- ¡¿Por qué eres tan obstinada?! - gritó, tapándose la cara con ambas manos

- ¡Estas hablando de mi familia! - respondió, en el mismo tono - Ellos... están en peligro por mi culpa... tengo que salvarlos

- El tiempo se agota - intervino Inu No Taisho, observando el lugar - La barrera del árbol sagrado... se está destruyendo

- ¿Qué? - la sacerdotisa y el peliplata redirigieron sus ojos al demonio

- También puedo percibirlo - la miko se posicionó al lado del youkai - Hay algo... que no pertenece a este mundo, en este lugar

- No puede ser - murmuró, al mismo tiempo en que comenzaba a subir, escalones arriba

- ¡Kagome! - gritó, siguiéndola

La chica subía por la estruvtura con la misma rapidez con la que los rostros de sus familiares pasaban por su mente. Sintió una mano jalándola cuando estaba asentando el pie en la cima

- ¡¿Acaso estas loca?! - gritó

- El árbol - murmuró, provocando que los orbes dorados del joven se dirigieran en la dirección al objeto mencionado

- ¡Inuyasha! Mi amorr - sonrió ampliamente

- Jakotsu - gruñó, soltando la mano de su compañera

¿Qué es eso que posee en su mano?

Pensó, observando aquel fragmento en su dedo, apuntando a la planta

- Esta... absorbiendo la energía del Jidaiju del árbol - Kagome no salía de su asombro, al sentir tanta energía demoníaca, emanando de algo tan pequeño

Mi familia...

- ¡¿Dónde están?! - apretó el agarre de su arco - ¡¿Dónde los tienes?!

- ¿Te refieres al viejo loco y los demás? - sonrió - Bankotsu los esta cuidando

- Desgraciado - desenvainó a colmillo de acero - ¡Serás el primero en morir!

Comenzó a correr en su dirección

- Al fin... No sabes cuanto esperé este momento, Inuyasha - desenfundó su espada, la cuál, aún llevaba en su espalda

Mientras tanto, el demonio y la sacerdotisa se encontraban en la acera, tratando de elaborar un plan sin que la gente, que transitaba por la calle, notara lo que ocurría en el templo

- Toda esta gente esta en peligro - pronunció la mujer

- El portal ha dejado de ser atacado - respondió el peliplata, observando a su alrededor

- La energía maligna que se percibe... es la misma que Onigumo poseía

- La misma estrella que se encuentra incrustada en el árbol sagrado, en la época antigua

- Entonces... ¿quiere decir que están potenciando el poder del amuleto que se encuentra del otro lado?

Antes de que el youkai respondiera, un rostro conocido emergió

- Suikotsu - murmuró, colocando el arco en posición

- ¡No! - elevó sus manos - No es necesario, señorita Kikyou

- Usted... ¿puede reconocerme? - se sorprendió

- Si...

Su aspecto lucía desalineado, de la misma manera que en la época feudal, sin embargo, la vestimenta moderna, contrastaba con su arma

- No puedo fiarme... - entrecerró sus ojos

- Por favor - su tono se mantenía suave - Confíe en mi

Aquellas palabras atravesaron el pecho de la mujer, llevando su mente al momento exacto en el que había sellado al híbrido, en su vida pasada

- Puedes bajar el arco - pronunció el youkai - No veo malas intenciones en su mirada - lo observaba atentamente - ¿Puedes mostrarme lo que tienes?

- ¿Lo que tengo? - se sorprendió

- Una poderosa energía maligna proviene de ti... pero no te pertenece

- ¿Se refiere a esto? - elevó la mano en la que sostenía sus garras

- ¿De dónde sacaste eso? - entrecerró sus ojos


Época Feudal

La sacerdotisa y el zorrito, se sostenían del Mokomoko del youkai, quién se encontraba volando a toda velocidad

- ¡Sujétate fuerte, Shippo! - gritó, observando al niño, por sobre su hombro

- ¡¿Qué es lo que está ocurriendo?! - preguntó, visiblemente asustado

- El árbol sagrado... la barrera se esta rompiendo

Detrás de ellos, Setsuna volaba sobre Ah-Uh, acompañada de Hisui

- El cielo - murmuró el hombre - Setsuna, ¿lo presientes?

- Si - respondió con seriedad - Esa es la energía de los demonios que se están acercando

- ¿Y Towa?

- Está custodiando el castillo de nuestra abuela - frunció el entrecejo - Supongo que cuando Irasue noté lo que está pasando, la enviará a ayudarnos

Volaron durante unos momentos más, hasta que divisaron su objetivo

¡¿Qué es eso?!

Los ojos castaños de la shinhanyo se abrieron notablemente, al ver a la planta envuelta en una enorme energía demoníaca, la cual, profesaba un brillo morado

- No bajen la guardia - pronunció el demonio, descendiendo - El bosque esta rodeado

Se detuvieron frente al árbol, observándola con detenimiento

- ¿Qué es eso? - preguntó, apuntando con su pequeña mano, al pequeño agujero negro que salía de la corteza

- Ese es... - miró a su tío

- El portal que conecta esta época con la época moderna

- Eso significa... - el niño redirigió sus ojos al youkai

- Qué si el portal se abre por completo, los demonios de aquí... cruzaran - respondió Setsuna, acercándose con su compañero

¡Mamá! ¡Papá!

Sin pensarlo, tomó su arco, lanzando una flecha, la cual, se envolvió en una poderosa energía, sin embargo, fue rechazada

- ¡¿QUÉ?! - gritó - ¡Ni siquiera la absorbió!

- Algo, del otro lado, ha estado alimentando la energía demoníaca - intervino el castaño

- Moroha - miró a su sobrina - No dejen... que ningún demonio se acerque al árbol

- Padre... - la castaña se sorprendió - ¿Qué planeas?

Sin responder, el youkai caminó hacia la planta, tomando la estrella que su padre la había dado y utilizándola para ingresar en el portal


Tessaiga y la espada serpiente del guerrero se entrelazaban en una poderosa lucha

- Mmm, eres más fuerte de lo que recuerdo - se lamió los labios

- ¡Y tú igual de repugnante! - intentó cortar su rostro, sin embargo, el humano retrocedió

- Amo tu carácter, Inuyasha - sonrió, agitando el arma, la cual se transformó, cortando el brazo derecho del joven

- ¡Hugh! Maldito... - gruñó

Mientras los jóvenes continuaban con la lucha, Kagome trataba de buscar a su familia, sin que Jakotsu se percatara de ello

¿Dónde pueden estar?... ¿La casa? Lo dudo... ¿tal vez...?

- El templo - susurró, mirando disimuladamente hacia el - Perdóname Inuyasha... pero tengo que ayudarlos - comenzó a correr en su dirección

¡Kagome!

Miró, disimuladamente por sobre su hombro, mientras esquivaba un nuevo ataque del guerrero

¡Maldición! ¡¿Por qué tiene que ser tan arriesgada?!

- Déjala que vaya - sonrió - El hermano Bankotsu la está esperando con ansias

- ¿Qué? - abrió sus ojos ampliamente - ¡Kagome! ¡espera!

Gritó, en el mismo momento en que la joven ingresaba al lugar


- Entonces...¿Naraku rompió la estrella y la repartió entre ustedes?

El castaño asintió ante la pregunta del demonio, al mismo tiempo en que aquella secuencia aparecía en su mente

- ¡Esperen!

Todos voltearon ante la voz del ser

- ¿Estas seguro de que lo que vas a hacer? - preguntó Onigumo, quién no se veía muy seguro

- Por supuesto - sonrió, debajo de la piel de mandril - Souruītā tiene suerte de que esté de su lado... de lo contrario, el ingenio que me mantuvo con vida durante la otra época, seria su peor pesadilla

- ¿Siempre es tan altanero? - Jakotsu le susurró a Renkotsu, quién se encogió de hombros

El ser extendió la mano hacia su compañero, el cual, aún seguía mostrándose dubitativo

- Naraku... si las cosas no son como las planeas...

- ¿Cuando las cosas no resultaron como las planee?

- Bueno... la joven Kagome...

Le arrebató la estrella, recibiendo la descarga esperada. Si la mantenía más de un minuto en su mano, ésta podía destruirlo por completo, por lo que, fue primordial para su vida, el lanzarla contra el suelo de un solo movimiento

- ¡¿Qué has hecho?! - el castaño aferró sus manos a los costados de su cabeza

- Cada uno de ustedes - volteó a ver a los guerreros - Tomen un fragmento cada uno y colóquenlos sobre sus armas... de esa manera, se harán más fuertes

- ¿Algo así como la perla de Shikon? - preguntó, Renkotsu

- Mucho mejor que la perla - respondió, visiblemente satisfecho

- Por alguna razón... la estrella pareció lastimarlo - Suikotsu dirigió sus orbes a la sacerdotisa, quien, al igual que Inu No Taisho, lo escuchaba atentamente

- Simple... - pronunció el youkai - Esa estrella le perteneció a una deidad y... cayó en manos de otra...con un poco más de poder, el cual fue capaz de contaminarla, sin embargo...

- Los poderes que posee el amuleto, son, por mucho, muy superiores para los demonios - intervino la sacerdotisa - Incluso para usted - miró al youkai

- Mis poderes son mas resistentes que los de Naraku, por lo que solo seria rechazado, sin embargo... si Sesshomaru o Inuyasha entran en contacto con alguno de sus fragmentos, serian dañados gravemente

Frunció el entrecejo, al mismo tiempo en que comenzaba a volar, escaleras arriba

- Señorita Kikyou - murmuró el joven - Yo...

- Si alguno de tus amigos te descubre...

- Me mataran - terminó por ella

- Comprendo - desvió la mirada - ¿Fingirás pelear... aún sabiendo los riesgos?

- No tengo opción - suspiró - Pero... - se acercó a ella, acariciando su mejilla - Si, en algún momento, su vida se encuentra en peligro... no dudaré en sacrificarme

- Joven Suikotsu...

- Por favor, perdóneme - hizo una pausa - La protegeré con mi vida, señorita Kikyou, aunque en este momento no pueda estar a su lado

Sin responder, la joven acortó la pequeña distancia que los separaba, besando sus labios, al mismo tiempo en que el la envolvía con sus brazos y unas lágrimas abandonaban las mejillas de ambos

Joven Suikotsu... ¿lograremos estar juntos una vez que ésto termine?

Pensó, entrelazando sus manos detrás del cuello del joven guerrero