Notas: Estoy publicando relativamente lento porque la historia original en español era más corta que la versión en inglés. Como solía escribir primero en español y después en inglés, las versiones en inglés generalmente son más largas, ya que recogen los comentarios de la versión en español.
Dos días después, Darcy llegó muy temprano a casa de los Thompson a buscar a Elizabeth, los Gardiner, e Isabella porque iba a acompañarlos a visitar la última de las fincas, que estaba en Hertfordshire.
Isabel estaba emocionada porque la última vez que vio al Sr. Darcy en Hyde Park, le había prometido que iba a contarle una historia sobre un gato que llevaba botas.
La primera hora del viaje fue muy entretenida para todos, especialmente para Isabella, que escuchó fascinada la historia de un "gato con botas", e hizo muchas preguntas mientras miraba las hermosas ilustraciones del libro de cuentos de hadas.
Mirando a su madre, le pregunto, "Mami, ¿podemos hacer unas botas para el gato de la tía Jane?"
"No, Bella. Sólo el gato de esa historia usa botas".
"Señor Darcy, ¿usted también tiene un gato?"
Darcy respondió que no, e Isabella siguió hablando, "Mi mami me prometió que cuando vayamos a vivir al campo, ella me va a dejar tener varios gatos. Me gustan muchos los gatos, ¿A usted también le gustan los gatos, Sr. Darcy?"
Hasta ese entonces, Darcy nunca había pensado si le gustaban o no los gatos ya que desde que era niño había tenido perros de caza y caballos. Al ver la carita expectante de Isabella, simplemente respondió: "Hay muchos gatos en Pemberley."
"¿Qué es Pembely?"
"Es mi casa."
"¿El palacio es Pembely?"
"Isabella, no debes hacerle tantas preguntas al señor Darcy. ¿Por qué no le muestras a la tía Gardiner, el hermoso dibujo que hiciste ayer con Edward?"
Isabella asintió y rápidamente se cambió de lugar en el carruaje, y comenzó a conversar alegremente con los Gardiner, mientras les mostraba los dibujos que había hecho con su primo.
Con una sonrisa traviesa, Elizabeth dijo en voz baja, "Bueno, señor Darcy, ahora es mi turno de hacerle varias preguntas sobre los gatos de Pemberley. ¿Cuántos gatos tienes? ¿De qué color son? ¿Usted tiene un gato favorito?"
Darcy se rio de buena gana: "Confieso que no tengo idea."
"Pero señor Darcy, esta es la primera vez que escucho que usted no tiene respuesta a una pregunta; lo voy a escribir para recordarlo en el futuro".
"Le prometo que hoy mismo le voy a enviar una carta a la señora Reynolds pidiéndole que escriba un inventario de los gatos de Pemberley, especificando sexo, color y cualquier otro atributo que usted e Isabella consideren que es relevante."
"Creo que es una excelente idea. Esa información es muy importante para la señora Reynolds. ¡Imagínense que un turista curioso en lugar de preguntar cuántas ventanas tiene la casa, pregunte cuántos gatos viven en Pemberley!"
Unos minutos después de tan interesante conversación, el cochero se detuvo en una pequeña posada para almorzar y que los caballos descansaran. La comida era sencilla y sabrosa y, como unos días atrás, después del almuerzo, los Gardiners se quedaron descansando en la posada con Isabella, mientras Elizabeth y Darcy caminaban hablando del pasado y del futuro...
"No quiero más malentendidos o secretos entre nosotros dos, y, por lo tanto, hay algo que necesito decirte o, mejor dicho, confesarte". Darcy respiró hondo, "Cuando Georgiana murió, estuve por mucho tiempo muy deprimido y sentí que había perdido todo y todas las personas que eran importantes en mi vida, y no había nada que pudiera hacer para cambiar esa terrible situación." Suspiró con tristeza y agregó, "Fue el peor momento de toda mi vida".
Elizabeth le apretó suavemente el brazo, y con compasión le dijo, "Entiendo perfectamente tus sentimientos; Debe haber sido terrible para ti porque sé que eras muy cercano a tu hermana. La conocí por muy poco tiempo, pero recuerdo que era una joven muy dulce y amable."
Darcy la miró a los ojos, y se sonrojó ligeramente. "La verdad es que fui a Hertfordshire a buscarte. Deseaba verte de nuevo y deseaba fervientemente que fueras aún soltera. Ya no me importaba en absoluto la situación de tu familia, no me importaba nada."
Elizabeth lo miró perpleja y Darcy continuó: "Fui a Lucas Lodge y Sir William me dijo que estabas casadas, tenía una hija y vivía en América. Fue entonces cuando perdí toda esperanza, y entendí que nunca podría estar contigo."
Perpleja, Elizabeth comentó, "Pero no entiendo, cuando nos encontramos en Hyde Park dijiste que no sabías si todavía era soltera."
"Te mentí. Sabía muy bien que te habías casado hacía años, pero no sabía que eras viuda..."
Poco después de la difícil confesión de Darcy, regresaron a la posada y continuaron el viaje hacia la estancia. El administrador los estaba esperando y los acompaño en el recorrido. A diferencia de Sandstone, esta propiedad estaba deshabitada desde hace varios años y estaba muy descuidada por el propietario. Había muy pocos sirvientes y varias de las casas de los inquilinos estaban desocupadas. La casa principal era más grande que Longbourn, pero mostraba graves signos de deterioro y partes de los campos estaban cubiertas de malezas.
El jardín principal era pequeño y también estaba muy descuidado; la fuente del medio tenía un angelito con un ala rota.
El precio de la propiedad era ligeramente inferior al de Sandstone pero se requería una inversión de al menos entre 2.000 y 3.000 libras para realizar todas las reparaciones necesarias. Además, la mitad las tierras estaban sin cultivar y sin arrendatarios.
Después del recorrido, Darcy y Elizabeth le hicieron algunas preguntas adicionales al administrador y ambos concluyeron que no era una buena idea comprar esa hacienda. Los Gardiner e Isabella comentaron que a ellos tampoco les había gustado y que Sandstone era muy superior en todos los sentidos.
En el camino de regreso a Londres, Isabella se durmió la mayor parte del viaje con su cabecita en el regazo de su madre. Mientras Elizabeth le acariciaba el cabello, Darcy las miraba con una suave sonrisa en el rostro; Elizabeth era la imagen perfecta de una madre cariñosa y que cuidaba a su hija.
Se detuvieron en la misma posada donde habían parado en el viaje de ida, y llegaron a la casa de Thompson alrededor de las 8:00 de la noche. Los Thompson los estaban esperando, y convencieron fácilmente a Darcy para que se quedara a cenar con ellos.
Esa misma noche, antes de acostarse, a Darcy le pareció muy irónico que disfrutó mucho más la sencilla cena en casa de los Thompson que los suntuosos banquetes en casa de Lord Matlock…
