debía recompensarla de alguna forma.

-Debería sacarme esas ideas de la cabeza. – agito la cabeza mientras cerraba los ojos y las escenas de sus sueños venían a él específicamente donde Kasumi se encontraba debajo de él ansiosa mientras él...- Maldita sea. – golpeo el azulejo. – Ella esta prohibida para ti, Satoru.

Abrió sus ojos debía de sacarse esas imágenes de su cabeza, pero no podía. No después de haber visto a Kasumi en todo su esplendor en su cama e incluso pensó que ver la pancita de embarazo de ella detendría esa necesidad que tenía, pero ocurrió todo lo contrario. Sin embargo, no solamente la mente del peliblanco se encontraba en un lio, sino que para Miwa Kasumi también.

-Despierta tonta. – se reprochó. – Él ya ama a otra persona. – sentía unas enormes ganas de llorar. – Y lamentablemente yo nunca podre ser como Suguru-san.

No entendía porque se sentía triste si porque la persona que mas amaba Satoru-san fue la que más daño le había hecho o porque...

-¿Quién será? – cuestiono al escuchar unos fuertes ruidos en la puerta.

Rápido Kasumi se coloco una de las playeras que Satoru-san le dio porque ya no usaba, seguramente seria Shoko-san que había olvidado su bolso o Kaede-sama olvidando las llaves, pero justo cuando iba ver la puerta se abrió mostrando a varias personas portando unos kimonos tradicionales y peliblancos, por instinto Miwa retrocedió sin embargo una de las personas fue acercándose hasta quedar frente a ella sorprendiéndose de el aura espeluznante que le provocaba ese hombre.

-Así que tu eres el motivo por el cual mi estúpido hijo ha rechazado tantas mujeres. – la mirada del hombre bajo a su vientre abultado que se podía distinguir aun portando la playera. – Esto ya sobrepaso los límites.

-¿Quiénes son ustedes? – pregunto Kasumi arrugando el entrecejo y mas al ver como algunos hombres comenzaron a registrar el departamento. - ¡Dejen las cosas en su lugar!

Kasumi iba a detenerlos, pero fue tomada fuertemente del brazo por ese hombre, sintiendo unas enormes ganas de gritar y llorar, ya que el tacto de este o cualquier hombre le daba asco. Pero lo peor de todo fue que él tomo con fuerza sus mejillas con su otra mano.

-Aquí la pregunta no es ¿Quién somos nosotros? Sino... ¿Quién demonios eres tú y que relación tienes con mi hijo?

Al escuchar eso Miwa abrió demasiado sus ojos, sin poder creer que esa persona fuera el Otousan de...

-Yo que tu me alejo de Kasumi. – se escucho una voz a sus espaldas extremadamente furiosa.

En un parpadeo Gojou se encontraba enfrente de Kasumi tomando con fuerza la mano que hace poco sostenía el rostro de ella.

-Por lo que veo sigues siendo un crio estúpido. – ambos hombres se miraban con enojo. – Mira que embarazar a una niña que gustosa te abrió las piern...

El hombre no pudo continuar porque Satoru le propino un golpe, provocando que cayera al suelo y volviera a verlos mientras escupía sangre por el impacto.

-¡GOJOU/SATORU!

La pareja vio como ingresaba al departamento Nanami junto a Shoko, la cual cuando vio a Kasumi sumamente nerviosa se acerco a ella para tranquilizarla, y Nanami se coloco al lado de Satoru si en algún momento tendrían que pelear incluso con el propio Clan de este, pero cuando sus ojos se encontraron con los cielo de él notaron como aun seguían registrando la casa y cuando una persona del Clan abrió el cajon donde se encontraban las cintas que mostraban con claridad la estancia que vivió Kasumi con Suguru, se sorprendieron al no ver nada.

-Por lo que veo tus patéticos amigos, están enterados de tu pequeño desliz. – Kento arrugo el entrecejo y Shoko pensó que al parecer el Otousan seguía siendo el mismo imbécil de siempre.

-Es mejor que mantengas tu boca cerrada, "Otousan" porque recuerda que sigo siendo yo el líder del Clan. – Kasumi iba a ayudarle al hombre, pero Satoru tomo su mano y al verlo sabia que lo mejor no era intervenir. – Kasumi vete a la recamara junto con Shoko y no salgan hasta que te diga.

-Pero...- la joven estaba dudosa si era bueno dejarlo solo enfrentado esta situación, sin embargo.

-Deja de armar escandalo Haruki. Te vez patético.

Lentamente iba ingresando en el departamento de Satoru una persona de avanzada edad y detrás de este se encontraba Kaede-sama lastimada, situación que preocupo a los demás. Satoru miro con mas resentimiento a su Otousan, ya que imaginaba porque su Nana se encontraba así.

-Por lo que veo, ya fuiste informado de la estupidez que hizo tu nieto. – dijo altivo el peliblanco y al ver como asentía el más viejo del Clan continuo. – Entonces sabes que las leyes establecen que...

-Si Satoru y esta joven serán padres lo más coherente es que contraigan nupcias. – los ojos celestes en anciano cayeron en la pareja y por instinto Satoru interpuso su cuerpo para proteger a Kasumi. – Ya que ese era tu propósito, ¿no? Que Satoru contrajera matrimonio para dar un heredero al Clan.

-¡CON UNA HECHICERA PODEROSA! No con una mocosa debilucha y patética. – volteo a ver con odio a Miwa. – Al menos alguien de prestigio dentro de la hechicería como Ieri.

Satoru apretó los puños ante las palabras de su padre, porque sabia que estaba lastimando a Kasumi y ya era suficiente que las personas en su alrededor hicieran menos a la joven, cuando no tenían la remota idea de lo que había sufrido y que ella es mas fuerte incluso que él mismo.

-Debes de controlarte, Gojou. – susurro Nanami para que solo él lo escuchara. – Miwa-chan ya se encuentra demasiado nerviosa y cualquier paso...

-Kyo-obachan tiene razón. – dijo prepotente. – Si Kasumi y yo seremos padres lo más lógico sería que nos casáramos lo mas pronto posible. – sin prestar atención a los presentes Satoru dirigió su mirada a la Miwa y sonriéndole divertido dijo. – Miwa Kasumi, ¿quieres casarte conmigo?

La joven no sabía que decir, tenía miedo no tanto por ella, sino que posiblemente por su culpa Satoru-san sea juzgado y todo por ser débil. Porque pasara lo que pasara nunca podría proteger al hechicero mas fuerte, entonces todo comenzó a tornarse oscuro y borroso.

-¡Niña Kasumi! – grito Kaede al ver como la chica caía desmayada y rápidamente Satoru la sostuvo para que no se lastimara.

-Vaya al parecer se emociono tanto de felicidad que se desmayó. – soltó divertido Satoru, no mostrando mas de sus emociones a su progenitor.

-Ya escuchaste Haruki. – intervino Kyo. – Dentro de poco Satoru contraerá nupcias con esa chica, así que mejor retirémonos. No tenemos nada que hacer aquí.

El padre de Satoru se sentía humillado por la situación, decepcionado que incluso su propio padre siguiera interponiendo sobre sus decisiones a Satoru incluso la palabra de su sobrino Hajime pesaba mas que la de él.

-Esta humillación nunca te la perdonare. – soltó esas palabras con veneno. – El día de hoy decidiste convertirte en mi enemigo, Otousan.

Con la mano indico a los otros miembros que se fueran retirando del lugar, dejando solamente los demás hechiceros.

-Lamento que me veas como tu enemigo, hijo. Pero una vez te lo dije yo le prometí a mi nuera e hija que protegería la felicidad de mis nietos, sin importar quien se interpusiera y eso es incluyéndote.

Sin decir una palabra mas Gojou Haruki se retiro del lugar, dejando un ambiente tenso.

-Satoru. – hablo serio sin lograr captar la atención de su nieto, el cual sostenía preocupado la mano de esa joven. – Es mejor que notifiques de esta decisión en la próxima junta de los Clanes, además de informarle a Yaga y Gakuganji que esa chica no esta muerta porque si tu Otousan habla antes serás sentenciado como traidor y ella...

-Nadie la tocara. – su voz ronca erizo la piel de todos. – Yo hablare con ellos, no te preocupes.

El anciano solo asintió y justo cuando iba a retirarse escucho lo que nunca creyó escuchar de Satoru, al menos con sinceridad.

-Kyo-obachan...muchas gracias. – vio de reojo como su nieto le regalaba una sonrisa y él simplemente le respondió correspondiéndole.

Cuando escucho como la puerta de su departamento fue cerrada, Satoru cargo a Kasumi para llevarla a su recamara, pero en eso Shoko intervino.

-Lo que hiciste fue demasiado peligroso, Satoru. Cuando ellos descubran que ese bebé no es tuyo...

-Nadie dirá nada. – miro a todos los presentes. – Se que es riesgoso todo esto, pero créanme que es la mejor forma de protegerlos ahora que mi Clan saben de su existencia.

Sabían todos que ahora no era buen momento para tratar de dialogar con el chaman mas fuerte, y era cierto en la mente de Satoru no podía conectar ¿cómo su padre se entero de Kasumi?; ¿dónde se encontraban esas grabaciones? Y un sinfín de preguntas.

-Tanto me enfoque en lo peligroso que seria si ellos te encontraban. – hablo con Kasumi mientras la recostaba en su cama, percibiendo como la energía maldita de ella estaba descontrolándose. – Que no me percate que tu verdadero peligro seria mi Clan.


Notas de autor:Hola! Perdonen por volver a desaparecer pero creo que las siguientes semanas puedo actualizar mis historias como deseo dándole prioridad aquellas que están por finalizar (Mis dos pequeños problemas, Cual es tu tipo ideal? Y al parecer también cerraré Stories GoMi) esto es para enfocarme en las demás historias y porque tengo otras dos en mente pero serán cortas.

Sobre este capítulo cambie un poco la personalidad de Gojou y Kashimo, además del acercamiento que va tener Kasumi con cada uno de ellos les ayudará.

Espero que les guste este nuevo capítulo.

Mil gracias por sus muestras de apoyo en cada uno de sus reviews y de tomarse el tiempo en leerlas.

Atte: TheOtherDestiny :)